Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RESUMEN DE CONTENIDO
El Juicio por Jurados como mandato establecido en nuestra Constitución
Nacional, está presente en ella desde su versión originaria de 1853. Dicha garantía
constitucional y modelo procesal tendiente a acercar la justicia a la sociedad mediante
un modelo de participación ciudadana en la administración de justicia, ha tenido
implementación únicamente en once provincias, siendo una cuestión programática en el
orden federal. A diez años de la sanción de la ley de la Provincia de Buenos Aires, este
articulo buscara mediante un análisis histórico y comparativo, analizar el instituto en
cuestión, mostrando la vigencia del sistema, la trasparencia del mismo, y la necesidad –
o la falta de ella- de una regulación nacional marco de dicha temática.
ABSTRACT
Trial by Jury, as a mandate established in our National Constitution, has been
present in it since its original version of 1853. This constitutional guarantee and
procedural model aimed at bringing justice closer to society through a model of citizen
participation in the administration of justice has been implemented in only eleven
provinces, being a programmatic issue at the federal level. Ten years after the enactment
of the law of the Province of Buenos Aires, this article will seek, through a historical
and comparative analysis, to analyze the institute in question, showing the validity of
the system, its transparency, and the need -or not- of a national framework regulation of
this subject.
1
Estudiante avanzada de la carrera de abogacía en la FCJyS de la UNLP. Ayudante alumna en la indicada
casa de estudios en las materias de “Introducción al Derecho”, “Historia Constitucional”, “Derecho
Privado II” y “Derecho Procesal I”. Contacto: Malenacabrera2001@gmail.com
RESULTADOS Y SIGNIFICACIONES DEL TRABAJO:
Se considera que el trabajo aquí presente puede -desde una óptica histórica y de
análisis comparativo y estamental- permitir al lector una comprensión del instituto,
creándose una opinión sobre el mismo, y analizar así también las omisiones legislativas
que presentan ciertos temas presentes en nuestra Constitución Nacional.
2
Rosatti, Horacio D., Tratado de Derecho Constitucional, Tomo II, 2° ed., Santa Fe, Rubinzal 2017
Se trata principalmente de una institución típica, propia del derecho anglosajón
que tuvo comienzo en Roma durante los procesos acusatorios, y que llego a América a
través del derecho que aplicaban las colonias inglesas de América del Norte.
Años más tarde, el mismo rey determino que los jurados debían reportar los
delitos de mas que tuvieran noticia, haciendo constar su decisión en un documento
denominado Assize de Clarendon. Ello marca un cambio paradigmático en la época
puesto que hasta ese momento, los jurados habían sido únicamente personas con
información privilegiada o testigos de hecho sobre crímenes.
Ahora bien, los jurados no eran vistos en aquel entonces como una garantía de
justicia o protección frente a los abusos de la corona, porque sus integrantes eran
nombrados por delegados del rey y, además, porque se dejaban influenciar por las
preferencias de la comunidad. “Más que una protección frente al poder el rey, eran una
extensión del poder del rey”.
Pero el hito más importante de esta etapa y que transforma al jurado como una
garantía del ciudadano frente al poder del gobierno y como un órgano independiente del
mismo se vio en el caso Brushel donde se dio lugar a la absoluciones mismo dándole al
jurado poder casi absoluto de juzgar en un juicio según sus conciencias y no
necesariamente según lo que dice la ley.
Sobre esta cuestión lo que lo que sucede es que uno de los jueces da un voto que
es muy interesante que nos plantea si ese juicio por jurados es una institución dentro de
la organización del poder judicial o en realidad es una opción que se le brinda al
imputado para elegir ser juzgado por el pueblo o ser juzgado -y renunciar a eso- y ser
juzgado por magistrados que están desempeñando sus cargos.
