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Benner, D. Teoría No Afirmativa
Benner, D. Teoría No Afirmativa
rrapedagógicas qlre }e sooplanteadas ala educación.l .rH.r"t..- oo podi^... d.se".. Cua¡do venía a visitarme y yo le Pregunta-
Üna comprensión normadva de la educación como ésta no puede supe- br, ;;r;i.;plo, "¿Quá quieres tomar, té.o iarabe?", respondía siempre:
;ño io ,á,', o "M. á^ lo *ir*o". Pero no lo decía por desconocer la dfe-
ra¡sediscutiendo sobre qué positividades son aceptables, l'cambia¡do las
supuesumente fal.sas por otras supuestameote ve¡daderas. Como educa- .."1, ."". tá y jarabe. Suced-ía, simplemente, que era incapaz de recono-
Ia primera.vez
ción no afirmativa no se puede entenderla suépensión,de r:¡a derermi¡áda cer o expresar sus propios deseos, necesidades, etc' Desde
situaciones a manifesta¡
afrrmación y 1a introducción simu-lúnea de oma, sino solamente Ia suspen- que enrrarno, .r, .o.rrrlo i¡tenté ayrdarle en tales
"Mila, i'uragínate simplemente urtataza
sión de todo upo de educación afi¡mativa, Ia renuncia básica ¿ qqnfigu-rar ,L d.r.o. Yo Ie decía, por ejemplo:
jarabe fra-buesa' Erío' con
ia educación como instancia afirmadva¿1 senicio de positividades exrra- á. J^,.¿i*te, dulce.t.', y,nát^ un vaso de de
É4" d."tá Fntonces me soLía
pedagógicas.'Una praxis educariva no afirm¿tiva no sería desde el puato ;;;il;. ¿Qué preferiías tomar?".
desconier¡"do y p.égu'uba: ¿De
" q¡ál. de l-as dos cosas tie-
de üsta teórico-educativo, es decir, con referencia a la forma de i¡te¡acción mi¡ar bastante
pedagógica. ni dogmática ni antiautoritaria; desde eI punto de vista teóri- ;;[.5!¡.ñ; lo p..g,*t^b, io.q,i. temiera i",*". problemasyopor p_edir
prefería
;; 1";"" menos lirbiu, ,irro pt.q'-tt i¡teotaba averiguar lo que
co-formativo, es decir, con ¡eferenria a Ia deterrninación de1 comeddo de
la prais educativa y a su relación con otras actividades sociales necesarias, que é1 pidiero,.r .
se le había negado
Ia deseable educación no afirmativa no seia ni brazo ejecutivo de instan- Heini era el produdo de,:¡^ áducrción afirmativa:
y' en consecuencia'
cias e>'trapedagógrcas, ni vanguardia descongesrionadora de estas, a-l sen'i- la participaeón en s,rs propios procesos de aprendizaie
cio de un progreso social. ;Jh^b;;prendido .iqL"ru io q,-,. r* p.rroo^ de referencia habían deci-
que estas consíderaba¡
,
,:r- dido que, á.bí^ ,p."rrá.,, " "Ét', la fositividad
*.r..i¿or" ¿. ,fi.*..ióá- D. *odo que Heini no había- apr"¡dido a de-
sino sólo la técnica
Fragmentos para urra reoria de la educación no añrmativa sear 1o que efr opLnión de sus educadoies era deseable,
esperaba de éi' en el
para descubrir en cada caso el componarniento que se
I
Lable con esre prurcrpro pues exrse la acepiación de posirr"rdades, es de-
cir. riene comLr mera c.JmD]ñLmlenrLr: pcsi'Lt\ros v. con e]lo. no esrulu]a a la
4.1 8i
L-.
