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Historia de la socialdemocracia
La socialdemocracia es una corriente política que tiene su origen en Europa. Esta nace a mitad del
siglo XIX, partiendo de unos principios de izquierdas, promoviendo un socialismo con un mayor
carácter democrático. De esta forma, la democracia aboga por una Europa unida, donde las fuerzas
colectivas garanticen una economía del bienestar.
La corriente socialdemócrata nace en Francia. Esta corriente tiene su origen durante la revolución de
1848, por lo que tiene un gran componente reformista ya desde su nacimiento. Aunque Karl Marx ha
definido la democracia en sus escritos, lo cierto es que existe una gran disparidad de opiniones
acerca de quien fue el verdadero fundador de la socialdemocracia en Europa.
Otro marxista, Eduard Bernstein, afirmaba que el término socialdemócrata fue acuñado por el poeta
alemán Gottfried Kinkel. De esta forma, las afirmaciones de Bernstein ganan credibilidad ante la
aparición del primer partido político que se definió como un partido socialdemócrata, pues el país de
origen de este es alemán. Un partido fundado por Ferdinand Lassalle, el cual se denominaba
“Asociación General de Trabajadores de Alemania”.
Este partido político fue el primero de la historia en denominarse socialdemócrata. Y lo hacía a través
de su principal periódico, el cual tenía por nombre “La Socialdemocracia”. De esta forma, nace una
corriente que política que sigue gozando de gran representación política en la actualidad. Sin
embargo, ya no se encuentra solo en Europa, sino que su expansión ya es globa
Las principales características que definen a la socialdemocracia moderna, así como sus
reivindicaciones en los distintos órganos parlamentarios son:
Economía mixta.
Servicios públicos reforzados.
Educación gratuita y universal.
Sanidad gratuita y universal.
Un fuerte sistema de Seguridad Social.
Políticas de inmigración y diversidad cultural.
Fuerte democracia representativa.
Apoyo a la ecología.
Apoyo a la creación de representantes intermedios que velen por los intereses de los grupos más
vulnerables (sindicatos, organismos de competencia, organismos de ayuda a los consumidores…).
Sistema impositivo progresivo.
Política progresista, en contra de los valores conservadores.
Promoción de lo que la socialdemocracia llama “Justicia social”.
Política exterior basada en el cooperativismo y el multilateralismo.
Críticas a la socialdemocracia
Desde su nacimiento, la socialdemocracia —al igual que ha pasado con muchas otras ideologías
políticas a lo largo de la historia— ha sido duramente criticada desde el punto de vista liberal y
conservador. Y es que, aunque la socialdemocracia dice defender el libre mercado, su fuerte
apuesta por la intervención del gobierno en la economía cuestiona la definición que hace la
socialdemocracia del liberalismo, en contraposición con otras corrientes como el liberalismo. Un
liberalismo en el que la intervención del Estado es subsidiaria o, en algunos casos, no existe.
Por otro lado, la socialdemocracia también ha sido duramente cuestionada por las garantías que la
propia socialdemocracia recoge y que se le exigen para que sea efectiva. Entre esos principios, el
más cuestionado ha sido el de democracia representativa. La dificultad que presentan los sistemas
democráticos para hacer una representación y que -como promueve la socialdemocracia- incluya a
las minorías, ha fundamentado la críticpo
SOCIAL CRISTIANISMO
El partido democrata cristiano COPEI fue fundado un 13 de enero de 1946, organización política que
se inspiró en los ideales del humanismo cristiano y logró conquistar la Presidencia de la República
de Venezuela en dos oportunidades: 1968 – 1974 y 1978 – 1983.
Los inicios de esta corriente se remontan a Unión Nacional Estudiantil (UNE), que fue una
organización estudiantil de orientación socialcristiana conservadora y alejada de la influencia
hegeliano-marxista, corriente ideológica doctrinaria muy en boga durante las primeras décadas del
pasado siglo.
En 1946, la Junta de Gobierno convocó elecciones para organizar una Asamblea Nacional
Constituyente. Caldera y sus seguidores, empleando las bases políticas redactadas por el Comité de
Inscripción Electoral, fundan en los altos de la Lavandería Ugarte, ubicada en la tradicional parroquia
caraqueña de “La Candelaria”, en fecha anteriormente señalada, a COPEI como el movimiento
político que ha de convertirse, con el devenir de la historia democrática venezolana, en uno de los
baluartes y pilares fundamentales de la democracia cristiana latinoamericana. Entre los años 1946 –
1948 no sólo se funda el movimiento, sino que se fundamenta ideológicamente.
