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FENOLOGÍA DEL CULTIVO DE CAÑA DE AZÚCAR

La caña de azúcar es un cultivo originario de sudeste asiático, de zonas tropicales, con 3 centros de origen
principales:
- Indonesia, Papua y Nueva Guinea (Officinarum y Robustum),
- India, Burma y China (Barberi y Spontaneum)
- China y Japón (Sinense y géneros relacionados al género Saccharum).
Se desarrolla entre los 31° de latitud sur (Australia, Sudáfrica) hasta los 37° de latitud Norte

La caña de azúcar es el cultivo sacarífero más importante del mundo, se extiende en más de 100 países a lo largo de
los trópicos y subtrópicos, entre los 37° latitud norte y los 31° latitud sur (Uruguay, Australia). Los actuales
cultivares comerciales son híbridos complejos interespecíficos de S. officinarum (cañas nobles), S spontaneum y S
robustum y algunos cruzamientos también se incluye a S. sinense y S. barberi. Si bien, naturalmente se puede
reproducir sexualmente, en la producción comercial su multiplicación es agámica (vegetativa), en este caso se
utilizan estacas. El principal producto históricamente de la caña es el azúcar (sacarosa) pero actualmente también
se produce alcohol etílico, fibra y otros derivados de importancia económica y energética.

Características del cultivo: es un cultivo semi perenne, al plantar las estacas, lo que nace a partir de la caña
semilla es la caña planta, al cosechar la caña planta, el rebrote será la caña soca 1 (segundo año) y de ahí en
adelante se llama soca 3 (rebrote de soca 2) y así sucesivamente. Al hablar de caña planta y socas nos referimos a la
edad de la cepa y con ello a la vida económica de cañaveral. Poder extender el ciclo 1 año más es una diferencia muy
grande con respecto a la rentabilidad de la producción. Durante el ciclo de vida del cañaveral pasa por distintas
etapas: fases fenológicas, tanto en la caña planta como en las socas. La caña soca morfológicamente es igual a la
caña planta. radiacion y temperatura lo manejo con la fecha de siembra

Crecimiento: se define como el aumento irreversible de peso y volumen (construcción de biomasa), e incluye los
cambios cuantitativos que acontecen durante el ciclo de vida de una planta o cultivo. Hay distintos factores que
afectan el crecimiento, la producción y la calidad de la caña de azúcar. Entre estos, los más importantes son:
temperatura, radiación solar, disponibilidad hídrica y disponibilidad de nutrientes. La disponibilidad hídrica y de
nutrientes se puede modificar por medio del manejo.

Radiación: La caña de azúcar es una planta C4, crece bien en áreas que reciben energía solar de 16 – 30 mj/m2/día.
Posee altas tasas fotosintéticas y este proceso tiene un alto valor de saturación de luz. La radiación total promedio
interceptada por un cultivo de caña en un ciclo de 12 meses se estima en 6000 – 6500 mj/m2. Cerca del 60% de esta
radiación es interceptada por el follaje, durante las fases iniciales y de gran crecimiento. En cañaverales bien
regados y bien fertilizados, la biomasa seca aérea total aumenta significativamente en relación con el aumento de la
RAF interceptada por el follaje. Si bien tiene una alta capacidad para reaccionar al aumento de la radiación
interceptada, en un momento la respuesta ya no es lineal y no se observan aumentos en la producción de follaje.
Relación entre IAF y la intercepción de la luz. A medida que aumenta el área foliar, aumenta la intercepción de la
luz, en las primeras etapas del cultivo, el área foliar es pequeña y por lo tanto la intercepción de la luz es baja, luego
aumenta hasta el periodo de gran crecimiento donde el área foliar es máxima y en ese momento se intercepta el
95% de la radiación incidente y está alcanzando las máximas tasas de crecimiento del cultivo. Aquellos países que
tiene mayor oferta en la radiación solar son los que pueden lograr las mayores producciones de azúcar. En el caso
de la caña todos los productos de nuestro interés (fibra, azúcar) están directamente asociado a la actividad
fotosintética.

