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Esta es una traducción hecha por fans y

para fans. El grupo de The Man Of Stars


realiza este trabajo sin ánimo de lucro y
para dar a conocer estas historias y a sus
autores en habla hispana. Si llegaran a
editar a esta autora al idioma español, por
favor apoyarla adquiriendo su obra.
Esperamos que disfruten de la lectura.
TRADUCCIÓN

CORRECCIÓN

EDICIÓN
ÍNDICE

Sinopsis........................................................................................................5
Capítulo 1.....................................................................................................6
Capítulo 2...................................................................................................21
Capítulo 3...................................................................................................36
Capítulo 4...................................................................................................49
Capítulo 5...................................................................................................66
Capítulo 6...................................................................................................80
Capítulo 7...................................................................................................94
Capítulo 8................................................................................................ 109
Capítulo 9................................................................................................ 124
Capítulo 10.............................................................................................. 137
Capítulo 11.............................................................................................. 154
Capítulo 12.............................................................................................. 171
Capítulo 13.............................................................................................. 186
Capítulo 14.............................................................................................. 203
Capítulo 15.............................................................................................. 217
Capítulo 16.............................................................................................. 231
Capítulo 17.............................................................................................. 245
Capítulo 18.............................................................................................. 262
Sinopsis

Un cyborg amante de la diversión se toma en serio el amor.


***
Truth vive cada momento como si fuera el último. El guerrero cyborg
corre hacia el peligro, se burla de seres que no debería provocar,
acepta cada llamada de aventura que encuentra.
Cuando una pequeña princesa humana remilgada entra flotando en
la estructura rebelde que ocupa Truth, buscando un mercenario que
la ayude a ella y a su inusual séquito, se ofrece voluntario para ser
su guerrero. Ella afirma que su asignación es peligrosa y le advierte
que podría no sobrevivir a la tarea.
Ese es exactamente el tipo de diversión que ha estado buscando.
La princesa Nanette del planeta Royaume debe rescatar a su
hermano de una nave-prisión enemiga. Ese es su deber, y ha sido
entrenada para anteponer siempre las necesidades de su planeta y
sus súbditos a las suyas. Nancy no tiene la libertad de complacer
sus pasiones por cierto cyborg de cabello oscuro y piel gris. No de
forma permanente y no públicamente.
Pero es incapaz de resistir al guerrero. Truth, con sus ojos risueños,
labios sonrientes y manos ásperas, la tienta más que nadie. Él
podría ser su único acto fugaz de rebelión antes de que la empareje
con el poderoso gobernante que requiere su planeta.
Si sobreviven a su misión actual.
Su amor está condenado. Su esperanza de vida está en
riesgo. Este cyborg y su princesa necesitarán la ayuda de todos los
aliados que tengan si desean ver otro amanecer.
Capítulo 1

Truth vivió cada rotación planetaria como si fuera la última.


Exprimió toda la alegría que pudo de los momentos, se
entregó a cada batalla que enfrentó, se esforzó por
encontrar el humor en las situaciones más oscuras.
Si no había suficiente entusiasmo, si las rotaciones de los
planetas comenzaban a difuminarse y no se podía
encontrar ninguna acción, consideraba que era su deber
autoproclamado crear algunas para él y sus hermanos.
Esta rotación planetaria, podría haber creado demasiadas
emociones para los seres a bordo de la Reckless. La
tensión en el aire era palpable... y extremadamente ruidosa.
—Libérame —La imagen de North apareció en la pantalla
principal. Sus bramidos se podían escuchar en todo la
nave. El Segundo al mando del Capitán luchó contra sus
ataduras.
El Modelo D había sido asegurado contra una pared en la
bahía médica de la Reckless. El artilugio había sido
diseñado para contener todos los tipos de modelos de
cyborgs.
Habían sido necesarios los esfuerzos combinados del
Capitán, la descendencia del Capitán Future, Dissent,
Chuckles y Doc para restringir los movimientos de North. El
guerrero no había querido dejar el lado de su hembra
productora de descendencia, había estado decidido a
protegerla de los peligros de ese proceso.
Truth no había participado en la batalla.
Desafortunadamente, el Capitán lo había procesado de
manera prudente para excluirlo. Se había perdido ese
entretenimiento.
—Doc lo dejará en libertad cuando se complete esta última
etapa de la fabricación de la descendencia —La voz del
Capitán era plana. Se sentó en el puente con su hembra y
su descendencia, además de Truth, Dissent y Chuckles.
Las otras mujeres y Doc atendieron a la futura madre.
—Libérame ahora —El terror por su hembra estaba
causando un mal funcionamiento en North. Nadie, ni
siquiera Truth, se opuso a las órdenes del Capitán. No, a
menos que el guerrero quisiera ser arrojado al espacio.
—No ayudarás con el proceso, guerrero —La mirada del
Capitán se desvió hacia su hembra y su descendencia y su
semblante se suavizó—. Ninguno de nosotros tiene la
programación para ayudarlo.
Truth había sido parte del gran esfuerzo por someter al
Capitán cuando la mujer del Capitán estaba en las últimas
etapas de la fabricación de Future. El Capitán le había
arrancado el brazo derecho a Truth por completo y Doc
tuvo que atenderlo después de que él atendiera a la mujer
del Capitán.
Fue entonces cuando Doc propuso crear las restricciones.
Los cyborgs no permitirían que sus hembras fueran
dañadas, lucharían contra el universo para evitar que eso
sucediera, y las hembras tenían que ser dañadas
temporalmente durante la producción de la descendencia.
Los cráneos de los pequeños cyborgs, hechos de metal, no
tenían curvatura.
—Si pudieras haber persuadido a tu descendencia para
que retrasara su aparición para una rotación planetaria más,
no estarías solo durante el proceso. Nos habríamos
reunido con la flota. Habrían salvaguardado a la Reckless
mientras esperábamos contigo —La mirada del Capitán se
trasladó a Truth—. Pero Victorious el Vencedor está
decidido a operar según su propio horario.
Ayeeee. La descendencia de North lanzó un grito de batalla
a través de las líneas de transmisión. El pequeño cyborg
compartió imágenes de sí mismo golpeándose de frente
contra la pared del útero de su madre.
Truth hizo una mueca. Eso debe haber lastimado tanto a la
descendencia como a la madre humanoide de la
descendencia.
—Truth —North gritó su nombre, sacudiendo las ataduras.
El Segundo del Capitán te arrancará las extremidades una vez
que sea liberado, modelo D. Dissent, el amigo más cercano
de Truth, le advirtió a través de una línea de transmisión
privada. Nunca lo había visto tan molesto. Constantemente.
—Ninguno de nosotros influyó en el momento de su
aparición —Truth dijo eso en su propia defensa—.
Victorious el Vencedor lo determinó por sí mismo.
—Sí, pero uno de nosotros no tuvo que enseñarle a la
descendencia de North el golpe al cuerpo de Myrina la
Magnífica —El tono del Capitán era seco—. No tuvimos
que darle suficientes herramientas para decidir el
momento.
Todos en el puente voltearon la cabeza y miraron a Truth.
Pudo haber sido otra persona. Esas palabras frívolas
colgaban de la punta de su lengua.
Pero no pudo expresar esa respuesta porque los cyborgs
estaban programados para decir siempre la verdad y esa
declaración sería una mentira.
Tampoco podría haber sido otra persona en la Reckless.
Solo él era así de audaz.
—Estaba deleitando a la descendencia con historias sobre
la osadía de su madre —El pequeño cyborg se había
aburrido... como Truth. No había proyectado que causaría
daño a nadie.
Ayeeee. La descendencia golpeó su pequeño cuerpo con
más fuerza contra el útero de su madre.
La culpa golpeó a Truth. Aunque no había proyectado el
daño, era el responsable.
—North, puedes arrancarme las extremidades una vez que
estés libre.
El dolor sería insoportable, pero apaciguaría al hombre,
atenuaría las dudas de Truth y podría ser entretenido para
todos en la nave, incluido él mismo.
—No habrá ningún retiro de las extremidades —El Capitán
les negó esa posible diversión—. Y no habrá ningún
descendiente de formación para combatir mientras que
están siendo fabricados.
La descendencia de North continuó con sus esfuerzos por
liberarse. La frustración en el rostro del pequeño cyborg
reflejaba la irritación en el semblante de su padre.
Truth no debería encontrar eso divertido.
Sin embargo, lo hizo.
Quizás sus hermanos tenían razón. Quizás estaba
funcionando mal.
Se encogió de hombros. Eso no le preocupaba. Mucho.
—El próximo planeta que estamos explorando es Nereid
Negative One —El Capitán transmitió un hecho que Truth
ya procesó—. Truth, optimiza nuestra ruta.
—Optimizando nuestra ruta hacia Nereid Negative One,
Capitán —Reconoció la orden.
No fue una tarea difícil de completar. El planeta era
pequeño, tenía el tamaño de una luna que la Alianza
Humanoide le había asignado a él y a sus hermanos del
Modelo D para defender 3.2798 vidas humanas atrás, pero
su órbita alrededor de su sol distante era constante y
sorprendentemente bien rastreada.
Localizó fácilmente las coordenadas actuales de Nereid
Negative One y diseñó el camino más rápido y seguro
hasta ese punto.
—Llegaremos a nuestro destino en dos rotaciones
planetarias y turnos de 1.3659.
La fabricación de la descendencia debería aliviar su
aburrimiento hasta entonces.
Especialmente si North, el padre de esa descendencia,
quería liberar algunas de sus frustraciones en las cámaras
de combate. Truth sonrió.
—¿Debería la Reckless llegar a Nereid Negative One? —
La mujer del Capitán sorprendió a todos los presentes con
esa pregunta aparentemente aleatoria.
Distinguió a Truth de las amenazas de North y los gritos de
batalla de la descendencia. Estudió a la hembra del
Capitán. El humano había descubierto un detalle que aún
no habían procesado. Estaba 89.2563 seguro de eso.
El Capitán debe haber llegado a la misma conclusión.
Frunció el ceño a su mujer.
—Enviaremos una nave lanzadera a la superficie.
Ese era el procedimiento operativo estándar que habían
utilizado para las misiones de exploración anteriores. Un
pequeño equipo fue enviado al planeta que Power y el
Consejo de cyborg les encargaron explorar y
documentar. La Reckless con su tripulación restante
permaneció en un espacio abierto, fuera de peligro.
—Esa nave lanzadera perteneció una vez a la Alianza
Humanoide —La mujer del Capitán enarcó las cejas—. He
estado monitoreando un canal que se origina en Nereid
Negative One y...
—¿Por qué estamos monitoreando un canal que se origina
en Nereid Negative One? —El Capitán emitió una consulta
para la que ya debería procesar los resultados.
La mujer del Capitán era una hacker experta. Monitoreó
todos todos los canales.
—El canal transmite a seres que no siguen las reglas, a
aquellos que luchan contra entidades más grandes —La
mujer del Capitán no reconoció su respuesta—. Afirman
que Nereid Negative One es un refugio para forajidos y
rebeldes —Miró a su guerrero—. Esas son sus palabras.
Una de sus acciones más citadas es derribar un Carguero
de la Alianza Humanoide.
—Ya amo este planeta —Truth pronto tendría la aventura
que buscaba constantemente.
El Capitán le lanzó una mirada dura.
—Dissent, transmitir toda la información que tenemos
sobre Nereid Negative One.
—El planeta se llama Nereid Negative One porque el
primer ser que pisó su superficie afirmó que cero era una
designación demasiado generosa para él —El tono plano
de Dissent fue desmentido por el brillo en sus ojos. El
amigo de Truth disfrutó transmitiendo ese detalle—.
Alberga un pequeño asentamiento que sirve como parada
de suministro y reparación para las nave que pasan. Los
alimentos, las bebidas y las piezas se envían desde fuera
del planeta. Un viajero llamado Nereid Negative One, el
lugar donde los sueños van a morir.
Truth se rió a través de las líneas de transmisión. Agregó
esa colorida frase a sus bases de datos, la utilizaría en el
futuro.
Los labios del Capitán se crisparon.
—Enviaremos un equipo de exploración de dos guerreros a
Nereid Negative One.
Miró alrededor del puente.
No había muchos guerreros para elegir. Truth rebotó en su
silla.
North no sería asignado al equipo. El Capitán no quería
separarlo de su descendencia y próxima a ser
manufacturado. Doc tuvo que atender a sus
pacientes. Chuckles estaba activamente evitando la mirada
del Capitán, no tenía ningún interés en dejar la nave.
Eso dejó a Dissent y a él mismo.
—Dissent y Truth catalogarán el planeta —El Capitán
anunció esa conclusión inevitable.
—Sí —Truth bombeó el aire con los puños—.
Aumentaremos nuestras tasas de muerte.
—No habrá ninguna muerte... a menos que esos seres
intenten matarte —El Capitán se esforzó por robarle su
alegría.
Eso no fue posible.
—Van a tratar de matarnos —Su sonrisa se ensanchó—.
Verán nuestra nave lanzadera, asumirán que continuamos
luchando por la Alianza Humanoide y buscarán terminar
con nuestras vidas.
Mejores guerreros que los seres de Nereid Negative One
habían intentado hacer eso. Y permaneció vivo. Truth
flexionó sus bíceps, ansioso por el caos de la batalla.
—Tomarás una nave de combate, no un transbordador —
El Capitán se desvió de sus planes anteriores—. Y lo
modificarás, eliminando todos los indicios de que era una
nave de la Alianza Humanoide.
—Sí —La misión fue mejorando cada vez más. una nave
de combate volaría más rápido que un transbordador y
estaba equipado con un sistema de armas superior. Ambos
llamaron a Truth.
—Si la nave parece dañado, los lugareños asumirán que
está aterrizando en Nereid Negative One para reparaciones
—La voz de Dissent se calentó con aprobación—. Y una
nave de combate, a diferencia de un transbordador, está
diseñado para viajes largos. Asumirán que es una
embarcación solitaria, no extenderán sus escaneos para
buscar a la Reckless.
—Colocaremos a la Reckless fuera de sus rangos de
monitoreó —El Capitán asintió.
Los dos charlaron sobre estrategias. Truth escuchó, no
contribuyó.
La planificación no le interesaba. Prefería actuar,
adaptándose a las condiciones a medida que
cambiaban. Eso fue mucho más divertido.
—Libérame —North gritó, volviendo a centrar la atención
en el puente. Las sujeciones del modelo D se
retrajeron. Corrió a la siguiente cámara, transmitiendo las
imágenes mientras se movía.
La hembra de North yacía sobre un soporte para
dormir. Una tela que cubría su cuerpo. Su cabello negro
normalmente puntiagudo se había derrumbado. Sus ojos
rojos brillaron.
Ella acunó un diminuto modelo D en sus brazos. El
pequeño cyborg se agitó las extremidades y gimió en la
parte superior de su rango vocal, su diminuto rostro gris
oscuro por la indignación.
—Es poderoso —El Capitán murmuró esa observación
como si hablara consigo mismo.
—Mi mujer —North corrió al lado de su mujer, esparciendo
besos por todo su rostro pálido— ¿No estás dañada?
—No siento dolor, mi hombre —Su voz era suave, lo cual
era inusual para la mujer guerrera de North. Doc debe
haberle dado un exceso de inhibidores del dolor—.
Tenemos un bebé varón de ojos azules, cabello negro y
piel gris extremadamente activo y saludable —Levantó a la
descendencia—. Se parece a su padre, pero es fuerte
como su madre.
Truth sonrió. La mujer a menudo afirmaba que era el ser
más fuerte de la nave.
Esa no era la verdad, por supuesto. Muchos de los otros
seres, incluido él mismo, eran cyborgs.
Pero que ella procesara que era superior de esa manera lo
entretuvo enormemente.
—Descendencia —North no respondió a las burlas de su
mujer. Cayó de rodillas con un fuerte golpe al lado de su
soporte para dormir—. Tenemos descendencia —Le quitó
el pequeño cyborg.
La descendencia detuvo sus luchas y miró a su padre.
—Te amo, Victorious —North presionó sus labios contra la
frente del pequeño cyborg—. Y te amo, Myrina —Se
encontró con la mirada de su mujer—. Que me hayas dado
esta felicidad, esta… —Su voz se quebró.
La envidia golpeó el corazón de Truth. Quería una mujer,
ansiaba descendencia, deseaba el amor, el tipo de amor
intenso, el tipo que un guerrero sentía por un ser por el que
mataría, moriría.
Pero también sintió una profunda sensación de tristeza, de
pérdida, mientras miraba a North con su familia. Las
rotaciones emocionantes del macho en el planeta habían
terminado.
El Capitán no había abandonado la nave y el lado de su
hembra desde que se fabricó su descendencia. Truth
ahogó un suspiro. Había una probabilidad de 93.2569 que
Norte no dejaría la nave ahora que era padre.
Los guerreros conocieron a las hembras genéticamente
destinadas a ser suyas. Si tuvieran suerte. No todos los
guerreros tendrían esa oportunidad. Reclamaron a esas
hembras, se criaron con ellas, fabricaron descendencia.
Y sus aventuras terminaban.
Truth quería encontrar a su hembra. No encontrarla, pasar
su vida solo, no era un destino que ningún guerrero
deseaba. Pero no tenía prisa por localizarla.
Ansiaba más emociones, más exploración, más batallas,
antes de que eso sucediera. Su esperanza de vida se
viviría al máximo. El aburrimiento desaparecería.
Una vez que hubiera absorbido toda la emoción del
universo, buscaría a su mujer.
Hasta entonces, estaba libre.

***
Una rotación planetaria más tarde, Truth escapó de los
aullidos y lamentos sobre la descendencia recién fabricada
y se centró, con Dissent, en la misión que se les asignó.
Examinaron las nave de combate disponibles, tuvieron
compañía adicional durante esa tarea. La hembra de
Dissent tomó la mano de su guerrero y parloteó sobre la
descendencia, sobre las embarcaciones, sobre cómo las
hembras podrían agregar valor a las asignaciones de
exploración y un cierto Capitán debería darse cuenta de
ese hecho.
Future, la descendencia completamente madura del
Capitán, los seguía con una expresión hosca.
—Esta nave de combate tiene la fecha más antigua de
fabricación —Dissent palmeó uno de sus paneles.
Miraron la nave. Estaba en perfectas condiciones, como
todas las naves cyborg, era completamente funcional y
demasiado brillante para sus necesidades.
—Las nave de combate están diseñados para acomodar a
más de una tripulación de dos —Future frunció el ceño—.
Debería haber hablado, no simplemente enviarle a papá
una transmisión privada. Entonces habrías apoyado mi
solicitud de unirme al equipo de exploración y él habría
cedido.
Solo había un 10.2593 por ciento de probabilidad de estar
en desacuerdo, habría apoyado esa solicitud. Cada
guerreros de la Reckless procesaron lo protector que era el
Capitán con su descendencia. Un guerrero prudente no
interferiría en esa relación.
Truth no fue un guerrero prudente. Había una probabilidad
del 79.2584 por ciento de que hubiera hablado en nombre
de Future. El guerrero se había estado entrenando
para misiones desde que fue fabricado, estaba ansioso por
probarse a sí mismo ante su padre... y ante sí mismo.
Y Truth había supuesto que habría encontrado entretenida
la reacción del Capitán... si hubiera sobrevivido.
—Dissent apoyó mi solicitud y no hizo ninguna diferencia
—La hembra de su amigo miró a Future con el ceño
fruncido—. El Capitán, tu padre, dijo que la misión era
demasiado peligrosa para las mujeres humanas.
—Soy un cyborg —El macho sacó el pecho—. Estamos
hechos para misiones peligrosas. El conocimiento de
millones de guerreros reside en mis bases de datos —Se
dio unos golpecitos en la frente.
—He aturdido a un ser en la batalla —La hembra de
Dissent levantó la barbilla. Claramente estaba orgullosa de
esa experiencia limitada.
—Eres muy afortunada —Future negó con la cabeza—.
Haría cualquier cosa por participar en una batalla.
El Capitán cortaría sus cráneos de sus armazones si
permitían que su descendencia peleara en una batalla sin
su autorización. Y Truth esperaba que hubiera muchos
enfrentamientos violentos en Nereid Negative One. Su
forma vibró de emoción.
—Haría cualquier cosa por ser parte de esta misión —La
mujer de Dissent frunció el ceño.
Dissent miró a Truth. El guerrero no quería anular las
ambiciones de su mujer.
Y tuvieron que ser anulados, desafortunadamente.
—No puedes explorar Nereid Negative One con nosotros
—Truth extrajo una herramienta de enderezamiento de un
paquete colocado cerca de la nave de combate—. Pero
puedes ser parte de la misión —Le tendió la herramienta a
la hembra de Dissent—. Esto es para ti, Gran Aturdidor de
Seres.
Lo apretó.
—¿Quieres que te golpee con esto?
—Eso es tentador, pero no, no me golpees con eso —
Sonrió y le entregó a Futuro una herramienta de forma
similar—. Si vamos a aterrizar en el planeta sin despertar
sospechas, deberíamos modificar la nave de combate para
que parezca que necesita reparaciones.
—Quieres que arruinemos la nave de combate —La
hembra de Dissent miró el cacharro—. Eso se siente
mal. Está en perfectas condiciones.
—Los cyborgs optimizan la funcionalidad. No lo reducen —
Future dudaba tanto en dañar la nave de combate como la
hembra de Dissent.
—Ser explotado reduce mi funcionalidad —Truth tomó una
herramienta para sí mismo.
No dudaba... en nada.
La nave de combate tenía que sufrir daños. No dejaría
pasar esta rara oportunidad de hacerlo.
—Ayeeee —Imitó el grito de batalla de Victorious el
Vencedor y corrió hacia la nave. Usando una fracción de su
fuerza, golpeó un panel lateral.
El metal sonó contra el metal. Apareció una abolladura en
la superficie previamente lisa. Algo de su brillo se atenuó.
Miró detrás de él, buscando la reacción de su audiencia.
La mujer de Dissent y Future lo miraron boquiabiertos.
La expresión de Dissent estaba en blanco.
Se requirió una segunda demostración. Truth golpeó una
parte diferente de la nave de combate y luego otra y otra,
transfiriendo parte de su frustración por las rotaciones de
inactividad del planeta a los paneles.
La mujer de Dissent estaba equivocada. No se sintió
mal. Se sintió genial.
Ella fue el primer ser en unirse a él. El pequeño humano
tocó un panel lateral tentativamente y luego lo miró.
—Si no tienes la fuerza para dañar la nave de combate, es
lamentable, pero lo entiendo —Se burló de ella—. Eres una
humana.
—A la mierda —Golpeó a la nave de combate con la
herramienta de enderezamiento—. Y joder a cualquiera
que piense que soy inferior —El metal sonó con la
ferocidad de sus golpes—. Que se jodan los que
cuestionan mi fuerza —El sudor le perlaba la frente—. Que
se jodan los seres que me dicen qué hacer.
—Sí. Que se jodan —Future no moderó el poder de su
primer golpe. Se necesitaría un equipo de cyborgs para
suavizar la abolladura que hizo—. Que se jodan los que no
me dan una oportunidad —La herramienta que empuñaba
se balanceó peligrosamente cerca de la cabeza de Truth—.
A la mierda estar atrapado en esta nave.
Truth se alejó de la nave de combate, mirando a la hembra
de Dissent y Future mientras golpeaban los tornillos y
tuercas de la nave. Su frustración había sido mínima en
comparación con la de ellos.
—Tenía un plan sistemático para dañar el caza, Modelo D
—Dissent cruzó los brazos frente a su pecho—.
Esto no fue todo.
—Este es un plan mejor, Modelo J —Truth le sonrió—. Mira
lo felices que están.
—Feliz no es la palabra que usaría para describirlos —El
tono de su amigo era seco.
Su hembra golpeaba el brillo de un panel lateral,
maldiciendo como si fuera responsable de todo el daño
emocional en el universo.
Uno de los ataques de Future se volvió salvaje y contactó
con el tren de aterrizaje. Se cayó un trozo.
—Necesitamos esa parte si esperamos aterrizar la nave de
combate —Dissent miró a Truth.
—Lo repararemos antes de irnos —Estaba 89.5698 por
ciento seguro de que era posible—. Son un descendiente
humano y un cyborg. ¿Cuánto daño pueden hacer?
El panel lateral que la hembra de Dissent había estado
golpeando cayó al suelo.
Su guerrera gruñó.
Truth rió, muy entretenido.
—Esto es tan divertido.
Capítulo 2

Nancy, la princesa Nanette del planeta Royaume, había


sido concebida con un propósito principal: era la reserva
del heredero. Si la reina moría y luego algo le sucedía al
hermano mayor de Nancy, el príncipe heredero, ella
gobernaría el planeta, se sentaría en el trono.
Era poco probable que ocurriera esa doble tragedia.
La reina podría correr riesgos con su propia vida, pero
protegió al príncipe heredero con todo el poder que
ejercía. Cuando la Alianza Humanoide se acercó a
Royaume, lo enviaron a un lugar seguro, al igual que el otro
príncipe, el más joven de los tres hermanos reales.
Nancy se había quedado en el palacio con la reina y el
rey. Nancy había sido puesta en peligro. Nancy había
librado una guerra sigilosa contra sus opresores,
recopilando información de los humanos invasores,
transmitiendo esos hallazgos a la resistencia, haciendo lo
que podía para proteger a sus súbditos.
Esa guerra ya había terminado. Los guerreros cyborg de la
Alianza Humanoide se habían revelado en masa. Privado
de sus temidos ejecutores, el enemigo también se había
retirado.
El planeta estaba en paz, estaba a salvo una vez más.
El príncipe heredero estaba regresando.
Nancy sería enviada lejos del palacio. Por precaución, rara
vez ocupaba la misma estructura que sus hermanos.
Antes de irse, aparecería en un último gran baile, este en
honor de su hermano mayor. Los asistentes serían todos
Royaumes.
No habría que espiar a los invitados, ni maniobrarlos para
que revelaran sus planes, ni engañarlos para que dijeran
algo que creían que era demasiado frívola, demasiado
femenina, para comprender por completo.
Su único objetivo privado era ver a sus hermanos. Si tenía
suerte, podría tener la rara oportunidad de hablar con ellos.
Estaría con su familia y, quizás por un momento, no se
sentiría tan desesperadamente sola.
—El príncipe heredero y el príncipe deben haber tenido
papeles en la resistencia —No estaba al tanto de las partes
que les habían asignado a sus hermanos, no había
escuchado nada sobre ellos desde que dejaron los terrenos
reales.
Y no había preguntado. Cuanto menos supiera, menos
información podría decirle al enemigo si se descubría su
propio papel, si la torturaban para obtener información.
Había sido muy consciente del peligro en el que había
estado. La había aterrorizado, pero se guardó sus temores
para sí misma.
Una princesa tenía un deber con sus súbditos. Había
nacido para su papel, no se quejaría de esa realidad.
—Se les puede hablar de eso, se supone —Su espionaje
ya no tenía que mantenerse en secreto. El enemigo había
sido derrotado.
—La princesa querrá obtener el permiso de la reina antes
de hacer eso —Marthe, la mujer que la había cuidado
desde que era una bebé, roció otra capa de pigmento azul
brillante sobre el cabello peinado hacia arriba de Nancy. El
tono hacía juego con su vestido—. Y es poco probable que
haya una oportunidad para una discusión tan seria. El
regreso de los dos príncipes causará mucha emoción, y la
princesa siempre llama la atención.
Con este vestido... Nancy tocó las anchas faldas...
cualquier mujer llamaría la atención.
Marthe sonrío. Como doncella de la princesa, había elegido
y ayudado a confeccionar la prenda.
—La princesa no es una mujer. Su Alteza Real permaneció
en el palacio durante la ocupación. Los royaumes la
buscan en busca de tranquilidad.
Eso fue el pasado. Sus circunstancias habían cambiado.
—El príncipe heredero finalmente ha regresado —Nancy
no tenía ningún propósito de liderazgo ahora. Era la de
repuesto—. Mirarán a Su Alteza Real en busca de
tranquilidad.
El bufido de Marthe comunicó que no creía eso.
Nancy, sin embargo, estaba segura de que se produciría
una transmisión de afecto.
Su hermano mayor era valiente, fuerte y digno. Debe haber
luchado por Royaume de alguna manera durante la
ocupación. Una vez que circularan las historias de esas
hazañas, los seres le darían el respeto que se merecía.
Se olvidarían por completo de ella.
Y ella lo disfrutaría. El príncipe heredero asistiría a las
aparentemente interminables ceremonias y otros eventos
públicos. No tendría que ponerse la máscara de princesa
serena con tanta frecuencia, no tendría que preocuparse
por romper el protocolo, cometer errores.
Ser descubierto y asesinado.
—Trae las dagas —Nancy se pasó las manos por las
anchas faldas. Eran coquetas y ligeras, demasiado
ligeras. Se había acostumbrado al peso de sus espadas.
—Llevar dagas a un baile no es lo mejor, princesa —
Marthe chasqueó la lengua, pero hizo lo que se le pidió,
recuperando el arsenal de Nancy—. La princesa ya no está
en peligro. El enemigo se ha ido —Desenrolló la tela negra,
revelando una variedad de hojas—. La princesa está
asistiendo al baile de bienvenida del príncipe
heredero. Habrá bebida y baile. Valentin mencionó que
bastantes hombres jóvenes de familias de alto rango han
incluido sus nombres en la lista de invitados.
—¿Y dónde estaban estos machos jóvenes cuando One
los necesitaba, cuando el enemigo buscaba controlarnos?
—Nancy deslizó las dagas en los bolsillos ocultos de su
falda. Todas sus prendas habían sido diseñadas para
contener armas.
—Muy pocos Royaumes sabían que luchábamos contra
ese control, Princesa —Marthe volvió a enrollar la tela y la
volvió a colocar en su escondite. La hembra se mantuvo
cautelosa.
Nancy también mantendría la guardia.
—No cuestionaron el acuerdo de Royaume con la Alianza
Humanoide —Ese acuerdo había sido extremadamente
unilateral. Royaumes le dio a la Alianza Humanoide todo lo
que deseaba, y la Alianza Humanoide no hizo explotar su
planeta—. Si los machos jóvenes tuvieran fuerza, coraje,
convicción, se habrían acercado a la reina en privado y...
—Y Su Majestad la Reina habría ocultado ese encuentro a
la princesa —Marthe le tendió una tiara con piedras
azules—. Como ella mantuvo en secreto la participación de
la princesa a los demás.
La reina había hecho eso por la seguridad de Nancy. Y
porque sería ineficaz como espía si todos se dieran cuenta
de que ese era su papel.
—No importa con quién se baila —Había bailado con los
Oficiales de la Alianza Humanoide y habían sido seres
horribles—. Una1 no se emparejará con un macho de
Royaume.
Su destino era estar emparejada con un gobernante de otro
planeta, alguien a quien apenas conocía, por quien no
sentía afecto. Una alianza fuerte para Royaume era más
importante que la compatibilidad.
La relación entre la reina y el rey era prueba de ello.
—Un partido para la princesa sería maravilloso —Marthe
tenía una visión diferente de las relaciones, estaba feliz y
extremadamente apasionada con Claude, el guardia real
de Nancy, y Valentin, su secretario privado—. Valentin
sabrá si hay hombres elegibles de fuera del planeta que
asistan al baile.
Como si hubieran sido convocados, las puertas de las
cámaras se abrieron y Valentin entró en el espacio,
balanceando el bastón elaboradamente decorado que
llevaba como un cetro.
—¿Escuché mi nombre?
—Escuchas todo —Nancy sonrió al hombre que ella veía
en secreto como uno de sus dos padres— ¿Qué se debe
saber sobre esta esfera?
Valentin agarró la tiara.
—Si la princesa nos complaciera...

1
Una, fórmula de cortesía que usan para hablar de la princesa y la reina,aunque lo hagan ellas
misma refiriéndose a ellas.
Se dejó caer al suelo en una profunda reverencia y él
colocó la decoración en su cabeza. Las piedras de la tiara
reflejaban la luz, hacían brillar su vestido.
—Oh yo —Marthe juntó las manos—. La princesa es
perfecta.
—Una es perfecta por su doncella real —Y estaba viva
gracias a los esfuerzos de Valentin, Marthe y el aún no
presente Claude.
Los tres la habían protegido bien durante la ocupación,
ayudándola en su misión de obtener información del
enemigo, eliminando amenazas, matando seres cuando
era necesario.
Nancy apartó esos recuerdos de su mente.
—¿Han llegado el príncipe heredero y el príncipe?
—Los rumores dicen que el príncipe heredero está en
camino —Valentin la rodeó. El macho vio cómo su deber
registrar todo. Tenía pequeños dispositivos integrados en
muchas de sus prendas—. El príncipe heredero se
retrasará ya que Su Alteza Real está recogiendo un
paquete.
—¿El paquete del príncipe heredero es el príncipe? —Los
tres finalmente estarían juntos.
Serían una familia, la familia que Nancy siempre había
querido.
—El príncipe podría ser el paquete, princesa —Su
secretario privado se apartó y la miró—. La apariencia de la
princesa es aceptable —Asintió con la cabeza, otorgándole
su aprobación.
—La apariencia de la princesa tendrá que ser aceptable —
Claude entró pavoneándose en las cámaras.
Su forma robusta se apretó en su uniforme de gala. La tela
sobre sus hombros y estómago estaba peligrosamente
apretada.
El hombre, el ser que ella veía como su otro padre, insistió
en usar las prendas del mismo tamaño que le había
gustado cuando era un joven guardia.
Se jactaba de ese logro a menudo, afirmaba que
permaneció en el mejor momento de su vida, tenía la
fuerza y la forma igual a cualquier Royaume.
Nancy no dijo nada porque lo amaba.
—Su Majestad la Reina ha solicitado una audiencia con la
princesa —Claude se tiró de la barba—. Inmediatamente.
A Nancy se le revolvió el estómago. Las audiencias con la
reina eran raras y siempre la ponían nerviosa. Su regio
padre nunca los solicitó por asuntos triviales.
—¿Valentin? —Miró a ese hombre en busca de orientación.
—No tengo conocimiento de esta reunión, princesa —Y
parecía inquieto por eso.
Su ceño se sumó a su inquietud.
Su mirada se posó sobre Valentin, Claude y Marthe. Una
parte de ella quería ser consolada por ellos, quería
hundirse en sus brazos, que la abrazaran un momento.
Pero eso no se hizo. Y probablemente los sorprendería.
Era su princesa. Eran su séquito, no eran realmente sus
padres.
Nancy fijó una serena sonrisa en su rostro, ocultando sus
emociones bajo esa máscara real.
—One se reunirá con Su Majestad la Reina y le informará
cuando regrese.
—La princesa estará bien —El intento de Marthe de
tranquilizarla fue destruido por el temblor en las manos de
la mujer mayor.
—Una siempre está bien —Nancy tomó una bufanda azul
brillante y la envolvió casualmente alrededor de su cuello.
—La princesa decidió usar las joyas, no el pañuelo —
Marthe expresó su descontento con la mirada revisada.
—La princesa no usará la bufanda por mucho tiempo —
Nancy tenía otro propósito para ello. Ella miró a su
guardia— ¿Claude?
—Sígueme, princesa —El hombre mayor la sacó de las
cámaras.
Los dos guardias de palacio colocados en las puertas se
enderezaron.
Nancy se detuvo frente a uno de ellos.
—Entiendo que hay un cumpleaños en la rotación de este
planeta —Se quitó la bufanda—. Deseo que la
cumpleañera tenga esto —Se lo tendió al macho.
El guardia, Leonce, se lo quitó.
—Su Alteza Real la Princesa nos hace un gran honor. Mi
pequeña Lina estará loca por esto. Adora a Su Alteza Real.
Su Alteza Real anhelaba amor, no adoración.
—Hay dos contenedores de dulces en la cocina —Primero
miró a Leonce y luego a Louis, el otro guardia—.
Asegúrese de que los lleven a casa.
—Gracias princesa —Los dos guardias dijeron eso al
unísono, sonriéndole.
Asintió secamente y se reunió con Claude. El hombre
mayor la había esperado.
—Eso no fue visto —Levantó la barbilla.
—No vi nada, princesa —Sus ojos brillaron.
Sospechaba que la historia se compartiría con Valentin y
Marthe, se registraría en los archivos de su secretario
privado. Es poco probable que alguien pueda ver esos
documentos. La reina nunca le daría permiso para
compartirlos.
Claude se detuvo frente a las puertas doradas de las
cámaras de trabajo privadas de la reina.
—Su Alteza Real la Princesa Nanette para ver a Su
Majestad la Reina.
Los guardias juntaron los tacones de sus botas, se
volvieron como uno solo y abrieron las puertas dobles.
Nancy asintió con la cabeza a Claude cuando pasó a su
lado. Esperaría en el pasillo. Ella debería estar a salvo.
Debiera estar.
Metió una mano en un bolsillo oculto y apretó la
empuñadura de una daga.
La reina estaba junto a una ventana, mirando los Jardines
Reales. Su secretario privado barajó documentos cerca. El
rey se recostó en una silla situada al otro lado de la
cámara. Frunció el ceño ante una pantalla de visualización
privada.
El secretario privado fue el primero en advertir su llegada.
—Su Alteza Real la Princesa Nanette está presente, Su
Majestad.
Nancy miró fijamente la rígida espalda de la Gobernante y,
por un breve momento, se sintió invadida por la esperanza,
por la sensación de que este encuentro sería diferente.
Este sería el momento en que su madre mostraba afecto,
expresaba el amor que la mayoría de los padres tenían por
sus hijas, mostraba calidez, emoción, corazón.
La reina se volvió, la miró con frialdad, tratándola como si
fuera una extraña, y los tontos sueños de Nancy se
disiparon como bocanadas de humo en medio de una feroz
tormenta.
Este no fue un interludio entre una madre y una hija. Sería
una audiencia con un Gobernante, y era un mero sujeto,
insignificante y desechable.
—Tienes una nueva misión —La reina se saltó las
formalidades, las reverencias, el intercambio ceremonial de
palabras y fue directa al grano—. El príncipe ha sido
localizado. Debes recuperarlo.
El príncipe había sido localizado. Nancy parpadeó,
absorbiendo esa impactante noticia.
—¿Se perdió el príncipe, Majestad?
—El príncipe fue tomado —La reina agitó sus manos
adornadas con desdén. —Eso no es importante en este
momento.
Era importante para ella... y probablemente para su
hermano menor. Y a otros Royaumes.
Nancy luchó por mantener su expresión en blanco. Sus
súbditos se rebelarían si se dieran cuenta de que habían
secuestrado a uno de sus amados príncipes.
—¿Dónde está el lugar de encuentro? —Se obligó a
concentrarse en la tarea que le habían asignado.
—Esto es tedioso —La reina miró a su secretario privado.
El macho se puso de pie.
—Los detalles están aquí, princesa —Le entregó un
documento. Memorízalo. Será destruido.
Nancy escaneó la información una, dos, tres veces,
memorizándola. Su hermano estaba detenido en una nave
prisión de alta seguridad a dos sectores de Royaume.
—El príncipe no fue enviado a un lugar seguro —Eso había
sido mentira—. El príncipe fue tomado por la Alianza
Humanoide —Y no había sido liberado tras su retirada.
El enemigo siguió reteniéndolo.
El horror se apoderó de Nancy. Había visto lo que la
Alianza Humanoide había hecho con los rebeldes que
fueron capturados. Su hermano debió soportar la más dura
de las torturas. Que permaneciera vivo fue un milagro.
—El príncipe es lo que le sobra al heredero —El tono de la
reina no tenía emoción. Se preocupaba tan poco por su hijo
menor como por Nancy—. Recupéralo de una vez.
No iban a recuperar a su hermano. Nancy apretó los
labios. Iba a ser rescatado.
Sería una hazaña formidable. Según los informes, las nave
prisión de la Alianza Humanoide estaban equipados con el
armamento más moderno y tenían los sistemas de
monitoreó más avanzados.
Simplemente acercarse a la embarcación sería un
desafío. Si lograban ingresar, se enfrentarían a guardias
armados y cámaras de detención seguras.
Nunca había participado en una tarea similar a la que
ahora enfrentaba. Su experiencia fue en el terreno,
espiando, estableciendo redes de inteligencia, organizando
ataques furtivos.
—¿Cuáles son mis recursos? —Necesitaría un equipo
capacitado.
—Tienes tu séquito privado, tu nave, las armas que ya
tienes en tu poder y los créditos que necesitas —La reina
dijo eso como si esos fueran recursos suficientes.
No era ni mucho menos los medios suficientes. A Nancy se
le pedía que hiciera lo imposible y arriesgara su vida, así
como la vida de Valentin, Marthe y Claude.
Se tragó su desesperación y permaneció en silencio.
Expresar emoción, pronunciar quejas, nunca había alterado
ninguna de las decisiones pasadas de la reina.
Las declaraciones de la Gobernante, una vez emitidas, se
establecieron.
—No hablarás con nadie en este planeta sobre
esto. Comuníquese con su equipo después de que haya
abandonado el sector —Con esa orden, la reina le impidió
recibir consejos, dejándola a cargo de la primera parte de
la misión por su cuenta—. Si el príncipe heredero se entera
de la situación, buscará liderar la misión y es demasiado
importante para arriesgarse.
Nancy no era demasiado importante para arriesgarse. La
implicación dolió, pero no la sorprendió. Era el repuesto del
heredero. Uno de sus roles era proteger a su hermano
mayor.
—La recepción.
—No asistirás —La reina levantó la barbilla—. Te irás de
inmediato —Su regia madre le dio la espalda a Nancy y la
despidió.
No hubo despedidas, ni expresiones de cariño, de
preocupación, como había visto a otras madres dar a sus
hijas. Pero esas hijas habían sido criadas por sus madres y
sus madres no eran líderes de planetas enteros.
Nancy miró a su padre. Ella tampoco recibiría ninguna
muestra de afecto de él. Continuó frunciendo el ceño ante
su pantalla de visualización privada, no se había molestado
en mirarla a ella, su hija.
Su mirada se desvió hacia el secretario privado de la reina.
Ese hombre, en cambio, la miró.
—¿Has memorizado la información, princesa? —Extendió
su mano derecha.
—He completado esa tarea —Le dio el documento—.
Puedes destruirlo.
Vaciló un momento.
—Hay una transmisión —Su voz bajó a un susurro —Se
origina en Nereid Negative One. La princesa podría
encontrarlo interesante.
Su mirada se elevó hacia la de él. ¿Por qué la estaba
ayudando?
—Se necesita al secretario privado —La voz de la reina
cortó el silencio.
—Ya voy, Majestad —El hombre se metió el documento en
la chaqueta y corrió hacia su Gobernante.
Nancy volvió a mirar a su padre. No mostró signos de estar
consciente de su presencia.
Ahogó un suspiro y abandonó las cámaras de trabajo
reales.
Claude estaba deleitando a los otros guardias con historias
de su pasado lejano, las batallas que había librado antes
del nacimiento de Nancy. Había escuchado todas las
historias, las había escuchado desde que era una niña,
podía transmitirlas sin que se lo pidieran.
—Princesa —Claude tiró de la cubierta de su pecho, esa
acción amenazó con separar los sujetadores de la tela.
—Una debe enderezarse los guantes —Jugueteó con
ellos—. Estaría agradecida si otros se distraen mientras lo
hace.
—Los distraeré, princesa —El orgullo en su voz la hizo
sonreír.
Continuó contando su historia.
Nancy se quitó los guantes y esperó, escuchando las
hazañas de Claude. Él cautivó a su audiencia como la
había cautivado a ella cuando era niña, su protectora más
grande que la vida. Su cabello ahora estaba más gris. Su
circunferencia se había expandido. Crujió un poco mientras
se movía, y se había dado cuenta recientemente de que
descansaba entre tareas.
Pero ella siempre se sintió segura con él a su lado. Había
habido numerosos atentados contra su vida durante los
ciclos solares, demasiados para contarlos, y había
mantenido a raya a todos sus enemigos.
Pronto enfrentarían más peligro. Los cuatro Claude,
Valentin, Marthe y ella misma emprenderían su misión más
peligrosa hasta el momento.
Conocía las diversas habilidades de su séquito. Rescatar a
su hermano de una nave prisión de la Alianza Humanoide
estaba fuera de su alcance, estaba más allá de cualquiera
de sus experiencias.
La misión tenía que completarse. No podía dejar que su
hermano fuera encadenado y torturado.
Y tenía que completarse sin dañar a su equipo. Tal vez no
se hiciera, como diría Valentin, pero amaba a su doncella
real, a su secretario privado, a su guardia real. No podía
perderlos.
Nancy enderezó los hombros. Lo que necesitaba era un
plan. No tenía ninguna idea… todavía. Pero tal vez la
transmisión de Nereid Negative One le daría algunas ideas.
Podría hacer esto. Su resolución se solidificó. Tenía que
hacerlo.
El fracaso era impensable.
Capítulo 3

La emoción surgió a través de los circuitos de Truth cuando


su nave de combate se acercó al planeta que se les asignó
explorar. Dissent se sentó a su lado en el puente. El
modelo J fue más moderado.
Fueron saludados tan pronto como entraron a la atmósfera.
—Has entrado en el espacio controlado Nereid Negative
One —La voz masculina les informó de un hecho que ya
habían procesado— ¿Cuál es su propósito al hacerlo?
—Nuestra nave ha sido dañada —El tono de Dissent fue
plano.
Ese daño había sido causado por la mujer del Modelo J y el
Future. Truth sonrió. Los dos habían golpeado la nave de
combate con tanta severidad que había requerido
reparaciones antes de que abandonara la Reckless.
—Tu nave de combate está registrada en la Alianza
Humanoide —El macho debe tener visual en su
embarcación—. Fuiste fabricado por la Alianza Humanoide,
cyborg.
Un escaneo de formas de vida habría transmitido sus
identidades. El macho no ocultó su odio por sus fabricantes.
Fue un odio que Truth y Dissent compartieron.
—Fuimos fabricados por ellos, pero ya no nos controlan —
Esa información ya debería haberse conocido en todo el
universo—. Cuando algunos de los cyborgs escaparon de
la Alianza Humanoide, mataron a la tripulación humana y
tomaron la nave de combate como recompensa.
Esa información había sido transmitida por esos cyborgs,
formaba parte de sus bases de datos colectivas.
Procesaron el historial de todas las embarcaciones que
utilizaron.
Hubo una larga pausa.
Truth y Dissent continuaron su acercamiento. El dedo
índice derecho de Dissent se cernió sobre el botón para
activar sus escudos.
Los seres de Nereid Negative One se enorgullecían de
volar una nave de la Alianza Humanoide. Podrían intentar
hacer estallar a otra.
—Están autorizados a aterrizar, cyborgs —El macho
finalmente transmitió esa decisión—. Esperamos escuchar
historias de su rebelión.
La transmisión terminó.
—Espero con ansias la batalla —Truth hizo crujir sus
nudillos—. No se necesitará mucho para provocar a los
lugareños. Suenan nerviosos, listos para luchar.
La superficie del planeta era gris, cubierta de polvo. El
asentamiento constaba de un par de estructuras. Los
escaneos de formas de vida transmitieron menos de cien
seres en la superficie.
—Nuestra misión no es provocar a los lugareños —El tono
de Dissent era seco—. Primero recopilemos sus datos
genéticos.
—Sí, lo recogeremos primero —Truth completaría la
misión—. Entonces nos divertiremos.
Le encantaba Nereid Negative One.

***
No tomó mucho tiempo completar el 76.5896 por ciento de
su misión. Aterrizaron, transfirieron créditos a los bots para
reparar el exterior de su nave de combate, rodearon el
diminuto planeta dos veces a pie. No había nada que
destacar excepto el terreno llano y el polvo hasta las
rodillas.
Exploraron los domicilios más pequeños, tocaron a esos
habitantes, recopilaron su información genética, antes de
dirigirse al punto de venta de bebidas. Esa estructura
contenía a la mayoría de los seres actualmente ubicados
en Nereid Negative One.
Truth atravesó las puertas. Dissent lo siguió de cerca. Se
detuvieron dentro de la estructura.
Las cabezas se volvieron. Una variedad de seres los
fulminó con la mirada. Todos eran humanoides, todos
fuertemente armados. La mayoría eran hombres. Sus
cicatrices y el estado de sus armas los designaron como
guerreros.
Y parecían odiar a los cyborgs.
Estos seres no reaccionarán bien al ser2. Dissent declaró eso
Truth
Tengo un plan. Truth sonrió.
Nuestra misión es recopilar su información genética, no
matarlos. El Modelo J le recordó.
Agujero de fraggin 3. No es divertido.
Tengo otro plan. Truth dio un paso adelante.

