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Reporte María Sabina

Mtro. Fortino
Literatura Mexicana Contemporánea
María Fernanda Reyna Tovalín
29 de febrero del 2024
Documental sobre María Sabina

María Sabina fue conocida como una curandera y chamana mazateca, proveniente del

estado de Oaxaca. Su trabajo se basó en la búsqueda de cierta espiritualidad a través de

rituales, basados en la cultura mazateca de México. Reconocida también como alguien que

conectaba sus conocimientos y sabiduría a la naturaleza, por la que regía gran parte de lo

que sabía y hacía. Debido a que su trabajo era a través de esta, ella llamaba a los hongos

como ‘niños santos’, debido al respeto que tenía hacia la naturaleza con la que trabajaba

para todos los métodos curativos que usaba, puesto que lo veía como ciertas entidades. Su

primera experiencia con los hongos fue durante la niñez, después de haber enfermado y por

su propio instinto al ingerir cierto hongo, ella tuvo una sanación exitosa y fue el comienzo

de esa relación entre ella y la naturaleza.

El lenguaje desempeña un papel importante en los rituales que María hacía, pues a

través de cánticos que ella consideraba sagrados provenía de la misma madre naturaleza y

eso le permitía tener comunicación ella. Así como también, por medio de este mismo

lenguaje adquiría ciertos conocimientos.

Como antes se mencionó, María Sabina era proveniente del estado de Oaxaca, por

lo que su hogar fue espacio lleno de árboles en este mismo estado específicamente en la

Sierra Mazateca. Para ella era importante estar rodeada de aquella vitalidad y espiritualidad

para ejercer sus creencias y conocimientos. A través de los años tuvo diversas visitas por
parte de extranjeros, María contó que había una gran distinción entre los verdaderos

motivos por los que iban, algunos con la curiosidad y ganas de tener una verdadera

conexión con la naturaleza y otros con total despreocupación sin mostrar respeto ante ella, a

lo que María Sabina lamentó puesto que sentía tristeza por que no entendieran ese tipo de

espiritualidad.

El reino de la muerte era solo otra dimensión a la que el espíritu viajaba después de

esta vida, María Sabina tenía la fuerte creencia de que no debía existir miedo o temor ante

la muerte, sino que solo era algo trascendental. En sí, explicaba que el alma no dejaba de

existir, solamente se transformaba y viajaba a otro espacio espiritual. Por lo que con eso

podemos concluir que esta mujer tenía una visión de la vida diferente a la que hoy en día

comúnmente se tiene. Su vida espiritual la ayudaba a estar en paz consigo misma y con su

forma de vivir, sobre todo el cómo ayudaba a otras personas a tener esa misma paz que ella

experimentó durante gran parte de su vida.

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