El norte tiene con respecto a la radiación una mejor oferta ambiental con lo cual favorece un mejor rendimiento, la
media del norte está en 14,5 – 15 mj/m2/día y en Tucumán 14. El cultivo crece bien en 16 y 30, es mejor que sea
superior a 18. La ventaja de Tucumán es que en el periodo de gran crecimiento, la oferta en radiación del ambiente
se acerca a los 17 mj/m2/día lo cual nos permite lograr relativamente buenas producciones. En términos generales
la caña de azúcar tendrá mejores producciones en ambientes secos con una gran oferta de radiación, temperatura y
la disponibilidad hídrica se maneja por riego, ya que no se somete la variabilidad hídrica dada en producciones a
secano. Cuando trabajamos en un ambiente con buena disponibilidad de radiación y temperatura y la
disponibilidad hídrica manejada por riego, se logrará el mejor rendimiento cultural y rendimiento fabril. A medida
que aumenta la eficiencia en el uso de la radiación, aumenta de manera LINEAL la producción de biomasa, aumenta
hasta llegar a un valor en que el aumento en la radiación no produce aumentos lineales. La pendiente de esta curva
se la conoce como eficiencia en el uso de la radiación, en el caso de la caña de azúcar es muy alta.
Temperatura: El otro aspecto fundamental que afecta al crecimiento de la caña de azúcar es la temperatura, está
relacionada a la radiación.

En general se necesitan temperaturas bases mayores a 15 °C. *Ver temperaturas del cuadro*
La brotación y emergencia requiere temperatura por arriba de 12 – 15 °C, su temperatura optima es de 28 – 32 °C
y con temperaturas por arriba de 40°C aparecen los efectos negativos. El macollaje: base 16°C, óptima 32 – 35°C y
máxima 43°C.

Por debajo de los 12°C NO HAY crecimiento, entre los 15 y 20 °C hay crecimiento pero es bajo, la tasa de
maduración (acumulación de sacarosa), de los 20°C en adelante hay un alto y creciente respuesta al crecimiento,
entre 28 – 35°C es cuando tenemos la temperatura óptima para los procesos de crecimiento, tenemos la máxima
respuesta y mayor velocidad cumplimiento de las fenofases, entre los 30 – 34°C se da la máxima fotosíntesis y con
esto la producción de biomasa. La caña resiste hasta 45°C, por arriba de esta temperatura la planta comienza a
sufrir efectos perjudiciales, hay algunas prácticas de manejo del cultivo (hidrotermoterapia) en la cual se utilizan
temperaturas cercanas a los 52°C donde hay desnaturalización proteica, cuando hacemos estas técnicas de manejo
se está trabajando en un rango muy estrecho entre obtener una práctica eficiente y no producir daños irreversibles
en los tejidos de la caña. Entre los 0 – 10°C la caña sufre daños por enfriamientos, en este rango la fotosíntesis está
muy restringida con lo cual afecta a la tasa de crecimiento y la de producción de sacarosa. Por debajo de los 0°C se
dan las heladas, con daños del follaje, daños de la parte aérea y en casos de temperaturas muy bajas (-11°C) puede
producir muerte de la cepa. En Tucumán tenemos una frecuencia de heladas para el área este es de todos los años y
para el lado oeste la frecuencia de heladas es de año por medio. En Tucumán nunca se llegó a registrar
temperaturas de -10°C. En Tucumán se observan daños en hojas y yemas, pero nunca se observó muerte de cepas.
Las heladas aumentan en frecuencia, intensidad y duración cuando vamos de Oeste a Este del área cañera.
Suelos: La caña de azúcar se adapta a distintos tipos de suelo (molisoles, entisoles, inceptisoles, andisoles y
oxisoles) y tolera pH entre 4 – 9, aunque con problemas nutricionales en los extremos citados, en general los suelos
en donde se cultiva caña en Tucumán son del orden de los Molisoles y los suelos donde se cultiva caña en el Norte
es del orden entisoles e inceptisoles. En suelos de pH ácidos se deben agregar cationes básicos (Ca, Mg, K, etc) en
estos pH ácidos hay alta inmovilización de P y si no se corrige esto se deberá fertilizar con mucho P. En pH altos
(7,5 – 8,5) habrá mucha presencia de carbonato de calcio y con ello inmovilización de Hierro, a pH mayores a 8,5
habrá problemas de sodicidad. Los suelos con menor contenido de materia orgánica de estos 3 son los Entisoles e
Inceptisoles (suelos más pobres en el norte), con menos del 1% de materia orgánica. El orden de los Molisoles es
uno de los mejores suelos para cultivar caña. Algunos cultivares se adaptan moderadamente a condiciones de
salinidad y de anegamiento estacional, aunque se limita su producción. Moderadamente sensible a la salinidad con
valores entre 1,8 y 2 decisiemens/m ocasionan disminuciones importantes de producción. La llanura chaco
pampeana tiene suelos de origen loéssicos (material original depositado por viento) y son de textura homogénea,
los suelos de la llanura deprimida son de origen aluvial y con textura heterogénea, los suelos del pedemonte tiene
ambos materiales originales. Cada región agroecológica tiene determinada limitantes para el cultivo que se puede
subsanar con prácticas de manejo.

