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Gobiernos de Joaquin Balaguer
Gobiernos de Joaquin Balaguer
Cuando Trujillo fue asesinado en 1961 y a pesar de haber sido durante mucho tiempo
colaborador del dictador, Balaguer tomó medidas para liberar al país del régimen con la
concesión de algunas libertades civiles y suavizando la estricta censura a que Trujillo
tenía sometida la prensa. La OEA se mostró satisfecha y levantó las sanciones
económicas impuestas a la República Dominicana, debido al intento de asesinato que
Trujillo tramó en contra del presidente venezolano Rómulo Betancourt. Sin embargo,
las reformas provisionales de Balaguer fueron rechazadas por gran parte de la sociedad,
ya que era presionado por la derecha, por los militares, por la izquierda, por la
oposición, era abucheado en las calles por la ciudadanía y llamado entre otras
cosas muñequito de papel.
Debido a la presión ejercida por la Unión Cívica Nacional, un Consejo de Estado creado
después de la muerte de Trujillo. Balaguer sólo retuvo el poder hasta 16 de enero de
1962. Un golpe de Estado militar, dirigido por el jefe de la fuerza aérea Pedro
Rodríguez Echavarría, lo obligó a exiliarse en Nueva York y Puerto Rico.
Balaguer encontró una nación severamente golpeada por décadas de turbulencia, con
tiempos cortos de paz, y prácticamente ignorantes de la democracia y los derechos
humanos. Durante su campaña electoral solía dirigir sus mensajes propagandísticos a la
mujer dominicana y al campesino, tratando de atar a su proyecto político personal las
fracciones más conservadoras de estos sectores sociales.
El 1 de enero de 1971 designó al general Enrique Pérez y Pérez como jefe de la Policía
Nacional. Varias semanas después hizo su aparición en las calles de Santo Domingo un
grupo autodenominado Frente Democrático Anticomunista y Antiterrorista, mejor
conocido como La Banda Colorá, un grupo de jóvenes reclutados por el gobierno de
Balaguer con fines de represión. Durante esa época fueron asesinados numerosos
dirigentes de la izquierda dominicana.
Una coyuntura favorable en los precios internacionales del azúcar, el auge del turismo
estadounidense, las inversiones privadas foráneas, y los programas de obras públicas
produjeron una fase de expansión económica, favoreciendo la emergencia en la
sociedad dominicana de clase media. Balaguer eludió siempre su responsabilidad en los
crímenes cometidos por La Banda Colorá y otras irregularidades vinculadas con las
Fuerzas Armadas, siempre achacó la violencia política a sectores incontrolados del
oficialismo y a la subversión de izquierdas, cuya verdadera fuerza exageró
enormemente.
También, incumplió las promesas sobre la reforma agraria, ya que la pequeña minoría
de propietarios autóctonos y las compañías estadounidenses continuaban poseyendo la
mayoría de las tierras cultivables y las de mejor calidad. Pero cuando anunció su
intención de optar a un cuarto mandato consecutivo en las elecciones del 16 de mayo de
1978, y con un fondo de deceleración económica, el repudio popular alcanzó tal calibre
que la derrota en las urnas ante el PRD se antojó inevitable. Balaguer se enfrentó a
Antonio Guzmán del Partido Revolucionario Dominicano, pero cuando los resultados
electorales mostraron una tendencia en favor de Guzmán, el ejército detuvo el conteo.
Sin embargo, en medio de enérgicas protestas en el país y una fuerte presión en el
extranjero por parte de Jimmy Carter, el conteo se reanudó. Cuando se dieron los
resultados, Guzmán dio a Balaguer la primera derrota de su carrera política. Cuando
Balaguer dejó el cargo, fue la primera vez en la historia de la República Dominicana
que un presidente en ejercicio tranquilamente cede el poder a un miembro elegido de la
oposición.
El tercer gobierno de Balaguer fue mucho más liberal que el anterior. En este periodo
Balaguer era mucho más tolerante a los partidos de oposición y los derechos humanos.
