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José Manuel González

SALUD SEXUAL Y
TRASTORNOS
PSICOSEXUALES
GONZÁLEZ, Rodríguez José Manuel
Salud sexual y trastornos psicosexuales, José Manuel González Rodríguez
1ra. Edición. Colombia: SantaBárbara Editores SA.
XXX páginas.: il.:20 cm.
Incluye bibliografía e indicie
ISBN 978-628-7502 -74-1

Ensayo. Medicina. Terapia sexual y de pareja.


Ciencias médicas. Medicina psicosomática.

Salud sexual y trastornos psicosexuales


© SantaBárbara Editores, 2023
© José Manuel González Rodríguez, 2023
Primera edición, 2023

José Manuel González Rodríguez


e-mail: terapia.gonzalez@outlook.es

Alfonso Avila Pérez, editor literario.


Alejandra Herrera, coordinador editorial
Camilo Ávila Bustos, diseño
Carlos Merchán Céspedes, maquetación

SantaBárbara Editores E.U.


Carrera 65 No.84/25, Oficina
Móviles (035) (57+) 3107226137 - 3004679741
e-mail: santabarbaraediciones@gmail.com
www.santabarbaraeditores.com
Barranquilla, Atlántico, Colombia

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción,


distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autori-
zación de los titulares de la propiedad intelectual. Queda hecho el depósito que previene
la ley.

Impreso en Colombia.
Dedicado a Viry,

José Manuel González Rodríguez, psicólogo, especialista en


sexualidad (Universidad de la Costa), especialista en terapias alternativas
(Universidad Manuela Beltrán), especialista en salud ocupacional (Universi-
dad Simón Bolívar), magister en sexualidad (Universidad de la Costa) y
magister en Investigación (Universidad del Valle de Guatemala).

Director científico de la Fundación José Manuel González Rodríguez (Institu-


ción dedicada a la atención de problemas sexuales y de parejas). Subdirector
de la Fundación Shalom (Institución dedicada a la atención de adictos al
alcohol y otras drogas).

Exdirector ejecutivo de la División de Psicología de la Sexualidad en el Colegio


Colombiano de Psicólogos - COLPSIC, Expresidente de la Sociedad Colom-
biana de Sexología. Expresidente de la Asociación Bolivariana de Educación,
Consejería y Terapia Sexual, Ex director de la especialización en sexualidad y
ex director del grupo de investigación en sexualidad de la Universidad Simón
Bolívar de Barranquilla.

Docente del Máster en Salud Sexual de la Universidad de Cartagena. Docente


del Máster en Psicología de la Universidad Simón Bolívar. Docente de la espe-
cialización en Terapia de Parejas de la Escuela de Medicina Sexual -
ESLAMSEX.

Cerca de 40 años de experiencia en terapia de pareja, terapia sexual y terapia


de las adicciones.

Autor de más 25 libros y múltiples artículos en revistas especializadas.


Premio Nacional de Psicología 2002.

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PRÓLOGO

Me siento halagada de escribir este prólogo por dos razones fundamentales:


la primera, porque se trata de un libro que ha escrito un gran amigo y colega,
y la segunda porque está dedicado al tema que más he estudiado y trabajado
en mi vida profesional: la salud sexual y los trastornos psicosexuales.

Hace muchos años, justo antes de ingresar a estudiar la Maestría de Sexolo-


gía en la Universidad de Almería en España, empecé a interesarme en la sa-
lud sexual. Para esa época la escasa literatura que existía eran los tomos de
Sexualidad Humana de Master, Johnson & Kolodny (1985) en donde se po-
dían apreciar las dimensiones de la sexualidad, las perspectivas biológicas y
evolutivas, la respuesta sexual, trastornos sexuales y terapia sexual. A su vez
James Leslie McCary (1996), visualizaban la respuesta sexual humana por di-
ferentes dimensiones, concepto que generó en mí el interés por investigar
sobre la sexualidad humana, en especial el concepto de respuesta sexual hu-
mana, que, en ese entonces, era lo único que requería comprender. Sin em-
bargo, a través del tiempo fue ampliándose mi visión sobre la sexualidad hu-
mana, la salud sexual y la sexología clínica.

Es importante señalar, que el estudio de la sexualidad humana continua te-


niendo grandes desafíos en la ciencia actual, ya que, la salud sexual por dé-
cadas estuvo sometida al reduccionismo al ser enfocada hacia las conse-
cuencias negativas como las infecciones con el Virus de la Inmunodeficiencia
Humana (VIH), infecciones de transmisión sexual y del aparato reproductor,
así como sus consecuencias adversas (por ejemplo, cáncer e infertilidad),
embarazos no planeados, abortos y disfunciones sexuales; dejando en evi-
dencia el enfoque negativo e irrespetuoso por parte de la comunidad acadé-
mica, por ello aquí en Colombia la inclusión de títulos universitarios presen-
tan grandes dificultades.

En la actualidad, es claro que la sexualidad humana, en el pasado, estuvo


colmada de tabúes, represión e ignorancia, favorablemente algunas de es-
tas limitaciones se han ido superando gracias al conocimiento científico que
día a día han ido reduciendo los mitos sexuales, así mismo, gracias al cono-
cimiento sexual y a la difusión de obras como esta, que contribuyen a la tras-
formación del modelo minimizador de las consecuencias negativas de la sa-
lud sexual, por una visión humanista, la cual es respetuosa y positiva.

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Aunque parezca fácil escribir un libro, es un acto de amor, pasión y mucha
entrega, que permite aportar a la trasformación de quienes leerán esta obra.
Todavía hablar de sexo sigue siendo incómodo para muchos, muchas, todos
y todes ya que cuestionamos creencias establecidas y actitudes preconcebi-
das.

El saber sexual es indispensable y debería formar parte de nuestra cultura


general. Sabemos que la falta de conocimiento sexual es un factor etiológico
que está en la base de las disfunciones sexuales que atañen a hombres y mu-
jeres, es por ello que José Manuel González en esta obra nos habla de la res-
puesta sexual humana y los aportes de los diferentes referentes en la historia
de la sexología, nos actualiza sobre la salud sexual y los trastornos psicose-
xuales, así como la importancia de realizar una rigurosa evaluación y trata-
miento de los trastornos psicosexuales. Así pues, cabe resaltar que el psicó-
logo clínico o profesional clínico debe conocer estrategias que le permitan
resolver situaciones cotidianas en las sesiones clínicas, antes y durante el
tratamiento, tal como se ve reflejado en el presente libro. Desde luego esta
obra está dirigida a todos los profesionales que se enfrentan día a día con
consultantes que experimentan distintos trastornos psicosexuales y dificul-
tades en la respuesta sexual humana, generadas por causas orgánicas y/o
psicógenas.

En este sentido, expreso mi respeto y admiración por José Manuel González,


autor de esta obra, la cual está escrita con seguridad e inspiración por todas
las experiencias que lo han acompañado a lo largo de su vida profesional. El
autor no solo está formado académicamente en sexología, también ha rea-
lizado y publicado amplias investigaciones en salud sexual, sexualidad hu-
mana, así como diversas publicaciones, como el Método González en terapia
de pareja entre otros, las cuales han contribuido al mejoramiento de la salud
sexual de muchas personas.

Con José Manuel González, he compartido muchos momentos de amistad y


colegaje, tengo claridad de la disciplina, la sensibilidad humana, la inspira-
ción de contribuir a la salud sexual en nuestro país, la generosidad del cono-
cimiento hacia profesionales, así como la inquietud y vitalidad para realizar
nuevos proyectos y constantes actualizaciones de índole intelectual para es-
tar a la vanguardia del conocimiento, entre otras más habilidades que du-
rante estos años, con su experiencia y conocimiento logra enriquecer el in-
telecto de muchos profesionales atraídos por la sexualidad humana.

Para mí es importante reconocer que José Manuel, desde que inicié mis ac-
tividades como sexóloga, siempre se ha caracterizado por motivarme en los
diferentes proyectos. Junto a Nereyda Lacera Reales somos los padres del

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Diplomado de Psicología de la Sexualidad que oferta el Colegio Colombiano
de Psicólogos - COLPSIC desde hace 10 años, el cual se originó mediante ar-
duas horas de trabajo en la ciudad de Bogotá y que continúa en vigencia en
la actualidad.

José Manuel, logra plasmar su conocimiento mediante su redacción, se le


facilita explicar de manera verbal, habilidad que lo hace un gran orador y do-
cente, porque logra llegar a los estudiantes universitarios ávidos de conoci-
miento científico y de su ubicación en la práctica. También es un buen escri-
tor, como lo demuestra en esta obra, pues su lectura no es tediosa o com-
pleja y resulta de fácil comprensión para cualquier persona, actitud que lo
caracteriza en su vida personal.

En definitiva, se trata de un libro interesante, entretenido y útil. Su lectura


ha generado un deleite para mí y como tal, se lo trasmito al posible lector.
Este libro se lee con facilidad y en ningún momento decae, el autor logra
algo que es difícil de encontrar en nuestros días y es explicar conocimientos
complejos de manera sencilla, útil y práctica.

Su obra ha despertado mi interés como psicóloga clínica, académica e inves-


tigadora. Añadiría que es un buen texto universitario, práctico e ilustrativo
para los profesionales que quieran acercarse al mundo de la sexualidad. Los
lleva de la mano a encontrarse con la historia de la sexualidad, logra definir
la respuesta sexual humana y las contribuciones de cada uno de los referen-
tes, explica los trastornos psicosexuales que experimentan las personas y vi-
sualiza la importancia de realizar una exhaustiva evaluación psicosexual, así
como el tratamiento de las disfunciones sexuales.

Bogotá, 20 de marzo de 2023.

Maryi Rincón Araque


Psicóloga
Especialista en Psicología Clínica
Magister en Sexología
Doctora en Ciencias Humanas y Sociales
Terapeuta de pareja y terapeuta sexual

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Capítulo 1
INTRODUCCIÓN

Este manual nació en 1982, cuando Alejandro Cantón-Dutari y el autor reali-


zaron un curso de terapia sexual para el II seminario Colombiano de Sexolo-
gía (Barranquilla, 17-20 de marzo). Esa fue la primera experiencia formal de
la Sociedad Colombiana de Sexología en el campo del entrenamiento en te-
rapia sexual (González, 2019). En 1983 se conformó la comisión de certifica-
ción en terapia sexual, de la Sociedad Colombiana de Sexología, formada
por Luis Dragunsky y José Manuel González. Ese mismo año se realizó un
taller de terapia sexual, a cargo de Joseph LoPiccolo, durante el II Congreso
Colombiano de Sexología (Cali, 12-15 de octubre de 1983). En ese evento
científico Joseph LoPiccolo miró y comentó ampliamente conmigo el folleto
que en ese momento era este manual. También me autorizó para traducir al
español y utilizar en investigación y docencia su Inventario de Interacción
Sexual (LoPiccolo & Steger, 1978).

Ese taller básico de terapia sexual que preparamos con Alejandro Cantón-
Dutari se repitió durante muchos años en Colombia, y en el exterior (por
ejemplo, en el IV Congreso Latinoamericano de Análisis y Modificación del
Comportamiento, Lima, 25-28 abril de 1984). Cada experiencia permitía per-
feccionarlo y agregar nuevos conceptos y técnicas terapéuticas.

A partir de 1985 comencé a recibir en mi institución clínica a profesionales


de la medicina y la psicología para recibir entrenamiento tutorial en terapia
sexual. Estos profesionales recibían clases y veían conmigo a mis pacientes.
Algunos estaban conmigo un mes, a tiempo completo, y otros se quedaban
6 meses, en tiempo parcial. Algunos otros, como Nereyda Lacera, coautora
del libro Terapia Sexual en el III milenio (González y Lacera, 2001) viajaban
desde su ciudad hasta Barranquilla, los fines de semana. Cada nuevo apren-
diz me aportó mucho en el proceso de su entrenamiento tutorial.

A partir de 1995 estuve vinculado a la Universidad Simón Bolívar de Barran-


quilla, como docente-investigador, director del programa de especialización
en Desarrollo Humano y Educación Sexual y director del grupo de investiga-
ción: Salud, cultura y sexualidad (categoría B en Colciencias). Esta nueva res-
ponsabilidad, y el crecimiento de mi propia institución clínica, me hizo des-
cuidar la formación de terapeutas sexuales. Pero, en 2002 volvimos a la ta-
rea, organizando un diplomado en Terapia Sexual en el Instituto de Posgrado
de la Universidad Simón Bolívar. Fue la primera vez que una institución de

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educación universitaria expedía en Colombia un diplomado que avalaba la
formación de profesionales en terapia sexual. Este diplomado tuvo cuatro
cohortes y asistieron como alumnos un total de 62 profesionales, entre mé-
dicos y psicólogos (González, 2019).

Este manual se ha preparado para servir de apoyo a los diferentes cursos y


diplomados en sexualidad y terapia sexual a mi cargo, y contiene los aspec-
tos básicos que se requieren para la formación de terapeutas sexuales (Pan
American Health Organization, 2000).

Sexo, sexualidad y salud sexual


La palabra sexo proviene del latín “Sacare”, que significa separar. Según
esto, sexo es lo que diferencia al hombre de la mujer, generalmente desde la
perspectiva física. Los especialistas distinguen varias clases de sexo, por
ejemplo, sexo cromosómico, sexo gonadal o sexo genital.

El sexo cromosómico se conforma en el momento de la concepción, cuando


se unen los genes del padre y la madre. Por lo general es XX (que determina
la conformación de un cuerpo femenino y anuncia una estructura psicológica
femenina), o XY (que anuncia, pero no determina, un cuerpo y una estruc-
tura psicológica masculina). A veces se presentan trastornos, como los sín-
dromes XXY o YXX (Money & Ehrhardt, 1972; Rey, 2001).

El sexo gonadal se forma por la influencia de un proceso, principalmente ge-


nético y neuroendocrino, que debe presentarse en la madre aproximada-
mente a la 7 semana del embarazo (Alzate, 1987; Rey, 2001). Si este proceso
se produce en forma adecuada, al feto XY se le desarrollan testículos, y si no
ocurre así, se le desarrollan ovarios. El feto XX desarrolla ovarios en esta
etapa (Alzate, 1987).

Algunas investigaciones recientes muestran que en esa etapa el cerebro se


masculiniza o se feminiza (ambos tipos de cerebros son diferentes, tanto en
su tamaño como en su funcionamiento). El abuso de alcohol y otras drogas,
el estrés y la violencia intrafamiliar pueden alterar dicho proceso, llevando a
casos en que el sexo gonadal no coincida con el sexo cromosómico.

