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Pueblo Saramaka Vs.

Surinam
Porque a partir de este caso, la Corte Interamericana por primera vez reconoció el derecho a la
propiedad comunal ancestral de un pueblo descendiente de esclavos africanos, es decir, un pueblo
tribal y señaló, además, que los pueblos tribales tienen los mismos derechos que los pueblos indígenas
y originarios. Anteriormente a este caso, no existía jurisprudencia internacional que se centrara en los
derechos de propiedad comunal de los pueblos tribales. Así mismo, se visibilizó la falta de medidas
efectivas por parte del estado para garantizar este derecho, así como la falta de recursos adecuados
y efectivos para erradicar estas omisiones estatales. Y si no fuera poco, se reconoció que antes de
cualquier impacto o modificación a sus tierras ancestrales los estados tendrán que garantizar su
derecho al libre consentimiento previo, informado, de conformidad con sus costumbres y tradiciones.
Todo esto fue producto de un extraordinario esfuerzo de litigio estratégico, impulsado por el pueblo
Saramaka y diversas organizaciones defensoras de derechos humanos, que hicieron uso de varias
herramientas para fortalecer el caso y llegar a una conclusión satisfactoria. Este caso, es un claro
ejemplo de lo exitoso que puede llegar a ser, el litigio estratégico porque a través de diversas
herramientas, se logró generar un precedente que no solo impactó positivamente en las víctimas
directas e indirectas, sino en todos los pueblos tribales de América.

González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México


Porque a través de este caso, se visibilizó el grave contexto de violencia estructural contra la mujer,
no solo en el estado de Chihuahua, sino en todo México. Además marcó un antecedente
jurisprudencial sobre la violencia contra las mujeres, pues, es la primera sentencia de la Corte IDH
que interpreta ampliamente su competencia para declarar violaciones a la Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, así mismo es de las pocas, que
señala responsabilidad internacional a un Estado por incumplir su deber de prevenir con debida
diligencia hechos de particulares, y sobre todo, porque de manera inédita, implementa una
"perspectiva de género" en su sentencia.
A partir de la lucha de las y los familiares de las víctimas y de diversas organizaciones defensoras de
derechos humanos, se logró armar un caso y una sentencia paradigmática que no solo incidió en las
víctimas directas, sino que dio la pauta para la tipificación del feminicidio y la visibilizarían de la
violencia contra las mujeres.

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