En 1990, con una abstención del 40%, Balaguer logra reelegirse con el 35.1% de los
votos, contra el 33.9% de Juan Bosch del Partido de la Liberación Dominicana, y
un Partido Revolucionario Dominicano que mantenía una crisis interna. Este proceso se
caracterizó por la expresión de amplios sectores de la vida política y social, que
criticaban la legitimidad de dichas elecciones, a lo que Balaguer respondió lanzando los
militares a la calle y decretando un toque de queda.
Ese mismo año gastó más de doscientos millones de dólares en la construcción del
controvertido Faro a Colón, un faro de diez pisos en honor a Colón. Terminado en 1992,
el Faro a Colón fue diseñado para transmitir la imagen de una cruz cristiana en el cielo
nocturno y para que sea visible a decenas de kilómetros. Desde que se terminó, el Faro
que supuestamente alberga los restos de Colón, ha sido una atracción turística de menor
importancia. Su luz no se utiliza muy a menudo debido a los costos de energía y los
apagones en el país. Sin embargo, su simbolismo y el gasto fueron fuente de
mucha controversia.
En enero de 1994 Balaguer decidió optar de nuevo por la presidencia, incluso cuando ya
tenía casi 90 años de edad y ciego por completo. Esta vez, su principal competidor
era José Francisco Peña Gómez del Partido Revolucionario Dominicano.
Esta campaña fue una de los peores de la historia dominicana. Balaguer con frecuencia
utilizaba la ascendencia haitiana de Peña Gómez a su favor. El dominicano
históricamente tiende a desconfiar de cualquier persona con sangre haitiana. Por
ejemplo, Balaguer llegó a decir que Peña anexionaría el país con Haití en caso de ganar.
Con igual capacidad de maniobra en las elecciones, se impuso con un 42.3%, contra un
PRD que obtuvo el 41.6% de los votos, donde se asegura que ocurrieron alteraciones de
actas y del padrón electoral en la misma Junta Central Electoral. Peña alegó fraude, y
llamó a una huelga general. Las manifestaciones tuvieron lugar en apoyo a la huelga.
En este periodo se sucedió la misteriosa desaparición del profesor universitario y
activista Narciso González (Narcisazo), un vehemente crítico de la política de Balaguer.
Su desaparición que hasta la fecha es un misterio, se le atribuyó a Balaguer.
Una investigación posterior reveló que la Junta Electoral no sabía el número total de
votantes registrados, y el resultado en las listas distribuidas en los colegios
electorales no coincidían con las dadas a los partidos. La investigación también reveló
que unas 200.000 personas habían sido retiradas de las urnas. En medio de tales
preguntas sobre la legitimidad de la encuesta, acordaron celebrar nuevas elecciones en
1996, pero esta vez Balaguer no sería candidato. En este sentido, cumplió su palabra de
poner su cargo a disposición de la administración estadounidense.
El acuerdo político de los gobernantes, de sectores del poder fáctico que incluye a
la Iglesia Católica, y de los dirigentes de los partidos políticos, dejaron establecida una
reforma constitucional que se hizo el 14 de agosto de 1994. Este acto de consenso
jurídico fue preferido a la anulación total de las elecciones y fue conocido como "Pacto
por la Democracia".
En las elecciones de 1996, Jacinto Peynado, terminó muy lejos de llegar a la segunda
vuelta. Balaguer entonces dio su apoyo a Leonel Fernández del Partido de la Liberación
Dominicana en una inusual coalición con Bosch, su enemigo político de más de 30
años.
Luego de que la Junta Central Electoral (JCE) hiciera público los resultados
de las elecciones, inmediatamente comenzaron las protestas violentas en
las inmediaciones de la casa nacional de Partido de la Revolución
Dominicana (PRD) y de la Universidad Autónoma de Santo Domingo
(UASD). Los protestantes alegaban que las elecciones habían sido
fraudulentas.