Postulación de Copei en Asamblea Constituyente en 1946. Foto archivo El Nacional
Al nacer en plena mitad del siglo XX y posterior a la Segunda Guerra Mundial, el modelo organizativo
que este partido adoptó fue el modelo de corte centralizado, donde su principal retroalimentación
provino desde los organismos funcionales; siendo el más conocido la Juventud Revolucionaria
Copeyana (JRC).
Postulación de Copei en Asamblea Constituyente en 1946. Foto archivo El Nacional
Al nacer en plena mitad del siglo XX y posterior a la Segunda Guerra Mundial, el modelo organizativo
que este partido adoptó fue el modelo de corte centralizado, donde su principal retroalimentación
provino desde los organismos funcionales; siendo el más conocido la Juventud Revolucionaria
Copeyana (JRC).
Llegada desde el exilio de Rafael Caldera. 1958
Es notable la influencia de la doctrina social de la Iglesia en los documentos de índole ideológica de
COPEI. El hecho de que la generación fundadora fuese formada dentro de los principios de la acción
católica, dio lugar a este vínculo fundante. El período 1958-1970 se abrió con la institucionalización
democrática iniciada el 23 de enero de 1958, fecha en la cual se sella un compromiso político
partidista para la consolidación de la democracia en Venezuela, que se inicia con la firma del Pacto
de Puntofijo, el 31 de octubre de ese año. Los partidos COPEI, AD y URD., acuerdan un programa
mínimo común y un gobierno de unidad nacional; se comprometen a defender la Constitución y el
derecho a gobernar conforme a los resultados electorales. Durante este período se desarrolló en
Venezuela el movimiento guerrillero insurreccional auspiciado por el régimen de Fidel Castro en
Cuba, el cual buscaba implantar en el país, por la vía de la fuerza, un gobierno de corte marxista-
leninista al estilo de la revolución cubana. La posición predominante en el partido considera que el
cambio revolucionario pasa por el camino democrático y tiene su enemigo antagónico en el
comunismo.
Foto archivo. Pacto de Punto Fijo.
En el año de 1968, ya consolidado el sistema democrático, COPEI gana por primera vez la
preferencia del electorado, y en las elecciones de Diciembre de ese año, Rafael Caldera es electo
Presidente de la República, iniciando así el primero de los dos gobiernos copeyanos que ha tenido
Venezuela. Se trató de un gran logro de la naciente etapa democrática, donde por vez primera en la
historia republicana un presidente entregaba el gobierno a un contrincante de oposición, sin ningún
tipo de traumas o movimientos armados. El gobierno de Rafael Caldera (1969 – 1974) se
caracterizó, entre otras cosas, por sacar a Venezuela del aislacionismo que significó la “doctrina
Betancourt”, la cual no permitía las relaciones bilaterales con naciones donde estaban establecidos
gobiernos de facto o totalitarios, bien hayan sido de izquierda o de derecha. Así mismo, estableció la
Política de Pacificación con los sectores de ultra izquierda que se encontraban fuera del marco legal
en los movimientos de guerrilla. Gracias a esta acción directa del gobierno demócrata-cristiano del
Presidente Caldera, se legalizaron de nuevo partidos políticos como el Partido Comunista de
Venezuela (PCV), entre otros, y el surgimiento de nuevas alternativas políticas con orientación de
izquierda como lo fue el caso de la fundación del Movimiento al Socialismo. Entre sus grandes obras
debemos recordar el Poliedro de Caracas, el Aeropuerto Internacional La Chinita, en Maracaibo, el
nuevo edificio sede del Ministerio de Educación, la construcción de viviendas, la Ley de Reversión de
la Industria del Gas Natural, entre otras
Luego de perder las elecciones generales del año 1973 con el candidato Lorenzo Fernández, COPEI
comenzó una etapa de reorganización, y emerge para entonces el nuevo liderazgo del entonces
senador Luis Herrera Campíns, quien fue postulado por el partido como su candidato presidencial
para los comicios de Diciembre de 1978, en los cuales resultó vencedor, y donde por primera vez la
Democracia Cristiana pasó a ser mayoría en el Congreso Nacional.
Esta nueva etapa se inició cuando el mundo atravesaba una crisis energética gigantesca, que
produjo un incremento elevado en los precios del petróleo, principal fuente de ingresos de la Nación,
y la cual es aprovechada para erigir grandes obras de infraestructura para modernizar al país, entre
las que podemos citar: el Complejo Cultural Teresa Carreño, la primera etapa de la línea 1 del Metro
de Caracas, el nuevo Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar, los complejos deportivos
Naciones Unidas y Parque Miranda en Caracas, el Estadio Brígido Iriarte, la culminación del
complejo Parque Central en Caracas, múltiples complejos habitacionales en todo el territorio
nacional, así como también la ampliación de arterias viales, entre otras obras de gobierno.