mismo; Fich-
reconocimíento muruo de todos los individuos como fin en sí
y en la conversión de sus
Sobrela.situación'aporédcadela.educaciónnoañrmativa).*.:.. te ponía sus esperanzas en la muerie del Estado
.:],'.-'j¡..i.:''-,,;-.,.,.::..,j.,,,Li que
-j;-rd; [lrrr.ion., .r, ,-^ actividad social di¡ecta; Hegel, qurzás igual de sagaz
.- .tiorr¿"¡"sp,ahora de u¡a educación ro afirmativa fue desa- opri*it,^, aceptaba el camino rndi¡e«o del coloniüsrno como etapa de
el m99e9- social
r¡ollada por Ia moderna filosofía y pedagosía.bursue¡a,'!ihaSta iiansición .., .l d.r^..ollo de la sociedad burguesa en un. sistema
ro¡o-se Ia llevado aú¡ a 1a práctica se dábe . q"e Ia historia social de la
moraI.7 Por el conrrario, pensadores más orienrados hacia
la praxis peda-
si.odo, eo ¡{rminos gene.ales, una historia de la edu- ya tenían claro que el Estado mo-
educación ha seguido
j¡dustrial burguesa se ha con. ;€*, .o*o S.h-l.i.rrr"Éh.. y Herbarr,
cacién;afirm^tiu7, .o la que Ia nueva cultu¡a
el desti¡o del hombre, No
á.to ,ro puede poner en marcha el progreso de 1a conciencia social,1a si¡o
;;lii;á;;;jort*.i" positiva para defi,,ir .áo to *L ^..1.i^, y garanazar procesos sociales de aprendizaje en me-
Lbrr-t., l".idea,de 'rr¡" t-ducaci5a¡6 ''fi'mativa n'i ha perdido imporran' drá; ;;
i" y^ r. h^ d".r^rrol-1ado, o dererminado rnicialmente, la idea ra-
cia,:en:absolutorpotr,'óo'dequeJaspositiüdadescreadasporlassocieda- zonable de lo que hay que hacer en cada caso'
"-
no se pue-
des.iodostrirlo Érr.go.," ¿gs¿¡¡slla¡ r:¡a di¡ámica propia.gue e,, L" qrr. ,rrñ. á 1á ,.1^ciO, enre Ia pedagogía y la polírica' Schleier-
de,.aceptar sin:más."Esto lale principa'lmente para las
positividades a las sinteti-
macher, .o ,.,-, .rr"yo ..sobre Ia mrsión del'.Estado en la educación>>,
qo.toy*díusealudeconti¡u'-ente:elEstadomodemoysusinstiru- )Jt" pot*, * 1á, siguientes términos: '<Esta es-, pues, mi respuesra a la
una parte
p..glÁ,^ de cómo el Estado puede desempeñar Iegítimamente.
- --=, 1:Estaao moaerno no ;uddé6iú, leñcillámente, r:nei reconocimisnl.
principio de Ia
acdva en 1a educación del pueilo, cuando de 1o quese trata es
d.e acrecen-
d;r;;;;" +ári.iri¿.¿, po.q,r. ell,o,colisionaría'con ,^. 1, pot.rr.ia de Ia comr¡nidad y la conciencia de 1a misma; sólo en este
en un es-
democracia y'equivaldría ,dtltg"t 1" 'oh:¡taddelos 'ciudadanos .uro. iódo, ios demás morivos son o censurables... o insostenibles>,.8
La
tr¡¡ ento ile, i:n cionanos y p olítitot profesionales, y-de ese.mo do lu§ar
"ea <<porencia de la comunidad>r, que el Estado debe acrecentar; no es'nunca
los principios delanatu¡aleza comunitaria
de.reconocerlos,'se'elim-íiarían f*io d. la potestad esratal d. gtbi.-o y iegrslación, ni es tampoco resulta-
ypúblicáde'Ia poktica burguesa' Por estemotivo no debe permiúrse nun- ,lo di¡ecro de la vida del pueblo. El Estado no puede hipostasiarse en un
., qrr. 1^ .dr.rióo polítiJa se convierta eD. ulaa educación afiro:rauva al Esrado edr¡caEre y anticipar el fururo efl rePresentación-de la sociedad,
servicio de l¿ ideologiu aa partido en el poder; naru¡almente' t2mpoco como r2mpoco puede limirarse a hacer Ineramente de vigilante
nocturno y
llevar
puede comprometerrlé .oo ia oposición y proponerse como objerivo ubrodo,rui ei p.ogr.so exclusivamente al libre juego de lai-acEividades de
Zru al pod.r. Puede que las tÁp':r'" electoraies sean e¡rendidas por los al servi-
podero re- la sociedad burguesa. Igua-lmente, 1a pedagogía no puede ponerse
partidos con.,ro*a., .omo ocasióa y medio para asegurarse e1 es
adoptar-como
cio de.anticipr.loo.§ olatales como «brazo ejecutivo de la política>\lrri
i.rr". ul que 1o detenra; Pero Ia educación po1ítica no.puede
ran-omnipotenre.como.pára póne¡ en ma¡cha e1 progteso social por
sí sola.