El sexo genital se conforma a continuación del sexo gonadal y también


puede coincidir o no con el sexo cromosómico original (Alzate, 1987; Money
& Ehrhardt, 1972; Rey, 2001). Si los testículos del feto producen las cantida-
des necesarias de hormonas (como la testosterona y la dihidrotestosterona)
se forman los genitales masculinos. Aunque el feto sea XY, y haya formados

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testículos, si la calidad y cantidad de dichas hormonas no es la adecuada, en
el nuevo ser se forman genitales femeninos.

Un grupo de expertos de la Organización Panamericana de la Salud y de la


Asociación Mundial de Sexología - WAS definió la sexualidad como una di-
mensión que incluye el sexo, el género, la identidad sexual y genérica, la
orientación sexual, el erotismo, los apegos emocionales/el amor y la repro-
ducción. Se experimenta y expresa en pensamientos, fantasías, deseos,
creencias y valores, actividades, prácticas, papeles y relaciones. La sexuali-
dad es el resultado del interjuego de factores biológicos, socioeconómicos,
culturales, éticos y espirituales (PAHO/WHO, 2010). Dado que la salud es un
derecho humano fundamental, la salud sexual también debe serlo… (e in-
cluir) la liberación del temor, la pena, la culpa, las creencias falsas y otros
factores psicológicos (PAHO/WHO, 2010).

Rubio (1997) plantea que la sexualidad humana comprende 4 grandes áreas:


la vinculación afectiva (relacionada con el amor y los vínculos afectivos inter-
personales), la reproductividad (que incluye los aspectos biológicos, psicoló-
gicos y socioculturales de la reproducción, la paternidad y la maternidad), el
erotismo (relacionado con las actividades sexuales/eróticas, el placer y el or-
gasmo) y el género (que tiene que ver con la masculinidad, la feminidad y la
equidad entre los géneros).

La sexualidad tiene varias funciones en la especie humana. Las principales


se relacionan con la trascendencia del ser humano, la reproducción de la es-
pecie, la comunicación íntima del amor y la gratificación de la pareja.

El placer sexual es importante para la felicidad personal y la estabilidad de la


pareja. Es un derecho de los seres humanos (González, 2022, 2023; Sánchez-
Fuentes et al., 2020).

Conceptos básicos
La OMS (2006) consensuó los siguientes términos básicos:

Sexo: se refiere al conjunto de características biológicas que definen el


espectro de humanos como "hembras y machos".

Sexualidad: alude a una dimensión fundamental del ser humano. Ba-


sada en el sexo, incluye el género, las identidades de sexo y género, la orien-
tación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva y el amor, y la reproduc-
ción. Se experimenta o se expresa en forma de pensamientos, fantasías, de-
seos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones.

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La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psico-
lógicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales. Si
bien puede abarcar todos estos aspectos, no es imprescindible que se expe-
rimenten ni se expresen todos. Sin embargo, la sexualidad se experimenta y
se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos.

Género: es la suma de valores, actitudes, papeles, prácticas o caracte-


rísticas culturales basadas en el sexo. Tal como ha existido de manera histó-
rica, transculturalmente, y en las sociedades contemporáneas, refleja y per-
petúa las relaciones particulares de poder entre el hombre y la mujer.

Identidad de género: define el grado en que cada persona se identifica


como masculina o femenina, o alguna combinación de los dos. Es el marco
de referencia interno, construido a través del tiempo, que permite a los indi-
viduos organizar un autoconcepto y comportarse socialmente en relación
con la percepción de su propio sexo y género. La identidad de género deter-
mina la forma en que las personas experimentan su género y contribuye al
sentido de identidad, singularidad y pertenencia.

Orientación sexual: es la organización específica del erotismo y/o el


vínculo emocional de un individuo en relación con el género de la pareja in-
volucrada en la actividad sexual. La orientación sexual puede manifestarse
en forma de comportamientos, pensamientos, fantasías o deseos sexuales,
o en una combinación de estos elementos.

Identidad sexual: incluye la manera como la persona se identifica como


hombre o mujer, o como una combinación de ambos, y la orientación sexual
de la persona. Es el marco de referencia interno que se forma con el trans-
curso de los años, que permite a un individuo formular un concepto de sí
mismo sobre la base de su sexo, género y orientación sexual y desenvolverse
en la sociedad conforme a la percepción que tiene de sus capacidades sexua-
les.

Erotismo: es la capacidad humana de experimentar las respuestas sub-


jetivas que evocan los fenómenos físicos percibidos como deseo sexual, ex-
citación sexual y orgasmo, y que, por lo general, se identifican con placer
sexual. Se construye tanto a nivel individual como colectivo, con significados
simbólicos y concretos que lo vinculan a otros aspectos del ser humano.

Vinculación afectiva: es la posibilidad humana de establecer lazos con


otras personas que se construyen y mantienen mediante las emociones. El
vínculo afectivo se establece tanto en el plano personal como en el de la so-
ciedad mediante significados simbólicos y concretos que lo ligan a otros

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aspectos del ser humano. El amor representa una clase particularmente
deseable de vínculo afectivo.

Variables que determinan el comportamiento sexual


Sánchez-Fuentes (2021) plantea que las causas de la conducta sexual son de
cuatro tipos: los determinantes remotos (factores biológicos y factores so-
cioculturales), los determinantes próximos (historia previa de aprendizaje y
factores psicológicos), los determinantes inmediatos (la activación fisioló-
gica sexual, las variables emocionales y cognitivas del momento) y las con-
secuencias de la conducta sexual que dan feedback a los determinantes pró-
ximos e inmediatos.

Hormonas sexuales
Las hormonas sexuales son un elemento importante de los factores biológi-
cos que determinan la conducta sexual. Son sustancias químicas producida
por un órgano, o por parte de él, cuya función es la de regular las actividades
relacionadas con la sexualidad. Las hormonas sexuales por lo general se pro-
ducen en los ovarios (mujeres) y en los testículos (varones). Las hormonas
sexuales femeninas principales son el estrógeno y la progesterona. Ellas ayu-
dan a desarrollar y mantener las características sexuales y cumplen una fun-
ción importante en la fertilidad, el embarazo y el ciclo menstrual. Las hor-
monas sexuales masculinas, como la testosterona, ayudan a desarrollar y
mantener las características sexuales masculinas y participan en la produc-
ción de espermatozoides en los testículos.

Aspectos cognitivos de la sexualidad humana


Los principales componentes de los factores cognitivos de la sexualidad hu-
mana son:

Dialogo interior: El flujo de pensamiento de connotaciones positivas y/o


negativas que se evoca constantemente en la mente de todos los seres hu-
manos son la base del diálogo que mantenemos con nosotros mismos.
Desde el punto de vista erótico hay varios tipos de dialogo interior que impi-
den disfrutar de la sexualidad: 1) el diálogo autocrítico, en donde la persona
se autocrítica, se cuestiona constantemente, se juzga y valora negativa-
mente, minimizando los logros y enfatizando los defectos y las limitaciones
sexuales que cree tener. La falta de confianza generalmente hace que se
compare con los demás buscando sus fallas. 2) el diálogo catastrófico, en
donde los pensamientos predominantes son la necesidad de prevenir situa-
ciones de riesgo, catastróficas, lo que lleva vivir la vida sexual en constante

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ansiedad. Un ejemplo de esto es la situación de una persona que se asusta
ante la posibilidad de un encuentro sexual porque cree que no está capaci-
tada para responder adecuadamente a la situación por lo que vivirá una si-
tuación terrible, catastrófica. Lo más seguro es que evitara dichas experien-
cias sexuales.

Conocimientos sexuales: Poseer información objetiva, científica, sobre


la sexualidad es importante para entender adecuadamente la vida sexual y
tomar decisiones apropiadas. Una deficiente educación sexual lleva a una
desinformación negativa para la vida erótica.

Mitos y tabúes sobre sexualidad: Los mitos son supuestas verdades que
repetimos y enseñamos a través de generaciones, o de persona a persona,
creyendo que son absolutamente ciertas cuando realmente no lo son. No
tienen respaldo científico, pero se las ve como irrefutables.

Algunos de los mitos más frecuentes observados por el autor son:

“Los hombres siempre tienen ganas". FALSO. Como les pasa a las mujeres, los
hombres algunas veces tampoco tienen ganas de tener relaciones sexuales
por múltiples razones: cansancio, estrés, problemas con la pareja, ira, depre-
sión, etc.

“Existen dos orgasmos: el clitorídeo y el vaginal”. FALSO. El orgasmo se pro-


duce generalmente a través de la estimulación del clítoris generalmente en
forma directa (mano, lengua, juguete, pene, etc.). Sólo aproximadamente
una de cada cinco mujeres tiene orgasmo solo con la penetración del pene,
sin estimulación externa del clítoris, y esto puede ocurrir muchas veces por-
que con la penetración se estimulan las ramas internas del clítoris que se si-
túan en la parte anterior de la vagina, o por el frotamiento del clítoris con el
pubis del hombre.

“Existen las mujeres frígidas, esas que nunca tendrán orgasmos”. FALSO. Toda
mujer generalmente puede llegar al orgasmo. Necesitan su tiempo (no tie-
nen el mismo ritmo que los hombres), conocerse a sí mismas, sentirse esti-
muladas con las situaciones y caricias adecuadas (que son diferentes para
cada mujer), no sentirse maltratadas por su pareja (cuando están en una re-
lación conyugal) y darse permiso para el placer.

“El tamaño del pene es decisivo para el goce de los varones y las muje-
res”. FALSO. El orgasmo se da con un pene de cualquier tamaño. El hecho
de que un pene mida más o menos centímetros no es relevante para el pla-
cer, desde el punto de vista físico, ya que las áreas con mayor sensibilidad en

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la vagina se encuentran al inicio de esta, y no son tan importantes como el
clítoris. Psicológicamente puede ser que un hombre muy inseguro sienta
que su pene no es lo suficientemente grande y sufra por eso. Las mujeres
que le dan importancia al tamaño del pene no se fijan tanto en el largo como
en el ancho, prefiriendo los penes gruesos.

“A las mujeres no les gusta tanto el sexo oral como a los hombres”. FALSO.
Cada mujer es diferente y elige lo que le gusta. Muchas gozan del sexo oral
sin problemas y hasta lo eligen más frecuentemente que a la penetración.

“Los hombres se masturban casi todos, pero las mujeres no lo hacen”. FALSO.
Las mujeres también exploran su cuerpo y se autoestimulan sexualmente.
Los hombres menores tienden a masturbarse más que los hombres mayo-
res. En las mujeres ocurre lo contrario, las mujeres mayores tienen más sexo
solitario que las mujeres menores. Los hombres introvertidos tienden a mas-
turbarse con más frecuencia que los extrovertidos, lo que no ocurre general-
mente con las mujeres.

“Es mejor tener el orgasmo juntos, siempre al mismo tiempo”. FALSO. El or-
gasmo juntos no es ni mejor ni peor, depende de los gustos de cada pareja.
Algunas parejas deciden turnarse para tener los orgasmos, en forma tal que
cada uno pueda tener el placer de observar como la otra persona disfruta las
caricias que está recibiendo y llega al orgasmo.

“La menopausia genera bajo deseo sexual”. FALSO. En esta etapa de la vida
femenina se puede desear y disfrutar perfectamente del sexo, y llegar al or-
gasmo satisfactoriamente.

“Los ancianos no pueden tener orgasmos”. FALSO. La edad no es un factor


que por sí solo condiciona la posibilidad de tener orgasmos. Muchas perso-
nas pueden tener orgasmos después de los 80 años.

“Una sexualidad plena depende de la frecuencia sexual”. FALSO. La sexuali-


dad plena depende más de la coherencia que hay entre lo que yo quiero para
mi sexualidad y la realidad sexual que vivo o tengo, siempre con respeto ha-
cia mí y hacia el otro.

Actitudes ante la sexualidad: Actitud es la disposición para actuar a favor


o en contra de un objeto, un concepto o una situación, que incluye los senti-
mientos de atracción o de rechazo. Las actitudes sexuales juegan un papel
muy importante en el desarrollo de las expectativas y las experiencias o con-
ductas sexuales. Las actitudes sexuales pueden ser específicas ante un tipo
de actividad sexual, por ejemplo, ante los besos o ante la autoestimulación

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sexual (masturbación), o pueden ser actitudes globales ante el sexo en ge-
neral, como la erotofilia o la erotofobia.

Por erotofilia se entiende tener una visión positiva de la sexualidad, como


algo bueno, constructivo, saludable y gratificante. Erotofobia, o miedo al
sexo, o visión negativa del sexo, se refiere a todo lo contrario. Las personas
que sufren esta fobia eligen generalmente tener una vida sin sexo o con muy
poca actividad erótica. El miedo al sexo se desarrolla generalmente por
aprendizaje asociativo (llamado condicionamiento clásico), al vivir experien-
cias negativas, como, por ejemplo, abusos sexuales, que se asocian con ma-
lestar y el deseo de apartarse de la sexualidad.

Motivación sexual: Algunas personas tienen una alta motivación por in-
volucrarse en actividades sexuales, otras tienen una motivación media y al-
gunas otras tienen una baja motivación sexual. Estos niveles son el resultado
de la interacción entre diferentes variables bio-psico-socioculturales y son
completamente normales, así como hay personas muy altas, altas, bajas o
muy bajitas. Por lo general, en las parejas existe una diferencia en los niveles
de la motivación sexual, por ejemplo, una de las dos personas desea tener
relaciones todos los días mientras que la otra desea tenerlas solo dos veces
por semana. Este clásico conflicto amerita negociar la diferencia para llegar
a un acuerdo que deje contenta a ambas personas.

Autoestima: Existe una estrecha relación entre autoestima y sexuali-


dad. A menudo la alta autoestima puede ser el camino para llegar a una se-
xualidad gratificante y saludable, o la buena vida sexual genera y fortalece
una alta autoestima. Si la autoestima es la adecuada, el mensaje que nos en-
viamos es el de que somos capaces de complacer, y de ser complacidos se-
xualmente, y de dar y recibir amor.

Por otro lado, cuando las relaciones sexuales son satisfactorias, se produce
un efecto de elevación de la autoestima. Al ver que la pareja disfruta, auto-
máticamente nos sentimos bien, lo que conlleva una mejora de la autoes-
tima. Por el contrario, si las relaciones sexuales son deficientes, inconscien-
temente podemos culparnos, o culpar al otro, y por consiguiente la propia
autoestima o el de la pareja sexual puede resentirse.

