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Nómadas (Col)

ISSN: 0121-7550
nomadas@ucentral.edu.co
Universidad Central
Colombia

Osses Rivera, Sandra Lilliana; Barquet Montané, Mercedes


CIUDADANAS MEXICANAS: ESTRATEGIAS PARA CONSTRUIR LA CIUDADANÍA
Nómadas (Col), núm. 24, abril, 2006, pp. 54-67
Universidad Central
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105116598006

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CIUDADANAS
MEXICANAS:
ESTRATEGIAS PARA
CONSTRUIR LA
CIUDADANÍA
nomadas@ucentral.edu.co • PÁGS.: 54-67

Sandra Liliana Osses Rivera*


Mercedes Barquet Montané**
En el artículo se analizan –sobre el trasfondo de la transición democrática que vive México– algunas de las estrate-
gias claves en el proceso de ciudadanización de las mujeres, fundamentalmente: las alianzas con legisladoras; la repre-
sentación, entendida como la incursión de las mujeres en espacios de decisión política; y la institucionalización que ha
permitido la generación de políticas públicas con perspectiva de género.
Palabras clave: mujeres y ciudadanía; institucionalización de género; ley de cuotas; México: mujeres y política.

No marco da transição democrática que vive o México neste artigo se analisa algumas das estratégias chaves no
processo de obtenção da cidadania das mulheres que são fundamentalmente: as alianças com as legisladoras; a
representação, entendida como a inclusão das mulheres na decisão política; e a institucionalização que tem permitido a
geração de políticas públicas com perspectiva de gênero.
Palavras-chaves: mulheres e cidadania; institucionalização de gênero; lei de cotas; México: mulheres e política.

Related to Mexico’s democratic transition, this article analyzes women’s strategies in the process of building a citizenship
of their own. It deals with three fundamental strategies followed by organized women: links with women legislators,
political representation and agenda-building, and gender mainstreaming.
Key words: women and citizenship; gender mainstreaming; quota law; Mexico: women and politics.

ORIGINAL RECIBIDO: 17-XI- 2005 – ACEPTADO: 23-I-2006

* Master en Ciencias Sociales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO


– Sede México). Cursa el Doctorado en Ciencias de la Comunicación en la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM). E-mail: ossesrivera@yahoo.com.mx
** Antropóloga, Investigadora. Coordinadora de la Maestría en Género, procesos políti-
cos y transformaciones culturales del programa interdisciplinario de estudios de género
de El Colegio de México. Miembro de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de
las Mujeres de México. E-mail: mbarquet@colmex.mx

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Introducción Esta situación es el contexto y que las mujeres –tradicionalmente
la marca del limitado desarrollo de ajenas al mundo de lo público/po-
Un elemento que subyace en una ciudadanía política en el país lítico– se vieron tratadas de mane-
cualquier análisis de la historia po- y la convierte en un asunto estric- ra excluyente en cuanto a sus
lítica contemporánea de México tamente acotado y sometido a lo derechos de participación y repre-
es que durante más de 70 años fue permisible por las prácticas institu- sentación. Durante la segunda
gobernado por el Partido Revo- cionales del Estado. Si bien estas mitad del siglo XX la presencia y
lucionario Institucional visibilidad de las mujeres
(PRI), las prácticas cor- en México fue lenta a pe-
porativistas y cliente- sar de que accedieron al
lares que monopolizaron voto en 1953; es induda-
el discurso de la agenda ble que su participación
pública, el quehacer activa en el quehacer pú-
gubernamental, el ejer- blico está asociada al len-
cicio del poder y el ac- to proceso de apertura y
ceso a los puestos de democratización de las
gobierno y de represen- instituciones y los proce-
tación política fueron dimientos políticos hasta
usuales en ese periodo. el día de hoy. En este pro-
O´Donnell y Schmitter ceso de transición se ha
(1994: 20) definen la evidenciado el papel
transición como “el in- protagónico de las muje-
tervalo que se extiende res (Lamas, Martínez,
entre un régimen políti- Tarrés y Tuñón, 1994;
co y otro”, ese es un tér- Espinosa, 2004; Massolo,
mino muy usado en el 1994; Tuñón, 1997), que
caso del paso a la demo- ha sido afectado positiva-
cracia, en particular en mente por ciertos acon-
los regímenes autorita- tecimientos tales como el
rios latinoamericanos. movimiento estudiantil
Sin embargo, en México de 1968; la Primera Con-
la transición no fue tan ferencia Mundial de la
clara, por eso los inves- Mujer, de Naciones Uni-
tigadores disienten sobre das, en la Ciudad de
su punto de partida, su México en 1975; las pri-
naturaleza e implicacio- meras reformas político-
nes; aún así hay acuerdo electorales de 1977 que
en el hecho de que se tra- dieron pie al fin de la
ta de un proceso de cam- E DWARD C URTIS (1868-1952): Shot in the hand. Indio Apsaroke 1909. proscripción de partidos
bio orientado a construir de oposición; las sucesi-
un sistema democrático que no exis- condiciones atañen al total de la vas reformas al Código Federal de
tía. La democracia mexicana esta- población, en el caso de las muje- Instituciones y Procedimientos
ba asentada en el presidencialismo res tuvieron efectos más notables. Electorales (COFIPE) de 1996 y
y en lo que para muchos constituyó El proceso de ciudadanización, en- 2002 1 ; así como la adopción de
una dictadura de partido que con- tendido como el camino hacia el instrumentos internacionales por
cluyó en el año 2000 con la elec- ejercicio pleno de derechos y de- parte del gobierno mexicano a
ción del actual presidente Vicente beres de las mujeres en el contexto partir de 19542 y las luchas de los
Fox del Partido Acción Nacional democrático en condiciones de movimientos feministas y de mu-
(PAN). equidad, fue inhibido de tal modo jeres en el panorama internacional.