Lamentablemente la posterior caída de los precios del petróleo y la fuga de capitales por la cual
atravesó el país, originaron una crisis económica que llegó a su clímax en Febrero de 1.983, fecha
en la cual el gobierno tuvo que adoptar medidas económicas entre las cuales se incluyó la
devaluación de la moneda y la implementación de un control cambiario. Esta crisis, entre otras cosas
originó la derrota electoral en los comicios de Diciembre del mismo 1.983 y el inicio de otra etapa
partidista, de nuevo en la oposición.
COMUNISMO
Te explicamos qué es el comunismo, su origen, características y países que lo practican. Además,
diferencias con el socialismo y el capitalismo.
¿Qué es el comunismo?
El comunismo es un sistema político y un modo de organización socioeconómica, en los cuales se
propone una sociedad sin clases sociales y sin propiedad privada de los medios de
producción (como fábricas, minas, etc.). Por el contrario, la actividad económica es organizada por
el Estado.
En dicha obra comunismo y socialismo eran empleados como sinónimos, aunque más adelante
surgirían distinciones a raíz de las diversas tradiciones de pensamiento marxista. De acuerdo a la
perspectiva marxista, la historia ha de comprenderse como el resultado de una lucha de clases,
desatada desde tiempos ancestrales con la aparición de la propiedad.
Los diversos estamentos de la sociedad compiten por hacerse con el control de los medios de
producción, y poder así dirigir la concepción del Estado a su favor. De este modo, se da
la explotación del hombre por el hombre, frase que quiere decir que los seres humanos requieren del
trabajo de otros seres humanos para obtener beneficios y enriquecerse.
Siguiendo esta comprensión de la historia, la lucha de clases hace de “motor” del cambio social,
económico y político, empujando las sociedades hacia la adopción de nuevos modos de
producción: de la esclavitud de antaño, pasando por la organización feudal, hasta llegar a la época
industrial y al nacimiento del proletariado (la clase obrera).
Marx vaticinaba la posterior llegada del comunismo, como una utopía liberadora e igualadora,
que debería atravesar varias fases previas (las más célebre de ellas la que Marx llamó la “dictadura
del proletariado”) hasta consolidarse como el sistema final de la humanidad.
Obviamente, desde los años de publicación de la obra de Marx hasta nuestros días, muchos partidos
comunistas de tendencias muy diferentes han tenido lugar. Algunos de ellos han sabido llegar al
poder de sus países, consolidando regímenes comunistas que, en su mayoría, han tenido resultados
desastrosos.
Sin embargo, la visión de Marx, con o sin los añadidos de otros pensadores posteriores (Vladimir
Lenin, León Trotsky, Mao Zedong, etc.) sigue estando vigente y sigue inspirando a muchos a luchar
por una sociedad que consideran más justa.
De allí en adelante, en cambio, se hablará de socialismo utópico, para denominar a las doctrinas
sociales propuestas por pensadores humanistas, durante el Renacimiento y luego
la Ilustración. Estas ideas jugaron un importante rol en la Revolución Francesa de 1789 y la caída del
Antiguo Régimen en Europa.
Como se verá, el término “comunista” es muy anterior a la obra de Karl Marx, y surgió en
Francia, alrededor de 1840, para denominar a los seguidores de dos tendencias políticas
igualitaristas: la de Étienne Cabet (1788-1856), llamada cabetismo, y la que reivindicaba el
pensamiento de François Babeuf (1760-1797), llamada neo-babuvismo.
Aunque esos términos ya se había acuñado, las interpretaciones marxistas dieron al comunismo
y el socialismo una sólida base teórica. Marx y Friedrich Engels (1820-1895), fundadores en
Bruselas del Comité Comunista de Correspondencia, gestaron una obra que cambió para siempre la
forma de entender al comunismo, que llevó las distintas experiencias socialistas del siglo XX
Obviamente, una lista de países con esta orientación ideológica pasa por aquellos que se han
declarado como tal, ya sea que adopten o no el término “socialista”, “comunista” o “popular” en sus
nombres. Entre los proyectos comunistas ya extintos se encuentran:
La Unión Soviética (URSS). Nacida en 1922 y disuelta en 1991, en donde se incluían las
siguientes quince naciones, que tras la caída del bloque tienen ahora una existencia capitalista
independiente:
La República Socialista Federativa Soviética de Rusia. La más grande, poblada y
poderosa de todas las que formaban la unión.