En la imagen se puede observar que en nuestros suelos del área cañera el 70% tiene niveles de materia orgánica
menor al 2%, el 30% entre 2 – 3% y el 10% con menos de 1% y solo un 4% de suelos del área cañera con un
contenido mayor a 3% de materia orgánica.

Disponibilidad hídrica: La caña de azúcar se cultiva a secano en zonas desde 700 a 2000 mm anuales de
precipitación total, las mejores producciones se obtienen en ambientes más secos que satisfacen adecuadamente
sus necesidades hídricas mediante el riego. Para tener un cañaveral de alta producción en un ciclo anual el
requerimiento hídrico está alrededor de 1300 – 1600 mm. La caña de azúcar no requiere la misma disponibilidad
hídrica en todas las fases fenológicas, el máximo requerimiento hídrico lo tiene en la fase de gran crecimiento,
donde es fundamental la disponibilidad hídrica esté satisfecha sino se produce una disminución de la producción.
El requerimiento hídrico para emergencia y macollaje está entre 250 – 300 mm y en gran crecimiento alrededor
de 700 mm. El cultivo utiliza entre 148 – 300 g de agua para producir 1 g de materia seca y 0,3 – 0,5 g de sacarosa.

Las temperaturas por arriba de los 15 – 20°C (favorecen el crecimiento) en Tucumán se dan entre septiembre hasta
el mes de abril, este es el periodo de crecimiento del cañaveral en Tucumán. En Tucumán tenemos entre 7 y 9
meses de condiciones favorables para el crecimiento del cañaveral. Nuestra ventana de crecimiento es estrecha.
Las temperaturas medias del norte favorables para el crecimiento del cultivo se dan por un lapso mayor de tiempo
(desde agosto hasta fines de abril) por lo cual tiene una ventana de crecimiento que supera a Tucumán por 45 días
y por ello tiene mayor producción de biomasa.
Las temperaturas medias para emergencia y macollaje: 18 – 20°C y para gran crecimiento 25 – 26°C.
En Tucumán las precipitaciones se concentra en los meses de verano (600 – 650 mm) lo que le permite al cañaveral
satisfacer los requerimientos hídricos del periodo de crecimiento, en emergencia y macollaje coincide con nuestra
primavera (es seca) donde las precipitaciones están alrededor de 120 – 150 mm por lo cual no se logra satisfacer
los requerimientos hídricos del cañaveral en esa fase fenológica y normalmente se sufre de una falta de
disponibilidad hídrica, en este caso se deberían realizar riegos complementarios y con ello aumentos considerables
del rendimiento.
Con respecto a la radiación, la media de Tucumán es de 14 mj/m2/día en promedio, en la gráfica se observa que
para el periodo de gran crecimiento se está alrededor de 17 mj/m2/día lo que permite una oferta de radiación
importante para la construcción de la biomasa.