A menudo es la propia sociedad la que puede interferir en la autoestima que


se tiene en la alcoba, por ejemplo, con los cánones de belleza estereotipa-
dos: cuerpos atléticos, tabletas de chocolate en el cuerpo, busto más o me-
nos grande, penes más grandes o gruesos, etc. En este caso es necesario ha-
cer hincapié en que la belleza es diversa, y que no depende de las medidas
de un cuerpo el grado de sexualidad y sensualidad de una persona.

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Tipos de apego: El apego es un concepto relacionado con el tipo de vin-
culación que establecemos con las personas que nos rodean. Se relaciona
con la empatía, la sensibilidad y disponibilidad de los cuidadores en la pri-
mera infancia. Padres y madres que dedican tiempo y expresiones de afecto
generan apego seguro, diferente que los que siempre están ocupados en
otras actividades, o no proporcionan expresiones de cariño y protección.

Las personas con estilo de apego seguro, con buena regulación de sus emo-
ciones y alta autoestima tienen por lo general una adecuada y gratificante
vida sexual. Las personas con apego evitativo tienden a tener incomodidad
ante la intimidad y respuestas aversivas ante el sexo. Sus relaciones sexuales
tienen poca implicación emocional y se sienten más cómodas con encuen-
tros esporádicos sin sostener una relación de pareja estable.

Las personas con apego ansioso tienen mucho miedo al rechazo y a ser
abandonadas. Tienden a utilizar sus relaciones sexuales para reducir su inse-
guridad y mantener cerca, atrapar y aferrase a su pareja, por lo que se preo-
cupan mucho por darle placer a su pareja y descuidan su propia satisfacción
erótica, lo que puede llevar a disfunciones sexuales. Estas personas se preo-
cupan mucho por ser la pareja perfecta en la cama, y esa preocupación las
lleva a tener trastornos sexuales.

Consecuencias de experiencias traumáticas: Es normal que las actitudes


y reacciones sexuales de una persona que haya sido víctima de cualquier tipo
de abuso sexual se vean afectadas. Si bien estos efectos no son permanen-
tes, si pueden ser muy frustrantes ya que pueden disminuir el disfrute de la
vida sexual y la intimidad con otros. Además, en algunos casos es posible
que las víctimas de abuso sexual presenten afectaciones en su salud emocio-
nal, como síntomas de ansiedad y depresión. Debido a esto, es muy impor-
tante que una persona que haya sufrido cualquier tipo de violencia o abuso
sexual reciba acompañamiento psicosocial y pueda acceder a un proceso te-
rapéutico que le ayude a procesar el evento traumático y a disminuir los sín-
tomas adversos que pueden generar los abusos sexuales.

Los efectos sexuales que puede experimentar un sobreviviente de abuso o


agresión sexuales pueden estar presentes inmediatamente después de la(s)
experiencia(s), o pueden aparecen mucho después, no hay una regla frente
a esto. Además, debe tenerse en cuenta que no siempre se presentan los
mismos síntomas, cada caso es diferente.

Los síntomas más comunes después de abuso sexual o agresión sexual in-
cluyen: 1) evitar o tener miedo al sexo, 2) acercarse al sexo como una obliga-
ción, 3) experimentar sentimientos negativos como ira, asco o culpa en

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 17


situaciones sexuales, 4) tener dificultad para excitarse o disfrutar las sensa-
ciones eróticas, 5) sentirse emocionalmente distante, o no presente, du-
rante las actividades sexuales, 6) tener pensamientos e imágenes sexuales
perturbadora, 7) presentar comportamientos sexuales compulsivos o
inapropiados, 8) presentar dificultades para establecer o mantener una rela-
ción íntima, y 9) tener disfunciones sexuales como dolor vaginal o dificulta-
des con el orgasmo, la erección o la eyaculación.

Concentración erótica: La concentración puede verse deteriorada por


todo aquello que mantiene la mente ocupada y la aleja del momento pre-
sente, del aquí y ahora del placer en el sexo, como por ejemplo el estrés,
las preocupaciones de cualquier tipo o los pensamientos intrusivos en gene-
ral.

Respecto a este último punto, resultan especialmente destructivos aquellos


pensamientos relacionados con la propia imagen corporal o con cambios en
la imagen de la pareja, así como pensamientos negativos sobre la propia ha-
bilidad o competencia sexual (pensar en no dar la talla en el encuentro eró-
tico). Además, puede dificultar abstraerse en el encuentro sexual el hecho
de anticipar el final, Si sabemos cómo empezará y terminará la relación ín-
tima fruto de la rutina, nuestra mente se dispersará y tendremos la cabeza
en cualquier otra parte.

Fantasías eróticas: Las fantasías eróticas son ideas o pensamientos que


expresan nuestra creatividad sexual, comunes en aquellas personas cuya ca-
pacidad de fantasear en esta área no ha sido coartada con el argumento de
que esos son pensamientos sucios, negativos y pecaminosos.

Muchas personas fantasean sobre la sexualidad desde muy jóvenes, de


acuerdo con su desarrollo hormonal y a las experiencias vividas, conversadas
con otras personas u observadas. Estas fantasías pueden girar alrededor de
experiencias románticas (más frecuente generalmente en las mujeres) o so-
bre situaciones eróticas que se desean explorar (más común generalmente
en los hombres). Estas diferencias genéricas, como ocurren en otros mu-
chos casos, se deben a diferencias bio-psico-sociales.

Las fantasías pueden ser solamente imágenes especificas o secuencias no-


veladas de situaciones que se desarrollan como una película erótica, una his-
toria romántica, una relación de poder y sumisión, etc.

Las fantasías son el principal motor mental para la activación del deseo se-
xual según la Dra. Helen Kaplan. Las personas deberían darse la oportunidad
de fantasear sin culpa, vergüenza o miedo. Algunas creencias religiosas

José Manuel González | 18


prohíben las fantasías sexuales y esto genera conflictos que pueden afectar
la salud sexual.

No es conveniente compartir con la pareja todas las fantasías porque algu-


nas de ellas podrían hacer sentir muy mal a tu pareja. Como regla general,
uno debe compartir con su pareja sucesos que construyan no situaciones
que destruyan.

Expectativas inadecuadas respecto a la sexualidad: El Dr. Albert Ellis, creador


de la Terapia Racional Emotiva, señala la tiranía de “los debería” en la vida.
Sufrimos porque esperamos que nosotros, los hechos y las otras personas
“deberían ser y actuar de una forma específica”. Este fenómeno afecta mu-
chas veces la sexualidad porque nos lleva a exigencias irracionales que impi-
den disfrutar de la vida sexual.

Estas exigencias pueden ser: 1) con respecto a uno mismo, por ejemplo, es
terrible no ser muy bueno(a) compañero(a) sexual y conseguir la aprobación
de la persona que amo, por lo tanto, tengo que evitar todas aquellas activi-
dades sexuales en las que pueda fracasar para no ser rechazado(a), 2) con
respecto a la sexualidad (por ejemplo, mi sexualidad tiene que ser siempre
natural y espontanea), y 3) con respecto a la pareja (por ejemplo, mi pareja
debe conocer claramente lo que yo deseo si me ama).

El mapa del amor: El Dr. John Money desarrolló el concepto de “Mapa del
amor”, que es como el piloto automático de nuestros pensamientos, emo-
ciones y comportamientos eróticos. Es un esquema mental que contiene las
características deseadas en una pareja sexual y el entorno apetecido para un
encuentro íntimo. También incluye los aspectos que nos inhiben o nos pro-
ducen rechazo en la vida sexual. Este mapa se forma principalmente a través
de las experiencias que la persona experimenta en el transcurso de su
vida. Cada persona tiene su propio mapa erótico, diferente a los demás, aun-
que puede haber algunas características similares por razones culturales y
familiares.

El conocer nuestro propio mapa erótico es un punto clave en el desarrollo de


nuestro potencial sexual y el fortalecimiento de la intimidad conyugal. No se
trata de conocer solamente nuestras zonas erógenas más sensibles, sino es-
tar al tanto de todas las características y situaciones sexuales que nos exci-
tan o nos bloquean en la vida erótica.

A continuación, se presentan una serie de preguntas que pueden orientar en


el ejercicio de hacer el propio mapa erótico, lo que permitirá mayor

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 19


autoconocimiento y una mejor comprensión por parte de la pareja, lo que
forman parte del fortalecimiento de la vida íntima conyugal:

—¿Con que frecuencia pienso en el sexo?


—¿Cuál fue mi experiencia sexual más excitante? ¿Qué me agradó más de
esa experiencia?
—¿Cuál fue mi experiencia sexual más desagradable (o menos agradable,
si todas han sido buenas) y que fue lo más feo (o menos agradable) de dicha
experiencia?
—¿Me excita más el sexo con amor o el sexo sin amor?
—¿Me excita más lo que veo, lo que oigo, las caricias que recibo o los pen-
samientos que tengo?
—¿Cuáles son las imágenes que más me excitan cuando las veo?
—¿Cuáles son los sonidos que más me excitan cuando los oigo?
—¿Cuáles son los besos que más me excitan? ¿Los prefiero suaves o fuer-
tes? ¿En qué partes de mi cuerpo?
—¿Cuáles son las caricias que más me excitan? ¿Las prefiero suaves o fuer-
tes? ¿En qué partes de mi cuerpo?
—¿Qué disfruto más, los juegos antes de la penetración o la penetración?
—¿En cuales posiciones sexuales disfruto más la penetración?
—¿Qué siento y que pienso con respecto al dar o recibir sexo oral?
—¿Qué pienso y que siento con respecto al coito anal?
—¿Qué pienso y que siento con respecto al sexo en grupo?
—¿Qué pienso y que siento con respecto a que me amarren o a encadenar
a la otra persona durante las relaciones sexuales?
—¿Que pienso y que siento con respecto a hacer el amor en un sitio donde
nos puedan observar?
—¿Cuáles son mis pensamientos sexuales más comunes?
—¿Cuáles son mis pensamientos sexuales que más placer me producen?
—¿Cuáles son mis pensamientos sexuales que más me producen ver-
güenza o pena?
—¿Cuáles son mis pensamientos sexuales que me gustaría llevar a la prác-
tica?
—¿Cuáles son mis pensamientos sexuales que no me atrevería a experi-
mentar en la vida real?
—¿Me gusta más dar placer, o recibirlo, cuando hago el amor?
—¿Inicio frecuentemente las relaciones sexuales o prefiero que mi pareja
me busque?
—¿Qué es lo que más me agrada de mi cuerpo?
—¿Qué es lo que más me desagrada de mi cuerpo?
—¿Cuáles son las características físicas que más me excitan de una posible
pareja sexual?

José Manuel González | 20


—¿Cuáles son las características físicas que más me desagradan en una
posible pareja sexual?
—¿Cuáles son las características de personalidad que más me excitan de
una posible pareja sexual?
—¿Cuáles son las características de personalidad que más me desagradan
de una posible pareja sexual?
—¿Cuáles son los sitios que me parecen más atractivos o desagradables
para tener una relación sexual?

Estados emocionales negativos y conducta sexual


Los estados emocionales negativos asociados generalmente a la generación
de cortisol y adrenalina interfieren con la adecuada respuesta sexual. La an-
siedad, los estados depresivos, el enfado, la hostilidad, los resentimientos,
el miedo a la intimidad, etc., bloquean el desarrollo de una buena sexualidad
(Lacera y Rincón, 2022).

Para disfrutar adecuadamente de la sexualidad se requieren emociones re-


lacionadas con la alegría, la tranquilidad y la serenidad (González, 2022).

Factores socioculturales
Nieto (2003) señala que para comprender plenamente la sexualidad hay que
mirar detenidamente la historia y la socioantropología de las costumbres se-
xuales. Para este autor las culturas dan forma y contenido a las conductas, a
las experiencias y a los actos sexuales en la sociedad. Las culturas articulan,
vertebran, codifican y perfilan las prácticas sexuales de sus ciudadanos. En-
marcan, etiquetan y regulan la vida sexual.

Los factores socioculturales se relacionan con el proceso de socialización,


que permite el aprendizaje de las conductas sociales consideradas adecua-
das y las normas/valores que rigen esos patrones comportamentales.

Giraldo (1971) muestra una interesante serie de diferencias culturales con


respecto a la sexualidad, por ejemplo:

“Los CHAMBULI, de Nueva Guinea, del sexo femenino son independien-


tes, dominantes y con una personalidad estilo "hombre de negocios" mien-
tras que los del sexo masculino son irresponsables, emocionalmente de-
pendientes y sin el papel de autoridad suprema en el hogar”.

“Los ARAPESH, también de Nueva Guinea, …tanto el hombre como la


mujer son suaves, cooperadores, nada agresivos y en asuntos del amor

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 21


ninguno se considera seductor, sino arrastrado, elegido. Los padres ad-
vierten más a los hijos hombres que a las hijas acerca de los peligros de
dejarse hacer el amor”.

El etnocentrismo es un fenómeno sociocultural importante en las actitudes


sexuales. Consiste en estar centrados en la propia cultura, es la tendencia a
creer con firmeza que la conducta propia de su cultura es la buena, la co-
rrecta, la decente, la normal o natural y que, el patrón de otras culturas obe-
dece a que son raros, malos, degenerados, etc. (Giraldo, 1971).

Derechos sexuales
En el XIII Congreso Mundial de Sexología, Sexualidad y Derechos Humanos
(Valencia, España, 29 de Junio de 1997) se realizó la siguiente declaración
con respecto a los derechos sexuales:

La sexualidad humana es dinámica y cambiante, se construye continua-


mente por la mutua interacción del individuo y las estructuras sociales, está
presente en todas las épocas de la vida, como fuerza integradora de la iden-
tidad y contribuye a fortalecer y/o producir vínculos interpersonales.

El placer sexual, incluyendo el autoerotismo, es fuente de bienestar físico,


psíquico, intelectual y espiritual. Es parte de una sexualidad libre de conflic-
tos y angustia, promotora del desarrollo personal y social. Por lo tanto, pro-
ponemos que la sociedad cree las condiciones dignas donde se puedan sa-
tisfacer las necesidades para el desarrollo integral de la persona y el respeto
a los siguientes Derechos Sexuales inalienables, inviolables e insustituibles
de nuestra condición humana:

Derecho a la libertad, que excluye todas las formas de coerción, explo-


tación y abusos sexuales en cualquier momento de la vida y en toda condi-
ción. La lucha contra la violencia constituye una prioridad.

