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CLASE Nro.

1. TEORÍA DEL CONSUMIDOR – LA INFLACIÓN, LA INDEXACIÓN DEL SALARIO (O DE LOS


INGRESOS DEL CONSUMIDOR) Y EL NIVEL DEL BIENESTAR

La indexación (o indiciación, según la terminología utilizada por el traductor del libro de Varian)
consiste en ajustar el valor de una variable, como puede ser el salario, de acuerdo con la
evolución que ha tenido el índice que mide la inflación u otro índice.

Si bien la ley de convertibilidad, sancionada en 1991, prohibe la indexación, en la práctica se


realiza. Por ejemplo, los salarios son ajustados en las paritarias en un cierto porcentaje, por
ejemplo el 30% anual, lo que constituye una indexación del salario. Al nivel que tenía en el
período anterior (que sería el período que se toma como base), se lo ajusta por la variación del
índice que se tome. Por ejemplo, si el salario en el período anterior era de $ 60.000 y se lo indexa
con un índice que varió el 30%, el trabajador va a pasar a ganar $ 78.000.

Muchas veces, la aspiración es que los perceptores de ingresos fijos, como los asalariados,
recuperen el poder adquisitivo que tenían en el período base, por lo que sus representantes (por
ejemplo los sindicatos) tratan de conseguir un aumento igual a la inflación que se ha producido
entre un período y el otro. El índice que generalmente se utiliza como indicador de la inflación
es el Indice de Precios al Consumidor (IPC), elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas y
Censos (INDEC), que es esencialmente un índice Laspeyres de precios (o sea que tiene como
ponderadores a las cantidades del período tomado como base). Otro caso de perceptores de
ingresos que son indexados (con otro índice) son los jubilados o pensionados, que Varian toma
en su ejemplo.

La gente que no ha estudiado Microeconomía generalmente asocia al IPC con un índice que mide
la evolución del costo de un determinado nivel de vida o de bienestar y, por esa razón, lo llama
índice de costo de vida.

Vamos a demostrar, seguidamente, que esa creencia es errónea, puesto que, si indexamos un
salario o una jubilación por el IPC, vamos, normalmente, a poder alcanzar, cuando se realice la
indexación, un nivel de vida (o de bienstar) mayor al que teníamos el período anterior. Es decir,
el índice de Lp sobreestima la variación del costo de un determinado nivel de vida o de bienestar.

Supongamos que, en abril de 2019, se fijó un salario en las paritarias llevadas a cabo en esa fecha
y que, en abril de 2020, en las paritarias, el sindicato acuerda con la patronal fijar un nuevo
salario, indexando el salario establecido en abril de 2019 (que es, entonces, el período base) de
acuerdo con la evolución del IPC del INDEC, que, como mencioné, es esencialmente un índice
Laspeyres de precios.

Llamaremos Wb al salario de abril de 2019 y, como suponemos que, para maximizar el nivel de
satisfacción, el asalariado gasta todo su ingreso, podemos decir que (suponiendo que hay dos
bienes en la economía, 1 y 2):

Wb = 𝑝1𝑏 𝑥1𝑏 + 𝑝2𝑏 𝑥2𝑏

Para realizar la indexación, con la cual se obtiene Wt, debemos multiplicar a Wb por Lp (en el
ejemplo que he mencionado, Lp es igual a 1,30); entonces tenemos:

Wt = Wb Lp = (𝑝1𝑏 𝑥1𝑏 + 𝑝2𝑏 𝑥2𝑏 ) (𝑝1𝑡 𝑥1𝑏 + 𝑝2𝑡 𝑥2𝑏 )/ (𝑝1𝑏 𝑥1𝑏 + 𝑝2𝑏 𝑥2𝑏 )
Podemos, entonces simplificar (𝑝1𝑏 𝑥1𝑏 + 𝑝2𝑏 𝑥2𝑏 ) porque está multiplicando y dividiendo y llegamos
a que:

Wt = 𝑝1𝑡 𝑥1𝑏 + 𝑝2𝑡 𝑥2𝑏 , o sea que el salario indexado (el salario del período t) será igual al valor de
la canasta comprada en el período base, a los precios del momento en que se realiza la
indexación (a los precios de t).

Es decir que el nuevo salario permite al trabajador comprar nuevamente la canasta que
consumía en el período base (en nuestro ejemplo, el salario de 2020 le permite comprar la
canasta que consumió en 2019).

Pero la pregunta que se plantea es si, en el momento t, al trabajador le conviene volver a


comprar la canasta del período base, si su objetivo, como siempre suponemos, es maximizar
su nivel de satisfacción.