p..rp.Áu y met¿ poriti* ni e1 c¿mbio ni,e1 mantenimiento de1 poder Su Scbleiermache, b*s, su cáncepción de r:na educación no afirmadva so-
i¡rerés.debe esrar, precisamente, eII que 1os ciudadanos más
jói,enes no de-
br" J f ..rop,-resto áe que Ia irolítica no ..tá por encima de la pedago g*; n
leguen su ,roI,*t^d en uná doctrina, u¡ro si está eD ei poder como si no, v
apren.lrn pensary acn'arellos mkmos polí- 1;Faá;G precede á t" ptirr'tu; ambasslo qáiaé1_9rí?*lz¡¡tlea;das7-
.rr"rrs fuo.ionarios, y en que a
¡i[,a?-,-alsola disciplina teórica y prácrica, de u¡a édca r:niversai bajo
dcamente, esto es, áá" *u p.isp.tn"u comu¡rita¡ia y pública' Elacto elec- desde'un enfoqueautocítico
eoffe par- iu pá^.i, de la ideardeL bien. AI reconoce¡
to.rl, qrr.:.r, l¿s democ¡aciás parlamentarias permite la elección
puede ser ú¡ricameDte ufia q": áú",;" .xisúa ia édca universal-cue é1 pedía para ty ipo:^: esraba des-
Udos con programas en pnncipio diferentes,
.ri.bi"rrdo r:na siruación que tambiéh es la nuestra en e1 día de hopEir-
este
polídca junro a otras muchas' En ningún caso se puede a
forma de punro, 1a ¡eoría de la,-educación no afirmativa apunta preguntas'mas'
^c¡rA-d^d
pen,,rrír que Ia res )ubLica, como marco de acruacrón po)írica, sea sustitui- .o-pl.j"s ,obre e1 desdno universal del hombre: Que; efecrivamente' Úna
d^ po, ..r, p^rirrr,"rrro, sobre rodo cua¡do éste ha salicio de rmas elecciones potiá.* o¡.rrrada según Ia idea posiuvamente índetenrrinada todavía de
ia:
justamente' ia posibili-
Iibres ,v, pá, .Uo, el presupuesto de su legalidad es' irlrmaoid^d y d. ,r, ,iÁo.i*i.rrto en cada persona ur{i1du.al nb es rtlble
dad de su eiegibüdad. de r:na polÍtica
eo elmurco 2e ulapo1ítica de cada Estado po' sepatado''o
El Esrado moderno fue defilido por la filosofía burguesa desde Ka¡t de sistemas de alia¡izas, ya Io percrbíó schleiennacher sobre el trasfondo de
hasta l{egei como represenranre cje u¡ rnte¡és general, púbhco.
como i¡ri-
orrien tra&cional ñ;;;,;;p.i.ó;;;i ;* i, *.-po r de las:suerrasrde liberació1
1u¡
crador de*1 piogreso socrrl. que había de transformar e1
núsma nues-Lia Sli]fañon ac-
desembocrron en la Restau¡ación. Pero esa eS
de la soci¡dad corporarir.á en una socleiad de ciudadanos [bres, iguales
't'
y
r¡al. Somos miembros de Estados y órdenes sociales predetermir:ados,
i¡aiern.al,ner,r-.u-rjdor. l--a jiea cla','e en Kallt e¡a Ia de 1a bi'rmanl¿ad. ia del
ol
E6
oes, a menos que se rra¡e de alguien que ha aprendido a plantear él mismo
sería absurdo esperar que, por obra de su afi¡mación directa, la idea de Ia 1as preguntas cienrificas y a seguir con todo rigor el procediflliento
metódi-
humaaidad fue., . adqulrir u¡a fuerza reguladora en Ia hisroria social de co áe darles respuesra- Kant lo ha fonlu-lado en su Crítica de la razón pura
nuesrro planeta. Todavía hoy sfuue sin aparecer en el horizonte ese tiPo de1 sigruente modo: en ia ciencia moderna, la <<razón ha de acercarse a 1a
deseable de política interio¡ m¡.mdiel que conciba Ia lie¡ra como patria de oatsra|.ezacon sus principios... en urla ma¡o, y con el experimento Proyec-
j¡coodi-
todos Ios hombres y cgmpla el imperarivo categórico del respeto tado según ellos, en Ia orra, cierramenre con el propósito de ser instruida
cional de Ia dignidad no prefijada, sino sólo configurable coEo empresa por el1r, pero no en calidad de r:n discípulo que se deja imponer todo 1o
colecriva, de toda persona. La polídca, ranto la de cada Estado en particu- que quiere el maestro, sino de un iuez en ejercicio que insra a Ios testigos a
lar, como la de los sistemas de a)ianzas que se cier¡an frente a otros' no es responder a 1as preguntas que é1 les fgrmulo>.e Sin esta instigación, sin pre-
capaz de afca¡zar esta meta Por sí sola. La deseable polírica interior mr:n- g.l*,ur al ob¡eto dei conocimiento, nd'pqede haber, pues, ni e1 más riínimo
dirl t.ne que coprar, más bíen, con que los ciudadanos Ie planteen como áono.imi...rto cienúfico. Por esto, su prdpia consdrución en 1os actos cog-
t^feay con-toda razón ala propia polírica ]¿ ¡selización de los servicios, sa- noscirivos de los individuos no es razóo suficiente PaIa reclamar la afirma-
crificios y reodimientos que puedal ser necesarios para llevar a cabo dicha ción de sus resultados, sino que primero debe i¡cítar al propio suieto pen-
polídca Lterio. mr:¡dial Desde est¿ perspectiva no puede haber, en ab- safite a lleva¡ a cabo eI proceso cognitivo interrogando e investigando a ia
gdqqa-cióq-qfuaadv4 p-ara-utla polírica,de prientaciónpu' vez. Pero jusramente aquí surgen dos problemas glaves ya, conocidos por
-i;;i.
