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10 TIPS PARA LA VIDA ESPIRITUAL EN MODO MILEI

Aprovechando el envión de la flamante y disruptiva Era Milei, ofrecemos aquí diez tips del
paradigma mileísta aplicados a nuestra vida espiritual. En verdad, ignoro si estos planteos surten
efecto provechoso en la vida económica y social de un país. Pero me sobran certezas de que son de
rotunda eficacia en la vida espiritual.

1. No se puede esperar resultados distintos si le apuesto a los mismos procesos. No va a


mejorar mi plegaria si no cambio de escuela de oración, de estilo de oración, de modalidad
de oración. No voy a vencer este defecto o aquel vicio enquistado si no modifico la
estrategia de combate. No va a crecer mi estancada vida interior si no cambio de plan.

2. El que las hace, las paga. Se terminó la puerta giratoria del pecado, con que ingreso al
confesionario y salgo impune al rato. Se acabó el “peco, total después me confieso”. Mis
pecados ameritan una paga, una pena, una penitencia. Sin esa justicia, seguiré siendo
indolente a mis propias inconductas; no tendré incentivo para el cambio y lo peor: Otro
pagará las consecuencias de mis errores.
Es hora de hacerme cargo de mis errores y dejar de endosárselos a otro.

3. Ni papá-Estado ni mamá-Iglesia van a hacer por vos lo que vos no hagas por vos mismo. Se
terminaron los subsidios. Si no te formás, la culpa es tuya y no del catequista; si no aportás
algo para mejorar la Liturgia de tu parroquia, la culpa es tuya y no del cura. Si no das con
herramientas para los cambios que pretendés, la responsabilidad es exclusivamente tuya,
no del que no te los proveyó. Sé creativo, sé inquieto, sé proactivo, tené iniciativas y verás
los resultados. En una saludable cultura del trabajo espiritual el que se esfuerza vive bien,
y el haragán vegeta en su interior. Se terminaron los ñoquis en la Iglesia.

4. No compres programas de vida espiritual controlados y manejados ni por instituciones ni


por clérigos ni por nadie. No aceptes que te regalen pescado: en todo caso que te enseñen
a pescar. Toda espiritualidad intervencionista ha dado muestras de no funcionar. Hay que
liberar el flujo genuino y espontáneo con que el Espíritu Santo planea sobre las almas y las
fecunda. Abraza la libertad de los hijos de Dios que no viven en dependencia permanente
de directores que los controlan y dirigen. Rompe con vínculos y pertenencias asfixiantes
que no te permiten ser vos mismo.

5. Se terminaron los gerentes de tu pobreza espiritual: ¿no sos autosustentable aún y


necesitás ser subsidiado? Vale, pero evitá los intermediarios: accedé vos mismo a los
místicos y doctores de la Iglesia sin que nadie se interponga entre vos y la fuente.
No es individualismo: es personalismo y anti-colectivismo. No es autosuficiencia: es
cuentapropismo. Que nadie te imponga ni sugiera en la Iglesia opciones corporativistas: sé
libre, sé vos mismo. Estate más atento al Evangelio que al último discurso papal o episcopal.
No desprecies las mediaciones: pero aborrecé de los intermediarios que impiden beber de
la Fuente.

6. Con recurrencia te has focalizado en resolver las consecuencias de tus problemas, en vez
de ocuparte de sus causas. Como un médico ocupado en bajar la fiebre. Los resultados
están a la vista: de poco y nada te ha servido ese método. Por una vez, cambiá
drásticamente de foco: ocupate de las causas, que las consecuencias se acomodarán por
añadidura. Alguna vez vale la pena intentar siquiera la alternativa: la del hacha a la raíz. La
de aquellos que arrebatan el Reino con violencia. Sin titubeos, sin mediatintas. Sin
gradualismo.

7. Evitá por todos los modos la inflación pastoral. Esa que emite palabras sin el respaldo en
oro (oro de orar); que gasta más en actividades eclesiales de lo que recauda en plegaria. Lo
único que genera eso son palabras devaluadas que no valen ya nada. Una evangelización
sólida, estable, de moneda fuerte sólo es factible con un equilibrio minucioso en la balanza
oracional. La pastoral activista es un robo; sobre todo un sigiloso robo a los más
carenciados, hambrientos de palabras potentes y nutritivas. Se terminó la sanata de ambón
o de misión: el que no reza, que no hable.

8. El balance de tu gestión anterior es catastrófico. No lo escondas ni disimules. Es el


resultado de una vida entera apostándole al caballo equivocado. Conocer el balance en su
detalle es la punta de arranque para iniciar el camino de tu reconstrucción. Para volver a
ser esa persona que alguna vez fuiste. Inventariá tu pesada herencia y ante el panorama
devastador no lo dudes, consolidá esta certeza: NO HAY ALTERNATIVA posible fuera del
ajuste.
Hay un trabajo feroz, casi brutal con que recortar opciones de vida que son la razón de
todos tus males. Plan motosierra a fondo. Es doloroso, es horrible, pero no hay otra: la
alternativa es chocar y que tu vida se haga definitivamente añicos.

Pero hay otro “no hay alternativa” que es más vertiginoso que el del ajuste. Porque en
definitiva un ajuste gradual, progresivo, moderado, poco a poco, puede no asustar tanto.
Pero tu balance no deja margen para eso: NO HAY ALTERNATIVA al shock. No hay margen
para la gradualidad. El riesgo de que tu vida se prenda fuego del todo y sin retorno, no es
menor. Urge tomar medidas drásticas, incómodas, molestas, violentas. Será el último
maltrago antes de la reconstrucción. Bebelo a fondo.

9. La empresa parece imposible. Hercúlea. Los obstáculos y trabas y resistencias resultan


infinitas. Ya hay marchas y piquetes en tu interior opniéndose a un plan tan crudo. Cientos
de voces internas te susurran que es preferible una mentira agradable que una verdad
incómoda. No escuches el canto de esas sirenas. Insisto: la resistencia será potente y
violenta. Y vos no sos más que un pobre hombre, frágil y limitado. Son un pequeño David
ante el gigantesco Goliat. Reconocete en el combate desigual de los Macabeos enfrentando
huestes incontables. Es entonces la hora de confiar en las Fuerzas del Cielo. Porque estas
guerras no se ganan con poder, ni con pura voluntad, sino con la Fuerza de Dios, que nos
avisa: Yo ya he vencido.

10. Sí, decididamente: hay luz al final del camino. Hay Luz y ésta brilla en medio de la máxima
oscuridad. Hay luz en Belén, hay luz en la más buena de todas tus noches. Hay Luz navideña
si aceptamos transitar la densa medianoche. Habrá que decirse a uno mismo mil veces que
esto termina bien, que hay esperanza, que el largo túnel termina en Luz. Que somos gente
de bien y nos merecemos una calidad de vida espiritual mejor.

Juan Carlos Rocatagliatta


Adviento 23, Lanús Oeste

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