El juez Hernán en su voto-que tuvo apoyo por la mayoría- dice que las
disposiciones constitucionales referidas al juicio por jurados tienen por consecuencia
establecer un tribunal que forma parte de la estructura del gobierno y solamente
garantiza al acusado el derecho a esa forma de juicio. El juicio por jurados garantiza al
acusado un derecho, es decir el derecho a una forma de juicio entonces a partir de este
antecedente si nosotros lo tomamos y interpretamos que el juicio por jurados
efectivamente es una garantía por el imputado
Podemos observar que la tradición jurídica europea se basa en dos sistemas con
características diferentes. Por un lado el derecho anglosajón basado en el Common Law
(conjunto de costumbres y precedentes judiciales obligatorios). Y por otro lado el
3
(281 US 276 -1930-)
derecho continental o latino basado en la ley por evolución del derecho romano que
alcanzó su perfección con las Institutas de Justiniano. Luego este fue receptado por los
pueblos germánicos a través de Las Partidas, La Carolina, el derecho canónico y los
juristas italianos de la Edad Media, haciendo perdurar sus conceptos en el tiempo.
4
Si al lector le resultase de interés saber más sobre la organización judicial de nuestro país en este
periodo, se recomienda la lectura breve de “Derecho Procesal Penal” de Maier tomo 1 Ed. 2004
Ahora si, en lo que hace a la institución aquí en análisis, se comprendió que
como parte esencial de la independencia judicial estaba el tema de las garantías no solo
de los ciudadanos sino también de aquellos que administraban justicia.
Preferente análisis tendrá el juicio por jurados, que estará establecido en los arts.
24 y 102 (hoy 118), para los juicios criminales, el mismo se encuentra adherido a las
máximas de la inmediación, la presencia del imputado en el proceso, la oralidad,
continuidad y la publicidad popular del debate, como principios que sostiene la forma
republicana de gobierno que la Constitución sostiene desde su artículo primero.
Resulta importante decir que entre los Siglos XVIII y XIX donde imperaba el
liberalismo burgués cuyo movimiento político insistía en un cambio total en la
administración de justicia penal, ello principalmente porque países como Inglaterra aun
conservaban los principios fundamentales impuestos por los sistemas de enjuiciamiento
Greco-Romanos consistentes en un juicio público conformado por tribunales de
ciudadanos que eran temporariamente atraídos a un juzgamiento sobre conflictos
penales que se presentaban en el marco de su sociedad. Dicho modelo, se preveía como
una forma pacífica de distribución del poder político o de organización judicial.
Interesante resulta el análisis hecho por Maier5 sobre este asunto, en cuanto a
que sostiene que no parecería una normativa constitucional muy relevante para nuestro
congreso esto, ya que hay una inconstitucionalidad por omisión legislativa en cuanto a
que “la promoción del establecimiento del juicio por jurados” no aparece en la práctica
nacional. Ya el articulo 67 inc. 11 (actual 75 inc. 12) comprende la facultad legislativa
de dictar las leyes de procedimiento penal, y según resulta de lo dicho de esa norma
“(…) y especialmente leyes generales para toda la nación sobre (…) y las que requiera
el establecimiento del juicio por jurados”, de modo que resulta evidente la competencia
del Congreso en cuanto a sancionar al menos una ley marco del procedimiento penal
que establezca los actos sustanciales para la sustanciación del juicio por jurados, ley que
tenga vigencia en todo el territorio nacional, y que las provincias puedan tener de
referencia para administrar de la forma que crean más conveniente, dicha institución.
Igualmente resulta dable destacar el hecho de que en 1871 por primera vez el
Congreso busco cumplir con los mandatos establecidos en esta materia, en lo que se
conoce como Proyectos Gonzales de la Plaza, el cual ha sido a la fecha el único intento
leal del Congreso en aproximarse al sistema establecido en la CN. Si bien esos
proyectos comprendían quienes debían ser jurados, como se los nombraba o convocaba,
no tuvieron la aprobación en el registro, pero a inspirarse en la legislación vigente
norteamericana.