--rSlrl¡p,-"rtrct -rla
o á. a-li^oz^r. Pues ia configuración de esta apetecible Kanr, por 1o menos en principio. El primero dene que ver con la reaLidad
""¿á"¿
poiírica interior mundiil no puede iniciarse a partir de la negación de Ia inmediatr-ente aotepuesta al conocimiento humano, de la que hay que
poJínca nacional, o de la afi¡mación de una utopía; si¡o ú:ricamente a par- delimitar 1a validez de las ase¡cíones cienúficas; el segundo guarda relación
tü de los esfuerzos que generan eso que se ha de afirmar en comú¡ y de 1o con la aplicación de 1a teo:ología cien
'fica y los criterios por los que debe
que sólo tenemos de momento un concePto provisional,
"La dicha apLicación.
regirse
Aigo semejanre ocurre con la segr:rda posinvidad de la época contem- ati¡mación de Kanr de que hay que acefcarse a la natu¡aleza con la
porá:rea, con la ciencia acrual. En cont¡a de todas las esperanzas ilustradas, razóny sus principios en una mano y con el experimenro en la otra, para
ésta no sólo nos ha deparado los medios prometidos para acrecentar e1 forr |Í^ a dar respuestas a nuesuas pregunras ¡ de ese modo, ser i¡strui-
progreso social, sino que ha abierto aI uúsmo tiempo las puertas a tecnolo- dos por ella, se refiere ala naruraLeza del objeto de nuestro conocimienro,
gías que, lejos dei cometido hi¡mano de somergr,la derra a nuest-ras necesi- p.ro oo a la nan:raleza dela realidad i¡mediaramenre a¡tepuesta a todo
dades, pueden acabar desrruyéndola, a e11a y a nosorros mismos. Por eso cono.imi.rrto. De esta manera podemos acer6arnos a la naru¡aleza como
resu-lta ig-ual de desaconsejable la afi¡mación de la ciencia y la tecnología de objero de nuest¡o conoci¡ruento, pero no a Ia naturaLeza en cuanto cosa eD
nuesrros días, como la de r:¡a políuca naciona1 o de alianzast Pero mientras sí, que jamás puede converdrse en objeto del conoci:rrieDto en este proce-
que.la educación no a,Ei¡mariva. confronrada con exfuencias po]ídcas posi- so, pues exisre de mane¡a previa e ina-lcanzable a rodo conoci¡riento y t2m-
dvas, busca 1a ma¡rera de evitar Ia adhesión di¡ecra y e1 requerimiento in- bién cooperá en el proceso'de acerc¡mienrgrcienrífico con- e1-sujeto-pen-
sostenible de susrituir Ia respecriva opción polÍnca por otra, permutáDdola ,rrr., p.io sil que esra cooPeración se convierta ella misma en objero del
por una positividad diferente, el problema que §e plantea en el campo de conocifiLieflto' Por.ot¡o lado, nunca aplic¡mss los resuhados del conocimien-
Ia ciencia es otro. La forma con que la ciencia contemporánea exige sel re- ¡o ciendfico exclusivrmente a 1os objetos de nuestro conociniento, sino
conocida difiere radicalmente de las pretensiones propias de una políuca siempre a la realidad inmediat'-enie antepuesta a 1os mismos' La pregun-
orienrada a.l mantenj¡niento del poder. Por ello rambién le piantea otro tipo ta .1árr. que aquí se plaatea coo relación a una educación,no afi¡mativa es,
de desafíos a ia educación no afi¡r:rari\¡a, cuyo pecuJ-rar potencial explosivo .o,oo..r-, 1a dá cómó puede tal apJicación rener en cuenta debidamente el
se debe a que Ia problemárica que cuesrionamos aquí no se puede solucío- [mite de la validez de nuesrro conoci-mienro.