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El año de 1988 marcó una rup- hacia una rápida apertura democrá- agenda pública imprimiendo for-
tura en la vida política del país. Se tica en el país, sino más bien un mas particulares al quehacer polí-
vivió una crisis de legitimidad del proceso gradual de acercamiento y tico, con la pretensión de garantizar
sistema político que se hizo evidente constante negociación entre múl- ciertos intereses de género. En el
en elecciones presidenciales alta- tiples actores, que aún continúa. presente artículo examinaremos al-
mente cuestionadas, en grandes gunas de las estrategias que han
cambios en la distribución del po- Tal como lo muestra la abun- priorizado las mujeres en México
der político, la emergencia de par- dante bibliografía –reciente para la en la construcción de su ciudada-
tidos de oposición viables y una región latinoamericana 3– sobre la nía, en el marco novedoso de una
mayor división entre los tres emergencia de las mujeres como transición democrática en marcha.
Poderes de la Unión –antes casi sujeto de consideración socio-
inexistente–. Los mecanismos política, resulta indudable que és-
institucionales que perpetuaban el tas se incorporan paulatinamente a Alianzas con las
partido en el poder sufrieron fisuras los procesos, mecanismos e institu- legisladoras o cabildeo
que permitieron la generación de ciones propios de las democracias de género
una estructura de oportunidades liberales, con una creciente orga-
políticas para la emergencia o con- nización y participación. Aunque Con la presencia de la primera
solidación de actores sociales que las características de este proceso diputada feminista de izquierda,
ampliaron el escenario político de varían entre países, es notable la Amalia García, en 1988 se inaugu-
ese momento en adelante. Lo que búsqueda de estrategias adecuadas ró “un periodo de cooperación
podemos denominar transición en para el logro de un ejercicio de la parlamentaria entre las mujeres”
México es un proceso complejo en ciudadanía política plena, pero que (Tuñón, 1997: 78); se estableció así
el que no se da un cambio radical a la vez les permita incidir en la una relación de apoyo entre las or-

EDWARD C URTIS :
At the old well
of Acoma.
Foto publicada
en 1926

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ganizaciones feministas y de muje- tre mujeres políticas, especialmen- en 1992 y cuyos objetivos princi-
res y las legisladoras de los diferen- te legisladoras, en torno a temas co- pales fueron, en primer término, la
tes partidos políticos en la Cámara. munes para trascender las opciones consecución de una ley de cuotas
partidarias y a favor de demandas tras la derrota sufrida por las
A la par que se inauguraba un de género plurales: demandas bási- candidatas propuestas por el mo-
estilo singular para avanzar y cas, que convocan al consenso. Al vimiento feminista en las eleccio-
concretar logros a nivel legisla- igual que en todas las estrategias nes intermedias de 1991, y dentro
tivo, la experiencia demostraba adoptadas por las mujeres en la lu- de esto, la denuncia de la discri-
que se requería de instancias re- cha por la democratización, ésta se minación electoral sufrida por
conocidas como parte de las es- cristalizó gracias a un ambiente mujeres de diversas procedencias,
tructuras políticas formales, para político que abrió oportunidades y develando las prácticas discri-
que los esfuerzos realizados en que fue aprovechado con éxito. minatorias en todos los partidos
este campo contaran con el mar- políticos.
co político, legal normativo y En este caso, la oportunidad se
operativo que ameritan las ac- presentó por la necesidad de legi- El contexto está caracterizado
ciones de propuesta, discusión, timación del nuevo gobierno tras por el ingreso de las reformas
votación y aprobación de refor- las cuestionadas elecciones de estructurales en el país que inclu-
mas legislativas a favor de las 1988 y su campaña decidida por yeron desregulación, apertura eco-
mujeres (Tapia, 1999: 56). mejorar la imagen tanto del enton- nómica, desmonte del Estado de
ces Presidente Salinas de Gortari, bienestar, ruptura de los acuerdos
Los años 90 comienzan con un como del propio partido gobernan- corporativos que mantuvieron
triunfo para el movimiento de mu- te (PRI), en un clima ciudadano durante años al PRI en el poder y
jeres enmarcado en un contexto en que empezaba a exigir la democra- una nueva estrategia de relaciones
el que se da una escalada positiva tización de los procesos. Como re- internacionales que incorpora a
de hechos orientados a democrati- sultado de este panorama, se México en el Tratado de Libre
zar el país, que bien pueden identi- dieron algunos sucesos definitivos Comercio. Por otra parte, los mo-
ficarse como constituyentes de la que marcaron transformaciones en vimientos sociales se consolidan y
transición. Tras una larga cadena de términos electorales dentro de los pasan de ser salidas de urgencia o
intentos reiterados para integrar el que destacan: la creación del Ins- alternativas de supervivencia, a
tema de la violencia sexual –ele- tituto Federal Electoral, el aumen- contar como actores sociales e
mento clave de la agenda feminis- to del número de Senadores, la interlocutores del Estado y su pre-
ta en México– a una normatividad emisión de la credencial para vo- sencia se impone hasta que son
justa, en 1991 se logra una reforma tar con fotografía, la incorporación considerados en la definición del
del Código Penal respecto de deli- de la figura de los Delitos Electora- quehacer gubernamental. En enero
tos sexuales. Si bien al comienzo se les en el Código Penal, el recono- de 1994 se hace visible el Ejército
trató de un trabajo centrado en la cimiento legal de las agrupaciones Zapatista de Liberación Nacional
fuerza de un pequeño grupo mixto, nacionales e internacionales de (EZLN), poniendo sobre el tape-
el llamado “Grupo Plural”, y la ca- observadores electorales y, final- te demandas que en el terreno
pacidad personal de negociación y mente, la pérdida de la mayoría público se convirtieron en la
de convicción de cada una de las absoluta del PRI en la Cámara de reconfiguración de formas de
integrantes, el resultado fue la apro- Diputados durante las elecciones interlocución política y el moti-
bación de la iniciativa gracias a la federales de julio de 1997 (Hurta- vo de lucha para muchos sectores
participación decidida de las mu- do y Valdez, 2004). Estos cambios acallados durante años en el país,
jeres parlamentarias de todos los favorecieron la consolidación de dentro del que se cuentan las
partidos, sin excepción. Esta expe- la estrategia de cabildeo de géne- mujeres y no sólo las indígenas,
riencia consolidó la estrategia que ro a través de iniciativas como la sino todas las mexicanas.
sigue siendo usada en el marco de campaña de acciones afirmativas
las luchas de género y que se refie- “Ganando Espacios” planteada por En 1997 se suscribió el acuerdo
re a la construcción de alianzas en- el movimiento amplio de mujeres “Avancemos un trecho” que buscaba