Fenología del cultivo


Desarrollo: sucesión de fases por las que atraviesa un cultivo durante su ciclo dentro de las etapas vegetativas y
reproductivas y cuyas manifestaciones macroscópicas están asociadas con la formación y aparición de órganos y/o
con cambios en la dinámica o modelos de crecimiento.
Durante el ciclo de un cultivo, es frecuente distinguir cinco eventos importantes:
● Formación de órganos responsables de asimilación (hojas) y de absorción de agua y nutrientes (Raíces).
● Generación de órganos potenciales de cosecha (tallos)
● Determinación de la densidad efectiva de órganos de cosecha
● Llenado de los órganos de cosecha
● Perdida de funcionalidad de hojas y raíces.

La clasificación más clásica del cultivo de la caña de azúcar hace referencia a 4 fases: brotación y emergencia
(Formación de los órganos de asimilación y absorción de agua y nutrientes), macollaje (se generan los órganos
potenciales de cosecha), periodo de gran crecimiento (durante la primera mitad se determina la densidad efectiva
de órganos de cosecha) y maduración (llenado de los órganos de cosecha). En este caso no se observa la etapa de
floración, todas las fases fenológicas del cultivo de caña de azúcar corresponden a la etapa vegetativa, ya que desde
el punto de vista de la producción comercial la floración perjudica la calidad de la materia prima pero es
importante desde el punto de vista del mejoramiento.

Emergencia y establecimiento de la población inicial: La fase de emergencia es crítica en el ciclo del cañaveral,
durante la cual se establece la población de tallos primarios y se inicia la generación y expansión del sistema foliar
y radicular, sucesos que indicen en su productividad y en la vida económica del cañaveral. En esta fase se
caracteriza por la emergencia sucesiva de tallos primarios, los que mantienen una altura mínima, hay un
incremento progresivo del número de hojas verdes por tallo y el aumento del número de hojas verdes por metro de
surco. La composición de tallos que llega a cosecha es de un 30 – 70% de tallos primaros, establecidos en esta fase.
Al final de la emergencia en la población de tallos predominan aquellos con altura superior a 6 cm y con alrededor
de 2 – 3 hojas verdes.
Con respecto a la población de tallos, se caracteriza por la aparición sucesiva de tallos primarios hasta estabilizarse
la población de tallos (meseta), en relación al número de hojas verdes, en esta fase se puede distinguir 2 sub
periodos (hasta la mitad de la fase de emergencia, la mayoría de los tallos tienen 1 sola hoja verde expandida, a
partir de la mitad en adelante en la emergencia, aumenta el número de hojas verdes por tallo, llegando al final de la
emergencia a 2 – 3 hojas verdes expandidas por tallos. Aumenta también el número de hojas verdes por tallo
(2,5/tallo). Los tallos permanecen en baja altura en toda la fase de emergencia (altura medio 7,2 cm). Al finalizar la
fase de emergencia, emergen 8 tallos por metro líneal, que mantienen una altura promedio entre 7 – 8 cm, con un
número promedio de hojas verdes por tallo de 2 – 3.

Factores que afectan a la fase de emergencia:


● Temperatura y disponibilidad hídrica, definidos por la época de plantación, son 2 factores claves.
● Edad de cañaveral
● Variedad
● Calidad de la caña semilla
● Preparación de la cama de siembra
● Aireación del suelo
● Labores de plantación
● Diseño de plantación

El porcentaje final de emergencia aumenta a medida que aumenta la temperatura. La emergencia se inicia a los
13 – 14°C y aumenta su porcentaje a medida que aumenta la temperatura, tanto en la caña planta como en la caña
soca, la respuesta es mayor en la caña soca pero no es tanto con respecto a la caña planta en relación al número de
tallos por metro de surco al final de la emergencia. A medida que aumenta la temperatura aumenta el número de
tallos primarios por metro de surco al final de la emergencia. Es mucho mayor en la caña soca que en la caña planta.
Esto está relacionado a que la caña soca tiene la cepa donde hay un banco de yemas y raíces existente en los nudos
(absorción de agua y nutrientes). Por cada tallo que se cosecha, queda bajo suelo entre 4 - 6 yemas. Hay un banco
de yemas, y esto le permite una emergencia más rápida y establecimiento mayor de tallos.