2
Las transmisiones privadas entre los cyborgs van en cursiva
3
fraggin o hole fraggin, es la maldición usada por los cyborgs, significa “agujero de mierda” o
“maldito”
—Ya no estamos bajo el control de la Alianza Humanoide
—gritó y levantó los brazos como en victoria—. Bebida
fermentada para todos. Estamos pagando.
Los humanoides vitorearon. El Gegenee de seis brazos
distribuyó los envases llenos de bebidas.
La hembra de North te ha influido, Modelo D. La transmisión
de Dissent se llenó de humor.
Su estrategia de “darles un espectáculo” es eficaz. Truth
recorrió el perímetro de la cámara, golpeando manos y
hombros, recogiendo felicitaciones y el material genético de
los humanoides.
Dissent hizo lo mismo. Entre los dos, completaron su tarea
en solo unos momentos. Se obtuvieron los datos.
Deberíamos volver a la Reckless. El Modelo J estaba ansioso
por reunirse con su mujer.
Truth no tenía nada esperándolo en la nave excepto el
aburrimiento.
O podríamos quedarnos aquí por otro turno o dos. Pueden llegar
otros seres.
Esos otros seres no son nuestra misión. Dissent se dirigió a una
jaula pequeña que colgaba cerca del área del área de
distribución de bebidas.
—¿Qué hay aquí?
Se asomó al fondo.
El amigo de Truth recibió una ráfaga de fuego.
—A esa pequeña criatura le gusta su privacidad, guerrero
—Los Gegenee y los humanoides que lo rodeaban se
rieron—. Es mejor dejarlo así.
El macho no conocía a Dissent. Los labios de Truth se
crisparon. Su amigo no podía dejar en paz a ninguna
criatura.
Dissent hizo una serie de chillidos, tratando de convencer a
la criatura de que era su amigo.
La pequeña criatura, como la llamaban los Gegenee, saltó
a una posición más alta. Era diminuto y con escamas. El
humo se enroscó alrededor de su hocico. La bestia
desplegó sus alas rojo oscuro.
Es un drakon. Dissent quedó encantado con el pequeño ser.
Ya no tendría prisa por regresar a la Reckless. Truth
sonrió.
—Tomaré un recipiente de bebida —Se dirigió al Gegenee.
—No he visto ningún crédito —El macho llenó un
recipiente—. Me debes todo eso —Saludó a los seres que
los rodeaban. Bebieron la bebida que Truth había
prometido pagar.
—No te deberé por mucho más tiempo —Truth negó con la
cabeza.
Los humanos y los humanoides estaban obsesionados con
los créditos. No pudo procesar por qué. Eran simplemente
números en un sistema de fácil manipulación. Agarró la
pantalla de visualización privada en el soporte horizontal,
transfirió suficientes créditos para comprar la estructura
completa y la deslizó de regreso al Gegenee.
—¿Deben ser créditos de la Alianza Humanoide, cyborg?
—El macho deslizó el recipiente de bebida fermentada
hacia Truth.
Ellos florecían con créditos humanoide de la Alianza.
—¿Hace alguna diferencia?
—Hace que la bebida sea más dulce —El Gegenee sonrió,
mostrando los dientes amarillentos.
Truth tomó un sorbo de la bebida que su forma no
requería.
—Necesita endulzar —El líquido era áspero.
El Gegenee rebuznó de risa.
—Estás bien, cyborg. Me alegro de que no te hayamos
matado cuando entraste en este establecimiento, luciendo
todo elegante con tus trapos de la Alianza Humanoide —
Hizo un gesto hacia el chaleco antibalas de Truth—. Y con
tu pequeño amigo luciendo como uno de ellos.
Pequeño amigo. La mirada de Truth se dirigió a Dissent.
Transmítelo y te desafiaré a un simulacro de batalla, Modelo
D. Dissent negó con la cabeza.
Te veré en los anillos de pelea entonces, porque no puedo
guardármelo para mí. Truth esperaría para transmitirlo hasta
que estuviera de regreso en el puente y pudiera ver las
reacciones de sus hermanos.
—Él lo hace parecerse a un varón humano —Truth no pudo
resistir ese pozo.
Dissent se quejó a través de su línea de transmisión
privada, percibiendo esa observación como el insulto que
era. Los varones humanos los torturaron y asesinaron
brutalmente a los guerreros que veían como familiares,
como amigos. Ningún cyborg quería parecerse a ellos de
ninguna manera.
—Nos atenemos a las hembras —El Gegenee arrugó la
nariz—. No me gusta, pero les dejamos aterrizar.
—Los odio a todos —Un Silan sentado junto a ellos
escupió en el suelo de piedra—. Veo a un humano —
Extrajo una enorme hoja de la vaina de su cadera—. Los
destripo.
Mi hembra nunca pondrá un pie en Nereid Negative
One. Dissent alimentó al drakon con un trozo de carne no
identificable.
—Dat sea tu elección, Silan —El Gegenee se encogió de
hombros—. No es mi negocio —Volvió a llenar un
recipiente del Palavian con bebida—. Dank de cyborgs.
El Palavian levantó el recipiente y gruñó a Truth.
—¿Cuántos bastardos de la Alianza Humanoide has
matado, cyborg? —Un humanoide de genética mixta le hizo
a Truth esa pregunta.
Transmitió sus tasas generales de muerte y sus tasas de
muerte para los humanos alineados con sus
fabricantes. Hablaron de batallas pasadas, un tema que a
Truth siempre le agradaba. Hubo mucha jactancia, y
proyectó algunas mentiras sobre las partes de los otros
guerreros. Eso llevó a pruebas de fuerza.
Truth derrotó a todos los seres. Era un cyborg. Nadie pudo
igualar su fuerza.
—Mi mano derecha contra las dos —Lanzó ese desafío al
Palavian.
—Vas a caer, cyborg —El macho flexionó los cuatro brazos.
Juntaron las manos sobre un soporte horizontal. El
Palavian empujó hacia un lado. Truth empujó en la otra
dirección.
No fue una gran competencia. Truth podría haber ganado
en un santiamén, pero eso habría dañado el orgullo del otro
guerrero. El Palavian era tosco y olía como un pantano de
Fomalhaut, pero no era un mal ser.
Truth no lo humillaría. Fingió debilidad.
La multitud a su alrededor rugió.
Truth recuperó lentamente su terreno perdido. Los vítores a
su alrededor se hicieron más fuertes.
Se abrieron las puertas de la salida de bebidas. Según sus
escaneos de formas de vida, entraron cuatro humanos. Al
Silan no le gustaría su llegada. Truth sonrió. Finalmente
podría conseguir la batalla que había estado buscando. Su
tasa de muertes aumentaría y...
El aroma más delicioso que jamás había encontrado se
burló de sus fosas nasales. El deseo corrió por sus
circuitos. Su polla se endureció, presionando contra los
confines de su armadura.
Eso solo podía significar una cosa: las rotaciones de
aventuras de su planeta pronto terminarían. Uno de los
recién llegados fue la hembra con la que fue diseñada
genéticamente para pasar su vida.
Su bando en la próxima batalla estaba decidido.
Estamos peleando con los humanos. Transmitió esa
información a Dissent.
El Modelo J gruñó y alimentó al drakon con otro trozo de
carne.
Truth golpeó las manos del Palavian contra el soporte
horizontal.
—Eres fuerte para ser un humanoide, guerrero.
—Vete a la mierda, cyborg —El tono complacido del macho
desmentía sus palabras.
Los seres golpearon a Truth en la espalda mientras se
abría paso entre la multitud.
Los cuatro humanos se dirigieron hacia una esquina de la
estructura. Dos de los seres eran varones. Dos de los
seres eran mujeres. La hembra más grande desempolvó a
la hembra más pequeña cuando se acercaron a un
pequeño soporte horizontal. Una capa de gris se había
posado sobre sus cabezas y hombros encapuchados.
La hembra más pequeña parecía flotar, su paso era tan
suave, tan ligero que sus diminutas botas apenas tocaban
el suelo. Sus movimientos cautivaron a Truth. Eran
elegantes, fluidos.
Esperó cerca del soporte horizontal.
El hombre más delgado extrajo un trozo de tela y lo arrojó
sobre uno de los asientos. La pequeña hembra lo reclamó,
flotando hacia abajo. Los demás se colocaron
protectoramente a su alrededor.
Esa verdad inestable. Era suya para salvaguardarla. La
deliciosa fragancia se originó en ella.
Cruzó sus manos cubiertas de tela frente a ella.
—¿Cómo se arregla uno para entrevistar un mercenario
aquí? —Su voz era tan encantadoramente aireada y tan
femenina como su paso— ¿Se le pide a él o ella como una
bebida?
—Lo investigaré, P... —El hombre delgado dejó de hablar
abruptamente.
—Debería investigarlo, Valentin —El hombre de la tupida
barba gris se cubrió el pecho negro, demasiado pequeño—.
Como militar, tengo más en común con estos... estos —
Agitó sus manos cubiertas de cuero, pareciendo perdido
para describir a los seres que los rodeaban.
Los cuatro iban vestidos de un negro implacable. Eso era lo
único que tenían en común con muchos de los clientes
actuales de la tienda de bebidas. Sin embargo, sus
atuendos fueron elaborados, casi dramáticamente, como si
estuvieran desempeñando un papel del que habían oído
hablar en las historias.
El hombre de la barba podría haber servido en el ejército
hace muchos ciclos solares. Pero su impresionante
circunferencia sugería que actualmente no desempeñaba
un papel activo. Y las arrugas plegaron su rostro.
El macho más delgado tuvo aproximadamente el mismo
número de ciclos solares. Extrajo más cuadrados de tela de
la cubierta de su pecho y procedió a pulir la parte superior
del soporte horizontal.
El cabello cuidadosamente peinado de la hembra más
grande era gris. Esos rizos enmarcaban un rostro dulce y
redondo. Tenía los labios fruncidos mientras se
preocupaba por la hembra de Truth, tirando de la cubierta
de su cuerpo, ajustando la tela que cubría su cabeza,
ocultando su rostro de él, de todos.
Estaban fuera de lugar en un planeta rudo y despiadado
como Nereid Negative One y, si no se iban pronto,
encontrarían más que el mercenario que buscaban.
Se encontrarían con violencia y muerte.
Tenía que protegerlos.
Truth agarró una silla, la arrastró hasta el soporte horizontal
y se sentó a horcajadas sobre su respaldo.
La hembra mayor y los dos machos sacaron espadas y
apuntaron a su garganta.
Truth parpadeó, sorprendido, divertido, completamente
entretenido. No había proyectado esa reacción de ellos.
—Solo debes sacar armas si planeas usarlas.
—Planeamos usarlas —El hombre barbudo resopló, su
rostro se volvió de un interesante tono rojo—. Nadie se
acerca a nuestra pr...
—Baja tu arma, Claude —La hembra de Truth tiró de las
coberturas de sus manos, como si buscara tranquilizarse a
sí misma, toda ella permanecía oculta—. Una está segura
de que el cyborg nos ha confundido con otra persona.
—No. Eso no es —Truth negó con la cabeza, divertido por
su tono altivo—. Sé exactamente quién eres para mí...
Princesa.
Los tres compañeros de su mujer contuvieron el aliento,
apretando las armas con más fuerza.
Ella jadeó. Su cabeza se inclinó hacia arriba. Su rostro
desde la punta de su delicada nariz hacia abajo estaba
oculto con tela negra. Su cabello estaba cubierto.
Sus cejas eran de color marrón oscuro y finamente
arqueadas. Su piel era de color marrón claro y
decadentemente suave.
—No debería llamarme así —Su mirada se encontró con la
de él y fue su turno de perder el aliento. Sus ojos eran
deslumbrantes. Sus pestañas eran largas y tan oscuras
que eran casi negras. Sus ojos marrones brillaron. Sus iris
estaban bordeados de oro. La combinación fue
sorprendente.
Y único. Estaba 99.5698 por ciento seguro de ello.
Estaba bien informada sobre cyborgs. Sus hermanos
deben conocerla.
Escaneó las bases de datos, buscando las historias
combinadas de millones de cyborgs. Hubo múltiples
coincidencias. Todas las imágenes pertenecían a una sola
mujer. En un instante, su cabello estaba azul. En otro, era
rosa. En varios avistamientos, su cabello era de un castaño
a juego con sus cejas. Sospechó que ese era su color
natural.
En todas las imágenes, era el ser más hermoso que había
visto en su vida, larga y llena de muerte. Era elegante y
vibrante.
Y regia.
Su hembra era la Princesa Nanette del planeta Royaume.
—No te llamaré así... aquí —Fácilmente estuvo de acuerdo
con su estipulación. Porque, agujero de mierda, si alguno
de los humanoides en la salida de bebidas sospechara
quién era ella, estaría en peligro.
Royaume se había puesto oficialmente del lado de la
Alianza Humanoide. El universo entero estaba consciente
de eso.
—No deberías haber venido a este planeta —Bajó la voz—.
Estás en grave peligro.
Si fuera otro ser, esa perspectiva lo emocionaría. Habría
una batalla y las probabilidades estaban en su
contra. Pondría a prueba sus habilidades, le darían el
desafío que buscaba constantemente.
Pero era su hembra, era insustituible para él. Y era
pequeña, delicada, humana. No podía arriesgar su vida.
—¿Quién eres tú para decirle a Una lo que se debe o no se
debe hacer? —Levantó la barbilla y sus ojos inusuales
brillaron desafiantes.
—Mi nombre es Truth y soy tu mercenario —Alcanzó sus
dedos cubiertos de cuero.
Una de las dagas que le apuntaban le pinchó la barbilla.
—Dijo que bajaran las armas —Truth no esperó a que eso
sucediera. Se movió a la velocidad de un cyborg,
golpeando los instrumentos fuera de sus manos.
El metal chocó contra la piedra cuando las cuchillas
golpearon el suelo. Las tres compañeros de su mujer
miraron sus armas con abierta sorpresa, parecían
sorprendidos de que hubieran sido desarmados tan rápido,
tan fácilmente.
Lo que demostró que su hembra lo necesitaba.
Desesperadamente.
Como la necesitaba. Se movió en su silla. Su polla estaba
tan dura como una daga.
—Como decía —Truth volvió su atención a su hembra,
donde pertenecía—. Soy tu mercenario. Tienes lo que has
venido a buscar aquí.
Me voy a una aventura, Modelo J. Transmitió esa información
a Dissent. Tendrás que volver a la Reckless solo.
¿Es tu mujer? Su amigo parecía tan sorprendido como
Truth.
Es mi mujer. No todos los cyborg conocerían a su pareja
genética. Había hecho eso.
Y había venido al planeta, buscándolo. Sería su mercenario,
tendría una última expedición antes de establecerse.
Con ella, su mujer, su princesa.
Capítulo 4

Nancy miró a través del soporte horizontal al hombre que le


sonreía.
Era devastadoramente guapo, la sonrisa que curvaba sus
labios llegaba hasta sus brillantes ojos azules. El resto de
él era tan monocromo como el planeta que habitaban
actualmente. Su cabello era espeso y el más negro. Su piel
estaba gris. La tinta de su mejilla era del mismo color que
su cabello. La letra seguida de números proclamó al
universo quién era él.
Era un cyborg, uno de los guerreros que la Alianza
Humanoide había fabricado para librar sus guerras, había
liberado sobre Royaume para controlarla a ella y a los
seres bajo el gobierno de su reina.
Y ella lo deseaba. Sus pezones se tensaron a su
llegada. Su coño estaba mojado.
Eso la molestó. Mucho.
Tenía que deshacerse de él.
—No eres el mercenario que está buscando —Rechazó su
ridícula afirmación—. Tu especie mató a un pariente,
cyborg.
—Y los de tu especie mataron a mis hermanos —Encogió
sus anchos hombros. Su forma estaba vestida con una
armadura negra ceñida al cuerpo—. Eso es la guerra.
Su gente había matado a los de su clase... basándose en
la información que había reunido. La culpa la golpeó.
—¿No te preocupas por tus compañeros autómatas? —Se
preocupaba por los seres de Royaume. Mucho— ¿La
Alianza Humanoide no incorporó empatía en su
programación?
No parecía una máquina. El humor en su rostro lo hacía
parecer humanoide.
Pero eso era lo que era: una colección de pernos y
circuitos. La inquietaba que su cuerpo no pudiera notar la
diferencia, que lo deseara.
—Los cyborgs no son máquinas —Sus labios se arquearon
hacia arriba. Parecía encontrar todo divertido—. Somos
mitad orgánicos, tenemos cerebro y procesadores, carne y
molduras —Tomó sus manos cubiertas de cuero.
Marthe chasqueó la lengua, expresando su desaprobación.
Valentin siseó.
Claude refunfuñó.
Su séquito estaba molesto con el manejo del cyborg de
ella. Nancy era una princesa, era de la realeza. Tocarla sin
permiso estaba prohibido.
Ella tiró de sus manos.
El cyborg no la soltó. No le importaba el protocolo.
Eso le pareció emocionante. Para él, era simplemente una
mujer.
Su mirada permaneció fija en la de ella, la posesividad en
sus ojos la atraía.
—Los cyborgs experimentan empatía, dolor, pasión —Su
voz se hizo más profunda alrededor de esa última palabra,
y los dedos de sus pies se curvaron en sus botas—. Me
preocupo por mis hermanos, lamento las pérdidas en tu
planeta, pero no los juzgo con dureza por luchar por su
libertad. Hicimos lo mismo, rebelándonos contra la Alianza
Humanoide, liberándonos de su esclavitud.
—La rebelión permitió que los de tu especie recuperaran su
libertad —La honestidad la obligó a admitir eso. Si no fuera
por el levantamiento de los cyborgs, Royaume aún podría
estar bajo el control de la Alianza Humanoide—. Sería una
tonta confiar en ti.
—Los cyborgs no pueden mentir —Giró sus manos hasta
que sus palmas miraron hacia arriba. —Eso está integrado
en nuestra programación.
El cyborg, Truth, desabrochó lentamente su guante
derecho, soltando un pequeño cierre a la vez, moviéndose
pausadamente como si tuviera toda la eternidad para
completar la tarea. Ella miró, medio hipnotizada, mientras
él doblaba el cuero hacia atrás.
—Podemos negarnos a responder preguntas, a aceptar
órdenes —Reveló un pequeño triángulo de piel sobre la
base de su mano—. Pero prefiero decir la verdad y lidiar
con el caos que sigue.
La miró a los ojos y se llevó la muñeca a los labios.
Debería detenerlo. Pero estaba paralizada por el descaro
del macho, su imprudencia, su desprecio por su posición.
La mayoría de los seres se inclinaban, halagaban y eran
muy cuidadosos con ella. Este hombre hizo lo que quería y
eso fue… excitante.
—Tu nombre es Truth —Fue una lucha mantener su tono
sereno.
—Digo la verdad incluso cuando no es prudente —Sus
labios se deslizaron sobre su piel.
El contacto fue tan ligero como el roce de una pluma. Fue
un susurro de intención y ella respondió. La conciencia se
apoderó de su brazo, a lo largo de su cuerpo.
Un millón de dedos invisibles tiraron de su muñeca.
Su coño se apretó alrededor de la nada. Su respiración se
aceleró.
Los ojos del cyborg brillaron con energía. Él también debe
haber sentido la conexión.
—Esto no es prudente —Miró al macho, completamente
cautivada por él.
—No es nada sabio —Movió su lengua sobre su pulso y
ella tembló— ¿Pero no estás cansada de ser sabia, de
hacer siempre lo correcto, lo correcto? —Le acarició la
muñeca con la nariz, deslumbrando ese pequeño tramo de
piel, bombardeándola con sensaciones—. Sé mala
conmigo.
Estrellas. Quería ser mala con él. Como había adivinado,
estaba muy cansada de seguir el protocolo, de ser la
princesa intocable.
Inclinó su cuerpo hacia el de él.
—Yo...
Valentin resopló. Fuerte.
Y recordó quién era ella. Las princesas no usaban 'yo'. No
podían pensar solo en sí mismos, en sus necesidades, sus
pasiones, sus deseos. Las princesas tenían que pensar
siempre en los demás, en sus súbditos, en su deber.
—Una no vino aquí para ser mala —Sacó sus manos de su
agarre, se apartó de él, sintiendo la ruptura en el contacto
de inmediato, lamentando silenciosamente esa pérdida—.
One está buscando contratar a un mercenario —Se volvió
a abrochar los guantes.
—Y tú no eres a quien una está buscando.
—Hermosa... —Truth se inclinó hacia adelante—.
Soy exactamente a quien estás buscando y soy
el único ser al que considerarás. Si miras a cualquier otro
hombre con esos ojos deslumbrantes, le arrancaré los
brazos de las órbitas, le cortaré la cabeza del cuello y
bailaré desnudo en un charco de sangre —Sus labios se
arquearon hacia arriba—. Y lo disfrutaré.
Hablaba en serio y ella debería estar horrorizada.
Ciertamente, no debería estar encendida.
—No sabes para qué te estás ofreciendo como voluntario
—No debería considerar contratarlo. Era poco probable
que siguiera alguna de sus órdenes, intentaría seducirla a
la menor oportunidad.
Y ella podría permitirle hacer eso. Su mirada bajó a sus
labios y hacia arriba.
Se sentía sola y privada de contacto físico y necesitaba
desesperadamente ayuda con el rescate. Era
pecaminosamente atractivo y tenía las habilidades que
necesitaban. Eso fue innegable.
El cyborg había escapado de una instalación de la Alianza
Humanoide. Irrumpir en otra estructura no debería ser
mucho más difícil para él.
Había sido fabricado para matar. Sospechaba que acabar
con vidas sería un aspecto de la tarea.
Muy pocos seres conocían al enemigo tan bien como
él. Había sido esclavizado por la Alianza Humanoide.
—Esta asignación es peligrosa —Su sentido de la justicia
le dictaba que enfatizara ese punto—. Hay una
probabilidad muy alta de que no sobreviva.
—No tienes que convencerme de que acepte esta tarea,
hermosa —Truth arqueó las cejas—. Ya estoy adentro.
Estaba un poco ansioso y sabía muy poco sobre lo que
buscaban hacer. Nancy se puso nerviosa.
—¿Por qué necesitas los créditos?
—¿Qué pasa con los humanos y los créditos? —El cyborg
negó con la cabeza—. Quédese con los créditos —Su
mirada volvió a ella. El calor en sus ojos llegó
profundamente dentro de ella—. No son lo que necesito —
La implicación de esa declaración fue clara.
Él la quería.
Otros hombres también la habían deseado. Era una
princesa. Muchos seres codiciaban sus conexiones, veían
la alineación con ella como un paso más hacia el poder,
para gobernar a Royaume.
No es posible una alianza permanente con el
mercenario. Se esperaba que eligiera una pareja que
fortaleciera el lugar de su planeta en el universo. Ese
hombre sería un príncipe o un rey de un reino vecino.
Ella podría disfrutar de las atenciones del cyborg durante
toda la duración de la cesión.
—¿Cómo sabe una que va a hacer lo que le dice que haga?
—No lo sabrás —Se encogió de hombros, atrayendo su
atención hacia sus anchos hombros—. Pero te protegería
con mi vida útil si fuera necesario —Sonrió—. Prefiero que
no sea necesario.
Valentin inclinó su cuerpo hacia el de ella.
—Si no conocemos su motivación, no podemos controlarlo
—Le susurró ese consejo al oído.
—Mi mujer conoce mi motivación —El cyborg, Truth,
estaba escuchando descaradamente la conversación
privada— ¿No es así, hermosa?
—No es tu hermosa —Su secretario privado miró al
guerrero—. Es Roy…
—Una se llama Nancy —Le impidió divulgar su identidad
en una cámara llena de extraños—. Puedes llamar a una
así.
Marthe contuvo el aliento.
—Esto es muy irregular.
Planeaban rescatar a su hermano menor, un príncipe de
Royaume, de una nave prisión. Fue un momento muy
irregular.
—Es el nombre de una.
—No se merece usarlo —Valentin resopló, actuando como
si al hacerlo lo insultaran él—. No merece usarlo.
—No sabemos dónde está su lealtad —Claude también
tuvo problemas con el cyborg—. Era leal a la Alianza
Humanoide. Y luego no lo estaba. No divulgará sus
razones para querer esta asignación. Se acercó a nosotros
tan pronto como entramos.
Las preocupaciones de su guardia eran válidas.
Ningún hombre arriesgaría su vida simplemente para follar
a una princesa.
—Al menos está limpio —Marthe, sorprendentemente, salió
en defensa del cyborg—. Y su armadura es sencilla, pero
está bien hecha. Le queda bien. No me gusta la forma en
que mira a nuestro... Se detuvo a tiempo... nuestra Nancy,
sin embargo.
Truth la miró como si fuera suya. Y Nancy encontró eso
extremadamente estimulante.
Su mirada se desvió hacia el cyborg.
Él movió las cejas y ella apretó los labios, reprimiendo su
sonrisa.
El macho era un tonto.
—Hay otros candidatos —Claude señaló a un guerrero
cercano—. Los Silans son expertos en la batalla. Son
conocidos por su lealtad. Cuando dicen que harán algo, lo
hacen.
El Silan frunció el ceño y se puso en pie. Era un hombre
grande, no tan grande como el cyborg. La mirada de Nancy
volvió a Truth. Pero todavía era muy grande.
Se abrieron las puertas de la salida de bebidas. Un chico
Deneb corrió hacia el Gegenee a cargo de la operación. El
cabello y los hombros del niño estaban cubiertos de una
capa de polvo gris.
Le dijo algo al hombre mayor.
El Gegenee miró en dirección a Nancy y frunció el ceño.
A Nancy se le revolvió el estómago. Eso no puede ser una
buena señal. Ella…
—Humano —El Silan bramó y se lanzó hacia ellos. Apretó
un cuchillo enorme en una de sus manos estriadas.
—Este humano es mío —El cyborg, Truth, se puso de pie
de un salto, colocando su enorme figura de manera
protectora frente al cuerpo de Nancy—. Consigue uno
propio.
—Ella muere —El Silan se lanzó hacia adelante.
Nancy desenvainó sus espadas. Antes de que sus armas
dejaran sus vainas, Truth agarró las muñecas del Silan,
deteniendo el impulso del macho.
Los dos lucharon. El Silan gruñó y pateó. Truth, su cyborg,
absorbió esos golpes, riendo mientras cada uno
aterrizaba. Lentamente, forzó las manos del macho hacia
arriba.
La punta del cuchillo se acercó cada vez más al globo
ocular derecho del Silans. El sudor le perlaba la frente,
cubierta de armadura natural. Sus ojos se agrandaron. El
macho estaba perdiendo la batalla y se dio cuenta.
—Nunca morirá —Truth sonrió al Silan—. Tu esperanza de
vida, sin embargo, terminará ahora —El cyborg clavó la
espada en el globo ocular de su oponente. Estalló. Goo
rezumaba de la herida. Hubo un crujido.
El Silan cayó hacia atrás. El cuchillo estaba tan
profundamente enterrado que la punta asomó por la parte
de atrás de su cráneo, sonando cuando golpeó el
suelo. Las extremidades del macho giraron, luego se
quedaron quietas.
Estrellas. Nancy se quedó boquiabierta ante la escena. El
cyborg había matado para protegerla.
Y su asesinato podría no haber terminado. Los rugidos
resonaron en la cámara. Dos humanoides más atacaron a
Truth, sincronizando sus esfuerzos.
El agarre de Nancy se apretó sobre las empuñaduras de
sus dagas.
Su cyborg extrajo armas similares de fundas integradas en
su armadura corporal. Se lanzó hacia los machos,
bloqueando la vista de Nancy.
No tenía un tiro claro. Sus labios se torcieron, su frustración
aumentó.
El cyborg no parecía necesitar su ayuda. Giró
dramáticamente, pasando las espadas sobre los cuellos de
los machos. Los cortes fueron profundos. La sangre
brotó. Los atacantes cayeron al suelo.
El pecho de Truth se agitó. Sus bíceps se hincharon. Todo
estaba finamente perfeccionado, todo músculo y hombre.
—¿Alguien más quiere morir en esta rotación planetaria?
—Lanzó las dagas en sus manos y miró a los otros seres
en la cámara.
Bajaron la mirada, retrocedieron.
—Está calificado —Claude anunció eso Truth.
—Sí, está calificado —Valentin estuvo de acuerdo con él.
—Está tan... calificado —Marthe sonaba un poco sin aliento.
Nancy también estaba sin aliento por ver Truth, pero
probablemente por otra razón. Misericordia. Era caliente,
moviéndose con la gracia, la certeza de un depredador en
la cima de la jerarquía.
—Soy el ser que estás buscando, hermosa —Su mirada
permaneció en los otros guerreros en la cámara. Sus
palabras estaban destinadas solo a ella—. Admite eso.
—Eres el mercenario de una —No estaba interesada en
ningún otro guerrero. No después de esa demostración de
poder y destreza.
—Soy más que tu mercenario —Truth miró por encima del
hombro y le sonrió—. Pero por ahora, aceptaré esa
designación —Envainó sus dagas y se volvió hacia ella—.
Deberíamos irnos. Algunos seres en la tienda de bebidas
están al tanto de tus orígenes y no están entusiasmados
con el pacto que hiciste con su enemigo.
—No fue un pacto —La Alianza Humanoide no eran los
aliados de los Royaumes—. Los del reino tenían que
trabajar con ellos como tú tenías que luchar por ellos. La
alternativa era la muerte —Todo su planeta, todos los seres
que residen en él, habrían sido destruidos. Se puso de pie.
Valentin, Claude y Marthe también se pusieron de pie.
—No te estoy juzgando —Truth extendió su mano
derecha—. Otros están haciendo eso.
Ella miró su palma, queriendo estrecharla, dándose cuenta
de que no debería tocarlo. Las princesas no se tomaban de
la mano. No fue acostumbrado.
En este caso, tampoco fue prudente. Lo deseaba
demasiado, tenía que mantener la distancia entre ellos.
—Una puede caminar hasta su nave sin ayuda —Levantó
la barbilla.
—Asumí que tenías esa habilidad —Sus ojos brillaron
cuando bajó la mano—. Te amo, mujer. Nunca cambies.
No la amaba. Nancy apretó los labios. No la conocía.
—Ahhh... estoy recibiendo el tratamiento silencioso —La
mirada del cyborg se dirigió a una Marthe con los ojos muy
abiertos— ¿Es ella siempre así de difícil? Di que sí y seré
el hombre más feliz del universo.
—Nuestra pr... Nuestra Nancy no es difícil —Valentin
respondió por la mujer—. Nuestra Nancy es refinada. Usted,
señor, es difícil. Tú…
—Debe estar una nave Royal Royaume en el área de
aterrizaje —El Gegenee ubicado en el área de distribución
de bebidas hizo ese anuncio.
Las cabezas se volvieron hacia ellos. Los seres retumbaron.
El miedo se deslizó por la columna vertebral de Nancy. Ella
apretó sus dagas.
—Es tiempo de salir.
—Claude va primero —Truth se hizo cargo de la
situación. Valentin lo sigue. Luego la hembra.
—Marthe —Nancy murmuró ese nombre, el único que su
cyborg no debió haber escuchado.
—Marthe —Truth lo repitió. Te quedarás detrás de
ella. Dejaré la estructura el último.
—Se queda detrás de mí, frente a Valentin —Claude
insistió en protegerla.
—Hay un 58.2389 por ciento de posibilidades de que te
embosquen —Truth declaró esa probabilidad precisa con
una certeza bastante aterradora—. Puedo protegerla desde
atrás. Mi estructura es a prueba de proyectiles. Tu tarea es
protegerla desde el frente. Eso podría requerirlos a los
tres. Tus formas son frágiles.
Sus formas eran preciosas para Nancy. Pero no dijo nada
porque insistirían en protegerla y no tuvieron tiempo para
una larga discusión.
Claude la miró.
—El cyborg será el único que te protegerá por un lado.
—Yo también me estaré salvaguardando —Cambió sus
dagas por pistolas y miró a Truth.
En un momento estaba parado solo. Al momento siguiente,
un cyborg de apariencia humana, vestido con una
armadura idéntica a la de Truth, apareció al lado del macho.
Nancy reprimió su chillido de sorpresa.
—Debe ser tu mujer, Modelo D —El nuevo cyborg apoyó
las manos en sus pistolas enfundadas—. Su mera
presencia provocó una cámara llena de guerreros.
—Cree que soy simplemente su mercenario —Truth le dio
una palmada en el hombro al hombre.
Nancy frunció el ceño.
—Eres simplemente un mercenario —No podía ser nada
más que eso—. Una…
—Royaume apoyó a la Alianza Humanoide —Una Palavian
interrumpió la presentación que había planeado darle a
Truth.
Nancy abrió la boca, preparada para defender su planeta.
—Vete —Truth empujó a Claude hacia la salida.
Marthe huyó tras el guardia.
—Están escapando —El Gegenee agitó sus múltiples
brazos—. Deténganse.
Valentin vaciló y miró a Nancy.
—Apurarse —Lo acompañó hasta la puerta. Sonaron
disparos— ¿Truth?
—Corre, hermosa —Su forma se estremeció cuando
devolvió el fuego—. Tengo que aumentar mi tasa de
asesinatos y luego estaré justo detrás de ti.
Tenía que... ¿qué?
—No estás bien —Y no debería esperarlo. Pero ella
tampoco podía abandonarlo. Estaba frente a una cámara
llena de guerreros enojados por ella—. Estoy peleando a tu
lado.
—Es definitivamente tu mujer —El amigo de Truth negó
con la cabeza.
—Estás peleando detrás de mí —Su cyborg amplió su
postura.
—Le agradecería que no me disparara en el culo.
Bajó la mirada. Tenía un buen culo.
—¿Estás hablando conmigo o con tu mujer? —Su amigo
sacó sus armas.
—No aprecio ningún proyectil en el culo —Truth se rió.
Cómo podían bromear mientras se enfrentaban a una
posible muerte, no lo sabía. Nancy levantó sus armas.
—Consígalos —Los guerreros rugieron. El sonido de los
disparos aumentó. Los proyectiles pasaron zumbando a su
lado.
Se movió hacia la derecha. Truth se movió con ella. Se
movió hacia la izquierda. El hizo lo mismo. Dondequiera
que se posicionara, él permanecía frente a ella. Su gran
cuerpo se estremeció y tembló.
No hubo tiros claros que pudiera hacer sin golpearlo.
—Cyborg —gruñó con frustración.
—Reproduciré las imágenes cuando lleguemos a tu nave,
hermosa —La voz de Truth se llenó de alegría—. Querrás
verlo. Estoy duplicando la tasa de asesinatos de Dissent.
—Frag4, Modelo D —Su amigo disparó más rápido.
Los dos machos competían entre sí. Algo de la culpa de
Nancy por no ayudarlos se alivió. Cada ser al que
disparaba era un ser menos que podían agregar a su
cuenta.
Ella protegería su trasero apretado, mataría a cualquier ser
que entrara en la salida de bebidas.

4
maldito o mierda
Nadie corrió por las puertas.
Cada vez menos proyectiles volaban a su lado.
—Nos estamos quedando sin guerreros —Truth parecía
decepcionado.
—Hay muchos guerreros para disparar en la tarea que una
te ha ofrecido —Negó con la cabeza, sin darse cuenta de
que era una característica deseada.
—¿Por qué no dijiste eso antes, hermosa? —Truth
respaldada—. Dissent, el resto de los guerreros son
tuyos. Tengo que matar seres con mi hembra.
—Eres una suerte de saco de tornillos, Modelo D —Su
amigo siguió disparando.
—Yo...
Lo que sea que Nancy planeara decir se perdió ante el
asombro cuando Truth la levantó, la colgó del hombro
derecho y corrió con ella.
Las puertas se abrieron y cerraron a su alrededor. La
ceniza que caía le rozó la cara. Su capucha cayó hasta sus
hombros.
Su entorno se volvió borroso. Así de rápido se movía.
—Baja a una —Pateó sus piernas, golpeó su espalda con
las pistolas que agarraba en sus manos enguantadas. Algo
húmedo empapó su ropa— ¿Y por qué estás pegajoso? —
Miró sus dedos cubiertos de cuero— ¿Eso es sangre?.
Los motores retumbaban en la distancia, ese ruido se hacía
cada vez más fuerte con cada latido del corazón.
—Dime que esa no es tu sangre —La idea de que su
cyborg fuera lastimado le hizo querer regresar a la tienda
de bebidas y matar más seres.
—No puedo decirte eso —Su voz no mostraba indicios de
que estuviera bajo presión, pero la cargaba y corría a una
velocidad aterradora—. Los cyborgs no pueden mentir.
Estrellas. Era su sangre.
—Bájame antes de que te lastimes más —Enfundó sus
armas—. Soy pesada y...
—No eres pesada. En absoluto —Truth se rió—. Eres
diminuta.
—Soy de tamaño medio —replicó. La mayoría de las
hembras Royaume eran de su altura.
—Nada en ti es normal, hermosa —Se detuvo, la brusca
parada hizo que su estómago se revolviera.
Claude estaba al lado de su nave.
—¿Princesa? —Los miró boquiabierto.
—Tengo a nuestra princesa —Truth, irrespetuoso como
siempre, la elevó más alto como si fuera un premio que
había ganado—. No te entretengas, Claude —Su voz se
llenó de humor mientras la llevaba a la nave—. Las puertas
se están cerrando.
Su guardia murmuró, apresurándose por la rampa detrás
de ellos.
—Eres imposible —Nancy se contoneó, agachándose
hasta que sus pechos se presionaron contra el pecho de
Truth y sus brazos estaban atados bajo su trasero.
Corrientes de color carmesí fluyeron por su
armadura. Siguió los riachuelos hacia arriba.
Su hermoso rostro estaba empañado con surcos de un rojo
intenso. En algunos lugares, vio el toque de plata. Su
cabello negro parecía estar dividido con proyectiles.
Su mundo giraba a su alrededor.
—¿Estabas aumentando tu tasa de muerte con esto? —
Colocó las yemas de los dedos sobre sus heridas.
—Protegerte valió la pena, princesa —Golpeó una de sus
palmas contra un panel de control. La rampa retrocedió y
las puertas se cerraron. El macho operaba su nave como si
le perteneciera—. Pero yo hice aumentar mi tasa de muerte
por veintiún seres —Su sonrisa era presumida—.
Me encanta esta tarea hasta ahora.
Nancy lo miró fijamente.
—Tú no eres normal.
Su cyborg se rió.
Capítulo 5

La alegría brotó de Truth. Había aumentado su tasa de


asesinatos. Sostenía a su princesa en sus brazos.
¿Qué más podría querer un guerrero?
Dissent permaneció en la salida de bebidas, disparando
alegremente a cualquiera que lo atacara tontamente.
Transmitió una actualización de su cuenta después de
cada caída. Los dos eran competitivos, y el Modelo J lo
había superado... por ahora.
Su amigo pronto regresaría a la Reckless.
El Capitán había sido notificado de los planes de Truth. la
nave permanecería donde se encontraba actualmente
hasta que regresara.
No habría batallas para Dissent mientras Truth no estuviera.
La aventura que Truth estaba emprendiendo con su mujer,
por el contrario, implicaría poner fin con la esperanza de
vida. Había mencionado que habría muchos seres a los
que disparar, había descrito la tarea como peligrosa.
Ese era su tipo de misión favorito.
Truth llevó a su mujer a través de su nave elaboradamente
decorada. No podía procesar cómo proyectaba su
presencia en Nereid Negative One.
El exterior de la embarcación estaba cubierto de metal
dorado, albergaba la insignia Royaume y otras marcas. El
interior estaba tan ornamentado.
—Debería dispararte por insultar a nuestra princesa de
esta manera —Claude refunfuñó esa amenaza, el hombre
barbudo pisando fuerte detrás de él—. No está hecho. Para
nada.
—Se está haciendo —Truth sonrió—. Y si intentas
detenerme, serás lo próximo que disparé en esta rotación
del planeta.
—No tengo miedo de morir, cyborg —El humano era
impresionantemente leal a la hembra de Truth.
—Nadie está muriendo —Bajó su rostro descubriéndose,
revelando labios exuberantes y una barbilla fuerte—.
Claude tiene razón. Esto no está hecho —Su tono era
adorablemente altivo—. Deja a One —Le dio unas
palmaditas en el pecho cubierto con una armadura—
. Estás herido y debes ir a la cámara médica. Marthe será
enviada allí para tratarte.
Su hembra no dudó en dar órdenes a un macho de casi el
doble de su tamaño, un macho que había amenazado a su
guardia, que admitió haber matado seres para protegerla.
Truth amaba su espíritu.
—Tenemos que dejar el planeta de inmediato —El
Gegenee notificaría a sus compinches y apuntarían a la
nave.
—Valentin piloteará la nave —Su mujer levantó la barbilla,
toda la princesa que era—. Lo voló aquí con muy poca
dificultad.
No dijo que lo volaron hasta allí sin dificultad. Esa verdad
intrigada. Había un 84.2658 por ciento de probabilidad.
Dissent había resumido la situación a la perfección.
Su mera presencia creó confusión.
—No eras el objetivo de todos los seres de este planeta
cuando aterrizaste —Transmitió su hermoso paquete de
problemas a su puente igualmente ostentoso. El metal era
dorado. Los asientos mullidos lucían un rico pigmento
rojo. La decoración apeló a su sentido del drama—. Han
derribado un Carguero de la Alianza Humanoide. Intentarán
añadir una nave Royaume Royal a su recuento.
Reclamó la silla del Capitán, colocando a su mujer
directamente en su regazo.
Valentin ya estaba sentado a su izquierda. El macho lo
miró y husmeó. Sus manos estaban en los controles.
Marthe se sentó a su derecha. Tenía el ceño fruncido y
miraba la consola que tenía delante como si estuviera
luchando por recordar la siguiente tarea.
Truth no requirió ninguna ayuda. Colocó las palmas de las
manos en la pantalla de visualización incrustada,
conectándose con el sistema de la nave de máquina a
máquina.
Los Modelos D no fueron fabricados para pilotar naves,
pero después de los ciclos solares de informar al Capitán,
sentado en el puente de la Reckless, había adquirido esa
habilidad. También tuvo acceso a las experiencias
compartidas de millones de sus hermanos.
—¿Eres de la realeza y tu nave es un carguero modificado?
—Levantó las cejas—. Te mereces una nave de guerra,
hermosa.
—Un carguero tiene más espacio habitable disponible —Se
movió hacia un lado—. Valentin, ¿estamos listos para partir?
—Estamos listos —Truth respondió por el macho.
Enganchó su brazo derecho alrededor de su hembra,
asegurándola en su lugar—. Da la orden, princesa, antes
de que lleguen los guerreros con lanzadores de misiles.
Valentin intentó bloquearlo fuera del sistema de la
nave. Sus débiles esfuerzos divirtieron a Truth.
—Pon rumbo al próximo sistema —Su hembra también
estaba descontenta con él. Su columna estaba tan rígida
como una viga de soporte.
—Sí —La emoción recorrió los circuitos de Truth. Pilotó el
carguero modificado rápidamente hacia arriba—. Abróchate
el cinturón —Levantó los escudos tan pronto como
despejaron la superficie—. Esto podría complicarse.
Valentin, Marthe y Claude hicieron lo que les dijeron de
mala gana. Se quejaron de los guerreros impertinentes y
de que era la nave de su princesa, no la suya.
—Atarse uno mismo significa atarse uno mismo a ti —Su
hembra tiró del arnés de la silla—. Esto no está hecho.
Agujero de fraggin. Su remordimiento lo excitó. Quería
quitarle el descaro de su hermoso rostro con un beso.
Esa deliciosa respuesta tendría que esperar hasta que ya
no estuvieran en peligro.
—Ya estás atada, princesa —Extendió los dedos de su
mano derecha sobre su estómago cubierto de tela,
acercándola más a él. Su culo respingón presionaba contra
su polla cubierta con armadura. El contacto estimuló su
forma ya dura—. Te tengo.
—Una no está disponible para conseguirlo —Resopló y
cruzó las manos en su regazo con aire irritable.
Una estaba pidiendo ser cautivada sin sentido. Sus labios
se crisparon.
Frotó su pulgar en sensuales círculos sobre su abdomen,
acariciándola, tocándola.
Su embriagador aroma se espesó en el aire. Aspiró el
aroma único, tomando esa parte de ella dentro de él.
—Concéntrate en volar la nave, cyborg —Algo del filo de su
voz se había suavizado.
Su mujer estaba menos perturbada con él. Truth apoyó la
barbilla en la parte superior de su cabeza.
Valentin, por el contrario, parecía querer matarlo.
—Mi función es pilotar la nave de nuestra princesa —Sus
ojos ardían de ira.
—Mi papel es proteger a mi princesa —Truth invirtió la
orden del macho de bloquear sus controles—. En este
momento, esa tarea requiere volar su nave.
—Tu papel no es proteger a una —Su hembra no se dio
cuenta de que su trivialidad lo excitaba, o lo estaba
atormentando deliberadamente.
Su polla presionó contra los confines de su armadura
corporal.
—Tu función es...
—Advertencia: misil entrante —Los sistemas del carguero
parpadearon.
Truth ya había detectado el proyectil. Sacudió la nave
bruscamente hacia la izquierda. El misil pasó zumbando
por el lado derecho de la nave.
—Advertencia: misil entrante —Los habitantes de Nereid
Negative One fueron persistentes.
Truth desvió el carguero glorificado hacia la derecha.
—¿Cuál es mi función oficial?
—Este no es el momento de delinear roles —Su voz
femenina era impresionantemente firme.
Ser el objetivo de un agresivo bombardeo de misiles no la
desconcertó. Se había negado a dejarlo en la salida de
bebidas, se había enfrentado con calma a una cámara
llena de guerreros hostiles y fuertemente armados.
Para reaccionar de esa manera, su princesa debe tener un
pasado interesante.
Esperaba saberlo… una vez que estuvieran fuera del
alcance del asalto terrestre.
—Advertencia: misil entrante —El sistema transmitió esa
información con su voz robótica—. Advertencia: misil
entrante.
Truth piloteó la embarcación hacia la izquierda y hacia la
derecha, evitando los ataques.
—Dime mi papel —Quería procesar por qué necesitaba un
mercenario—. Soy un cyborg. Puedo completar varias
tareas durante el mismo intervalo de tiempo.
—One prefiere que se concentre en volar la nave —Su
hembra levantó la barbilla.
—Advertencia:Misil entrante. Advertir. Advertir. Advertencia:
misil entrante —Los ataques ocurrieron demasiado rápido
para que el sistema los transmitiera de manera efectiva.
Los proyectiles los pasaron disparados. Las franjas
seguras de espacio eran estrechas y escasas. Navegar por
ellos parecía volar a través de un cinturón de asteroides.
Truth lo estaba disfrutando tremendamente.
—Oh yo. Oh yo. Oh yo—Marthe no lo encontraba tan
entretenido como él. La mujer mayor se agarró a los
reposabrazos de su silla. Sus nudillos se pusieron blancos.
Claude intentó devolver el fuego. No pudo compensar el
movimiento del carguero. Sus misiles no conectaron con
sus objetivos. Pero sus esfuerzos provocaron el caos en el
suelo, sirvieron para distraer ligeramente a sus enemigos.
Valentin dejó de intentar bloquearlo fuera del sistema. El
macho parecía conmocionado y un poco perdido. Le
habían quitado su papel.
Un tinte de culpa apagó la alegría de Truth.
—Una vez que estemos fuera de su alcance, la nave es
tuyo, Valentin —Transferiría ambas manos a la mujer
impresionantemente tranquila sentada en su regazo.
—Eso sería... aceptable —Algunas de las líneas alrededor
de la boca del macho se aplanaron—. Sigue adelante.
—Concéntrate en los misiles, cyborg —La mandíbula de su
mujer sobresalió.
—Como órdenes, mi princesa —Truth sonrió mientras
maniobraba el carguero entre los misiles entrantes. Tenía
más avisos y más espacio para navegar a medida que
aumentaba la distancia entre la nave y el planeta.
Pronto, demasiado rápido para su gusto, se movieron más
allá del alcance de los lanzadores de misiles y su diversión
terminó. Voló la nave hacia la oscuridad del espacio
abierto. Esa calma fue anticlimax después de la emoción
del despegue.
Marthe pareció abrazar la paz.
—Pensé que estábamos muertos —La mujer mayor dejó
escapar el aliento y se dejó caer contra el respaldo de su
asiento.
—Hice algo de daño —El orgullo se apoderó de la voz de
Claude—. Se lo pensarán dos veces antes de atacar una
nave Royaume la próxima vez.
Truth se tragó una risa. Claude puede tener más ciclos
solares que el guerrero humano promedio al que se había
enfrentado, pero el macho se había aferrado a su celo por
la batalla.
Los dos serían amigos. Estaba en un 95.2369 por ciento
seguro de eso.
—Estamos fuera de alcance —Valentin hizo ese
recordatorio no tan sutil. Sería más difícil hacerse amigo de
ese hombre espinoso.
—Tienes los controles —Truth le transmitió esa
responsabilidad a Valentin y envolvió ambos brazos
alrededor de su mujer inflexible— ¿Cuál es nuestro destino,
mi princesa?
—Una dice 'Princesa', no 'mi princesa' —Lo corrigió
mientras golpeaba la pantalla incrustada con sus dedos
cubiertos de tela—. Debemos liberar a un ser de esta nave
prisión.
La imagen apareció en la pantalla principal.
Truth silbó.
—Es una nave prisión de la Alianza Humanoide de alta
seguridad. Según las bases de datos, nadie se ha
escapado nunca de uno de esos.
—Según las bases de datos, los cyborgs son máquinas de
matar insensibles y Royaume adoptó la regla de la Alianza
Humanoide —El tono de su mujer era genial—. Es
prudente no creer todo lo que encuentra en las bases de
datos.
—Es Truth —Sonrió—. Y ningún cyborg ha estado
involucrado en la liberación de un ser de una de sus
prisiones —La misión desafiaría sus habilidades. Eso le
gustó—. Si usamos esta nave para hacer esto, tenemos
que modificarlo.
—Pocas naves son más rápidos —Valentin defendió su
nave.
Muchas naves eran más rápidos, pero ese no era el
problema.
—La Alianza Humanoide procesará que es una nave
Royaume tan pronto como entremos al alcance visual. Hay
un 89.5698 por ciento de probabilidad de que disparen
contra nosotros y un 0.2671 por ciento de probabilidad de
que nos permitan atracar.
—Se puede comprar una nave nuevo —Su hembra frunció
el ceño—. Una tiene los créditos.
Los humanos tenían una fijación con los créditos.
—No es necesario una nave nueva. Podemos modificar
esta —Truth ingresó las coordenadas de Altair Alpha.
La hembra de Dissent se originó en ese planeta
comerciante. Ya habían explorado el terreno y registrado
los datos genéticos de los lugareños. Esa familiaridad
aceleraría el proceso.
—Este planeta está en camino —Truth replanteó su
curso—. Los seres en su superficie tienen capacidades de
modificación de naves y son discretos. Nadie más
transformará lo que se hizo.
Dissent y él se habían encontrado con cyborgs rebeldes en
Altair Alpha. Esos guerreros no informaron al Consejo
Cyborg, no se asociaron con el resto de sus hermanos,
estaban participando en actividades altamente
sospechosas. Si se confiaba en los seres, los seres deben
tener la capacidad de guardar secretos.
—Valentin —La hembra de Truth se dirigió al macho—.
Exprese sus ideas.
—La nave es fácilmente identificable como Royaume,
Princesa —El tono de Valentin era reticente, como si le
molestara conceder ese punto—. Debería modificarse.
Se inclinó y miró a Truth.
—Claude, ¿prevés algún problema?
—Podemos protegerte, princesa —El hombre estaba
concentrado en esa parte de sus deberes, una tarea que
Truth consideraba su responsabilidad.
—Marthe —Su mujer buscó la opinión de todo su
equipo. Truth respetó eso— ¿Cuáles son tus
preocupaciones?
—Tengo demasiadas preocupaciones que decir, princesa
—La mujer mayor suspiró—. Pero el cyborg, Truth, tiene un
punto válido. Nosotros sí necesitamos modificar la nave.
La mujer de Truth asintió.
—Pon rumbo hacia Altair Alpha.
Eso ya se había hecho.
—Si, princesa —La mirada dura que Valentin le dirigió a
Truth reveló que el macho procesó eso. Sin embargo, no
dijo nada.
Silencio cayó sobre el puente.
Marthe se desabrochó el arnés.
—Debo preparar una cámara privada para nuestro invitado
—Se puso de pie.
—Te ayudaré —Claude también se puso de pie con las
botas. Había un brillo en sus ojos.
—Primero prepararé las prendas de la princesa —Marthe
miró expectante a la hembra de Truth—. No es necesario
vestirse como un mercenario a bordo de su nave —Su
mirada se dirigió a Truth—. No quise ofender.
Le sonrió a la mujer dolorosamente educada.
—Es imposible ofenderme, Marthe.
—Imposible es la palabra correcta para describirte —Su
princesa se deslizó fuera de sus brazos, dio un paso hacia
la otra mujer.
Truth agarró una de sus muñecas, detuvo su partida.
Se quedó inmóvil, no lo miró, no trató de liberarse.
Acarició la suave tela que cubría su mano, su brazo,
pasando sus dedos hacia adelante y hacia atrás sobre esa
parte capturada de ella. Su pecho subía y bajaba, el ligero
movimiento provocó que la prenda negra que vestía se
ondulara. Sus mejillas se sonrojaron. Sus labios
exuberantes se separaron.
El momento se suspendió en el tiempo y saboreó cada
aspecto del mismo, guardando los detalles más pequeños
en su cerebro orgánico y sus bases de datos, notando la
inclinación de su cabeza, el sonido de su respiración, el
aleteo de sus pestañas.
Era deslumbrante, hermosa, elegante, suya.
—Esto no está hecho —susurró esas palabras, sacó su
muñeca de su agarre.
Y la dejó ir porque su princesa tenía tareas que completar y
había demasiadas miradas sobre ellas para continuar su
seducción. Su mujer fuerte nunca se permitiría perder el
control frente a una audiencia.
Levantó la barbilla.
—Valentin, tienes el puente.
Su hembra flotó fuera del espacio, ni una sola vez lo miró.
Marthe y Claude la siguieron, dejando a Truth a solas con
Valentin.
—Nuestra princesa merece respeto —El macho fue el
primero en romper el silencio—. Es la tercera en la fila para
el trono de Royaume, ha servido a sus seres durante toda
su vida, haciendo sacrificios que muy pocos se dan cuenta.
—Podría bromear y burlarse —La sonrisa de Truth vaciló—.
Pero respeto a mi princesa.
—Agujero de fraggin, humano —Se pasó una de las manos
por el pelo—. Sufrimos un intenso ataque con misiles y no
mostró ni rastro de miedo. Es imposible no respetar a un
ser así.
Estaba tan orgulloso de ser su guerrero.
—El servicio de la Alianza Humanoide la puso a prueba —
Algo de la ira de Valentin se disipó—. Sólo Claude, Marthe
y yo sabemos cuánto.
Eran una unidad como la tripulación de la Reckless era una
unidad. Truth bajó la cabeza.
—¿Es por eso que estás grabando sus aventuras?
La mirada del macho se disparó hacia arriba,
encontrándose con la suya.
—¿Cómo sabías que estaba haciendo eso?
—Puedo oír el zumbido. No es una preocupación —Truth
tranquilizó apresuradamente al humano visiblemente
conmocionado—. Pocos otros seres pueden oírlo. Los
cyborgs tienen sentidos mejorados —Se dio unos
golpecitos en la oreja izquierda—. Y somos
observadores. Teníamos que ser así —Sus labios se
arquearon—. Los cyborgs no perceptivos mueren en el
campo de batalla... o en el entrenamiento.
—Soy el secretario privado de Su Alteza Real —Valentin
transmitió su papel con orgullo—. Es mi deber registrar
todo —Hizo una pausa—. Y es mi mayor deseo que los
Royaumes sepan todo lo que la princesa ha hecho y
arriesgado por ellos.
—Planeas publicar las grabaciones —Otro cyborg estaría
horrorizado por esa perspectiva. Cuantos más enemigos
procesaban sobre un ser, más municiones tenían para
dañar ese ser. Truth, sin embargo, estaba intrigada por el
caos que podría causar— ¿Cómo reaccionarían los
Royaumes a eso?
—La amarían incluso más de lo que lo hacen actualmente
—Valentin también amaba a la hembra de Truth. Truth
escuchó eso en la voz del hombre—. La princesa no me da
permiso para publicar las grabaciones. Sospecho que teme
que dañe el lugar del príncipe heredero dentro del
reino. Como repuesto para el heredero, es su papel
protegerlo.
¿Qué tipo de ser necesitaba protección frente a la opinión
pública? —Suena como un idiota.
—Es el príncipe heredero —Valentin se puso furioso una
vez más—. Los príncipes herederos no son asnos.
Mientras estaba bajo el control de la Alianza Humanoide,
Truth había estado expuesto a ochenta y dos príncipes
herederos de los planetas. Sesenta y cuatro de
ellos habían sido asnos.
—Tu papel es proteger a la princesa. ¿Es eso correcto?
—Esa es mi tarea más importante. Sí —Valentin asintió.
—Entonces, si publicar las grabaciones protegería a mi
princesa, no necesitas su permiso —Truth se encogió de
hombros. Esa lógica era indiscutible.
El macho lo miró durante un largo momento.
—No preveo una situación en la que publicar las
grabaciones la protegería.
—No preveía emprender esta aventura —Truth tenía
respeto por la aleatoriedad del universo—. Dime qué más
implica tu papel.
Averiguaría tanto como fuera posible acerca de que su
princesa, era amada y respetada mientras esperaba que
ella regresara con él.
Ella iba a reaparecer. Estaba seguro de eso.
La nave era pequeña y ella lo deseaba. Había visto el
deseo en sus ojos, el anhelo en su lenguaje corporal, sintió
su vacilación en dejarlo. Volvería a su lado.
Y la reclamaría.
Capítulo 6