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un compromiso de las representan- beración que son claves en la conservación de estructuras jerár-
tes y candidatas a legisladoras de los fundamentación de una ciudada- quicas que garantizan ciertos nichos
diferentes partidos políticos para nía de las mujeres que trascienda de poder o desestabilizan equilibrios
promover reformas legislativas en la práctica limitada y mecánica éticos y culturales en el conjunto
favor de las mujeres. Este proceso del voto. del sistema social, como sería el caso
fue liderado sobre todo por diversa, paradigmático de la discusión alre-
una Agrupación Política Feminis- En cuanto a la consecución de dedor de la despenalización del
ta4 avalada por numerosas mujeres productos legislativos, entre 1990 aborto.
de muy distintas procedencias. En y 2000 se logró la aprobación de
este mismo año se pudo establecer algunas –muy pocas– iniciativas a En resumen, la estrategia de
la Comisión de Equidad y Género favor de las mujeres5, pero que sig- las alianzas dentro del poder le-
en las Cámaras con el fin de contar nificaron avances en códigos civil, gislativo y a partir de vínculos
con una instancia responsable de penal y electoral, en la institu- directos con las demandas de la
dar curso a las propuestas legislati- cionalización de mecanismos de sociedad civil organizada, nos ha-
vas del movimiento de mujeres. atención, en la adopción o ratifi- bla de una acción concertada de
Este mecanismo se ha convertido cación de instrumentos internacio- posiciones políticas divergentes
en una actividad clave para el nales, entre otros. frente a temas de interés común.
avance de cuestiones tan importan- Como mecanismo, opta por ade-
tes como la etiquetación del presu- La mayor limitación de la estra- cuaciones o modificaciones den-
puesto o la definición de políticas tegia es la dificultad de traducir las tro del marco de la ley, y como
sociales. Otro logro se obtuvo en alianzas en concreciones legales con tal se puede identificar como un
1998, cuando se celebró la prime- perspectiva de género. De hecho, procedimiento de estricto corte
ra reunión de la Comisión Bica- el escaso número de iniciativas pre- liberal. En el caso de México, la
meral Parlamento de Mujeres de sentadas –apenas alrededor de cua- estrategia de alianzas representa
México, con el objetivo de que renta– y aprobadas desde 1990 un avance enorme debido a la
hasta el 2004 muestra un espacio inexistencia de mecanismos insti-
esta instancia lleve a cabo una muy limitado frente al total de la tucionales para la rendición de
revisión puntual de las normas actividad legislativa. Es probable cuentas –accountability– del po-
legislativas y de los presupues- que las causas de ello radiquen en der legislativo (no existe la reelec-
tos gubernamentales anuales, a la baja sensibilización de los legis- ción), y por la muy escasa práctica
fin de que la perspectiva de gé- ladores respecto de la importancia histórica de incidencia en la ela-
nero esté presente en todos los de abordar algunos temas específi- boración de leyes, así como en la
ámbitos de la vida nacional para cos, o bien de hacerlo con una pers- priorización de los temas de la
que finalmente, las decisiones pectiva de género, frente a la agenda y de la hacienda públicas.
que se tomen en la aprobación priorización de temas económicos Hoy en día el seguimiento a la
del marco legislativo nacional y de la ‘alta política’ en las agendas actividad legislativa ha tomado
y en la propia Constitución Ge- legislativas e, incluso, la falta de dimensiones que hasta hace muy
neral de la República, sienten iniciativas que contemplen dicha poco tiempo eran insospechadas:
las bases para que existan la perspectiva. Asimismo, la Comi- no sólo existen varias organiza-
igualdad, la equidad y la pari- sión de Equidad y Género no es ciones no gubernamentales de-
dad entre mujeres y hombres de prioritaria para ningún partido –sin dicadas a incidir, vigilar y cuestionar
México (Junta de Mujeres Polí- importar la ideología– ni para sus a los poderes Ejecutivo y Legislati-
ticas, 2004: 2). integrantes, quienes dejan hasta el vo, sino que la relación del movi-
final su adscripción a dicha Comi- miento feminista y de mujeres con
La institucionalización de esta sión durante el reparto de las acti- diputadas y senadoras, especial-
estrategia de cabildeo de género, vidades parlamentarias. Hay que mente a través de la Comisión de
como la hemos llamado, es fun- señalar que existen limitaciones de Equidad y Género de la Cámara,
damental en dos ejes: la rendición tipo ideológico, en especial en te- aunque con limitaciones prácti-
de cuentas y el proceso de deli- mas que pueden atentar contra la cas, es permanente.

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Representación: la políticos, feministas y representan- 59 diputadas que hacían parte de
inclusión de mujeres tes de organizaciones civiles, se la legislatura anterior, equivalente
en el espacio electoral unieron con el propósito de consti- al 11,8% del total, se pasó a 44, lo
tuir un frente común para ingresar que correspondía a 8,8% en la LV
Un elemento fundamental de la a la contienda electoral de ese año. Legislatura. Este hecho se explica
democratización en México parte, Con base en una lista que incluía a por la forma como se construye y
inicialmente al menos, de eleccio- destacadas militantes políticas y ejerce el poder en el sistema polí-
nes formales y confiables que, sin feministas, y con un programa de tico, el cual se resiste a la parti-
ser suficientes, abren las puertas a acción que exigía el cumplimiento cipación femenina; otro hecho
la participación legítima de los vo- de los compromisos contraídos por innegable es la debilidad en la cons-
tantes y la valoración de su voto el gobierno de México a favor de trucción de bases electorales sobre
en el proceso de apertura e institu- la equidad de género, la CNMD todo en el caso de las mujeres. Pese
cionalización de procedimientos reclamó a los partidos políticos la a los obstáculos del proceso, se
transparentes. inscripción oficial de estas candida- constata la inminencia de un nue-
turas. El objetivo era “incorporar la vo actor político que exige su
Un primer antecedente fun- problemática de la mujer a las agen- inclusión en los espacios de repre-
damental en esta estrategia lo das partidarias y negociar la pos- sentación, frente a esa exigencia el
constituyó la experiencia de la Con- tulación de sus candidatas a través sistema político tradicional y pa-
vención Nacional de Mujeres por de sus registros legales” (Tuñón, triarcal buscó su propio cauce: si
la Democracia (CNMD) en 1991. 1997: 88). En términos de los re- bien los partidos políticos que au-
Integrantes del movimiento amplio sultados, la contienda electoral de mentaron las candidaturas femeni-
de mujeres, militantes de partidos 1991 fue un fracaso, ya que de las nas lo hicieron en las suplencias o
EDWARD C URTIS : The blanket weaver. Territorio Navajo. Amanecer bajo árbol de chopo 1907.

