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La estética literaria es un tema que ha sido abordado por numerosos filósofos y teóricos a
lo largo de la historia. Desde los antiguos griegos, que desarrollaron la teoría de la
mimesis, hasta los pensadores contemporáneos, como Roland Barthes o Jacques Derrida,
la estética literaria ha sido objeto de debate y reflexión. Las raíces de esta disciplina se
encuentran en la filosofía y la teoría del arte, y su objetivo principal es comprender cómo
se crea y se interpreta la belleza en la literatura.
Elementos estéticos en las obras literarias
Con ello no nos referimos específicamente al verso, ni a los efectos visuales que en
algunos poemas se pretende alcanzar distribuyendo el texto en la hoja, sino a formas de
decir las cosas, a métodos para variar el modo común de usar el lenguaje.
Conviene aclarar que todas las obras literarias están escritas con un lenguaje fuera de lo
ordinario o alejado de lo común, no sólo en verso sino también en prosa. Pero aun así el
uso de recursos literarios le imprimen un sello único, singular, a la obra; algo
que forma parte del estilo de cada escritor.
También hay que decir que muchos de estos recursos literarios pueden darse en la
lengua común, como formas de juego, de énfasis o de potenciar lo dicho, pero no es el
usual de la utilización de la lengua hablada. Los chistes, los relatos orales y varias formas
de expresión semejante son abundantes en giros ingeniosos del lenguaje.
Metáfora o símil: Consiste en sustituir un referente por otro con el que existe
un vínculo de semejanza, estableciendo una comparación entre ellos a partir de un rasgo
común, o definiendo una a partir de la otra. Cuando esto ocurre mediante un nexo (un
“como”, por ejemplo), hablaremos de símil; cuando no, de metáfora. Por
ejemplo: “El rubí de tus labios” es una metáfora, pues compara los labios de alguien con
rubíes en base a su color rojizo; lo mismo “Tus labios rojos como rubíes”, que vendría
siendo un símil dada la presencia del “como”.
Anáfora: Se trata de una repetición al inicio de dos o más frases, que produce un efecto
melódico o enfático respecto a lo dicho, usualmente asociado a la intensidad de un
sentimiento. Por ejemplo: “Esa noche caminamos a lo largo del sendero. Esa noche
comprobamos que no había nadie al final”.
Aliteración: Este es un recurso fonético, es decir, del sonido. Ocurre cuando se construye
de manera deliberada una frase que esconde la repetición de un sonido. Es frecuente en
trabalenguas, albures y adivinanzas, pues sólo prestando atención al sonido y no
al significado se puede recomponer la respuesta. Puede usarse también para
imprimirle una melodía interna a la oración. Por ejemplo: La adivinanza popular “te la
digo y te la digo, te la vuelvo a repetir” (en la repetición se esconde la palabra “tela”; o en
la frase “se oyeron los clásicos clarinetes”
Todos y cada uno de ustedes deben involucrarse si queremos revertir esta situación.
Funciones del lenguaje
Se entiende por las funciones del lenguaje a los distintos cometidos con que el ser
humano emplea el lenguaje, es decir, los propósitos comunicativos con los que utiliza esa
herramienta cognitiva y abstracta. Esto ha sido objeto de estudio de la Lingüística y
las Ciencias de la Comunicación durante décadas, y distintos teóricos les han atribuido
clasificaciones y órdenes, destacando los de Karl Bühler y, sobre todo, los que Roman
Jackobson elaboró a partir de ellos.
Las funciones del lenguaje son seis, según lo estableció Jackobson, y a través de ellas
puede darse cuenta de los límites y las capacidades del lenguaje humano, así como los
propósitos o los objetivos con los que podemos usarlo en cualquier ocasión.
Función emotiva: La función emotiva o expresiva del lenguaje tiene que ver con la
realidad psíquica o emocional del emisor, en quien lógicamente se centra. A menudo
contiene formas verbales en primera persona, aunque no necesariamente; en todo caso se
basa en transmitir al receptor algún elemento de ánimo o de subjetividad del emisor.
Por ejemplo, cuando nos quejamos tras recibir un golpe, o cuando nos lamentamos con un
amigo tras haber sido abandonados por la pareja, o cuando le decimos a alguien cómo nos
sentimos o qué sentimos en ese exacto momento, ya sea directamente o a través
de metáforas: “¡Qué hermoso día!” o “Me siento de la patada”.
Por ejemplo, cuando le decimos a alguien que nos abra la puerta, cuando le indicamos a
alguien qué calle tomar para llegar a su destino, cuando pedimos que nos digan la hora o
mandamos a callar a alguien.
Función metalingüística: Esta función le permite al lenguaje hablar de sí mismo, ya
que se centra en el código comunicativo, dándonos oportunidad de aclarar términos,
preguntarle al otro si nos comprende o corregir el modo en que decimos las cosas.
Por ejemplo, cuando le corregimos la gramática o la ortografía a alguien, o cuando
explicamos a un niño el significado de una palabra, incluso cuando usamos el lenguaje
para aprender una lengua (código) nueva.
