Está en la página 1de 8

Introducción

Definición
Según la Revista cubana de Medicina General Integral (2020): “Se
considera como un trastorno clínico-patológico de naturaleza degenerativa y
evolución progresiva, que se caracteriza por deterioro cognoscitivo y conductual
que interfiere significativamente con el funcionamiento social y ocupacional”.
Clasificación/subtipos
La EA se puede clasificar dependiendo de las manifestaciones clínicas, de la
topografía del daño o del tiempo de inicio.
Según Barragán y col. De una revista de actualización (2019):
1. “EA familiar de inicio precoz (Representa del 1-5%): Patrón de herencia
autosómico dominante, inicio menor a 65 años de edad. Genes PSEN1,
APP y PSEN2. Suelen tener síntomas más agresivos.
2. EA de inicio tardío o esporádico (Representa del 90-95%): Individuos
mayores de 65 años.
3. EA rápidamente progresiva: Deterioro cognitivo evoluciona en semanas o
meses. Debemos descartar deficiencias vitamínicas, infecciones o
tumores”.
Epidemiología
Se estima que el 60-70% de las demencias son ocasionadas por la
enfermedad de alzheimer, esta tiene una prevalencia del 3-7% y una incidencia de
1-10 casos por cada 1,000 personas por año y está cifras aumentan conforme la
edad, con una prevalencia de 10-30% en mayores de 65 años.(Eratne et al., 2018)
Según la Guía de práctica clínica (2017):
“El tiempo desde el diagnóstico hasta la muerte es muy variado, va desde
tan poco como 3 años hasta tanto como 10 o más años”.
Etiología
Su origen es multifactorial, donde factores ambientales y genéticos
actuando de manera conjunta predisponen al individuo al desarrollo de esta
patología. Es de inicio insidioso, daño irreversible, incurable, pero además de
4

curso progresivo donde sus síntomas evolucionan a lo largo de años (Guía de


Práctica Clínica. México, IMSS; 2017).
Factores de riesgo
Entre los factores que favorecen la presentación clínica de la enfermedad
se pueden dividir en modificables que incluyen: Antecedente de depresión bajo
tratamiento no, sedentarismo, síndrome metabólico, toxicomanías, nivel educativo
bajo, exposición a metales pesados como aluminio, zinc, cobre, entre otros, y
antecedentes de TCE (Revista Cubana de Medicina General Integral 2020;36(1):e
1138).
Por otro lado tenemos los no modificables que incluyen: El principal factor
de riesgo es la edad avanzada, antecedentes de familiares de primer grado con
EA, presencia de mutaciones como por ejemplo; Alteraciones en el alelo épsilon 4
de APOE, APP, PSEN1 Y 2; además de mujeres posmenopáusicas, ya que los
estrógenos tienen un papel protector contra este padecimiento (Barragán
Martínez, García Soldevilla, Parra Santiago and Tejeiro Martínez, 2019).
Factores protectores
Los siguientes factores protegen a desarrollar una posible demencia por
alzheimer: Consumo de vegetales con vit C y E, consumo de cafeína, evitar el
consumir grasas saturadas y trans, mantener un IMC normal, consumir folatos,
pero la medida más importante es evitar exponerse a todos los factores de riesgo
antes mencionados.
Fisiopatología
En la actualidad, se han identificado las características patológicas de la
EA; inicialmente se desarrollan placas de β-amiloide en el hipocampo, y además
en otras áreas de la corteza cerebral que participan en el pensamiento y la toma
de decisiones.
Un tipo especial de proteína, (la proteína tau), se une a los microtúbulos y
los estabiliza. En la EA, la proteína tau sufre un cambio químico y se acopla con
otros hilos de proteína tau, enredándose entre sí, formando los ovillos
neurofibrilares. Cuando esto sucede, los microtúbulos se desintegran, colapsando
5