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postularon a las mujeres en distri- mujeres tiene hoy en día en la LIX procede del feminismo de la dife-
tos de poca incidencia electoral. Sin Legislatura. rencia en una operación retórica sin
embargo, “aun cuando la iniciati- mayor problematización acerca de
va no estuvo exenta de problemas En México, la discusión alrede- sus raíces e implicaciones esen-
y conflictos derivados de la propia dor de las cuotas de representación cialistas: subyace la idea de que las
lógica partidaria, la experiencia se no es exclusividad del feminismo, mujeres somos diferentes y por lo
constituye en un primer intento de sino también de un sector amplio tanto requerimos de un espacio de
formación de liderazgos femeninos, de mujeres –contagiado por la defensa de nuestros intereses pro-
de incorporar las demandas de gé- práctica norteamericana de las ac- pios. Poco se cuestiona la diversi-
nero a la política formal y de apren- ciones afirmativas– que han parti- dad de intereses o la suposición de
der la lógica del poder político” cipado en el escenario público de que la presencia numérica conlle-
(Barquet y Cerva, 2005: 465). muy diversas maneras, en partidos varía mecánicamente un compro-
políticos, en el movimiento urba- miso con los asuntos de género. Se
El tema de equidad en la repre- no, o mujeres de clase media incor- esgrime también el argumento de
sentación ha penetrado el discurso poradas al sector laboral y que la democracia representativa –que
y en buena medida también la prác- reclaman un sitio avalado formal- con frecuencia mezcla los dos an-
tica de los órganos políticos, aun- mente en la nueva correlación de teriores– y que presupone la pre-
que con mucha dificultad. La fuerzas de una democratización in- sencia y la voz ciudadana en todas
política –y sus prácticas cotidianas– cipiente. De esta manera, en 1996 sus manifestaciones. Desde esta ver-
sigue siendo un reducto privilegia- se logra un punto favorable cuan- tiente parece predominar una con-
do del orden masculino aunque las do en el Código Federal de Institu- cepción liberal individualista de los
reivindicaciones sobre igualdad y ciones y Procedimientos Electorales derechos políticos, con su conse-
participación han permeado en (COFIPE) se incorpora, a título de cuente reivindicación colectiva,
cierta medida los documentos y al- artículo transitorio, una recomen- que se vería reflejada en articula-
gunas de las prácticas de los parti- dación a los partidos políticos para ciones ad hoc.
dos políticos, lo han hecho más en incluir al menos un treinta por cien-
la forma y el discurso que en las to de candidaturas femeninas en sus Es bastante obvio que con la
acciones. Para ilustrar esta situación listas. Es un primer triunfo, aunque Ley de Cuotas, aprobada por fin en
se puede ver que el PRI –en el Es- limitado, que el feminismo susten- el 2002, parece haberse consegui-
tado de Sinaloa, Estado norteño, tó en el texto de Drude Dahlerup do una gran parte de lo demanda-
moderno– fue el primero que inclu- (1986) que alude a la pertinencia do sobre representación electoral.
yó el tema en sus documentos como y necesidad de una masa crítica de Sin embargo, según Diego Reynoso,
propuesta normativa, pero no la mujeres en los puestos de represen- los resultados electorales numéricos
cumplió. Por su parte, el Partido de tación política en los sistemas no pueden atribuirse directamente
la Revolución Democrática (PRD), parlamentarios, para conseguir al efecto de la nueva ley:
que se identifica con la izquierda cambios legislativos a su favor. Esta
política mexicana, fue el primero postura defiende la idea de que una Los indicadores de cambio en el
en establecerlo en sus estatutos mayor cantidad de mujeres en la porcentaje de representación de
para todas sus contiendas electora- Cámara permitirá mayor cantidad mujeres en la legislatura federal,
les, pero no lo consiguió debido a de actos legislativos favorables a las después de la implementación
las intensas pugnas internas entre mujeres y ha sido un argumento de la legislación nos sugieren que
corrientes ideológicas que buscan fuerte usado en México 6, aunque ésta tiene un impacto incre-
sus propias cuotas de representa- aún no se ha comprobado su efica- mental en la medida que mayor
ción. Por el contrario, el PAN –un cia. Los resultados de la LVIII Le- especificidad adquiere la le-
partido de cuño conservador– que gislatura son favorables, pero gislación. Pero los cambios acae-
originalmente se resistió a votar a todavía no marcan una tendencia. cidos en el sistema político
favor de una Ley de Cuotas o a in- mexicano tanto en términos
cluirla en su reglamentación inter- Por otro lado, el tema presenta institucionales, partidarios,
na es, sin embargo, el que más una segunda argumentación que como en el ámbito de la cultura

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política, impiden asignarle di- ticiparon en proporciones significa- Poderes del Estado– los compromi-
rectamente a la legislación el tivas durante el proceso electoral sos y las disciplinas partidarias por
efecto producido (Reynoso, en contradicción con una percep- encima de la sensibilidad hacia
2004: 25-26). ción común dentro de la cultura cuestiones de género. Claro está
política mexicana según la cual las que el proceso hacia la consolida-
A diferencia de este argumen- mujeres tienen una menor presen- ción democrática en México es muy
to, Line Bareiro (2004) habla sobre cia y efectividad en el desempeño reciente y sobre el tamiz de la tran-
la relación directa en la experien- de las funciones públicas. En este sición apenas se inicia la práctica
cia latinoamericana entre las me- mismo sentido se aprecia una pau- de la negociación, de la que en gran
didas afirmativas de este tipo y el latina apertura del sistema político medida se desconocen sus mecanis-
acceso de las mujeres a los espacios a la incorporación de las mujeres, mos y alcances.
de representación política. cuya representación en la Cámara
baja ha pasado de un 2,5% en 1955,
En México, las mujeres son al 23% en la actual legislatura La institucionalización:
mayoría en el padrón electoral y 2003-2006 (Barquet y Cerva, generación de políticas
participan en mayor número duran- 2005: 464). No obstante, el proce- públicas con
te la realización de las elecciones y, so no ha sido solo de logros, también perspectiva de género
sin embargo, el avance en su repre- se ha enfrentado con resistencias,
sentación en cargos públicos ha en especial de los partidos políti- Desde 1975, y a raíz de la Pri-
sido muy lento. Tanto en las elec- cos. En el ámbito legislativo pare- mera Conferencia Mundial de la
ciones de julio de 2000 como en cen predominar –con la actual Mujer de Naciones Unidas en la
las de 2003 –cuando ya existía la radicalización de las posiciones en- propia Ciudad de México, se han
mencionada Ley– las mujeres par- tre los partidos políticos y entre los hecho reiterados esfuerzos por in-
EDWARD C URTIS : In Oasis in the Bad Lands. Dakota del sur, Jefe Halcón Rojo 1908.