5
Nació el 21/07/1939. Premio Konex 2006. Jurado Premios Konex 2016. Abogado. Estudió en la
Universidad Nacional de Córdoba y completó sus estudios en Derecho Penal y Filosofía Jurídica en la
Universidad de Munich (Alemania) y como Investigador en las universidades de Bonn, Münster y
Munich (Alemania). Doctor en Derecho y Ciencias Sociales (UNC) y Doctor Honoris Causa de la
Universidad Antenor Orrego, Trujillo (Perú). Profesor Titular regular y Profesor Consulto de Derecho
Penal y Procesal Penal de la Facultad de Derecho (UBA). Profesor Honorario en varias Universidades
extranjeras. Autor de más de un centenar de trabajos jurídicos.
Es decir que, por ley del Congreso del 30 de septiembre de 1871 se encargo al
Ejecutivo Nacional la creación de una comisión de dos personas idóneas para que
proyecten la ley de organización del jurado y la de enjuiciamiento en las causas
criminales ordinarias de jurisdicción federal. De este modo Sarmiento, presidente en
aquel entonces, encargo a Florentino Gonzales y Victorino de la Plaza por decreto del
16 de noviembre de ese año, para cumplir con dicha labor. Ambos doctrinarios
cumplieron su tarea para el día 23 de abril del año 1873, elevando un proyecto que
contenía 787 artículos, como así también acompañaron un proyecto de Código de
Procedimiento Criminal, que contenía-al igual que el otro proyecto- una marcada
tendencia anglosajona.
Sobre esto, la CSJN tiene dicho en el considerando 2 del fallo “Don Vicente
Loveira c. don Eduardo T. Mulball s/ injurias y calumnias”6 de 1911 que no se ha
impuesto al Congreso el deber de proceder de manera inmediata en el establecimiento
del juicio por jurados, al igual que el artículo 24 no impone términos perentorios para la
reforma de la legislación en todas sus ramas.
Concluyo en torno a este punto, que lo sostenido por la CSJN en dicho fallo no
es acertado por cuanto no respeta una garantía contenida en el texto de la CN. Así
mismo veo con buenos ojos el hecho de que las organizaciones judiciales provinciales
6
Fallos de la Corte: 115:82
recepten el instituto ya que así respetan también lo dicho en los artículo 5 y 123 del
mismo cuerpo normativo, y de no hacerlo no estarían garantizando la correcta
administración de justicia penal que busca defender el texto federal constitucional. Por
ello me resulta interesante-para cerrar por fin la idea- lo dicho por Sagües: "Las
provincias conservarían, no obstante, la facultad de estructurar los juzgados
provinciales del caso, en su ámbito local, y siempre que se adaptaren a las pautas de la
ley federal".
Sin embargo, pese a las mandas constitucionales, nunca tuvimos un juicio por
jurados. No solo eso, sino que además se debió soportar en el ámbito federal, la
conservación y permanencia de la tradición inquisitiva española independientemente de
que a lo largo del siglo pasado diversos proyectos reguladores del tema hayan ingresado
al palacio legislativo de Nación, donde muchos no tuvieron tratamiento o no llegaron
siquiera a ser sancionados, el ultimo fue en 1986, que si bien no obtuvo sanción dio
lugar a una discusión abarcativa en el ámbito académico y político.
7
Abogada (Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires) Especialista en Sociología Jurídica
(Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires). Académica de Número de la Academia
Nacional de Ciencias Morales y Políticas, desde el 12 de diciembre de 2012, sitial Antonio Bermejo.
Directora del Instituto de Política Constitucional de la Academia Nacional de Ciencias Morales y
Políticas.
para Binder8 interesante y sostiene en su obra “Ideas para una discusión sobre el
fundamento de la reforma de la justicia criminal” el hecho de que desde 1930, en los
periodos en los cuales en Argentina se rigió por instituciones democráticas, siembre
hubieron intentos legislativos para establecer el juicio por jurados.