el sistema de transporte de la neurona y provocando primero el mal


funcionamiento en la comunicación entre neuronas y más tarde en la muerte de
las células.
Los ovillos neurofibrilares, la pérdida de neuronas y la pérdida de sinapsis
acompañan a la progresión del deterioro cognoscitivo.
Manifestaciones clínicas
Los síntomas principales son trastornos cognitivos (memoria, lenguaje,
orientación) o alteraciones del comportamiento y psicológicas (problemas en el
desarrollo de una vida independiente), puede llegar presentar cambios en la
personalidad, bajo nivel de energía, apraxia, agnosia y disminución de la
capacidad de resolver cálculos matemáticos. (Sorbi S, 2012) (Apostolova L, 2016).
Criterios diagnóstico del DSM-5/CIE-10
A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.
B. Presenta un inicio insidioso y progresión gradual del trastorno de uno o más
dominios cognitivos.
C. Se cumplen los criterios de la EA probable o posible:
Para el trastorno neurocognitivo mayor: Se diagnostica EA:
1. Evidencia clara de una mutación genética causante de la EA en los
antecedentes familiares o pruebas genéticas.
2. Evidencia clara de un declive de la memoria y del aprendizaje, junto con otro
dominio cognitivo; Declive progresivo, gradual y constante de la capacidad
cognitiva sin mesetas prolongadas y sin evidencia de una etiología mixta.
Para el trastorno neurocognitivo leve: Se diagnostica EA: EA probable si se
detecta una evidencia de mutación genética causante de la EA por prueba
genética o historia familiar. EA posible si no hay evidencia en la prueba genética o
si no existe H.F. (Según el DSM-5)
Diagnóstico
No existe una prueba simple para diagnosticar la EA, para eso se
recomienda realizar diversas acciones para mejorar la precisión del diagnóstico
como lo siguiente:
6

❖ Obtener una historia clínica completa (H.F.) buscando antecedentes


neuropsiquiátricos e historia de cambios en la cognición y conducta.
❖ Revisión de medicamentos que utiliza para ver si no está afectando este la
cognición.
❖ Preguntar al familiar o persona cercana si no ha presentado cambios en el
pensamiento o conducta.
❖ Pruebas cognitivas, examen neurológico y pruebas físicas.
❖ Neuroimagen y pruebas serológicas (para descartar otras afecciones).
Además se pueden utilizar otras escalas como los criterios del NINCDS -
ADRDA, mini mental state evaluation (MMSE), Montreal cognitive assessment
(MOCA) o el Mini-cog. (Creavin ST, 2016) (Hugo J, 2014) (Cummings J, 2012)
(Alzheimer 's Association, 2016).
Biomarcadores
Actualmente no existe una prueba de laboratorio que nos dé un marcador
específico para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, sin embargo es
recomendado que se realicen hemograma, glucosa, calcio, perfil renal y hepático,
TSH, vitamina B12 y ácido fólico, para tratar de buscar una etiología distinta.
A su vez, se deben realizar análisis de líquido cefalorraquídeo, para el
descarte de enfermedades hematológicas, autoinmunes y desmielinizantes. En
dado caso que se sospeche de demencia por la enfermedad de Creutz-feldt-
Jakob, se hace determinación de la proteína 14-3-3.
Hoy en día se puede usar en investigación la determinación de la proteína
β-Amiloide 42 y la proteína Tau, en caso de que se presenten niveles bajos de β-
Amiloide y altos de Tau se considera como una prueba con un buen nivel de
especificidad y sensibilidad, sin embargo no se recomienda el uso para el
diagnóstico clínico.
Imagenología
Existen pruebas de imagen estructural y funcional, con las que se puede
hacer un diagnóstico con más certeza. Los análisis estructurales (TC y RM) se
utilizan principalmente para encontrar algún diagnóstico diferencial (tumor,
7