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cluir el tema de la mujer en las po- de sesenta oficinas de enlace de la transformaciones macroeconómi-
líticas públicas. Los primeros estu- Administración Pública Federal. cas y sociales, la aplicación de po-
vieron enfocados principalmente a Así mismo, en todos los estados y líticas con enfoque de género
reformas de carácter poblacional numerosos municipios del país se requiere, antes que nada, asumir
con énfasis en el control de natali- han creado institutos, programas o una decisión para trascender las
dad. Bajo constantes cambios de coordinaciones que actúan de ma- desigualdades institucionalizadas y
nombre y naturaleza, durante más nera autónoma, con mayor o me- esto, a su vez, requiere la convic-
de veinte años, se intentó incorpo- nor enlace con el mecanismo ción de funcionarios y de quienes
rar el tema en las instituciones y en federal. toman las decisiones, cuestión que
la agenda pública. Sin embargo, no no está garantizada a pesar de las
fue sino hasta la IV Conferencia – Dos elementos se destacan en campañas de sensibilización em-
Beijing 1995– que el gobierno asu- lo que respecta a las políticas pú- prendidas por las instituciones y las
mió el reto con decisión. En 1996 blicas sobre la mujer en el área so- organizaciones de mujeres.
se creó el Programa Nacional de la cial. En primer lugar, la orientación
Mujer adscrito a la Secretaría de directa de recursos específicos a la En general se han dado avan-
Gobernación, que dos años después atención de las necesidades de las ces importantes, aunque todavía
se consolidó interinstitucional- mujeres 7 y, en segundo lugar, la quedan grandes saldos en el pro-
mente en la Comisión Nacional de constitución de Consejos Consul- ceso de institucionalización en
la Mujer para articular programas tivos Ciudadanos en las instancias México:
y acciones del ejecutivo federal. gubernamentales, como mesas de
Para el año 2000, este mecanismo trabajo plural en las que miembros ...Buena parte de las acciones
había permitido incluir criterios de de la sociedad civil y la academia, que se promocionan como
equidad de género en las estructu- principalmente, hacen seguimien- derivadas de un enfoque de gé-
ras y programas de varias institu- to y evaluación de las iniciativas nero son las mismas que se reali-
ciones e incluso en la asignación mencionadas. A pesar de tratarse zaban bajo el modelo MED. El
específica de sus presupuestos de un logro legislativo, en la conocido mimetismo y la capa-
sectoriales. etiquetación presupuestal Progra- cidad de simulación del apara-
mas de mujeres, con perspectiva de to público mexicano obliga por
Aunque desde muchos años género se advierten limitaciones en ello a poner en tela de duda
atrás era una demanda del movi- la comprensión, aplicación y segui- buena parte de los programas de
miento organizado de mujeres, ape- miento del concepto, con frecuen- política, pero eso no resta im-
nas en el 2001 se avanzó en el cia meramente cuantitativo, lo que portancia al hecho de que, al
mecanismo a través de la creación dice poco de su impacto y por lo menos en el terreno discursivo,
del Instituto Nacional de las Muje- tanto, de los éxitos o fracasos de su los intereses de las mujeres en
res (Inmujeres) “como un organis- implementación. México están ganando terreno
mo público descentralizado de la en la arena pública” (Incháus-
Administración Pública Federal, Los dilemas y dificultades im- tegui, 1999: 120).
con personalidad jurídica, patrimo- plícitos en la incorporación del gé-
nio propio y autonomía técnica y nero en las políticas públicas y su El Inmujeres enfrenta retos de
de gestión para el cumplimiento de impacto real en el entorno social y esta misma magnitud por su carác-
sus atribuciones, objetivos y fines” cultural de México se convierten en ter prioritariamente normativo: no
(Inmujeres, 2001). Se trata del or- retos tanto para las instituciones ha incidido lo suficiente en la
ganismo rector en materia de equi- ejecutoras como para la sociedad transversalización que se le deman-
dad de género, que en el mismo año en general y para las mujeres en da, por la resistencia propia de las
de su creación emitió el Programa particular. Desde el ejercicio de su instituciones a transformar su que-
Nacional de Igualdad de Oportu- ciudadanía, éstas han de ser, más hacer en razón de los intereses de
nidades y No Discriminación Con- que receptoras, vigilantes e inter- género. Por su parte, las mujeres
tra las Mujeres y mantuvo una locutoras de dichas políticas. Ade- organizadas –sobre todo aquéllas
relación de preeminencia con más más de la indiscutible necesidad de que provienen del movimiento fe-

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minista– no han podido, o más bien ticas públicas y el desafío de La visibilización bien lograda
han rechazado, establecer vínculos permear la estructura institucional por las mujeres, como se demostró
estratégicos con la instancia oficial, con un enfoque de género –sin per- a lo largo del texto, da paso a esta
de esa forma han desperdiciado la der de vista el bien común y el in- etapa aún incipiente de articulación
oportunidad de incidencia: en ellas terés público– implica un gran reto: concreta con los entramados de la
prevalece la resistencia ideológica encarar la ciudadanización como vida pública política en México. El
sobre la capacidad de negociación un proceso. El momento de la tran- paso a una participación política
para construir consensos, que pa- sición, que implica reformas del que no se quede en el ámbito con-
recía haberse establecido como Estado, puede considerarse un mo- testatario sino que permita a las
mecanismo tras los éxitos legislati- mento propicio para afrontar el reto mujeres incidir en los espacios en
vos anteriores, como sucediera en y asumir la tarea. Desde un análi- que se gestan las políticas públicas
1991 y 2002. sis, que puede parecer demasiado y se decide sobre la vida de los y
optimista, podríamos aventurar que las mexicanas en el marco de un
el propio proceso de transición sistema democrático, es en defini-
A manera de colofón constituye en sí mismo la estructu- tiva el proceso de maduración de
ra de oportunidades que requiere una ciudadanía que requiere salir
La construcción de una ciuda- la inserción de las mujeres mexi- del rezago.
danía propia de las mujeres en la canas en la vida política de forma
que converjan los objetivos de las activa y deliberante. Cabría pregun- No obstante, pese a que las es-
estrategias presentadas, esto es el tarse si los diversos actores convo- trategias presentadas han sido
ingreso a puestos de decisión, la cados a ello se encuentran en la claves en la participación de la so-
incorporación de los temas álgidos capacidad y la disponibilidad de ciedad civil organizada en el país y
del género en el diseño de las polí- afrontarlo. se han traducido en muchos de los
de su organización tribal y territorio, cabalgan hacia el “futuro” 1907.
EDWARD C URTIS : The vanishing race. Indios Navajo, privados ya