La respuesta, como habíamos dicho – para sorpresa de los que nunca estudiaron Microeconomía
– es que, normalmente no le conviene volver a comprar la misma canasta, porque, en los
procesos inflacionarios, normalmente se producen cambios en los precios relativos -ya que no
todos los precios suelen aumentar en la misma proporción- por lo que el consumidor, si quiere
maximizar su nivel de utilidad, debe comprar una cantidad mayor de los bienes cuyos precios se
encarecieron en menor proporción (o sea aquellos cuyo precio relativo bajó), tornándose así
más atractivos, y una cantidad menor de los bienes cuyos precios se encarecieron en una
proporción mayor (o sea cuyo precio relativo subió), convirtiéndose en menos atractivos 1.

Veámoslo en el gráfico siguiente:

Partimos del momento base (por ejemplo abril de 2019), en el cual el consumidor maximizaba

1
Solo en el caso de que no hubiera cambios en los precios relativos, durante el proceso inflacionario, se
volvería a elegir Cb tras la indexación del salario, cosa extremadamente improbable.
su nivel de bienestar consumiendo Cb. Luego, a causa de la inflación, su salario fue perdiendo
poder adquisitivo, lo que se refleja en un achicamiento de su conjunto presupuestario (el
triángulo se ha achicado). En este caso, la inflación se produjo, como normalmente sucede,
generando una modificación en los precios relativos (como, se ha mencionado, los precios
suelen no crecer todos en idéntica propoción), encareciéndose, en el caso graficado, en mayor
proporción el bien 2 que el bien 1. Por lo tanto, en el momento t (por ejemplo, abril 2020) el
bien 1 ha ganado en atractivo, si se lo compara con el bien 2, respecto de la situación de abril de
2019.

En consecuencia, al consumidor le conviene aprovechar el cambio de precios relativos -a pesar


de poder volver a comprar Cb en el momento t, porque su salario ha sido indexado con Lp - y
comprar más del bien 1, comparado con lo que compraba en 2019 (ya que, al haberse
encarecido menos, se ha abaratado relativamente) y menos del bien 2 (puesto que, al haberse
encarecido más, se ha encarecido relativamente).

La canasta óptima en t será Ct, dado que consumiendo esa canasta, la RMS es igual a la relación
de precios (lo que implica que la utilidad marginal por peso gastado en cada bien sea la misma).
Podemos llegar a la misma conclusión (que le conviene aumentar su consumo del bien 1 y
reducir el del bien 2), analizando lo que ocurre con la utilidad marginal por peso gastado.
Recordemos que, cuando el consumidor maximizaba en 2019 su nivel de sastisfacción, lo hacía
cumpliendo la siguiente condición:

Uma.1 Uma.2
=
P1 P2

(siendo Uma.1 y Uma.2 las utilidades marginales de los bienes 1 y 2).

Ello significa que la utilidad marginal por peso gastado en ambos bienes era la misma.

Ahora bien, la mayor proproción del alza del precio del bien 2 entre abril de 2019 y de 2020 hace
que, si en abril de 2020, el consumidor volviera a consumir Cb, no se cumpliría esa igualdad,
porque - manteniéndose las preferencias inalteradas como siempre suponemos - las utilidades
marginales no se modifican y, entonces, la utilidad marginal por peso gastado en el bien 1 sería
superior a la utilidad marginal por peso gastado en el bien 2. Por lo tanto, le conviene, en el
momento t (o sea en 2020), aumentar el consumo del bien 1 (cuyo precio, repito, creció en un
porcentaje menor) y reducir el consumo del bien 2 (cuyo precio subió en mayor proporción).
Debe continuar aumentando el consumo de 1 y reduciendo el de 2 hasta que la Uma.1 decrezca
lo suficiente y la Uma.2 aumente lo suficiente, para que se restaure la igualdad de las utilidades
marginales por peso gastado en cada bien. Consumiendo Ct maximizará su bienestar en el
momento t, porque, consumiendo esa canasta (óptima en el momento t), se vuelve a cumplir
dicha igualdad.

En el caso de que hubiese subido en mayor proporción el precio del bien 1 que el del bien 2, el
conjunto presupuestario inmediatamente anterior a la indexación tendría una pendiente
diferente (en valor absoluto, la pendiente, que es igual a P1/P2, sería mayor que en el caso
anterior, en el cual el bien cuyo precio subió en mayor proporción fue el del bien 2). En el gráfico,
insertado más abajo, se observa que, cuando, como en este caso, se produjo un encarecimiento
relativo del bien 1, el consumidor incrementa su nivel de utilidad (pasando a la curva de
indiferencia Ut que se halla más arriba que la U b), tras la indexación de su salario, adquiriendo
una mayor cantidad del bien 2 y una menor cantidad del bien 1, que en abril de 2019, porque
en este caso el bien 2 se encareció menos que el bien 1. Sustituyó parte del consumo del bien 1
por un mayor consumo del bien 2.