El cyborg, Truth, la trató como trataría a una mujer normal,


tocándola, burlándose de ella, colocándola en su regazo
mientras él volaba su nave hacia un lugar seguro.
Eso emocionó y perturbó a Nancy. El guerrero no podía ser
controlado, actuaba bajo sus propias órdenes, hacía
exactamente lo que deseaba hacer.
Pero lo que deseaba hacer era protegerla, ayudarla a
rescatar a su hermano.
Embelesarla. Sus dedos de los pies se curvaron en sus
pantuflas. Y ella también quería eso, con todo su ser.
—Podría ser más seguro si una no fuera una princesa
durante esta asignación —Hizo flotar esa atractiva idea de
Marthe mientras deslizaba sus manos dentro de los
guantes que la mujer le tendía. El vestido que eligió para
ella en esta rotación planetaria era ajustado pero adornado,
una tela rosa frágil adornada con oro.
—La princesa es siempre una princesa —La mujer que ella
veía como madre sonrió, diciendo eso como si fuera algo
bueno.
Nancy siempre tendría un deber con sus súbditos, siempre
tendría una fachada que mantener en público. Esa era su
realidad, una realidad que muchos otros envidiarían.
—Las actividades de una durante el servicio no siempre
fueron como una princesa —Había coqueteado con el
enemigo, les había mentido, se había visto obligada a
matar a algunos seres para salvaguardar a los Royaumes.
—Nadie, excepto Valentin, Claude y yo, conocemos esas
actividades —Marthe chasqueó la lengua.
—Eso es verdad —Nancy asintió. Si no fuera como una
princesa con su cyborg, nadie sabría de esas actividades
tampoco. Una sonrisa curvó sus labios. Sería uno de los
muchos secretos que guardaba.
—Limpié la cámara de suministro —Claude entró en sus
aposentos privados y Nancy apartó sus pensamientos
traviesos, concentrándose en el hombre al que amaba
como a un padre—. Puse un soporte para dormir allí. Es
pequeño, pero debería ser suficiente para el cyborg.
—Tengo una hermosa tela de cobertura que colocaré en el
soporte para dormir —Marthe roció el cabello de Nancy con
pigmento rosa—. Eso hará que la cámara sea más
elegante.
—Es un guerrero, Marthe —La cara de Claude estaba
roja—. A los guerreros no les importa el estilo.
—No te importaba el estilo hasta que te conocí —La mujer
mayor sonrió al guardia mientras colocaba el contenedor
de pigmento en un soporte horizontal.
—Estaba desesperado antes de conocerte —Tiró de la
cubierta de su pecho—. Incluso Valentin se benefició de tus
conocimientos.
El amor que Claude, Marthe y Valentin tenían el uno por el
otro causó dolor en el corazón de Nancy.
Sus pensamientos volvieron a Truth. Cuando estaba a
solas con él, podía tener una apariencia de eso, de cariño,
de una relación.
No duraría para siempre. Una vez que el príncipe fuera
rescatado, ella y su cyborg tendrían que separarse. Pero
sería más de lo que jamás había tenido.
Y podría ser todo lo que tendría.
Puede que no sobrevivan a la tarea que se les
asignó. Como Truth había dicho, nadie había liberado
jamás a un ser de ese modelo de nave prisión de la Alianza
Humanoide.
Podría morir sin haber experimentado nada por sí misma.
—El cyborg no necesitará las cámaras para un turno —
Nancy lo asignaría al puente.
Era el más joven de los tres varones. Antes de dejar el
espacio, lo había mirado por debajo de las pestañas. Las
heridas de su rostro ya se habían curado. Podría renunciar
al descanso durante más tiempo.
Tenía planes para él, para su gran cuerpo, sus manos
ásperas, sus labios risueños.
—Valentin se unirá a vosotros dos en sus habitaciones —
Los tres miembros de su séquito compartían un soporte
para dormir muy grande—. One servirá como copiloto del
cyborg.
La había abrazado mientras otros miraban. Sospechaba
que se tomaría más libertades con su forma cuando
estuvieran solos.
Un temblor de anticipación le recorrió la espalda.
Claude y Marthe intercambiaron miradas cargadas de
emoción.
—El cyborg mira a la princesa con... falta de respeto —
Claude fue el primero en expresar sus preocupaciones.
El cyborg la miró con lujuria descarada. Nancy sofocó una
sonrisa.
—¿Existe el temor de que pueda hacerme daño?
Marthe le tendió una tiara y Nancy bajó la cabeza.
—Bloqueó proyectiles con su propio cuerpo para proteger a
One —Eso la había excitado.
Marthe le puso la tiara en la cabeza. Las piedras fueron
simuladas. Tenía muy poco valor, pero la mujer mayor
insistió en que Nancy se vistiera de princesa cuando fuera
posible.
Y Nancy la complacía... porque amaba a la mujer mayor,
haría cualquier cosa para hacerla feliz.
—Hay muchas formas de dañar a una princesa —La
mirada de Claude se deslizó de la de ella.
Esas formas incluían más que el acto de violencia al que se
refería. La soledad, estar intacta, sin ser amada, todo
perjudicaba también a una princesa.
Deseaba que lo entendieran, deseaba poder decirles cómo
se sentía.
Pero eso no lo hizo.
—Nuestra princesa ha estado lidiando con hombres
irrespetuosos durante los ciclos solares —Marthe ajustó las
mangas de Nancy—. Tratar con uno más no será una
dificultad.
Nancy se quedó quieta mientras la empujaban y pinchaban,
su apariencia cuidadosamente diseñada.
Esos otros hombres irrespetuosos habían sido diferentes.
No había querido nada de ellos.
—A una no le preocupa —Estaba ansiosa por volver al lado
de él, no inquieta—. Una ha sido bien entrenada, tiene
como asesores a tres de los mejores seres del universo —
Sonrió cálidamente a Marthe y Claude—. Una se ocupará
del cyborg.
Marthe le devolvió la sonrisa.
El pecho de Claude se expandió, ese acto tensó su
chaqueta. Su guardia sobreprotector parecía menos
convencido de su capacidad para manejar Truth.
—Debes descansar —emitió esa orden, no queriendo
ninguna interrupción—. Una te verá en un turno y no un
momento antes.
—Si, princesa —Sus cabezas se inclinaron.
Marthe, Claude y Valentin pasarían juntos el ciclo de
descanso. La próxima vez que los viera, brillarían, su amor
brillaría en sus ojos.
No experimentaría el amor. Esa emoción no se otorgaba a
menudo a las princesas con reinos que proteger. Pero no
estaría sola en esta rotación planetaria.
Nancy caminó hacia el puente, moviéndose más lento de lo
que quería. La realeza no corría… a menos que fuera
absolutamente necesario. Era una de las muchas reglas
que tenía que seguir.
Estrellas. Estaba cansada de todo el protocolo.
Las puertas del puente se abrieron para admitirla y se
cerraron después de que ella entró. Sus pezones se
tensaron y su coño se humedeció. Su reacción a la
presencia del cyborg fue vertiginosamente intensa. Su
descompostura por un cambio lleno de seducción y salvaje
abandono, casi demolió su control.
Truth se sentó en la silla del Capitán, su asiento en el
puente. Se enfrentó a la pantalla principal. Sus hombros
eran anchos. Su cabello negro absorbió la luz.
Sus dedos temblaron. Estuvo tentada de acariciar el tramo
de piel gris sobre su armadura corporal, verificar si era tan
suave como parecía.
Como si sintiera su presencia, su cyborg miró detrás de él,
su mirada se encontró con la de ella.
—Mi princesa —Su voz profunda se enroscó a su
alrededor. Sus brillantes ojos azules brillaban con pasión,
con necesidad.
Lo tendría en esta rotación planetaria. Eso estaba decidido,
era inevitable. La lujuria y el deseo cantaban en el aire
entre ellos. Amarse era tan imparable como el destino.
—Valentin —Nancy se dirigió a su secretario privado—.
Marthe y Claude te esperan en tus aposentos privados.
—Princesa —El macho se puso de pie. Miró
intencionadamente a Truth—. Debería haber dos seres en
el puente.
Hubo momentos en los que no había dos seres en el
puente durante el viaje a Nereid Negative One. Su
secretario privado no confiaba plenamente en el cyborg.
Debió haber visto, como los demás, el deseo de Truth por
ella.
Juntó las manos para evitar que temblaran.
—Una permanecerá en el puente con el cyborg.
Los labios de Valentin se separaron.
—Una ha hablado —Nancy sofocó las protestas del macho.
—Si, princesa —Valentin lanzó una mirada dura al cyborg y
salió corriendo del puente.
La mirada de Truth siguió al hombre y luego se dirigió a
ella.
—¿Siempre hablas de ti misma como si fueras otro ser? —
La diversión llenó su voz.
—Cuando una está en público, siempre —Suspiró—. Es un
recordatorio verbal de que cuando se habla, cuando se
toma una decisión, se está hablando, se está tomando una
decisión, para todos los seres a los que una es
responsable de proteger, de servir —Se acercó a él—. Lo
que una quiere para sí misma no es importante.
—Lo que quieres es importante para mí —La rodeó con
uno de sus brazos y la sentó en su regazo, sentándola de
lado sobre sus piernas—. Y ahora no estamos en público
—Rozó la punta de su nariz sobre la de ella, esa alegría la
cautivó—. Cuando estamos solos, puedes hablar
únicamente por ti.
Estrellas. Esa perspectiva le atrajo.
—Una —Le corrigió. Esa palabra se sintió, mal, en sus
labios—. He estado considerando a otros durante toda mi
vida. Será un desafío cambiar eso.
—Este enfoque en los deseos individuales también es
nuevo para mí, princesa —Apoyó su frente contra la de
ella. Su cálido aliento flotó sobre su piel y ella tembló—.
Cuando fuimos esclavizados por la Alianza Humanoide,
nosotros, como tú, colocamos las necesidades de muchos
por encima de los deseos de unos pocos.
Muy pocos seres entendieron ese pensamiento. Lo miró
con asombro. Él lo comprendió.
—Esa fue la forma principal en que la Alianza Humanoide
nos controló —Los labios de su cyborg se torcieron—. Si
uno de nosotros fallaba, varios de nuestros hermanos eran
dados de baja. Fueron asesinados de la forma más
dolorosa posible. Si demasiados guerreros funcionaban
mal, la Alianza Humanoide amenazaba con
desmantelarnos a todos.
—La Alianza Humanoide amenazó a los Royaumes de
manera similar —Se inclinó hacia él, apoyando las palmas
de las manos cubiertas de tela sobre su pecho cubierto con
armadura, lamentando las barreras que los separaban—.
Si no los obedecíamos, dijeron que usarían un World-Ender
en nuestro planeta, destruyéndolo, matando a todos los
seres de la superficie.
—Por eso no te rebelaste —Truth asintió—. Debe haber
sido difícil para ti. No está en tu naturaleza someterte
silenciosamente al enemigo.
Sus ojos se agrandaron. ¿Cómo lo había sabido?
Y se dio cuenta. Lo sabía porque eran iguales en ese
sentido.
—Tampoco está en tu naturaleza obedecer dócilmente a
los demás.
—Es verdad —Su cyborg se rió—. Tenso mis procesadores.
—Fue una tensión para mí también —Se sentía bien
admitir eso, no tener que fingir que no era un desafío para
ella—. Algunos de nosotros nos rebelamos... en silencio.
Se tiró de las puntas de los dedos cubiertos, tirando de la
tela sobre su piel y se quitó los guantes lentamente, uno
por uno. Cayeron al suelo.
Ese acto en sí mismo fue una forma de rebelión. La realeza
nunca fue vista en público sin guantes.
—Fue peligroso. Nos dimos cuenta de que, si nos
atrapaban, la reina denunciaría cualquier conocimiento de
nuestras actividades. Su Majestad no tendría otra opción al
respecto —La reina siempre elegiría el bienestar de sus
súbditos durante la vida de una princesa. Nancy lo sabía, lo
aceptaba—. Nos hubieran declarado traidores al reino, nos
hubieran torturado y asesinado.
Su agarre en su cintura se apretó.
—Procesaste esos riesgos y aun así te rebelaste.
—Tú también te rebelaste —Se puso rígida. No era el ser
para criticarla—. La Alianza Humanoide estaba atacando a
los Royaumes... por diversión —Esos seres habían hecho
todo lo que se les pedía que hicieran, eran propietarios de
lotes agrícolas inocentes, familias, niños—. One... Yo tenía
los medios para advertirle a ellos. Los comandantes de la
Alianza Humanoide se jactaban de sus planes para... mí —
La consideraban una mera mujer, incapaz de pensar—.
Tuve que advertir a mis súbditos.
—Los cyborgs, mis hermanos y yo, también actuamos. Nos
liberamos —Truth le acarició el cuello con la nariz. Sus
labios eran firmes y cálidos. Dejaron un rastro de
efervescencia a través de su piel y se relajó una vez más—.
Ahora que hemos escapado, aquellos de nosotros leales al
consejo de cyborg no hacemos nada que pueda poner en
peligro a nuestros hermanos. Pero nosotros permitimos
encontrar nuestra propia felicidad.
Esa no era una opción para ella... permanentemente.
Podría ser posible durante la duración de su asignación.
—Sigo sirviendo a Royaume.
—Sirvo al consejo cyborg —Chupó la base de su cuello y
ella inhaló bruscamente, el tirón contra su piel alimentando
sus deseos.
Burbujeó en todos los lugares donde sus labios la tocaron,
su cuerpo cobró vida bajo sus manos.
—Yo también te sirvo —La mordió y ella jadeó—. Sirvo tus
anhelos, tus necesidades, tus deseos.
Nadie se había preocupado nunca por eso. Ladeó la
cabeza, dándole más de ella para embelesar.
Su cyborg aceptó su oferta tácita, rociando suaves besos
sobre su cuello, debajo de su barbilla, a lo largo de su
mandíbula. El contacto con otro ser, con él, fue
fascinante. No se había dado cuenta de cuánto lo había
anhelado.
Nancy se movió en su regazo, sentada a horcajadas sobre
Truth. Sus faldas se arremolinaban en su cintura.
—No estamos solos en la nave —Claude, Valentin o
Marthe podían entrar al puente en cualquier momento,
buscando verificar que estaba siendo respetada.
—Nadie se acerca —Truth murmuró esa respuesta contra
su clavícula derecha.
Pasó los dedos por su cabello sorprendentemente suave,
abrazándola.
—Puede que no los escuches.
Valentin le había enseñado todo lo que sabía sobre el sigilo
y el espionaje. El macho podía maniobrar sin hacer ruido.
—Soy un cyborg. Escucho todo, princesa —Truth la
miró. Sus ojos brillaron— ¿Quieres un informe
completo? Los tres están en su habitación —No esperó su
respuesta—. Claude se está criando con Valentin. Valentin
se está criando con Marthe. Marthe chupa los dedos de
Claude. Le está diciendo que deseaba que fuera otra parte
de él. Valentin es...
—He escuchado suficiente —Los veía como los padres que
siempre quiso tener, y se necesitarían rotaciones
planetarias para purgar esa imagen de su mente—. Si
alguien se acerca, nos detenemos.
—Y si nadie se acerca, no nos detenemos —La sonrisa del
cyborg fue absolutamente malvada.
Luchó por comprender cómo había creído que la Alianza
Humanoide mentía durante tanto tiempo, pensando que los
de su clase eran máquinas de matar sin emociones. Deseo
y necesidad irradiados de Truth.
La llamó, alimentó su deseo, cerrando los pensamientos de
cualquier otra cosa que no fueran él y ella.
—No nos detenemos —Cubrió sus labios sonrientes con
los de ella, saboreando su pasión.
En este momento, sería egoísta, libre, se consideraría solo
a sí misma. Su lengua rozó la de ella y se estremeció,
sintiendo ese ligero toque hasta los dedos de sus pies
calzados en pantuflas. Exploraron, jugaron, acariciaron.
Una sensación de burbujeo se apoderó de ella. La
conexión entre ellos se fortaleció.
La rectitud se apoderó de ella, la profunda convicción de
que estaba donde debería estar, donde pertenecía. Ella tiró
de su armadura corporal, buscando más de su piel.
Sin romper el beso, tiró de las piezas protectoras de su
cuerpo, empujándola mientras trabajaba. Se desnudó más
rápido de lo que su mirada podía seguir, sus brazos se
volvieron borrosos.
Se revelaron pectorales definidos, bíceps abultados,
abdominales que parecían haber sido tallados sin piedad
en piedra gris. No había una pizca de exceso de carne en
él. Ninguna cicatriz estropeó su forma.
Aplastó sus manos contra su pecho. Sus músculos se
ondularon bajo sus palmas. Su cyborg la deseaba,
deseaba esto tanto como ella. La prueba estaba en esa
respuesta y en la dura y gruesa longitud de él presionando
contra ella.
Le levantó la falda, le quitó la tela entre ellos y la acercó
más a él. Los labios de su vagina chocaron contra su
implacable carne. El placer fluyó sobre ella y ella gimió en
su boca, ese sonido decididamente poco parecido a una
princesa. Truth retumbó, extendió sus dedos sobre la parte
baja de su espalda.
Estaban haciendo esto. Apartó los rastros de desconfianza
y se meció contra él, aplicando presión a su clítoris y luego
quitándolo, marcando a su cyborg con su humedad, su
olor. Pulsó en su boca con su lengua, igualando su ritmo.
Se sintió bien. Se sintió más que bien. Curvó sus dedos
sobre sus hombros, se levantó más alto, follándolo sin
entrar. Su trasero golpeó contra sus muslos. No se rindió
en él en ninguna parte. Era piel, músculo, carne, sobre un
cuerpo inflexible.
Truth era un cyborg y un ser inteligente. Nunca se
aventuraría a Royaume. Los seres de su planeta veían a
los de su especie como enemigos.
Nadie sabría jamás lo que hizo con él. Podía intentar
cualquier cosa, pedir todo lo que deseara, ser su verdadero
yo con el guerrero. Era una oportunidad única en la vida y
no la desperdiciaría.
—Recuéstame sobre la consola —Quería que la tomara,
que fuera el macho dominante que era—. Y fóllame
duro. Úsame como un guerrero usaría a una mujer normal.
—No eres una mujer normal, hermosa —La levantó sobre
la superficie plana.
Inclinó la cabeza hacia atrás, vio estrellas brillando sobre
una tela negra que lo cubría.
—No quiero ser una princesa. No quiero ser reverenciada,
respetada —Su mirada volvió a su hermoso rostro—.
Deseo ser deseada.
—Eres deseada, princesa —Le pasó las manos por el
cuello, los pechos y el estómago —Por eso no eres una
mujer normal —Su cyborg le subió las faldas—. Te quiero,
te necesito, te tendré. Una y otra vez.
El aire frío barrió sus piernas desnudas y sus caderas. La
mitad inferior de su cuerpo quedó expuesta. Cualquiera
que entrara al puente vería esa parte de ella.
Se estremeció.
Los ojos de Truth brillaron.
—Eres mía —Tomó su pubis y ella jadeó.
Su agarre en esa parte de ella fue tremendamente
posesivo. El macho la reclamaba como suya, y era todo lo
que había soñado en secreto.
—Y siempre serás mía —Sus ojos brillaban con energía—.
No te usaré como un guerrero usaría a una mujer normal
—Hundió dos de sus dedos en su coño, ese sabor de
plenitud intensificó su deseo—. Criaré contigo como un
cyborg se reproduce con su hembra —Su cyborg se inclinó
sobre ella—. Eres mi pareja genética, Nancy, el ser con el
que fui fabricado para unirme, para tocar. No hay nada
normal en ti.
Al mirarlo a los ojos, casi se lo creyó: que era especial
porque era suya, que estarían juntos para siempre. Quería
que eso fuera verdad.
Pero conocía su papel y conocía su futuro. Era una
princesa de Royaume, y eventualmente sería emparejada
con un líder que podría asegurar el lugar de su planeta en
el universo. Se vería obligada a forjar una alianza sin amor
con un extraño.
Ese era su futuro. No era su presente.
En ese momento, podría pertenecer a su cyborg, al
guerrero que había bloqueado los proyectiles destinados a
ella, absorbiendo ese dolor sin protestar, con una sonrisa
en el rostro.
Similar a la sonrisa que lucía ahora
—Soy tuya —Levantó las caderas, tomando sus dedos
más profundamente—. Cría conmigo, cyborg —Usó sus
palabras para el acto, buscando tentarlo, empujarlo a
ambos más allá del punto sin retorno.
Para volverlo tan loco como hacía con ella.
Capítulo 7

La criatura más hermosa del universo estaba colocada en


la consola de la nave, semidesnuda, exigiendo que Truth
se cruzara con ella.
Agujero de fraggin. Amaba su esperanza de vida. Su
sonrisa se ensanchó mientras bombeaba sus dedos dentro
y fuera del coño caliente y húmedo de su hembra.
—Criaré contigo, princesa —La reclamaría y nunca la
dejaría ir.
Su olor provocó sus fosas nasales. La respiró. Olía como…
para siempre, como el destino, como la aventura. Su mera
fragancia lo puso duro.
Verla amenazaba con apagar sus sistemas.
Mientras él follaba su coño, ella jadeó, separando sus
exuberantes labios. Su piel brillaba. Algo del pigmento rosa
de su cabello había caído sobre la consola, enmarcando su
hermoso rostro con color. Las estrellas brillaban en la
pantalla principal sobre ella.
Era un deleite sensorial y se deleitaba con ella. Capturó
sus labios, saboreando su deseo. Sus nanocibóticos
fluyeron hacia su boca, burbujeando, burbujeando,
mezclándose con ella.
Se transferirían muchos más nanocibóticos durante la
cría. La curarían si alguna vez resultaba herida,
prolongarían su vida natural hasta la eternidad.
Y cada cyborg sabría que era suya. Nunca procesó que
sería posesivo con otro ser… hasta que conoció a su
princesa. Era suya.
Mataría a cualquier ser que la tocara, y lo haría con una
sonrisa en el rostro.
Giró la cabeza hacia un lado, rompiendo el beso.
—Dije que criaras conmigo, cyborg —Su tono autoritario
casi hizo que se corriera—. Con tu polla, no con tus dedos.
—¿Una hembra normal exigiría que criara con ella, Nancy?
—Se burló de ella, toda su forma temblando con la fuerza
de su alegría—. Eso sonó como un decreto real saliendo
de tu dulce boca.
Su hembra era una princesa hasta las uñas cubiertas de
pigmento rosa y eso le encantaba de ella. Ella siempre
agregaría la emoción que tanto necesitaba a las rotaciones
de su planeta.
—No soy normal, como me explicaste —Le rodeó la cintura
con las piernas y lo atrajo hacia ella. Su hembra no fue una
participante pasiva en su arrebato—. Y afirmaste que me
servías. Haz eso jodiéndome.
—Has aprendido a pedir lo que quieres —Bromeó mientras
alineaba su punta con su entrada, su carne chocando
contra la de ella—. Esto no tomó mucho tiempo.
—Te está tomando mucho tiempo darme lo que quiero —
Lo fulminó con la mirada, su indignación entretenía a
Truth—. Deja de reír y empieza a follar.
Estrellas. Su hembra era un tesoro.
—Puedo reír y follar al mismo tiempo —Truth se apoderó
de sus caderas, manteniéndola en su lugar—. Soy un
cyborg —Empujó. Duro.
La presión cálida surgió a lo largo de su eje, el agarre de su
hembra sobre él exquisito, correcto, destinado. Su base
golpeó contra los labios de su vagina. Ella jadeó. Gimió,
sus procesadores esforzándose por absorber el puro placer
de estar dentro de su princesa.
La alegría ilimitada que se apoderó de él no debería haber
sido una sorpresa. Otros cyborgs habían encontrado a sus
hembras, le habían transmitido la maravilla de la cría. Truth
debería haber previsto qué esperar.
No estaba preparado.
En absoluto.
No había nada equivalente al acto en sus bases de
datos. No había palabras para describirlo adecuadamente.
La cría con su hembra era mejor que la batalla,
provocando caos, risas y rebelión combinadas. Estaba en
una categoría de diversión completamente nueva.
Una que Truth compartiría solo con su mujer.
Incapaz de permanecer quieto, se retiró a la punta y
empujó, se retiró a la punta y empujó. Su ritmo era
rápido. Su ritmo era rebelde.
Una locura fluyó a través de él, su control diezmado por el
control erótico que ella tenía sobre él, y Truth sintió que
había más emoción flotando cerca de ellos, colocado justo
fuera de su alcance. Deseoso de experimentarlo, se lanzó
a su crianza con todo el entusiasmo que tenía en su forma.
El fervor de su princesa coincidía con el suyo.
—Sí. Sí —Se elevaba en cada impulso hacia adelante.
—Más —Le clavó las uñas en la piel mientras le ordenaba
que la follara con más fuerza—. Dame más.
Se rió mientras se esforzaba por satisfacer sus demandas,
golpeando su real coño, empujando sus suaves manos,
saboreando el dolor, sintiéndose muy vivo y
maravillosamente libre. La presión se formó en la base de
su columna vertebral simulada. Sus bolas estaban a punto
de explotar.
Truth no era conocido por su moderación y ahora tenía
muy poco de ella, pero estaba decidido a no venirse
solo. Se aseguraría de que su hembra lo acompañara. No
se separarían, ni siquiera de esta manera.
Su princesa estaba cerca. El oro que rodeaba sus iris
marrones se iluminó. Gotas de sudor sobre su piel
morena. Las paredes de su coño se contraían cada vez
más a su alrededor.
—Necesito... necesito... —Arqueó la espalda, sus
pequeños pechos confinados por la prenda que vestía
parcialmente.
—Dime lo que necesitas, princesa —Era su guerrero.
Podía expresar todos sus requisitos, todas sus esperanzas
y sus miedos mientras estaba con él. No había necesidad
de ser la princesa cuando estaban solas. No tuvo que filtrar
su procesamiento, para guardar lo que tenía que decir.
Escucharía y aprendería a hacerla feliz. Su larga vida
estaría llena de risas... y crianza... y, si tenía suerte, más
aventuras.
—Mi clítoris —Su hembra se aferró a sus hombros
mientras la empujaba—. Frotarlo. Tócalo.
Deslizó sus manos entre ellos, encontró ese punto delicado
en ella.
—Eres mía, hermosa —La llenó con su polla dura,
penetrándola hasta su base—. Satisfaceré cualquier
necesidad que tengas —Pasó las yemas de los dedos
sobre su clítoris.
Sus ojos se agrandaron. Sus labios se separaron. Cubrió
su boca con la suya, sofocando sus gritos. Se arrojó hacia
arriba. Capturó su forma, golpeándola hacia abajo. Su
trasero golpeó la consola. Sus paredes internas apretaron
su eje.
Aulló en su boca y se corrió con tanta fuerza que sus
sistemas auditivo y visual se apagaron. Todo lo que pudo
hacer fue sentir, la felicidad se apoderó de él mientras el
semen salía de su punta.
Su hembra giraba debajo de él, rastrillando sus bonitas
uñas sobre su pecho, dejando rastros de dolor tentador a
través de sus pectorales, el dolor acentuando su
placer. Llenó su coño con semen infundido con
nanocibóticos, transmitiendo su éxtasis a su forma más
pequeña, reclamándola como suya.
Estarían unidos hasta el final de su existencia, el vínculo
entre ellos se fortaleció. Sintió a su hembra en cada parte
de él, en sus partes orgánicos y en sus partes mecánicos.
Ella dejó de moverse, su forma se aquietó. El placer se
niveló, se volvió manejable. Sus sistemas se reiniciaron. Su
suave jadeo rompió el silencio. Su hermoso rostro se
enfocó.
Se apoyó sobre ella, mirándola. Sus mejillas estaban tan
rosadas como su cabello. Sus ojos estaban muy abiertos,
el oro que bordeaba sus iris brillaba como la estrella más
brillante. Tenía la boca ligeramente abierta.
Su princesa parecía tan aturdida como se sentía él.
—¿Estás dañada, mi mujer? —Había perdido el control, no
había moderado su crianza y era muy pequeña, frágil,
humana.
—He utilizado herramientas de mierda en el pasado —Su
mujer susurró esa confesión—. Esas experiencias no se
parecieron a lo que hicimos nosotros. Estoy... burbujeando.
Por todas partes.
La había complacido.
Las preocupaciones de Truth se disiparon. Sonrió,
volviendo su júbilo.
—Esos son mis nanocibóticos. Te están reparando.
—No hay necesidad de repararme —Se movió ligeramente
debajo de él—. No estoy herida.
La consola dura sería incómoda para su princesa. La rodeó
con los brazos y se dejó caer hacia atrás, sentándose con
un golpe en la silla del Capitán.
Ella aterrizó encima de él, sus cuerpos permanecieron
conectados. Su forma se puso rígida por un latido contra la
de él y luego se relajó. Suspiró, ese sonido contenía
satisfacción, y bajó la cabeza hacia su pecho, apoyando la
mejilla en su pectoral izquierdo.
Una vez que se hubo asentado en su contra, él respondió a
su comentario.
—El paso del tiempo daña a los humanos de formas casi
indetectables —Le acarició la espalda desnuda—. Mis
nanocibóticos están revirtiendo ese impacto. Puedes ser
dañada —Se aseguraría de que eso no sucediera—. Pero
no simplemente viviendo.
—¿Viviré para siempre? —Su voz femenina no mostraba
ningún entusiasmo por esa perspectiva.
—Nosotros podríamos vivir para siempre —Jugó con su
cabello.
Algunos zarcillos habían escapado de sus confines. Los
curvó alrededor de sus dedos. Las hebras eran
predominantemente marrones. Gran parte del pigmento
rosa se había transferido a la consola y a él.
—La hembra de Chuckles, una de mis hermanas, modifica
el color de su cabello —A esa mujer le gustaría su
princesa—. El pigmento que utiliza permanece en las
hebras hasta que decide cambiarlo.
—Es probable que no cambie el color de su cabello para
combinar con cada atuendo —Su mujer negó con la
cabeza. Ese movimiento liberó más de sus rizos. Cayeron
en cascada por su espalda—. Hace feliz a Marthe cuando
estoy combinada de pies a cabeza. Como la hace feliz
cuando me pongo una tiara —Extendió la mano hacia
arriba y tocó la decoración de su cabeza—. Y le da alegría
cuando estoy vestida como si estuviera conociendo a una
reina.
—Lo toleras porque amas a Marthe —Truth escuchó esa
emoción en la voz de su princesa, tenía envidia del ser que
la evocaba. Quería escuchar las palabras de amor humano
de ella, haría cualquier cosa para ganarse ese honor.
—La quiero mucho —Su mujer suspiró, su cálido aliento
acariciando su piel—. Como amo a Claude y Valentin.
Morirían por mí.
Iba a morir por ella. Truth acarició su cabello, su espalda
¿Se dio cuenta de eso?
—Eres de alto mantenimiento —Se burló de ella, habiendo
aprendido esa frase de la mujer de Chuckles.
—Por supuesto, soy de alto mantenimiento —Su mujer se
rió—. Soy una princesa.
Era su princesa. Se rió con ella.
—La Alianza Humanoide creía que pensaba solo en mi
cabello, mis joyas y mis vestidos —Lo miró. Su barbilla
estaba apoyada en su pecho—. Hablaban de sus planes
delante de mí, asumiendo que yo era demasiado superficial,
demasiado ensimismada, demasiado estúpida para
transmitir esa información.
Eran tontos. Cualquier ser con un byte de percepción podía
ver la inteligencia brillando en sus grandes ojos marrones.
—La Alianza Humanoide creía que éramos máquinas de
matar, tan desprovistas de procesamiento como una pistola
o una daga. No sospecharon que reuniríamos su
información y la utilizaríamos en su contra.
—Y ahora utilizarás esa información para ayudarme a
liberar a mi hermano, el príncipe, de su nave prisión —Su
princesa le sonrió.
Él parpadeó, aturdido por su belleza. Le tomó un par de
latidos procesar sus palabras.
—Estamos rescatando a tu hermano.
Su hembra era una fuerza formidable. Había sostenido sus
dagas y sus pistolas con confianza. Pero ella también era
una princesa, no tendría el entrenamiento dedicado que
podría tener un guerrero.
Su reina debe haber tenido seres más hábiles a los que
podría pedir para rescatar al príncipe.
—¿Por qué fuiste elegida para esa misión? —Levantó las
cejas.
El daño emocional parpadeó en los ojos de su mujer.
—Nadie, aparte de la reina, el rey o nosotros, debe saber
que se llevaron a mi hermano menor —Sus labios se
aplanaron. Y yo soy la repuesto del heredero. Soy
desechable.
La abrazó con más fuerza, trató de repararla.
—La Alianza Humanoide me utilizó como si yo también
fuera desechable —Forzó el humor en su voz—. Pero,
como ha pronosticado, no soy desechable. Soy un guerrero
único en su clase, tu guerrero.
Flexionó sus bíceps, haciendo bailar sus músculos. La
sonrisa de su mujer regresó, su propio sol asomando entre
las nubes, iluminando su corazón, su alma.
—Tampoco eres desechable, princesa —La besó en la
frente, saboreando la sal en su piel... y algo de brillo. Eres
mi mujer y he esperado muchas vidas humanas por ti. No
hay, y nunca habrá, otro ser como tú.
Lo miró por un momento.
Tembló los músculos. Su sonrisa se ensanchó.
Luego se rió, el sonido centelleó a su alrededor.
—Dices todas las cosas correctas, cyborg.
—Eres el único ser que cree eso —Sonrió—. Mis hermanos
afirman que con frecuencia digo las cosas incorrectas en
los momentos incorrectos.
Procedió a contarle sobre algunas de esas ocasiones. Se
apoyó contra él, escuchó, transmitió sus propias historias
de errores y palabras equivocadas y la confusión que creó.
Sus errores fueron menores porque su princesa fue
extremadamente cuidadosa. Sabía que arriesgaba la
seguridad de su planeta cuando se equivocaba. Eso fue
mencionado por ella en numerosas ocasiones.
Hablaron y se abrazaron, y criaron dos veces más. Se
estableció el rumbo de la nave. El sistema se puso en
control del vuelo. No ocurrió nada inesperado.
Antes de conocer a su mujer, Truth habría encontrado eso
aburrido. Se habría vuelto inquieto, habría fabricado algo
de excitación.
Encontrar a su princesa había vencido su aburrimiento. Le
proporcionó todas las emociones que necesitaba. El simple
hecho de tocar su piel desnuda era estimulante.
El turno se acercaba a su fin. Escuchó a los demás
preparándose para salir de sus habitaciones.
Truth quería que procesaran que su princesa le
pertenecía. En todas las formas. Era suya. Era de ella.
Pero su hembra quedaría emocionalmente dañada si no se
enterara de esa inminente interrupción. Si bien disfrutaba
del caos, nunca la dañaría de ninguna manera.
—Marthe, Claude y Valentin se están poniendo sus ropas
—murmuró eso contra su frente.
—Estrellas —Su princesa se disparó hacia arriba—. Debo
parecer un desastre —Extendió la mano hacia arriba para
tocar la decoración de su cabeza, su tiara. Estaba torcido—
¿Parezco un desastre? Sé sincero.
—Siempre soy sincero —Se demoró en responder a su
pregunta—. Soy un cyborg. No podemos mentir.
—Entonces siempre sé sincero con One —Había vuelto a
su papel, refiriéndose a sí misma como si fuera un ser
separado— ¿One se ve desarreglada? —Trató de
enderezarse la tiara. Eso provocó que más de su cabello
se deshiciera.
—Te ves un desastre —La agarró por las muñecas y le
apartó las manos de las hebras—. Repararé el daño —
Accedió a los archivos sobre peinados femeninos humanos
almacenados en las bases de datos de cyborg.
Luego se dedicó a arreglar la apariencia de su mujer. Él
enroscó su cabello en la parte superior de su cabeza,
exponiendo su nuca. Incapaz de resistir esa delicada
sección de piel, la besó y ella tembló. Aseguró mechón tras
mechón, intentó transferir algo del pigmento que se adhería
a sus palmas a los mechones, enderezó su tiara.
Su hembra se puso de pie y alisó vigorosamente sus
prendas con las palmas. Eso aplanó el 12.5869 por ciento
de las arrugas en la tela. Se puso los guantes para las
manos. El aire dentro del espacio circulaba, eliminando
algunos de los olores de cría.
Su mirada se encontró con la de él.
—¿Cómo se ve una?
Ella parecía completamente amada. Cualquier ser con un
sistema visual en pleno funcionamiento procesará lo que
ha estado haciendo.
—Te ves más regia —Esa era la verdad, ya que no podría
haber lucido menos regia de lo que parecía hace unos
momentos.
—Bien —Asintió con la cabeza, pareciendo complacida con
su respuesta—. Si te preguntan, el turno transcurrió sin
incidentes. La atención se centró en volar la nave.
—Soy un cyborg —Le recordó ese hecho—. No puedo
mentir.
—Sí. Una se olvidó de eso —Su princesa flotaba por el
espacio, agarrando sus manos cubiertas de tela. Entonces
no digas nada. Una…
Se abrieron las puertas. Claude fue el primero en
entrar. Miró a Nancy y luego fulminó con la mirada a
Truth. Bajó las manos a las pistolas enfundadas en sus
caderas.
Marthe fue la siguiente en entrar. Sus ojos se agrandaron.
—Oh mí dios —murmuró eso en voz baja.
Valentin la siguió. Sus labios se aplanaron de inmediato.
—Estamos listos para reanudar nuestras tareas, princesa.
—Sí —La voz de Marthe estaba aguda—. Venir. Prepararé
a la princesa para el ciclo de descanso.
—El cyborg permanecerá aquí —La mirada de Claude no
se había movido de él.
—El cyborg también requiere descanso —Su hembra no lo
miró. Sus mejillas estaban de un rojo brillante.
—Los cyborgs no necesitan descanso —Truth no huiría del
enfrentamiento—. No tenemos esa debilidad humana —dijo
eso como si fuera una broma, sonriendo mientras emitía el
comunicado. Fue un mensaje para los dos machos. Era un
guerrero fabricado, no sería fácil de derrotar. Ve con
Marthe, mi princesa. Hablaré con Claude y Valentin.
Su mujer hizo una pausa por un latido, luego levantó la
barbilla y salió del espacio.
Marthe miró a Claude, a Valentin y siguió a su princesa.
Las puertas se cerraron tras ellos.
—Tienes pigmento rosa y brillo en toda tu cara y cuerpo,
cyborg —Valentin se acercó a su silla—. Si no te
necesitáramos para este rescate, si la princesa no se viera
tan feliz, te degollaríamos y te arrojaríamos al espacio.
—Prueba eso, humano —Truth hizo crujir sus nudillos—.
Doy la bienvenida a la oportunidad de golpearlo en el piso
cubierto de tela —Las batallas simuladas tenían una alta
probabilidad de resolver agravios.
Y sería una batalla simulada.
—No podría terminar con sus vidas —Su tasa de
asesinatos no aumentaría—. Mi princesa los ama a los dos,
y matarlos le causaría daño. Yo nunca la dañaría. De
cualquier manera.
Claude juntó los dedos en puños.
—No podrías matarnos. Nosotros…
—No habrá peleas. Ahora —Valentin eliminó esa deliciosa
posibilidad. —Lo necesitamos —Habló con el guardia.
Claude se quejó de que no necesitaba a nadie y de que los
seres podían ser reemplazados. El macho podía tener
muchos ciclos solares, pero seguía siendo un
guerrero. Quería pelear.
Valentin también quería pelear. La mirada de ese hombre
volvió a Truth. Sus armas preferidas parecían ser las
palabras.
—Vas a dañarla, como lo llamas —Sus labios formaban
una lúgubre línea blanca—. Nuestra princesa tiene un alma
amable y leal. Le dolerá cuando te separes.
—Nunca nos separaremos —Truth no era un ser humano
inconstante. Era un cyborg—. Nuestro vínculo es de por
vida en mi especie.
—Te separarás —El tono de Valentin contenía
exasperación... y un matiz de tristeza—. La reina insistirá
en eso. La mujer con la que te has unido es una
princesa. Las princesas no se unen con mercenarios o
guerreros. Se unen con los gobernantes de planetas, de
reinos.
La reina insistiría en que se separaran.
—¿Y qué hay de los deseos de mi mujer?
Valentin apartó la mirada de la suya.
—Sus deseos, desafortunadamente, no son un factor. Es
una princesa. Su papel es hacer lo mejor para Royaume, y
una alianza fuerte mantendrá el planeta y sus seres a salvo.
Dijo eso como si negara que era un ser vivo que respiraba,
con deseos y necesidades propios. Se esperaba que
sacrificara todo por los demás, sin quedarse con nada para
ella.
Truth sabía sobre el sacrificio, pero rechazó esa noción.
—Si no tiene otra opción en su futuro, es una esclava —La
ayudaría a liberarse, le mostraría que podía servir a los
seres que cuidaba y también encontrar alegría—. Y si no te
preocupas por su felicidad, no la estás protegiendo. Estás
protegiendo su jaula, asegurándote de que no se escape.
—Protegemos a nuestra princesa —Los ojos de Claude
ardieron de ira—. Está viva, ¿no es así?
—Protegen a su princesa.
Truth se mantuvo, todo su humor se evaporó bajo el calor
de su indignación. Su mujer amaba a Valentin, Claude y
Marthe, y parecían preocuparse solo por el papel que ella
representaba.
—La mera supervivencia no es vivir —Simplemente había
sobrevivido cuando estaba bajo el control de la Alianza
Humanoide. La única alegría que había experimentado
había sido en el campo de batalla, donde tenía la ilusión de
la libertad—. Quiero más que eso para Nancy. Puede servir
a Royaume y servirse a sí misma —Sirvió a sus hermanos
y se sirvió a sí mismo. Las lealtades duales eran
posibles —Me aseguraré de que encuentre alegría, y si te
interpones en el camino de esa misión, te destruiré.
Salió del puente.
Si se quedaba, mataría a los seres.
Y eso dañaría a su hembra.
Capítulo 8