nar sausfacroriamente por Ia úa de }a urilización v el aprovecharnienlo po- Kant creyó poder soluciona¡ esta problemádca orienta¡do la ciencia
lítico-ideológico de lcs ¡esuhados de }a ciencia conremporánea. mod.erna d. u.o..do con 1a idea de un orden teleológico intangible, de la
En lo que araite a la prerensión de validez para sus constaraciones. 1r ¿] naruraleza, que dirige como prilipio regrrlador el progreso de ¡uestro co-
contrario de 1o que sucede en Ia poJíuca, 1a ciencia de nuesrros días no de- oo.imieoto, y de1 que Cirmaba que arentar conua á significaría renu¡ciar
¡encie del asenirmienro de Lrn ¡]úb)ico de la clase que sea. El pfl-ncioio de Ia a dic-ho p.ogr.ro. Krot .o...bía el progreso del conoci¡aiento cíenrífico
al
.n¡errocacion es Tan consrirurivo para elJa como el de 1a verificaclón. Tal modo de,- pro..ro de i¡teraccíórentre el sujeto rnreligente y la realidad
coi¡ro rll¿ se aurodeiLne, no e,.;ioe a nadie el reccnocu¡iento de sus ¿sercio-
89
aa
el momento presenre hayamos sido capaces de decidir
sociológicamente
predeterminada de Ias cosas en si In este proceso, la naturaleza,bajo Ia
cúpula de un orden teleológico no accesibie aI hombre, se deja extraer co- sobre la orientación del mismo'
nocimientos por medio de:ruestras preguntas y de sus respuestas, que cier-
tamente no desvelan el secretode Ia exis¡encia pre-puesta:de la realidad,
pero permiten liegar a rur conocimiento y r¡n saber técnico que-se integra Sobre la siruación aporética de la formación no afirmativa
"
sin:complicaciones en.dicho orden. Ei problema de Ia aplicación de la cien- radi-
,ciámoderna ho tenía aúnpara Kant todala carga explosiva quela adquiri- lvlient¡as que la siruación aporérica de Ia educación no afirmariva
y, como
ca en que no .rirr. un cronsen;o sobre las posiuüdades
deseables
do en,nuesrro sigio. Enme la física dásica y la cosa en sí todavía.no podía
llegarse en su época a esa colisión entre Ia tecnología científica y Ja existen- .orrr.á.rr.i" de e1lo, son siemPre varias las posiciones de educacióo afjtr'
cia previa dela natura-l eza,tal como se da en el campo dela química y dela ;;;"" que se enf¡entan directamenqtt"" ií, 1a siruación aporética É:n-
físicaatómica de nuestros días. Del mismo modo que el descubrimiento de á"*.rr,i de h educación no a-firmari"á se deriva de que no puede afirmar
las ieyes que rigen el movimiento de los planetas no cambia su órbita, tam- ;;.g", sin más las posirividades decisivas de nuestra época, la ciencia y la
poco las leves de la mecáníca valen como argumento contra Ia libertad de poUí.u. Pero esto caractenza no sóio el estado de ia praxis pedagógica'
'""" il. la vincr:la precisamente con la ciencia acmal y la política estatal.