La dinámica de la emergencia está fuertemente regulada por la temperatura (siempre y cuando la disponibilidad
hídrica esté mínimamente satisfecha). Su duración típica, expresada en °Cd, es entre 300 – 550 °Cd para caña planta
y 150 – 250 °Cd para caña soca (Tb: 16°C). Los cultivares presentan distinta temperatura base (Tb) y tasa de
emergencia y la respuesta al factor térmico es mayor en las cañas socas que en las cañas plantas. Mayores
temperaturas permiten mayores porcentajes de emergencia, establecimientos mayores de tallos primarios por
metro de surco y cumplimiento de las fenofases en un menor tiempo. Los cultivares es otro factor que afecta la
emergencia, los distintos cultivares tienen distintas temperaturas bases para emergencia. Las variedades con
menor temperatura base emergen más rápidamente. t50 cantidad de dias al 50.% de la emergencia

El éxito de la emergencia radica en la magnitud, ritmo y uniformidad de la misma, así como en una buena
distribución de los tallos primarios en el surco. En variedades subtropicales las temperaturas óptimas para la
emergencia están entre 28 – 32 °C. Con temperaturas menores a 19 -20 °C los % de emergencia son menores y la
fase es más lenta. Temperaturas por debajo de 10°C son perjudiciales para la emergencia. Efecto de la época de
plantación en el porcentaje de emergencia: la época de plantación define el escenario térmico donde se dará la
emergencia, en la época de plantación donde la temperatura son más favorables presentan mayores porcentajes de
emergencia y la misma es más rápida, en una plantación de febrero marzo se tiene mayor porcentaje de emergencia
que la plantación de mayo junio.
Dinámica de la emergencia de caña planta y soca 1 en tres épocas de plantación/cosecha: La velocidad de la
emergencia es mayor en la caña soca que en la caña planta. La duración de la fase es menor en las cañas socas que
en las cañas plantas. Así, la dinámica de la emergencia es diferente entre las cañas planta y las cañas soca. La caña
soca establece más tallos/m surco que la caña planta, relacionado al banco de yemas bajo del suelo de la soca.

Si comparamos la plantación de julio y noviembre, la emergencia inicia mucho más rápido en noviembre (tanto en
la planta como en la soca), también las fases se cumplen más rápido (tanto en la soca como en la planta) y el
número de tallos primarios/m surco será mayor (soca y planta) relacionado a una menor perdida de yemas debido
a temperaturas favorables.
● La dinámica de la emergencia está fuertemente regulada por la temperatura. Su duración típica
expresada en °Cd, es entre 300 – 550 °Cd para caña planta y 150 – 250°Cd para caña soca (tb: 16°C)
● En general a mayor temperatura mayor velocidad de emergencia
● Los cultivares presentan distinta temperatura base y tasa de emergencia y la respuesta al factor
térmico es mayor en cañas socas que en cañas planta
● Las temperaturas optimas para la emergencia están entre 28 – 32 °C, las temperaturas mínimas
varían entre 12 y 16°C. La temperatura está manejando la intensidad y duración de la fase siempre
considerando las condiciones hídricas mínimamente satisfechas (sin estrés hídrico)

Efecto de la calidad de la caña semilla:


Cuando se trabaja con caña de alta calidad (sana, vigorosa, joven y bien nutrida) los porcentajes de emergencia
aumentan en relación a trabajar con caña semilla sin estándares de sanidad.

Preparación del suelo: Brindar el ambiente óptimo para la brotación y emergencia de la caña de azúcar, favorecer
el desarrollo radicular y conformar una cepa vigorosa: eliminar malezas y RDC anteriores, mejorar infiltración y
aireación, mineralización de la MO, aumentar la disponibilidad de nutrientes y romper capas compactadas.