Nancy evitó todas las discusiones sobre su relación con


Truth durante tres rotaciones planetarias.
Marthe, Valentin y Claude se refirieron indirectamente a él,
haciendo comentarios sobre cómo su cyborg la miraba con
falta de respeto, cómo pasar un turno completo a solas con
él en cada rotación de planeta no se hizo, cómo deberían
concentrarse en la misión y no en otros. cosas.
No abordaron su relación con Truth directamente, y eso le
permitió seguir viviendo por sí misma. Se folló a su cyborg
varias veces en una rotación planetaria. Hablaron de... todo.
Ella trabajo en un plan para liberar a su hermano. Esa era
una prioridad para ella. Su guerrero compartió detalles de
misiones que habían tenido éxito en el pasado, prometió
obtener la información, los recursos y los elementos que
necesitaba para que su misión fuera un éxito.
Cada rotación planetaria terminaba con ella en sus
brazos. Truth la abrazó mientras dormía, permaneció con
ella cuando despertó. El sueño no era un requisito para su
macho.
Nancy estaba más feliz que nunca, se había reído más de
lo que podía recordar, se sentía tan normal como se puede
sentir una princesa que emprende una misión peligrosa.
Su aterrizaje en Altair Alpha transcurrió sin incidentes. A
juzgar por la cantidad de naves colocadas a su alrededor,
los gobernantes del planeta estaban acostumbrados a los
seres que iban y venían.
—Quédate aquí —Truth juntó las manos enguantadas y la
miró. Llevaba las únicas prendas que tenía: su chaleco
antibalas negro y sus grandes botas. Cada funda y
pistolera incorporada en ese equipo de protección estaba
llena de armas—. Claude, Valentin y Marthe te protegerán.
Examinaré el terreno, me aseguraré de que sea seguro
para ti salir de la nave.
—Sea cauteloso —La idea de que él posiblemente nunca
regresara la atormentaba.
—Ser cauteloso no es divertido —Se inclinó hacia adelante
y presionó sus sonrientes labios contra su frente.
Las pestañas de Nancy se agitaron. Ella reprimió el salvaje
impulso de ponerse las puntas de sus botas y besarlo
correctamente.
Su séquito los estaba mirando. Marthe, Valentin y Claude
presenciaron cómo su mercenario cyborg abrazó a su
princesa.
—Comportarse —Truth se río, sin parecer preocupado en
absoluto por su audiencia.
Se volvió y salió corriendo de la nave, cerrando las puertas
detrás de él.
Un incómodo silencio cayó en el espacio.
Nancy respiró hondo y miró a Claude, Marthe y
Valentin. Sus expresiones estaban enfurecidas,
preocupadas, ofendidas.
—Una es consciente de que no hay futuro con el cyborg —
La perspectiva de separarse permanentemente de Truth le
dolía.
Estrellas. Se había ido por unos segundos y ella ya lo
extrañaba.
Un futuro sin él era desolador.
Pero ese sería su destino. Había poco que pudiera hacer
para evitarlo que fuera honorable.
—Una es una princesa, se espera que forje una alianza
con otro reino. El destino de One está establecido y no se
puede cambiar eso.
Valentin intercambió una mirada con Claude.
—¿Ese futuro no agrada a Su Alteza Real?
—Una se resigna a ese futuro —No le gustó. En absoluto.
—Mantener a Royaume a salvo debería ser nuestra
prioridad. Pero una desea un breve estallido de alegría
antes de hacer ese sacrificio.
—Sacrificio —Claude repitió esa palabra.
—A la princesa le encantaría que la eligieran —Marthe, la
eterna optimista, presentó esa improbable posibilidad.
—¿Como la reina ama al rey? —Nancy esbozó una
sonrisa. Sus padres se odiaban intensamente, hablaban
solo cuando era necesario, y les resultaba difícil compartir
una habitación—. Antes de que una aterrizara en Nereid
Negative One, una no se sentía atraído por ningún ser —
No se había sentido lo suficientemente atraída como para
arriesgar su papel—. Una no espera amar al gobernante
con el que la reina le ordena alinearse. Una tendrá una
pareja similar a la de sus padres: sin pasión, sin importarle.
Marthe hizo un sonido de dolor.
El rostro de Claude se ensombreció.
Valentin, normalmente el tranquilo y sereno, parecía
afectado por esa cruda realidad.
—Princesa…
—Una cumplirá con su deber —No quería escuchar esa
conferencia una vez más—. Una desea probar la felicidad,
el deseo, el cariño, antes de que eso suceda —Nancy se
encontró con la mirada de Valentin directamente—. One
anhela experimentar por algunas rotaciones planetarias lo
que vosotros tres disfrutan. ¿Es tan difícil de entender?
Los tres se miraron el uno al otro, comunicándose sin
palabras como lo hacían los seres en relaciones amorosas
a largo plazo.
Nancy contuvo su envidia. Tendría momentos con su
cyborg, tenía que contentarse con eso. Era más de lo que
esperaba disfrutar con nadie.
—Sé feliz, princesa —Marthe tomó sus manos cubiertas de
tela—. Enfrentaremos el futuro con Su Alteza Real cuando
llegue.
Claude gruñó y asintió.
—Ese futuro no está establecido —La columna vertebral de
Valentin se enderezó—. Hay opciones.
—El futuro está fijado para one —Nancy levantó la
barbilla—. Ser princesa es un gran honor —Recitó la frase
que la reina y otros le habían inculcado.
No se sintió de esa manera. Sin embargo, ese era su papel,
su destino. No renunciaría.
Royaumes confiaba en ella.
—Esta rotación planetaria, soy simplemente una mujer.
Era una princesa disfrazada. Marthe la había vestido con
su capa negra con capucha, su túnica de cuero negro,
calzones y botas.
—Yo —Valentin notó el cambio en su discurso.
—Si yo —Su sonrisa se volvió genuina—. Cuando el
cyborg regrese, arreglaremos las modificaciones a nuestra
nave. Completaremos esa parte de la tarea.
Nancy no había olvidado la razón por la que aterrizaron en
Altair Alpha. No fue una visita puramente placentera.
—El resto de la rotación del planeta nos pertenecerá —
Casi saltó de alegría—. No se hablará del deber, no se
adherirá al protocolo, no se pondrá una fachada
real. Compraremos baratijas, comeremos golosinas,
veremos los lugares de interés y haremos cualquier otra
cosa que nos apetezca hacer.
Sería libre, viviría meramente para ella misma... por una
rotación planetaria.
—No hay muchos lugares para ver —Truth atravesó las
puertas.
Sus manos estaban desprovistas de armas. Su armadura
corporal estaba intacta. Su cyborg se movía suavemente,
parecía tranquilizadoramente sano e ileso.
—Has regresado —Nancy se relajó y bajó los hombros.
—He regresado... triunfalmente —Le guiñó un ojo—. Ya he
arreglado las modificaciones a la nave —Su cyborg agarró
sus manos enguantadas, parecía necesitar ese contacto
físico tanto como ella—. Estarán terminados para la puesta
del sol.
—Esa tarea está hecha —Sonrió. Ahora eran libres de
disfrutar de la rotación del planeta.
—El asentamiento está... inestable en este momento,
princesa —Truth le apretó las manos—. Durante mi visita
anterior aquí, podría haber liberado a algunos esclavos —
El brillo en sus ojos le dijo que había liberado a más de
uno—. Han derrocado a sus amos y los lugareños están
incómodos con ese cambio. Será más seguro para ti si
permanecemos juntos.
—Es más seguro si nos quedamos en la nave —refunfuñó
Claude.
Nancy no se quedaría dentro de la nave. Siguió a su
cyborg a través de las puertas, por la rampa. El olor a
humo, alimento y líquido de motor se aferraba al aire. Los
bots ya estaban quitando los detalles dorados de su
nave. Rodaron rápidamente alrededor del grupo, pitando y
haciendo clic.
Truth sonó y respondió a ellos.
Respondieron con más charla de bots.
Se rió.
—Les pregunté si necesitaban mi ayuda. Me dijeron que
retrasaría su progreso —Compartió la conversación con
ella—. Según ellos, mi diseño no es óptimo.
Le sonrió, encantada por el intercambio.
—Me gusta tu diseño.
—Me alegro de que te guste —Su cyborg bajó la voz
sugestivamente—. Planeo mostrarte más de mi diseño
cuando regresemos a nuestra nave.
Follarían cuando volvieran. Sus dedos de los pies se
curvaron en sus botas.
Entraron en el asentamiento, atravesando enormes puertas.
—La mayoría de los asentamientos en Royaume también
están fortificados —Esas barreras se habían ralentizado,
pero no habían detenido la ocupación de la Alianza
Humanoide—. Solo los muros que rodean el palacio son
tan altos como estos.
Miró a su alrededor con interés.
Las cabezas se volvieron hacia ellos. Nancy, acostumbrada
a la atención, instintivamente se puso los guantes, fijó una
serena sonrisa en su rostro.
Esa reacción fue innecesaria. Las miradas de los lugareños
rozaron su rostro, su forma, aterrizó sólidamente en el
cyborg a su lado. Lo miraron con recelo.
Era un guerrero, un ser temible.
Ella, por el contrario, no era nadie para ellos. Eso fue
desconcertante, diferente, liberador.
—Soy una mujer normal aquí.
—Eres una mujer normal para ellos —Truth apoyó la mano
libre en la empuñadura de una daga, y el Palavian de
cuatro brazos que lo miraba inmediatamente bajó la
mirada—. Nunca serás una mujer normal para mí.
—Tengo las mejores hachas de batalla en Altair Alpha —
Un fabricante le tendió una muestra de sus productos.
Su cyborg lo despidió, inclinó la cabeza para murmurar en
el oído de Nancy.
—Si alguien te toca, le quito las manos.
Tembló, excitada por esa amenaza.
—No quiero que nadie más me toque.
Una mujer humana escasamente vestida distribuyó
recipientes de lo que parecía ser una bebida fermentada a
seres sentados en sillas a la sombra. Esos seres vestían
tejidos finos, colores vivos, lucían joyas en el cuello, brazos,
tobillos. Guerreros fuertemente armados estaban a su lado.
Ella miró a Truth.
—Los seres de alto crédito son objetivos —Su cyborg
respondió a su pregunta antes de que pudiera hacerla—.
Sus esclavos ahora son libres y muchos de ellos no fueron
bien tratados. Buscan venganza.
Un niño la rozó.
Truth agarró su muñeca, deteniendo al niño.
—Devolvérsela.
—No tengo nada… —El niño lo miró y sus protestas
terminaron—. Aquí —Le tendió una de sus dagas—. No
quise quitárselo a la dama.
Los pies del niño estaban descalzos. Sus ropas estaban
sucias y andrajosas. Y era flaco, demasiado flaco.
—Quédate con el arma —El chico lo necesitaba más que
ella—. Cámbielo por algo de alimento.
Truth no lo liberó. Puede que necesites la daga. Ningún
planeta es 100.0000 por ciento seguro.
—Tú me protegerás —Sonrió, segura de que haría eso—.
Y tengo otras dagas. El niño necesita comer.
La cabeza de su cyborg se inclinó.
—Te protegeré —Entrecerró los ojos hacia el chico, su
guerrero rara vez serio extrañamente severo—. El próximo
ser que nos robe no será tan afortunado como tú, pequeño
humano. Transmita esa advertencia a sus hermanos.
—Sí, señor —El niño se soltó de su agarre y corrió hacia
adelante, desapareciendo entre la multitud.
—Cambiará esa historia por alimento —La risa de Truth
regresó—. Tienes un alma amable, mi mujer —La abrazó a
su lado.
La reina había visto su simpatía por los demás como una
falta. «Se aprovechan de los seres bondadosos», le había
dicho a menudo el gobernante. La reina había intentado
sacarle esa característica a su hija.
No tuvo éxito.
Nancy no podía mirar a los seres con la frialdad que
debería tener una princesa.
—El niño probablemente nació en su estación, como yo
nací en la mía. No tiene más remedio que robar.
—Tiene opciones... como tú —Truth sonaba seguro sobre
eso—. Nuestro destino solo está establecido si permitimos
que sea así.
Caminaron. Los clientes regateaban con los comerciantes.
Los seres cocinaron diversas carnes y plantas.
—Se necesitan fabricantes de contenedores —Una mujer
gritó esa solicitud a la multitud—. Estamos dispuestos a
entrenar seres.
Un enorme macho azul con una marca en el pecho se
detuvo en esa estructura.
—Siempre quise fabricar contenedores, pero es posible
que no tenga la habilidad para hacerlo.
—Puede que no tengas la habilidad de hacerlo —La mujer
asintió—. Pero no lo sabrás hasta que lo pruebes —Le
indicó que entrara en la estructura.
—La marca transmite que era un esclavo —Truth
compartió esa información con Nancy—. Una vez no tuvo
elección sobre las tareas que completó. Ahora, con el
entrenamiento y el esfuerzo adecuados, puede ser lo que
quiera.
No tuvo la misma oportunidad.
—Nací para servir a Royaume.
—Hay muchas formas de servir a Royaume —Inclinó la
cabeza y le besó la punta de la nariz. Parpadeó,
sorprendida por esa muestra de afecto—. Ven. Prueba esta
fruta —La arrastró hacia el puesto de un comerciante—.
Me encanta.
Afirmó amar muchas cosas, incluida ella misma. Lo siguió,
desconcertada, arrastrada por su entusiasmo.
Mordisquearon golosinas, bebieron bebidas fermentadas y
examinaron los productos ofrecidos a la venta. De vez en
cuando, Truth la dejaba con Marthe, Claude y Valentin, y
hablaba con seres.
Su sonrisa desaparecía de su hermoso rostro durante esas
discusiones. A veces, esos seres regresaban transportando
dispositivos que él colocaba en un paquete que habían
comprado.
Nancy escuchó fragmentos de las conversaciones. Las
palabras incluían Alianza Humanoide, prisión, alta
seguridad, sistemas. Sospechaba que estaba reuniendo
suministros e información para el rescate de su
hermano. Estaba trabajando para cumplir las muchas
promesas que le había hecho. Valoraba eso.
Cuando se encontró con otro ser de aspecto rudo, ella
clasificó una variedad de collares, adornos para el cuello,
como los llamaban los lugareños, que se exhibían en el
puesto de un comerciante.
Las piedras simuladas captaron la luz, atrayendo su
mirada. Y el comerciante pareció amable. Observó a Nancy
con una sonrisa en su rostro manchado.
—Esto te conviene —Nancy levantó un collar para que
Marthe lo inspeccionara—. La piedra rosa en el centro te
representa —Ese era el color favorito de la mujer—. La
piedra marrón representa a Claude. La piedra violeta
representa a Valentin.
—El estilo le quedará precioso a tu madre —El comerciante
asintió—. Y si lo desea, podría agregar una piedra clara
más pequeña, colgarla de la piedra central para
representarla.
Los ojos de Marthe se agrandaron.
—No soy ella…
—A mi madre le encantaría —Nancy abrazó a Marthe. La
hembra mayor se puso rígida. Abrazar a la doncella real de
One no se hacia. Nancy sonrió— ¿Deberíamos volver por
él?
—Solo tomará un momento agregar la piedra, señorita —El
comerciante se hizo a un lado con el collar y una
herramienta de mano. Trabajó rápido, no debe haber
querido perder la venta.
—Cree que soy tu madre, princesa —Las palabras
susurradas por Marthe estaban teñidas de pánico.
—Tú eres mi madre... la rotación de este planeta —Nancy
daría vida a todas sus fantasías—. Y Claude y Valentin son
mis padres. Siempre he pensado en ti de esa manera y
aquí nadie sabe que eso no es verdad.
—Princesa —Marthe no dijo más. Sus ojos brillaban con
lágrimas.
—Soy una mujer normal en este planeta —Nancy volvió a
abrazarla y, esta vez, Marthe le devolvió el abrazo—.
Tengo padres a quienes amo y un guerrero al que le gusta
pasar tiempo conmigo, y no tengo mayores preocupaciones
que, qué golosinas comer y qué bufandas comprar —
Sonrió—. Puedo ser feliz.
Ciclos solares a partir de ahora, cuando estuviera de pie
junto a un hombre al que no le gustaba y todo parecía
oscuro y solitario, podía mirar hacia atrás en este momento,
en la corta duración que sintió alegría. Ese recuerdo podría
darle la fuerza para continuar, para desempeñar el papel
para el que nació.
—Nunca supimos que no eras feliz, princesa —Marthe la
miró con preocupación.
—¿Qué habrías hecho si lo hubieras sabido? —Nancy
fingió interés en los otros collares—. No habrías hecho
nada porque no hay nada que puedas hacer. Mi papel es
fijo, y compartir mi descontento contigo solo te habría
hecho infeliz a ti también —Eso no habría sido justo para
ella—. Y soy afortunada —Todos le dijeron eso, así que
debe ser cierto—. Ese pequeño ladrón que encontramos
antes en esta rotación planetaria cambiaría de lugar
conmigo en un abrir y cerrar de ojos.
—Afortunada no es lo mismo que feliz —Su respuesta no
había aliviado la preocupación de la mujer.
El comerciante regresó y Nancy se salvó de responder. Ella
transfirió los créditos y aceptó el collar modificado.
—Deberías ponerte esto de inmediato, madre —Pasó la
mano por el cuello de Marthe y se lo abrochó—. Va con tu
atuendo.
—Lo usaré siempre —La hembra tocó la piedra
transparente que colgaba. Eres demasiado generosa,
princesa.
—No soy lo suficientemente generosa —La voz de Nancy
se volvió ronca por la emoción.
—Creo que es dulce cómo tu madre te llama princesa —El
comerciante juntó las manos—. Yo también tengo dos hijas
y son mis princesas también. Yo haría cualquier cosa por
ellos.
—Mi madre moriría por mí —Nancy sonrió—. Se merece
mil decoraciones para el cuello.
—Sabes dónde está mi puesto si necesitas más —El
comerciante se rió.
Truth chocó contra Nancy, desviando su atención hacia él.
—Tienes que probar esto. Me encanta.
Su cyborg le entregó lo que parecía ser vegetación asada
en un palo a Nancy. Le dio otra brocheta a Marthe y se
guardó una para él.
Claude y Valentin ya estaban mordisqueando sus golosinas.
Marthe apretó la mano de Nancy y se reunió con sus
machos. Tocó su collar cada par de latidos, como para
asegurarse de que estaba allí.
A ella le debe haber gustado.
Satisfecha con esa compra, Nancy miró a Truth.
—¿Qué debemos hacer a continuación?
Echó un vistazo al horizonte. El sol descendía sobre él,
pintando el cielo de brillantes tonos naranjas y rojos.
—Nuestra nave estará listo pronto —Su mirada se encontró
con la de ella. La picardía brillaba en las profundidades de
sus ojos—. Hay una sección del mercado dedicada a las
criaturas. Mi hermano Dissent desearía que los liberaran de
sus jaulas.
Le tendió la mano. Era un llamado a la aventura que no
podía rechazar.
Le agarró los dedos.
—Entonces deberíamos liberarlos.
—Los liberaremos —Truth corría con ella.
Los dos se rieron como si fueran niños traviesos.
La alegría burbujeó dentro de Nancy. Se sentía tan libre
como pronto lo serían las criaturas.

***

Momentos después, cuando regresaron a la nave, estaba


cubierta con jugo de la vegetación en un palo, una pluma
se le clavó detrás de la oreja izquierda y estaba
completamente despeinada.
Marthe se habría horrorizado si no estuviera ocupada de
otra manera. Sus dos machos insistieron en cargarla,
formando asiento con sus dedos entrelazados.
—Pareces una reina, madre —Nancy se burló de ella.
—No deberías llamarme así —Marthe rió como una niña—.
No está hecho.
—Te llamaré así hasta que regresemos a Royaume —
Nancy no quería que la fantasía terminara—. Yo…
Gritó cuando Truth la tomó en sus brazos.
—Te llamaré mía para siempre, hermosa —Hizo una pausa
por un momento, miró la nave—. Estamos volando un
carguero de la Alianza Humanoide ahora.
Se habían eliminado los adornos y los emblemas
dorados. Se habían agregado las marcas de la Alianza
Humanoide. la nave estaba deprimentemente oscuro y
sombrío.
Truth transmitió una serie de pitidos y clics a los bots. Ellos
le respondieron y se alejaron rodando.
—Me dijeron que matara a tantos seres de la Alianza
Humanoide como pudiera —Los ojos de su cyborg
brillaron—. La Alianza Humanoide no fue amable con los
bots.
La Alianza Humanoide no fue amable con muchos seres.
Truth la llevó por la rampa. Claude, Valentin y Marthe los
siguieron.
—¿Estás lista para la siguiente etapa de nuestra aventura,
princesa? —Su cyborg la mantuvo cerca de él, su forma
dura y tranquilizadoramente cálida.
—Si esa aventura es contigo —Aplastó sus manos
desnudas contra su pecho cubierto con armadura—. Estoy
siempre lista.
Lo seguiría a cualquier parte… mientras se le permitiera
hacer eso.
Capítulo 9

Su hembra era su pareja en todos los sentidos.


Pasaron tres rotaciones planetarias. Volaron el carguero
real hacia la nave prisión, y Truth descubrió más y más
sobre la princesa que había reclamado como suya. Todo
su pequeño ser humano lo intrigaba, excitaba y estimulaba.
Había liberado a las criaturas en Altair Alpha con él, se
había entregado con entusiasmo a la planificación del
rescate, aportando ligereza a cada sesión de
entrenamiento. Su princesa había interrumpido los papeles
cuidadosamente elaborados de sus asistentes al llamar a
Claude y Valentin, padre, y Marthe, madre. Eso los había
complacido, aunque resoplaban por no ser apropiado. No
pudieron reprimir su alegría.
Y se había criado con Truth con una pasión que intimidaría
a cualquier otro guerrero.
No lo intimidó.
Lo encendió. Estaba permanentemente estimulado a su
alrededor.
Su polla presionó contra su armadura corporal mientras se
posaba remilgadamente sobre sus rodillas, dando a los
cyborgs en la pantalla principal toda su atención.
Doc estaba demostrando cómo quitar el dispositivo de
monitoreó que los seres de la Alianza Humanoide
probablemente habían insertado en el hermano de
Nancy. Chuckles era su paciente extremadamente gruñón.
—Según las bases de datos, lo adjuntan debajo de la
barbilla del preso —Doc inclinó la cabeza de Chuckles
hacia atrás—. Haz una pequeña incisión —Cortó en el
modelo D— ¿Puedes sentir esto?
—Roció todo mi cuerpo con inhibidores del dolor tres veces,
médico —Chuckles fulminó con la mirada al macho—. No
puedo sentir nada —Su mirada se dirigió a Truth—. Estoy
haciendo esto por ti, tonto saco de tornillos.
Les debía a todos grandes favores.
—Compré algunas piedras variadas para tu mujer.
Las quejas de Chuckles disminuyeron.
—Se precisó —Doc intercambió herramientas con su
médico. Estaba en modo de transmisión de conocimientos
y claramente lo disfrutaba—. Si corta el dispositivo,
explotará.
—Oh mí dios —La voz de Marthe estaba teñida de
angustia.
A Truth no le preocupaba hacer estallar al hermano de su
mujer. Era un cyborg y los cyborgs siempre eran precisos.
—Aprieta el dispositivo en el medio para quitarlo —Doc
extrajo el dispositivo de práctica inactivo. Y déjelo en la
cámara. Si lo quitas, detonará.
Marthe hizo un sonido de dolor.
—¿Necesita otra demostración? —El tono de Doc era
esperanzador.
—No me va a cortar de nuevo, médico. Chuckles hizo una
mueca mientras se levantaba—. El Modelo D puede estar
funcionando mal, pero sigue siendo un cyborg. No requirió
la primera demostración, podría haber realizado el
procedimiento utilizando la grabación existente.
El guerrero se limpió la sangre del cuello y salió cojeando
de la bahía médica.
Chuckles consideró que las bromas y las risas de Truth
eran un mal funcionamiento.
—Puede reproducir la demostración si es necesario —Doc
no se dejó intimidar por las quejas del macho—. Si tiene
alguna pregunta o inquietud, comuníquese con mi mujer o
conmigo mismo.
El médico miró a su asistente. Su rostro se suavizó.
Ella brilló, iluminando la cámara en la bahía médica. Su
cabeza se inclinó.
Doc asintió en respuesta a ella, los dos se comunicaron sin
hablar, y miró la pantalla de visualización privada colocada
en un soporte horizontal cercano.
—La mujer del Capitán me pidió que le transmitiera que le
está enviando una modificación a los escáneres de formas
de vida. Requiere más pruebas y le dará información
adicional sobre los ocupantes de la nave prisión.
Truth alcanzó a su hembra, tocó la pantalla incrustada en la
consola de la nave y verificó que se recibió la modificación.
—Lo he instalado. Parece ser funcional.
Eso no fue una sorpresa. La mujer del Capitán era una
programadora experta y tenía cuidado con las
modificaciones del sistema. No enviaría un código
deficiente.
—Lo probaremos en la nave prisión y en cualquier planeta
que pasemos —Eso agregaría algo de emoción al viaje
restante—. Contáctanos si tienes información adicional —
Truth puso fin a la transmisión.
Las imágenes de la pantalla principal se desvanecieron,
reemplazadas por la oscuridad del espacio abierto.
—Marthe, Claude y yo tomaremos este turno —Valentin
finalmente había dejado de luchar contra la relación de
Truth con su princesa. El macho ya no buscaba separarlos.
—Tomaremos el próximo turno —Truth levantó a su
hembra en sus brazos y se puso de pie de un salto.
—Puedo caminar —La protesta de su mujer carecía de
calor.
A ella le gustaba que la cargaran y a él le gustaba
cargarla.
—Necesitas ahorrar energía —Movió las cejas mientras la
conducía hacia sus aposentos privados.
—¿Tienes la intención de follarme, cyborg? —Su hembra
se rió y pateó sus pies cubiertos de tela. Su calzado era
encantadoramente inútil. Las pantuflas eran delgadas y
suaves y de colores tan brillantes como sus ropas.
—¿Mi princesa desea ser follada? —Fingió sorpresa— ¿Es
eso correcto?
—Eso no es apropiado. En absoluto —La sonrisa que le dio
fue perversa.
Sintió su impacto hasta la base de su polla.
—Inadecuado es una de las muchas cosas que hago bien.
—Sí, lo haces mal muy bien —Su voz se volvió ronca.
Agujero de fraggin. La deseaba. Su velocidad aumentó a
medida que pasaban por sus cámaras. Él nunca había
utilizado el espacio. Existía simplemente para pacificar a
sus guardianes que manejaban reglas.
Se quedó al lado de su hembra mientras ella dormía,
protegiéndola mientras estaba en ese estado
encantadoramente vulnerable, reproduciéndose con ella al
principio y al final de esos ciclos de descanso. Durante el
silencio, mientras ella yacía suave y quieta en sus brazos,
él monitoreó los sistemas de la nave, se mantuvo en
contacto con el Capitán y sus hermanos en la Reckless.
Y refinó el plan de su mujer para rescatar a su hermano,
encontrando soluciones a los problemas que le presentaba.
La planificación no era la fuerza de Truth. Normalmente se
apresuraba a las situaciones, confiando en sus habilidades
para tener éxito.
Su hembra, sin embargo, era experta en esa área. Escuchó
las retransmisiones de Truth de misiones pasadas similares,
modificó esas estrategias para adaptarse a la situación que
estaban enfrentando.
Estaba agradecido por su liderazgo, era muy consciente de
que cuatro frágiles humanos lo acompañarían en su
misión. Uno de ellos era ella, su preciosa mujer.
Truth la miró. Mataría, moriría, para protegerla.
—¿Estás buscando corromperme, cyborg? —El oro
alrededor de sus iris brillaba.
—Te voy a corromper, hermosa, y disfrutará de ello —Las
puertas de su habitación se abrieron y las atravesó con la
mujer acunada en sus brazos.
Sus aposentos privados eran incluso más lujosos que el
resto de la nave. Sus pies calzados con botas se hundieron
en el suelo cubierto de tela. Las paredes eran de un azul
brillante, adornadas con oro.
El soporte para dormir era lo suficientemente grande para
un modelo D.
—Este parece un buen lugar para el rapto —Tiró a su
hembra a la superficie.
Ella rebotó. Su risa resonó a su alrededor, gotitas de
felicidad suspendidas en el aire, tan conmovedoras que
casi podía verlas. El brillo de su sonrisa iluminó la
habitación. Su almizcle llenó sus pulmones.
Inhaló profundamente, atrayendo esa parte de ella hacia
él.
—El primer paso para una corrupción total es quitarse las
prendas —Se quitó el chaleco antibalas y pateó el espacio
con las botas. El aire frío barrió su piel caliente.
—Una aprueba el uso de uno —Extendió la mano hacia
atrás, luchando por desabrochar las mantas que los de su
clase llamaban vestido.
Sus prendas requirieron ayuda para quitarse.
—Permíteme, mi princesa —Truth se ofreció ansiosamente
como voluntario para el papel que normalmente
desempeñaba Marthe.
La puso boca abajo y le dio unas palmaditas en el trasero.
—Gracias por esa ayuda —Negó con la cabeza y su
sonrisa se ensanchó.
—Estoy ayudando —Se sentó en el soporte para dormir a
su lado y lentamente le desabrochó el vestido, doblando la
tela hacia atrás, revelando su impecable piel morena. Bajó
la cabeza y articuló esa suavidad, saboreando la suavidad
de su cuerpo, las suaves curvas, la absoluta feminidad de
ella.
Se estremeció bajo su toque, agarró la superficie del
soporte para dormir con sus manos enguantadas.
—Me gusta cómo ayudas, cyborg.
—Vivo para servirte, princesa —bromeó con ella, bajando
la tela endeble.
La caída a lo largo de su columna, la parte baja de su
espalda, la forma de su trasero, la longitud de sus piernas,
fueron adorados con su mirada, sus manos, su lengua. Le
rindió homenaje mientras la desnudaba, honrándola como
la realeza que era.
Y cuando su vestido fue descartado, se quedó quieto por
un momento, admirando su belleza.
Las piedras de la tiara de su princesa brillaban en medio de
su cabello peinado hacia arriba, su brillo acentuaba las
hebras doradas entretejidas con los zarcillos de color
marrón oscuro. Los guantes, el término royaume para
cubrirse las manos, protegían sus delicados dedos. Unas
zapatillas delicadas se les pegaban a los pequeños pies.
El resto de ella estaba tentadoramente desnudo.
—Me encanta atenderte —Se inclinó sobre ella, besó el
valle entre sus nalgas, marcando ese punto con sus
nanocibóticos.
Sus piernas se abrieron. El interior de sus muslos brillaba
con humedad, esa prueba de su deseo lo excitaba.
Su princesa lo quería como la quería a ella.
—Eres pervertido, cyborg —Miró por encima del hombro,
encontrándose con su mirada. Sus ojos bordeados de oro
brillaron con necesidad, sus pasiones intensificaron las de
él.
—Pervertido, corrupto, inapropiado, me describes de
manera más atractiva, hermosa —Deslizó los brazos por
debajo de su estómago y la puso sobre sus manos y
rodillas—. Cuando te vi por primera vez en esa tienda de
bebidas, envuelta de la cabeza a los pies en tela, quería
desvestirte así, besarte por todas partes.
Presionó sus labios contra su espalda baja, reclamando
ese terreno también.
Su respiración se aceleró.
—Sabías que era una princesa, querías llevarme, follarme.
—Sabía que eras mi princesa —Arrastró su boca sobre su
cuerpo y ella tembló—. No estaba interesado en tu
papel. Estaba interesado en vosotros, en todos vosotros.
Le abrió las nalgas, separándolas con las manos. Sus
músculos se flexionaron bajo su manipulación. Lamió a lo
largo del pliegue, adorando esa parte oculta de ella.
—No —Arqueó la espalda, esa respuesta contradecía su
protesta susurrada—. Esto no está hecho.
—Esto se está haciendo —Lanzó su lengua sobre su
agujero fruncido, sus nanocibóticos limpiando cada parte
de ella que tocaba. No es que ella necesitara ordenar. La
suciedad no se atrevería a ensuciar a su princesa.
Se movió más abajo, lamiendo su vagina.
—Truth —Cerró los muslos, bloqueando su avance.
—Confía en mí, mi mujer —Le apretó el culo.
Dudó por un latido desgarrador y separó las piernas una
vez más.
—Confío en ti. He confiado en ti desde el momento en que
nos conocimos. Sabía que nunca me harías daño.
—Moriría antes de hacer eso —No hablaba mucho en serio,
pero se tomaba en serio su papel de guerrero, de
protector. Estás a salvo en mis manos... y en mi boca.
Deslizó su lengua sobre los labios de su vagina,
saboreando su dulzura, y ella gritó, llamándolo por su
nombre, diciéndole al universo quién la estaba
deslumbrando. Más humedad cubrió su carne. Él gruñó su
aprobación y se deleitó con su hembra, despegando sus
pliegues, rodeando su clítoris, ahondando en su entrada.
Su olor era embriagador. Lo calentó a su cuerpo. Su sabor
era igual de adictivo. Podría pasar su vida devorándola y
nunca saciarse.
—Sí. Si. Sí —Su hembra se mecía contra él,
proporcionando el ritmo, marcando el paso.
Empujó en su coño cada vez más profundo con cada
avance, deslizando su lengua a lo largo de sus paredes
internas, explorando los reinos internos de su
humano. Era calor líquido, sus jugos fluían hacia su
boca. Tragó, saboreando cada gota de ella.
—Demasiado. Truth —Sus piernas temblaron. El tono de
su voz se elevó—. Polla. Necesito. No quiero venirme sola.
Su princesa sabía lo que quería, no temía exigirlo.
Eso lo excitó.
—Si deseas mi polla, la tendrás —De mala gana se apartó
de ella, lamiendo sus labios. Estaba deliciosa y la probaría
de nuevo… muchas veces una rotación planetaria si se le
diera la oportunidad—. No vendrás sola.
—Dame. Un momento —La tensión aumentó esa orden. Su
hembra luchó por el control. Ella debe querer prolongar su
encuentro, hacerlo durar.
La complacería.
—Soy un cyborg —Sonrió, acariciando su atrevido trasero,
siguiendo la curva con las yemas de los dedos—. Albergas
mis nanocibóticos —Su esperanza de vida natural ahora
era ilimitada—. Podríamos esperar los ciclos solares si esa
es su decisión.
Su princesa miró por encima del hombro.
—Tus bolas serían de un tono azul real si esperáramos
tanto tiempo —Sus ojos brillaron con humor.
—Podrías vestirte a juego con mis bolas —Se rió, esa
perspectiva lo entretuvo—. Podrías cambiar el pigmento de
tu cabello para coordinar con mi condición de cría.
—Eso está muy mal —La alegría de su mujer se unió a la
suya.
Los dos tenían mucha razón. Su sentido del humor se
alineaba con el de él. Lo entendía, no lo juzgaba por no
querer ser solemne todo el tiempo.
Le acarició la espalda, el culo, los muslos. Físicamente,
también eran compatibles. Nunca había visto a un ser tan
fascinante, tan hermoso, tan receptivo como ella.
—Ha pasado un momento —Su hembra se movió y su
polla se balanceó, esa parte de él aplaudió su sexy
espectáculo—. Me preocupa el estado de tus bolas.
—Te lo agradezco, princesa —Se arrodilló detrás de ella, la
agarró por las caderas y colocó la punta en su entrada—.
Me duelen las bolas como un proyectil en la barbilla.
—No podemos tener eso —Amplió su postura, dándole
acceso a toda ella—. Me gusta tu barbilla.
A él le gustaba todo de ella.
Truth empujó con fuerza, enterrándose hasta la base en
una mujer caliente y húmeda.
Ella gritó, inclinando la cabeza hacia atrás. La luz se
reflejaba en las piedras de su tiara. Sus dedos
enguantados se curvaron contra el soporte para dormir.
Su hembra era tan hermosa. Luchó por aferrarse a su
atadura. Había retrasado su propia liberación por él. Tenía
que hacer lo mismo por ella.
Requirió un gran esfuerzo, pero aguantó. Apenas. Todo él
palpitaba de deseo.
Se echó hacia atrás, empujó hacia adelante, se apartó,
empujó hacia adelante. Sus caderas chocaron contra su
trasero. Sus jugos corrían entre sus asediadas bolas. Su
olor se enroscó a su alrededor.
La cría con ella fue la fiebre más extrema, el más fuerte de
los estimulantes. La energía surgió a través de sus
circuitos. Sus procesadores se esforzaron, luchando por
absorber las entradas sensoriales.
Entró y salió de ella, la mantuvo quieta con una mano, pasó
la otra sobre su espalda arqueada. La humedad brillaba en
su cuerpo, la hacía brillar. Era cálida y suave y suya. Se
maravilló de que el universo se la hubiera entregado,
prometió en silencio mantenerla a salvo.
Y juró traerle alegría. Porque la felicidad hizo que valiera la
pena vivir la vida. Se aseguraría de que ella saboreara
cada rotación planetaria, sonriera a menudo, encontrara
aventuras, fuera tan libre como él.
Frag, estar dentro de ella era glorioso. Truth se rió mientras
empujaba, deleitándose con la experiencia, disfrutando de
su conexión. La alegría, la pasión y la necesidad rebotaron
en su cuerpo, pincharon contra su corazón.
Se movió contra él, balanceándose hacia atrás,
encontrándose con él a mitad de camino. Su piel se
abofeteó. El calor se extendió sobre él. La presión fluyó por
su espina dorsal estimulada, construyendo, construyendo.
Estrellas. Se sintió bien. No duraría, no podría durar mucho.
Afortunadamente, su hembra también se estaba acercando
rápidamente a su liberación. Sus paredes internas
abrazaban su eje. Su jadeo se hizo más fuerte. Se estrelló
contra él mientras él conducía hacia adelante, igualando su
pasión, su fervor. Su pequeño humano era su igual en este
sentido y en todos los demás.
—Truth —La orden, el poder en su voz desgarró su
control—. Mi clítoris.
Su princesa sabía lo que quería, lo que necesitaba. Sonrió.
—Si, hermosa —Extendió la mano alrededor de su cuerpo,
pasó las yemas de los dedos por su piel y encontró esa
parte sensible de ella.
No se vendría sola. Cuando ella encontrara la liberación, él
también encontraría la suya. Quería estar completamente
dentro de ella cuando eso sucediera.
Truth se retiró a su punta y se congeló en su lugar por un
latido, capturando el momento tanto en su memoria
orgánica como en sus bases de datos. Su hembra merecía
ciclos solares más largos y justificados de admiración, pero
esa duración de una pausa fue todo lo que pudo lograr. La
tensión en su interior era demasiado aguda.
Se rompió debajo de él, empujando profundamente,
tocando su clítoris mientras su base tocaba los labios de su
vagina.
Su hembra gritó, saltando hacia arriba. Sus paredes
internas se cerraron alrededor de su eje. Rugió,
agachándose sobre ella, capturando a su princesa con su
cuerpo, corriéndose con fuerza. Chorros de semen salieron
disparados de su punta, la fuerza de su liberación derribó
su sistema visual.
Su esencia infundida con nanocibóticos golpeó su carne, y
lo llamó por su nombre, retorciéndose, girando debajo de él,
luchando por ser liberada. Chupó uno de sus hombros, no
permitiéndole escapar, sus brazos actuando como barras a
los lados, su pecho sirviendo como una pared sólida en su
espalda.
La felicidad lo atacó una y otra vez, azotando su físico,
impregnando su alma. Un vórtice de sensaciones se
arremolinaba a su alrededor y ululó de felicidad,
cabalgando el éxtasis con su hembra, navegando hacia lo
alto que compartían.
La intensidad de su cría disminuyó gradualmente, se volvió
más manejable. Su sistema visual se reinició. Se
estremeció una, dos veces, luego se derrumbó, sus brazos
y piernas se doblaron debajo de él, aplastando a su
princesa mucho más pequeña.
Ella murmuró una protesta. Rodó sobre su espalda,
llevándola con él.
Pasaron momentos.
Truth trató de procesar que “frag” había sucedido con él, su
lado de la máquina incapaz de descifrar cómo lo apagaba
durante cada cría.
—Eso fue extremo —Sacudió la cabeza, intentando
aclararlo.
—Eso fue extremadamente bueno —Su hembra se tumbó
encima de él. Sus dedos cubiertos de tela se extendieron
sobre su pecho, ese contacto fue increíblemente suave.
—Sí, fue extremadamente bueno —Le dio unas palmaditas
en el trasero desnudo.
Su tiara permaneció en su cabeza, pero algunos mechones
de su cabello se habían soltado, rizándose a lo largo de su
columna. Su princesa estaba adorablemente despeinada.
Sus asistentes se horrorizarían.
Truth quedó completamente cautivado.
Capítulo 10

