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Semana Santa es oportuna para la reflexión como comunidad

Nos encontramos en medio de una de las conmemoraciones religiosas más


significativas para el pueblo paraguayo. Durante estos días, mientras que los
creyentes asistirán a las celebraciones litúrgicas que recuerdan la pasión de Cristo,
otros aprovecharán para el turismo, el descanso y el compartir en familia. Este tiempo
es necesario para la comunidad, para reflexionar sobre nuestro país y su eterno vía
crucis, ese camino repleto de dificultades. Aprovechemos, pues, la fuerza que nos da
esta semana y su gran significado de esperanza.

La Semana Santa para los paraguayos es una de las conmemoraciones religiosas


más arraigadas a nivel cultural. Por ello, algunas de las más antiguas tradiciones
perviven, a pesar del paso del tiempo. Además del calendario litúrgico, se desarrollan
actividades que involucran a las familias y a la comunidad toda, como es el chipa apo,
una de las numerosas costumbres familiares que consisten en elaborar la tradicional
chipa con los niños.
Los devotos iniciaron la Semana Santa recibiendo el Domingo de Ramos con alegría
en las iglesias del país, acudiendo para bendecir las palmas, para recordar, según la
historia, la llegada de Jesús montado en un burro a Jerusalén.

Este Jueves Santo es muy especial en el calendario católico, pues se recuerda la


última cena de Jesús con sus apóstoles; es un momento de reflexión y de comunión,
ya que en este día se recuerda que Jesús compartió por última vez con sus 12
discípulos, para despedirse de ellos antes de su inminente muerte, de acuerdo con la
creencia cristiana. En esta jornada es costumbre compartir en familia el karu guasu, el
banquete de Jueves Santo que se comparte y que consiste en diversas carnes asadas
al tatakua, y las infaltables delicias locales, como sopa paraguaya y chipa guasu.

Las jornadas santas continúan el viernes con la rememoración de la crucifixión de


Jesús y el vía crucis o camino de la cruz; es un día de luto, ayuno y reflexión. Para
acompañar el vía crucis todavía perduran algunos grupos de estacioneros, quienes
asisten con su estilo de canto quejumbroso, denominado purahéi jahe’o o canto
lamento, y purahéi asy, canto doloroso. Su interpretación es totalmente coral, sin
apoyo de instrumentos musicales. Los estacioneros forman parte de nuestra cultura
religiosa y acompañan desde antaño la Semana Santa con sus tristes canciones que
rememoran la vida, muerte y pasión de Jesucristo.

Como había reflexionado el obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, durante la


homilía del cuarto domingo de Cuaresma, es importante hacer una pausa para
examinarnos en este tiempo cuaresmal. “Este es el momento de la pausa; mirar hacia
atrás y ver en algo que nos hemos convertido. Eso es lo que hoy debemos revisar y
retomar la marcha para continuar nuestro tiempo cuaresmal”. Y habló asimismo sobre
la alegría: “El motivo de nuestra alegría es el gran amor que Dios tiene a la
humanidad”, y sostuvo que todos estamos unidos “por la misma naturaleza humana
que nos hace solidarios y necesitados entre todos”.

Estos son importantes mensajes que cabría seguir profundizando como sociedad,
particularmente en los tiempos confusos que estamos viviendo. Un tiempo en el que
los ciudadanos se sienten abandonados e impotentes ante tanta violencia urbana y
frente a la inacción y falta de compromiso de las autoridades. Asimismo cuesta mucho
a la población mantener la firmeza ante tantas carencias en la vida cotidiana, la falta
de empleo, salud y educación, en suma las dificultades que roban calidad de vida al
ciudadano, así como la falta de buenos ejemplos de parte de la clase política.
En estos días santos en que habrá tiempo para compartir en familia, sería ideal
reflexionar sobre una de las más graves lacras que vivimos en estos tiempos: la
violencia que se genera dentro de las mismas familias, en particular, la violencia
ejercida contra los niños y el preocupante aumento de los casos de feminicidio.
Reflexionar para valorar la dignidad de todas las personas, porque todos los seres
humanos son iguales, y tienen derecho a vivir rodeados de amor y seguridad.

Que este tiempo sea productivo para la comunidad, para meditar sobre el eterno vía
crucis del país, y aprovechar la fuerza que nos da esta semana con su gran significado
de esperanza.

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