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: ENTRE
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resultados aquí examinados, en la y organismos internacionales, ha de enfoque el que ha convocado a tí-
actualidad se vive una especie de construirse de forma flexible y sin tulo identitario la solidaridad y apo-
desencanto por parte de las orga- que ninguno de ellos asuma pos- yo de sectores de mujeres y sectores
nizaciones y mujeres activistas de turas estáticas y esencialistas. En mixtos modernizantes de la socie-
la sociedad civil que expresan una gran medida a esto nos referimos dad, apoyados por un discurso
sensación de pérdida frente a la cuando apuntamos el reto de asu- internacional y su adecuación na-
institucionalización de lo que se mir la ciudadanización con una ló- cional. La argumentación efectiva
consideraron durante décadas “su” gica de proceso, de negociación y y convincente con frecuencia es de
lucha. La amenaza de la cooptación construcción. orden normativo, así como de evi-
y la reubicación de los temas en dencia empírica acerca de las des-
lugares tradicionales del poder –en Por otra parte, y sin intentar igualdades o discriminación en
especial el Estado y los partidos establecer una relación causal con perjuicio de las mujeres. De hecho,
políticos– históricamente critica- el punto anterior, consideramos la gran mayoría de las mujeres
dos, han impulsado a muchas de las necesario aclarar una percepción autoidentificadas con el feminismo
protagonistas de estos procesos a generalizada en torno a la experien- provienen del movimiento ciuda-
mantenerse al margen o a adoptar cia de la ciudadanización femenina dano y de las distintas corrientes de
posiciones de crítica, no siempre en México, y en otros países de la izquierda más o menos radicales.
sustentada que, en últimas, han América Latina, en lo que respecta Y si bien el feminismo es un mo-
obstaculizado el proceso. a su nexo con las formas políticas vimiento inherentemente contes-
de la izquierda como lugares que tatario, de ninguna manera ha
Lo anterior es evidente, por privilegian –o se podría esperar que enfrentado al Estado con la radi-
ejemplo, en algunos de los meca- lo hicieran– la inclusión de las mu- calidad de planteamientos transgre-
nismos generados como los Conse- jeres en la vida política. Es cierto sores en términos del poder político
jos de los Institutos –nacional o que el feminismo –o una parte ma- establecido. Por otra parte, a pesar
estatales–, el Parlamento de Muje- yoritaria de las diversas expresio- de diferencias conceptuales sobre la
res e, incluso la Comisión de Equi- nes feministas en México– proviene política social, los tres partidos po-
dad de Género. Elementos como de una trayectoria de la izquierda líticos mayoritarios, PRI, PAN o
éste obligan a mirar el proceso des- ilustrada y es desde este ámbito que PRD promueven la igualdad de
de la óptica de la construcción se han hecho las propuestas más oportunidades (educación, salud,
diferenciada de identidades y ex- cercanas a los procesos de ciuda- trabajo y participación política)
presiones por parte de las mujeres danización de las mujeres. Sin pero en algún momento caen en la
involucradas en los procesos, así embargo, esto dista mucho de sig- tentación asistencialista y clientelar
como desde las percepciones y dis- nificar que sea exclusivamente des- y evaden –de hecho– los temas de
cursos predominantes en el contex- de los partidos de izquierda donde mayor controversia en términos de
to social particular en que se gestan se promueven estos procesos. Se política pública con connotaciones
y desarrollan las estrategias. Ese trata más bien de mujeres dentro de género tales como el aborto o el
análisis es fundamental si se quie- de dichos órganos políticos que lo- matrimonio homosexual.
ren generar procesos en los que sea gran impulsar y gestionar –en alian-
factible participar sin perder la ca- za y en consenso con otras mujeres– No cabe duda de la impronta
pacidad crítica, el derecho de opo- acciones en pro de su incidencia y cultural que pone trabas a las muje-
sición e, incluso, la potencialidad participación política. Más que la res en el ejercicio de su ciudadanía:
de la impugnación y la disrupción presión de la izquierda, son las re-
como mecanismos que permiten formas de corte liberal las que la política se encuentra afecta-
presionar los temas que deben ser atraen el consenso y la posibilidad da por el modelo cultural tradi-
tenidos en cuenta en la agenda de avances concretos –una “agen- cional que erige al hombre como
pública. En este ámbito, la interlo- da de mínimos”– sobre las condi- protagonista en la conformación
cución de actores de diversa natu- ciones prácticas y materiales de las de los principios y prácticas que
raleza: sociedad civil, partidos mujeres, pero también sobre las je- constituyen la lógica de las rela-
políticos, instituciones del Estado rarquías de poder. Es este tipo de ciones de poder político. (...) Es

