Está en la página 1de 30

Historia de la Filosofía Antigua II

Bloque IV

EL NEOPLATONISMO

Tutora: Cristina García Santos

cris.garcia@madrid.uned.es
1. Introducción: antecedentes del neoplatonismo y de la teología cristiana

2. Presentación del neoplatonismo

3. El sistema filosófico de Plotino


3.1. Vida y obra de Plotino
3.2. Las tres hipóstasis y la procesión o emanación
3.3. El Uno
3.4. La Inteligencia
3.5. El Alma
3.6. La materia y el ser humano
3.7. Retorno y unión mística con lo divino

4. La tradición neoplatónica
1. Introducción: antecedentes del neoplatonismo y de la teología cristiana

* Siglos III a VI d. C.

- Fusión entre filosofía y religión


* Realidades suprasensibles
- Renacimiento de la filosofía platónica * Subordinación de lo sensible
* Siglos I-II d. C. a lo suprasensible

- Primer principio: lo divino absolutamente trascendente


(entidades mediadoras)

- Devaluación del mundo material: liberar el alma del cuerpo

- Función ascética y soteriológica


1. Introducción: antecedentes del neoplatonismo y de la teología cristiana

Siglos I-II d. C.: Movimientos filosófico-religiosos que


preparan el neoplatonismo y la primera filosofía cristina

1. Las religiones mistéricas

2. Las corrientes gnósticas

3. El platonismo medio y el neopitagorismo

3. El movimiento cultural judeohelenístico


1. Introducción: antecedentes del neoplatonismo y de la teología cristiana

2. Las corrientes gnósticas

El espíritu
BIEN
Lo divino
Gnosis = conocimiento

Salvación mediante
conocimiento de uno mismo

La materia
MAL
El mundo
1. Introducción: antecedentes del neoplatonismo y de la teología cristiana
3. El platonismo medio y el neopitagorismo

BIEN UNO
DIVINO

Lo Ideas
suprasensible

Lo sensible
2. Presentación el neoplatonismo

S. III – Alejandría y Roma: Plotino y


Porfirio

S. IV – Escuela de Siria: Jámblico


- Escuela de Pérgamo

Ss. V-VI – Escuela de Atenas: Proclo


- Escuela de Alejandría
3.1. Vida y obra de Plotino

S. III d. C. – Alejandría, Roma

Porfirio: Las Enéadas


3.2. Las tres hipóstasis y la procesión o emanación

UNO
Bien Divino

Lo
suprasensible

Lo sensible MÚLTIPLE
3.2. Las tres hipóstasis y la procesión o emanación

UNO
Bien Divino

Suprasensible INTELIGENCIA

ALMA
Sensible MÚLTIPLE
Materia
3.2. Las tres hipóstasis y la procesión o emanación

- Todas las realidades proceden de lo divino

NEOPLATONISMO - Por un proceso necesario


¿Cómo se El mundo existe por necesidad y
relaciona lo conserva algo de su procedencia
divino supremo divina
con las múltiples
y diversas
realidades?
- Todas las realidades proceden de la nada
CRISTIANISMO
- Han sido creadas por libre voluntad divina

El mundo podría no existir (es


contingente) y es radicalmente
diferente de su Creador
3.3. El Uno

República, Libro VI: “Idea” del Bien Principio de unidad de todas las Ideas
Por encima del ser (ousía) y de la inteligencia (noûs)
Parménides, Segunda parte

Principio de toda la realidad


Más allá de todas las cosas, anterior a ellas

Absolutamente simple
UNO
No es nada: carece de determinaciones

Está por encima del ser, del pensamiento y de la vida


Es acción: actividad
perfecta, energía creadora Es incognoscible e inefable
3.4. La Inteligencia

UNO
Bien Divino

INTELIGENCIA Ideas SER


Suprasensible Intelección (nóesis) PENSAR

ALMA
Sensible MÚLTIPLE
Materia
3.5. El Alma

UNO
Bien Divino

Suprasensible INTELIGENCIA
Intelección (nóesis)

VIDA
MOVIMIENTO
ALMA Generación y
Pensamiento discursivo organización del
Sensible MÚLTIPLE (diánoia) mundo sensible
Materia
OPINIÓN CIENCIA

dóxa epistéme

Eikasía (conjetura) Pístis (creencia) Diánoia Nóesis


(conocimiento discursivo) (intuición)
3.5. El Alma

UNO
Bien Divino

Suprasensible INTELIGENCIA Ideas

Lógoi: imágenes de las Ideas

Alma superior
ALMA
Alma inferior
Sensible MÚLTIPLE
Razones seminales
Materia
Almas individuales
3.6. La materia y el ser humano
UNO
Bien Divino

INTELIGENCIA

Suprasensible

ALMA
MÚLTIPLE Carece de
Materia capacidad de
Sensible Privación total de la potencia del Uno retorno
Absoluta indeterminación: no-ser
3.6. La materia y el ser humano
UNO
Bien Divino

INTELIGENCIA Ideas

Suprasensible

Lógoi: imágenes de las Ideas


Alma superior
ALMA
MÚLTIPLE Alma inferior
Razones seminales
Sensible Forma
Compuestos de
Materia
3.6. La materia y el ser humano

Material y mundo sentible = fuente del MAL Privación del Bien

Descenso del Alma al cuerpo no es algo


voluntario: no hay aquí culpa alguna
3.7. Retorno y unión mística con lo divino

¿Cómo puede el ser humano desligarse de la dimensión corporal y material


para reunirse con lo divino y contemplarlo?