fluestra voh:ntad. Otra cosa va bien disti¡ta ocurre con-ios resultados-dela -
{ísic, .tO*i.a y de ta biolrríroi.r, que ¡o se encuentran imbricadas si¡ más ¡,u ciencias *odL*r, no pueden ceder con buena conciencia a la polí-
de.las tec-
,en,ur¡a armonía presidida'por la idea de r:n orden cósmico-teleoiógico, tica la decrsión sobre ia udliración de sus resultados y el empleo
más de la,ta-
si¡o que; por lo.menos en 1o que afecu a nuestro planeta, están en condi- ,rologí^s diseñadas Por ellas, sino que se p-reocuPan -cadavez
ciones de alterar nuestras concepciones del cosmos. .., ¿. ma¡tener viva la preocupaciór, poilu realidad preexistente que ellas
hacen accesible, pero ,á ,., .ápr... ie desa¡rolla¡ un concePto
sustancial
.Por eso existe hoy una razón'adicional para negarse a aceptat a pie jr:n-
de las se-
ríllas ios resu-ltados de ia ciencia modema. Pues si ya no basm con sabe¡ de dicha preocuirción. Los cienríficos nudea¡es que. advieneo
deri-
.que la ciencia de nuesuos días, como ha señalado muy cefierzmente Theo- cuelas deL^ guirru atómica y los químicos que 5gfrfan lospel§ros
vados de 1a desrrucción de la ,ru*J.r, ¡oman posflrra fiente a
problemas
dor Lin, debe sus resultados a1 espínru invest[ador y experimentador hu- íficas por euos
ma:lo,10 para hacer jusdcia a ia idea dei orden i¡tramu¡da¡o entre el hom- q,-,.-no .otten independieflremente de ias disciplinas cien
bre,y 1a natura).eza, entonces bien puede deci¡se que la.convicción de que ;it;;r ..p.o*od^s, sino que han qurgrdo precisamente con su colabora-
ción. Con ello apunran irr..rrog'rrtt' los que no se puededecidír ni
dicha ciencia es un producro -cuasi interacrivo de ¡ruestras preguntas a 1a ^ 'ábtt
¡ea-Lidad v de sus respuestas no basta, tampoco, para fundamentar.o ma-n- p"U¿á."r. .ri * el marco de una disciplina singular,_ pues las decisiones
un conflicto ató-
tener un orden enrre el hombre y el mundo. E1 uabajo del hombre con 1a ;;fí;;rt sobre cuándo y hasta qué punto es defenüble explo-
naruraleza ya no se puede dasjficar hoy en día en una parte teórico-técníca mico, o cómo y en qué m.did^ ir.it ser soportable una c¡e.ciente
conoci-
de domrnio de la naru¡a-l eza en ei senrido de una armonía preestabiecida 1, ,*io" de-1-nar,r¡aleza, no admiteo una jusuficación basada en
en otra prácrico-poJírica de consenso socia-l sobre el sentido y 1os fines de }a J..r.o, científicos o en convicci.ones qloLítrcas' Es cieno quala polítiCa pero
praxis humana, sino que reciama una orienracién que se reüó¡rae más allá busca conseio y apoyo para sus decisiJnes en las distintas ciencias'
que
,oao io *a, q". pú.a. áb..rr., de ellas es una información sobre
1o es
. de 1a clásica separación enrre conocimienro teórico y prácrico, dominio de ampliar
'1,a
narura-leza y política, J/ que no concíbe el pnmado de 1a praxis en térmi- factibie y ,r, ..i.r*siones, ala ve4 que haceries el encargo de
Lo que no encuentra
nos de una primacía de Ia acrir.idad polírrca fren¡e a la teórico-técnica. Ac- 1"s fror.r.rus d. ü frc6bl. en una di¡ección deseada.
so-
rualmente no cabe dererrni¡ar el modo de aplicar tecnológicamente las en ellas es el asesoramiento que necesitaría pala apoyar sus decisiones
encima de los límites de r¡¡a pura racio-
aponaciones de la ciencia moder¡a con la confianza puesta en urla arrno' bre ,"rna base sensata, siruada-por
nía preesrablecida enrre el hombre ), Ia na¡uraleza. o srmplemente sobre la nalidad ¡écnica-
base de decisiones políricas que especfica¡ hasra dónde podemos llegar en ;; ,o *rryo deLg$,«Cientifuación de la polídca Y.oPinign púbiica,''
racionalizacióa de 1a divi-
nuesrra expiotación de la narura1eza según crirerios de rolera¡cia consen- Irrg"r, ff^S"áas distinguía tres modelos para la
,ái áJ"rUaio dela ciJcia modero, y d.1, polídca estatal: elmod.elo deci'
suados de manera \¡olu¡rárista. Con el surgirniento de ]a modema probie-
de F1el¡nut Schels§ y r:no pragmári'
Ma-x \{eber, e1 recnocrático
mátjca ecológica. las ciencias na¡u¡a,les han dejado ie ser $sciplL¡es teóri- =i""ir,, de ieacía y política-I1 Según el
cas pára l¿ i¡1;¿5¡iqacion experrmenra.l iie ia na¡ura-]eza. r,se ha¡ conler-¡i,jc co de cornurricación recíproca entre lodeJo
decrsion.rta. ia tareadei .=r...o ciendjjco está supediiada hmcional-racio-