Con ello, el régimen procesal no ha servido para imponer las garantías penales
existentes en el texto de la norma, especialmente para aquellos que más lo requieren, y
que deben ser sometidos si o si a un sistema penal impuesto sin posibilidades de optar
por otro cuando les correspondería, pero que la omisión legislativa imperante les
impide.
Seguido de esta idea, resulta interesante lo que sostenía Carlos Nino10 por cuanto
que este opinaba que es incierta la defensa de los jurados sobre la base de que ellos
pueden administrar justicia penal con mejores resultados que los jueces profesionales,
no pueden sostenerse a priori que las decisiones de los jurados son más justas que
aquellas tomadas por los jueces profesionales. Además, el concepto propio de brindar
“mejor justicia” es una noción de textura abierta, amplia que carece de por si de un
parámetro objetivo y uniforme de consideración.
Así también se suma a ello, Nino continua lo dicho con la idea de que una
porción de jurado no traduce -por la escasa representatividad que implica la muestra de
jurado en un juicio particular- el principio de representación de mayorías, ello porque el
jurado es traído accidentalmente a un proceso sorteado, es seleccionado bajo
9
Esta idea es fundamentalmente desarrollada por Nino en “Fundamentos de Derecho Constitucional”, allí
advierte sobre el peligro de instrumentar a la justicia como una cuestión de “casta sacerdotal”, que hace
del derecho un instrumento esotérico que rompe con el dialogo para con el ciudadano (página 449 y ss).
10
Nació el 03/11/1943. Premio Konex de Platino 1986. Abogado con Diploma de Honor (UBA, 1967).
Doctor en Filosofía en el área Jurisprudencia (Universidad de Oxford, Inglaterra, 1977). Publicó gran
cantidad de libros como Introducción al análisis del derecho (1980); La Legítima defensa,
fundamentación y régimen jurídico (1982); Un país al margen de la ley (1991); El constructivismo ético
(1991) y Derecho, Moral y Política (1994). Premiado como Abogado de las Américas por la Escuela de
Derecho de la Universidad de Miami en 1994. Coordinador del Consejo para la Consolidación de la
Democracia. Miembro de la Comisión de Reforma al Código Penal de la Nación. Asesor del Presidente
de la Nación (1983-89), entre otros cargos. Falleció el 29/08/1993.
determinados parámetros, y es solamente en ese proceso un funcionario público no
permanente. Es el jurado únicamente una demostración de la participación ciudadana
con responsabilidades específicas y propias de un Estado Democrático, que simboliza
únicamente en el caso en concreto del que les toca tomar conocimiento una opinión
popular que puede servir de freno a la arbitrariedad del mecanismo coercitivo ordinario
de aplicación del poder jurídico por parte de los magistrados comunes.
Otras vertientes negatorias del tema, comprenden que el instituto aquí en análisis
es una cuestión que ha quedado en abrupto desuetudo. Aquí es importante destacar la
cuestión de que el desuetudo como tal responde a una derogación por la costumbre en sí
misma12, noción que no tiene sentido dentro de los parámetros socio-históricos de
nuestro país a la luz de que no ha habido una falta de ejercicio práctico de la ciudadanía
en torno a esta garantía y procedimiento judicial, sino que por el contrario lo que ha
habido es una falta de regulación e instrumentalización del mismo, los representantes
del pueblo son quienes mantienen la omisión legislativa del parámetro constitucional
marcado desde 1853 a la fecha sobre la regulación de la materia en cuestión, obligando
a los imputados a renunciar de forma forzosa a la garantía que el ordenamiento les
brinda y paralelamente a una forma de someterse a proceso diferente a la ordinaria. Ello
sumado a que en las diversas modificaciones del texto constitucional –reformas
vigentes- se ha mantenido siempre el instituto en cuestión13, siendo entonces esta
postura negatoria insostenible en cuanto a lo que hace a la etimología estricta del
termino desuetudo.