hematoma subdural, hidrocefalia, entre otros). Si bien son hallazgos que se


pueden encontrar, no se debe descartar alzheimer, sobre todo en adultos
mayores, en los que con una secuencia adecuada se puede encontrar atrofia del
hipocampo que es una determinación fiable para el diagnóstico de EA.
Los análisis funcionales como TC de emisión de fotón único (SPECT) y la
tomografía por emisión de positrones con fluorodesoxiglucosa como trazador
(PET-FDG). La PET es superior en sensibilidad pero menor en especificidad, lo
que nos da falsos negativos frecuentemente. Lo que nos guía en imagen hacía el
diagnóstico es el hipo metabolismo a nivel temporal y parietal.
Algo muy interesante y que es reciente es la PET-Amiloide tiene
sensibilidad-especificidad elevada, porque incluso como se sabe que la proteína
amiloide se acumula en el cerebro 2 décadas antes de la aparición de los
síntomas. Sin embargo, no todos los que tengan cúmulo de β-amiloide
desarrollarán la enfermedad, sin embargo, si esta es negativa, la descarta.
Lamentablemente, es muy costosa y se destina a investigación actualmente.
Tratamiento
Es un punto de discusión, actualmente no existe tratamiento específico para
el Alzheimer, se ha tratado atacar la producción de la proteína β-amiloide, sin
embargo fue muy tóxica para humanos y se quedó en fase preclínica, atacar
directamente β-A y Tau provocó parálisis, o solo se han quedado en ratones. En
nuestro país, los fármacos que se dan para evitar la progresión de la enfermedad
son:
• Inhibidores de la acetilcolinesterasa: para el manejo de TNC leve;
Galantamina, Rivastigmina y Donepezilo.
En caso de síntomas psicóticos, se usa Haloperidol, risperidona y
quetiapina. También se deben tener cuidados adecuados en pacientes con esta
enfermedad aunado a ciertas actividades cognitivas.
8

Referencias
1. J. C.r Espín Falcón (2020). Factores de riesgo asociados a pacientes con enfermedad de
Alzheimer y sus cuidadores principales. Revista Cubana de Medicina General Integral
2020;36(1):e1138.
2. Eratne, D., Loi, S., Farrand, S., Kelso, W., Velakoulis, D. and Looi, J., 2018. Alzheimer’s
disease: clinical update on epidemiology, pathophysiology and diagnosis. Australasian
Psychiatry, 26(4), pp.347-357.
3. Barragán Martínez, D., García Soldevilla, M., Parra Santiago, A. and Tejeiro Martínez, J.,
2019. Enfermedad de Alzheimer. Medicine - Programa de Formación Médica Continuada
Acreditado, 12(74), pp.4338-4346.
4. Alzheimer’s Association. Alzheimer’s Association Report 2016. Alzheimer’s disease facts
and figures. Alzheimer’s & Dementia. 2016;12(4):459-509.
5. Creavin ST, Wisniewski S, Noel-Storr AH, Trevelyan CM, Hampton T, Rayment D,
ThomVM, Nash KJE, Elhamoui H, Milligan R, Patel AS, Tsivos DV, Wing T, Phillips E,
Kellman SM, Shackleton HL, Singleton GF, Neale BE, Watton ME, Cullum S. Mini-Mental
State Examination (MMSE) for the detection of dementia in clinically unevaluated people
aged 65 and over in community and primary care populations. Cochrane Database of
Systematic Reviews 2016, 1: CD011145.
6. Sorbi S, Hort J, Erkinjuntti T, Fladby T, Gainotti G, Gurvit H, Nacmias B, Pasquieri F,
Popescuj BO, Rektorovak I, Religal D, Rusinan R, Rossoro M, Schmidtp R, Stefanovaq E,
Warreno JD, Scheltensr P. EFNS-ENS Guidelines on the diagnosis and management of
disorders associated with dementia. European Journal of Neurology.2012;19: 1159–1179.

También podría gustarte