tn cjincias socia-1es de ¡uesr¡o liabajo con la naruraleza. oero si¡ oue has¡a
91
:it
metafísica que acompaña¡á como algo de 1o más naru¡al a 1a autocreación
nrlmente aTa tarea.de mando político. La ciencia pone ¿ disposición los de1 hombre en la civilización cienúficor.ra
medios para una política racional; 1a polídca deriva su racionalidad de la La djferencia fundamenta.l entre el pragmatismo de Schelsky y el de
ciencia y mantiene su primacía sobre ésta por razón de Ia k¡acionalidad de Habermas estnba a mi parecer no solamence en que Schelsky considera es-
sus juicios de valor, que deciden sobre Ia u ;liración de los medios y, como casas las opom:nidades de una i¡rercomunicación entre la ciencia y la poJí-
consecuencia de su dimensión valorativa, no pueden ser sometidos o vi¡- tica, sino que, además, mantiene la tesis de que ya no puede darse una co-
culados a criterios de ¡acionalidad cien ífica. municación taa positiva como esa:
. EI modelo tecnocrático da ya por.supuesto que eD la relación medios-
fit, ent¡e la ciencia y Ia política subyace una finalídad, en razón de 1a cual Si... ,<formacióo, significa una qobera.ía moral tiente a los imperacivos
1a racionalidad cien ífica infl.uye sobre la política en Ia elección de los me- del mu¡do y de la vida práctica..., enronces ya no la podemos conseguir
dios,.al tiempo que 1os racionaliza vinculando de nuevo la decisión sobre hoy en üa primaria y directamente a uavés de la ciencia. A1 conrrario:
los fines a Ias leyes fácricas establecidas por eI propio hombre de la civili- dado que la propia vida prácdca se ha hecho ciendfica, la aspiración a con-
zacíón ciendfica. EI Estado poiírico de Max Weber se trr''sforma enton- verri¡se en una persooa culta ileva aparejada ineludiblemente la tarea de
ces'en-un Estado técnico, por donde, como ya advimió Schels§ aguda- distancia¡se de la ciencia, de el.eva¡se por encima de ella, ta-l como la forma-
mente gr 1961,:da_r-dsa de-1a-democracia..-(pierde)-su snstencia,cláqic¿:.la ción de 1os humanistas e idealistas se elevó en otro riempo sobre Ia mera
voluntad política popular se ve sustituida por laley f.á«ica, producida por vida práctica. La tbrmación de Ia persona radica hoy en día en la supera-
el propio hombre como ciencja y trabajo». Ei pronósrico de Schels§ rela- ción i¡telecn:al de la ciencia, precisamente en su diniensión técnico-cons-
tivo a u¡a.dicticia acrrvidad decisoria de los políticos en el Esudo técni- tructiva; en cuarto que se ha convertido e1la misma en el mr:ndo y en Ia
co>>, de una reducción de la polídca aI-.<rango.de jnsta¡cia auxiJiarpara vida prácrica, constituye la susta¡cia de la rrida que se rrata de ..formaor;
remedia¡ 1as deficiencias dei "Estado técnico"», se ha c',mplido ya en to- tan sólo el paso por la vida práctica, por las ciencias, le permite al hombre
dos sus extemos.l2 La política estatal se apoya cada vez más en leyes fác- afcanza¡ el nivel desde el cual se plarrtea de nuevo la pregunta de Ia forma-
ticas, como pueden ser, por ejemplo, las de una escasez de recursos, de la ción. Bien encendido qré s. trrtu de r.:¡a pregunta que ya no se puede res-
competencü internacional por g2n2r mercados, de la c¡ecien¡e automad- ponder desde la dimensión de la propia ciencia, ni como fil.osoffa ni como
zactóo de La ¡¡dusuia, o de Ia mode¡nización de1 potencial destrucrivo mi- srntesis ciendfica, porque 1a ciencia en cuanto construcción del mr:¡do ha
lirar. dejado descolgado a todo pensamiento científico.l5
El modelo pragmático confía en podercóojurar u¡ Éinal así de la poU- <<Ir siempre por delanto, en la permanente reflexión met¡física del de-
tica por u¡ doble proce.li-iento: no dá¡dole ala vi¡cu-lación valorariva sarrollo ciennfico, eso es para Schels§ «*formación" en la civilización cien-
i¡r-acronal de una polídca decisionis¡a la pnmacía f¡enre al saber sobre los
úfico, (pfu- 480), que sólo es asequrble a una éiite que ya ha completado su
medios de 1as cie¡cias modemas, ni fomentando la racionalización de Ia
marcha a través de las ciencias. Habermas, po..1 .orru"rio, se decarrta por
poLítica med-ia¡te su somelimienro a los imperativos fácucos de la civiliza-
la madu¡ez polírica de r-rn ampLio cucuip de 1a poblacióo y poruna supera.