Dos rotaciones planetarias más tarde, Nancy se sentó en el


regazo de Truth y miró con inquietud la imagen de la nave
prisión en la pantalla principal.
Nada se sentía bien para ella. Ella y su cyborg estaban
sentados en la silla de Valentin, no en la suya. Todos
llevaban chalecos antibalas negros, incluida la
normalmente vestida de colores vivos Marthe.
Había una sensación de peligro en el aire.
Su estómago gorgoteó. Sus palmas estaban sudorosas. El
interior de sus guantes estaba mojado.
—Hay cinco mil trescientos veintidós seres a bordo de la
nave prisión —Truth había realizado un escaneo de formas
de vida en la nave—. Todos ellos son varones. Seiscientos
cincuenta y cuatro son humanos. El resto son
humanoides. No hay cyborgs —Se rió entre dientes—. Esta
nave no puede albergar a uno de los míos.
Algunos de esos seiscientos cincuenta y cuatro humanos
serían guardias de la prisión. Estarían armados y serían
habilidosos y estarían acostumbrados a someter a los
seres más peligrosos del universo.
Estrellas. La inquietud de Nancy aumentó.
—Podríamos morir en esta misión —Habían ideado un plan
sólido, se habían entrenado para ello, pero el riesgo de
morir seguía siendo alto.
—No morirás, princesa —Claude resopló.
Su prenda apenas le quedaba, pero insistió en que no
necesitaba una talla más grande, había declarado que su
atuendo era afortunado ya que lo había usado en batallas
pasadas. Todos esos enfrentamientos habían ocurrido
hace mucho, mucho tiempo.
—Te protegeremos —Su padre no se dio cuenta de que
estaba más preocupada por él, por Marthe y Valentin, por
su cyborg, que por ella misma.
—Hay un 26.5896 por ciento de probabilidad de morir —Su
cyborg fue brutalmente honesto con ella, y lo apreciaba—.
Pero eso significa que hay una probabilidad de 73,4104 de
que vivamos —Se encogió de hombros, pareciendo feliz
con esas probabilidades—. Y tu hermano, el príncipe, será
libre.
Estaba poniendo en peligro sus vidas para salvar a un ser
que apenas conocía, un príncipe que su reina había
cambiado por la paz.
—Siento que estoy eligiendo entre tú y mi hermano.
Nancy no quería perder a Marthe, Claude y Valentin. Eran
sus padres en todos los sentidos, excepto en la genética.
Si Truth moría. Su corazón se apretó. No sabía si
sobreviviría a esa pérdida.
Estrellas. No sabía si podría dejarlo ir después de que se
completara su misión. Separarse de él diezmaría su alma.
—No estás eligiendo entre nosotros y tu hermano, hermosa
—Su cyborg la acercó más a él, ese contacto la
tranquilizó—. Estás eligiendo entre la cobardía y la
valentía. Estás eligiendo entre dejar a un ser inocente para
que muera solo en una cámara de la prisión y dejarlo en
libertad para regresar a casa, para estar con los de su
especie. Estás eligiendo entre tomar el camino seguro o
tomar una ruta que podría ser más peligrosa y, sin
embargo, mucho más honorable —Bajó la cabeza, la besó
en el cuello y la marcó a su manera única—. Estás
decidiendo quién quieres ser.
Toda ella burbujeaba con los nanocibóticos de Truth. Eran
partes de él que ella mantendría con ella para siempre. Y
como su cyborg había explicado anteriormente, esos
nanocibóticos posiblemente podrían extender su vida útil a
la eternidad.
Eso fue mucho tiempo para vivir con remordimientos.
—No puedo dejar a mi hermano en la cárcel —Los pocos
recuerdos que tenía de él consistían en él riendo,
sonriendo, burlándose de ella.
Similar a cómo Truth se burlaba de ella, se reía con
ella. Tampoco dejaría a su cyborg encerrado en una
cámara de prisión.
—No está hecho —Valentin asintió.
—No eres tú —Truth enmendó la declaración de su
secretario privado, su padre—. Un ser inteligente y
observador me dijo una vez que tenías un alma amable y
leal. Dejar a tu hermano en prisión cambiaría esa parte de
ti —Hizo una pausa—. Nos tenemos que hacer esto.
—Tengo que hacer esto —No obligaría a nadie a
seguirla—. Puedo colocarte en una cápsula de escape,
recuperarte después de que haya liberado a mi hermano.
Si no sobrevivía a esa tarea, había toscos sistemas de
comunicación en las cápsulas de escape. Podrían pedir
ayuda, hacer arreglos para que alguien más los rescatara.
—Debes tomar la mejor decisión para ti y no tomar ninguna
en consideración —Volvió a su papel de princesa, quitando
la emoción de su tono—. Este es un comando.
Como leales súbditos Royaume, tenían el deber de
obedecerla.
—No nos vamos a ir de tu lado, princesa —Claude se
atrevió a fruncir el ceño. Así de fuerte se sentía por esa
postura.
—Soy el secretario privado de la princesa y esta misión
será una parte fundamental de la historia de la princesa —
Valentin levantó la barbilla, su respuesta más controlada,
más fría en tono—. Sería negligente en mis deberes y
estaría renunciando a mi lugar en la historia de Royaume,
si no lo registrara —Su mirada se apartó de la de ella—. Y
he protegido a la princesa desde que nació. Siempre lo
haré, ya sea que tenga un papel oficial en la casa de la
princesa o no.
Nancy miró fijamente al hombre que veía como
padre. Estaba extremadamente orgulloso de su
papel. Significaba todo para él. Que él pusiera su seguridad
por encima de su preciada posición la conmovió mucho.
—Siempre tendrás un lugar en mi casa, Valentin —Su voz
estaba cruda por la emoción—. Todos vosotros tendrán un
lugar —Miró a Valentin, Claude y Marthe, los tres seres que
veía como sus padres, el séquito que adoraba—. Puede
que no pueda garantizar mi propia felicidad,
pero puedo prometerte eso.
—Y siempre te tendremos en cuenta, princesa —Los dedos
de Marthe se cerraron alrededor de la piedra transparente
que colgaba en el centro del collar que nunca se quitó—.
No podemos decir que eres nuestra hija, ya que eso es
similar a la traición, pero nunca podríamos amar a una hija
más de lo que te amamos a ti.
Nancy parpadeó para eliminar las lágrimas.
—Te amo con la misma fuerza de emoción —Miró a cada
uno de ellos, permitiendo que se notara su cariño.
Marthe se secó los ojos con un pañuelo.
Valentin apretó los labios.
Claude miró hacia el techo.
Nancy se inclinó hacia atrás, doblando su cuerpo contra el
de su cyborg.
—Tienes la misma opción, Truth —Sería un desafío
rescatar a su hermano sin la ayuda de su guerrero, pero lo
haría para mantenerlo a salvo.
—Mi elección fue tomada en el momento en que te vi,
hermosa —Truth se rió y la abrazó con fuerza contra su
pecho vibrante—. No me estoy perdiendo esta diversión.
Solo su hombre aventurero consideraría divertida una
misión peligrosa.
—Nave-prisión X58963-5 solicita que se abran las
frecuencias de llamada, Capitán —El sistema de la nave
transmitió esa noticia con su voz robótica plana.
Truth levantó su dedo índice derecho. El silencio cayó
sobre el puente. Colocó las manos sobre los controles.
Una representación tridimensional de un hombre humano
llenaba el asiento del Capitán.
—Abrir frecuencias de llamada —Sus labios se movieron,
sincronizados con las palabras.
El semblante, la forma y la voz pertenecían a un Capitán de
carguero cuya nave y ser desaparecieron en una entrega a
la nave prisión. Los hermanos de Truth habían recuperado
imágenes del hombre humano de una variedad de bases
de datos. La mujer de su Capitán, es una hábil hacker,
había utilizado esa información para crear la simulación de
reemplazo.
Nancy no había pensado que eso fuera posible, sin
embargo, los amigos de su cyborg habían logrado esa
tarea dentro de las rotaciones planetarias.
La imagen de un joven humano apareció en la pantalla
principal.
—Este es la nave Prisión X58963-5 —El macho entrecerró
los ojos—. Identifícate y expresa tu propósito.
—Este es el Capitán Exner con una entrega de barras
nutritivas —El hombre simulado sonrió. Parecía
sorprendentemente real—. Estoy un poco retrasado, tuve
algunos problemas con el motor en el camino. Espero que
eso no te haya molestado mucho.
—Los suministros son bajos, Capitán —El alivio en los ojos
masculinos de la nave-prisión hizo que Nancy se moviera
con culpa—. Mis escaneos de formas de vida transmiten
que tienes tres humanos más y… —Frunció el ceño—, un
cyborg a bordo. Los cyborgs no están autorizados a entrar.
Esa respuesta no fue una sorpresa. Truth y sus hermanos
se habían revelado. La Alianza Humanoide ahora los
consideraba el enemigo.
—El cyborg es un modelo D más antiguo —El hombre
simulado se encogió de hombros—. Lo utilizo para ayudar
a pilotar mi nave. No puede dejar el puente, aunque
quisiera.
—Asegúrese de que no salga del carguero, Capitán —El
hombre de la nave prisión no parecía preocupado—. Envíe
su escaneo de huellas digitales.
El macho simulado colocó sus palmas en el panel de
control integrado. Truth tocó en su pantalla. Las huellas
dactilares del Capitán del carguero también se habían
recuperado de una base de datos.
El hombre de la nave prisión asintió. Está autorizado a
atracar, Capitán. Sus labios se alzaron en un atisbo de
sonrisa.
—Esperamos comer esas barras nutritivas.
—Espero poder finalmente entregarlos —El macho
simulado también bajó la cabeza.
La transmisión terminó.
Nancy soltó el aliento que estaba conteniendo. Se había
superado el primer obstáculo.
—Escuchaste al macho, Marthe —Truth le guiñó un ojo a la
madre de Nancy—. Estamos autorizados a atracar. Es hora
de divertirse.
—Oh mí —Marthe no parecía tan emocionada como el
cyborg de Nancy con esa perspectiva.
Su inquietud, afortunadamente, no estaba justificada.
Guiaron su nave hacia la bahía de atraque y lo aterrizaron
sin problemas.
Claude y Valentin se pusieron de pie. Sus expresiones eran
sombrías, decididas.
Marthe permaneció en su asiento. Se quedaría en la nave,
protegiéndola, asegurándose de que pudieran irse tan
pronto como regresaran a ella.
Nancy se bajó del regazo de Truth.
—Mantente a salvo, Marthe —Se preocupó por la
hembra—. Te quiero —No quería arrepentirse de no haber
dicho eso en otro momento... en caso de que algo le
pasara a alguno de los dos.
—Yo también te amo, princesa —Marthe tocó su collar—.
Estaré aquí, esperando a que regreses —Su mirada se
dirigió a Valentin, luego a Claude.
Los tres querrían despedirse en privado.
—Truth y yo estaremos colocados junto a las puertas —
Nancy tomó la mano de su cyborg y lo sacó del puente,
dejando a Marthe sola con Valentin y Claude.
Su cyborg recogió su mochila cuando lo pasaron y se la
echó sobre uno de sus hombros.
—¿Estás liderando esta misión, princesa? —murmuró esa
pregunta en su oído derecho, su voz cantaba con alegría.
—Necesitan algo de tiempo a solas —Llegó a las puertas y
se volvió hacia él—. Y necesito hacer esto —Se puso las
puntas de las botas, agarró la nuca de Truth y
tiró. Amablemente bajó la cabeza. Cubrió sus labios
risueños con los suyos.
Podrían morir en esta rotación planetaria. Esta podría ser la
última vez que lo besó, lo tocó. Nancy vertió todas sus
emociones, su pasión, su cariño, su amor en el abrazo.
Porque ella lo amaba.
Su relación podría estar condenada al fracaso. Se
esperaba que se alineara con el gobernante de un
planeta. Era un guerrero cyborg que informaba al Capitán
de una nave. Ambos estaban intentando una peligrosa
misión de rescate, podrían morir durante ella.
Pero tenía su corazón ahora y siempre.
Sus lenguas caían y giraban en un baile conocido solo por
ellos dos. Presionó su cuerpo contra el de él. La rodeó con
los brazos. Sus nanocibóticos burbujearon y estallaron
dentro de su boca, por toda su forma.
Quería que la abrazara por la eternidad, quería que nunca
la dejara ir. Era su lugar seguro, su pasión salvaje, su
diversión. Con él, podría ser ella misma, podría ser todo un
ser. Ella…
—Se acercan —Truth se apartó de ella, el abrazo terminó
demasiado pronto—. Debes quedarte detrás de mí en todo
momento.
—Estás planeando bloquear los proyectiles con tu cuerpo
de nuevo, ¿no es así? —Le frunció el ceño. La perspectiva
de que él absorbiera ese dolor por ella era inquietante.
—Déjame divertirme, princesa —Le sonrió mientras sacaba
sus armas.
Ella negó con la cabeza e hizo lo mismo. Estrellas. Estaba
nerviosa.
Nancy ocultó su confusión interior bajo una expresión
serena, su máscara real.
Esta no era la primera vez que se enfrentaba al
peligro. Cuando Royaume estaba bajo el control de la
Alianza Humanoide, pasó muchos momentos con el
enemigo, aprendiendo sus secretos. Había sido muy
consciente de que podrían haber descubierto sus
actividades, podrían haber terminado con su vida en
cualquier momento.
Pero solo ella había estado en riesgo entonces, no todos
los seres que amaba.
Se acercó a Truth, buscando instintivamente el consuelo de
su cuerpo.
Claude y Valentin se reunieron con ellos. La barba de
Claude lucía un toque de color de labios. El cabello
normalmente impecablemente peinado de Valentin estaba
ligeramente despeinado. Sus dos padres también
empuñaban armas en sus manos.
Las armas de Valentin estaban tan ornamentadas como su
ropa normalmente. Las armas de Claude habían visto
muchas batallas, estaban pulidas pero muy gastadas.
—Es hora de aumentar nuestras tasas de muerte —Truth
abrió las puertas.
Salió furioso de la nave, sin esperar a que bajara la rampa,
destruyendo a todos los seres que veía. Nancy lo siguió,
disparando a la izquierda y a la derecha, golpeando más
naves que seres. Claude y Valentin se cubrieron el trasero.
Un ser corrió hacia un panel de control. Truth lo atacó
antes de que pudiera hacer sonar las alarmas.
Su cyborg corrió entre las naves, terminando la vida con
alegría. Lo siguió. Mataron a todos los que vieron,
apuntaron al equipo de monitoreo, desactivaron los bots.
No hubo tiempo para pensar, para arrepentirse. Era
disparar o ser disparado.
Cubrieron toda la bahía de atraque, cruzando de un lado a
otro, derribando seres mientras corrían. Nadie quedó en
pie. No se pasaron por alto posibles amenazas.
Truth se detuvo cuando llegaron a la pared del fondo y miró
a su alrededor.
—El espacio está despejado. Por ahora —Corrió hacia el
panel de control, enfundando sus armas—. Tenemos que
actuar rápido —Golpeó la pantalla con las yemas de los
dedos.
La investigación de los cyborgs les había obtenido códigos
de entrada y, como Truth le había explicado, era un cyborg,
mitad máquina. Había muy pocos sistemas a los que no
podía acceder.
Truth extrajo un dispositivo de su mochila, la señaló a ella y
luego al suelo.
Asintió, reconociendo la orden y miró hacia atrás. Claude y
Valentin también asintieron.
El siguiente paso fue clave, solo podría ser completado por
alguien con la velocidad de su cyborg.
No estaba seguro de poder lograrlo, dándose a sí mismo
un 78.6982 por ciento de probabilidad de éxito. La tensión
se extendió por los hombros de Nancy.
Truth bajó su forma cada vez más. Las puertas se abrieron.
Saltó hacia adelante, impulsando su cuerpo a lo largo de
un pasillo blanco. Rayos rojos cortaron el aire. Rodó y saltó,
trepando por las paredes, empujándose, tratando de
esquivar las defensas de la nave.
Su cyborg era un borrón de movimiento. Se retorció y se
volvió, esquivando los rayos mortales. Cada paso fue
calculado, su control sobre su gran físico era notable. Saltó,
apuntando los dedos de los pies, aplastando las manos,
apenas cabía a través de un hueco increíblemente
pequeño.
Se acercó a su objetivo. Uno de los puntos de acceso al
sistema de control de los rayos rojos estaba fijado al
techo. Cualquier modificación a esa defensa tenía que
estar programada. Se desvió hacia la derecha.
Su cyborg debe haber juzgado mal el momento de ese
movimiento. Un rayo conectó con su forma, atravesó su
armadura corporal, rasuró un trozo de carne de su hombro.
La sangre brotó, pintando el suelo de baldosas de color
carmesí.
Truth siseó, ese sonido de dolor retorció las entrañas de
Nancy.
Ella jadeó, dio un paso adelante. Estaba herido. Tenía que
ir con él.
Claude la agarró de la muñeca, impidiéndola correr al lado
de su cyborg.
Truth no se detuvo. Corrió hasta una pared, embistió el
dispositivo que sostenía en la caja pegada al techo, apretó
un botón y se tiró al suelo.
Los rayos rojos se desvanecieron. Había desactivado ese
sistema de armas automatizado. Pero a un precio. La
sangre corría por su brazo derecho, goteaba de las yemas
de sus dedos.
—Truth —Corrió hacia él.
—Me encanta esta misión —Le sonrió.
No amaba esta misión.
—Estás herido.
—Me repararé —Su cyborg se encogió de hombros—. He
experimentado peores daños —La atrapó, la sostuvo
contra su gran forma por un momento.
Presionó su rostro contra su pecho cubierto con armadura
y no dijo nada, incapaz de expresar sus preocupaciones
con palabras, no queriendo escuchar sobre su peor daño.
—El tiempo es fundamental —La soltó—. Hay que
mantenerse en movimiento —Su cyborg se agachó y sacó
bots de su mochila.
—Déjame hacer eso —Se arrodilló en el suelo y le ayudó a
activar los pequeños mecanismos.
Sonaron y se alejaron rodando, distraerían a los guardias y
causarían caos en otras partes de la nave prisión, lo que
alejaría la atención del grupo de rescate.
—¿Puedes continuar? —Su voz era ronca por la
preocupación.
—Mírame, princesa —Truth tomó su barbilla, forzando su
mirada a encontrarse con la de él. Sus ojos eran
tranquilizadoramente brillantes, infundidos de energía—.
Créeme. Estoy bien —Su sonrisa se ensanchó—. Una vez
perdí uno de mis brazos y seguí luchando.
—Sobreviviste a eso —Y ella quiso confiar en él.
—Sobreviviré a eso —Se enderezó y volvió a sacar sus
armas.
Se puso de pie, hizo lo mismo, miró hacia atrás. Claude y
Valentin también estaban listos.
—Vamos.
Truth sonrió.
—Vamos.
Corrieron por el pasillo largo y blanco. Truth los
guió. Nancy la siguió. Le ardían los pulmones y le dolían
las extremidades mientras trataba de mantener el paso.
Estaba muy consciente de los dispositivos de monitoreo
colocados en la parte superior de las paredes.
Como había dado a entender su cyborg, era una carrera
contra el tiempo. Cuanto más tiempo permanezcan en la
nave, mayor será la probabilidad de que alguien los detecte
y haga sonar una alarma.
Tenían que rescatar a su hermano e irse antes de que eso
sucediera.
Truth se detuvo en una intersección y levantó una de sus
armas. Se escondió en una alcoba. Valentin y Claude
hicieron lo mismo.
Su cyborg se apretó contra la pared. Su herida se había
sellado parcialmente. Afortunadamente, su sangrado se
había detenido. Ya no estaba en peligro por esa lesión.
Se enfrentaron a otros peligros.
Cuatro guardias armados pasaron junto a ellos. Se fijó el
horario de las patrullas. Su cyborg había negado con la
cabeza cuando le contó eso, llamándolo descuidado.
Nancy había intercambiado miradas con Valentin y
Claude. También se estableció el horario para las patrullas
de Royaume. Los dejó abiertos al ataque.
El sonido de los tacones de los guardias golpeando el
suelo de baldosas se desvaneció. Truth corrió hacia la
izquierda. Lo siguieron. El pasillo estaba lleno de
puertas. Cada uno lucía un pequeño ojo de buey.
Ella vislumbró seres. Sus rostros estaban demacrados. Sus
formas eran delgadas. Miraron como si no vieran nada.
¿Habían estirado los guardias su menguante suministro de
barras nutritivas al no alimentar a los prisioneros? Su
hermano estaba vivo, según las bases de datos a las que
había accedido Truth. Pero, si estuviera en un estado
similar a los demás, apenas existía, no podría caminar.
Su cyborg estaba familiarizado con la Alianza Humanoide,
con sus formas traicioneras. Debía haber sospechado que
su hermano no estaría bien.
Eso explicaría por qué no se había enfrentado a la
incorporación de Valentin y Claude a su equipo. Los tres
eran humanos, más lentos, menos callados.
Basándose solo en la habilidad, Truth podría completar la
misión de manera más efectiva sin ayuda.
Su presencia era necesaria para asegurarle a su hermano
que estaba siendo liberado, para convencerlo de que los
acompañara. Él… debería reconocerla.
Valentin y Claude eran humanos, Royaume. Si su hermano
necesitara ser llevado, él no… no debería resistirse a su
ayuda.
Él iba a luchar contra la participación de Truth. Cuando
intercambiaron a su hermano, los cyborgs habían sido
esclavizados por la Alianza Humanoide. Vería a su macho
como el enemigo, pelearía con él, gritaría.
Estrellas. Su hermano podría ser el ser que haga sonar la
alarma. Podría evitar su propio rescate, podría hacer que
todos murieran.
Ahora no podía pensar en esa posibilidad. Era demasiado
tarde para cambiar sus destinos. Se concentró en los
anchos hombros de su cyborg, en igualar su rápido ritmo.
Se abrió un pequeño panel en la base de una pared. Truth
se congeló en su lugar.
Nancy, Valentin y Claude también dejaron de moverse.
Los bots salieron del estrecho espacio. Pitaron y chirriaron,
puliendo el suelo, barriendo el polvo que solo ellos podían
ver.
No deben ser una amenaza. Truth navegó alrededor de los
robots de limpieza, aumentando su velocidad con cada
paso. Nancy apartó su cansancio y lo siguió.
Se aventuraron a través de un laberinto aparentemente
interminable de pasillos. Estaba completamente perdida,
pero tenía fe en el sentido de orientación de su
cyborg. Sabía dónde estaban, adónde iban.
Truth finalmente se detuvo frente a una puerta. Su frente se
surcó con líneas de pensamiento. Miró por la portilla, dio un
paso atrás y le hizo un gesto para que ella también mirara.
Ella miró dentro de la cámara. Había dos seres dentro del
espacio. Según la información que habían descubierto
sobre la nave prisión, solo un prisionero fue asignado a una
celda.
Éste tenía lo que parecía ser un Palavian extremadamente
delgado. Esos seres de cuatro brazos eran conocidos por
ser violentos y brutales. Los evitaba tanto como podía.
Este Palavian parecía demasiado débil para ser una
amenaza. Se sentó en el suelo, tenía sus brazos alrededor
de un hombre humano dolorosamente delgado. Ambos
estaban desnudos. Su cabello era largo y desordenado.
El humano no podía ser su hermano. Su hermano era
grande para un Royaume, se había enorgullecido de su
físico musculoso, su fuerza. El ser de la cámara no podía
levantar una de sus zapatillas. Él…
La cabeza del macho se levantó. Ojos idénticos a los de
ella miraban al frente.
¿Qué le habían hecho? Quería gritar a los guardias, a la
reina, a su madre biológica fría como el hielo, al destino. El
ser que tenía ante ella era una sombra del macho que
recordaba.
La Alianza Humanoide casi lo había destruido.
Ahora le tocaba a ella, a Truth, a Claude, Valentin y Marthe
salvarlo.
Nancy miró hacia arriba, encontró la mirada de su cyborg y
asintió.
Habían encontrado a su hermano.
Capítulo 11

Truth procesaba, que esta sería una misión desafiante. Eso


lo emocionó. La alta probabilidad de que murieran lo
mantuvo concentrado. La esperanza de vida de su hembra
estaba en riesgo.
Proyectó que su hermano resultaría dañado. La Alianza
Humanoide disfrutaba torturando seres. Mientras Truth
estaba bajo su control, lo habían atormentado a él y a sus
hermanos de todas las formas en que un hombre podía ser
atormentado.
Ser un príncipe no perdonaría al hermano de su mujer. La
Alianza Humanoide estaría más tentada a romperlo en
pequeños pedazos física y emocionalmente debido a su
papel. Les daría placer a esos humanos sádicos.
Sin embargo, que el hermano compartiera la misma
habitación que un Palavian era una perspectiva que Truth
no había contemplado. El príncipe de alguna manera había
sobrevivido a ese arreglo. Eso era aún más improbable.
Los Palavians amaban la violencia y la matanza. Tenían
mal genio y puños voladores, y no prosperaban bien en
espacios pequeños.
Sin embargo, el Palavian debió haber reprimido su ira y sus
tendencias brutales con el príncipe más pequeño y frágil. El
humano casi muerto de hambre, vivió.
Los tacones sonaron contra el suelo de baldosas. Valentin
y Claude finalmente habían llegado.
Claude resopló y resopló. Su armadura corporal se había
desabrochado hasta las rodillas, revelando una fina tela
negra que no cubría a ningún cyborgs debajo de sus
prendas protectoras. Tenía la cara roja y húmeda de sudor.
Valentin estaba igualmente húmedo y resoplaba levemente,
agarrándose el costado.
Pero, por lo demás, ambos estaban ilesos y su ayuda
podría ser necesaria.
Truth señaló a Claude, luego a Valentin, señaló sus propios
ojos, luego señaló a la izquierda y a la derecha, a lo largo
del pasillo. Los machos debían protegerlo.
Asintieron, indicando que entendían.
Truth le indicó a su mujer que se apartara de la puerta.
Se apartó del camino del peligro, luego lo miró en busca de
más instrucciones, con los ojos brillantes de interés. Toda
ella brillaba, y si no hubieran estado en grave peligro, la
habría lamido desde la parte superior de la frente hasta la
punta de los dedos de los pies.
Ese arrebato tendría que esperar. Tenían un príncipe al
que rescatar.
Truth se golpeó el pecho cubierto con armadura corporal
con el dedo índice derecho y luego señaló la puerta. El
Palavian era delgado, pero podía ser peligroso. Truth había
visto seres más gravemente dañados matar amenazas
percibidas.
Primero entraría al espacio.
La majestuosa cabeza de su mujer se inclinó. Su expresión
de preocupación le transmitió que se estaba tomando la
situación demasiado en serio para su gusto.
Truth le guiñó un ojo y fue recompensada con una pequeña
sonrisa. Satisfecho de haber aliviado algunos de sus
temores, se concentró en su siguiente tarea, acceder al
panel de control.
Los humanos habían hecho todo lo posible para proteger
los sistemas de la nave prisión, pero no fue suficiente para
bloquear su acceso. Era un cyborg y fácilmente anuló su
seguridad.
Las puertas se abrieron. Rápidamente se reposicionó,
colocando su forma directamente frente a la de su hembra,
y sacó sus armas.
—Cyborg —El Palavian rugió. El hombre dolorosamente
delgado empujó su improbable premio, el príncipe, detrás
de él y abrió los cuatro brazos. Sus dedos se juntaron en
puños.
Truth esperó a que el macho atacara, para alejarse del
príncipe. El hermano de su mujer era extremadamente
frágil. Aturdirlo por error le causaría dolor.
El Palavian permaneció donde estaba, mostrando un
control inusual para uno de su especie.
Truth solo podía procesar una razón para eso.
Estaba protegiendo a su compañero humano.
—Princesa, habla con tu hermano, pero quédate detrás de
mí —Truth se comunicó verbalmente con ella. Quedarse en
silencio ya no servía para nada, y la velocidad era
necesaria. El bramido del Palavian habría atraído la
atención de los guardias de la prisión.
—No tengas miedo, príncipe —Su voz femenina era
suave—. Truth, el cyborg, está conmigo, Nanette, tu
hermana. Hemos venido a rescatarte.
El Palavian dejó de gritar. Parpadeó una vez, dos veces.
—Príncipe, una mujer dice ser tu hermana.
Truth lo miró fijamente. El guerrero de aspecto rudo
hablaba tan delicadamente como su mujer, su tono
refinado, sus palabras perfectamente enunciadas.
—No pretendo ser su hermana —La princesa de Truth
estaba adorablemente indignada—. Soy su hermana —Se
agachó bajo su brazo derecho y miró al Palavian.
El macho le devolvió la mirada.
—Tiene los mismos ojos hermosos que tú, Princy.
—Nanette —La voz de su hermano era débil— ¿Eres tú?
—El frágil humano se aferró a la forma más grande del
Palavian mientras maniobraba hacia adelante—. Sé que
eres tu —El esfuerzo debe haber agotado sus niveles de
energía. Se desplomó contra el otro macho.
El Palavian rodeó con cuidado al príncipe con sus
antebrazos. El agarre fue revelador.
Los dos habían formado un vínculo.
—Soy yo —La hembra de Truth se adelantó.
El Palavian rugió una advertencia.
Truth extendió la mano y la atrajo hacia él.
—Tenemos que tocar a su Princy para quitarle el
dispositivo de monitoreo debajo de la barbilla. Si no se
hace, explotará en el momento en que salga de la cámara
y morirá.
—No lastimarás a mi príncipe —El Palavian lo fulminó con
la mirada.
—No le hará daño —La mujer de Truth sacó un recipiente
de una de sus fundas—. Tenemos inhibidores del dolor.
—Todo irá bien —El príncipe tocó las manos del
Palavian—. Y tenemos que hacer esto. Tenemos que
arriesgarnos. O moriremos aquí.
Tenemos que hacer esto. Agujero de fraggin. Truth se puso
rígida. También estaban rescatando al Palavian.
—Primero quitarás el mío —El Palavian bajó la cabeza y
levantó la barbilla.
Quitar un segundo dispositivo de monitoreo, salvar al
macho más grande, llevaría más tiempo. La probabilidad
de que sobrevivieran a la misión se reduciría drásticamente
del 73.4104 por ciento al 51.2368 por ciento.
Truth miró a su hembra. Miró al Palavian con respeto, con
la amabilidad que mostraba a todos los que conocía.
Maldita sea. Tenían que salvar al macho. No hacerlo la
dañaría emocionalmente, y nunca permitiría que eso
sucediera.
—Lo rociaré con los inhibidores del dolor —Truth tomó el
contenedor de manos de su princesa y avanzó.
El Palavian movió protectoramente al príncipe detrás de él.
—Tu cara se entumecerá —Truth roció bajo la barbilla del
macho— ¿Sientes esto? —Pinchó el área objetivo.
—No siento ningún dolor allí —Preguntar suavizó la voz del
Palavian.
El macho debe sentir dolor en todas partes. La Alianza
Humanoide debe haberlos torturado.
—Estoy haciendo una incisión —Truth cambió el inhibidor
del dolor por una daga y cortó la piel gruesa del macho. La
sangre brotó, pintando de rojo el suelo de baldosas
blancas—. Estoy quitando el dispositivo de monitoreo —
Cambió la daga por pinzas, encontró el dispositivo y lo
desprendió—. Ahí está —Lo sostuvo en alto.
El Palavian miró el diminuto dispositivo y gruñó.
—Tengo una gasa para la herida —La hembra de Truth se
acercó a su lado.
Guárdalo para tu hermano. El Palavian rechazó su oferta.
—Princy, es tu turno —Se movió y agarró al humano con
suavidad—. Es delicado —La preocupación brilló en los
ojos del Palavian—. Si lo lastimas, te mataré.
Su princesa se puso rígida.
—Si haces daño a Truth, voy a matarte a ti.
—Cálmate, mi Princesa Guerrera —Truth sonrió—. Nadie
está siendo herido —Roció a su hermano una, dos, tres
veces con el inhibidor del dolor.
El rostro del Palavian palideció cuando Truth levantó la
daga.
—Apartar —Aconsejó al macho mientras hacía la
incisión. La sangre brotó de la pequeña herida. Truth
eliminó el dispositivo de monitoreo—. Cubre la herida,
hermosa.
Su hembra aplicó suficiente gasa para absorber la sangre
de la herida.
—Claude y Valentin te ayudarán a regresar a nuestra nave.
—Lo estoy cargando —El Palavian levantó al príncipe,
presionando al hombre contra su pecho, fuera del alcance
de la mujer de Truth—. Es mío.
El Palavian parecía demasiado demacrado para llevar a
alguien, pero no había tiempo para discutir con él. Los
disparos resonaron en el pasillo.
—Tan pronto como esté en silencio, vete —Truth atrajo a
su mujer a su forma cubierta con armadura y la besó. Duro.
Sus labios se separaron. Sus ojos brillaban con deseo.
Agujero de fraggin. El la deseaba. Su cuerpo respondió al
de ella, su polla se endureció. Pero este no era el momento
ni el lugar ideal para la cría.
De mala gana soltó a su hembra. Quédate en la
cámara. Corrió hacia el pasillo y se detuvo al llegar al
umbral.
Habían muerto dos guardias de la prisión. Quedaron
ocho. Apuntaron a Valentin y Claude.
Los machos humanos estaban medio escondidos en nichos,
emergiendo solo para disparar.
Truth saltó, resbalando por el suelo de espaldas. Golpeó a
dos guardias en el cuello y plantó un proyectil en el medio
de la frente del tercer macho, estallando en la parte
posterior de su cabeza. Los cerebros salpicaron contra el
azulejo blanco. La sangre se esparció por todas partes.
El guardia a su lado se detuvo, con expresión
horrorizada. Claude le disparó y el macho cayó al suelo,
sus brazos y piernas temblaron.
—Eres hábil, humano —Truth sonrió. Compartió la gloria
con el hombre mayor.
—He visto batallas —Claude infló su enorme pecho, esa
parte ahora liberada de los confines de su armadura
corporal.
—Estás todavía viendo la batalla, grandisimo tonto —
Valentin respondió al fuego—. Necesito algo de ayuda aquí.
—La ayuda está llegando —Truth se rió mientras corría por
el pasillo, moviéndose a la velocidad de un cyborg. Un
proyectil lo golpeó en el hombro, ese disparo afortunado
cortó parte de su armadura. Le disparó al guardia de la
prisión responsable y a uno de los amigos del hombre
antes de ocultarse con el marco de la puerta.
—Yo también voy.
Truth observó con horror cómo Claude intentaba la misma
maniobra, corriendo a su paso mucho más lento hacia
él. Los proyectiles zumbaron junto a su forma.
—Agujero de fraggin —Truth maldita—. Estás fallando,
humano.
Claude no lo lograría.
Truth se lanzó frente al macho. Alejar parte del fuego de él
era su objetivo principal. Derribar a otro guardia de la
prisión y aumentar su tasa de asesinatos le dio placer.
—Estrellas —Claude apretó su pierna. ·Me han golpeado
—Cayó al suelo.
—Noooo —Valentin corrió hacia el macho, disparando en
rápida sucesión al último guardia que quedaba. Uno de
esos disparos frenéticos encontró su objetivo.
El enemigo fue arrojado hacia atrás por el impacto, giró
durante cinco latidos y se quedó quieto. El tiroteo cesó.
La hembra de Truth, según las instrucciones, apareció. Su
mirada se encontró primero con la de Truth. El alivio en sus
ojos calentó su pecho.
Inclinó la cabeza hacia Claude.
Ella jadeó.
—Padre —Se apresuró hacia donde yacía el macho, se
arrodilló a su lado y le apretó los dedos ensangrentados.
Valentin agarró la otra mano de Claude.
—Claude, tonto hombre, ¿por qué siempre tienes que ser
el héroe? ¿No es suficiente ser amado? Frotó la nariz
contra la palma del gran guardia.
—Es... fue suficiente —Claude levantó la cabeza y besó la
frente del macho—. Te amo, Valentin —Su mirada se
dirigió a la mujer de Truth. Y siempre te he considerado mi
hija, princesa. Ha sido un honor protegerte —Miró a
Truth—. Tu cyborg será tu guardia ahora.
Agujero de fraggin. Truth sofocó una risa. El macho era
más dramático que él.
—No digas eso —La hembra de Truth se aferró a la mano
de Claude—. Es una herida en la pierna. Vivirás.
—No puedo caminar. Tendrás que dejarme aquí. Solo te
retrasaré —El macho se reclinó por completo, haciendo
una mueca de dolor al hacerlo—. Le dispararé a los
guardias de la prisión que intenten perseguirte... hasta que
no pueda detenerlos por más tiempo —Lanzó un suspiro
largo y fuerte—. Lo único que lamento es no poder decirle
a Marthe que la amo. Me hubiera gustado hacer eso una
vez más.
—Por mucho que disfruto esta escena,
desafortunadamente, tiene que terminar —Truth se apartó
de la pared y caminó hacia el trío. No intentó ocultar su
diversión—. La Alianza Humanoide enviará más guardias
de prisiones para reemplazar a los que hemos matado —
Agarró la cintura impresionantemente gruesa de Claude y
lo cargó sobre su hombro—. Tenemos que regresar a la
nave.
—Bájame —El macho parecía mortificado—. Soy un peso
muerto.
Incluso ese descriptor fue dramático.
—Te amo, Claude —Truth se rió—. Eres responsable de
matar a todos los guerreros detrás de mí —Le asignó una
tarea. No dispares a tu princesa —Lo estaría siguiendo de
cerca. Palavian, estás detrás de ella.
El macho sostuvo con cuidado al príncipe, acunándolo en
sus brazos como si fuera el ser más precioso del
universo. Su rostro estaba alarmantemente pálido.
Truth le dio un 35.2389 por ciento de posibilidades de llegar
a la nave, proyectando que llevaría tres seres al final de su
misión.
—Valentin, tienes la retaguardia —Movió su variada banda
de guerreros inverosímiles hacia adelante.
—Me gusta la parte trasera —La broma de Valentin no
estaba destinada a ser escuchada por nadie.
Truth, habiendo mejorado los sentidos,
desafortunadamente la captó.
—Se siente mal dejar a los otros prisioneros aquí —El
murmullo de su princesa probablemente también estaba
destinado a sus propios oídos.
—No los vamos a llevar con nosotros —Se detuvo al final
del bloque de cámaras, golpeó una de sus palmas contra
un panel de control. Pero los liberaremos. ¿Por qué no? —
Se rió del caos absoluto en el que se había deteriorado su
plan cuidadosamente diseñado. Las puertas de las
cámaras de la prisión se abrieron—. Los seres tendrán
acceso a los sistemas de comunicación y a las cápsulas de
escape. Tendrán la oportunidad de sobrevivir.
Rugidos y gritos sonaron detrás de ellos.
No hubo disparos. Los prisioneros no iban armados.
Truth condujo a su equipo más lento de lo que le gustaría a
través de la nave prisión. Al final de cada bloque, accedió
al panel de control, liberó a los seres atrapados dentro de
las diminutas cámaras.
Un hombre humano se volvió hacia el pasillo. Miró hacia
una pantalla de visualización privada.
Cuando miró hacia arriba, sus ojos se abrieron y se quedó
boquiabierto. Truth plantó un proyectil en medio de la boca
abierta del humano, rodeó el cadáver y siguió caminando.
Su hembra chocó contra él, ese contacto con ella alivió
algo de la tensión que se acumulaba dentro de él.
—Gracias, Truth, por esto.
—Gracias a ti, hermosa —Le sonrió—. Antes de conocerte,
proyecté que tener una mujer sería... aburrido.
Sonaron las alarmas. Las luces rojas destellaron en el
pasillo.
Eso era apropiado, era todo lo que faltaba en la situación.
Llevaba a un guerrero que estaba convencido de que se
estaba muriendo de una herida en la pierna, encabezaba
un grupo formado por una princesa, un Palavian desnudo y
de pelo largo que llevaba a un príncipe igualmente desnudo,
y un secretario privado que, sin duda, estaba grabando
cada momento de su vida. su aventura. Navegaban en una
nave prisión llena de enemigos y presos medio muertos de
hambre y que no funcionaban bien. Y los pasillos se
iluminaron como un tiroteo.
Truth se rió, lo absurdo de su circunstancia lo entretuvo.
—Ciertamente no es aburrido.
Llegaron a una intersección y se detuvieron. Truth sintió
que otro ser se acercaba a ellos. Levantó sus armas,
preparándose para disparar la amenaza si era necesario.
—Oh mierda. Oh, carajo —Un guardia de la prisión corrió
por el pasillo perpendicular al de ellos—. Están libres.
Truth y su princesa lo vieron pasar.
La expresión del humano fue de pánico. No miró en su
dirección. Había una probabilidad del 98.5659 por ciento de
que no los notara.
Una vez que el guardia desapareció de la vista, Nancy
volvió la cabeza y miró a Truth.
Truth la miró.
Los exuberantes labios de su mujer se alzaron en una
pequeña sonrisa.
—Sí, ciertamente no es aburrido.
Se rió suavemente. Era un placer tenerla en las misiones.
Su princesa colocó una de sus manos en su espalda baja y
reanudaron su caminata, navegando silenciosamente por
los pasillos, evitando a los guardias de la prisión, liberando
a los presos.
Mientras se acercaban a la bahía de atraque, un boom
rompió el silencio. la nave prisión se estremeció. El suelo
se inclinó bajo las botas de Truth. Extendió la mano y le
aseguró a su hembra.
El suelo se niveló una vez más.
Truth miró hacia atrás. El Palavian se puso de pie...
apenas. Sus labios formaban una lúgubre línea blanca. El
príncipe se apretó contra su pecho.
Valentin parecía no estar afectado. Se encontró con la
mirada de Truth y la olió.
—Tenemos que movernos más rápido —Truth apretó el
hombro de su hembra y se lanzó hacia adelante,
aumentando su velocidad tanto como proyectaba que el
Palavian podía manejar.
Tres guardias de la prisión muy asustados se pararon
frente a las puertas de la bahía de atraque.
—Eso es un cyborg —Uno de los hombres arrojó su arma
al suelo—. Joder, no. Me voy de aquí —Corrió en la otra
dirección.
Los guardias restantes se miraron unos a otros e hicieron
lo mismo.
—Te tienen miedo, princesa —bromeó Truth. Estuvo
tentado de perseguirlos, aumentar su tasa de asesinatos
en tres, pero tenía un equipo que liderar y una mujer que
proteger, y proyectó que la nave prisión estaba a un
enfrentamiento de estallar.
Lo mejor era marcharse. Ahora.
Accedió al panel de control, abrió las puertas de la bahía
de atraque, tanto interior como exterior, y abrió las puertas
de todas las cámaras, incluidos los espacios privados de
los guardias de la prisión.
No podría esconderse de los presos que habían
atormentado.
la nave estaba donde lo habían dejado. No parecía que
nadie más entrara tuviera la bahía de atraque. Esa
preocupación suya no se había hecho realidad.
Dudaba que Marthe hubiera podido defender el carguero si
alguien hubiera intentado tomarlo.
—Palavian, ve primero —Truth se hizo a un lado mientras
el macho subía tambaleándose por la rampa, aferrándose
al príncipe, su amado premio. Valentin, dile a Marthe que
encienda los motores.
El secretario privado corrió cuesta arriba, obedeciendo la
orden sin protestar.
Princesa, es tu turno. Era su hembra. No abordaría la nave
a menos que estuviera en él.
—Si no te escucho detrás de mí, cyborg, me doy la vuelta
—Se apresuró a entrar en la embarcación, su trasero se
balanceaba como un estandarte ante él.
—No me escucharás, hermosa —Truth la siguió de cerca,
llevando a Claude. Eres humano. Y soy un cyborg. Tu
sistema auditivo no puede detectar mis movimientos.
La rampa se replegó y las puertas se cerraron detrás de él.
—No puedo escuchar tus movimientos, pero puedo
escuchar tu charla —La diversión cantó en su voz—. Y
siempre siento tu proximidad —Su tono se volvió ronco—.
Todo mi cuerpo cobra vida cuando estás cerca de mí.
—Puedo oírlos a los dos —Claude refunfuñó desde su
posición sobre el hombro de Truth—. Y preferiría no
hacerlo.
—Ummm... —La mujer de Truth desaceleró, luego se
detuvo—. Esto es incómodo.
Truth miró por encima de su cabeza.
El Palavian yacía en el suelo de la embarcación. Debió
haber utilizado toda la energía que tenía para escapar, no
tenía nada más que transmitirlo.
El príncipe se inclinó sobre él y apartó mechones de
cabello del rostro hogareño del hombre. Le susurró al oído
del Palavian, diciéndole lo orgulloso que estaba de estar
con él, lo mucho que amaba al macho, que ahora era su
turno de cuidarlo.
Valentin debe haber saltado sobre ellos. El macho podía
ser humano, pero era impresionantemente seguro.
La hembra de Truth, en cambio, era demasiado baja para
saltar por encima de los dos machos. Les frunció el
ceño. Sus lindas manos llenas de armas descansaban en
sus caderas. Sus pies calzados con botas estaban muy
separados.
—Vienes conmigo, princesa —Truth la alzó sobre su
hombro libre—. Puedes hablar con tu hermano más
tarde. Tenemos que mover esta nave al espacio
abierto ahora.
—Bájame, cyborg —Le dio una palmada en la espalda
cubierta con armadura.
Truth ignoró sus protestas, saltó sobre los machos y corrió
hacia el puente.
Los motores retumbaron. El suelo vibró debajo de ellos.
Marthe no retrasaba su partida. Para cuando entró en el
puente con su princesa y Claude, la nave había
despegado. La hembra mayor lo estaba guiando a través
de la bahía de atraque.
Necesitaba ayuda.
Truth arrojó a Claude a un asiento y reclamó la silla del
Capitán. Dejó a su princesa en su regazo y puso sus
manos en los controles.
—¿Claude? —Las arrugas arrugaron el rostro de
Marthe. Su tono estaba preocupado.
—Llévanos a un lugar seguro, dulzura —El macho debió
haber decidido deleitarse con la dramaturgia más tarde—.
Contamos contigo.
—Estamos contando tanto de vosotros —Nancy apretó los
brazos de Truth—. Llévanos a casa.
—Vamos a divertirnos un poco, Marthe —Ayudó a
estabilizar la nave mientras la hembra aceleraba.
Las brillantes luces de la bahía de atraque pasaban
zumbando a su lado. Esa iluminación fue reemplazada por
una absoluta oscuridad mientras salían disparados hacia el
espacio abierto.
—Advertencia: misil entrante —El sistema de la nave
anunció esa amenaza, su voz robótica.
—Oh mí —Las manos de Marthe temblaron en los
controles mientras levantaba los escudos.
La hembra no estaba acostumbrada a pilotar una nave que
recibía fuego enemigo. Le había hecho esa confesión a
Truth tres rotaciones planetarias, uno y tres cuartos de
turno.
—Tengo esto —La entrenaría durante el viaje a
Royaume. En ese momento, tomó el mando y giró la nave
hacia la derecha.
El misil pasó rozando su lado izquierdo y detonó en la
distancia.
Truth esperaba. La voz simulada de la nave estaba en
silencio.
—¿Nos persiguen? —Lo encontraría muy entretenido.
No confiando en el anticuado sistema de monitoreo del
sistema, invirtió la vista en la pantalla y miró entre ellos. Su
sistema visual no pudo detectar ninguna nave espacial.
Las cápsulas de escape flotaban alrededor de la nave
prisión. Destellos de secciones iluminadas en rojo y naranja
del recipiente.
—Están haciendo estallar su nave —Su mujer se quedó
boquiabierta ante las imágenes.
—A veces tienes que destruir todo lo que sabes para ser
verdaderamente libre —Envolvió uno de sus brazos
alrededor de su cintura, saboreando la sensación de ella
contra él.
La misión había sido un éxito. Su hermano fue
rescatado. Nadie de su equipo había muerto. Su tasa de
asesinatos había aumentado.
Y sostenía a la mujer más valiente, amable y hermosa del
universo.
—Me encanta la rotación de este planeta —Truth se rió,
incapaz de contener su alegría.
Capítulo 12