11
NINO, “Fundamentos de Derecho Constitucional” pág. 451.
12
“Aplicación preferente de la costumbre contra legem en relación con la ley, que tiene por efecto la
inaplicación de la ley misma” concepto del Diccionario Panhispánico del Español Jurídico.
13
Corresponde igualmente indicar que en la constitución de 1949 se había eliminado lo referido al
artículo 67 inciso 11, hoy 75 inciso 12, pero luego modificaciones posteriores con el retorno de la
constitución 1853/60/66/98 mantuvieron las lógicas del instituto en todas sus aristas de regulación (art 24,
67 inc. 11 y 118).
Funcionamiento del Juicio por Jurados en las Provincias Argentinas
Como ya se ha indicado en el presente escrito, los intentos constitucionales de
1819 y 1826 contemplaron al instituto del juicio por jurados y eran debatidas sus ideas,
aunque en la convención constituyente que funciono en la ciudad de Santa Fe entre los
años 1852 a1854, y tampoco en la “Convención del Estado de Buenos Aires encargada
del Examen de la Constitución Federal”, reunida en Buenos Aires de enero a mayo de
1860 el tema aquí en análisis mereció de fundamental atención.
Sobre la posibilidad que tienen las provincias de regular este tema, Rosatti –
miembro y presidente actual de la CSNJ- analiza que dependerá según la naturaleza que
se le otorgue. Puede partirse de una premisa atinente a la aplicación obligatoria del
instituto en las provincias, o una premisa contraria de la obligatoriedad de aplicación.
Igualmente, tomando en cuenta que ser jurado es una carga publica que no puede
ser tomada de forma liviana, sostener que se condena por el mero hecho de condenar es
un argumento simple, sobre todo por la cantidad de filtraciones que se hace para obtener
al jurado final que decidirá sobre el caso en concreto.
El juez comprende que es una de las mejores formas de democratizar al Poder Judicial,
promueve a la participación ciudadana ya que lo comprende como un “modelo de
justicia”15 que permite al pueblo administrar justicia en la construcción social del
veredicto que hace el jurado en el caso en concreto.
14
En nota periodística del 15 de noviembre del 2019. Vía: https://www.analisisdigital.com.ar/
15
““Modelo” no en sentido neutro sino en sentido valorativo puesexpresa una definición axiológica que
se remonta al origen de la institución y se afirma en la consideración de que el pueblo es el sujeto jurídico
más apto para ponderar la criminalidad de las acciones u omisiones del prójimo.” Rosatti en “¿Puede el
pueblo Juzgar? ¿Debe el pueblo juzgar?”
instaurado en la constitución y negar a los ciudadanos el derecho de participar de la
administración de justicia.
Más allá que -desde el punto de vista del derecho vigente en la Argentina- el
pueblo “pueda” ejercer la función judicial, la pregunta más candente es si “debe”
realmente hacerlo. Aquí el debate excede al derecho para internarse en razones meta
jurídicas.
Sobre esto, Rosatti estipula que serán los jueces técnicos los que se encarguen de
controlar el camino hacia la decisión final conforme a las reglas procesales
preestablecidas, y que los representantes de la opinión popular se encargaran de
construir una conclusión basándose en los datos que les fueron llegados a conocimiento
durante el proceso. Tomando en cuenta además que la labor del jurado comprende un
compromiso social complejo propio de juzgar al prójimo.