La República Federal Socialista Soviética de Transcaucasia. Formada por las actuales
Georgia, Armenia y Azerbaiyán, y cuya capital era Tiflis, pero sólo existió desde 1922 a 1936.
En ese último año se disolvió y sus tres naciones integrantes se convirtieron en Repúblicas
Soviéticas Socialistas independientes la una de las otras.
La República Socialista Soviética de Ucrania. Más o menos equivalente a la actual
Ucrania, aunque en la época de la Segunda Guerra Mundial, su territorio abarcó parte de la
actual Polonia.
La República Socialista Soviética Bielorrusa. Que atravesó distintas etapas: nació en 1919
y ese mismo año se transformaría en la República Socialista Soviética Lituano-Bielorrusa,
para volver a llamarse República Socialista Soviética de Bielorrusia en 1920, y continuar
siéndolo hasta su disolución junto a la URSS.
La República Socialista Soviética de Estonia. Incorporada militarmente a la URSS en 1940
y no reconocida formalmente por las naciones occidentales, que seguían tratando con los
representantes de un gobierno en el exilio.
La República Socialista Soviética de Kazajistán. La segunda más grande en extensión
territorial de todas, luego de Rusia.
La República Socialista Soviética de Kirguistán. Que formaba parte del territorio de la
Rusia zarista y pasó a la Unión Soviética desde la Revolución de 1918.
La República Socialista Soviética de Letonia. Ocupada por las fuerzas militares soviéticas
en 1940 y anexionada desde entonces a la URSS, algo no considerado legal por las potencias
europeas, que trataron a Letonia como Estado independiente.
La República Socialista Soviética de Lituania.
La República Socialista Soviética de Moldavia. Inicialmente parte de Ucrania hasta 1924.
La República Socialista Soviética de Tayikistán. Parte sureña del antiguo territorio de la
Rusia zarista.
La República Socialista Soviética de Turkmenistán. Que había sido parte hasta 1921 de la
propia Rusia.
La República Socialista Soviética de Uzbekistán. Creada por mandato del propio Iósif
Stalin en 1924, sufrió distintas transformaciones a su territorio a lo largo de los años
venideros.
La República Socialista Federal de Checoeslovaquia. Nacida en 1948 y disuelta en 1989, en
la cual coexistían los actuales Estados de República Checa y Eslovaquia.
La República Alemana Democrática. También conocida como Alemania Oriental, que comenzó
a existir luego del fin de la Segunda Guerra Mundial y la división del territorio alemán bajo control
de los Aliados vencedores, en 1949. Finalmente se disolvió al unirse a su república hermana
occidental en 1990.
La República Democrática de Camboya. Instaurada a la fuerza por el ejército campesino de los
Jemeres Rojos liderados por Pol Pot. Fue el escenario de uno de los genocidios más atroces del
siglo XX. Existió desde 1975 a 1979.
La República Federativa Socialista de Yugoslavia. Fundada luego de la Segunda Guerra
Mundial bajo la influencia de la URSS, luego se alejó cuando Iósif Stalin y el dictador yugoslavo
Josip Broz Tito tuvieron sus desavenencias. Tras la muerte de Tito en 1980 las tensiones étnicas
del país comenzaron a desestabilizarlo y finalmente dejó de existir en 1992.
Por otro lado, actualmente existen cinco países bajo régimen comunista:
La República Popular China. En pie desde que emergiera de la Guerra Civil China en 1949,
bajo el mandato de Mao Zedong, hasta el día de hoy. Luego de la muerte de Mao, sufrió una
serie de reformas hacia el capitalismo en 1978, de la mano de Deng Xiao Ping, que la
convirtieron en una potencia económica e industrial.
La República Popular Democrática de Corea. Conocida mejor como Corea del Norte, comenzó
a existir tras el fin de la Guerra de Corea, en la que sus vecinos del sur se independizaron gracias
al apoyo estadounidense. Siguen su propia versión de la ideología marxista-leninista, con
añadidos autóctonos llamados “Juche”.
La República Socialista de Cuba. Fundada por Fidel Castro en 1961, tras derrocar
la dictadura de Fulgencio Batista, se mantuvo en pie gracias a la ayuda económica de la Unión
Soviética. Tras su desaparición, entró en un “período especial” de inmensa pobreza, en la que
millones de sus habitantes emigraron en balsas hacia los Estados Unidos. Entonces se vio
obligada a implementar reformas hacia una liberalización del Estado, las cuales se aceleraron
tras la muerte de Fidel Castro en 2016.