Derecho a la autonomía, integridad y seguridad corporal. Este derecho


abarca el control y disfrute del propio cuerpo libre de torturas, mutilaciones
y violencias de toda índole.

Derecho a la igualdad sexual. Se refiere a estar libre de todas las formas


de discriminación. Implica respeto a la multiplicidad y diversidad de las for-
mas de expresión de la sexualidad humana, sea cual fuere el sexo, género,
edad, etnia, clase social, religión y orientación sexual a la que se pertenece.

Derecho a la salud sexual. Incluyendo la disponibilidad de recursos sufi-


cientes para el desarrollo de la investigación y conocimientos necesarios

José Manuel González | 22


para su promoción. El SIDA y las ETS requieren de más recursos para su diag-
nóstico, investigación y tratamiento.

Derecho a la información amplia, objetiva y verídica sobre la sexualidad


humana que permita tomar decisiones respecto a la propia vida sexual.

Derecho a una educación sexual integral desde el nacimiento y a lo largo


de toda la vida. En este proceso deben intervenir todas las instituciones so-
ciales.

Derecho a la libre asociación. Significa la posibilidad de contraer o no


matrimonio, de disolver dicha unión y de establecer otras formas de convi-
vencia sexual.

Derecho a la decisión reproductiva libre y responsable; tener o no hijos, el


espaciamiento de los nacimientos y el acceso a las formas de regular la fe-
cundidad. El niño tiene derecho a ser deseado y querido.

Derecho a la vida privada que implica la capacidad de tomar decisiones


autónomas con respecto a la propia vida sexual dentro de un contexto de
ética personal y social.

Declaración sobre el Placer Sexual


Los asistentes al XXIV Congreso Mundial de Salud Sexual en la Ciudad de
México (2019) proclamaron la siguiente declaración sobre el placer sexual:

RECONOCEMOS QUE:
El placer sexual es la satisfacción y disfrute físico y/o psicológico deri-
vado de experiencias eróticas compartidas o solitarias, incluidos pensa-
mientos, fantasías, sueños, emociones y sentimientos.

La autodeterminación, el consentimiento, la seguridad, la privacidad, la


confianza y la capacidad de comunicarse y negociar relaciones sexuales
son factores clave para que el placer contribuya a la salud y el bienestar
sexual. El placer sexual debe ejercerse dentro del contexto de los dere-
chos sexuales, particularmente los derechos a la igualdad y la no discri-
minación, la autonomía y la integridad corporal, el derecho al más alto
nivel posible de salud y libertad de expresión. Las experiencias de placer
sexual humano son diversas y los derechos sexuales garantizan que el
placer sea una experiencia positiva para todos los interesados y que no
se obtenga al violar los derechos humanos y el bienestar de otras per-
sonas.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 23


DECLARAMOS QUE:
1. La posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras
libres de discriminación, coerción y violencia es una parte fundamental
de la salud sexual y el bienestar para todas las personas;

2. El acceso a fuentes de placer sexual es parte de la experiencia hu-


mana y el bienestar subjetivo;

3. El placer sexual es una parte fundamental de los derechos sexuales


considerados como derechos humanos;

4. El placer sexual incluye la posibilidad de experiencias sexuales diver-


sas;

5. El placer sexual debe integrarse a la educación, la promoción de la


salud y la prestación de servicios, la investigación y la defensa en todas
partes del mundo;

6. La inclusión programática del placer sexual para satisfacer las nece-


sidades, aspiraciones y realidades de las personas en última instancia
contribuye a la salud global y al desarrollo sostenible, lo que requiere
una acción integral, inmediata y sostenible.

Exhortamos a todos los gobiernos, organismos intergubernamentales


y no gubernamentales, instituciones académicas, autoridades de salud
y educación, medios de comunicación, actores del sector privado y la
sociedad en general, y en particular, todos los miembros de la Asocia-
ción Mundial para la Salud Sexual a:

a. Promover el placer sexual en las leyes y la política pública como


parte fundamental de la salud sexual y el bienestar, basado en los
principios de los derechos sexuales entendidos como derechos hu-
manos, incluida la autodeterminación, la no discriminación, la priva-
cidad, la integridad corporal y la igualdad;
b. Asegurar que la educación integral de la sexualidad aborde el
placer sexual de un modo incluyente, informado por la evidencia y
basado en los derechos humanos, adaptada a las diversas capacida-
des y necesidades de las personas a lo largo de la vida, a fin de per-
mitir experiencias de placer sexual informadas, autodeterminadas,
respetuosas y seguras;
c. Garantizar que el placer sexual sea elemento integral de la provi-
sión de servicios de salud sexual y que estos sean accesibles, asequi-
bles, aceptables y libres de estigma, discriminación y persecución;

José Manuel González | 24


d. Fortalecer el desarrollo del conocimiento de los beneficios del
placer sexual como parte del bienestar, con los recursos, metodolo-
gías de investigación y difusión del conocimiento con base en los de-
rechos humanos, para entender el papel de placer sexual en la salud
individual y pública;
e. Reafirmar los compromisos globales, nacionales, comunitarios,
interpersonales e individuales para el reconocimiento de la diversi-
dad en las experiencias de placer sexual, respetando los derechos
humanos de todas las personas y respaldados por políticas y prácti-
cas consistentes, basadas en evidencia, comportamiento interper-
sonal y acción colectiva.

Derechos de la Pareja
Esta declaración de Derechos de la pareja ha sido elaborada integrando las
reflexiones realizadas por mis alumnos en el Diplomado Terapia de Pareja
que tengo a cargo en la Escuela Latinoamericana de Medicina Sexual y la
UNAD Miami, que fue presentada en la clausura del ConSex 2020.

Todas las parejas tienen derecho a:

Conformarse según los deseos y necesidades de las personas que la consti-


tuyen, sin ninguna clase de discriminación por raza, sexo, género, identidad
sexual, orientación sexual, nivel socioeconómico o credo religioso.

Disolver el vínculo de pareja cuando al menos uno de los integrantes así lo


determine, sin mayores requisitos a los que establece la ley en su país.

Definir el tipo de unión (noviazgo, unión libre, matrimonio religioso, etc.) de


acuerdo con los deseos y necesidades de las personas que la constituyen.

Definir su tipo de relación, monógama o no monógama consensuada, lo


mismo que sus acuerdos sobre la fidelidad, las normas y los límites dentro
de la relación con respecto a este tópico.

Mantener relaciones sexuales solo por mutuo deseo y consentimiento. In-


cluyendo la posibilidad de parar una actividad sexual cuando alguno de los
dos lo desee.

Ser reconocidas socialmente.

Respeto a la privacidad de su relación y de su familia.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 25


Definir el espacio geográfico de su hogar y las características de este.

Realizar actividades juntos o por separados, es decir, sin incluir a la otra per-
sona.

Recibir y dar a sus hijos una educación amplia y pertinente sobre la vida en
pareja y sus principales tópicos, como el amor, la comunicación, el respeto
mutuo y la vida sexual.

Acceder a los servicios de salud en el área de la vida en pareja, incluyendo la


promoción y prevención de la salud conyugal, la terapia de pareja y la terapia
sexual.

Definir de común acuerdo si desean tener o no hijos. En el primer caso, a


decidir el número de hijos y los medios para concebirlos o adoptarlos.

Acordar conjuntamente las actividades que no desean que formen parte de


su vida en pareja.

Una relación de pareja libre de violencia y abuso físico, verbal, emocional o


sexual.

Resolver los conflictos sin violencia y sin intimidaciones.

La protección legal y social de la misma, incluyendo derecho al trabajo y pro-


tección laboral.

La armonía de convivencia, libre de espacios tóxicos de relación interperso-


nales.

Los miembros de la pareja tienen derecho a:


a. Desarrollar su propia personalidad y su proyecto de vida
b. Ser tratados por su pareja con amabilidad, confianza, equidad, ge-
nerosidad, respeto, responsabilidad, sensatez y sensibilidad.
c. Expresar sus ideas, opiniones y sentimientos.
d. Derecho a decir NO, sin sentirse culpables, y a tomar sus propias de-
cisiones.
e. Tener sus propias amistades y a pasar tiempo con ellos.

Características de la pareja armoniosa


Uno de los factores que influye en la sexualidad humana es la vida en pareja.
La calidad del vínculo conyugal es importante porque puede facilitar el inicio
y el mantenimiento de trastornos que afectan tanto la salud en general
como la salud sexual (American Psychiatric Association, 2013).

José Manuel González | 26


González (2023) presenta las principales características de la pareja armo-
niosa:

Amabilidad: se refiere a comportase en forma cariñosa y atenta. La


amabilidad no debe ser solo con los extraños, también es necesaria y funda-
mental en la vida de pareja.

Confianza: se refiere a la fe, creencia y esperanza en que la otra persona


actuará en la forma adecuada. Se desarrolla a través de las acciones que
muestran apoyo, adecuada comunicación, expresión de sentimientos amo-
rosos, el manejo de códigos equitativos y reafirmación del compromiso con-
yugal.

Equidad: se refiere a la justicia, a la rectitud, al equilibrio en dar y recibir


en la misma proporción. Es un elemento importante en cualquier relación
humana. El machismo generalmente induce desequilibrios en esta área que
deterioran drásticamente la pareja.

Generosidad: se refiere a colaborar de un modo honesto sin esperar


nada a cambio. Se visualiza fácilmente en áreas como el manejo del dinero,
las tareas domésticas y la crianza de los hijos.

Hedonismo conyugal: se refiere a la búsqueda del disfrute en la relación


de pareja, en sus diferentes áreas (físicas, cognitivas, emocionales y espiri-
tuales). El placer de compartir el cuerpo, las metas, los sentimientos y las
emociones, las creencias espirituales y/o religiosas, el proyecto de vida y los
hijos (entre otras cosas). Las personas forman parejas para ser felices.

Respeto: se refiere al aceptar, reconocer, apreciar y valorar los derechos


y las cualidades de la otra persona. Cuando se carece de habilidades para
manejar los naturales conflictos cotidianos se puede llegar a enfrentamien-
tos verbales o físicos que, para el autor, son la principal causa del deterioro
de las relaciones de pareja.

Responsabilidad: se refiere al adecuado cumplimiento de las obligacio-


nes, o al cuidado al hacer o decidir algo, o al actuar con el claro reconoci-
miento de que los resultados de cumplir (o no) las obligaciones recaen sobre
sí mismo.

Sensatez: se refiere a la capacidad de tomar decisiones adecuadas, a es-


tar dotado de buen juicio. Esta muy relacionada con la madurez, la raciona-
lidad y la serenidad en el momento de decidir.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 27


Sensibilidad: se refiere a la facultad de sentir, sintonizarse con los deseos,
necesidades, sentimientos y emociones de la otra persona. Esta capacidad
lleva poder comunicarse y compartir con empatía y asertividad.

Sexología en Colombia. Eventos significativos

1945 El medico reflexólogo Rodríguez Aranza llega a Bogotá y organiza


una clínica donde ofrece terapia sexual con la ayuda de sustitutas sexuales.
Sus colegas lo involucran en líos legales por utilizar trabajadoras sexuales y
terminan por hacerlo salir de Bogotá. En Fusagasugá vuelve a organizar su
institución y trabaja en ella con bastante éxito terapéutico hasta que murió,
unos 30 años después de su regreso de París y de la Unión Soviética, donde
hizo sus estudios de especialización.

1965 Inicia actividades Profamilia. Su fundador, el ginecólogo Fer-


nando Tamayo, trajo por vez primera los dispositivos intrauterinos a Colom-
bia, una época en que las mujeres no tenían acceso a la planificación familiar.
Esta institución privada, ha sido la pionera en la venta de métodos de plani-
ficación familiar mediante brigadas móviles, en hacer la vasectomía y liga-
dura de trompas a la población colombiana, en programas de educación se-
xual a adolescentes, en servicios de terapia sexual y muchas otras conquistas
en el campo de los derechos sexuales y reproductivos.

1968 Se iniciaron cursos formales de Sexología para los estudiantes de


medicina de la Universidad de Caldas, en Manizales, con Helí Alzate y en la
Universidad del Valle, en Cali, con Octavio Giraldo. Inicia actividades la Re-
vista Latinoamericana de Sexología. Octavio Giraldo es su primer director.
Luego fue dirigida por Guillermo Gonzalez y después por José Manuel Gon-
zalez.

1971 El 22 de septiembre se reunió en Sochagota el Primer Seminario


Colombiano de Educación Sexual, bajo la dirección de Cecilia Cardinal de
Martín, en donde Luis Carlos Galán, en ese momento Ministro de Educación,
dijo: "La educación que contemple una información científica y ética sobre los
elementos de la reproducción, el comportamiento sexual y la responsabilidad
que este comportamiento conlleva, debe integrarse a los contenidos de la edu-
cación básica, sin olvidar, obviamente, que la educación sexual y para la vida
familiar es un proceso continuo desde la infancia hasta la madurez. Es apre-
miante para Colombia la concepción de un programa de educación sexual y
para la vida familiar”. Era la primera vez que los colombianos veían al estado
comprometerse con la educación sexual.

José Manuel González | 28


1974 Germán Ortiz Umaña inicia el primer curso formal de educación
sexual en el colegio CAFAM en Bogotá.

1976 El periodista Elkin Mesa inicia su programa de televisión “Sexolo-


gía en pantalla”, que estuvo al aire 11 años, en el que participaron psiquia-
tras, psicólogos y sexólogos que eran entrevistados sobre diferentes aspec-
tos de la sexualidad humana. Su contenido despertó muchas controversias
y por eso terminó por ser sacado del aire. Se aprueba el divorcio en Colombia
para el matrimonio civil.

1978 Helí Alzate publica en “Archives of Sexual Behavior”, revista oficial


de la Academia Internacional de Investigación Sexual, el articulo “Sexual
behavior of colombian female”. El 18 y 19 de Mayo, por invitación del Instituto
Colombiano para el Fomento de la Educación Superior - ICFES, se reunió en
Bogotá un grupo de trabajo sobre Sexología (conformado por: Helí Alzate,
Cecilia Cardinal de Martín, Octavio Giraldo, José Manuel González y Germán
Ortiz Umaña), que evaluó el estado de esta ciencia en Colombia y elaboró un
importante documento con recomendaciones especiales para las universi-
dades (ICFES, 1978).