Nancy se echó hacia atrás, descansando contra su cyborg,


mientras él volaba su nave lejos de la nave prisión. Se
dirigieron hacia Royaume. No quería regresar a su planeta
de origen.
Porque significaba separarse de Truth.
Todos habían sobrevivido al rescate... gracias a él, a sus
conocimientos, su habilidad en la batalla, su fuerza. Había
llevado a Claude cuando su padre resultó herido, los había
llevado a todos a un lugar seguro.
La gratitud y el amor por su cyborg crecieron dentro de
Nancy.
Mientras la inquietud por su futuro se apoderaba de ella.
—Danos una actualización sobre el gran tonto —El tono
afectuoso de Valentin suavizó sus palabras sin
rodeos. Estaba preocupado por Claude.
—Requiere suturas —Marthe se agachó junto a su
paciente—. Y necesita inhibidores del dolor.
—No podía caminar —Claude hizo una mueca cuando la
mujer empujó y pinchó en su herida—. El dolor fue
demasiado —Levantó una de sus manos y la apoyó en su
frente—. Estaba dispuesto a morir, Marthe, para salvar a
los demás. El fuego enemigo fue feroz.
Había sido alarmantemente feroz. Habían tenido suerte de
salir vivos de la nave prisión.
—Te ofreciste a contener el fuego enemigo, estabas
dispuesto a morir para defendernos —Nancy miró a su
padre con abierta admiración y mayor respeto.
Claude habría sacrificado su vida por ella, por su hermano,
por Valentin, su otro padre.
Fue humillante.
Nunca quiso ponerlo a él, a ningún ser querido, en ese tipo
de peligro de nuevo.
—Mataste a muchos de los guardias de la prisión.
—Valentin y yo fuimos superados en número —Los ojos de
Claude brillaron. Tendría una nueva historia que contar a
los demás—. Pero los detuvimos.
—Habrá tiempo para volver a visitar la misión más tarde —
Marthe se puso de pie—. Tenemos que llevarte a la
cámara médica.
—Te ayudare —Nancy se deslizó del regazo de Truth,
cortando de mala gana la conexión física entre ellos—. Los
tres deberíamos poder llevarlo.
—No me llevarás, princesa —Los ojos de Claude se
agrandaron—. Soy tu guardia real. Yo te sirvo. No me
sirves.
—Eres uno de mis padres —Nancy apoyó los puños contra
sus caderas y miró al obstinado hombre mayor—. Los
niños sirven a sus...
—Lo llevaré —Truth se puso de pie de un salto—. Ayuda a
Valentin a volar, preciosa —La levantó como si no pesará
nada y la dejó caer en la silla del Capitán. Marthe, me
mostrarás dónde quieres que coloquen a Claude. Su
cyborg de acción cargó al hombre que resoplaba por
encima de su hombro y salió del puente.
Marthe corrió tras él.
Nancy se volvió en su silla, mirándolos hasta que las
puertas se cerraron detrás de ellos.
Misericordia. Reprimió un suspiro de agradecimiento. Truth
tenía hombros anchos.
—Tú lo amas —La voz de Valentin era suave.
—Sí lo amo —Arrugó la nariz. Su relación con Truth estaba
condenada al fracaso—. No tiene que decir nada,
padre. Sé quién soy, cuál es mi función. Las princesas se
asocian con los gobernantes de los planetas, líderes que
pueden salvaguardar a Royaume. Recitó las palabras que
la reina solía decirle—. Ciertamente no siguen sus
corazones y se unen con guerreros valientes y risueños
que no tienen influencia en el universo.
—¿No tiene influencia? —Su secretario privado, que
normalmente sirve a la tradición, la sorprendió al hacer esa
pregunta—. Escuché a los cyborgs cuando hablaron con
él. Se habrían unido al rescate, habrían luchado junto a tu
guerrero si les hubiera pedido que hicieran eso.
Nancy se había ganado la misma impresión. Pero eso no
cambió nada.
—No es el gobernante con el que Royaume requiere que
me alinee.
—Royaume necesita aliados con los que pueda contar,
aliados que lo ayuden a defenderse de la próxima entidad
que busque controlar el planeta —El rostro de Valentin
estaba desprovisto de emoción, sospechosamente en
blanco—. Hay pocas fuerzas de combate más feroces que
los cyborgs.
Los cyborgs fueron fabricados para ganar batallas. Se
hacen fuertes aliados.
—La reina nunca permitiría la alianza.
—Nos aseguraremos de que la reina lo permita —Valentin
parecía seguro.
Nancy quería creer en los poderes de persuasión de su
padre, anhelaba que una alianza con Truth fuera una
posibilidad.
Pero conocía a la reina.
La reina nunca la escucharía ni a ella ni a Valentin. No le
importaba la felicidad de ninguno de sus hijos.
La prueba de esa postura estaba en la nave. La
gobernante había cambiado fríamente la vida útil, la
seguridad, del príncipe por una paz temporal. El macho
apenas había sobrevivido a esa experiencia.
La reina no dudaría en vincular a Nancy con un
extraño. Insistiría en que la princesa de Royaume formara
el mismo matrimonio frío, de un reino avanzado que había
soportado.
Y eso sería tan letal para Nancy como una celda de prisión
de la Alianza Humanoide.
La mataría. Lentamente. Seguramente.
Rotación de planeta tras rotación de planeta, se
desvanecía más en el fondo, convirtiéndose en la sombra
silenciosa en la cámara, mirando hacia abajo para siempre
en una pantalla de visualización privada, rara vez hablaba
una palabra, sin importarle nada ni nada.
Desaparecería hasta que no quedara nada de ella, sin
corazón, sin felicidad, sin esperanza.
La mandíbula de Nancy sobresalió. Eso tampoco
protegería a Royaume. Una princesa emocionalmente
muerta no ayudaba a nadie. Tenía que encontrar una
solución que salvaguardara su corazón.
Eso no la separaría de Truth.
—Valentin, te necesitan en tus aposentos privados —Su
cyborg regresó como si lo hubieran convocado sus
pensamientos. La levantó de su asiento, tomó su lugar y la
puso de nuevo en su regazo—. Yo tengo los controles.
—Regresaré en un turno —Valentin bajó la cabeza y
abandonó el puente.
—Se está apresurando como yo me apresuré a contactarte
—Truth se rió.
Nancy no podría vivir sin su alegría.
—¿Qué pasa, princesa? —Su cyborg debe haber leído su
estado de ánimo. Apoyó la barbilla en su hombro
derecho—. Si estás preocupado por Claude, no tienes por
qué preocuparte. Vivirá, aunque, en sus historias, se
acerca a la muerte con cada interpretación.
—Le encanta transmitir sus historias de guerra —Empujó la
conspiración al fondo de su mente y se concentró en Truth,
el hombre que amaba—. Contar esos cuentos le da alegría.
Nancy se movió en el regazo de su cyborg, maniobrando
su cuerpo hasta que se sentó a horcajadas sobre su
cintura. Lo miró y su corazón latía más fuerte, latiendo con
fuerza en su pecho.
Era guapo. Todos los cyborgs que había conocido a través
de las líneas de comunicación eran guapos. Pero ninguno
de ellos la dejó sin aliento como lo hizo él.
Ninguno de ellos apeló a ella, hizo que quisiera descartar
su honor y su deber y desafiar imprudentemente a la reina,
arriesgarse a cargos de traición por estar con ellos.
—Claude significa el universo para mí —Se quitó los
guantes, rodeó el rostro sonriente de Truth con sus manos
desnudas, saboreando ese contacto piel con piel, esa
conexión con su macho—. Gracias por llevarlo a un lugar
seguro.
—No fue nada —Su cyborg, su guerrero, su amor, se
acarició contra sus palmas, sus párpados se bajaron
parcialmente. Tu hermano y el Palavian están bebiendo
bebidas y devorando barritas nutritivas en la cámara que
nunca usé. Nuestra habitación era demasiado grande para
ellos. Están acostumbrados a espacios más pequeños.
—Mi hermano llama su macho al Palavian —A la reina
tampoco le gustaría esa relación. Se esperaba que los
príncipes también hicieran partidos para fortalecer el reino.
—Puede que no desee compartir su nombre. O podría
haber sufrido un trauma y ya no tiene esa información en
sus bases de datos —El tono de Truth no tenía ningún
juicio—. Los humanoides... y los humanos... son frágiles.
Mordió las yemas de sus dedos.
Ella gritó, apartó las manos de él.
—Esta frágil humano te está agradecida —Inclinó su
cuerpo hacia el de él—. Gracias por todo lo que has hecho
por mí, por mi hermano, por Claude, por Royaume.
—Haría cualquier cosa por ti —Rodeó su cintura con sus
grandes manos—. Eres mi mujer.
Vaciló, no quería arriesgarse a estropear el momento, pero
tenía que hacerle la pregunta. La respuesta podría afectar
su futuro.
—Si un enemigo atacara a Royaume y te pidiera que
pelearas conmigo, ¿pelearías?
—¿Y aumentar mi tasa de muertes? Frag sí —La sonrisa
de su cyborg se extendió de oreja a oreja—. Siempre
lucharé por ti, Princesa.
Se encontró con su brillante mirada azul directamente.
—¿Alguno de tus hermanos se uniría a ti?
—El 87.5969 por ciento de mis hermanos se unirían a
nosotros —Ladeó la cabeza hacia la derecha y luego hacia
la izquierda—. El 12.4031 por ciento restante tendría que
perderse la diversión, ya que son necesarios para
salvaguardar la Patria y otros terrenos controlados por los
cyborg. Luego está Power —Sus labios se torcieron—. Se
considera el jefe del Consejo Cyborg y rara vez sigue una
dirección que no sea la suya.
Power debe ser su gobernante.
—¿Pero te permitiría luchar por Royaume?
—No podría, no podría detenernos —El buen humor de
Truth volvió—. Mis hermanos disfrutan de la batalla, y
defender la patria de mi mujer es una razón válida para que
luchemos.
—Porque sus hermanos creerían que un conflicto como
ese sería divertido —Se relajó.
—Sería divertido —Le sonrió.
Le devolvió la sonrisa a él. Una alianza con el hombre que
amaba garantizaría la libertad de su planeta, de sus
súbditos. No los dañaría persiguiéndolo.
Era poco probable que la reina aprobara el partido. Y si no
lo aprobaba, Royaumes no lo apoyaría. La considerarían
una traidora. Sería desterrada del planeta durante su ahora
larga vida, nunca volvería a ver a sus hermanos, Claude,
Valentin o Marthe.
—Encuentras alegría en cada situación —Nancy encontró
la mirada de su cyborg—. Quiero ese futuro. Quiero... te
elijo a ti —Y eligió la seguridad de los Royaumes sobre su
aceptación—. Lucharé por ti —Apoyó las palmas de las
manos contra el pecho cubierto de armadura de Truth. —
Puede que no tenga éxito, pero...
—Tendremos éxito —Rozó sus labios sobre los de ella,
dejando un rastro de sus nanocibóticos en su carne.
Ella burbujeaba con esa parte de él, de felicidad. Se tomó
su decisión. Arriesgaría todo, se alejaría de todo lo que
sabía para estar con él.
—Te deseo —Nancy intentó levantar la pieza más grande
de su armadura corporal por encima de su cabeza—. Te
necesito.
Luchó con la prenda protectora.
Truth, ese tonto, arqueó las cejas. Su pecho se estremeció
con reprimido regocijo.
Esa no era la reacción que estaba tratando de inspirar.
—En mi opinión, esto fue mucho más sexy —Resopló.
—Es extremadamente sexy, hermosa —Sonrió—. Tus
labios están fruncidos, tus pechos se mueven y hay gotas
de sudor en...
—Quítatelo, cyborg —Ella renunció a su intento de
desnudarlo.
Truth se rió.
—Sí mi princesa —Levantó fácilmente la pieza de
armadura corporal y la arrojó detrás de él.
—Gracias —Le besó el hombro derecho, le pasó los labios
por la clavícula y le besó el hombro izquierdo.
Su piel era de un tono más claro de gris donde el rayo lo
había cortado. Estaba levemente magullado en un par de
otros puntos.
Pero no hubo lágrimas persistentes, ni heridas sin cicatrizar,
ni cicatrices. Y estaba tranquilizadoramente cálido.
Nancy lamió uno de sus pectorales, saboreando metal y
macho, una combinación tentadora única para su
cyborg. Él gimió, el sonido bajo y profundo la excitó.
Esa fue la reacción que ella buscó de él.
—Eliminar —Golpeó con las yemas de los dedos el chaleco
antibalas que cubría sus abdominales.
Amablemente se desnudó ese tramo de sí mismo.
Pasó la lengua por los músculos en cascada. Ondearon
bajo su atención. Se deslizó entre sus piernas abiertas
mientras lo adoraba más. Sus rodillas tocaron el suelo. Su
lengua se conectó con más armadura corporal.
Truth eliminó apresuradamente esa barrera, su guerrera
adorablemente ansiosa, sorprendentemente silenciosa. Lo
había dejado sin palabras. El orgullo expandió su pecho.
Lamió su estómago plano y su polla se contrajo. Esa parte
de él era dura y muy tentadora. Lo miró sin ocultar su
anhelo y se lamió los labios lentamente.
Su cyborg se agarró a los reposabrazos de la silla. Duro.
Deseaba su lengua en su eje, y le daría lo que lo quería.
Pero se burlaría de él primero. Exploró tranquilamente las
hendiduras en los huesos de su cadera, hablando sobre él,
de un lado a otro, de un lado a otro, acercándose cada vez
más a su premio.
Una gota de pre-semen se formó en su punta.
—Le has servido bien a tu princesa en esta rotación
planetaria —Miró hacia arriba y se encontró con su mirada
azul brillante—. Es el turno de tu princesa para servirte
ahora.
—Ningún guerrero podría pedir una mejor recompensa —
Su voz se profundizó con lujuria.
Presionó sus labios contra su base y su polla se balanceó.
—No eres simplemente un guerrero, Truth —Arrastró su
lengua a lo largo de su eje, siguiendo una vena
pulsante. Eres mi guerrero, el único hombre por el que
cambiaría todo por complacer.
—Me complaces —Los reposabrazos se doblaron bajo sus
dedos, el metal no podía competir con la fuerza de su
cyborg, su necesidad—. Me complaces mucho, princesa.
—Simplemente he comenzado a hacer eso —Le pasó la
lengua por el borde, rodeándolo una y otra vez.
—Agujero de fraggin —Tenía la mandíbula apretada—.
Puede que no sobreviva a tus placeres.
Movió su lengua sobre la cabeza de su polla, reclamando
la gota colocada en su raja.
Las caderas de su cyborg se levantaron. Los reposabrazos
se derrumbaron. Los pedazos cayeron al suelo, el ruido
absorbido por el grosor de la tela que cubría esa superficie.
Sus nanocibóticos burbujearon en su lengua. Su esencia
calentó su boca, garganta, estómago.
—Eres delicioso, cyborg —Ella gimió de agradecimiento—.
Debería recompensarte más a menudo.
—No voy a discutir con ese decreto —Movió las manos a
su rostro y hundió los dedos en su cabello, aflojando los
zarcillos, aliviando esa presión. Eres decadentemente
suave, princesa. Su cyborg curvó sus dedos sobre su
cráneo.
—No me veo muy parecido a una princesa —Su cabello no
estaba cubierto de pigmento antes del rescate—. No llevo
una tiara.
—Si tus súbditos te vieran ahora, es dudoso que estén más
preocupados por tu falta de tiara —Su tonto macho se rió—.
Tienes tu delicada lengua rosada en mi enorme polla.
—Es verdad —Acarició sus bolas con la nariz—. Tu
enorme polla sorprendería a cualquiera.
La intimidó un poco. Levantó la cabeza y la miró. Sería un
desafío encajar toda esa masculinidad en su boca.
Pero estaba dispuesta a intentarlo.
Deseosa de intentar esa hazaña, ella empujó sus labios
sobre su punta y lo chupó suavemente.
La sonrisa de Truth desapareció y su control sobre ella se
intensificó.
Lo soltó y él se dejó caer contra el respaldo de la silla.
—Eres una fuerza, hermosa.
Fue su turno de reír.
—No has experimentado nada todavía —Lo inhaló una vez
más, tomando más y más de su longitud, acunando su eje
con su lengua.
Sus músculos se flexionaron contra ella. Su cyborg era un
hombre poderoso, un guerrero con muy pocos iguales, y
era suyo. Controlaba su felicidad, podía cambiar la tensión
dentro de su cuerpo inflexible con una mirada sensual o un
toque de sus manos.
Sus dedos rozaron sus bolas y él hizo un sonido de dolor,
demostrando ese punto.
Ella tomó más y más de él hasta que su punta golpeó la
parte posterior de su garganta. La decepción se apoderó
de Nancy. No podía meterlo todo en su boca. Era
demasiado grande.
Sus hombros se cuadraron. Pero ella podría satisfacer su
cyborg. Ella cubrió el resto de su eje con sus dedos,
aplicando presión sobre su carne, buscando prolongar la
experiencia para ambos.
Los dedos de su cyborg se retorcieron en su cabello, los
pinchazos de dolor la estimulaban.
Ella echó la cabeza hacia atrás, arrastrando sus labios
sobre su polla, retirándose a su borde. Por un latido, no se
movió. Permaneció quieta, construyendo su
anticipación. Luego se lanzó hacia adelante, tomando tanto
de su guerrero como pudo, sus dedos sirvieron como un
amortiguador, asegurándose de no inhalar demasiado
profundamente.
Cerró sus piernas alrededor de ella, enjaulandola con su
cuerpo. El mensaje fue claro. Ella permanecería allí hasta
que terminara, hasta que él llegara.
Nancy aceptó ese arreglo, no tenía intenciones de
irse. Ahora no. Jamás.
Echó la cabeza hacia atrás, se detuvo, se lanzó hacia
adelante, echó la cabeza hacia atrás, se detuvo, se lanzó
hacia adelante. Sus caderas se balancearon, su macho
activo incapaz de permanecer quieto. Ella varió su enfoque,
llevándolo profundo, profundo, luego superficial, profundo,
superficial.
Los cambios mantuvieron a su cyborg fuera de balance,
bloquearon sus esfuerzos por recuperar el control. Y
alimentó la necesidad que tenía de variedad, de
emoción. Lo conocía como la conocía él, utilizaba ese
conocimiento ahora para darle placer, para mostrarle el
cariño que ardía en su pecho, en su corazón, en su alma.
—Sí. Si. Sí —Empujó hacia arriba, fuera de sincronía con
sus esfuerzos.
Chocaron juntos y se derrumbaron. Su agarre en su base
le impidió ahondar demasiado, de lastimarla
inadvertidamente.
Ella inhaló su enorme polla, sus mejillas ensancharon
alrededor de él y lo soltó, repitiendo ese ritmo. Sus labios
zumbaron. Su propio fervor creció. La conexión entre ellos
se fortaleció, arremolinándose a su alrededor, uniéndolos a
los dos.
Durante toda su vida, había estado aislada de los demás,
atrincherada por su estatus real, apartada... hasta que lo
conoció. Había bromeado y provocado su camino dentro de
las paredes que había erigido a su alrededor.
No podía imaginar volver a ese aislamiento. Esa
perspectiva la lastimó, la puso frenética. Ella chupó más
fuerte, trabajó su polla más rápido, más fuerte.
Él gruñó, empujándola hacia él mientras se levantaba. Su
cyborg estaba a punto de ser liberado. Sus bolas abrazaron
su eje. Sus ojos estaban salvajes.
Trató de frenar su paso, hacer que la experiencia
durara. Sus dientes rozaron su carne.
Rugió, empujando ferozmente. Su base golpeó sus dedos y
explotó. Pulsos calientes de semen se dispararon en su
boca, golpearon la parte posterior de su garganta.
Ese aluvión de esencia infundida con nanocibóticos trajo la
mayor felicidad. Gritó alrededor de su polla, temblando por
el impacto.
—Sí —gritó su respuesta, viniendo de nuevo, quieto, para
siempre. Sus ojos se oscurecieron, ni un destello de
energía los iluminó.
Más éxtasis la golpeó. Tragó y tragó y tragó, pero era
demasiado para ella. Su esencia goteó por su barbilla,
dejando un rastro de efervescencia. Se parecía a las
caricias de mil dedos a lo largo de su piel, se sentía en su
boca, en su cuello, irradiando hacia sus manos y sus
pies. No había ninguna parte de ella que permaneciera
intacta.
La abrazó. No pudo escapar de la decadencia, de su
arrebato, se vio obligada a experimentarlo todo. Y lo tomó
porque era su igual, era la princesa de su alma
guerrera. Lo dejó seco, lo lamió hasta dejarlo limpio y lo
miró fijamente.
Rayas de azul brillante destellaron en sus ojos como rayos
durante una tormenta.
—Apagaste mis sistemas. Cada maldito tiempo —La sentó
en su regazo.
Tenía ese poder para desactivarlo. Nancy levantó la
barbilla.
—Soy tu princesa.
Sonrió con expresión aturdida.
—Eres mi princesa —Capturó su rostro entre sus manos y
cubrió sus labios con los suyos, acariciando su boca.
Debe saber a él. A su cyborg amante del caos no pareció
importarle eso.
La besó con una pasión que hizo que sus dedos de los pies
se doblaran. Su lengua dio vueltas, enredada con la de
ella. Sus dedos se extendieron sobre sus mejillas.
Su corazón era suyo. Nancy se presionó contra Truth.
Si no estuviera a su lado, no estaría completa. Esa parte de
ella faltaría.
No podía dejarlo ir.
Capítulo 13

El vuelo a Royaume tomó veintiún rotaciones planetarias.


Esa larga duración no se debió a la distancia recorrida. El
factor determinante fue la velocidad a la que viajaban.
El carguero real estaba utilizando solo el 58.3675 por
ciento de la capacidad de su motor.
Esa fue una elección hecha por la princesa de Truth. Había
proporcionado una variedad de razones para extender el
viaje.
Su hermano y el Palavian tenían que recuperar fuerzas
antes de enfrentarse a la reina. Ese encuentro sería un
suplicio, y se aseguraría de que ambos pudieran soportarlo
sin sufrir daños.
Las heridas de Claude tenían que sanar. Ese hombre
obstinado insistiría en reanudar sus deberes, escoltarlos al
palacio. No infligiría un dolor innecesario a su padre.
Su hermano mayor, el príncipe heredero, merecía que
Royaume se concentrara en él. Eso le permitiría recuperar
la adulación de sus súbditos y asegurar su lugar como el
próximo en la línea para gobernar.
Todas esas racionalizaciones eran lógicas y sólidas, pero
eran secundarias Truth era razón del retraso.
Su hembra no quería regresar a su planeta de origen.
No quería enfrentarse a la reina, su madre biológica. Truth
leyó eso en sus ojos, lo escuchó en su voz, lo procesó, la
ayudaría a superarlo.
Porque su princesa no podía posponer esa reunión para
siempre.
—Nuestro destino está a la vista —Rodeó la imagen del
planeta en la pantalla principal.
—Es demasiado pronto —Se movió en su regazo,
moliendo su pequeño culo respingón contra su polla
cubierta con armadura.
Su princesa estaba vestida con un vestido colorido que
consistía en capas de tela ligera, casi transparente. Una
tiara igualmente brillante estaba posada sobre su delicada
cabeza. Tenía los dedos cubiertos con guantes largos y
ceñidos que combinaban con su prenda.
Su belleza hizo que sus procesadores funcionaran mal.
—La reina no aprobará la relación de mi hermano,
ordenará que se separen —Aparecieron líneas entre sus
finas cejas—. No es lo suficientemente fuerte como para
desafiarla.
—Tu hermano es fuerte —El macho humano había
sobrevivido a ciclos solares de tortura y encarcelamiento.
Eso requirió perseverancia. Y tú también eres fuerte,
princesa. Eres uno de los seres más fuertes que he
conocido. Truth presionó sus leves curvas contra su duro
músculo, abrazándola, tratando de transmitirle físicamente
su confianza en sus habilidades—. Si flaqueas, estaré
contigo, protegiéndote. Nunca me iré de tu lado.
Él veía a la reina como su enemiga, se enfrentaría a ese
adversario con ella.
—La reina intentará separarnos —Su mujer expresó que lo
que proyectaba era la causa de su daño emocional—.
Puede que tengamos que luchar para salir del palacio —Se
levantó el dobladillo de la falda y reveló una daga atada a
su bien formada pierna—. Estoy preparada para hacer eso.
Agujero de mierda. Lo encendió.
—Pondré mis armas en aturdimiento —No mataría a los
seres que su princesa había estado protegiendo durante
toda su vida—. Esto podría ser divertido.
Había simplemente un 18.2596 por ciento de probabilidad
de que fuera agradable. Ganarían la próxima batalla. El
fracaso no era una opción. Pero esa victoria tendría un
gran costo.
Su princesa se preocupaba por sus oponentes,
experimentaría su daño como si fuera suyo. Y eso dañaría
a Truth. Cuando ella sufría, él sufría.
Esta era una batalla que prefería no pelear.
Su mujer suspiró.
—Esto no será divertido, pero hay que hacerlo.
Vieron cómo la imagen del planeta se hacía cada vez más
grande en la pantalla de visualización, la confrontación
cada vez más cercana, más inevitable, más real.
—Te amo, Truth —Las palabras de Nancy fueron dichas en
voz baja, pero llegaron a lo más profundo de él,
enroscándose alrededor de su corazón, inmovilizándolo
temporalmente.
Se quedó inmóvil y contuvo la respiración.
Cubrió sus manos con las suyas, entrelazando sus
dedos. La delgada barrera de tela no podía ocultar el cariño
en su toque.
—Te quiero mucho.
Su sistema auditivo no había funcionado mal. Su princesa
le había dicho las palabras de amor humano. Truth apoyó
la barbilla en su hombro derecho, aturdido, asombrado,
pasmado. Lo amaba. Ella realmente lo amaba.
Suspiró, ese sonido tirando de su alma.
—Si algo sucede, quiero que lo sepas.
—No te pasará nada malo —Lucharía contra el universo
para mantenerla a salvo. Era suya, su hembra, su princesa,
su compañera de aventuras. Cambiaría su vida por la de
ella.
—El palacio ha sido informado de nuestra llegada —
Valentin entró en el puente. También debe estar
anticipando una pelea. El cuello de su armadura era visible
debajo de la pechera de su cobertura más extravagante—.
Nos están esperando.
—No nos sacarán del espacio por volar lo que parece ser
un carguero de la Alianza Humanoide —Claude cojeó
hasta su asiento. Sus ropas eran más sobrias que las de
Valentin, pero eran claramente reales.
Marthe lo siguió. Su vestido era una versión más delgada,
más pálida y menos adornada del de Nancy. Ella miró con
preocupación a Claude.
—Es posible que nos hayan visto como el enemigo —Su
princesa se reposicionó, sentándose de lado en el regazo
de Truth—. Eso habría sido lamentable.
Truth no había experimentado ningún temor por un posible
fuego amigo. Había estado monitoreando los sistemas de
la nave, estaba al tanto de todas las comunicaciones que
fluían a través de ellos.
Incluidas las transmisiones entre el príncipe y el palacio.
—La reina me ofreció una audiencia con ella —Ese hombre
fue el siguiente en entrar al puente. Permanecía demasiado
delgado, pero sus mejillas tenían pigmentación y podía
caminar sin ayuda—. Rechacé ese gran honor —Su tono
era sarcástico—. Y no le di a su secretario privado una
razón para mi respuesta, lo que lo irritó.
El Palavian gruñó. El macho siguió de cerca a su príncipe,
con la mirada fija en su pequeño humano.
La mujer de Truth suspiró.
—Ella…
—Me entregó a la Alianza Humanoide, sabiendo que sería
torturado y probablemente moriría bajo su custodia —La
voz del príncipe se elevó—. Te envió en una misión
imposible para rescatarme, sabiendo que probablemente
fallarías y serías brutalmente asesinada. Hicimos nuestros
sacrificios por Royaume, princesa. No les debemos a ellos
ni a su reina nada más.
El Palavian atrajo al angustiado príncipe a sus brazos,
cubriendo la mayor parte posible de la forma humana. Él
arrulló, un sonido reconfortante que Truth nunca había
escuchado a nadie de su especie. Su manejo del macho
fue suave.
—Estoy de acuerdo —Nancy se hundió más
profundamente en el abrazo de Truth, como si ella también
buscara el consuelo del toque masculino—. Lo que iba a
decir es que la reina verá tu respuesta como un acto de
desafío. Deberías prepararte para su reacción.
—Oh —El príncipe parpadeó una vez, dos veces—. No
estaremos presentes para enfrentar esa reacción —
Intercambió una mirada con su Palavian—. Conociendo a
la reina, no le ha contado a nadie más sobre mi
regreso. Cuando aterricemos, planeamos escabullirnos del
palacio, ir a un lugar donde podamos estar solos, planear
nuestro próximo movimiento.
—Eso es inteligente —El asentimiento de Nancy fue
majestuoso—. La distraeremos para que puedas escapar.
—¿Esta distracción implicará hacer explotar algo? —Truth
le sonrió a su princesa—. Puedo llevar algunos explosivos
si es necesario.
—Eres un tonto —Negó con la cabeza, un atisbo de
sonrisa curvó sus labios exuberantes—. No habrá
explosivos.
—Soy tu tonto —Besó la punta de su nariz real.
Le sonrió. El oro que bordeaba sus iris brillaba. Su hembra
era hermosa, y era suya, y se aseguraría de que
permaneciera segura y feliz.
La probabilidad de eso era del 3.5896 por ciento si estaban
separados. La reina la había enviado una vez a una misión
peligrosa, la enviaría de nuevo a una misión peligrosa. Y,
sin él a su lado, su princesa podría no sobrevivir a la
próxima misión.
Truth no sobreviviría a su muerte.
Tenían que permanecer juntos.
—Nos acercamos al lugar de aterrizaje —Valentin puso las
manos sobre los controles.
Truth mantuvo sus manos sobre Nancy. El macho era un
piloto competente, podía aterrizar la nave sin ayuda y su
princesa necesitaba el consuelo de su toque. Ella tembló
bajo sus palmas mientras se alisaba el vestido y se
enderezaba la tiara.
—Eres perfecta —Le sonrió.
—No soy perfecta —El pigmento rosado inundó sus
mejillas—. Pero los Royaumes esperan que yo luzca de
esa manera.
Y le importaba lo que sus súbditos pensaran de ella. Se
preocupaba por ellos.
Pero él era el ser que amaba.
La miró con abierta admiración, todavía la miraba cuando
la nave se posó en los terrenos del palacio, dentro de las
murallas.
Claude insistió en guiarlos a través de la nave, hasta las
puertas. Ese era su papel esperado, explicó, con el pecho
inflado de importancia.
El papel de Truth estaba con su princesa. Ella agarró uno
de sus brazos con sus dedos cubiertos de tela. Se movió
con ella, igualando su paso más corto, monitoreó el
espacio a su alrededor, buscando amenazas.
Los humanos se colocaron en la parte inferior de la rampa
del carguero. En la distancia, los seres corearon:
—Princesa, Princesa, Princesa —Ninguno de ellos parecía
hostil.
Pero Truth no estaba tomando riesgos con su mujer. Su
forma rígida le transmitió que se sentía insegura. Apoyó la
mano libre en el mango de una pistola enfundada,
preparado para defenderla.
Un hombre de aspecto presumido los saludó.
—Su Majestad la Reina solicita una audiencia inmediata
con Su Alteza Real la Princesa Nanette —Posó con una
cadera estirada y la nariz apuntando al aire.
Truth miró a su hembra, dio unos golpecitos en la
empuñadura de su arma y enarcó las cejas.
Felizmente terminaría con la vida útil de ese hombre.
Su princesa negó con la cabeza, negando su silenciosa
solicitud.
—La reina recibirá una audiencia con la princesa y Truth, el
consorte de la princesa —Su tono coincidía con la
arrogancia del hombre presumido.
Eso encendió a Truth. Su polla presionó contra los confines
de su armadura corporal.
—El secretario privado de la princesa, la guardia real y la
doncella real acompañarán a la princesa y el consorte de la
princesa —Valentin, Claude y Marthe dieron un paso al
frente.
El hombre de aspecto presumido estiró la cabeza,
intentando mirar detrás de ellos.
—¿Y Su Alteza Real, el príncipe, se unirá también a la
princesa?
Su Alteza Real, el príncipe y su compañero Palavian ya no
estaban en la nave. Habían salido de la bodega de carga y
estaban corriendo a la velocidad humana en la otra
dirección.
—La princesa y el príncipe rara vez ocupan el mismo
espacio —La voz de la mujer de Truth era
estimulantemente fría—. Ese protocolo real fue transmitido
a los ciclos solares de la princesa por el secretario privado
de la reina, y la princesa se ha adherido a él siempre que
ha sido posible.
La rígida postura del hombre de aspecto presumido se
relajó un poco. Debe ser el secretario privado de la reina.
—Gran parte de la información que ha impartido el
secretario privado de la reina ha sido apreciada y valorada
por la princesa —Le concedió al hombre una de sus
sonrisas cuidadosamente fabricadas.
Truth prefirió las sonrisas que le concedió. La piel alrededor
de sus ojos inusuales se arrugó. Su rostro resplandecía de
felicidad. Sus labios exuberantes se separaron.
Pero el secretario privado de la reina se deleitó con su
respuesta más inventada. Los ojos del macho brillaron con
orgullo.
—La princesa y su séquito seguirán al secretario privado
de la reina —Hizo chasquear los tacones de sus brillantes
botas, se volvió y se dirigió hacia el palacio.
La princesa de Truth no siguió al macho. Levantó el dedo
índice derecho, indicando que esperara, e inclinó la
cabeza. Su frente se arrugó con líneas de pensamiento.
—¿Una escucha eso? Suena como... vítores.
—Están animando a la princesa —Uno de los machos que
bordeaba la ruta ofreció esa información. Estaba vestido
con un uniforme militar de colores brillantes que lo
convertiría en un objetivo fácil de ver en cualquier campo
de batalla—. Todos estamos tan felices de que la princesa
haya regresado a nosotros.
Una mujer con un uniforme un poco más elegante le frunció
el ceño.
El macho se enderezó apresuradamente.
—Lo estamos —Pronunció esas palabras a espaldas de la
mujer.
—Me están animando —La mujer de Truth sonó
sorprendida.
A Truth no le sorprendió en absoluto que los Royaumes
animaran a su princesa. Cada ser completamente funcional
que conoció a su mujer la adoraba. Incluso se había
ganado al Palavian.
—Una debe reunirse con sus súbditos —Tiró de él en la
dirección de los vítores.
—Princesa, ¿es esto sabio? —Valentin corrió tras ellos.
Claude y Marthe lo siguieron, parecían preocupados.
—Esto es muy sabio —Nancy se dirigió hacia las puertas
ornamentadas. Agarró el brazo de Truth.
Cubrió su mano enguantada con la suya.
—Esto también es divertido —Sonrió—. Tenemos otra
aventura, tú y yo.
—Estamos teniendo una aventura —dijo eso a un nivel que
solo él podía oír, manteniendo su serena sonrisa. Solo el
brillo en sus ojos transmitía su alegría.
Truth se deleitaba con su deleite y se deleitaba con el caos
que tenían ante ellos.
Humanos de todas las variedades presionados contra la
valla de metal. Había mujeres con vestidos más elegantes
que el que usaba su princesa, hombres con hollín en sus
rostros sonrientes, descendientes agitando pedazos de tela
brillante.
Sus vítores se hicieron más fuertes cuando su princesa se
acercó a ellos.
—Abran las puertas —Les dio esa orden a los guardias.
—Hay demasiados seres, princesa —Los guerreros
elegantemente vestidos dudaron—. No podemos mantener
a la princesa a salvo si Su Alteza Real se aventura fuera de
los terrenos del palacio.
—Mantendré a nuestra princesa a salvo —Truth movió su
palma hacia la parte baja de su espalda.
—Su consorte es verdaderamente un cyborg —Una mujer
colocada fuera de las puertas les gritó ese hecho a los
demás. Su voz contenía emoción, no miedo como había
proyectado—. Es una gran bestia masculina. Y está
protegiendo a nuestra princesa.
La multitud vitoreó.
—Abre las puertas, Luc —La mujer de Truth se dirigió a
uno de los guardias por su nombre—. Una verá sus
súbditos.
—Si, princesa —El macho la obedeció a regañadientes,
abriendo la puerta lo suficiente como para permitirles pasar
por el hueco.
La multitud se cerró alrededor de Truth y su
princesa. Extendió los brazos, creando un pequeño círculo
de espacio entre ellos y los seres.
—Vimos las imágenes, princesa —Una mujer con cabello
fino y gris y un rostro amistoso arrugado miró a la mujer de
Truth. El cariño y la reverencia brillaban en sus ojos—.
Vimos cómo trataste de mantenernos a salvo de esos
seres malos de la Alianza Humanoide durante la ocupación.
—Y sabemos que acaba de regresar de rescatar a dos de
los nuestros —Un hombre que olía a grasa de motor asintió
con la cabeza—. No pudimos ver a los pobres
bastardos. Estaban borrosos. Pero eran Royaumes y
arriesgaste tu vida para salvarlos —Extendió la mano para
tocarla.
La princesa de Truth apretó la mano del hombre.
El macho lo sacudió. Vigorosamente.
—Estamos muy orgullosos de que sea nuestra princesa,
Su Alteza Real, muy orgullosos.
Ella pareció un poco aturdida.
—¿Como supiste…? Valentin —Adivinó el culpable.
—Envió la grabación hace seis rotaciones planetarias —
Truth murmuró esa información en su oído—. Fue
retransmitido a un canal de acceso cerrado. Muy pocos
seres tuvieron acceso a él.
—Esos pocos seres deben haberlo enviado a todos —Su
voz era un susurro. Su expresión tranquila no se deslizó ni
por un momento—. Todos han visto las grabaciones que
hizo Valentin.
—Y tú, hombre joven —El hombre humano volvió su
atención hacia Truth—. Vimos cómo salvaste a nuestra
princesa... más de una vez —La mano de Truth también
fue apretada y estrechada—. Estás bien.
—Está más que bien —La mujer de cabello gris lo miró—.
Está bien.
Otras hembras gorjearon.
—Es nuestra princesa eterna ahora —Una mujer de cabello
castaño sonrió—. Gracias a él. Nunca envejecerá y nunca
morirá.
—Nos estará vigilando siempre —La mujer de cabello gris
asintió.
—Nuestra Princesa eterna —La multitud gritó esas
palabras, agitando trozos de tela.
—Princesa eterna —Una cría tiró de la falda de su
hembra—. Tengo esto para ti —Le tendió un puñado de
flores marchitas.
La hembra de Truth se agachó y aceptó el regalo, tratando
la vegetación andrajosa con cuidado.
—Son hermosos —Olió las flores—. Tengo esto para ti —
Su princesa desenvolvió un trozo de tela brillante de
alrededor de su cuello y lo colocó sobre los pequeños
hombros de la descendencia—. Ahora pareces una
princesa.
—Mamá —El pequeño humano se acercó a una hembra
completamente madura—. Parezco una princesa.
—Te ves como una princesa, cariño —Las lágrimas
corrieron por las mejillas de la mujer—. Gracias, Su Alteza
Real.
Su princesa le dio a la hembra uno de sus regios
asentimientos.
Truth trató de proteger a su mujer tanto como pudo de la
exuberancia de sus súbditos. Todos querían hablar con ella,
tocarla, buscaban hablar y tocarlo también. Los humanos la
amaban, la respetaban, comentaban diferentes partes de la
grabación, de su historia.
El secretario privado de la reina debió darse cuenta de que
no lo habían seguido. Volvió sobre sus pasos y esperó con
Claude, Marthe y un Valentin de aspecto extremadamente
presumido al otro lado de las puertas.
La princesa de Truth le pasó ramos de flores y cuadrados
de tela y otros regalos. Los colocó en sus pistoleras y
fundas, su armadura negra decorada con toques de
color. Se inclinó para asegurar mejor una ofrenda y...
—Tú la mataste —Un hombre desprovisto de pelo corrió
hacia Truth y le escupió.
La gota de saliva golpeó su pecho cubierto con una
armadura corporal y rodó por esa prenda protectora. Truth
no se inmutó. Había sido golpeado por líquidos más sucios
en el pasado, una vez había vadeado a través de una
corriente de heces bovinas hasta la cintura con sus
hermanos para llegar a un lugar de batalla.
—Mataste a mi dulce hija, mi única hija, y te odio por eso
—La mirada enojada del hombre calvo se dirigió a la mujer
de Truth—. La odio por haberte elegido como su consorte.
Ella miró a su acusador.
—El consorte debe ser tratado con respeto —Su pequeña
humana lo defendió, un cyborg, un guerrero fabricado para
la guerra.
Los labios de Truth se crisparon, la situación lo divirtió.
—Oye. Oye —Un hombre barbudo empujó al hombre calvo
lejos de él.
—No —Truth lo detuvo—. Quiero oír hablar de su hija —
Apretó los labios, no dañaría más el sistema emocional del
hombre con una sonrisa— ¿Cómo es ella?
—Era el alma más amable y pura, y tú la mataste —El
dolor infundido de ira devastó las palabras del hombre
calvo—. Era maestra, regresaba con sus alumnos de un
viaje para ver a un fabricante de contenedores. El
fabricante de contenedores dijo que tenían una gran
rotación planetaria, fabricaban pequeños contenedores.
Entonces la viste cruzando el viejo puente de piedra —Su
labio superior se levantó en una mueca de desprecio—. La
cazaste y la mataste.
Truth buscó en sus bases de datos, escaneó los recuerdos
colectivos de todos los cyborgs estacionados en Royaume.
—¿Llevaba una prenda azul alrededor de la cintura?
—Ese fue el delantal que le hizo su mamá, mi esposa,
máquina desalmada —El hombre calvo se lanzó hacia
adelante. Otros seres lo detuvieron—. Quisiste matarla.
Mataste a mi bebé.
—No la maté —Había matado a otros seres inocentes,
pero no a la hija del macho—. Uno de mis hermanos
terminó su vida.
Todos lo miraron, incluida su mujer.
Los demás parecían horrorizados.
—Fue la guerra —Su princesa le apretó la mano, su voz se
suavizó con comprensión.
—Se fue la guerra y su hija murió como una héroe —Truth
se encontró con la mirada del hombre calvo y trató la
discusión con la solemnidad que merecía—. Vio a las
fuerzas de la Alianza Humanoide marchando hacia ella,
instó a la descendencia, sus estudiantes, a esconderse
debajo del puente. Mientras se ocultaban, se paró en el
centro del puente y distrajo al oficial de la Alianza
Humanoide —Ese oficial había estado buscando seres
para matar, torturar—. Ella dio su vida útil para salvar a sus
estudiantes.
—¿Ella... ella hizo todo eso? —El macho lo miró fijamente,
su ira se evaporó bajo la ferocidad de Truth.
—Hizo todo eso ella —Truth asintió—. Era una heroína y
una verdadera guerrera, y cada cyborg del universo,
millones de nosotros estacionados en múltiples sectores,
en múltiples planetas, sigue su sacrificio.
—Era una heroína —El macho miró al cielo por un
momento.
Truth esperó, lo que le permitió absorber ese hecho
indiscutible.
—Y no la olvidarás —El macho encontró su mirada una vez
más. Las lágrimas corrieron por sus mejillas.
—Los cyborgs completamente funcionales nunca olvidan
ninguna muerte —Truth bajó la cabeza—. La historia de la
valentía de su hija siempre existirá en nuestras bases de
datos.
—Vivirá para siempre —El macho cayó de rodillas—. Mi
hija fue una heroína y vivirá para siempre —Sollozó.
Otros consolaron al macho, inclinándose sobre él, frotando
su espalda.
—Tus hermanos sabían de los estudiantes, pero no los
mataron —El hombre que había retenido al hombre calvo
inclinó la cabeza, estudiando Truth— ¿Por qué los dejó ir?
—Mis hermanos eran cyborgs, tenían sistemas avanzados
—Eran conscientes de todos los seres situados dentro de
su rango—. El oficial de la Alianza Humanoide era humano,
tenía un sistema visual humano —Los labios de Truth se
torcieron. Ese sistema era muy inferior—. El oficial de la
Alianza Humanoide no detectó a los estudiantes, no
preguntó por ellos —Los cyborgs no podían mentir, pero no
tenían que ofrecer información voluntariamente—. No
ordenó a mis hermanos que pusieran fin a la esperanza de
vida de los pequeños humanos.
—Mierda —El macho lo miró boquiabierto—. No estabas
mintiendo. Los de tu clase solo hicieron lo que se vieron
obligados a hacer.
—Los de mi clase no mienten. Nunca —A los cyborgs les
encantaba luchar, pero no habrían luchado por la Alianza
Humanoide si hubieran sido libres. Sus fabricantes no
tenían ningún honor.
—Venir —Su princesa tiró de su mano—. Deberíamos
reunirnos con la reina.
—La reina —El macho le gritó a la multitud—. Nuestra
Princesa eterna se reunirá con la reina.
Las masas de seres se separaron.
Truth guió a su hembra de regreso a la puerta, ansiosa por
dejar atrás los lúgubres recuerdos, la discusión del horrible
e infeliz pasado. Su futuro estaba con Nancy.
Serían felices, libres y juntos.
Para siempre.
Sus labios se alzaron en una sonrisa.
Capítulo 14

—Le diste un poco de paz a ese macho —Nancy le dijo a


Truth. Su cyborg siempre riendo se había visto
extrañamente sombrío durante esa conversación—.
Gracias por compartir los conocimientos de tus hermanos
con él.
—Era verdad —Se encogió de hombros.
—Era verdad de Truth —Se burló de él.
—La princesa de Royaume está haciendo bromas —Su
sonrisa regresó por completo y algo de la tensión dentro de
ella se alivió— ¿Qué pensarían los súbditos de una sobre
eso?
Se rió .
—Pensarán que me he enamorado... y estarían en lo cierto
—Adoraba con cada parte de su ser.
Y estaba feliz de que estuviera con ella. Su atención se
centró en los rostros serios frente a ellos.
Aminoró el paso.
—Parece que estamos en problemas.
—Siempre estoy en problemas —Su cyborg extendió sus
dedos sobre su espalda baja, ese contacto con él le dio
fuerza—. Hiciste la acción correcta, hermosa —La siguió a
través de las puertas—. Tus súbditos necesitaban verte.
Habían necesitado verla, y había necesitado verlos.
—Alguien compartió imágenes de la vida de One con todo
Royaume —Miró a Valentin con los ojos entrecerrados.
—Esa grabación pertenecía a todo Royaume —Su padre
no se arrepintió.
Claude y Marthe no mostraron signos de sorpresa.
Nancy ahogó un suspiro. Toda su familia improvisada sabía
de ese intercambio.
—Una se da cuenta de que creía que esto ayudaría a su
situación, pero...
—Ayudaría en la situación de cualquier líder —El secretario
privado de la reina la sorprendió defendiendo el acto
rebelde—. La adoración de los propios súbditos es un
activo poderoso.
Nancy miró al macho. Ahora tenía ese activo.
—La princesa me seguirá —El macho se giró con un
resoplido, actuando como si no le hubiera entregado una
herramienta que ella pudiera utilizar contra la regla a la que
servía—. Su Majestad la Reina está esperando.
Se dirigió hacia el palacio. El hombre rivalizaba con su
propio secretario privado en teatro.
Y por estrategia.
Se encontró con la mirada de Valentin.
—Gracias.
Su padre inclinó la cabeza.
—Servimos a la princesa. Siempre.
—Pero no deberíamos hacer esperar a la reina mucho más
tiempo, princesa —Claude tiró de su chaqueta demasiado
pequeña y marchó tras el secretario privado de la reina.
—La princesa es un desastre —Marthe arrancó una flor del
cabello de Nancy—. No puede asistir a la reina con este
aspecto —Enderezó la falda y limpió la suciedad de la
tela—. Oh mí. Esto no es bueno, no es bueno en absoluto.
—Mi princesa es un desastre —Truth susurró eso en el
oído derecho de Nancy, su voz estimulantemente profunda,
su tono sugerente—. Quiero echarte en el suelo y lamerte
por todas partes.
—Limpialo —Lo miró—. Y otras cosas ocurrirán más
tarde. Una debe encontrarse con la reina tal como es —
Nancy levantó la barbilla y siguió a Claude.
Intentó parecer lo más regia posible. Eso podría
contrarrestar su apariencia desaliñada.
Su cyborg se movió con ella, su mano permaneció en la
parte baja de su espalda.
Marthe se lanzó a su alrededor, tirando de su vestido,
metiendo su cabello en los sujetadores, quitando tanta
suciedad como pudo. La mujer mayor murmuró sobre su
reputación y vergüenzas reales y la pérdida de su papel de
doncella real ante una princesa.
Eso nunca sucedería. Marthe era su madre. Nancy nunca
podría reemplazarla.
Los esfuerzos que hizo Marthe no deben haber sido
suficientes para compensar su estado. Los guardias
apostados en las cámaras de trabajo privadas de la reina
miraron boquiabiertos a Nancy mientras se acercaba a
ellos.
—Remond, Renard —Nancy bajó la cabeza mientras se
dirigía a ellos—. One tuvo un refrescante paseo fuera de
los terrenos del palacio.
Los dos hombres mantuvieron las puertas abiertas para
ella.
—La princesa es atrevida y amable, un crédito para
Royaume —Remond habló por los dos—. Nos sentimos
honrados de servir a Su Alteza Real.
—Una princesa no debe dirigirse a los guardias —El
secretario privado de la reina resopló.
—Esta princesa se dirige a cualquiera que desee —Nancy
ya no seguía las reglas de otros seres. Su mirada se dirigió
a Truth. Le había dado la confianza para hacerlo.
Su cyborg amante del caos le guiñó un ojo. Él aprobó su
rebelión menor.
El secretario privado de la reina, el rey y la reina eran los
únicos seres en la cámara. Nancy se puso rígida. Lo que
sea que pensaran decirle no podía ser bueno.
La reina se volvió. Su mirada recorrió la forma de Nancy de
la cabeza a los pies y viceversa.
—Una desea encontrarse con la princesa a solas.
La expresión de la reina estaba en blanco. Solo sus ojos
reflejaban su desaprobación.
—Todo lo que se le diga a esta princesa se le puede decir
a los seres de esta cámara —Nancy no permitiría que el
gobernante los separara.
—Una es tu reina —La hembra que la dio a luz miró a
Valentin—. Seguirás las órdenes de Su Majestad.
—Si se van, nos vamos —Nancy se negó a retroceder.
La reina la miró fijamente.
Nancy le devolvió la mirada. No se dejaría intimidar por la
mujer, ya no.
—El apoyo de Royaumes beneficiará a una solo por un
período breve —La reina confirmó las observaciones
previamente transmitidas por su secretario privado.
La popularidad de Nancy la había colocado en una posición
de fuerza. Ella tenía poder.
—Hay que tener cuidado —El tono del gobernante estaba
teñido de advertencia.
Era una advertencia que Nancy ignoraría.
No hay que tener cuidado. Su cyborg le había enseñado
eso.
—La princesa de Royaume está formando una alianza con
los cyborgs —Esa alianza sería con un cyborg específico—.
Pueden brindarle a Royaume el apoyo militar que necesita,
asegurándose de que nunca más sea controlado por las
fuerzas enemigas.
—Vimos las imágenes, investigamos tu cyborg —La reina
arrugó la nariz ante Truth—. Una alianza con
un gobernante cyborg sería fuerte. Una alianza con este
...Truth débil. No es nadie. Ni siquiera comanda la nave en
el que sirve.
—¡Él no es nadie! —Un rugido de ira se elevó en el pecho
de Nancy. Dio un paso adelante.
Su cyborg, el macho que la reina se atrevió a despedir, la
agarró por la muñeca, impidiéndole golpear a la hembra, un
acto que los habría hecho ejecutar a ambos.
—Tu reina tiene razón. No mando la nave en el que sirvo
—Miró a la regla de Royaume— ¿Qué planeta te gustaría
que gobernara?
La reina parpadeó.
Nancy nunca había visto a nadie conmocionar a la mujer...
antes de ahora. Truth, su cyborg, se las había arreglado
para realizar esa tarea imposible.
—Dime qué planeta quieres que gobierne y yo lo gobernaré
—Entrelazó sus dedos con los de Nancy— ¿Los seres que
residen en ese planeta tienen que seguir vivos o puedo
matarlos a todos? Matarlos a todos sería mucho más
divertido.
—Técnicamente, el príncipe puede gobernar un planeta
desocupado —Valentin ofreció esa idea—. El príncipe no
tiene que matar a nadie.
—El príncipe —Tanto Nancy como Truth repitieron esas
dos palabras. Sonaban bien en sus labios.
—Este príncipe disfruta matando —Los ojos de Truth
brillaron con humor—. Como los hermanos de uno5
también desearían participar en las batallas, uno debería
elegir un planeta suficientemente ocupado... como Voisine
5.
El secretario privado de la reina jadeó. Voisine 5 era el
planeta Royaume considerado su aliado más
fuerte. Habían formado un acuerdo similar con la Alianza
Humanoide para salvarse.
Nancy se preguntó si uno de sus príncipes también había
sido cambiado por la paz.
—Uno no puede simplemente conquistar un planeta por
capricho —El tono de la reina era indignado.
—¿No puede uno? —Truth arqueó las cejas. La reina no
conocía a su cyborg—. A mis hermanos les tomó menos de
tres rotaciones planetarias conquistar Royaume. Y ese no
era su capricho. Fueron obligados a hacerlo por la Alianza
Humanoide. Estoy 99.5969 por ciento seguro de que
hubiéramos conquistado su planeta más rápido si hubiera
sido nuestro capricho.
El rey resopló.