crón cienrífico-técrrica, sino procediendo sob¡e La base de una <<comr:¡.icación
ción discursiva de Ia poJídca estatal. La alternativa que nos inte¡esa no se
recíproca>> entre los representanres de Ia ciencia y 1os de 1a polídca estatal,
plantea eDrre un grupo dirigente que explou efic¡zmente un potencíal cien-
que ha de quedar insLirucionali"ada por medio de la .<colecdvidad poJÍtico,
dfico vira1, a1 margen y por encima de una población medi:aazada, y otro
en cualto .do¡o democrárico de debares púbhcos de ia ciudada¡ía». Lo
grupo dirigenre exduido él mismo dél flujo de i¡foruraciones científicas, de
sorprendente en este caso es que F{abermas, ya en 1961 , esrimaba como
forma que el saber técnico no afluye su.ficientemente a1 proceso de la for-
,.poco favorablesr> 1os presupuestos para u¡ra ra-l intercom¡nicación en la
mación política de Ia ','oluntad. La cuestión radica, más bien, en si un acer-
esfera púb)ica, pero al mismo dempo propug;nab,a la i¡sritucion"lización
vo de saber de consequencias rrascendeota-les se queda a disposición exdu-
de un drscu¡so no autorirai-io como i¡srancia para evitar Ia .<mprura pre-
sivamente de un grupo que maneja 1a técnica, o en si, al mismo úempo, se
matura de u¡a posible racionalización>>.li En 1961, Schelskl,había liegado irrcorpora tarnbién como conteni.do li-oguístico al proceso de comnnicación
a u¡a conclusión si¡rilar en su esrudio homb¡e en la cirüzación cientí-
"Ei entre los hombres- Una sociedad cienrifizada sólo podría considerarse ma-
fjco>: ,.Tambiérr i,o eslov con\¡encido de que ]a crvilización ciendfica im-
du¡a en la-medrda en que iograra esrablecer una conexión a trav* de ias
pondrá un esrado de refle¡¡ón pema¡ente a Lmplios secroies de 1a pobla-
menres de los crudadanos ent¡e la ciencj.a y Ia técaica, por ul iado, y la pra-
ción balo formas u.L¡e]ectuales &i,ersas ),a cüslinios niveles, Así, Ia pregunra
x,ls \1ta-1, por or-ro. La peculiar áimensión en la que es posible u¡a conver-
sobre el "se¡lido dei homb¡e" se conr.eru¡á. ¿sí formr-:-lada. en Ia posición
91
Oi
la misma'
posee un conceDto elaborado de
un^'1?i:*: sólo la puede transmirir cuando no puede consistir
prácrico y' con e11o'. L áadu"z
sión cont¡oladá delsaber l6cnico en
:esulta¡a Pero si, como se h^ t;;;;;;t**te' de los resultados de las
ción científi camente go:aáa de1 po der políticg, "i*otli hoy en día ni en t*' y'efi
afinnación
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*as se sig a coárid.rurr iJ;;.;d"" ;iiost r.ióo
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9ó 91
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jeto enterams¡1s ¿ rlisposición del hombre; y, por otro, unarécnicaposiuva 12. Véase H. Sc¡rsrsry, «Der lvfensch in der wissenschaftlichen Zivi.lisarion",
'rlt.rn^tirm op. crt., pags.,{(:), *69.
que intentá interPretar las leyes de ia naruraleza ala luz de su
utilidad como fu¡dam*ro d. su vida y de la nuestra, las leyes biológicas en
li. VéaseJ. FLteER\tAs, op. cit., págs. 1{{ y s.
14. Véase H. Scirersrv, op. cit., pág. 186.
J *ur.o de ló que me¡ece üvi¡se la"¡tda y las leyes sociales desde eI punto Lt. tbid., págs. 478 y s.
de vista de ia libenad ,¡eaüzaáaintersubjetivamente'1e "
:' 1'r":.-:
de Herbart i6. VéaseJ. FI¡¡Enr.nS, op. cit., págs. 14,1 ys.
,: La universalidad de ia problemática formativa en eI senddo 17. Véase F. ]. lftrc..nr (1808), Allgemeine praktische Philosopbie, Gótti¡-
úhimo término, en que Ia formación lo es
.
1, de Franz Fischer ,. b"sá, en oFa
7. Véase H.-J. Flevlonl." (1979), lJber den Vidersprucb xon BiUung und'
ITerrschafi. Bildingstheoretiscbe Schiften Band 2., Franldu¡t a' M', págs' 56-277;
D. Be¡lNE& F. BnÚccen y K.-F. Gosrrunl6R (1982), .<lleydoms Bild,ngstheo-
rie», en Z e it s cb rift für P rida go gi k, 2.8, páqs. 1 3'92
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WusClrnli' (ed.),
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Verh-e h secbs Binden.¡,o1. ?. Darmstadt, 19ó6, B s')[II
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10. \Iéase Th. untlMen:chenbildung'2.' ed '
oa
99
L.