1979 El 22 de Junio se fundó la Sociedad Colombiana de Sexología. Sus


socios fundadores fueron: Helí Alzate, María Clara Arango, Mario Bedoya,
Cecilia Cardinal de Martín, Luis Dragunsky, Mario Gartner, Octavio Giraldo,
José Manuel González, María Ladi Londoño, Saulo Muñoz, Germán Ortiz
Umaña, Francisco Sánchez y Jorge Villarreal Mejía. Se eligió a Helí Alzate
como primer presidente. Se publica el libro “Lecciones de Sexología” (Edito-
rial Pluma) de Luis Dragunsky y José Manuel González.

1980 El 15 y 17 de agosto se realizó en Bogotá el 1er. Seminario Colom-


biano de Sexología, al cual asistieron cerca de 100 personas para las cuales
represento una experiencia educacional importante. El programa científico
incluyo 8 conferencias magistrales a cargo de los fundadores de la Sociedad
Colombiana de Sexología y algunas actividades grupales de integración, au-
toconocimiento y reflexión.

1981 Octavio Giraldo publica el libro "Explorando las sexualidades huma-


nas" (Editorial Trillas). Del 5 al 9 de agosto se reunió en Cali el I Congreso Co-
lombiano de Sexología, que tuvo efectos importantes tanto de orden forma-
tivo e informativo como motivacional, no solo para los 400 asistentes sino
también para la opinión nacional. En este congreso se contó con la interven-
ción destacada de John Money, Ph. D., autoridad mundial en el estudio de
género, la identidad sexual y el papel de las hormonas en el desarrollo psico-
sexual.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 29


1982 El 17 y el 20 de marzo se realizó el II Seminario Colombiano de Se-
xología en la ciudad de Barranquilla. Contó con la participación del desta-
cado sexólogo panameño Alejandro Canto-Dutari. Cerca de 400 personas
asistieron a este evento de actualización profesional. Se publica el libro “Se-
xualidad Humana” de Helí Alzate.

1983 Del 12 al 15 de octubre se reunió el II Congreso Colombiano de Se-


xología en la ciudad de Cali, con la asistencia de unas 800 personas. Invitados
especiales: Joseph LoPiccolo, Ph.D. profesor de psiquiatría en New York
State University at Stone Brook y presidente de la sociedad científica para el
estudio de la Sexualidad (SSSS), Fernando Bianco, Psiquiatra, presidente de
la Asociación Mundial de Sexología (WAS), Alan Wabrek, M.D. Director de
Sexología Medica y del Laboratorio Vascular Periférico del Hartford Hospi-
tal, Connecticut, Estados Unidos y Egbert Nocke, M.D. Profesor Hospital
Universitario, Universidad de Múnich, Alemania.

1984 Muere en Cartagena la primera persona víctima de VIH-Sida y el


país comienza a mirar el VIH con interés. Del 7 al 9 de septiembre se realizó
en Bucaramanga el III Seminario Colombiano de Sexología. Asistieron a este
evento científico cerca de 400 personas.

1985 José Manuel González publica el libro "Comportamiento sexual del


universitario" (Fundación para el avance de la Psicología) con base en las in-
vestigaciones que realizó en las instituciones universitarias de Barranquilla.

1986 Del 13 al 16 de marzo se realizó en la ciudad de Bogotá el III Con-


greso Colombiano de Sexología, cuyo tema central fue “Sexualidad y Plani-
ficación Familiar”. Este congreso contó con la participación de la Dra. Shere
Hite, autora de los informes Hite sobre Sexualidad. Marta Lucia Palacio, Pe-
dro Guerrero y Alonso Acuña Cañas publican la guía educativa “Sexo: en los
adolescentes” (Editora Cinco).

1987 Del 9 al 12 de Octubre se llevó a cabo en la ciudad de Medellín el


IV Congreso Colombiano de Sexología, con el patrocinio de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Antioquia. El tema central del evento fue
“Educación sexual” y asistió como invitada especial la Dra. Elisa Jiménez Ar-
mas, psicóloga venezolana, coordinadora general de la Asociación Venezo-
lana para la Educación Sexual - AVESA.

1988 El IV Seminario Colombiano de Sexología se llevó a cabo en la ciudad


de Manizales durante los días 11 al 14 de agosto. Contó con el copatrocinio
de la Facultad de Psicología de la Fundación Universidad de Manizales -
FUNDEMA.

José Manuel González | 30


Salud sexual y trastornos psicosexuales | 31
Mesa redonda sobre terapia sexual (1983). De izquierda a derecha: Fernando Bianco, Alan Wabrek, Luis Dragunsky, Joseph LoPiccolo y José
Manuel González.
1989 El V Seminario Colombiano de Sexología se realizó en Bogotá del
17 al 20 de Agosto y contó con el copatrocinio de la Facultad de Psicología
de la Universidad Javeriana. El tema central fue “Pareja y Sexualidad”.

1990 Se realiza la primera Encuesta Nacional de Demografía y Salud, a


cargo de PROFAMILIA.

1991 Del 7 al 10 Marzo en la ciudad de Cartagena se reunió el V Con-


greso Colombiano de Sexología. Se celebró juntamente con el V Congreso
Latinoamericano de Sexología y Educación Sexual - V CLASSES. El tema ofi-
cial fue “Sexualidad y Humanismo”. Contó con el copatrocinio de la Facultad
de Medicina de la Universidad de Cartagena y el Departamento de Psicolo-
gía de la Universidad del Valle.

1992 Del 8 al 11 de octubre se reunió en Pereira el VI Seminario Colom-


biano de Sexología. Contó con el copatrocinio de la Universidad Tecnológica
de Pereira y tuvo una asistencia de unas 350 personas. El tema oficial fue
“Familia y Sexualidad”.

1993 En Julio se establece en Colombia el desarrollo de programas y


proyectos institucionales de educación sexual, por resolución del Ministerio
de Educación Nacional.

1994 Del 19 al 21 de Marzo se reunió en Cali el VI Congreso Colombiano


de Sexología, junto con el I Congreso Suramericano de Educación Sexual. El
tema oficial fue “Educación Sexual en Colombia y en América Latina”. Del 14
al 17 de Octubre se reunió el VII Seminario Colombiano de Sexología en Iba-
gué. Contó con el copatrocinio de la Universidad del Tolima. El tema oficial
fue “Educación y Sexualidad”.

1995 Se realiza la segunda Encuesta Nacional de Demografía y Salud, a


cargo de PROFAMILIA.

1996 El VII Congreso Colombiano de Sexología se reunió en Medellín


del 23 al 25 de Mayo. Contó con el copatrocinio del Proyecto Nacional de
Educación Sexual del Ministerio de Educación Nacional. El tema oficial fue
“Sexualidad y Genero… Un proceso cultural”. Alonso Acuña Cañas publica su
libro "Yo, clítoris" (Castillo Editorial).

1998 Rubén Ardila publica su libro "Homosexualidad y Psicología" (Ma-


nual Moderno). Se realizo la 1 Jornada Bolivariana de Sexualidad y desarrollo
en la Universidad Simón Bolívar en Barranquilla. Estas se realizaron cada se-
mestre hasta completar 18 Jornadas. Sus principales conferencias e

José Manuel González | 32


investigaciones se publicaron en 5 libros durante esos años (González, Ber-
nal, Rosado y Vásquez, 2001; González, Bernal, Rosado y Vásquez, 2003;
González, Bernal, Rosado y Vásquez, 2004; González y Better, 2006 y Gon-
zález, 2007).

1999 Bernardo Useche publica el libro “5 estudios de sexología” (Edicio-


nes Ars).

2000 Se realiza la tercera Encuesta Nacional de Demografía y Salud, a


cargo de PROFAMILIA.

2003 Se establece la Política Nacional de Salud Sexual y Reproductiva


(2003-2007).

2004 Se publica el capítulo “La sexualidad en Colombia” en la Enciclope-


dia Internacional de Sexualidad (González, Ardila, Guerrero y Useche, 2004).

2006 Legalización del aborto (primero con la sentencia C355 de 2006 y


luego con la C 055 de 2022). Se establece en Colombia el desarrollo del Pro-
grama Educación de la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía PESCC, por
resolución del Ministerio de Educación Nacional.

2007 Se publica el primer texto universitario de terapia sexual en Co-


lombia: Terapia Sexual en el III milenio (González y Lacera, 2007).

2010 Se realiza la quinta Encuesta Nacional de Demografía y Salud, a


cargo de PROFAMILIA. El 17 y 18 de septiembre se realiza en el Hotel Te-
quendama de Bogotá el I Congreso Iberoamericano de Terapia Sexual con la
presidencia de José Manuel González. Junto con Luis Oswaldo Pérez (Perú)
y Oswaldo Rodrigues (Brasil) iniciamos en ese evento un movimiento que
llevo a un segundo congreso en Lima y culmino con la fundación de la Aso-
ciación Latinoamericana de Terapia Sexual y de Pareja – ALTSEXPA.

2012 Se establece la Política Nacional de Sexualidad, derechos sexuales


y derechos reproductivos, como desarrollo del Plan decenal de salud pública
2012-2021. Muere el urólogo y sexólogo colombiano Alonso Acuña Cañas,
autor de múltiples libros e investigaciones sobre la sexualidad.

2013 Fallece en Bogotá Cecilia Cardinal de Martín, fundadora y Direc-


tora del Comité Regional de Educación Sexual de América Latina y el Caribe
(CRESALC), institución pionera en la educación integral de la sexualidad que
inicio actividades en los años 80. Dirigió la capacitación de muchos profesio-
nales que después continuaron el movimiento de una educación sexual

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 33


diferente con sentido social en sus respectivos países a través de nuevas ins-
tituciones que diseminaron sus ideas y su práctica. La Universidad de Caldas,
en Manizales, crea la primera especialización en Sexología Médica en Co-
lombia, para profesionales de la medicina. El Colegio Colombiano de Psicó-
logos - COLPSIC realiza su primer diplomado en sexualidad para psicólogos.

2014 La Universidad Konrad Lorenz realiza el diplomado “Actualización


en Sexología Clínica” con la participación de Ezequiel López Peralta, Laurent
Marchal, Catalina Buitrago y Pablo Vallejo Medina. Inicia labores el SexLab -
Laboratorio de sexualidad humana en la Universidad Konrad Lorenz, diri-
gido por Pablo Vallejo Medina, con la colaboración de Laurent Marchal Ber-
trand, entre otros (este laboratorio es único en América latina). Sus proyec-
tos de investigación se enfocan en tres dimensiones de la salud sexual: fun-
cionamiento sexual, victimización sexual y conductas sexuales de
riesgo. Ellos han desarrollado una interesante labor comenzando por tradu-
cir y adaptar a nuestro medio una serie de cuestionarios y tests útiles para la
terapia sexual y de pareja, como el Índice Internacional de Función Eréctil
(IIFE) en varones colombianos y el Inventario de Deseo Sexual (IDS) en mu-
jeres colombianas. Ángela Facundo, Mauro Brigeiro e Irene Parra publican el
documento Sexualidad, Ciencia y Profesión en Colombia, con el respaldo Es-
cuela de Estudios de Género Universidad Nacional de Colombia. La Univer-
sidad de Caldas en Manizales realiza el I Simposio Internacional de Sexología
Clínica. El Colegio Colombiano de Psicólogos - COLPSIC realiza su segundo
diplomado en sexualidad para psicólogos.
2015 Se realiza la sexta Encuesta Nacional de Demografía y Salud, a
cargo de PROFAMILIA. Muere Octavio Giraldo Neira, distinguido psicólogo
y sexólogo colombiano. La Universidad de Caldas en Manizales realiza el II
Simposio Internacional de Sexología Clínica. Telecaribe inicia la transmisión
semanal del programa "La Clínica del Dr. González" dedicado a la sexualidad
y la vida en pareja.

2016 El Colegio Colombiano de Psicólogos COLPSIC realiza su tercer di-


plomado de Psicología de la sexualidad. La Universidad de Caldas en Mani-
zales realiza el III Simposio Internacional de Sexología Clínica.

2017 La Universidad de Caldas en Manizales realiza el IV Simposio Inter-


nacional de Sexología Clínica. Su primera cohorte de especialistas en sexo-
logía clínica termina su entrenamiento y recibe su título de especialista. Son
los primeros médicos formados en esta área en una universidad colombiana.
El Colegio Colombiano de Psicólogos - COLPSIC realiza su cuarto diplomado
de Psicología de la sexualidad. Se publica la biografía de José Manuel Gon-
zález, que incluye un relato detallado de las principales actividades y prota-
gonistas de la Sexología Colombiana (González, 2017).

José Manuel González | 34


2018 Se establece una Política Pública Nacional dirigida a los sectores
sociales LGBTI (Decreto 762 de 2018). El Colegio Colombiano de Psicólogos
- COLPSIC realiza su quinto diplomado de Psicología de la sexualidad. La
Universidad de Caldas en Manizales realiza el V Simposio Internacional de
Sexología Clínica. Se realiza el Primer Seminario de Psicología de la Sexuali-
dad: Intervención en Violencias Sexuales y Primera Cumbre de Representan-
tes del Campo Disciplinar de Psicología de la Sexualidad en Cali. Se funda
ACSEX - Asociación Colombiana de Salud Sexual .

2019 La Universidad de Caldas en Manizales realiza el VI Simposio Inter-


nacional de Sexología Clínica. El Colegio Colombiano de Psicólogos -
COLPSIC realiza su sexto diplomado de Psicología de la sexualidad.

2020 La Universidad de Caldas en Manizales realiza el VII Simposio In-


ternacional de Sexología Clínica. El Colegio Colombiano de Psicólogos -
COLPSIC realiza su séptimo diplomado de Psicología de la sexualidad.

2021 La Universidad de Caldas en Manizales realiza el VIII Simposio In-


ternacional de Sexología Clínica. El Colegio Colombiano de Psicólogos -
COLPSIC realiza su octavo diplomado de Psicología de la sexualidad.

2022 La Universidad de Caldas en Manizales realiza el IX Simposio Inter-


nacional de Sexología Clínica. El Colegio Colombiano de Psicólogos -
COLPSIC realiza su noveno diplomado de Psicología de la sexualidad.

2023 ACSEX - Asociación Colombiana de Salud Sexual cumple 5 años de


su fundación y bajo la dirección de su presidente, Dr. Mauricio Rojas, agrupa
a cerca de 60 profesionales de la salud sexual.

REFERENCIAS

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la Costa.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 37


José Manuel González | 38
Capítulo 2
RESPUESTA SEXUAL HUMANA

Se denomina respuesta sexual humana a los cambios psicofisiológicos que


se producen como consecuencia de la estimulación con activadores eróticos
externos o internos. Sánchez-Fuentes, Nieves Moyano y Sierra (2020) plan-
tean que la respuesta sexual humana normalmente sigue una secuencia de
fases a nivel fisiológico y es el resultado de la interacción factores orgánicos
y cognitivos.