La República Democrática Popular de Laos. Fundada tras una cruenta guerra civil que culminó
en 1975, ha flexibilizado sus preceptos ideológicos para permitir el surgimiento de la
libre empresa desde 1980.
La República Socialista de Vietnam. Vencedora de la terrible Guerra de Vietnam contra los
Estados Unidos, luego de un conflicto independentista contra Francia, fue en parte creada por su
líder Ho Chi Minh. Esta nación de la antigua Indochina también ha debido liberalizarse
paulatinamente desde finales del siglo XX, bajo la figura de una “economía de mercado orientada
al socialismo”.
Comunismo y socialismo
En principio, los términos de socialismo y comunismo eran empleados como sinónimos, incluso por
el propio Karl Marx. Aún hoy la diferencia entre uno y otro es motivo de debate, ya que muchos
consideran el comunismo una suerte de socialismo revolucionario. Por otro lado, las doctrinas
marxistas más ortodoxas lo entienden como una primera etapa de transición entre el capitalismo y el
comunismo venidero.
Comunismo y capitalismo
El comunismo rechaza la propiedad privada y el capitalismo se sustenta en ella.
El comunismo es considerado como el enemigo tradicional del capitalismo, ya que mientras el
primero se propone abolir la propiedad privada, el segundo se sustenta precisamente en ella.
Mucho de este antagonismo proviene del hecho de que los Estados Unidos y sus aliados,
las democracias liberales de Occidente, se opusieron durante casi todo el siglo XX posterior a la
Segunda Guerra Mundial a sus enemigos ideológicos, que conformaban el Bloque del Este o Bloque
comunista, liderados por la URSS. Este conflicto se denominó la Guerra Fría
SOCIALISMO
Te explicamos qué es el socialismo y cómo se originó este sistema. Además, cuáles son sus
características y diferencias con el comunismo.
El socialismo contempla que todas las personas son iguales, con la necesidad de acceder a los
mismos bienes y recursos naturales de un país. Por eso propone que el control social sea la base
para la prosperidad y para garantizar la igualdad y la libertad.
Se opone al capitalismo que defiende a la propiedad privada de los medios de producción y que
permite las decisiones individuales en el mercado. Considera al capitalismo como un sistema injusto
en el que el poder y la riqueza recaen en una minoría.
La palabra “socialismo” fue empleada por primera vez en 1766 por el monje Ferdinando
Facchinei. La usó para hacer referencia al concepto planteado en la obra de Juan Jaques Rousseau
sobre el “contrato social” entre el Estado y la comunidad (pacto que defendía la libertad y la igualdad
social).
Sin embargo, existen opiniones contrapuestas entre los socialistas respecto a la extensión y al tipo
de propiedad pública que la sociedad debería controlar. Algunos han sostenido que casi todo debía
ser propiedad social, excepto los artículos personales como la ropa. Otros, como los denominados
social-demócratas, suelen aceptar el libre mercado como sistema económico básico, junto con
una considerable intervención del Estado para corregir desigualdades sociales.
El origen de la ideología. El socialismo surge en respuesta a las enormes fallas del capitalismo
(como la explotación laboral o la inequidad de las riquezas). El comunismo busca terminar con el
capitalismo y con la propiedad privada en su totalidad.
El tipo de sistema. En el socialismo la autoridad central de la economía (sea el gobierno o una
cooperativa) es elegida de manera popular. En el comunismo no existe la elección popular y el
gobierno se impone de manera autoritaria.
La propiedad privada. En el socialismo los medios de producción son de propiedad pública,
aunque los individuos tienen el derecho de comprar algunos bienes. En el comunismo, todo es
propiedad pública, tanto los medios de producción como los bienes manufacturados.
La participación ciudadana. El socialismo pretende que todos los ciudadanos se involucren en
la administración de los medios de producción, mediante la representación del Estado. El
comunismo no permite la participación ciudadana.
Sin embargo, ambos sistemas se confunden porque tienen algunas similitudes, como la
búsqueda de la igualdad social, el concepto de propiedad pública y el control del Estado. Además, se
emplean como sinónimos porque algunos estudiosos sostienen que el socialismo es necesario para
pasar de un sistema capitalista a uno comunista, es decir, pasar de un sistema donde
la burguesía tiene poder sobre el proletariado, a uno donde los medios de producción no recaigan en
una minoría burguesa.