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frecuente encontrar a las mu- Evaluar el proceso de ciudada- ción interamericana para prevenir, san-
cionar y erradicar la violencia contra la
jeres en espacios “propios” o nización de las mujeres en México mujer (Belem do Pará) en 1998; la De-
“reservados”, en el sentido de a la luz de los procesos contempo- claración del Milenio-ONU en el 2000.
que son utilizadas en campa- ráneos de transición democrática, 3 Como una breve muestra del enorme
ñas, como activistas sociales y resulta una tarea compleja que exi- interés, sobresalen ciertos textos, algu-
en el mercado electoral a cam- ge abordar temas que van desde la nos de los cuales podrían considerarse
clásicos en el abordaje que ha suscitado
bio de dádivas y promesas – construcción histórica de identida- el asunto: León (1994), Alvarez (1998),
una práctica muy común en des, hasta el notable cambio que la Craske y Molyneux (2001), Márques-
México–, pero no acceden, en sociedad mexicana ha vivido en el Pereira (2001), Martínez Fernández
esa misma proporción, a cargos término de dos décadas. Las conse- (2001), Ro dríguez (2003), Tarrés
(2004), Barquet y Osses (2004).
con poder de decisión, ni en el cuencias de la participación de las
4 En 1997 se crearon las Agrupaciones
seno del gobierno ni en los cua- mujeres en la vida pública y sus Políticas Nacionales como forma
dros dirigentes de los partidos efectos en sus propias vidas priva- organizativa análoga a un partido polí-
políticos (Barquet y Cerva, das, es una de las vetas que aún se tico pero de dimensiones y alcances más
2005: 466). deben seguir investigando en el reducidos. A esta estructura se acogen
varias organizaciones feministas, como
país. Por lo pronto, esbozar algunas fueron Mujeres en Lucha por la De-
A este factor se suman las diná- de las estrategias asumidas por el mocracia, Mujeres y Punto, así como
micas propias del ejercicio del po- movimiento amplio de mujeres en diVersa, y más adelante la Junta de
Mujeres Políticas.
der en el escenario político que México constituye un primer ba-
implican un núcleo duro que en lance de los avances hechos por las 5 Entre las iniciativas a favor de las muje-
res aprobadas desde 1990 hasta 2000 se
muchos casos contradice las opcio- mexicanas en pro de su ciudadanía encuentran:
nes valorativas de las mujeres en el y propone una lectura diferente del -La Reforma al Código Penal respecto a
ejercicio de su ciudadanía; o bien tema que ha sido afrontado en ge- Delitos Sexuales (1990) que propone
las ubica en la disputa de poder neral desde lo concreto. Asimismo, impulsar la seguridad sexual de todas las
cerrando espacios para la inclusión esperamos que este trabajo consti- personas, así como promover el respeto a
la integridad física y moral de quienes
de temas difíciles de cabildear y que tuya una contribución a la reflexión han sido objeto de una agresión sexual, a
pueden implicar costos muy altos sobre procesos análogos en marcha través de la exigencia de reparación del
en sus propias trayectorias políticas. en otros países del continente. daño y la garantía del mismo. Nombra al
Estado subsidiario. Aumenta la penali-
Aquí encontramos contrapuntos dad en general de los delitos sexuales y
tanto con la mirada de corte pone énfasis especial en el caso de las
esencialista, ya mencionada, de la mujeres y niñas víctimas.
necesidad de la participación feme- Citas -Modificación a la Ley del Código Fede-
nina para asegurar niveles de sensi- ral de Instituciones y Procedimientos
Electorales COFIPE (1996) Inicialmen-
bilidad de género, como aquella de 1 Lo relevante de este recuento es que ex- te como una recomendación a través de
la masa crítica que indica que a presa por un lado los “candados” que un artículo transitorio que definía que
garantizaron durante tantísimos años la cada lista plurinominal presentada por
mayor presencia de mujeres mayor pervivencia del PRI como partido casi los partidos políticos para elecciones de
inclusión del tema de género en las único –se le llegó a llamar Partido de Es- diputados no podría contener más del
políticas públicas. Y se puede agre- tado– y que tuvieron que ser removidos 70% de candidatos del mismo sexo. En
poco a poco; y por otro lado, las cons- abril de 2002 finalmente se estableció
gar un factor de mayor compleji-
tantes y necesarias aproximaciones con- como parte de la ley reglamentada y pe-
dad aún: el que hace alusión a la temporáneas hacia formas más democrá- nalizada en lo que se ha llamado la Ley
diversidad propia de la población ticas de expresión de la pluralidad políti- de Cuotas 70/30.
femenina la cual no constituye una ca del país y su representación; la presen-
cia ciudadana se eleva a rango político. -Ley contra la Violencia Intrafamiliar
agrupación homogénea y por ende (1997) en la que se define la violencia
no responde a una sola inscripción 2 Convención sobre los derechos políti- familiar como delito y se sanciona a tra-
cos de la mujer en 1954; Convención vés de la reforma a los códigos penales
identitaria. En la mayoría de los americana sobre derechos humanos “Pac- correspondientes. A raíz de esta ley surge
casos esta diversidad no alcanza a tos de San José de Costa Rica” y Con- el Consejo para la Asistencia y Preven-
ser incorporada en los términos de vención para la eliminación de todas las ción de la Violencia Intrafamiliar en el
formas de discriminación contra la mu- D.F., la cual cuenta con la participación
universalidad que implican las po- jer (CEDAW) en 1981; Plataforma de de legisladoras/es, ONG y miembros del
líticas públicas. Acción de Beijing, en 1995, Conven- gobierno local.