Principales activadores externos de la respuesta sexual humana

Visión: Teniendo en cuenta la historia personal y el modelo cultural de la


belleza, la visión de una persona atractiva puede actuar como activador de
la respuesta sexual. Los estímulos sexualmente explícitos, como las películas
pornográficas, son también una fuente importante de activadores de la res-
puesta sexual humana en la mayoría de los hombres y para muchas mujeres
(González, 2022).

Olfato: En los mamíferos son muy importantes las feromonas para ini-
ciar la actividad sexual. En los humanos se les da importancia desde hace
mucho tiempo. Cabello (2010) relata que en el antiguo Egipto ya se usaban
feromonas para la fabricación de perfumes eróticos. También señala que in-
vestigadores de la Universidad de Chicago lograron sincronizar las mens-
truaciones de mujeres que vivían en diferentes sitios solo con la exposición
diaria, en la nariz, de la transpiración de las axilas.

Oído: Es muy importante, desde el contenido de lo que se escucha,


como del ritmo y el volumen del mensaje. El susurro por, ejemplo, es supre-
mamente importante para muchas mujeres por la sensación de intimidad
que sugiere (González, 2022).

Gusto: Las comidas afrodisiacas son algo que acompaña la actividad se-
xual en diferentes culturas. Se conocen con este nombre los alimentos que
inducen o facilitan el deseo sexual. Jaramillo (2005) y Vatec (2012) presentan
una serie de sugerencias con relación a alimentos que pueden facilitar, indu-
cir o mantener el deseo sexual, en donde se puede resaltar: aguacate, al-
bahaca, ajo, apio, canela, chocolate, curry, ginseng, jengibre, mariscos,
menta, miel, orégano, pimienta, polen, tomillo y yohimbina. Es interesante

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 39


agregar en esta lista la patilla o sandia, rica en citrulina, un potente vasodi-
latador (Serrano, 2018).

Tacto: Este es el sentido por excelencia, en el momento de iniciar una


respuesta sexual, en la mayoría de las mujeres y para los hombres también
es importante (Cabello, 2010, González, 2022).

Principales activadores internos de la respuesta sexual humana


Fantasías eróticas, recuerdos de experiencias sexuales anteriores y sueños.
Estos activadores dependen en gran parte de la historia de la persona y de
su guion sexual (González, 2022). El cuadro 1 (página 41) muestra algunos
de los elementos que conforman el guion sexual personal.

Modelos de respuesta sexual


Henry Havelock Ellis (1859-1939) planteo el primer modelo de la respuesta
sexual humana, referida fundamentalmente a la sexualidad masculina, con-
formado por dos fases. La primera la relacionó con la acumulación física de
la energía sexual y la llamo fase de tumescencia. La liberación de esa energía
sexual conforma la segunda fase, llamada detumescencia, en donde el pene
disminuye de tamaño (Torres Rodríguez, 2006).

Luego se han desarrollado varios modelos que se describen a continuación:

Modelo de Wilhelm Reich


Entre 1927 y 1942 desarrollo su teoría sobre la función del orgasmo
como mecanismo regulador del organismo en los seres humanos (Ca-
macho-y López, et. al., 2022). Plantea en su modelo de la respuesta se-
xual humana varias fases:

Fase de preliminares del placer, caracterizada en el hombre por la erec-


ción y en la mujer por la lubricación. Penetración, en donde con la intro-
ducción del pene la excitación aumenta, tanto en mujeres como en los
hombres.

Fase de control voluntario del aumento de la excitación, en donde la


conciencia se concentra en la percepción de las sensaciones placente-
ras.

Fase de las contracciones musculares involuntarias de la región pélvica


y aumento de la excitación. Posteriormente contracciones espasmódi-
cas que llevan a la eyaculación.

José Manuel González | 40


Salud sexual y trastornos psicosexuales | 41
Fase de caída vertical de la excitación donde se produce la detumescen-
cia.

Modelo de Alfred Kinsey


Kinsey, Pomeroy, Martin & Gebhard (1953) propusieron un modelo de
respuesta sexual compuesto de tres fases: excitación o tensión, or-
gasmo y post efectos. Según estos autores la excitación sexual se pro-
duce por estímulos eróticos que llevan al orgasmo, después del cual se
presenta una fase con los efectos que el orgasmo produce en la per-
sona.

Modelo de Masters y Johnson


Masters & Johnson (1966), con base en sus estudios sobre la fisiología
sexual, plantearon que la respuesta sexual humana estaba conformada
por cuatro fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución, ver cuadro
2 (página 43).

Modelo de John Bancroft


Bancroft, en 1983, describió la respuesta sexual humana como una serie
de eventos no secuenciales tomando en cuenta las aportaciones de los
modelos de Masters y Johnson y de Helen Kaplan (Noa Salvazán,
Creagh Almiñán, Soto Martínez & Wilson Castellanos, 2014).

Torres Rodríguez (2006) señala que Bancroft propone que los elemen-
tos de la respuesta sexual incluyen las siguientes fases: Apetito (o de-
seo), excitación central (subjetiva), respuesta en los genitales (excita-
ción genital), excitación extra genital y fenómenos en torno al orgasmo
(pre-orgasmo, orgasmo y post orgasmo).

Modelo de Helen Singer Kaplan


Al principio, el modelo lineal de Helen Kaplan incluía solo dos fases, pos-
teriormente Kaplan publicó una modificación a su curva, añadiendo una
fase de deseo antes de la fase vasocongestiva para que su modelo de
respuesta sexual se convirtiera en un modelo trifásico (Kaplan, 1988).

Las tres fases de la respuesta sexual según esta autora son: fase de de-
seo, fase vasocongestiva (excitación) y fase mioclónica (orgasmo).

La fase de deseo según Kaplan aparece cuando el grado de excitabilidad


neurofisiológica, las experiencias cognitivas, las sensaciones y los sen-
timientos conducen a una necesidad sexual. Propone Kaplan que el pro-
ceso de erección se encuentra mediado por la división parasimpática
del sistema nervioso, mientras que la eyaculación es una función del sis-
tema simpático.
José Manuel González | 42
Salud sexual y trastornos psicosexuales | 43
Modelo de Alzate
Alzate (1987) señala que la respuesta sexual humana se desarrolla en
cinco fases:
Fase apetitiva. Generalmente esta es la primera fase de la respuesta se-
xual. Alzate (1987) define el apetito sexual o deseo sexual (llamado tam-
bién libido) como la motivación consciente que impulsa al ser humano
a ejercer la función sexual de modo erótico. Señala que aun cuando la
estimulación somatosexual y/o psicosexual pueden iniciar el proceso
para alcanzar el orgasmo en ausencia de la fase apetitiva, por lo gene-
ral, esta fase es la que lleva a la persona a entrar a la fase relacional.
También puede ocurrir que la persona que siente deseo o apetito sexual
pueda omitir la fase relacional, y pasar directamente a la autoestimula-
ción erótica que la llevará a la fase excitación y luego a la fase orgasmo.

Esta fase es un evento exclusivo del plano interno o psíquico (ver cuadro
No.3, página 45) y principalmente autónomo pero susceptible de ser in-
fluenciada por componentes de otras fases como la relacional y la exci-
tatoria. Aunque el origen del apetito sexual es biológico, está relacio-
nado con aspectos psicosociales y presenta grandes variaciones indivi-
duales y circunstanciales.

Alzate (1987) señala que existen diferencias genéricas con respecto al


apetito sexual ya que, generalmente los hombres manifiestan deseos
sexuales más frecuentes e intensos que las mujeres. Explica este fenó-
meno señalando que el dimorfismo sexual cerebral y hormonal son fac-
tores más importantes que la represión cultural a la sexualidad feme-
nina, aunque reconoce que este último aspecto también es relevante.

Fase relacional. Según Alzate (1987) el apetito sexual motiva a la per-


sona a buscar otro individuo compatible con sus preferencias sexuales
y procede con el propósito de obtener estimulación, excitación y or-
gasmo. El antecesor filogenético de esta fase es el cortejo de los anima-
les. Señala Alzate (1987) que muchas mujeres inician su respuesta se-
xual en esta fase, durante la cual se desarrolla la emoción amorosa que
generalmente las lleva luego a las fases apetitiva y estimulatoria. Esta
visión de la respuesta sexual femenina concuerda con el modelo cíclico
planteado por Basson (2000).

Fase estimulatoria. Alzate (1987) define la estimulación sexual como la


acción de un fenómeno energético interno o externo (llamado estímulo
sexual) que, al ser percibido cognitivamente (en el plano psíquico o cen-
tral) o somáticamente (en el plano periférico) por la persona, genera
una sensación placentera específica (llamada excitación sexual) o una

José Manuel González | 44


FASES

torial Temis.
PLANOS APETITIVA RELACIONAL ESTIMULATORIA EXCITATORIA ORGÁSMICA

APETITO ESTIMULACIÓN EXCITACIÓN


ORGASMO
SEXUAL PSICOSEXUAL SEXUAL

PSÍQUICA
O CENTRAL
ESTIMULACIÓN MANIFESTACIÓN MANIFESTACIÓN
SOMATOSEXUAL SOMÁTICA DE SOMÁTICA DEL
DEL SUJETO LA EXCITACIÓN ORGASMO

PERIFERICO
SOMÁTICO O

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 45


BUSQUEDA DEL INTERACCIÓN
OBJETO SEXUAL CORPORAL DEL
Y APROXIMACIÓN SUJETO CON EL
A ÉL OBJETO

EXTERNO O
COMPORTAMENTAL

Tomado con modificaciones de Alzate, H. (1987). Sexualidad Humana. Edi-


reacción somato fisiológica también específica (llamada respuesta se-
xual), por lo general focalizada en los órganos sexuales. En esta fase hay
autoestimulación (masturbación) o interacción con la otra persona a
través de besos, caricias, actividades bucogenitales y diferentes tipos
de coito. O puede presentarse actividades sexuales con animales.

Señala Alzate (1987) las diferencias genéricas en esta fase. Plantea que
el principal estímulo productor de la excitación sexual en las mujeres es
generalmente el táctil exteroceptivo continúo aplicado a la región clito-
rídea o a las zonas erógenas vaginales, dentro de una relación afectiva
con un hombre en particular. En el hombre son más importantes por lo
general los estímulos visuales y los estímulos táctiles (continuos o dis-
continuos).

Fase excitatoria. Según Alzate (1987) la excitación sexual es la percep-


ción subjetiva del continuo de sensaciones placenteras inducidas por la
estimulación sexual. La persona excitada presenta manifestaciones so-
máticas de la excitación en diversas estructuras corporales, siendo la
vasodilatación y la hipertonía muscular las más frecuentes. Aquí insiste
Alzate en la necesidad de distinguir el fenómeno psíquico excitatorio de
sus manifestaciones periféricas y muestra como ejemplo el caso del
hombre con disfunción eréctil que se siente excitado sexualmente pero
no tiene la manifestación somática (erección del pene).

La excitación sexual requiere acumularse para producir la descarga or-


gásmica. Además, ella ejerce un eficaz efecto de retroacción positiva
sobre la libido (Alzate, 1987).

Fase orgásmica. Alzate (1987) define el orgasmo o clímax sexual como


un fenómeno del plano psíquico que consiste en la percepción subjetiva
de la culminación placentera de la excitación sexual. Señala que fre-
cuentemente el orgasmo se manifiesta a través de fenómenos somato-
fisiológicos, como la eyaculación, los cuales, sin embargo, no deben
confundirse con el fenómeno psíquico primario.

Con respecto a la clásica controversia sobre orgasmo vaginal o clitorí-


deo, Alzate plantea que todos los orgasmos femeninos o masculinos
son psíquicos, pero señala que no es incorrecto hablar de orgasmo "cli-
torídeo" o "vaginal", si se da por entendido que se está haciendo refe-
rencia al origen topográfico de los estímulos eróticos que lo producen,
así como se puede hablar de dolor "clitorídeo" o "vaginal", a pesar de que
el dolor es un fenómeno estrictamente psíquico, porque se sobren-
tiende que se está haciendo referencia al origen topográfico de la sen-
sación.

José Manuel González | 46


Después del orgasmo, señala Alzate (1987), la mayoría de los hombres
entran en un período refractario, de duración variable (habitualmente
de minutos a horas), durante el cual es imposible excitarse nuevamente
y llegar al clímax, por más adecuada que sea la estimulación. Por el con-
trario, en la gran mayoría de las mujeres no existe dicho período, sino
que, si son estimuladas apropiadamente, son capaces de excitarse y al-
canzar varios orgasmos consecutivos.

Modelo de Rosemary Basson


Basson (2000, 2018) propone un modelo circular con las fases de esti-
mulación sexual (sensorial o psíquica), evaluación adecuada del con-
texto, deseo sexual (espontanea o reactiva), excitación (subjetiva o fi-
siológica), orgasmo, resolución y experiencia sexual satisfactoria e inti-
midad (ver cuadro No. 4). Señala esta investigadora que existe una clara
diferencia entre la respuesta sexual masculina y femenina.

Plantea Basson (2000) la diferencia entre deseo sexual espontaneo y el


deseo sexual que surge a partir de la intimidad emocional y del encuen-
tro con la pareja en un contexto de conexión y seguridad. Define el de-
seo sexual espontaneo como la motivación que surge principalmente
por fantasías sexuales, sensaciones corporales o estimulación visual.
Señala que este deseo sexual espontaneo no es necesario para la exci-
tación o el orgasmo. Plantea que una mujer puede propiciar el contacto
íntimo o ser receptiva a la actividad sexual por razones como el deseo
de cercanía, la búsqueda de compromiso e intimidad o la forma de ex-
presar cariño a su pareja.

Las razones para iniciar, o aceptar, un encuentro sexual más comunes


planteadas por Basson (2018) son:

Experimentar y favorecer la intimidad emocional. Disfrutar de la cerca-


nía emocional que acompaña la relación sexual.

Aumentar su propio sentido de bienestar y su autoimagen (sentirse más


deseable, atractiva, apreciada, etc.).

Reducir la ansiedad y la culpabilidad que le genera la “poca frecuencia”


de contactos sexuales.