5
uno, tanto Truth como la reina y Nancy se refieren a ellos mismos en la corte así “uno”
—El cyborg tiene un punto —No levantó la vista de su
pantalla privada.
—Me gustaría conquistar Voisine 5 lentamente, sin
embargo, prolonga la diversión —Truth acechaba hasta
una pantalla de visualización que colgaba de una pared
cercana—. Me pondré en contacto con el Capitán, le
preguntaré qué naves están estacionados cerca del planeta
—Dio unos golpecitos en la superficie—. Mis hermanos de
la Reckless querrán participar. Podríamos conquistar
Voisine 5 solo con ellos, pero eso no sería justo para los
guerreros de los otras naves. Ellos también querrán
participar.
La reina miró a Nancy con el ceño fruncido.
—Tu cyborg no se toma en serio esto.
—Truth rara vez se toma en serio algo —Esa era una de
las muchas cosas que amaba de él—. Pero él es sincero
acerca de conquistar un planeta para mí.
No lo haría. Ella detendría el caos antes de que se
extendiera tan lejos.
Pero encontró la oferta sumamente romántica.
Su cyborg debe cuidarla... un poco.
La imagen del rostro del Capitán de Truth apareció en la
pantalla de visualización.
—Capitán Vector de la Reckless.
—Capitán, estoy conquistando Voisine 5 —La voz de su
cyborg se llenó de emoción— ¿Cuántas de nuestras naves
están estacionadas cerca de ese planeta?
La expresión en blanco de su Capitán no cambió.
—La Reckless está posicionado más cerca de esas
coordenadas. Hay otras siete naves en misiones no críticas
a seis rotaciones planetarias de nosotros. Eso debería ser
más que suficiente para someter a un planeta de ese
tamaño. Voy a…
—No habrá ninguna conquista de Voisine 5 —La reina
levantó la voz, un evento que Nancy solo había
presenciado tres veces en su vida. Dos de esas ocasiones
anteriores habían resultado en una ejecución. El tercero fue
cuando la Alianza Humanoide invadió Royaume—. Son un
aliado muy querido.
—¿Qué planeta estamos conquistando? —Truth no se
inmutó.
—No habrá ninguna conquista de los planetas —La reina
detuvo el caos antes de que Nancy tuviera que
intervenir.
—Agujero de fraggin. Eso no es divertido —Truth dejó sin
aliento.
—Contáctame si necesitas la ayuda de la Reckless,
guerrero —Los ojos de su Capitán brillaron—. Estoy
terminando esta comunicación —Su imagen se desvaneció
de la pantalla de visualización.
—Truth es igual a cualquier gobernante —Nancy volvió el
foco de la conversación a su relación con su cyborg—. Una
alianza con él fortalecerá a Royaume. Él puede proteger a
una tanto en la nave cyborg como puede proteger a One en
nuestro planeta.
—Estarías más seguro en la nave cyborg —Truth era
demasiado veraz—. La seguridad alrededor del palacio es
inferior.
—Lo mejorarías si nos quedáramos aquí —Le dio unas
palmaditas en el pecho cubierto con una armadura—. Pero
si nos quedáramos, la atención pasaría del príncipe
heredero a nosotros —Su mirada se deslizó hacia la
reina—. Y nadie quiere eso.
—Nadie quiere eso —La reina de Royaume sorprendió a
Nancy al estar de acuerdo con ella.
—Si se fueran, ese cántico maldito se detendría —El rey
murmuró ese comentario como si estuviera hablando
solo—. Royaumes ha estado animando a su princesa
desde que se publicaron las imágenes.
Habían estado animándola a ella. El pecho de Nancy se
calentó.
—Dejaremos Royaume porque amamos al planeta y sus
seres —No les causaría ningún conflicto si se quedaba en
el palacio—. Si Royaume nos necesita, contáctenos y
regresaremos.
—La princesa y su séquito se irán antes del atardecer —La
expresión de la reina estaba helada.
Nancy no tendría tiempo para despedirse de su hogar, de
sus súbditos.
—El séquito de una debe tener la opción de permanecer en
Royaume o irse con una.
—Ya hemos tomado esa decisión, princesa —Valentin dio
un paso adelante—. Nos vamos con nuestra princesa y
nuestro nuevo príncipe.
Estrellas. Parpadeó para contener las lágrimas.
—Honras a una.
—El honor es nuestro, princesa —Marthe le sonrió. Tocó
su collar.
—Ha sido decidido —La reina se volvió y, sin decir una
palabra más, salió de la cámara.
Su secretario privado asintió con la cabeza a Nancy, luego
a Truth, y corrió tras su gobernante.
Nancy miró al rey.
No dijo nada, no levantó la vista de su pantalla privada.
Estaba abandonando el planeta, tal vez para siempre, y ni
la reina ni el rey, los seres que decían ser sus padres, se
habían despedido de ella.
Nancy ya no sabía por qué le importaba lo que dijeran,
hicieran o sintieran.
Marthe, Claude y Valentin la amaban, eran los mejores
padres que una princesa podría desear. Su cyborg había
matado por ella, había estado dispuesto a conquistar un
planeta para demostrar su valía como su consorte.
Tuvo suerte.
—Deberíamos dejar el palacio.
—Hay un turno y medio antes del atardecer —Marthe tiró
de la falda de Nancy—. Nuestra princesa debería verse
como una princesa cuando salga del palacio.
A Nancy le gustaría ver sus aposentos privados una vez
más.
—Estamos volviendo a las cámaras reales —Apretó la
mano de Truth.
Podría ser su única oportunidad de retozar en el soporte
real para dormir.
Sus dedos de los pies se curvaron en sus pantuflas. A ella
le gustaría eso. Mucho.

***
Tomó varios momentos convencer a Marthe, Valentin y
Claude de que estaba a salvo en sus habitaciones privadas
y que debían despedirse de sus amigos en el castillo,
colocar sus propias posesiones en paquetes para
transportarlas a la nave.
—Tenemos que ser rápidos, mi príncipe —Se quitó la bata
con la que Marthe la había vestido después del baño. El
aire frío barrió su cuerpo desnudo. Sus pezones se
tensaron con anticipación. Su coño estaba mojado.
—No me veo muy parecido a un príncipe —Su cyborg se
quitó su armadura corporal ahora pulida, revelando una piel
gris, músculos interminables y una polla dura—. No llevo
corona —Se hizo eco de las palabras que le había dicho
una vez.
—Haré que te fabriquen una —Se rió—. Y ninguno de los
dos parecemos muy real en este momento —Extendió los
brazos.
—Siempre te ves de la realeza —La agarró por la cintura,
la levantó contra su pecho y la hizo girar.
Se echó hacia atrás, confiando en que la sujetaba, y
permitió que la alegría saliera de su boca. Estrellas. Estaba
feliz y eso se debía a su guerrero macho. Le había
demostrado que era poderosa, alimentado su sentido de
autoestima, le había enseñado que podía complacerse a sí
misma y honrar su papel. Ella rodeó su hermoso rostro con
sus manos y cubrió sus labios con los de ella.
Los nanocibóticos que había llegado a desear llenaron su
boca. Sus lenguas bailaron. Ella enganchó sus piernas
alrededor de su cintura, presionó los labios de su vagina
contra su eje rígido.
Mientras giraban, se besaban y se tocaban, la atrajo más
alto, luego la dejó caer, la atrajo más alto, la dejó caer,
acariciándose a sí mismo con su carne húmeda,
provocando su clítoris con su borde. La pasión se enroscó
a su alrededor y la dejó mareada. Ella jadeó en su boca.
Estaban follando sin entrar en las cámaras reales del
palacio. Si los guardias apostados fuera de su espacio
privado se dieran cuenta de lo que estaba haciendo su
princesa con su guerrero cyborg, se sorprenderían. Ella
tembló, la picardía de la situación hizo que su deseo
aumentara.
—Te necesito dentro de mí —Le agarró la cara—. Ahora.
Truth se rió.
—Como órdenes, mi princesa.
La levantó por encima de él. Su punta rozó los labios de su
vagina y un temblor de deseo la sacudió.
—Eres mía —Su cyborg la golpeó contra él, empalándola
en su inquebrantable longitud.
Chilló, agarrándose a sus hombros. El vacío dentro de ella
se había llenado con él. Su polla estiró su coño hasta el
punto del dolor. Su compañía alivió sus cargas. Su cariño
la calentó el alma. El vínculo entre ellos, siempre ahí, se
fortaleció.
La levantó, la empujó hacia abajo, la levantó, la empujó
hacia abajo, su paso rápido y duro, robándole el aliento,
demoliendo su control. Todo lo que podía hacer era
abrazarlo mientras la follaba, mientras la trataba no como a
su princesa venerada, sino como a su mujer, follándola con
todo el vigor de su corazón de guerrero.
Una locura que coincidía con la suya la invadió. Articuló a
lo largo de su barbilla, su cuello, saboreando el sabor
metálico de su piel. Sus uñas se clavaron en sus
hombros. Sus tacones golpearon contra sus firmes
nalgas. Sus pechos le dieron una palmada en el pecho. Su
piel, sus músculos, eran finas carillas sobre su cuerpo
inflexible.
Su cyborg se rió, tan abrumado como ella, y la folló más
rápido. Estrellas. Jadeó, su liberación acelerándose hacia
ella con una velocidad paralizante. No había forma de
detenerlo y no tenía ganas de hacerlo. Su séquito podría
regresar en cualquier momento. Ella exigió tener
satisfacción antes de que eso sucediera, perdería su
mierda real si la interrumpían antes de venir.
—Truth, necesito... —Joder. No sabía lo que necesitaba.
—Me necesitas, princesa —Empujó hacia arriba, variando
su ángulo, la impulsó hacia abajo. Su base se estrelló
contra su clítoris y se partió en un millón de pedazos.
Gritó, se retorció en sus brazos, se apretó a su
alrededor. Rugió, empujando más profundo. El semen salió
disparado de su punta, salpicada contra sus paredes
internas, los nanocibóticos en su esencia parecían
innumerables bocas besando la parte más íntima de
ella. Fue demasiado, demasiado bueno. Giró, luchando por
absorber el placer sublime, las sensaciones extremas.
Los hombros de su cyborg se estremecieron una, dos
veces. Sus ojos se pusieron negros. Cayó, abrazándola.
Sus rodillas golpearon el suelo. Su físico en forma tembló,
ese impacto fluyó hacia su cuerpo, pero no la dejó caer. Su
macho guerrero la mantuvo a salvo y segura, apretándola
contra él.
El temblor de Nancy disminuyó gradualmente. La brillante
energía azul en los ojos de Truth se iluminó. Se miraron el
uno al otro. Se veía tan aturdido, tan saciado como se
sentía.
—Fuimos rápidos —Sus labios se alzaron en una sonrisa
tonta.
Le devolvió la sonrisa.
—Me gustó lo rápido.
—A mí también me gustó lo rápido —Se rió.
Nancy escucharía ese maravilloso sonido durante el resto
de su ya larga vida.
Fue genial ser una princesa.
Capítulo 15

Medio turno después, Truth estaba junto a un pequeño


transporte. Valentin pasó trapos de limpieza sobre los
asientos y la consola, quitando la suciedad y la mugre que
había entrado.
El recipiente sería imposible de mantener limpio. No tenía
techo. El escudo transparente en la parte delantera de la
nave no bloquearía casi nada.
El punto estaba por verse, darle a su princesa una
despedida adecuada, crear un espectáculo del que
hablarían sus súbditos para las rotaciones
planetarias. Truth la acompañaría en esa gran gira.
Sería una aventura.
Claude habló sobre lo diferente que era volar el transporte
que volar su carguero. Truth nunca había visto al macho
situado a los mandos de ninguna nave.
Pero utilizó una vida útil de entrenamiento de cyborg y
mantuvo una expresión en blanco mientras
escuchaba. Había volado muchos transportes, no
necesitaba la información.
Lo cual era bueno, porque muchos de los datos eran muy
sospechosos y algunos estaban completamente
equivocados. Sus labios se crisparon. Si estuviera
pilotando la pequeña nave solo, habría seguido el consejo
equivocado de Claude y se habría divertido un poco con el
macho.
Sin embargo, estaba volando con su princesa y no
arriesgaría su vida. Su mirada se desvió hacia las puertas
del palacio.
Permanecieron cerradas.
Su princesa aún no había salido del palacio. Marthe estaba
con ella, se recordó Truth. Esa mujer mataría para
protegerla. Los guardias en los que confiaba su princesa,
que claramente la adoraban, estaban apostados fuera de
sus habitaciones. Estaba tan segura como podía estarlo un
humano.
Su malestar no se disipó.
Estar separado de ella se sentía… mal.
—Volaremos la nave real por encima de su transporte y
aterrizaremos en estas coordenadas —Claude tocó la
pantalla de visualización incrustada en la consola—. Si
necesita ayuda, comuníquese con nosotros.
Truth asintió.
No necesitaría ayuda. Bajó las manos a las pistoleras
integradas en su armadura corporal. Podría salvaguardar a
su hembra.
Y se divertiría mientras lo hacía.
—Le daremos a la princesa de Royaume la despedida que
se merece —Sonrió.
Desfilarían por su reino, permitirían que sus súbditos vieran
a su princesa, la animarían, se despedirían. Sería una
despedida temporal. En unos pocos ciclos solares, cuando
el príncipe heredero se hubiera restablecido firmemente,
regresarían al planeta.
Antes de que se fueran, Truth se aseguraría de que su
princesa fuera recordada. Su mirada se dirigió a
Valentin. Proyectó que el padre de su mujer también
transmitiría actualizaciones a Royaumes.
Sería un evento.
—Grabaré imágenes desde el nivel del suelo —Todo lo que
Truth escuchó y vio fue documentado—. Y compartiré esa
grabación contigo. Querrá publicarlo lo antes posible —Le
dio al macho ese consejo—. Una vez que lleguemos al
espacio controlado por los cyborg, mi Capitán debe aprobar
cualquier transmisión de información a seres fuera del
sector.
—Soy muy consciente de los peligros de compartir
información confidencial —Valentin resopló— ¿He revelado
a quién liberamos de la nave Prisión de la Alianza
Humanoide? No, no lo hice. ¿Publiqué las grabaciones de
sus interacciones con sus hermanos? No, no lo
hice. Nunca pondría a nuestra princesa en peligro al revelar
secretos cyborg.
—Yo proceso eso —El enfado del macho divirtió a Truth—.
Eso no cambia las reglas, desafortunadamente —Arrugó la
nariz—. El Capitán no te permitirá matar seres a menos
que ellos intenten matarte primero tampoco. Hay tantas
restricciones.
El aire a su alrededor cambió, la conciencia se apoderó de
Truth.
—No habrá seres asesinos en esta gira de despedida, mi
príncipe —Su hembra flotó hacia él.
Estaba vestida con un vestido azul claro cubierto de
destellos dorados, llevaba guantes y zapatillas a
juego. Una tiara estaba posada sobre su delicada cabeza.
Su princesa era deslumbrante.
Su boca se abrió. Sus procesadores zumbaron. No tenía
acceso a chistes ingeniosos, a chistes tontos. Sus sistemas
se esforzaron por absorber la belleza de ella.
—¿Era esa la reacción que estabas tratando de lograr,
Marthe? —Su princesa se rió.
—Lo era, mi princesa —La mujer mayor corrió al lado de
Truth. Llevaba una corona y tiras de tela del mismo tono
que las prendas de su mujer—. Usted no lo haga, mi
príncipe —Marthe envolvió el paño alrededor de su bíceps
derecho, lo ató en un lazo extravagante—. Baja la cabeza.
Truth cumplió con la orden, su mirada permaneció en su
princesa.
Marthe le puso la corona en la cabeza.
—Royaumes están esperando un príncipe. Debes parecer
un príncipe.
—Uno no parece un príncipe sin corona —Le guiñó un ojo
a la mujer.
—Los príncipes no parpadean —El brillo en los ojos de
Marthe contradecía su tono trillado.
—Mi príncipe guiña un ojo —Su hembra se deslizó en sus
brazos.
—Tu príncipe hace bastantes cosas que no debería hacer
—La inclinó hacia atrás y cubrió sus labios con los suyos.
Lo agarró por los hombros, colgándose de él. Uno de sus
pies calzados con pantuflas se levantó, su tobillo rozó sus
piernas.
Sus labios se separaron, con una oleada de pasión dentro
de ella, Truth besó la boca caliente de su princesa, sin
preocuparse por su audiencia, por el protocolo real que
Valentin estaba tratando de inculcarle, solo procesando la
necesidad que tenía por su mujer, su asombro de que ella
fuera suya, que se aventurarían en una larga vida llena de
aventuras y amor y, si tenían suerte, más desfiles en su
honor.
Deslizó una de sus manos hacia arriba.
Y lo abofeteó Marthe.
—Si rompes el cabello de nuestra princesa, mi príncipe,
rociaré tu armadura con pigmento rosa.
—Puede que me guste —Truth se rió, poniendo a su
princesa de nuevo en sus pies calzados con zapatillas—.
La mirada en la cara del Capitán cuando me vea valdría
cualquier desventaja que la armadura rosa me dará en la
batalla.
—Estás cubierto de brillo —Su princesa negó con la
cabeza. Sus labios estaban hinchados por su beso. Su
expresión era divertida.
—Royaumes procesará que su princesa me ama —Le
gustó que lo hubiera marcado.
—Esa es la verdad, pero deberíamos irnos antes de crear
una escena más grande —Flotó hasta su lado del
transporte y esperó como verdadera realeza que era.
—Mi princesa —La ayudó a entrar en el pequeño
recipiente. Fue un desafío. Su falda era enorme. Gran parte
de la tela tuvo que cubrirse con el respaldo del asiento.
Lo que hizo que el transporte fuera aún más bonito de lo
que ya era.
Truth se apresuró a subir a su lado de la nave y encendió
los motores. El suelo retumbó bajo sus botas. Se encontró
con la mirada de su mujer.
—¿Estás lista para esta próxima aventura?
Ella colocó una de sus pequeñas manos en su brazo.
—Si esa aventura es contigo, mi príncipe, siempre estoy
lista.
—Eres mi mujer —Le sonrió—. Claude, Valentin, Marthe,
nos vemos antes de que se ponga el sol de Royaume.
Valentin le frunció el ceño.
—Nos verá antes.
Truth no le respondió. Simplemente se rió y voló el
transporte hacia la salida del recinto.
Los guardias se inclinaron ante su princesa, ante él, y
abrieron solemnemente las puertas.
—Princesa por siempre. Príncipe para siempre —Los seres
humanos de todos los ciclos solares, de todo tipo,
vitorearon y agitaron bufandas. La emoción de la multitud
fue estimulante.
—Agujero de fraggin —La alegría de Truth se agravó—.
Esto va a ser muy divertido.
—Todo es divertido contigo, mi príncipe —Su princesa le
sonrió y saludó a sus admiradores.

***

Para cuando se reunieron con Claude, Valentin y Marthe, la


voz de su princesa era ronca y se apoyó en él. Truth la
arrojó a sus brazos, para el deleite de la multitud. Ellos
vitorearon. Los saludó con la mano una vez más y llevó a
su hembra al interior de la nave.
—Esto no está hecho —Le dio unas palmaditas en el
pecho cubierto con una armadura.
—Esto se está haciendo —Le sonrió.
Valentin y Claude los esperaron en el pasillo. Miraron a su
princesa con preocupación.
—Estamos bien —Volvió su sonrisa hacia ellos—. Todos
los saludos y las palabras le pasaron factura a una.
—Nuestra princesa debería descansar —Valentin miró a
Truth—. Volaremos en la nave si nos da el destino.
—La Reckless permanece estacionado cerca de Nereid
Negative One —Ingresó las coordenadas exactas cuando
estaba en los controles.
Valentin asintió, miró una vez más a su princesa, se volvió
y caminó hacia el puente.
Claude se demoró en el pasillo, apoyándose contra la
pared. La tela sobre los hombros y el estómago estaba
tensa. La cubierta de su pecho parecía estar a una
respiración profunda de abrirse.
Truth se detuvo a su lado. Puede que no se necesite
tanto. Él podría…
—No lo hagas —Su mujer murmuró esa declaración a un
nivel que solo él podía oír—. Estaría mortificado.
Frag.
—Tu conocimiento de mi procesamiento es impresionante,
mi princesa —Se rió—. Claude —Se dirigió al macho—. El
desfile de despedida se desarrolló sin incidentes. Gracias
por su parte en la protección de la princesa.
—Gracias, mi príncipe —Claude se enderezó—. Nosotros
también te protegemos.
Truth no necesitaba protección. Se tragó la broma, no
queriendo atenuar el orgullo que brillaba en los ojos del
macho.
—Proteger es lo que hacemos los guerreros.
—Sí, mi príncipe —Claude chasqueó los talones de sus
botas, el movimiento tensaba el pecho.
Sin embargo, se mantuvo muy a pesar de Truth. Llevó a su
princesa a sus aposentos.
—Si sus prendas revientan cuando no estoy presente,
estaré muy decepcionado.
Su princesa miró a su alrededor y susurró:
—Yo también estaré decepcionada —Sus ojos bailaron con
alegría.
Era perfecta para él. Caminó con ella hasta sus aposentos
privados.
Marthe estaba extendiendo las prendas sobre el
somier. Ella miró hacia arriba y su boca se abrió.
—Uh, oh, estamos en problemas —Su princesa rió contra
su pecho.
—Acuesta a nuestra princesa en el soporte para dormir y
regresa en unos momentos, mi príncipe —Marthe movió las
prendas—. Me aseguraré de que esté presentable.
—Ordenaré a nuestra princesa en la rotación de este
planeta, Marthe —Miró a la mujer en sus brazos,
permitiendo que se mostrara su lujuria por ella.
Sus ojos se abrieron y el olor de su excitación se hizo más
fuerte. Lo deseaba tanto como la deseaba a ella, y eso
emocionó a Truth.
—Oh —El daño emocional en la voz de Marthe redirigió su
enfoque.
Su corazón se retorció. Había herido a la mujer con sus
palabras descuidadas.
—Debes estar demasiado ocupada para completar una
tarea menor como esa, Marthe —Truth le sonrió—. Una
vez que hayamos completado nuestro viaje y salgamos de
la cuarentena requerida, nos reuniremos con mi Capitán y
con muchos de mis hermanos por primera vez. Esperarán
un gran espectáculo, digno de la realeza Royaume.
Siempre esperaban un gran espectáculo cuando estaba
involucrado. Tenía una reputación que mantener.
—Oh yo —Marthe puso sus manos revoloteando sobre su
pecho—. Nuestra princesa tiene que dar una primera
impresión favorable a tus hermanos. Las relaciones entre
Royaume y los cyborgs dependerán de eso.
Su hembra causaría una primera impresión favorable ya
que estaba vestida ahora. Era hermosa, valiente y fuerte.
Pero sería divertido dejar boquiabiertos a sus hermanos.
—Las primeras impresiones son importantes —Truth
asintió.
Su primera vista de Nancy lo había cautivado. Se movía
como ningún otro ser con el que se había encontrado.
La levantó más contra su pecho.
—Necesitaré fabricar un vestido nuevo para nuestra
princesa, algo especial, algo que nadie haya visto nunca —
Los ojos de Marthe brillaron de emoción—. Este podría ser
el evento más importante para el que la haya vestido.
—Vestirás a nuestra princesa y su séquito —Truth amplió
la visión femenina del evento—. Los cyborgs te estarán
observando a ti, a Claude y Valentin también —Hizo una
pausa dramática—. Y me estarán observando —Miró a la
princesa presionada contra su pecho cubierto con
armadura—. La única prenda que tengo es esta.
—Oh yo—Los ojos de Marthe se agrandaron—. Oh yo. Oh
yo—Pasó corriendo junto a ellos, se detuvo a un paso de la
puerta y se volvió—. Empezaré desde arriba —La hembra
se apresuró a regresar hacia ellos y le arrebató la tiara de
la cabeza—. La tuya también —Extendió su palma derecha.
De mala gana se quitó la corona y se la entregó.
—No azul —Marthe murmuró eso mientras salía de la
cámara—. Ya hicimos el azul —Las puertas se cerraron
tras ella.
—Los vestirá a todos de rosa ¿Lo sabes bien? —Su
princesa se rió.
—Los ojos del Capitán saldrán de su cabeza —Truth saltó
sobre el soporte para dormir con su hembra, la hizo rodar
por la superficie y le quitó los guantes, la bata y las
zapatillas mientras se movían.
Sus miembros se entrelazaron. Su piel morena brillaba
como una piedra pulida que había visto en un campo de
batalla hace muchos ciclos solares. El oro que bordeaba
los iris de su princesa brillaba, llamándolo. Descartó su
armadura corporal, necesitando sentir sus curvas contra su
músculo.
Su forma desnuda se conectó con la de ella y ambos
gimieron. Su princesa se quedó quieta y lo miró. Se abrazó
a ella y la miró a los ojos.
Las líneas se formaron entre sus delicadas cejas.
—¿Sabe su Capitán que nos quedaremos en su nave…
que todos nos quedaremos allí? Si eso es un
inconveniente...
—Mis hermanos están emocionados de tener a tus padres
y a tu madre en la nave —El Capitán también había
parecido complacido con esa noticia—. Los cyborgs no
maduran más allá de cierta etapa. Nuestras hembras no
maduran una vez que lucen nuestros nanocibóticos. Solo
los cyborgs nacidos libres han conocido padres. Sienten
curiosidad por Marthe, Valentin y Claude.
Las arrugas del hermoso rostro de su mujer
desaparecieron.
—Claude tendrá una nueva audiencia para sus historias —
Sonrió—. Valentin tendrá muchos seres para registrar.
—Marthe vestirá de rosa a todos los guerreros de la
Reckless —Truth cubrió los labios alzados de su princesa
con los de él, saboreando su alegría, su pasión, su amor.
Volaban hacia un nuevo hogar, una nueva aventura. La
excitación y la lujuria lo recorrieron.
—Estoy sucia —Echó la cabeza hacia atrás, inclinando la
barbilla hacia el techo.
—No puedo tener una princesa sucia —articuló por encima
de su cuello.
Ella suspiró.
—Te deseo…
Él miró su delicado semblante.
Tenía los ojos cerrados. Él suspiró. Había sido una larga
rotación planetaria.
Habían aterrizado en su planeta natal, se habían
enfrentado a su reina y su rey, se habían criado en sus
aposentos reales, habían desfilado por los senderos.
Su princesa era humana, no tenía sus altos niveles de
energía y estaba agotada.
—Duerme, mi mujer —Apretó los labios contra su frente—.
Yo te cuidaré —Le había dicho a Marthe que haría eso—.
Y cuando te despiertes, nos reproduciremos.
—¿Promesa? —Su voz era adorablemente somnolienta.
—Tienes mi palabra —Localizó un paño de limpieza, lo
rompió para refrescarlo, deslizó la tela en forma cuadrada
sobre su piel, saboreando los baches y las hinchazones de
su cuerpo.
—Te amo, Truth —Esas palabras fueron pronunciadas a la
ligera, pero perforaron su estructura de metal.
Su hembra lo amaba.
Nunca se cansaría de escuchar eso.
Su conexión física, su anhelo por su toque, se debía a la
genética. Había sido fabricada para él. Había sido
fabricado para ella.
Su lujuria era una certeza. Su amor fue un regalo,
inesperado, raro y precioso. Lo apreciaba más que
cualquier cosa que le hubieran concedido.
Esa era una verdad sobre la que no bromearía.
Rompió la tela y la pasó entre sus pechos. Su princesa, el
ser exquisito que tenía ante él, era suya para proteger,
complacer. Se le había concedido el gran honor de hacerla
sonreír de alegría, reír de felicidad, gemir de pasión.
Ningún otro ser la tocaría así. Exploró cada sección del
cuerpo de su mujer, quitando el sudor, la mugre, los otros
olores, deseando que ella oliera solo a sí misma… y a él.
Le pertenecía. Para siempre.
Y ella lo amaba.
Le quitó los sujetadores del cabello. Esos largos mechones
marrones fluían sobre sus hombros, caían entre sus dedos,
arroyos de suavidad sin igual en ninguna parte.
Truth la miró con asombro, consciente del tesoro que le
habían dado.
Allí estaba la princesa pública, la mujer confiada, de voz
suave y sonrisa serena.
Y estaba su princesa, la mujer que yacía desnuda ante él,
con los labios ligeramente separados, el pelo suelto y el
semblante desprotegido. Su princesa, cuando estaba
despierta, se burlaba y se reía, lanzaba dagas a los
enemigos y protegía su espalda. Crió con él con salvaje
abandono, se acurrucó junto a él durante la oscuridad del
ciclo de descanso, le dio dirección cuando más la
necesitaba.
Con su mujer, los colores eran más brillantes, los detalles
se realzaban, las posibilidades de excitación se agravaban,
cada momento se amplificaba. Vivió como nunca había
vivido, se rió más fuerte, sintió más.
Todo eso se debía a ella.
Se inclinó sobre ella y besó uno de sus hombros.
—También te amo, Princesa Nanette del planeta Royaume.
Murmuró palabras que él, con su sistema auditivo mejorado,
no pudo descifrar y se acurrucó más cerca de él, buscando
su toque incluso mientras dormía.
Truth colocó el paño de limpieza en el soporte horizontal
cercano y atrajo a su hembra a sus brazos. El la
deseaba. Su polla estaba tan dura como el cañón de una
pistola. Y la paciencia no era un conjunto de habilidades
que había dominado.
Pero para ella, esperaría una eternidad.
Le rozó la frente con los labios, dobló su gran figura
alrededor de la de ella y sostuvo a su princesa mientras
ella restauraba sus niveles de energía.
Capítulo 16

El calor envolvió a Nancy. El aliento de Truth flotó en su


piel. Sus brazos la rodearon. Su pecho estaba presionado
contra su espalda.
Durante varios momentos, no se movió, no abrió los
ojos. Inhaló y exhaló, inhaló y exhaló, saboreando la
conexión entre ellos, saboreando el conocimiento de que
ya no estaba sola.
Su cyborg la sostenía, permanecería a su lado para
siempre.
Su forma cambió contra la de ella. Algo muy grande y muy
duro le rozó el muslo.
—Proceso que estás despierta, princesa —Sonaba
divertido.
Ella miró hacia arriba y parpadeó.
Su hermoso rostro estaba a solo un dedo del de ella. Sus
brillantes ojos azules brillaron con picardía.
—Te hice un voto antes de que te durmieras.
Prometió criar con ella.
Sus pezones se tensaron.
—Eres un cyborg honorable —Su voz era ronca—. Tienes
que mantener ese voto.
—Debo mantener mi voto —Cayó con ella en el soporte
para dormir, riendo mientras rodaban. La parte de atrás de
su cabeza estaba acunada en una de sus grandes
manos. La protegió mientras jugaban.
El único riesgo al que se enfrentaba era el de ser cautivada
y anhelaba que eso sucediera. Nancy envolvió sus piernas
alrededor de la cintura de su cyborg. Los labios de su
vagina envolvieron su eje. Ella gimió, el contacto le trajo
felicidad.
Sus ojos brillaron más.
—¿Esto está hecho, mi princesa? —Se preparó sobre ella.
—Debe hacerse, cyborg —Se aferró a sus hombros,
colgando de su cuerpo en forma. Su trasero no tocó el
soporte para dormir—. Lo estás haciendo.
Su alegría resonó en la cámara.
—Hacemos nuestro propio protocolo, tú y yo.
—Nosotros somos la realeza —Le sonrió—. Hacemos lo
que queramos... y, en este momento, deseo que se
reproduzcan conmigo.
Su polla se contrajo contra su carne.
—Me encanta cuando das órdenes.
Amaba todo sobre él.
—Aquí hay dos comandos más —Nancy lo miró a los ojos,
permitiendo que su necesidad, su anhelo por él se
mostrara—. Deja de bromear y quita los destellos de mi.
Su pecho se estremeció con lo que ella sospechaba que
era una risa reprimida.
—Sí mi princesa —Bajó la cabeza y capturó sus labios,
poniéndose más serio sobre su seducción.
Ella suspiró en su boca. Esto era lo que quería, ansiaba:
más contacto, más él. Pasó los dedos por el cabello de su
cyborg y le pasó las palmas de las manos por el cuero
cabelludo. Habiéndolo asegurado a ella, separó los labios.
Sus lenguas se encontraron, entrelazadas, enredadas. Lo
acarició, tomando la iniciativa en su abrazo, incapaz de
esperar. Su pasión estaba creciendo, y la alimentaba con el
tacto, con sus nanocibóticos, con él.
Él retumbó, ese sonido profundo y primitivo la excitó. Ella
ondulaba, frotándose contra él, marcando la longitud de su
eje con los jugos de su coño.
Su cuerpo era su terreno reclamado, era el territorio de la
Princesa de Royaume, y ella quería estampar su propiedad
en toda su forma, asegurarse de que el universo supiera
que le pertenecía.
Podría no amarla, no como lo amaba a él. Su cyborg decía
amar todo: la lucha, la aventura, sus hermanos, los seres
que había conocido en la misma rotación planetaria. No
estaba segura de su posición en la larga lista de cosas y
seres que adoraba.
Pero era suyo. Estaban unidas, estarían físicamente
vinculadas... si alguna vez la llenaba con su gran polla.
Misericordia. Lo necesitaba.
Ahora.
Aferrándose a él, trató de acelerar el encuentro, pero su
cyborg no se apresuraría. La estaba saboreando,
adorándola, venerándola.
Su desesperación, su frenético anhelo por él, lo convertía
en un delicioso tormento. Anhelaba ser vencida, que la
follaran duro y rápido.
Nancy se movió, tratando de alinear su entrada vacía con
la punta de su polla.
—Paciencia —Se rió entre dientes, alejándose de ella.
Esa fue la dirección equivocada.
—¿Te apresuras a todas partes, cyborg, y ahora decides
tomártelo con calma? —Tiró de sus hombros,
necesitándolo más cerca, no más lejos de ella—. O cría
conmigo ahora o rueda sobre tu espalda y permíteme criar
contigo.
Sus ojos brillaron con energía.
—Eso podría ser divertido.
Sin otra palabra de advertencia, dio la vuelta a su gran
cuerpo, moviéndose a la velocidad de un cyborg, llevándola
con él. Ella gritó. Por un latido desgarrador, pensó que
volaría a través de la cámara y se golpearía la cara contra
la pared.
Pero su príncipe protector nunca la dañaría de esa o de
otra manera. La agarró, tiró de ella hacia atrás, la sostuvo
en el aire por encima de él. Sus bíceps se hincharon, pero
sus brazos estaban firmes.
—Bájame, tonto —Le dio un manotazo en el pecho
mientras luchaba por sofocar su diversión, apenas logrando
esa tarea. Sus payasadas apelaron al sentido del humor
que mostraba a pocos otros seres.
—Te estoy echando encima, mi princesa —Su cyborg la
bajó lentamente.
Se sentó en la parte superior de sus muslos, sus piernas
abiertas, sus pies plantados a sus lados. Su polla rígida
estaba colocada frente a ella, una oferta que no pudo
resistir. Ella curvó sus dedos alrededor de su base,
apretándolo con fuerza. Las venas de su eje pulsaban bajo
sus palmas. Era fuerte, cálido, gloriosamente vivo.
—Esto es mío ahora —Encontró su mirada—. Lo estoy
reclamando.
—Todo mi cuerpo es tuyo —Truth estiró los brazos por
encima de la cabeza. El movimiento hizo que sus
abdominales se ondularan—. Reclámame. Tómame. Haz
conmigo lo que quieras.
—¿Y si quiero más que tu cuerpo? —Acarició su longitud,
celebrando la sensación de él—. Si quiero tu corazón, tu
alma, todo de ti, ¿me darían la misma respuesta?
—No, no te daría la misma respuesta —Su tono fue
solemne.
No le daría la misma respuesta porque no la amaba.
El dolor recorrió a Nancy. Se necesitó toda la fuerza que
tenía, una vida de entrenamiento real para ocultar el dolor
que había causado, para mantener una expresión serena
digna de una princesa.
—Una comprende.
—Una no entiende —Se movió debajo de ella—. No tienes
que reclamar mi corazón o mi alma. Ya tienes esas partes
de mí. Los has tenido desde el momento en que nos
conocimos.
Su mirada voló hacia arriba para encontrarse con la de
él. No había rastro de humor en sus ojos.
—¿Tengo tu corazón? —No se atrevió a creer eso.
—Te amé en el momento en que flotaste en la salida de
bebidas de Nereid Negative One —Las comisuras de sus
labios se levantaron—. Estabas acompañada por tu inusual
séquito, conmovida como la princesa que eras, sin dejarse
intimidar por los guerreros, asesinos y otros seres que te
observaban. ¿Cómo podría no amar a alguien como tú?
Le entrecerró los ojos.
—¿Me amas más que a la batalla?
—Me encanta la batalla —Sonrió.
—Te encantan bastantes cosas —Apretó los labios. ¿Era
simplemente una de una enorme agrupación de objetos
preciados, seres?
Eso no la satisfaría.
Quería ser especial, anhelaba ser el centro de su mundo,
ser el ser que más amaba.
—Me encantan algunas cosas —Su cyborg fue honesto
con ella—. Eso es cierto —Cerró los dedos de su mano
derecha y sostuvo ese enorme puño cerrado—. Esto
representa todo lo demás que amo y he amado durante los
cientos de vidas humanas que he vivido. Eso incluye la
batalla y los seres, la aventura, mi nueva corona —Hizo
una pausa. Sus cejas se fruncieron como solían hacer
cuando completaba un cálculo complejo—. El recuento es
de siete millones, trescientos sesenta y nueve mil
novecientos cincuenta y dos seres, objetos y eventos hasta
ahora.
Estrellas. Eso fue mucha competencia por su corazón.
Pero tenía dos manos. Ella tocó sus dedos.
—¿Tu amor por mí estaría representado por tu otro puño?
¿Era igual a todas esas otras cosas?
Ese nivel de cariño sería suficiente para ella.
—No estaría representado por mi otro puño —Destrozó esa
esperanza.
—Oh —Sus hombros se hundieron.
—Mi amor por ti es mucho más grande que eso, princesa
—Su voz se suavizó.
Su mirada volvió a la de él.
—¿Es más grande?
—Es mucho más grande —Truth asintió—. Mi puño
izquierdo, el resto de mi cuerpo, todo el universo, los
planetas, las estrellas, la vasta extensión del espacio no
serían suficientes para representar cuánto te adoro.
Nancy lo miró fijamente.
Sus labios eran planos. Su expresión era seria.
Su cyborg la amaba como ella lo amaba a él, con todo lo
que tenía.
—No soy el repuesto —Ya no era un sustituto de otro
ser. Una sonrisa curvó sus labios—. No contigo.
Porque la amaba. Realmente la amaba. Pasaría un futuro
casi ilimitado con un hombre que la cuidaba, que la hacía
reír, que la tocaba con una pasión sin igual.
—Nunca serías un repuesto, Nancy —Los ojos de Truth
brillaron—. Siempre fuiste solo tú para mí. Simplemente no
te había conocido todavía.
Su relación estaba destinada. Estaba destinada a alinearse
con él, a estar en sus brazos.
Nancy pasó sus manos arriba y abajo, arriba y abajo de la
polla de su cyborg, deleitándose en el acto, en esa
manifestación física de su amor.
—Yo también te amo.
Su polla tembló.
—Me siento honrado por eso —Aplastó los dedos y estiró
los brazos hacia arriba una vez más—. Me esfuerzo por ser
extremadamente adorable —Le sonrió.
Le devolvió la sonrisa a él.
—Eres muy amable —No podía negar eso. Había
bromeado y provocado su camino hasta su corazón, y no
había podido resistirse a él.
Mientras trabajaba su polla con las manos, se acercó más
y más a él hasta que los labios de su vagina empujaron
contra su base. Palpitaba de energía, irradiaba calor, era
implacablemente duro y tremendamente espeso.
Queriendo, necesitando esa gran polla suya dentro de ella,
se elevó por encima de él, colocó su punta en su entrada,
alineándolos.
—Estoy tomando a mi cyborg extremadamente adorable.
Fijando su mirada en la de él, lentamente se hundió en él,
saboreando la forma en que la estiraba con fuerza,
saboreando la plenitud, la conexión, el deslizamiento de su
carne dentro de la de ella. El vínculo carnal reforzó su
vínculo emocional, uniéndolos.
Los labios de su vagina se aplastaron contra él, y exhaló
pesadamente, medio cerrando los ojos, abrumada por las
sensaciones. Criar con él se sentía tan bien, tan
bien. Había llegado a desear ese toque íntimo, esa unión
de sus almas.
—Me estás tomando, hermosa —La mandíbula de su
cyborg estaba apretada. Sus ojos brillaron.
—Planeo tomarte una y otra vez —Intentó levantarse, no
pudo moverse más del ancho de un dedo. Era demasiado
grande. Sus piernas eran demasiado cortas.
Su mirada se encontró con la de él. Frunció los labios.
Le sonrió.
—¿Estás teniendo dificultades?
El macho sabía muy bien cuáles eran sus dificultades.
—Levántame, cyborg —exigió la ayuda que necesitaba.
Su polla se balanceó dentro de ella.
—Agujero de fraggin, princesa. Ese tono tuyo me quita el
control —Ahuecó su trasero, tiró de ella hacia arriba, la
dejó caer.
Chilló, agarrando sus brazos, buscando suavizar la
caída. Su carne chocó contra la de él. El calor y el placer
irradiaban sobre ella.
—Te volveré tan loca como yo —La atrajo hacia arriba, la
dejó caer, la atrajo hacia arriba, la dejó caer, sin darle
tiempo para recuperarse, para prepararse para la
embestida erótica, para hacer algo más que reaccionar.
Su trasero golpeó contra sus muslos una y otra vez. Su
respiración se enganchó con cada aterrizaje. Su ritmo era
rápido. Su ritmo variaba con cada levantamiento,
manteniéndola un poco desequilibrada.
Y le encantó, no esperaba que fuera de otra manera con su
impulsivo guerrero.
El resto de su vida fue cuidadosamente orquestado, era
una rutina definida que llena de protocolo, rituales y
expectativas reales. Truth le había traído espontaneidad, la
aleatoriedad que hacía que los momentos fueran únicos,
especiales.
Lo agarró por los antebrazos y montó en las olas de la
emoción, sus deseos subían en espiral, la necesidad giraba
alrededor de su pecho. Alegría mezclada con ardor. Un
desenfreno, un fervor, se apoderó de ella.
Nancy echó la cabeza hacia atrás y se rió, confiando en
que su cyborg la estabilizaría.
Se rió con ella, los sonidos de su felicidad mezclándose
con sus jodidos ruidos. Fue glorioso, vigorizante, todo lo
que nunca pensó que necesitaba.
Sin embargo, lo había necesitado. Mucho. Y lo había
necesitado a él, su príncipe improbable, su confidente, su
compañero. Su risa se convirtió en jadeo. El sudor corría
entre sus pechos. Toda ella hormigueaba con sus
nanocibóticos. Estaba siendo sitiada sensualmente. No
había forma de escapar de él, y eso también le encantaba.
Descendió sobre él una y otra vez. Mientras se
desplomaba hacia abajo, Truth empujó hacia arriba,
impulsando profundamente, sacudiéndola hasta la
médula. Estaba cerca, tan cerca. No queriendo que el
encuentro terminara, apretó los dientes, trató de retrasar su
satisfacción con pura fuerza de voluntad.
Era una batalla que estaba perdiendo. Cada vez que la
llenaba con su polla dura, cada vez que se retiraba, la
acercaba al abismo sin fin de la liberación. La oscuridad de
la plenitud la llamó. El deseo brillante en sus ojos la
convenció de que siguiera adelante.
—Truth —Clavó sus uñas en su piel, intentando transmitir
algo de la tensión dentro de ella.
—Ven por mí, princesa —Condujo hacia ella—. Ven ahora.
La orden en su voz la rompió. Se hizo añicos, gritando,
pedazos de ella volando por todas partes. Su espalda se
arqueó. Sus paredes internas se contrajeron alrededor del
eje de su cyborg. El placer se apoderó de ella.
Rugió, empujando más profundamente dentro de ella. El
semen salió disparado de la cabeza de su polla y ella gritó
más fuerte, la dicha extrema hasta el punto del dolor, su
coño bombardeado por su esencia nanocibótica.
Ese burbujeo dentro de ella fue la más íntima, estimulante
de las caricias y se extendió por toda su forma. No había
un lugar dentro de ella que permaneciera intacto. Se agarró
los pechos, retorciéndose en el aire, una criatura
apasionada que luchaba por liberarse.
Su guerrero la ancló a él, moviendo sus caderas, llenando
su coño hasta desbordar, prolongando su plenitud.
—Sí —Gritaba con cada estocada—. Sí —Su tono era
regocijado, triunfante, eufórico. Estaba tan emocionado
como ella, y su reacción la liberó.
—Sí —Se echó hacia atrás, su largo cabello pegado a su
forma húmeda—. Sí.
Sus voces se entrelazaron, al igual que su satisfacción. El
conocimiento de que él también estaba experimentando un
éxtasis hizo que sus múltiples rondas de orgasmos fueran
más intensas. Sus emociones amplificaron las de ella.
Las olas de éxtasis crecieron y luego cayeron,
convirtiéndose en una exaltación que ella podía manejar,
podría sobrevivir.
—Te amo, Truth —Se desplomó hacia adelante, cubriendo
su cuerpo con el de él, saciada y satisfecha.
—Te amo, Nancy —Envolvió sus brazos alrededor de ella,
asegurándola a él. Su pecho subía y bajaba. El triple latido
de su corazón latía bajo su oído.
Si pudiera decretarlo así, se quedaría en las cámaras
privadas con su cyborg para siempre. Se esconderían de
sus deberes, del resto del universo, de la realidad.
Pero eso no sería justo para sus padres y su madre.
—Marthe, Valentin y Claude deben estar cansados —
Habían estado apostados en el puente desde que salieron
de Royaume.
—La probabilidad de que estén cansados es del 35.4589
por ciento —El tono de Truth fue divertido—. Marthe y
Valentin se turnaron para dormir mientras el otro volaba la
nave. Claude se durmió antes de que la nave abandonara
el sector y se despertó solo unos momentos antes que tú.
La culpa de Nancy se alivió.
—Las sillas no son tan cómodas como su soporte para
dormir —Y tenían más ciclos solares, experimentarían la
rigidez de manera más aguda.
—Claude es el único que está sentado completamente en
una silla en este momento —El pecho de su cyborg vibró
debajo de ella—. Marthe y Valentin están... ocupando
parcialmente la misma silla.
—Estrellas —Miró a Truth—. Dime que están usando ropa.
—Los cyborgs no pueden mentir —Le sonrió.
No deben llevar ropa.
Ella sacudió su cabeza.
—Ojalá pudiera decirte que rara vez son así, pero eso
también sería una mentira.
Sus padres intentaron ser discretos. Sin embargo, sus
esfuerzos generalmente fracasaron. Especialmente cuando
tuvieron que utilizar la nave para viajes largos. Los cuartos
estaban cerca. Las paredes eran delgadas.
Ella fingió no escucharlos.
—Limpiarán el puente después de que... ellos...
—Después de que se reproduzcan —Su cyborg le
proporcionó la palabra que trató de no pensar en usar en
relación con ellos. Marthe, Valentin y Claude no
eran sus padres.
Empujó la imagen de ellos... retozando... fuera de su mente
y se concentró en el apuesto hombre que tenía ante ella.
—Estamos atrapados aquí por un tiempo más —Apoyó la
barbilla en su pecho y le dio su mirada más bochornosa—
¿Qué debemos hacer?
Su polla se endureció dentro de ella, su tiempo de
recuperación impresionantemente rápido.
—Podríamos entrenar para las batallas simuladas —Su voz
se hizo melodiosa—. Dissent y su mujer se jactan de que
se burlarán de patearnos el culo.
Hizo una mueca.
—No soy un guerrero cyborg —No tenía su nivel de
habilidades en el campo de batalla.
—No tienes que derribar a un guerrero cyborg —Le dio
unas palmaditas en el trasero desnudo—. El simulacro de
matar a Dissent será mi deber. Puedes eliminar a su
hembra. Estoy 54.2369 por ciento seguro de eso.
Sus probabilidades estaban casi igualadas.
—No quiero entrenar para las batallas simuladas —Sus
hermanos eran todos guerreros y deseaba
impresionarlos—. Pero ahora mismo, tengo otra actividad
en mente para nosotros.
Bajó la cabeza, presionó sus labios contra su pecho,
saboreando metal y macho. Mientras chupaba su piel, su
mirada se encontró con la de él.
Sus ojos brillaron más. Sus músculos se reafirmaron
debajo de su cuerpo.
—No te burles de mí, hermosa —Bajó la voz—. O cría
conmigo ahora o rueda sobre tu espalda y permíteme criar
contigo —Se hizo eco de las palabras que había dicho
antes.
Le soltó la piel y sonrió.
—Eso podría ser...
Antes de que pudiera terminar su respuesta, la colocó
sobre el soporte para dormir y la inmovilizó contra la
superficie con las caderas, enjaulandola entre sus brazos.
—Será divertido, princesa.
—Estar contigo siempre es divertido, cyborg —Nancy se rió
cuando Truth capturó sus labios.
Capítulo 17