Función fática: La función fática o relacional sirve apenas para comprobar que el
canal de comunicación, en el cual se centra, está activo y podemos iniciar la
transmisión del mensaje. No tiene ningún otro propósito y por lo general está
comprendido por palabras desprovistas de otro sentido e incluso significado.
Por ejemplo, en algunos países, al atender el teléfono se dice “¿Aló?”, “¿Hola?” o “Diga”,
palabras que no tienen un sentido real en el mensaje a transmitir, simplemente sirven para
verificar que hay alguien del otro lado del aparato.
La Sintaxis
También analiza el orden correcto de las palabras y sintagmas para que las
oraciones se construyan de manera correcta. Por ejemplo, la oración Pizza cenar Alberto
quiere resulta de difícil comprensión porque los elementos de la oración no siguen el
orden natural: Alberto quiere cenar pizza.
Además, la Sintaxis estudia cómo se construyen los diferentes tipos de
oraciones según el orden y el modo en que se relacionan las palabras para expresarlas de
manera clara y coherente.
Para conocer la Sintaxis, debemos hacer un recorrido por los distintos elementos que la
constituyen. A continuación, presentamos los más relevantes.
Elementos de la Sintaxis
Si la Sintaxis fuera un objeto, sería como una caja dentro de otra más grande y, esta a su
vez, dentro de otra más grande. Primero se combinan unas unidades para crear algo más
grande. Estas unidades mayores también se combinan entre ellas.
Veamos dos pasos clave para entender este proceso:
Sintagmas
Un sintagma es un conjunto de palabras que se agrupa alrededor de un núcleo, como
en La silla de madera. Este sintagma tiene como núcleo la palabra silla, mientras que las
demás cumplen la función de determinante (la) o complemento del nombre (de madera).
Funciones sintácticas
Una oración es una relación entre un Sujeto y un Predicado. Tanto uno como otro son
sintagmas; nominal y verbal, respectivamente. Los sintagmas pueden relacionarse entre
ellos de diferentes formas. Esto es lo que conoce como funciones sintácticas: qué papeles
cumplen en la oración según cómo se relacionan.
En la oración María compró una moto, hay un Sintagma Nominal que hace de Sujeto
(María) y un Sintagma Verbal con función de Predicado (compró una moto). Este último
sintagma tiene otro Sintagma Nominal en su interior (una moto) con la función de
Complemento Directo.
Además, la oración anterior sigue la estructura más habitual en español: sujeto, verbo y
objeto.
Los conceptos de Sujeto, Predicado, Complemento Directo, Complemento Indirecto, etc.
son los nombres que reciben los sintagmas según la función que desempeñan en la
oración.
Pongamos como ejemplo el sintagma nominal los brazos. En Juan ejercita los brazos,
tiene la función de Complemento Directo. Pero en Los brazos son fuertes, hace de Sujeto.
Imágenes Sensoriales
Una imagen sensorial es un recurso estilístico que consiste en transmitir ideas
directamente relacionadas con la expresión de los sentidos (vista, gusto, tacto, olfato,
sonido).
El objeto de las imágenes sensoriales es activar el plano emocional del lector, creándole
en su imaginación una imagen virtual de sensaciones que consiguen aumentar la
expresividad. Debemos notar aquí, desde un punto de vista filosófico, la conexión íntima
que existe entre los sentidos del cuerpo y las emociones que provocan.
Elementos Estructurales de la Literatura
Los elementos estructurales de la literatura son las partes que conforman un texto
literario. Según el tipo de texto (narrativo, lírico o dramático), la estructura puede
variar. En general, se distingue entre la estructura externa, que se refiere a la forma
física del texto (capítulos, versos, escenas, etc.), y la estructura interna, que se refiere al
contenido temático del texto (introducción, nudo, desenlace, etc.).
Mientras que la estructura externa nos dice que se trata de un soneto con versos
endecasílabos, la estructura interna dividiría el poema, a grandes rasgos, analizando el
contenido del poema: Los dos primeros cuartetos exponen todos los detalles de la belleza
de la persona a la que se dirige el poeta, luego el primer terceto introduce la idea de carpe
diem o collige virgo rosas (la mujer joven tiene que aprovechar su juventud antes de que
se vaya), y el segundo sigue con el mismo tópico literario, poniendo énfasis al paso del
tiempo.
Textos dramáticos
La estructura interna de los textos dramáticos es muy similar a la de un texto narrativo.
Así pues, podemos dividir las escenas según el esquema de un planteamiento, un nudo, y
un desenlace.
El final de cada acto coincide normalmente con un punto importante de la historia. Como
es obvio, el final del último acto coincide con el desenlace, pero los actos de en medio
pueden señalizar momentos climáticos en el nudo o desarrollo de la historia. Otras veces,
el final de un acto puede crear una falsa sensación de desenlace, pero la historia retoma la
acción al empezar el siguiente.
Descubre en qué consiste la estética literaria: una guía completa | Actualizado agosto 2023
(doctoraballestero.es)
60 Ejemplos de Figuras Retóricas