Como hemos visto la indexación mejora, normalmente, el nivel de bienestar, pero no es lógico
pensar que es mejor que, repetidamente, haya inflación y luego indexaciones para así conseguir
siempre mejoras en el nivel de bienestar. En efecto, por un lado, en la vida real, no es posible
satisfacer, de manera equilibrada, las necesidades, si se continúa sustituyendo indefinidamente
un bien por el otro y, por otro lado, porque la pérdida de poder adquisitivo, que se produce
durante el lapso que va de una indexación a otra, muchas veces no es compensada al trabajador
o al jubilado.

Finalmente, es de señalar que, por tratarse de un tema, cuya comprensión no es tan sencilla sin
haber estudiado la teoría del consumidor, rara vez es mencionado en los medios de difusión por
los políticos o los economistas, porque la creencia general de la gente es que un aumento de
sueldos en un porcentaje igual a la variación del IPC permite recuperar el nivel de vida del año
base, en vez de mejorarlo. No tendría buena recepción, en la población, un mensaje de un
político o de un economista que propusiera que los salarios se ajusten en un porcentaje -menor
que la inflación- que alcanzara para recuperar el nivel de vida del año base, si el consumidor
consume más del bien que menos se encareció y menos del bien cuyo precio más creció.

2. TEORÍA DEL CONSUMIDOR – LA DEMANDA DE MERCADO

La demanda de mercado es la suma horizontal de las demandas individuales de los


consumidores. Suma horizontal significa que, para cada posible precio que pueda tener un bien,
la cantidad demandada en el mercado es la suma de las cantidades demandadas por todos los
consumidores a ese precio.
A continuación, incluimos un sencillo gráfico, Figura 4.10, en la cual se puede ver el
procedimiento de obtención de la demanda de mercado y leer una explicación de cómo se
suman las demandas individuales para obtenerla (para simplificar la ilustración, se supone que
hay solamente 3 consumidores). Se observa un leve vértice al nivel de precio de $ 4, porque, a
precios apenas por debajo de $ 4, se suma la demanda de un individuo más (mientras que, a
precios superiores, solo estaban dispuestos a adquirir el bien 2 consumidores).

Desplazamientos de la demanda de mercado:

La curva de demanda de mercado se desplaza por los mismos factores que las curvas de
demanda individuales, cuando los factores que se modifican inciden en un número tal (no
demasiado pequeño) de consumidores como para que sea perceptible la incidencia de los
desplazamientos de las demandas individuales en la demanda del mercado (si son poquísimos
los consumidores individuales que, por ejemplo, por un cambio en sus preferencias, comienzan
a tomar más café, no será perceptible, en el mundo real, la incidencia de este cambio de
preferencias en la demanda de mercado de café).

Por ejemplo, si sube el precio de un bien (por ejemplo Y) que, para un buen número de
consumidores, es sustitutivo bruto de otro (por ejemplo, X) aumentará la demanda de mercado
de X (se desplazará hacia la derecha, por lo que, al mismo precio, la demanda de mercado será
mayor).
Si disminuye el nivel de ingreso monetario de una cantidad importante de consumidores y el
bien para ellos es normal, también se reducirá la demanda de mercado del producto.

Si se produce una redistribución del ingreso, que favorece a una parte relativamente importante
de la gente de menores recursos, en detrimento de los más adinerados, seguramente
aumentará la demanda de mercado de productos de primera necesidad y, si la redistribución
del ingreso es regresiva (se perjudican los pobres y se favorecen los ricos), seguramente
aumentará la demanda de mercado de bienes o servicios de lujo (por ejemplo, joyas, viajes a
Europa, yates), siempre que aumente el ingreso de un número no demasiado pequeño de los
ricos.

Bibliografía:

 Varian, “Microeconomía Intermedia: Un enfoque actual”:

Capítulo 7: del punto 7.9, titulado “Los índices de precios”, leer lo referente a la
indexación de las pensiones de la seguridad social, que es lo que lleva el título
“Ejemplo: Indiciación de las pensiones de la seguridad social” (comienza en la
pág. 137 del libro y termina en la 138).

 Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)

INDEC METOLOGÍA N° 13, leer el archivo Word denominado INDEC METOD. 13


(el archivo consta de 2 páginas).

 Pindyck y Rubinfeld, “Microeconomía”:

Leer el punto “De la demanda del individuo a la demanda de mercado”, que


comienza en la pág. 141 del libro y finaliza en la 143 (no es necesario leer el
Ejemplo 4.3, que se menciona al final de dicho punto).

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