UNO
SER
HUMANO

INTELIGENCIA
Retorno
Inteligible Purificación
al Uno
ALMA

Sensible
CUERPO
MÚLTIPLE
4. La tradición platónica

Siglos II a VI (o VII)

Macrobio y San Agustín


Transmisión al Occidente medieval Juan escoto Eriúgena (s. IX)
Pseudo Dionisio Areopagita
(ss. V-VI) El Maestro Eckhart (ss. XIII-XIV)

Mundo bizantino

Edad media árabe (p. ej., Avicena, ss. X-XI) y judía

Renacimiento: Academia platónica florentina (Pico della Mirandola)

Siglos XVII y XVIII (Berkeley…. Schelling, Novalis)

Siglo XIX (Hegel)


Texto 1

Plotino, Enn. V, 2, 1:

Siendo [el Uno] perfecto es igualmente sobreabundante, y su misma sobreabundancia le


hace producir algo diferente de Él. Lo que Él produce retorna necesariamente hacia Él y se
convierte entonces en Inteligencia. Su propia estabilidad con respecto al Uno hace que lo
vuelva a ver, y su mirada dirigida al Uno hace que lo convierta en Inteligencia. Esto es,
como se detiene para contemplar al Uno, se vuelve a la vez Inteligencia y Ser (Trad. Jesús
Igal).
Texto 1

Plotino, Enn. V, 2, 1:

Siendo [el Uno] perfecto es igualmente sobreabundante, y su misma sobreabundancia le


hace producir algo diferente de Él. Lo que Él produce retorna necesariamente hacia Él y se
convierte entonces en Inteligencia. Su propia estabilidad con respecto al Uno hace que lo
vuelva a ver, y su mirada dirigida al Uno hace que lo convierta en Inteligencia. Esto es,
como se detiene para contemplar al Uno, se vuelve a la vez Inteligencia y Ser (Trad. Jesús
Igal).
Texto 2

Plotino, Enn. IV 8, 4, 31:

Así que las almas forzosamente se vuelven, diríamos, anfibias, viviendo por turno ora la
vida de allá, ora la de aquí: en mayor grado la de allá, las que en mayor grado pueden
juntarse con la Inteligencia, y en mayor grado las de aquí, aquellas a las que por
naturaleza o por azar les cabe la suerte contraria (Trad. Jesús Igal).
Texto 3 Plotino, Enn. V 3, 17:

-Basta, sin embargo, con que haya un contacto, aunque sea intelectivo, y que, tras de el contacto,
no haya posibilidad ni holgura para poder decir una sola palabra en el momento mismo del
contacto, sino que sea más tarde cuando recapacite sobre aquella experiencia. Y es menester creer
que la visión se ha producido en el mismo momento en que el alma, de repente, recibe una luz.
Porque esa luz le viene de aquél y es aquél. Y es menester creer que se hace presente en el mismo
momento en que ilumina acudiendo como acuden otros dioses a una casa por invocación de
alguno. Porque si no hubiera acudido, no habría iluminado. Pues así, un alma desiluminada es un
alma desdiosada de aquel; pero si ha sido iluminada, obtiene lo que buscaba. He aquí la meta
verdadera del alma: el tocar aquella luz y contemplarla con esa misma luz; no con luz de otro,
sino contemplar la misma luz por la que ve. Porque la luz por la que fue iluminada es la luz que
debe contemplar, ya que ni siquiera al sol lo vemos con luz ajena.
- Y esto ¿cómo se puede lograr?
- ¡Despójate de todo! (Trad. Jesús Igal)
Texto 1 (2019-2020) Plotino, Enn. I 3, 1.

¿Qué arte, qué método, qué práctica nos sube a donde debemos encaminarnos?
Que la meta adonde debemos dirigirnos es el Bien y el Principio supremo, quede
bien asentado como cosa convenida y con múltiples argumentos demostrada. Es
más, los mismos argumentos con que demostrábamos esto eran una forma de
subida. Ahora bien, ¿quién debe ser el destinado a la subida? ¿Acaso el que haya
visto todo o el que -como dice (Platón)- “haya visto más”, aquel que “en la
primera encarnación se encarna en el germen de un varón destinado a ser filósofo,
o un músico o enamoradizo”*? He aquí, pues, los destinatarios de la subida: el
filósofo nato, el músico y el enamoradizo. (Trad. Jesús Igal)

* Platón, Fedro 248d.