Macollaje
El macollaje es el proceso de ramificación subterránea, que ocurre a partir de las yemas de los nudos basales de los
tallos primarios. El macollaje aporta un número elevado de tallos, que permite lograr el cierre y obtener una buena
población a cosecha de tallos cosechables. Se obtiene el número potencial de tallos cosechables. Su característica
principal es el rápido aumento de la población de tallos/metros de surco.
La principal característica del macollaje es el rápido aumento de la población de tallos que alcanza su máximo al
final de la fase de macollaje, estableciéndose el pico del macollaje. La altura de los tallos permanece más o menos
estable hasta la segunda mitad del macollaje donde ocurre un cambio en el ritmo de elongación de los tallos que
coincide con el periodo de gran crecimiento. Con respecto al número de hojas verdes por tallo, se termina la
emergencia con 2 – 3 hojas por tallos, en el macollaje no hay un gran aumento, en general se forma 1 hoja/tallo y se
termina el macollaje con un promedio de 4 hojas/tallos. Lo que si aumenta considerablemente es el número de
hojas por metro de surco, debido principalmente al aumento del número de tallos por metro lineal, lo que permite
alcanzar un IAF alto y permite el cierre del cañaveral, lo que marca el fin del macollaje y el inicio del periodo de
gran crecimiento. Durante el macollaje se forma el nuevo sistema radicular a partir de los primordios radiculares
de los nudos basales de los macollos. Excesivas perturbaciones debidas al laboreo mecánico pueden perjudicar el
desarrollo radical efectivo y afectar el crecimiento del cañaveral.
Relación entre la variación de la altura media del tallo y el número de hojas verdes por tallo: se puede
observar que mientras que los tallos tengan 2 – 3 hojas, la altura permanece constante. Hacia el final del periodo de
macollaje y coincidente con el establecimiento de 4 hojas expandidas por tallo, hay un cambio en el patrón de
elongación de los tallos y se dispara el crecimiento en altura.
● El número de hojas verdes/tallo no aumenta mucho (1 hoja), pero el aumento del numero de tallos lleva al
aumento del número de hojas verdes/m, lo que permite el cierre de cañaveral y pone el fin de la fase de
macollaje.
● Es una fase clave en la producción, ya que el número de tallos que llegan a cosecha está muy influenciado
por la fase de macollaje. El macollaje es fundamental para definir el número final de tallos a cosecha. El
porcentaje de tallos que llegan a cosecha está constituido por un 80% de tallos primarios y macollos
(secundarios en Tucumán, ya que no da el tiempo de crecimiento para tallos de otro orden). En especial los
que se forman en la primera mitad de la fase de macollaje, ya que estos serán los más gruesos, altos y
tendrán un mayor nivel de crecimiento cuando ocurra el cierre del cañaveral y podrán llegar a cosecha. Los
tallos formados en la segunda mitad de macollaje, tienen menos chances de llegar a cosecha, al llegar al
cierre del cañaveral tienen menor altura y mucho de estos mueren.
● Aunque se formen entre 6 – 8 macollos por tallo primario, solo 1,5 a 2 de éstos llegan a cosecha
● La promoción de un macollaje efectivo (rápido y prolífero) es importante para lograr una población
adecuada de tallos a cosecha.

Principales factores que afectan el macollaje:


● Luz
● Temperatura
● Disponibilidad hídrica y de nutrientes
● Manejo

Patron de macollaje de las especies del género Saccharum: es una característica varietal
- S. officinarum: a + 3b + 3c
- S. barberi: a + 9b + 7c
- S. spontaneum: a +8b + 23c + 31d + 3e

● La luz es un factor clave en el macollaje y por ello es tan importante la distribución de los tallos primarios y
el espacio vital para cada tallo.
● La luz gatilla el macollaje (alta intensidad lumínica = rojo), se rompe la dominancia apical. Cuando la
intensidad se reduce (longitud de onda de rojo lejano) se inhibe la actividad de las yemas laterales y la
formación de macollos.
● La duración del día es importante, los días alargándose favorecen el macollaje mientras que días cortos lo
reducen.
● La temperatura afecta el ritmo y velocidad del macollaje
● La variedad establece el patrón de macollaje. Las diferentes especies del género Saccharum tiene diferentes
patrones de macollaje.
Condiciones favorables para el macollaje:
● Alta intensidad lumínica y días alargándose
● Temperatura optima alrededor de 30°C, temperaturas menores a 20°C retardan el macollaje, alargan la fase
y retrasan el cierre del cañaveral
● Disponibilidad hídrica a capacidad de campo
● Adecuada disponibilidad hídrica, en especial de nitrógeno
● Libre competencia con malezas

En Tucumán las condiciones óptimas para macollaje se dan en OCTUBRE y NOVIEMBRE.