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-La consolidación de la Comisión de contexto en la aprobación de legisla- DAHLERUP, Drude, 1986, From a Small to a
Equidad y Género (1998) como una co- ción favorable para las mujeres. Falta Large Minority. A Theory of a “Critical
misión ordinaria y permanente en la probarlo en nuevos casos, y discutir la Mass” Applied to the case of Women in
Cámara de diputados, entra en la Ley imposibilidad que se ve hasta el momen- Scandinavian Politics, Aarhus, Institute
Orgánica del Congreso como un instru- to para abordar ampliamente dos temas of Political Science, University of
mento institucional que permite avan- fundamentales para el feminismo: la Aarhus.
zar en los propósitos de análisis y diag- despenalización del aborto y la concep-
HURTADO, Javier y Andrés Valdez Zepeda,
nóstico del quehacer legislativo y garan- tualización y política pública sobre las
2004, “Transición a la democracia y
tizar la generación de iniciativas favora- familias, aun desde perspectivas ideoló-
gobernabilidad en México”, en: <http//
bles a las mujeres y con una clara identi- gicas que parecerían afines.
www.iigov.org/dhial/?p=47_03>. Consul-
dad de género.
7 Desde el Instituto Nacional de las Muje- tado en 23 de noviembre de 2004.
-La Ley del Instituto Nacional de las res, el mandato se dirige principalmente
INCHÁUSTEGUI, Teresa, 1999, “La institu-
Mujeres (2000) que aprueba la creación –mediante mecanismos de transversa-
cionalización del enfoque de género en
del Instituto como un órgano autónomo lización– a la promoción sectorial de la
las políticas públicas”, en: Revista La Ven-
y descentralizado. Establece el mecanis- incidencia del género en el diseño de
tana, No. 10, Guadalajara, Centro de
mo de la mujer al más alto nivel en el políticas públicas.
Estudios de Género, Universidad de
poder Ejecutivo Federal y convoca a la
Guadalajara.
constitución de órganos plurales –sus
Consejos, con integrantes de proceden- INMUJERES, 2001, Programa Nacional de
cia partidaria y no-partidaria, académica Igualdad de Oportunidades y No Discrimi-
y civil– para favorecer la interlocución y
rendición de cuentas directas.
Bibliografía nación contra las Mujeres (PROEQUI-
DAD), México, Instituto Nacional de
las Mujeres.
También se pueden contar entre los su- ÁLVAREZ, Sonia E., 1998, “Los feminismos
cesivos logros derivados de esta estrate- latinoamericanos se globalizan en los JUNTA DE Mujeres Políticas, APN, 2004,
gia, la ratificación del Protocolo Faculta- noventa: Retos para un nuevo milenio”, “Evaluación del Parlamento de Mujeres”,
tivo de la Convención para la Elimina- México, JMP.
en: María Luisa Tarrés (coord.), Género
ción de Todas las Formas de Discrimina-
y cultura en América Latina. Cultura y LAMAS, Marta, Alicia Martínez, María Lui-
ción Contra la Mujer (CEDAW) en
participación política, México, El Colegio sa Tarrés y Esperanza Tuñón, 1994, En-
2001, instrumento especializado de Na-
de México. cuentros y desencuentros: el Movimiento
ciones Unidas que permite conocer y
atender denuncias sobre violaciones gra- BAREIRO, Line, Oscar López, Clyde Soto, y Amplio de Mujeres en México, México,
ves y sistemáticas por parte de los países Fundación Ford.
Lilian Soto, 2004, Sistemas electorales y
firmantes a la Convención, aunque no representación femenina en América La- LEÓN, Magdalena (comp.), 1994, Mujeres y
sin obstáculos ya que la decisión fue cu- tina, Serie Mujer y Desarrollo No. 54, participación política. Avances y desafíos
bierta por una mirada conservadora que Santiago de Chile, CEPAL. en América Latina, Bogotá, TM Editores.
la calificó como una campaña interna-
cional pro-aborto; también se cuenta la BARQUET, Mercedes y Daniela Cerva, 2005, MARQUES-PEREIRA, Bérengere y Patricio
participación de las legisladoras en el “La lente percée des femmes au Con- Nolasco (coords.), 2001, La représentation
acuerdo para introducir en la Constitu- grés”, en: Manon Tremblay (ed.), politique des femmes en AmériqueLatine,
ción la prohibición a toda forma de dis- Femmes et parlements: Un regard interna- Bruselas y París, GELA.IS / L’Harmattan
criminación y la creación del Consejo tional, Montréal, Les éditions du rémue- / Universidad Libre de Bruxelles.
Nacional para Prevenir la Discrimina- ménage.
MARTÍNEZ FERNÁNDEZ, Alicia Inés,
ción; la Ley de protección a los derechos BARQUET, Mercedes y Sandra Osses, 2004, 2001, “De invitadas a protagonistas. La
de niños/as y modificaciones a la Ley del “Governability and Public Virtues: On integración de las mujeres a la política en
ISSSTE (Instituto de Seguridad Social Women’s Interest in and Capabilities of el México moderno”, Tesis de Doctora-
al Servicio de los Trabajadores del Esta- Becoming Citizens”, en: Edmé Domín- do, México, Centro de Estudios Socio-
do) para amparar a los cónyuges de las lógicos, El Colegio de México.
guez (ed.), Mujeres, ciudadanía y partici-
derechohabientes y al Código Civil en
pación política en México, Gotemburgo, MASSOLO, Alejandra, (comp.), 1994, Los
materia de Adopción Plena.
Red Haina / Instituto Iberoamericano / medios y los modos. Participación política
6 El trabajo de Linda Stevenson es pio- Universidad de Gotemburgo. y acción colectiva de las mujeres, México,
nero en este campo al abordar actores y el Colegio de México.
CRASKE, Nikki y Maxine Molyneux (eds.),
procedimientos en el quehacer legislati-
2001, Gender and the Politics of Rights O’DONNELL, Guillermo y Paul Schmitter,
vo. Cabe resaltar cómo esta autora
enfatiza la estrecha relación entre la and Democracy in Latin America, Ba- 1994, Transiciones desde un gobierno au-
consecución exitosa de demandas del singstoke, Palgrave. toritario. Conclusiones tentativas sobre de-
movimiento feminista y las legisladoras ESPINOSA, Gisela, 2004, “Ciudadanías y fe- mocracias inciertas, Vol. 4, Barcelona,
procedentes de la izquierda: Stevenson minismos: entre el género y la clase”, en: Paidós.
(1998 y 1999: passim) habla de un pro- Edmé Domínguez (ed), Mujeres, ciudada- REYNOSO, Diego, 2004, “Leyes de cuotas y
ceso de ósmosis por el cual la capacidad nía y participación política en México, elección de mujeres en México. ¿Con-
de gestión y la ubicación ideológica de Gotemburgo, Red Haina / Instituto Ibero- tribuyen a disminuir la brecha entre ele-
dichas legisladoras permitirá permear el americano / Universidad de Gotemburgo. gir y ser elegida?”, XVI Congreso de la

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Sociedad Mexicana de Estudios Electo- , 1999, “La política de género en el TARRÉS, María Luisa, 2004, “¿Basta movili-
rales, Torreón, Coahuila, Noviembre proceso de democratización en México: zarse para obtener representatividad en
18-19. eligiendo mujeres y legislando delitos la política formal? El movimiento de mu-
sexuales y acciones afirmativas, 1988- jeres en México y el proceso de transi-
RODRÍGUEZ, Victoria, 2003, Women in
1997”, en: Revista Estudios Sociológicos, ción democrática, 1970-2000”, en: Edmé
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Vol. XVII, No. 50, México, El Colegio Domínguez (ed.), Mujeres, ciudadanía y
University of Texas Press.
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STEVENSON, Linda, 1998, “Las mujeres burgo, Red Haina / Instituto Iberoame-
TAPIA, Elena (coord.), 1999, La utilidad
políticas y la izquierda en México: Recla- ricano, Universidad de Gotemburgo.
de los pactos para legislar a favor de las
mo de un nuevo espacio en la política TUÑÓN, Esperanza, 1997, Mujeres en esce-
mujeres, México, Equidad de Género,
institucional”, en: María Luisa Tarrés na: De la tramoya al protagonismo (1982-
A.C. / Mujeres Trabajadoras Unidas,
(coord.), Género y cultura en América 1994), México, PUEG-UNAM / Ecosur
A.C. / Mujeres en Acción Sindical /
Latina. Cultura y participación política, / Porrúa.
diVERSA.
México, El Colegio de México.

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