Complacer o aplacar el disgusto de su pareja.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 47


ESTIMULOS: EVALUACIÓN EXCITACIÓN:
SENSORIALES DEL CONTEXTO SUBJETIVA

Grafica elaborada por el autor con base en Basson (2000, 2018)


PSIQUICOS APROPIADO FISIOLÓGICA

José Manuel González | 48


DESEO:
ESPONTÁNEO ORGASMO
REACTIVO
SATISFACCIÓN RESOLUCIÓN
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Salud sexual y trastornos psicosexuales | 49


José Manuel González | 50
Capítulo 3
SALUD SEXUAL Y TRASTORNOS PSICOSEXUALES

En este capítulo se presentan los conceptos más importantes relacionados


con la salud sexual y los trastornos psicosexuales siguiendo principalmente
los planteamientos de la OMS —Organización Mundial de la Salud— y, la
APA —American Psychiatric Association—. Los trastornos sexuales se carac-
terizan por una alteración en alguna de las fases de la respuesta sexual hu-
mana o también pueden estar asociados con el dolor en lugar del placer
(Sánchez-Fuentes, Nieves Moyano y Sierra, 2020).

Salud sexual
La salud sexual ha sido definida como un estado de bienestar físico, emocio-
nal, mental y social relacionado con la sexualidad. La salud sexual no es solo
la ausencia de enfermedad, disfunción o dolencia. La salud sexual requiere
un enfoque positivo y respetuoso con la sexualidad y las relaciones sexuales
y la posibilidad de experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de
coerción, discriminación y violencia (OMS, 2006).

Sánchez-Fuentes, Nieves Moyano y Sierra (2020) resaltan que la salud sexual


es un derecho humano universal y estos implican el reconocimiento y res-
peto de la libertad, igualdad y dignidad inherentes de las personas, sin nin-
gún tipo de discriminación, tanto en espacios públicos como privados.

Disfunciones sexuales
Según APA (2014, p. 423) las disfunciones sexuales son un grupo de trastor-
nos sexuales caracterizados por una alteración significativa de la posibilidad
de responder adecuada y placenteramente a los estímulos sexuales.

González (2022) muestra un resumen de los principales factores que llevan a


predisponer, desarrollar y mantener un trastorno psicosexual, ver figura (pá-
gina 52).

Las principales disfunciones sexuales descritas en APA (2014) son:

Eyaculación retardada (302.74 - F5232)


Rubio Aurioles (2014) señala que la prevalencia de la eyaculación retar-
dada es cercana al 3%. El DSM-5 plantea que este trastorno se presenta

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 51


José Manuel González | 52
en menos de 1% de los hombres (American Psychiatric Association,
2013). En mi institución las consultas por este trastorno en hombres
(que solicitan terapia sexual) no llegan al 1%.

Criterios diagnósticos: Retardo o ausencia manifiesta de la eyaculación


durante seis meses (como mínimo). La persona presenta malestar sig-
nificativo al respecto. No puede ser explicado mejor por un trastorno
mental no sexual, niveles altos de estrés, consecuencias del consumo
de algunos medicamentos o problemas graves en la relación de pareja
(APA, 2014, p. 424).

Trastorno eréctil (302.72 - F52.21)


Rubio Aurioles (2014) señala que la prevalencia de disfunción eréctil
está claramente asociada con la edad. Los estudios realizados en varo-
nes mayores de 40 años revelan generalmente una prevalencia de más
de 50%. Entre los hombres más jóvenes la prevalencia reportada suele
ser menor, y estará generalmente entre 5 y 20% de los varones mayores
de 18 años. El Massachusetts Male Aging Study, señala una prevalencia
general de la DE en hombres de 40 a 70 años en el 52% (Serrano, 2020).
En mi institución las consultas por este trastorno en hombres (que soli-
citan terapia sexual) son de aproximadamente 35%.

Criterios diagnósticos: Dificultad marcada para conseguir una erección


durante la actividad sexual o dificultad marcada para mantener la erec-
ción hasta finalizar la actividad sexual o reducción marcada de la rigidez
de la erección, durante los últimos seis meses en más del 74% de las
ocasiones. La persona presenta malestar significativo al respecto. No
puede ser explicado mejor por un trastorno mental no sexual, niveles
altos de estrés, consecuencias del consumo de algunos medicamentos
o problemas graves en la relación de pareja (APA, 2014, p. 426).
Trastorno orgásmico femenino (302.73 - F52.31)
Delgado Parra (2014) señala que entre el 16% y el 48% de las mujeres
presentan trastornos orgásmicos. APA (2014) plantea que el 10% no ex-
perimentan un orgasmo en toda se vida y que entre el 10 y el 42% de las
mujeres presentan trastorno orgásmico. Espitia-De La Hoz (2018) en-
contró una prevalencia del 32,97 % de disfunciones sexuales en las mu-
jeres colombianas siendo la alteración del orgasmo (21,93 %) la se-
gunda incidencia más alta reportada. En mi institución las consultas por
este trastorno en mujeres (que solicitan terapia sexual) son aproxima-
damente 33%.

Criterios diagnósticos: Retraso marcado, infrecuencia marcada o au-


sencia de orgasmo o reducción marcada de la intensidad de las

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 53


sensaciones orgásmicas, durante los últimos seis meses en más del 74%
de las ocasiones. La persona presenta malestar significativo al respecto.
No puede ser explicado mejor por un trastorno mental no sexual, nive-
les altos de estrés, consecuencias del consumo de algunos medicamen-
tos o problemas graves en la relación de pareja (APA, 2014, p. 429).

Trastorno del interés/excitación sexual femenino (302.72 - F52.22)


Cabello (2010) plantea que cerca del 40% de las mujeres presentan de-
seo sexual hipoactivo. Delgado Parra (2014) señala que entre el 16% y
el 75% de las mujeres presentan trastornos del deseo sexual. Delgado
Parra (2014) señala que entre el 12% y el 64% de las mujeres presentan
trastornos de la excitación sexual.

Serrano (2020) plantea una prevalencia general entre el 13 y el 24%. Shi-


fren, Monz, Russo et al. (2008) revelaron que el 38,7% de las mujeres
estadounidenses informaron problemas con bajo deseo sexual, con la
mayor prevalencia en el grupo de ≥65 años (74,8%) y la prevalencia más
baja observada en el grupo de edad más joven (22,2%). Flores Colom-
bino (2004) plantea una incidencia del 30,1%. Espitia-De La Hoz (2018)
encontró una prevalencia del 32,97% de disfunciones sexuales en las
mujeres colombianas, la disfunción sexual con más prevalencia fue el
trastorno del deseo, con 32,97%. En mi institución las consultas por este
trastorno en mujeres (que solicitan terapia sexual) son aproximada-
mente 50%.

Criterios diagnósticos: Ausencia o reducción significativa del interés/ex-


citación sexual femenina, que se manifiesta por lo menos por tres de las
siguientes situaciones: 1) interés ausente o reducido en la actividad se-
xual, 2) fantasías o pensamientos sexuales o eróticos ausentes o redu-
cidos, 3) inicio reducido o ausente de la actividad sexual y habitual-
mente no receptiva a los intentos de la pareja por iniciarla, o 4) excita-
ción o placer sexual ausente o reducido durante la actividad sexual, o 5)
excitación o placer sexual ausente o reducido en respuesta a cualquier
invitación sexual o erótica, interna o externa (p. ej., escrita, verbal, vi-
sual), o 6) sensaciones genitales o no genitales ausentes o reducidas du-
rante la actividad sexual, en casi todas o todas las ocasiones (aproxima-
damente 75%–100%) de la actividad sexual en pareja (en situaciones y
contextos concretos o en todos los contextos), durante los últimos seis
meses en más del 74% de las ocasiones. La persona presenta malestar
significativo al respecto. No puede ser explicado mejor por un trastorno
mental no sexual, niveles altos de estrés, consecuencias del consumo
de algunos medicamentos o problemas graves en la relación de pareja
(APA, 2014, p. 433).

José Manuel González | 54


Serrano (2020) se refiere a deseo sexual alto cuando se presenta entre
uno y cuatro días. Deseo sexual medio cuando se presenta cada cinco a
nueve días. Deseo sexual bajo cuando se presenta entre 10 y 14 días.

Trastorno de dolor genito-pélvico/penetración (302.76 - F52.6)


Delgado Parra (2014) señala que entre el 7 y el 58% de las mujeres pre-
sentan trastornos del dolor. Serrano (2020) plantea que la dispareunia
se presenta entre el 8 y el 22%. APA (2014) plantea que aproximada-
mente el 15% de las mujeres de USA presentan dolor recurrente du-
rante las relaciones sexuales. En mi institución las consultas por este
trastorno en mujeres (que solicitan terapia sexual) no llegan al 5%.

Criterios diagnósticos: Dificultades persistentes o recurrentes con una


(o más) de las siguientes situaciones: 1) penetración vaginal durante las
relaciones, o 2) marcado dolor vulvovaginal o pélvico durante las rela-
ciones vaginales o los intentos de penetración, o 3) marcado dolor o an-
siedad de sentir dolor vulvovaginal o pélvico antes, durante o como re-
sultado de la penetración vaginal, o 4) tensión o contracción marcada
de los músculos del suelo pélvico durante el intento de penetración va-
ginal, durante los últimos seis meses en más del 74% de las ocasiones.
La persona presenta malestar significativo al respecto. No puede ser ex-
plicado mejor por un trastorno mental no sexual, niveles altos de estrés,
consecuencias del consumo de algunos medicamentos o problemas
graves en la relación de pareja (APA, 2014, p. 437).

Trastorno de deseo sexual hipoactivo en el varón (302.71 - F52.0)


Rubio Aurioles (2014) señala que la prevalencia del bajo deseo o interés
sexual en hombres generalmente es entre 12.5 y 28%. APA (2014) plan-
tea que este trastorno se presenta aproximadamente en el 6% de los
más jóvenes (18 a 24 años) y el 41% de los mayores (66 a 74 años). Ca-
bello (2010) cita la revisión de 52 estudios realizada por Simons y Carey
(2001) en donde se encontró una prevalencia que oscilaba entre 0 y 3%.
Flores Colombino (2004) señala una incidencia de deseo sexual hipoac-
tivo del 11,2%. En mi institución las consultas por este trastorno en
hombres (que solicitan terapia sexual) son cerca del 23%.

Criterios diagnósticos: Fantasías o pensamientos sexuales o eróticos y


deseo de actividad sexual reducidos o ausentes de forma constante o
recurrente, durante los últimos seis meses en más del 74% de las oca-
siones. La evaluación de la deficiencia la hace el clínico, teniendo en
cuenta factores que afectan a la actividad sexual, como la edad y los
contextos generales y socioculturales de la vida del individuo. La per-
sona presenta malestar significativo al respecto. No puede ser

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 55


explicado mejor por un trastorno mental no sexual, niveles altos de es-
trés, consecuencias del consumo de algunos medicamentos o proble-
mas graves en la relación de pareja (APA, 2014, p. 440).
Serrano (2020) se refiere a deseo sexual alto cuando se presenta entre
uno y cuatro días. Deseo sexual medio cuando se presenta cada cinco a
nueve días. Deseo sexual bajo cuando se presenta entre 10 y 14 días.

Eyaculación prematura o precoz (302.75 - F52.4)


Rubio Aurioles (2014) señala que la prevalencia de la eyaculación precoz
generalmente es entre 25 y 30%. APA (2014) plantea que es un trastorno
que afecta entre el 20 y el 30% del hombre entre 18 y 70 años. Cabello
(2010) señala que diferentes estudios muestran una prevalencia que os-
cila entre el 15 y el 40% del total de la población masculina. De ellos,
sólo un 25% suele buscar ayuda especializada (Seco, 2002). En mi insti-
tución las consultas por este trastorno en hombres (que solicitan tera-
pia sexual) son cerca del 50%.

Criterios diagnósticos: Un patrón persistente o recurrente en que la eya-


culación producida durante la actividad sexual en pareja sucede aproxi-
madamente en el minuto siguiente a la penetración vaginal y antes de
que lo desee el individuo. La persona presenta malestar significativo al
respecto. No puede ser explicado mejor por un trastorno mental no se-
xual, niveles altos de estrés, consecuencias del consumo de algunos
medicamentos o problemas graves en la relación de pareja (APA, 2014,
p. 440).
Clasificación de Basson y colaboradores
El reciente auge de la investigación en sexualidad femenina ha dado lugar,
entre otras cosas, a una nueva revisión de la respuesta sexual y de las disfun-
ciones que padece la mujer. A continuación, se presenta la propuesta de Bas-
son y colaboradores (2003), que ha sido muy bien acogida. No se trata de un
sistema diagnóstico multiaxial, sino que basándose en las experiencias an-
teriores y con un alto nivel de pragmatismo, se definen las distintas disfun-
ciones sexuales femeninas tal como sigue:

Trastorno del deseo: Ausencia o disminución de sensaciones, intereses,


pensamientos o fantasías sexuales. La motivación para buscar la exci-
tación es escasa o nula y debe tenerse en cuenta una involución fisioló-
gica a lo largo del ciclo vital y la duración de la pareja.

Trastorno subjetivo de la excitación: Ausencia o marcada disminución de


la excitación sexual y del placer con cualquier tipo de estimulación se-
xual a pesar de existir lubricación genital y otros signos fisiológicos pro-
pios de un proceso excitatorio.
José Manuel González | 56
Trastorno de la excitación sexual genital: Ausencia o deterioro de la exci-
tabilidad genital que se manifiesta por una mínima tumefacción y lubri-
cación genital, además de sensibilidad reducida a las caricias en el área
genital. Existe sensación subjetiva de excitación ante estímulos sexua-
les no genitales.
Trastorno combinado de la excitación subjetiva y genital: Ausencia o mar-
cada disminución de la excitación sexual y el placer con ausencia de in-
gurgitación y lubricación genital con cualquier tipo de estimulación se-
xual.

Trastorno persistente de la excitación sexual: Espontánea, molesta y no


querida excitación genital en ausencia de interés sexual y deseo. La ex-
citación no es aliviada por uno o más orgasmos, persistiendo horas e
incluso días.

Trastornos del orgasmo de la mujer: Ausencia o disminución de la inten-


sidad del orgasmo con una adecuada estimulación, a pesar de sentir ex-
citación sexual.

Dispareunia: Dolor persistente o recurrente al intentar o completar la


penetración. Se incluyen las mujeres que no toleran los movimientos
vaginales debido al dolor.

Vaginismo: Dificultad persistente para permitir la entrada del pene, los


dedos u otro objeto en la vagina a pesar de que la mujer lo desee.

Trastorno por aversión sexual: Extrema ansiedad o disgusto ante la idea


o el intento de practicar cualquier actividad sexual.

