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Entender el sistema republicano de

gobierno – LA NACION
8 de noviembre de 2021

Además de la división de poderes, la característica más íntima del


sistema republicano de gobierno es el turno. Dispositivo por
excelencia para limitar al poder, para que no se desborde en el plano
del tiempo. Su debilidad (la reelección) o ausencia ha sido la causa
de la fragilidad del sistema institucional argentino, signada
especialmente por el mayor vicio en una democracia que es la
impaciencia, implantada desde 1930 con distintos formatos. Con
algo de perspectiva, uno de los mayores aportes del gobierno
anterior ha sido eslabonar la historia, darle ritmo republicano con la
entrega del bastón de mando en tiempo y forma. El peso de la
simbología del poder es fundante, especialmente cuando se trata de
la alternancia.

El país está inmerso una vez más en una crisis política. La novedad
mayúscula es el partido en el poder. Indefectiblemente ligado al
turno está el comportamiento de la oposición, en su calidad de
minoría con potencia de ser mayoría. También por primera vez
asoma la seria posibilidad de superar el carácter casi declamatorio a
la que estuvo sometida tanto tiempo, durante el que no se respetó el
pacto básico que es entender que el adversario puede ocupar a
continuación tu lugar.

Esta original fisonomía en el poder es la que enmarca el desafío


desde el 15 de noviembre. No sólo para un gobierno con los dos
pecados capitales que describió Francis Bacon (falló en el estómago
–pobreza– y la cabeza –credibilidad–); además, para una oposición
que tiene la potencia de proyección plena en su rol de control y
contrapeso, que evita desvaríos y desbordes. El eje central y
principal contribución que puede hacer la oposición es simplemente
no perder la paciencia. De allí el extremo cuidado al plantear tópicos
de discusión que se pueden prestar a los malos entendidos, como es
el caso de la presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación.
Lo primero que viene a la cabeza es la ley de acefalía y la línea
sucesoria, en la que aquel cargo está segundo por dos días. Sí,
porque hay una confusión generalizada: es simplemente eso, plazo
en el que por ley se debe convocar a una asamblea legislativa para
que elija nuevo presidente por el tiempo que queda del mandato,
entre diputados, senadores y gobernadores. Ese es todo su rol a esos
fines, siempre que haya renunciado el presidente provisional del
Senado. Sí tiene una importancia central en otras cuestiones
parlamentarias: por esa Cámara deben ingresar todos los proyectos
de ley sobre impuestos, dato de calibre para la discusión económica
que viene. Además de la agenda del orden del día.

Hay que cambiar el viejo paradigma presentando certeramente el


asunto, dejando en claro que no se puede abdicar nunca de la
condición opositora mientras el turno sea del otro. Origen deportivo
del Estado le llamaba Ortega y Gasset, algo tan perogrullesco pero
importante: un día le toca a uno, el siguiente le puede tocar al otro;
por eso la liturgia del saludo final y el reconocimiento de la derrota
en el deporte. Entender eso tan simple es entender el sistema
republicano de gobierno. Y tal vez empezar a cambiar todo.

Bernardo Saravia Frías

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