Dieciocho rotaciones planetarias más tarde, Truth


compartió el puente con su hembra. Se sentó en su regazo
y habían pasado el turno charlando, tocándose,
reproduciéndose y ahora estaban jugando a uno de sus
juegos favoritos.
Adivina la población del planeta.
La mujer del Capitán le había pedido que probara la
modificación de su escáner de formas de vida. Truth y su
hembra transmitieron sus mejores proyecciones de las
poblaciones de los planetas que sustentaban la vida por
los que pasaban. Luego escanearon la superficie en busca
de formas de vida. Se otorgó un punto al ser con la
proyección más cercana a la población real.
Truth, que tiene la capacidad de un cyborg para realizar
cálculos y acceder a bases de datos que contienen
informes anteriores, obtuvo 126 puntos. Su hembra tenía
un escaso 11. Había expresado su opinión sobre basar sus
proyecciones en conjeturas aleatorias, alegando…
incorrectamente… que sus instintos eran más fuertes que
su lógica.
Hace unos momentos, habían entrado en un espacio
controlado por cyborg. Los procesadores de Truth
zumbaron con esa oportunidad. Eso le otorgaría una
ventaja adicional. Su ventaja sobre su mujer se expandiría.
Triunfaría y luego reclamaría su premio: ella, el mayor
tesoro que un cyborg podría recibir.
—Ahora nos estamos acercando a Mercury Menor —Su
princesa transmitió información que ya procesó. Se había
quitado los guantes. Esa fina tela estaba colocada sobre la
consola, decorando el ya ornamentado puente.
Cuando estaban solos, su hembra prefería tocar los
controles con sus propias manos.
Prefería que no hubiera barreras entre ellos cuando
ella lo tocaba.
—Excluiremos Mercury Menor de nuestra competencia —
No se requirieron proyecciones para ese planeta—. Está
habitado por un Modelo C, su hembra humana y su
descendencia.
Su princesa amplió la imagen de Mercury Menor en la
pantalla principal.
—Es un planeta grande para tres ocupantes. Dijiste que tu
Patria estaba abarrotada.
—El Modelo C, Ghost, está severamente dañado —Habría
funcionado mal en la Patria, el Consejo Cyborg le concedió
el derecho a vivir con su familia en el planeta que de otro
modo estaría desocupado—. Solo hay tres seres en la
superficie.
—¿Es esa tu proyección final? —Miró por encima del
hombro y le sonrió.
Le devolvió la sonrisa.
—Eso es un hecho, no una proyección.
—Mi proyección es de tres mil habitantes —Golpeó con las
yemas de los dedos la pantalla de visualización incrustada
en la consola—. Y el ganador es…
—Hay cinco mil ciento treinta y dos seres ubicados dentro
de los perímetros de exploración —El sistema de la nave
transmitió esa información como si fuera Truth.
No puede ser correcto. Truth estaba 99.9998 por ciento
seguro de que solo había tres seres que habitaban
Mercurio Menor.
—Hay cuatro mil noventa y ocho cyborgs, ochocientos
humanoides, doscientos treinta y tres humanos ubicados
dentro de los perímetros de exploración. Cuatro mil ciento
veintisiete seres tienen características predominantemente
masculinas. Mil cinco seres tienen características
femeninas.
—¡Woo hoo! —Su hembra levantó los brazos en señal de
victoria— ¡Gané!
—No ganaste —Truth se inclinó hacia adelante,
empujándola, el contacto con su pequeño humano disipó
algo de su malestar—. El escáner de formas de vida debe
estar funcionando mal —Volvió a realizar el escaneo.
Mostró los mismos resultados defectuosos.
—Quizás estén recibiendo visitantes —Su princesa no
estaba preocupada.
No se dio cuenta de la magnitud del problema, de lo
dañado que estaba el sistema de escaneo de formas de
vida, un sistema en el que confiaban para obtener
información crucial.
Y había estado confiando en él, confiando en datos
incorrectos. Eso alarmó el lado de la máquina de él. Los
datos incorrectos pueden provocar daños o la muerte.
Su hembra podría haber muerto debido al mal
funcionamiento del sistema.
—No hay transmisiones que se originen en la superficie —
Truth buscada a la velocidad de un cyborg a través del
intercambio constante de información en la que participaba
su tipo—. Un cyborg en funcionamiento contribuye a
múltiples conversaciones durante la misma duración.
Hablaba con Dissent sobre las preferencias de vestimenta
de las mujeres humanas, participando en una discusión
dirigida por el Capitán sobre el próximo planeta a explorar,
escuchando millones de otras comunicaciones. Eso incluyó
un discurso pomposo de Power, el jefe del Consejo Cyborg,
sobre la importancia de obtener autorización antes de
interactuar con seres en otros planetas.
Los circuitos del macho se sobrecargarían cuando
descubriera que Truth había forjado una alianza con el
planeta Royaume y había reclamado a su princesa como
su hembra.
Truth se estaba divirtiendo.
La situación en Mercury Menor le preocupaba.
—Ghost está dañado. Según los informes, no transmite con
frecuencia. Su descendencia podría haber heredado su
daño, podría ser igualmente silencioso.
Truth no podía procesar vivir así. Era... antinatural.
—La probabilidad de que otros cuatro mil noventa y seis
cyborgs resulten dañados de la misma manera es del
0,0001 por ciento —Apoyó las palmas de las manos en la
pantalla de visualización incrustada—. La modificación del
escaneo de formas de vida debe haber causado un mal
funcionamiento de todo el escaneo. Lo estoy quitando y
reinstalando la programación original.
—El sistema de escaneo de formas de vida original no
tiene el mismo nivel de detalle que el suyo —Su mujer se
movió en su regazo, balanceando sus piernas cubiertas por
la falda hacia un lado, y miró su rostro—. Es viejo y
simplemente detecta la cantidad de seres.
Se merecía un escáner de formas de vida mejor que ese.
—Este es un cambio temporal —Corregiría la
programación en la nueva versión y la reinstalaría, le daría
las entradas que ella justificaba—. Confirmará que solo hay
tres formas de vida en la superficie —Ejecutó el escaneo
con el código antiguo.
—Se han detectado cinco mil ciento treinta y dos seres —
El sistema de la nave transmitía el mismo número de
formas de vida.
—¿Cuál es la probabilidad de que ambos escáneres de
formas de vida no funcionen correctamente? —Su princesa
inclinó la cabeza y lo estudió.
—Es mayor que la probabilidad de que cuatro mil noventa y
ocho cyborgs no tengan la funcionalidad para transmitir —
Hizo una pausa—. Pero todavía es muy bajo —Era
demasiado bajo para ser factible. Truth presionó sus labios
en la frente de su mujer, necesitando esa conexión física
adicional con el ser que adoraba, y procesó la situación—.
Hay un escenario posible con una probabilidad mucho
mayor.
—¿Y eso es? —arqueó las cejas.
—Los cyborgs no quieren que otros sepan que están
tomando Mercury Menor —Un ser habilidoso podría
rastrear una transmisión hasta sus orígenes. Eso a menudo
era beneficioso, servía como una baliza de localización si
se perdían hermanos.
Pero es posible que algunos hermanos no quieran ser
encontrados.
Durante sus exploraciones, la tripulación del Reckless se
había encontrado con cyborgs que estaban construyendo
una flota de naves sin la autorización del Consejo
Cyborg. Esos guerreros no transmitieron ni se asociaron
con el resto de sus hermanos. Truth los veía como
rebeldes, los percibía como posibles amenazas para la
Patria y para las hembras y la descendencia de los
guerreros.
Eso ahora incluía a su hembra, su futura descendencia.
—Nos enfrentaremos a ellos —La energía recorrió los
circuitos de Truth. Exigirían explicaciones de los rebeldes,
los someterían si era necesario.
Serían héroes para todos los cyborgs en todas partes.
—¿Quieres que nosotros, los cinco, nos enfrentemos a
más de cinco mil seres, más de cuatro mil de los cuales
son cyborgs, guerreros fabricados para la batalla, seres tan
hábiles como tú? —Su mujer parecía menos entusiasmada
con su plan.
—Son casi tan hábiles como yo —La corrigió.
—¿Y sobre qué los estamos confrontando? —Ignoró su
comentario—. No ha habido ninguna transmisión de
emergencia de socorro desde la superficie. Los seres no
nos han mostrado ninguna agresión. Simplemente residen
en un planeta.
—No están autorizados a estar allí —Esa fue una razón
suficiente para investigar.
—Y sabemos que... ¿cómo? —Extendió la mano y le puso
las manos en las mejillas, lo obligó a mirarla a los ojos—
¿Te diría el gobernante del Modelo C, este guerrero Ghost,
si autorizó su visita?
Ghost no podía hacer eso.
—No ha transmitido a través de una línea pública en más
de tres ciclos solares —Los labios de Truth se torcieron—.
Y esas transmisiones carecían de lógica —El modelo C
resultó gravemente dañado—. Estos cyborgs rebeldes
podrían ser un peligro para la Patria, Princesa.
—Hmmm... así que no sabemos si su presencia fue
aprobada por el gobernante del planeta —Acarició su piel
con las yemas de los dedos, su mirada ligeramente
desenfocada.
Truth vibró bajo su toque. Ella tenía esa habilidad para
cautivarlo, calmarlo.
—¿Y crees que podrían ser un peligro para tu... para
nuestra Patria? —Lo miró para estar de acuerdo.
—Yo creo eso —Asintió con la cabeza, le gustó que se
refiriera a la Patria como suya.
—¿Por qué crees eso? —Su tono era suave con
curiosidad—. Me dijiste que tu Patria tenía millones de tus
hermanos protegiéndola —Bajó las manos a su pecho
cubierto con armadura— ¿Podría una fuerza de menos de
seis mil guerreros superar esas defensas?
—Eso es improbable —Se vio obligado a admitir eso.
La lógica declaró que no podían ser una amenaza. La parte
orgánica de él, los instintos que su mujer afirmaba eran
más fuertes que sus cálculos, gritaba que los rebeldes eran
un peligro. Quería precipitarse y derrotarlos.
Si quería el respaldo de su mujer, lo que hacía mucho,
necesitaba una razón para emprender esa acción.
—Deberíamos, como mínimo, aterrizar en Mercury Menor,
investigar sus actividades.
—Podríamos hacer eso —La cabeza de su princesa se
inclinó—. Le pediremos permiso a su gobernante para
aterrizar en su planeta.
—Ghost está dañado —Truth repitió el estado del modelo
C—. Hay un 84.2569 por ciento de probabilidad de que no
responda.
Power, en representación del Consejo Cyborg, también
había enviado una comunicación a todos los guerreros
ordenándoles que no transmitieran con Ghost a menos que
Ghost instigara la transmisión. Truth podría doblar las
reglas, pero no las rompió por completo.
Y proyectó que ya tenía suficientes conflictos con Power
para hacer que su vida fuera emocionante.
—Royaume fue invadido —Su princesa, el ser que amaba
más que nadie ni nada, lo miró—. No puedo hacerle eso a
otro planeta, Truth —La tristeza reflejada en sus ojos tiró
de su corazón—. Y eso es lo que sería aterrizar sin el
permiso de Ghost: una invasión.
Agujero de fraggin. Sus planes para investigar las
actividades de los rebeldes habían dañado
emocionalmente a su mujer.
Haría cualquier cosa para repararla. Su mirada se dirigió
rápidamente a la imagen de Mercury Menor. Abandonaría
cualquier aventura para desterrar la infelicidad de sus ojos,
para volver a ver su hermosa sonrisa.
—No aterrizaremos en la superficie —Apretó los labios
contra su frente—. Cuando regresemos a la Reckless,
contactaremos al Capitán, le transmitiremos los resultados
de los escaneos de formas de vida. Él puede determinar
nuestros próximos pasos.
Transmitir los hallazgos ahora transmitiría la información al
Capitán de inmediato, pero los cyborgs rebeldes podrían
tener la capacidad de interceptar esas comunicaciones.
Podrían huir o realizar acciones más dañinas.
Truth apretó su agarre sobre su hembra. Le encantaba el
caos, pero había situaciones raras en las que se requería
precaución, en las que la diversión debía retrasarse.
—Gracias —Su princesa le dio unas palmaditas en el
pecho y le sonrió. Esa recompensa fue mejor que cualquier
aventura que pudiera haber emprendido, su admiración,
aprobación, amor lo calentó a su cuerpo—. Pero tendremos
más que los resultados de los escaneos de formas de vida
para transmitir.
Se volvió hacia la pantalla principal, ese movimiento frotó
su trasero cubierto de tela contra su pene confinado, y
golpeó con las yemas de los dedos los controles.
—También le daremos a nuestro Capitán esta grabación —
Amplió la imagen del planeta.
El detalle fue impresionante. Las estructuras, demasiadas
para tres seres, eran claramente visibles. Hileras de
vegetación alineaban parcelas de terreno perfectamente
cuadradas. La superficie parecía completamente habitada.
Truth se quedó mirando la pantalla principal.
—Su nave tiene un escáner de formas de vida que no
puede determinar tipos de seres, sin embargo, tiene el
sistema de imágenes más sofisticado que he encontrado
en una nave.
La desconexión hizo girar sus procesadores.
—Valentin no inserta los resultados del escáner de formas
de vida en sus grabaciones —Su princesa le sonrió.
Truth se rió, recuperando su buen humor. Las prioridades
de su séquito se dañaron, pero eso creó un gran
entretenimiento para él.
Y ahora le daría la prueba visual que necesitaba de las
actividades de los rebeldes.
—Estoy ralentizando la nave —Ajustó su velocidad—.
Capturaremos la mayor parte de la superficie que podamos
—Sería casi tan revelador como caminar por el terreno.
—Recopilaremos todos los datos que su Capitán pueda
necesitar para tomar una decisión —Su mujer hizo zoom
en una sección diferente de la imagen.
Truth apoyó la barbilla en su hombro derecho.
Analizaron las imágenes tal como fueron grabadas,
señalando estructuras inusuales y numerosas superficies
planas que parecían ser lugares de aterrizaje. Los seres
eran demasiado pequeños para ser detectados, pero el
número de domicilios apoyaba el recuento de formas de
vida.
Mientras trabajaban, Truth acarició la piel de su mujer,
acarició sus brazos desnudos, acarició su pecho cubierto
de tela con las yemas de los dedos. Llevaba uno de sus
vestidos sueltos. Sus pies calzados con zapatillas colgaban
sobre el suelo. Su cabello peinado hacia arriba era suave,
desprovisto de pigmento. Una tiara estaba colocada en la
parte superior de su cabeza. Era hermosa y sumisa y suya.
La nave pasó Mercury Menor y él aumentó su velocidad,
haciendo funcionar los motores a su máxima capacidad.
—El objetivo es llegar a la Reckless antes de que los seres
del planeta se vayan —Hizo una pausa. El Capitán podría
optar por enfrentarse a ellos. Si lo hace...
—Si lo hace, será su elección y lo apoyaremos,
participando en ese enfrentamiento —Su hembra cubrió
sus manos con las de ella—. No nos privaremos
de esa aventura.
Nosotros no vamos a privarnos a nosotros mismos. Su
princesa también había querido aterrizar en Mercury
Menor.
La sonrisa de Truth se ensanchó. Había tomado la decisión
de renunciar a eso basándose en su creencia de que era la
decisión correcta, no porque no quisiera investigar la
situación.
—Te amo mi princesa —La besó en la nuca, honrado de
que le perteneciera.

***

Llegaron a la Reckless menos de dos rotaciones


planetarias más tarde, dejando la nave en la bahía de
atraque. Sería su hogar durante la cuarentena.
Marthe, Valentin y Claude se unieron a él y a su mujer en el
puente. Habían sido informados sobre la situación en
Mercury Menor, estaban preparados para enfrentarse a los
cyborgs rebeldes también.
Si el Capitán eligió esa resolución.
Truth abrió comunicación con él.
—¿Esta línea es segura?
La vista cambió.
—Es seguro, bolsa de tornillos que causa el caos —
Chuckles, el oficial de comunicaciones de la Reckless y
uno de los cyborgs más gruñones del universo, lo fulminó
con la mirada—. No se puede acceder desde fuera de la
Reckless.
Truth le sonrió.
—Te extrañé.
—Puaj —Chuckles negó con la cabeza.
La vista volvió al rostro del Capitán.
—Esto se está transmitiendo al puente.
La imagen se expandió para incluir a todos los seres en el
espacio. El Capitán, North, Doc, Dissent, Chuckles y sus
mujeres estaban presentes. La hembra de North sostenía a
Victorious, su pequeña descendencia. Future, el único
descendiente completamente maduro de la nave, se sentó
junto a la hembra del Capitán. Su barbilla estaba levantada,
su expresión orgullosa.
Como debería ser. Estaba siendo incluido en una discusión
importante y altamente confidencial, una que podría
cambiar su destino... para siempre.
Truth envolvió sus brazos alrededor de su princesa.
—¿Qué tiene de urgente esta comunicación? —El tono del
Capitán fue brusco— ¿Por qué no podía esperar hasta que
saliera de la cuarentena?
Frag. ¿Quién apretó demasiado su mecánica?
—Pasamos Mercury Menor de camino a la Reckless.
—Mercury Menor no debe explorarse —Los ojos del
Capitán brillaron—. Y Ghost no debe comunicarse con él.
Truth apretó a su hembra. Le había dado el consejo
correcto, diciéndole que no aterrizara allí. El Capitán los
habría arrojado a ambos al espacio abierto... o amenazado
con hacer eso.
—No exploramos Mercury Menor —Empleó un tono
presumido que Valentin aprobaría que utilizara—. Y no nos
comunicamos con Ghost. Realizamos un escaneo de
formas de vida —Envió los resultados de las tres
exploraciones.
Hubo silencio durante uno, dos, tres latidos. Eso fue
revelador.
Había logrado escandalizar al Capitán ya sus hermanos.
Y aún no había revelado las coberturas rosadas del pecho
y el trasero que Marthe le había fabricado.
La satisfacción floreció en Truth.
—El escáner de formas de vida debe estar funcionando
mal —El Capitán, como era de esperar, descartó las
lecturas—. Solo tres seres residen en Mercurio Menor.
—Se han fabricado novecientas cinco estructuras... que
detectamos —Truth también compartió esas imágenes—
¿Por qué tres seres requieren tantas estructuras?
—Agujero de fraggin —La maldición de Dissent le valió una
mirada penetrante del Capitán— ¿La base de los rebeldes
está situada en Mercury Menor?
—Esa especulación no abandonará este puente —El
Capitán transmitió información que ya procesaron. Todo lo
que se decía en el puente se quedaba en el puente.
Pasaron momentos.
Truth acarició el estómago cubierto de tela de su princesa,
roció besos sobre su cuello, mientras esperaban la
siguiente pregunta del Capitán.
—¿Ha interceptado alguna comunicación hacia o desde
Mercury Menor, mujer? —El Capitán dirigió esa consulta a
la mujer humana estacionada a su lado.
La mujer del Capitán era un hacker experto. A menudo
supervisaba el terreno fuera de su alcance.
—No ha habido nada que sea sospechoso. Tendrían que
comunicarse con las nave de suministro, pero no hay
indicios de que eso suceda.
—Podríamos enfrentarnos a los rebeldes —Truth fue
incapaz de quitarle la emoción a su voz.
—Desobedecer las órdenes directas del Consejo Cyborg
no nos haría mejores que los rebeldes que buscamos
aprehender —Los labios del Capitán se aplanaron. Y
Power no percibirá que cinco mil ciento treinta y dos seres
sean una amenaza. No perdonará tanto esta transgresión
como la nuestra anterior.
Esa transgresión anterior salvó a todos los cyborgs en
todas partes y había traído justicia a muchos de ellos,
castigando a los torturadores de la Alianza Humanoide.
Pero también había desterrado a la Reckless y sus
guerreros a las afueras del terreno controlado por los
cyborg. Habían sido separados del resto de sus hermanos.
—Tenemos que hablar con todo el Consejo Cyborg —El
Capitán se enderezó—. Nos reuniremos con ellos cara a
cara y los convenceremos de la amenaza.
Eso fue casi tan emocionante como enfrentarse a los
rebeldes. Truth y sus hermanos a bordo de la nave no
habían visto la Patria en ciclos solares.
Le gustaría mostrarle a su princesa su nuevo planeta
natal. Sería una aventura. Le mordió el lóbulo de la oreja.
Su princesa se estremeció. El olor de su excitación se
espesó. Pero su expresión serena no cambió. Era de
verdadera realeza en todos los sentidos y era suya.
—Chuckles, comunicaciones abiertas con Power —El
Capitán emitió esa orden.
—Abriendo comunicaciones, Capitán —El Modelo D
verificó el pedido.
La imagen de Power apareció junto a las imágenes del
puente en la pantalla principal del carguero real. Truth y su
princesa pudieron ver a todos los colaboradores de la
conversación.
Power no fue un participante feliz.
—No te vas a comunicarte conmigo —Levantó la barbilla
arrogante —. Yo soy el que va a comunicarse contigo.
Agujero de fraggin. El Modelo E era arrogante.
—La Reckless solicita autorización para regresar a la Patria,
señor —La voz del Capitán era plana y su rostro estaba en
blanco. Era la fachada que los de su clase habían
mostrado a sus opresores.
Ese Capitán lo usó con Power y a Truth le divertida. El
Modelo E sería incapaz de determinar si fue una expresión
de respeto o el insulto que Truth proyectó que pretendía
ser.
—Autorización denegada —El autoproclamado líder del
Consejo Cyborg tomó esa decisión basándose en nada, sin
entradas, sin datos—. Tu misión, explorar todos los
planetas que sustentan la vida en el sistema, no se ha
completado.
La mandíbula del Capitán se apretó.
—Esta solicitud se refiere a sus comunicaciones más
recientes. Uno de nuestros guerreros ha forjado una
alianza con los seres de un planeta fuera de nuestro sector.
Truth abrazó a su hembra más cerca de él. El Capitán
estaba usando su reclamo de Nancy para justificar su
regreso a la Patria. Eso fue emocionante... y halagador.
—Tu guerrero no tiene la autoridad para forjar una alianza
—Power miró al Capitán.
El Capitán no se desanimó.
—Su mujer es la princesa de ese planeta.
Un destello de lo que parecía ser envidia iluminó
temporalmente los ojos negros planos del Modelo E. Hubo
una larga pausa.
—Ya veo —dijo finalmente Power.
Todos los guerreros querían conocer a su mujer, pero
muchos nunca tendrían esa oportunidad. Se valoraba a las
hembras. Eran el futuro y reclamarlos era una prioridad
para los guerreros.
—Me reuniré con este guerrero y su princesa —Power
agitó las manos con desdén—. La Reckless, su Capitán y
su tripulación deben regresar a la Patria de inmediato.
El modelo E terminó la transmisión. Su imagen en la
pantalla de visualización desapareció.
—Woot. Regresamos a la Patria —Truth lanzó a su hembra
al aire y la atrapó.
Se rió .
Le cubrió la cara con besos rápidos, lo que la hizo reír con
más fuerza.
—Estoy terminando esta comunicación —Los ojos
brillantes del Capitán desmentían su tono seco.
—Marthe —Truth continuó besando los destellos de su
princesa—. Nos reuniremos con Power —Eso sería una
distracción—. Necesitaremos más prendas fabricadas.
—Oh yo —La mujer respondió con dos de sus palabras
favoritas.
—Sí, oh Dios —Le acarició el cuello de Nancy con la
nariz—. Será un evento real.
Su hembra se movió contra él.
—Eso suele ocurrir cuando eres un príncipe —Sonaba sin
aliento por la alegría... y la excitación. El olor de ella
provocó sus fosas nasales.
Habría aventura, espectáculo, pasión y cariño en el futuro
de Truth.
Agujero de fraggin. Amaba su vida.
Capítulo 18

Nancy se despertó, como solía hacer a menudo, con los


brazos de Truth rodeándola en la rotación planetaria que
debían dejar en cuarentena. Su pecho aplanó sus
senos. Su polla estaba en su coño.
Se quedó quieta con los ojos cerrados, disfrutando de la
conexión con su cyborg, su calidez, la firmeza de su forma,
la firmeza de su agarre sobre ella. Había desterrado su
soledad, había derribado los muros que había erigido
alrededor de su corazón.
La felicidad se apoderó de ella, burbujeando dentro de su
alma. Lo amaba. La amaba. Estarían viajando a su
Patria. Su familia improvisada los acompañaría. Habría
aventuras, cariño y risas.
Siempre había risas con su guerrero.
—Fingir dormir es inútil, princesa —Chasqueó los labios
contra su frente—. Superviso tu estado, proceso cuando
vuelves a la conciencia —Su tono era burlón.
Encontró su mirada.
—Guárdate esa información para ti, cyborg —Se meció
contra él, tomándolo lentamente, sin prisa, permitiendo que
su pasión creciera—. A menos que quieras empezar a
vestirte para el evento del próximo turno ahora mismo.
Estos podrían ser los últimos momentos que pasan solos
en esta rotación planetaria. Lo agarró por los hombros y se
movió más rápido.
—Debemos acelerar nuestra crianza —La puso boca
arriba—. No me importa darles un espectáculo a los sujetos
—Su sonrisa fue positivamente malvada—. Pero hay un
83.6939 por ciento de probabilidad de que se registren
nuestras actividades, y eso sorprendería a algunos de tus
súbditos.
Eso sorprendería a todos sus súbditos. Era su
princesa. Nunca la habían visto sin sus guantes, y
actualmente estaba completamente desnuda, su piel
desnuda presionada contra la forma dura de su cyborg.
—Una interrupción pondría fin a nuestro encuentro —Curvó
los dedos sobre su nuca y acercó su rostro a ella—.
Bésame rápidamente.
Capturó sus labios, gimiendo de satisfacción cuando se
abrió hacia ella. Sus nanocibóticos se precipitaron en su
boca, mezclándose con sus dones anteriores de esa parte
de sí mismo. Ella bajó las manos. Sus pectorales y
abdominales se contrajeron bajo su toque.
Un estruendo se elevó en su pecho. Su cyborg agarró sus
hombros y empujó con fuerza, sacudiendo su forma con la
ferocidad de su crianza, llenándola una y otra vez.
Sus lenguas se entrelazaron y enredaron mientras él
entraba y salía de ella. Sus cuerpos chocaron y se
desmoronaron. Calor irradiado desde todos los puntos de
contacto.
Su pecho golpeó sus pechos, golpeando sus pezones. Era
un cuerpo implacable, piel caliente y músculos ondulantes,
y se deleitaba con su dulce abuso, con la oleada de deseo
que fluía sobre ellos.
Nancy se incorporó a él, sintiéndose tan salvaje y libre
como él. Con Truth, no hubo preocupaciones sobre el
protocolo, sobre la presentación de la imagen correcta. La
aceptó tal como era, con todos sus defectos, sus
peculiaridades, sus emociones turbulentas.
El sudor corría entre sus pechos, a lo largo de sus caderas,
deslizando el sensual deslizamiento de la piel sobre la
piel. Ella jadeó en su boca, ese sonido desesperado
capturado, escuchado solo en su alma. El hombre que
amaba, el ser que había elegido por encima de todo, por
encima de todos los demás, golpeó su gran polla en su
coño, haciéndola suya, reforzando su reclamo sobre su
cuerpo.
Su trasero golpeó contra el soporte para dormir, ese sonido
se sumó a su percusión de la cría. La energía iluminó sus
ojos, haciéndolos brillar más que un meteoro que cae en el
cielo oscurecido por el ciclo de descanso de
Royaume. Todo ese fervor fue por ella. Ella inspiró ese
nivel de lujuria en su cyborg.
Amaba muchas cosas, pero la amaba más a ella, y al mirar
su hermoso rostro, no lo dudaba. Esa verdad estaba escrita
en su semblante, en el apriete de su mandíbula, fue
exhibida por su atención en ella y solo en ella.
No era la de repuesto. Era su enfoque principal ahora y
siempre.
Ese honor le fue otorgado en el momento en que se
conocieron. Se dio cuenta de eso ahora. Tras un estudio
más detenido de sus palabras y acciones pasadas, vio las
señales que inicialmente había pasado por alto, vio la
prueba de su devoción. Truth podría haber estado
buscando aventuras, pero había buscado esas emociones
con ella.
Su cyborg continuó eligiéndola. La hacía sentir deseada
con cada palabra burlona, cada guiño juguetón, cada roce
de sus ásperas manos.
Y la estaba empujando rápidamente hacia la liberación. No
luchó contra eso, dejándose llevar por la fuerza de su
adoración, impulsándolos más rápido hacia esa excitante
conclusión levantándose en sus embestidas y haciendo
rebotar sus talones en sus nalgas.
Sus labios, aplastados contra los de ella, se estiraron en
una amplia sonrisa, obligándola a sonreír también. La
alegría en su expresión hizo eco en su corazón, rompió los
hilos restantes de su control.
Su pasión brotó libre, sin restricciones por ningún
confinamiento, y su cuerpo respondió, sus paredes internas
se contrajeron alrededor de su eje, su respiración se volvió
irregular.
Todo lo que necesitaba era...
Su cyborg la penetró, alcanzando las partes más profundas
de ella, llenando ese espacio, ese vacío, con su rígida e
implacable polla. Su base golpeó los labios de su
vagina. Duro. La conmoción y el deleite de eso la arrojaron
al límite.
Ella gritó en su boca, moviéndose hacia arriba. El placer la
bombardeó desde todos los ángulos, amenazando con
destrozarla. Buscando asegurarse a él, a algo, a cualquier
cosa, ella apretó su eje.
Él rugió, ese sonido corrió por su garganta, y la empujó aún
más, una hazaña que había creído imposible. Su trasero se
arrastró a través del soporte para dormir, marcándola con
calor. Su cyborg explotó. El semen salió disparado de su
punta y golpeó su carne íntima.
Ella chilló más fuerte. La euforia fue demasiada. Tenía que
escapar de ella. Contorsionándose y retorciéndose, trató de
liberarse de su agarre sobre ella.
Su cyborg no lo permitió. Él sujetó sus caderas al soporte
para dormir y vertió más de sí mismo en ella,
pulverizándola con éxtasis. Sus ojos se oscurecieron, la
ferocidad de su liberación apagó temporalmente su sistema
visual.
Ella apretó sus caderas y aguantó, montando la tormenta
erótica hasta que los vientos de satisfacción se calmaron y
solo quedó la niebla mental del éxtasis.
Se estremeció una vez, dos veces, luego cayó. Su forma
mucho más grande aplastó la de ella. Ella murmuró en su
pecho. Rodó sobre su espalda, llevándola con él.
Ella apoyó la cabeza en su pecho, escuchó los latidos de
su corazón, trató de ordenar sus pensamientos malditos.
—¿Cuántos momentos más crees que tendremos para
nosotros mismos antes de que los demás se den cuenta de
que estamos despiertos? —Quería recostarse en sus
brazos durante toda la rotación planetaria.
—Tenemos un par de latidos, princesa —El tono de Truth
era divertido—. Marthe, Valentin y Claude están
actualmente acurrucados afuera de nuestras puertas,
debatiendo si deben notificarnos o no antes de ingresar a
nuestras habitaciones.
—Estrellas —No quedaban más momentos para
acurrucarse. Nancy se arrojó fuera de su guerrero desnuda
y tomó una túnica—. Tenemos que revisar los protocolos
de privacidad reales.
Su tonto cyborg se rió.

***
Nancy había creído que un turno sería tiempo suficiente
para la preparación, para vestirse y encontrarse con el
Capitán de su cyborg y sus hermanos.
No había tomado en consideración la personalidad
perturbadora de Truth ni la obsesión de Marthe por la
perfección.
Truth se acicalaba frente a una superficie reflectante. Iba
vestido de rosa de la cabeza a los pies. El pigmento rosa
cubría su hermoso cabello negro. Sobre su cabeza colgaba
una corona rosa con piedras a juego. Flores rosadas
decoraban las fundas y fundas fabricadas en su abrigo y
pantalones. Incluso las empuñaduras de sus pistolas y las
empuñaduras de sus dagas estaban ocultas con tela rosa.
—¿Es esto suficiente brillo? —Se inclinó hacia adelante,
mirando más de cerca su imagen.
Nancy puso los ojos en blanco. Su rostro tenía tanto brillo,
su piel brillaba más que una estrella.
—¿No es suficiente? —Marthe, también vestida de rosa,
corrió al lado de Truth—. Oh yo. Ese punto lo hace parecer
un poco desnudo, mi príncipe —Lo salpicó con brillo—. Se
justifica una segunda aplicación.
Marthe roció cada tramo expuesto de su piel anteriormente
gris con la sustancia reluciente.
Truth, ese tonto, se encontró con la mirada de Nancy y le
guiñó un ojo. Disfrutaba del caos que estaba creando.
Nancy vestía del mismo tono de rosa. Eso no era inusual
para ella. Marthe amaba el color y Nancy amaba a
Marthe. Había pasado la mayor parte de su vida vestida
con ese tono.
Esta rotación planetaria no fue una excepción.
Su cabello había sido rociado con pigmento y estaba
enrollado en la parte superior de su cabeza. Su tiara
favorita con piedras rosas había sido elegida para que se la
pusiera. Un collar con piedras a juego rodeaba su cuello.
El corpiño de su vestido mostraba simplemente un toque
de pecho cubierto de brillo. La delicada tela se adhirió a su
cuerpo como una segunda piel. La falda era un poco más
grande de lo que estaba acostumbrada a usar, pero la
hacía sentir como la princesa que era.
Toda ella brillaba.
Valentin y Claude entraron en la cámara. También iban
vestidos de rosa desde la cabeza cubierta de pigmento
hasta los pies calzados con botas. Incluso la barba de
Claude había sido rociada de ese color.
—Ambos se ven magníficos —Nancy sonrió a sus padres.
—Hubo algunos problemas con mis prendas —Claude tiró
de su chaqueta. La tela le apretó los hombros y el
estómago—. Debe haber habido una confusión con las
medidas. Eran holgados, nada dignos de una Guardia
Real. Pero Marthe pudo modificarlos rápidamente —Miró a
la mujer con abierta admiración—. Es muy inteligente.
—No es tan inteligente como querría ser —Marthe susurró
ese comentario en voz baja.
Nancy sofocó una risa. No había manera de engañar al
hombre para que usara prendas de mayor tamaño. Sabía
cómo quería que encajaran.
Su mirada se dirigió a Truth.
Sus ojos bailaron divertidos. Inclinó la cabeza hacia la
cintura de Claude y arqueó las cejas.
Nancy negó con la cabeza, negando la tácita solicitud de
su cyborg de probar los cierres de la chaqueta de su padre.
Esa prenda tuvo que aguantar hasta que terminó la
reunión. Los dos machos parecían tan orgullosos de sí
mismos. No quería que nada les arruinara el momento.
Los amaba, quería que sintieran ese amor.
—Bueno, el resultado final es glorioso —Regresó su
atención a sus padres—. Me siento honrado de que nos
acompañes —Desvió su sonrisa hacia Marthe—. Madre, te
has superado a ti misma. Los hermanos cyborg de nuestro
príncipe quedarán asombrados por el espectáculo que
pronto presenciarán. Valentin, espero que estés grabando
esto. Todo Royaume querrá verlo.
—Grabo todo, mi princesa —La mirada altiva de Valentin
fue desmentida por la mirada complacida en sus ojos—.
Esta no es una excepción.
—Es perfecto, mi princesa —Marthe tocó el collar que
nunca se quitó. Era el único accesorio que no coincidía con
el tema completamente rosa—. Todos nos vemos tan
perfectos.
—Hacemos un look perfecto —Nancy miró a sus padres, a
su madre, a su guerrero. Un nudo de emoción se formó en
su garganta—. Parecemos la familia que somos.
Truth se movió a su lado. Sus faldas se tragaron sus
piernas. Colocó una reconfortante palma en la parte baja
de su espalda, no dijo nada.
Valentin olisqueó de nuevo y miró al techo.
Claude se puso la barba cubierta de pigmento y miró sus
botas.
Marthe se secó los ojos con delicadeza con un pañuelo
rosa.
La emoción se arremolinaba a su alrededor, conmovedora
de significado, cargada de amor.
A Nancy le hubiera gustado prolongar el momento para
siempre, pero eso no fue posible. Los seres estaban
esperando encontrarlos. Forzó una sonrisa a sus labios.
—¿Valentin?
Su padre la miró parpadeando.
—Oh. Oh sí —El secretario privado se sacudió un poco—.
Es el momento, mi princesa, mi príncipe.
Sacó el pecho. Su responsabilidad era asegurarse de que
la primera reunión transcurriera sin problemas.
Nancy miró a Truth.
—¿Mi príncipe?
—Mi princesa —Hizo una gran floritura al ofrecerle su
brazo.
Valentin había insistido en que practicara ese movimiento
una y otra vez, lo que divertía a su cyborg. Truth bromeó
diciendo que no se había dado cuenta de que había una
forma incorrecta de doblar el codo.
Nancy sofocó su risa y lo agarró del brazo, agradecida por
ese contacto con su macho, agradecida de tenerlo a su
lado.
—Estamos listos.
Claude, siendo su guardia real, encabezó la procesión,
marchando fuera de la cámara, a través de la
nave. Valentin lo siguió, su paso era más suave, más
silencioso.
—Es la hora del espectáculo, princesa —Los ojos de Truth
brillaron con energía.
—Es la hora del espectáculo —Le apretó el brazo mientras
la guiaba a través de la nave.
Marthe los siguió. Enderezó las faldas de Nancy y tiró de la
parte inferior del abrigo de Truth.
Algo de su nerviosismo fluyó hacia Nancy. Se estaba
reuniendo con el Capitán de su cyborg, sus hermanos, las
hembras de esos hermanos, la descendencia. Admiraba,
respetaba, agradaba y amaba a esos seres. Sus dedos
temblaron. Quería causar una buena impresión.
Truth se acercó más a ella.
—Cuando te vi con ese vestido, todo brillante y majestuoso,
hiciste que mi sistema respiratorio funcionara mal, hermosa
—murmuró esas palabras en su oído—. Eres fuerte,
inteligente y amable, y eres la criatura más impresionante
que he conocido. Seré la envidia de todos los guerreros
presentes.
La inquietud de Nancy se desvaneció. La felicidad y el
amor que emanaba de su cyborg la envolvieron, formando
un amortiguador que nada más podía impregnar.
—Tus prendas te convertirán en la envidia de todo guerrero
—bromeó ella.
—Estoy muy rosado —Su cyborg rió suavemente—. Los de
mi clase rara vez usan otro color que no sea el negro.
La rampa bajó y los ojos de Nancy se agrandaron. Estaba
en lo correcto. Los guerreros cyborg se alineaban en la
ruta. Todos iban vestidos con la misma armadura negra
que había usado cuando se conocieron.
Y todos los guerreros la miraban a ella, a su séquito, a
Truth. Sus bocas se abrieron y luego se cerraron de
golpe. Sus expresiones se volvieron en blanco.
¿Fue una buena reacción? ¿Fue una mala reacción?
No lo sabía.
Nancy echó los hombros hacia atrás, fijó una sonrisa
serena en su rostro y bajó la rampa. Su cyborg permaneció
a su lado, igualando su paso a paso.
El Capitán de Truth dio un paso adelante. Lo había visto en
la pantalla de visualización, pero eso no había revelado lo
grande que era. Se elevaba sobre ella, era más alto que su
guerrero extremadamente alto.
Una mujer humana delgada de piel oscura y cabello oscuro
se movió con él. Truth la llamó la mujer de su Capitán. Eso
fue incómodo. Nancy esperaba eventualmente llamarla por
su nombre de pila.
Otro gran guerrero parecido al primero se movió detrás de
la hembra. Su mandíbula sobresalía. No tenía ningún tipo
de modelo o número escrito en su mejilla.
Future nació libre, le había explicado Truth. Era el hijo de la
pareja.
Y parecía tan malhumorado como cualquier joven
Royaume. Esa comprensión alivió algunos de los temores
de Nancy.
—Valentin —Pidió a su secretario privado y a su padre que
hicieran las presentaciones formales.
Se aclaró la garganta.
—Su Alteza Real la Princesa Nanette del planeta Royaume
y su Consorte, el Príncipe Truth.
—Agujero de fraggin. Ahora se llama a sí mismo príncipe
—Un cyborg ubicado cerca del Capitán frunció el ceño. Se
inclinó pesadamente hacia un lado, estaba acompañado
por una mujer humana que también estaba vestida toda de
rosa— ¿Lo que sigue? Va a…
—Chuckles —El Capitán de Truth dirigió una mirada dura
al macho.
Chuckles dejó de hablar, pero siguió frunciendo el ceño
ante Truth.
Truth le devolvió la sonrisa alegremente.
—¿Me extrañaste, gruñón bolsa de tornillos? Te extrañé.
—No puede extrañarte —Dissent, uno de los mejores
amigos de Truth, se unió a la conversación. Hablaron con
él a través de las pantallas de visualización varias veces en
una rotación planetaria. —Ninguno de nosotros
puede extrañarte, príncipe Truth —El cyborg de apariencia
humana tenía uno de sus brazos envuelto alrededor de su
hembra humana, Greer—. Eres rosa brillante y brillas.
—El enemigo puede verte a siete estaciones de batalla de
distancia —Un guerrero que llevaba un bebé cyborg
extremadamente activo negó con la cabeza. Ese era North,
el segundo al mando del Capitán. Nancy también lo había
visto en la pantalla de visualización.
—Tenemos una nueva incorporación —Una mujer alta de
piel pálida, ojos rojos y cabello negro puntiagudo se acercó
tranquilamente a Nancy y la golpeó en el hombro.
Ese saludo entusiasta amenazó con aplastarla. Nancy
necesitó toda la fuerza de voluntad para no hacer una
mueca.
Pero logró esa hazaña porque era una
princesa, la princesa de Truth. No avergonzaría a su
cyborg mostrando debilidad frente a sus hermanos.
—Puede que Myrina la Magnífica ya no sea la mujer más
nueva de la Reckless, pero yo siempre seré la mejor
guerrera —La hembra levantó los brazos en señal de
triunfo.
Los guerreros a su alrededor la vitorearon.
—No se pondrán a prueba esas habilidades durante
veintiún rotaciones planetarias más —Doc miró a Myrina
con el ceño fruncido. Su chaqueta blanca lo hacía
fácilmente identificable.
Su mujer, Allinen, también vestía una chaqueta
blanca. Deslumbró a Nancy, brillando más brillante que
cualquier ser que hubiera visto nunca.
—Silencio —El Capitán de Truth ladró esa orden.
Todos le obedecieron.
Nancy se puso rígida, reaccionando instintivamente a la
autoridad en la voz masculina.
El gran cyborg encontró su mirada.
—Capitán Vector de la Reckless —Se enderezó a su altura
completa, bastante abrumadora—. Esta es mi mujer Kasia
y nuestra descendencia Future.
—Seremos buenos amigos, princesa Nanette —La hembra,
Kasia, sonrió—. Uno puede decir mucho sobre un ser por
el código en su nave.
Nancy no sabía mucho sobre código, pero reconoció a un
compañero líder cuando conoció a uno.
—Llámame Nancy y gracias por toda tu ayuda durante el
rescate de mi hermano.
—Eres la mujer de Truth —Kasia se encogió de hombros—.
Eso te convierte en una de nosotros.
Nancy sonrió. Era uno de ellos. Los hermanos de Truth la
habían aceptado.
—Me encanta la hembra del Capitán —Su cyborg le
acarició el costado mientras expresaba su cariño por
Kasia.
Su afecto por la mujer de su Capitán no afectó el lugar que
ocupaba Nancy en su corazón. Nancy lo entendió
ahora. Era su enfoque principal.
La amaba más que a todos, a todo lo demás.
—Sé que la amas —Miró a su cyborg. Tenía un corazón
abierto y bondadoso. Adoraba eso de él—. Me lo has dicho
siete veces.
Kasia se rió.
—Truth ama a todos.
—Tuve que entrenar para poder manejar el amor que
siento por mi mujer —Truth rozó con sus labios la frente de
Nancy, dejando un rastro burbujeante de nanocibóticos en
su piel—. Esa intensidad de adoración no es para los
inexpertos.
—Puaj —Chuckles hizo un ruido de náuseas—. Doc,
escanea a Truth. Debe estar funcionando mal. Su charla
carece de lógica.
—Estoy afligido por el amor —Truth levantó la mano de
Nancy y le besó los dedos enguantados.
Chuckles hizo más ruidos de náuseas.
—Me gusta tu vestido —Su hembra, Bettina, se acercó a
Nancy—. Y la decoración de tu cabeza.
—Gracias —Nancy le sonrió—. A mí también me gustan
tus vestidos —Se desvió con determinación hacia la
derecha—. Mi madre, Marthe, fabricó mi vestido y eligió mi
tiara para esta rotación planetaria —Nancy arrastró a la
mujer fuera de las sombras, obligándola a dejar su
escondite—. A ella le encanta el rosa.
—Yo también amo el rosa —Bettina abrazó a la madre de
Nancy, lo que la sorprendió—. Hago artesanía para el
cuello, los dedos y otras decoraciones.
—¿De verdad? —Los ojos de Marthe brillaron de emoción,
olvidada su timidez— ¿Alguna vez has elaborado una tiara?
Charlaron.
Nancy escuchó la conversación y miró a su alrededor.
Claude estaba hablando apasionadamente a un pequeño
grupo de cyborgs. A juzgar por el brillo en los ojos de los
otros guerreros, debió estar contando una de sus más
gordas historias de batalla.
Valentin estaba a la distancia, lentamente, casi
imperceptiblemente, giraba su cuerpo. Probablemente
estaba grabando cosas que realmente no debería capturar.
Truth rodeó la cintura de Nancy con el brazo y la apartó de
las hembras. El Capitán desea transmitirle las reglas a
bordo de la Reckless. La guió de regreso al macho.
—Las reglas son aburridas, pero están en su lugar para
nuestro beneficio —Puso los ojos en blanco.
—Respeta esas reglas, príncipe Truth —Los labios del
Capitán se aplanaron—. Puede que ahora seas miembro
de la realeza, pero en esta nave, me informas y nunca
debes anular esa información —Hizo una pausa—. Los
cyborgs no sobreviven durante mucho tiempo en el espacio.
Los guerreros cerca de ellos sonrieron.
Al igual que Truth, su tonto macho.
—Sí, Capitán.
Su Capitán suspiró y negó con la cabeza.
—Tus nuevos hermanos han estado esperando conocerte,
mujer de Truth y han extrañado a tu guerrero. Transmitiré
las reglas cuando les muestre sus habitaciones a bordo del
Reckless.
La mujer de Truth. La elección de la dirección del Capitán
indicó que sería tratada como todas las otras mujeres a
bordo de su nave.
Nancy dobló su forma más adentro en el gran cuerpo de
Truth, queriendo transmitir físicamente su felicidad, su
alegría, su emoción a su cyborg.
Mientras estaba en la nave cyborg, sería normal.
—Gracias, Capitán.
Dejó que Truth la empujara hacia la izquierda, siguiendo
ciegamente su ejemplo. Le tomó un par de latidos darse
cuenta de que la había alejado de los demás.
—¿Vamos a otra aventura, cyborg? —Arqueó las cejas.
—Vamos a emprender el mejor tipo de aventura, princesa
—Truth la atrajo a sus brazos y cubrió sus labios con los de
él, besándola con una pasión que le encrespó los dedos de
los pies.
Estaba en lo correcto. Nancy sonrió. Esta es la mejor clase
de aventura.
Amaba a su cyborg.

FIN

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