Texto 2 (2019-2020) Plotino, Enn. IV 8, 4.
Entonces es cuando le sobreviene al alma la llamada “pérdida de alas” y su encadenamiento
en las cadenas del cuerpo tras verse privada de la indemnidad de que gozaba junto al Alma
total mientras gobernaba la región superior; y esa indemnidad anterior, cuando el alma se
remontaba, era para ella enteramente mejor. Una vez caída queda, pues, prisionera, ocupada
en sus cadenas y actuando con la sensación a causa de que al principio se ve impedida de
actuar con la inteligencia. Y se dice que está “sepultada” y que está “en una cueva”, pero que
si retorna a la intelección se va desligando de las ataduras y ascendiendo cuando toma de la
reminiscencia el punto de arranque para contemplar los Seres. Es que siempre le queda cierto
elemento que, a pesar de todo, descuella algo. Así que las almas forzosamente se vuelven,
diríamos, anfibias, viviendo por turno ora la vida de allá, ora la de aquí: en mayor grado la
de allá, las que en mayor grado pueden juntarse con la inteligencia, y en mayor grado la de
aquí, aquellas a las que por naturaleza o por azar les cabe la suerte contraria. (Trad. Jesús
Igal)
Texto 3 (2019-2020) Plotino, Enn. V
3, 17 sin embargo, con que haya un contacto, aunque sea intelectivo, y que, tras de el contacto,
-Basta,
no haya posibilidad ni holgura para poder decir una sola palabra en el momento mismo del
contacto, sino que sea más tarde cuando recapacite sobre aquella experiencia. Y es menester creer
que la visión se ha producido en el mismo momento en que el alma, de repente, recibe una luz.
Porque esa luz le viene de aquél y es aquél. Y es menester creer que se hace presente en el mismo
momento en que ilumina acudiendo como acuden otros dioses a una casa por invocación de
alguno. Porque si no hubiera acudido, no habría iluminado. Pues así, un alma desiluminada es un
alma desdiosada de aquel; pero si ha sido iluminada, obtiene lo que buscaba. He aquí la meta
verdadera del alma: el tocar aquella luz y contemplarla con esa misma luz; no con luz de otro,
sino contemplar la misma luz por la que ve. Porque la luz por la que fue iluminada es la luz que
debe contemplar, ya que ni siquiera al sol lo vemos con luz ajena.
- Y esto ¿cómo se puede lograr?
- ¡Despójate de todo! (Trad. Jesús Igal)
Cicerón, De fin. III, 16-17 = SVF III, 182

[Habla el estoico Catón:] Aquellos –dijo- cuya doctrina sigo, sostienen que en el animal, desde
el momento en que nace (pues hay que comenzar aquí), se siente unido a sí mismo e
inclinado a su propia conservación y a amar su constitución orgánica y aquello que puede
conservarla; por el contrario, aborrece su propia destrucción, todo lo que parece causarla. Y
demuestran que es así porque los pequeñuelos, antes de experimentar placer o dolor,
apetecen lo saludable y rechazan lo contrario, lo cual no ocurriría si no amaran su propia
constitución y no temieran el aniquilamiento. Por otra parte, sería imposible que apetecieran
algo, si no tuvieran conciencia de sí, y, en consecuencia, se amaran a sí mismos. De aquí debe
comprenderse que el primer impulso viene del amor a sí mismo. Pero la mayoría de los
estoicos no creen que entre las inclinaciones naturales deba ponerse el placer. Yo estoy muy
de acuerdo con ellos, pues, si la naturaleza hubiera puesto el placer entre las cosas que son
objeto de las primeras apetencias, se seguirían muchas cosas vergonzosas.
Cicerón, De fin. III, 16-17 = SVF III, 182

[Habla el estoico Catón:] Aquellos –dijo- cuya doctrina sigo, sostienen que en el animal, desde
el momento en que nace (pues hay que comenzar aquí), se siente unido a sí mismo e
inclinado a su propia conservación y a amar su constitución orgánica y aquello que puede
conservarla; por el contrario, aborrece su propia destrucción, todo lo que parece causarla. Y
demuestran que es así porque los pequeñuelos, antes de experimentar placer o dolor,
apetecen lo saludable y rechazan lo contrario, lo cual no ocurriría si no amaran su propia
constitución y no temieran el aniquilamiento. Por otra parte, sería imposible que apetecieran
algo, si no tuvieran conciencia de sí, y, en consecuencia, se amaran a sí mismos. De aquí debe
comprenderse que el primer impulso viene del amor a sí mismo. Pero la mayoría de los
estoicos no creen que entre las inclinaciones naturales deba ponerse el placer. Yo estoy muy
de acuerdo con ellos, pues, si la naturaleza hubiera puesto el placer entre las cosas que son
objeto de las primeras apetencias, se seguirían muchas cosas vergonzosas.

También podría gustarte