A modo de cierre de este trabajo, decir que a finales del año pasado e inicios del
corriente, con la presentación de la Ley Omnibus salió nuevamente a debate de la
opinión pública el tratamiento de una ley en términos nacionales que regule el
procedimiento por jurados. Buscaba impulsarlos para todos los delitos del Código Penal
y leyes complementarias para delitos que comprendieran un determinado monto en
abstracto de pena. Mas allá de que la ley en cuestión no obtuvo luz verde, el principal
cuestionamiento que se le hizo a este punto de la legislación fue al elevado costo
económico y de recursos humanos que tenia la reglamentación ya que si era aprobado
deberían de reacondicionarse las salas de audiencia para cumplir con lo que establecía el
capítulo 13 del monumental proyecto.
Así también, la ley permitía a las provincias que aun no tenían una ley propia
sobre el tema, aplicar directamente esta ley en sus territorios si así lo decidiesen en
ejercicio de su autonomía con el objetivo de incrementar el ejercicio de dicho sistema
juradista (vgs. artículo 95 del proyecto).
Si bien sobre esto la Asociación de Juicios por Jurados refirió a que es una
práctica común en diversos países y que hasta tiene aplicación en algunas jurisdicciones
locales como es el caso de Mendoza y Chubut, y que hace a un símbolo de solemnidad
propio del acto del juicio, no se puede evitar decir que esta propuesta corrió bastante el
foco de análisis de lo que era el fondo de la cuestión.
Por fuera de todo esto, es importante que se sigan dando debates en torno a esta deuda
de la democracia y del mando constitucional, para poder de una vez y para siempre
contar con una regulación en términos nacionales de esta tematica, que sirva al menos
de ley marco para las provincias que aun no lo regulan y de cumplimiento con la letra
de la Constitución Nacional.
Bibliografía
ALBERDI, Juan Bautista “BASES Y PUNTOS DE PARTIDA para la
ORGANIZACIÓN POLITICIA de la REPUBLICA ARGENTINA”, , contenida en
el libro “ORGANIZACIÓN DE LA CONFEDERCION ARGENTINA por Juan
Bautista Alberdi” con estudio preliminar de Adolfo Posada, Publicado por El Ateneo,
impreso en Madrid, en 1913.
CARO, José Arrieta “Apogeo y declive del derecho constitucional a un juicio por
jurado para causas penales en los Estados Unidos” Universidad de Minnesota. Derecho
PUCP N°78 junio 2017.
GELLI, María Angélica “La validación del juicio por jurados populares desde la
democracia y el federalismo” Articulo La Ley 2019-C.
MAIER, Julio B. J. “Derecho Procesal Penal Tomo I “Fundamentos”. Ed. Puertos SRL.
Buenos Aires 2004 2da Edición. Página 132 y ss.
NESS, Karen “El Pueblo Será Juez” Revista de Pensamiento Penal del 10/10/2018
PAGLIUCA, Federico José “El Juicio por Jurados como Garantía Constitucional”.
Revista de Pensamiento Penal 2/07/2018.
PENNA, Cristian D. “Competencias para legislar en materia de juicio por jurados: ley
nacional y leyes provinciales” Asociación Argentina de Juicio por Jurados (AAJJ),
24/08/16, http://www.juicioporjurados.org/2016/08/doctrina-competencias-para-
legislar-en.html
ROSATTI, Horacio “Constitucionalidad del Juicio por Jurados Regulado por una
Provincia” publicación en https://www.juezrosatti.com.ar 2021.
ROSATTI, Horacio “El Juicio por Jurados es la mejor forma de democratizar al Poder
Judicial” Vía: https://www.analisisdigital.com.ar/ del 15/11/2019.
SANCHIS, Mariana “Juicio por Jurados: Garantía del imputado o derecho político de
los ciudadanos” Universidad del Litoral Vía: https://www.palermo.edu/
SCHIAVO, Nicolás “El juicio por jurados. La experiencia de Buenos Aires y Neuquén,
Argentina” Articulo de Investigación agosto 2019 publicado en Ius Et Praxis.
USTARROZ, Juan Carlos “Apuntes sobre la Epistemología del Juicio por Jurados”
Doctrina procesal Penal derecho penal online. 24/05/2020