Hacia el final del macollaje ocurre un cambio en el patrón de elongación de la población de tallos. Este evento se da
en caña planta y en soca, se evidencia cuando la población de tallos alcanza, en promedio, la expansión de 4 hojas
verdes/tallo. El final de la fase de macollaje está asociada al cierre del cañaveral (ocurre cuando tenemos un IAF
debido al número de hojas/m lineal de surco, que permite interceptar el 70% de la radiación incidente, lo que
corresponde a un IAF de 2 – 2,5). El cierre ocurre más temprano en el ciclo en las menores distancias de plantación.

En el periodo de gran crecimiento se da un máximo de intercepción de radiación (90 – 95 %), un máximo IAF y con
esto una máxima tasa de crecimiento del cultivo.

Gran crecimiento o construcción del rendimiento cultural


Etapa decisiva en la productividad de la caña de azúcar, se define el rendimiento cultural, al determinarse la
población y el peso de los tallos molibles. El cultivo manifiesta la máxima capacidad de respuesta y la máxima
sensibilidad frente a cualquier variación del ambiente y/o manejo. Para el éxito de esta fase es necesario optimizar
el aprovechamiento de los recursos ambientales y de manejo desde el inicio del ciclo, a fin de asegurar el
cumplimiento efectivo y rápido de las fases iniciales. La ventana de crecimiento en Tucumán es menor que en el
Norte. Las condiciones optimas para crecimiento son entre diciembre y marzo (cultivo de 7 – 9 meses, entre agosto
y abril). En esta fase ocurre la estabilización de la población de tallos, lo que implica que del total de tallos, solo
entre el 30 – 70% sobreviven y llegan a formar cañas molibles. Se alcanzan las máximas tasas de elongación de los
tallos. Se alcanza el máximo IAF (4 – 5) y el número máximo de hojas/tallos (10 – 12). En condiciones favorables los
tallos crecen rápidamente, formando 4 – 5 nudos por mes.
Efecto de la temperatura en la elongación del tallo: la temperatura afecta significativamente la tasa de
elongación de tallos

Cualquier déficit de nutrientes y de agua en esta etapa se expresa en perdida de producción cultural, por lo tanto es
una etapa CRÍTICA, hay que asegurar que la caña tenga todo lo que necesita y así poder tener un alto rendimiento
cultural, pero esto se logra al trabajar desde un inicio con un buen manejo para el cultivo.
● El riego, manejo agronómico realizado y las condiciones ambientales adecuadas (en especial el agua)
favorecen la elongación y acumulación de materia verde y seca en los tallos.
● El estrés hídrico reduce la longitud intermodal
● Temperaturas sobre 30°C, con humedad cercana al 80% son más adecuadas para un buen crecimiento
● Disponibilidad adecuada de nutrientes (en especial N)
● Sin presencia de malezas
Manejo:

Prácticas culturales de pre plantación: decepado, preparación de suelo, control de malezas


Brotación y macollaje: se debe trabajar mucho, control de malezas, el periodo crítico de competencia con malezas
va desde brotación hasta cierre de cañaveral. Si es que se necesita, se debe hacer un riego complementario, se debe
fertilizar (P, N) ya que es la época en donde el cultivo tiene la máxima capacidad de absorción de N, parte del cual
usa y el resto lo acumula en las hojas y lo moviliza para satisfacer los requerimientos durante el periodo de gran
crecimiento.
Cierre del cañaveral: el manejo está limitado, control de malezas trepadoras, se hace riego si es que se dispone, en
aquellos años en que las lluvias no satisfacen el requerimiento hídrico. En esta parte se aprovecha todo lo hecho en
fenofases anteriores.
Maduración: se debe trabajar mucho ya que hay un estrés térmico, se debe controlar la maduración, realizar
maduración química y control de cosecha y poscosecha.

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