Trastornos parafílicos
El termino parafilia proviene del griego para: “al margen de” y filia: “amor”
(Rodrigues, 2012). Se refiere a la presencia de repetidas e intensas fantasías
sexuales, impulsos o comportamientos sexuales atípicos, inusuales, de ca-
racterísticas extrañas, que se convierten en el foco principal (y a veces exclu-
sivos) de la vida sexual.

Una de las principales características psicológicas de las parafilias es que la


persona no puede funcionar apropiadamente en relaciones sexuales típicas
y comienza a sustituir su fuente de placer por una persona, una situación o
un objeto que no puede criticarle o hacerle sentir inseguro en su identidad
sexual o en su ejecución sexual. El cuadro No.6 presenta una descripción de
algunas parafilias.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 57


José Manuel González | 58
En 2018 el autor realizó una encuesta que respondieron 148 profesionales
latinoamericanos (97 de ellos colombianos) y encontró que cerca el 6% ha-
bían atendido casos de parafilias en los últimos 5 años. Estos casos eran me-
nos del 5% del total de sus pacientes atendidos. Los diagnósticos más fre-
cuentes de esos pacientes fueron: Trastorno de voyeurismo (302.82, F65.3),
Trastorno de exhibicionismo (302.4, F65.2), Trastorno de froteurismo
(302.89, F65.81), Trastorno de pedofilia (302.2, F65.4) y Trastorno de traves-
tismo (302.3, F65.1). La mayoría de los terapeutas reportaron utilizar técni-
cas cognitivas en las intervenciones terapéuticas con esos pacientes.

Las alteraciones que se observan más habitualmente en los centros especia-


lizados en el diagnóstico de parafilias son la pedofilia, el voyeurismo y el ex-
hibicionismo. El masoquismo y el sadismo sexual se observan con menos
frecuencia. Aproximadamente la mitad de los individuos que presentan pa-
rafilias están casados. En general, las parafilias parecen ser patologías clara-
mente masculinas. Aunque la parafilia ocasionalmente se diagnostica en
mujeres, por ejemplo, el masoquismo sexual, el 95% de los casos son hom-
bres. La mayoría de las mujeres vistas con parafilia, originalmente buscan
ayuda para otros problemas, tales como depresión, promiscuidad o proble-
mas de relación parafilias (Levine, Risen y Althof, 1990).

Más del 50% de las parafilias comienzan antes de los 18 años. Los pacientes
parafílicos suelen presentar con frecuencia tres o cinco parafilias a la vez, o
bien se han ido alternando a lo largo de sus vidas. Este es el caso del exhibi-
cionismo, fetichismo, masoquismo sexual, sadismo sexual, fetichismo tra-
vestista, voyeurismo y zoofilia (Rodrigues, 2012).

Los trastornos parafílicos más importantes descritos por APA (2014) son:

Trastorno de voyeurismo (302.82 - F65.3)


Criterios diagnósticos: Durante un período de al menos seis meses, ex-
citación sexual intensa y recurrente derivada de la observación de una
persona desprevenida que está desnuda, desnudándose o dedicada a
una actividad sexual, que se manifiesta por fantasías, deseos irrefrena-
bles o comportamientos, o la persona ha cumplido estos deseos sexua-
les irrefrenables con una persona que no ha dado su consentimiento.
Estos deseos irrefrenables o fantasías sexuales causan malestar clínica-
mente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas impor-
tantes del funcionamiento. Esta persona tiene como mínimo 18 años
(APA, 2014, p. 686).

APA (2014) plantea que este es un trastorno que afecta entre el 12% de
los hombres y el 4% de las mujeres.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 59


Trastorno de exhibicionismo (302.4 - F65.2)
Criterios diagnósticos: Durante un período de al menos seis meses, ex-
citación sexual intensa y recurrente derivada de la exposición de los ge-
nitales a una persona desprevenida, que se manifiesta por fantasías, de-
seos irrefrenables o comportamientos, o la persona ha cumplido estos
deseos sexuales irrefrenables con una persona que no ha dado su con-
sentimiento. Estos deseos irrefrenables o fantasías sexuales causan
malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u
otras áreas importantes del funcionamiento (APA, 2014, p. 689).

APA (2014) plantea que es un trastorno que afecta entre del 2 al 4% de


los hombres.

Trastorno de froteurismo (302.89 - F65.81)


Criterios diagnósticos: Durante un período de al menos seis meses, ex-
citación sexual intensa y recurrente derivada de los tocamientos o fric-
ción contra una persona sin su consentimiento, que se manifiesta por
fantasías, deseos irrefrenables o comportamientos, o la persona ha
cumplido estos deseos sexuales irrefrenables con una persona que no
ha dado su consentimiento. Estos deseos irrefrenables o fantasías se-
xuales causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo so-
cial, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento (APA, 2014,
p. 691).

APA (2014) plantea que es un trastorno que afecta hasta el 30% de los
hombres.

Trastorno de masoquismo sexual (302.83 - F65.51)


Criterios diagnósticos: Durante un período de al menos seis meses, ex-
citación sexual intensa y recurrente derivada del hecho de ser humi-
llado, golpeado, atado o sometido a sufrimiento de cualquier otra
forma, que se manifiesta por fantasías, deseos irrefrenables o compor-
tamientos. Estos deseos irrefrenables o fantasías sexuales causan ma-
lestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras
áreas importantes del funcionamiento (APA, 2014, p. 694).

APA (2014, p.694) plantea que un estudio en Australia mostró que el


2,2% de los hombres y el 1,3% de las mujeres habían practicado actos
de servidumbre, dominación y sadomasoquismo.

Trastorno de sadismo sexual (302.84 - F65.52)


Criterios diagnósticos: Durante un período de al menos seis meses, ex-
citación sexual intensa y recurrente derivada del sufrimiento físico o

José Manuel González | 60


psicológico de otra persona, y que se manifiesta por fantasías, deseos
irrefrenables o comportamientos, o la persona ha cumplido estos de-
seos sexuales irrefrenables con una persona que no ha dado su consen-
timiento. Estos deseos irrefrenables o fantasías sexuales causan males-
tar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras
áreas importantes del funcionamiento (APA, 2014, p. 695).

APA (2014, p.694) plantea que un estudio en Australia mostró que el


2,2% de los hombres y el 1,3% de las mujeres habían practicado actos
de servidumbre, dominación y sadomasoquismo. Agrega que entre los
condenados en USA por homicidio con motivación sexual la tasa de sa-
dismo sexual oscila entre 37 y 75%.

Trastorno de pedofilia (302.2 - F65.4)


Criterios diagnósticos: Durante un período de al menos seis meses, ex-
citación sexual intensa y recurrente derivada de fantasías, deseos se-
xuales irrefrenables o comportamientos que implican la actividad se-
xual con uno o más niños prepúberes (generalmente menores de 13
años) o la persona ha cumplido estos deseos sexuales irrefrenables. La
persona tiene como mínimo 16 años y es al menos cinco años mayor
que el niño/a. Estos deseos irrefrenables o fantasías sexuales causan
malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u
otras áreas importantes del funcionamiento (APA, 2014, p. 697).

APA (2014, p.694) plantea que este trastorno se presenta entre el 3 al


5% de los hombres.

Trastorno de fetichismo (302.81 - F65.0)


Criterios diagnósticos: Durante un período de al menos seis meses, ex-
citación sexual intensa y recurrente derivada del empleo de objetos in-
animados o un gran interés específico por parte(s) del cuerpo no geni-
tales, que se manifiesta por fantasías, deseos irrefrenables o comporta-
mientos. Los objetos fetiche no se limitan a prendas de vestir utilizadas
para travestirse (como en el trastorno de travestismo) o a artilugios di-
señados específicamente para la estimulación táctil de los genitales (p.
ej., vibrador). Estos deseos irrefrenables o fantasías sexuales causan
malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u
otras áreas importantes del funcionamiento (APA, 2014, p. 700).

Trastorno de travestismo (302.3 - F65.1)


Criterios diagnósticos: Durante un período de al menos seis meses, ex-
citación sexual intensa y recurrente derivada del hecho de travestirse, y
que se manifiesta por fantasías, deseos irrefrenables o comportamien-

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 61


tos. Estos deseos irrefrenables o fantasías sexuales causan malestar clí-
nicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas im-
portantes del funcionamiento (APA, 2014, p. 702).

APA (2014) plantea que este trastorno se presenta en menos del 3% de


los hombres.

Además de los trastornos sexuales descritos en este capítulo hay otra


serie de problemas en la vida sexual descritos ampliamente por Rubio
Aurioles (2014).

REFERENCIAS

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trastornos mentales. Panamericana.

Delgado Parra, V. (2014). Disfunciones sexuales de la mujer. En E. Rubio Aurioles. Lo


que todo clínico debe saber de sexología. Edición y Farmacia S. A.

Espitia-De La Hoz, Franklin José. (2018). Prevalencia y caracterización de las disfun-


ciones sexuales en mujeres, en 12 ciudades colombianas, 2009-2016. Revista Colom-
biana de Obstetricia y Ginecología, 69(1), 9-21.

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González, J. M. (2022). Disfrutando la sexualidad. SantaBárbara.

Levine, S.; Risen, C. & Altof, S. (1990). Essay on the Diagnosis and Nature of Para-
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Lo que todo clínico debe saber de sexología. Edición y Farmacia SA.

Sánchez-Fuentes, M. M., Nieves Moyano, R. y Sierra, J. C. (2020). Lectura No. 1 -


Salud y Patología de la sexualidad. Maestría en Sexualidad y relaciones contempo-
ráneas. Universidad de la Costa.

Seco, K. (2002). Eyaculación precoz, Revisión conceptual e investigación clínica. Re-


vista Española de Sexología, 113, 1-238.

Serrano, F. (2020). Diplomado de Medicina Sexual. Escuela Latinoamericana de Me-


dicina sexual.

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Shifren, J. L.; Monz, B. U.; Russo, P. A. et al. (2008). Sexual problems and distress in
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Sánchez-Fuentes, M. M., Nieves Moyano, R. y Sierra, J. C. (2020). Lectura No. 1 Sa-


lud y Patología de la sexualidad. Maestría en Sexualidad y relaciones contemporá-
neas. Universidad de la Costa.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 63


José Manuel González | 64
Capítulo 4
EVALUACIÓN EN SEXUALIDAD HUMANA

El estudio de la sexualidad humana se desarrolló principalmente en el siglo


XX, siendo su investigación cada vez más metódica, precisa y objetiva (Gra-
nados, Sánchez Fuentes, Moyano y Sierra, 2020). El desarrollo actual ha per-
mitido una mejor evaluación de las personas con trastornos sexuales.

Para una correcta evaluación sexológica es importante la valoración médica


y la evaluación psicológica.

Valoración médica
La evaluación médica es útil para explorar los posibles factores orgánicos en
los trastornos sexuales que presente la persona que solicita terapia sexual.
Granados, Sánchez-Fuentes, Moyano y Sierra (2020) señalan el examen mé-
dico debe incluir tres elementos: 1) la historia clínica, 2) el examen físico y 3)
los análisis de laboratorio.

La historia clínica provee información sobre enfermedades como la diabe-


tes, hipertensión, trastornos renales, trastornos cardiovasculares, trastor-
nos psiquiátricos, abuso de drogas, etc. que pueden afectar la sexualidad. El
examen físico proporciona información sobre aspectos como los genitales y
el sistema nervioso. Los análisis de laboratorio proporcionan principalmente
información sobre aspectos hormonales, como testosterona. También es re-
levante la información sobre hemograma, lípidos y glucemia.

Evaluación psicológica
La evaluación psicológica en Terapia Sexual es una etapa del proceso tera-
péutico que permite obtener información sobre los comportamientos, acti-
tudes, conocimientos y otros aspectos cognitivos que conforman el pro-
blema sexual.

Los principales objetivos de la evaluación psicológica son:

Colocar el motivo de consulta dentro de una de las categorías para clasificar


trastornos de este tipo. Para efectos de investigación, referencia, compara-
ción de casos y clarificación de la estrategia terapéutica es útil encuadrar al
cliente en una categoría, teniendo en cuenta para la terapia la persona que

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 65


consulta no solamente el diagnostico de esa persona. Por ejemplo, no todos
los hombres viven de igual forma una eyaculación prematura o precoz. Es
importante tener en cuenta que existen varias clasificaciones, vistas en el ca-
pítulo anterior, pero todavía ninguna de ellas satisface plenamente a los te-
rapeutas sexuales contemporáneos.

Explorar las variables que controlan el problema. Es importante recopilar in-


formación sobre los antecedentes y las consecuencias de las actividades se-
xuales problemáticas. Es importante detectar que aspectos orgánicos, psi-
cológicos y socioculturales influyen sobre el problema.

Explorar las circunstancias que propiciaron el desarrollo del problema y que


variables lo mantienen.

Describir los objetivos terapéuticos y generar, con base en ellos, un plan de


intervención.
Motivación hacia la terapia. La motivación del paciente o de la pareja influye
en los posibles resultados de la intervención. De Shazer (1991) describe tres
tipos de pacientes cuando la consulta se hace en pareja: 1) los llamados por
él “Visitantes” que son aquellos que no ven ningún problema y que asisten a
la consulta obligados o solo para complacer a su conyugue. 2) los “Deman-
dantes” que son aquellos que ven la existencia un problema, pero piensan
que es la otra persona la que tiene que resolverlo. Y, por último, 3) los “Com-
pradores” que son los clientes que tienen claro que hay problemas y que am-
bos miembros de la pareja deben poner de su parte para solucionarlo. Estos
últimos son los pacientes con mejor pronóstico de recuperación.

La evaluación (diagnóstico) se hace en una o varias entrevistas. General-


mente requiere la elaboración de una historia sexual, la aplicación de cues-
tionarios, una evaluación psicológica, una evaluación médica y exámenes de
laboratorio.

Algunos autores, como Masters y Johnson (1970), hacen un diagnóstico ex-


haustivo y completo antes de iniciar su tratamiento. Otros, como Kaplan
(1978), solo plantean una hipótesis diagnóstica que irán corroborando o mo-
dificando a través del proceso terapéutico.

La entrevista sexológica
Como en otras disciplinas, la entrevista es un instrumento valioso para la ex-
ploración de la situación de un cliente o paciente. En el área de la sexualidad
humana generalmente la entrevista es semiestructurada (Granados, Sán-
chez Fuentes, Moyano y Sierra, 2020).

José Manuel González | 66


La entrevista sexológica es en gran parte similar a cualquier entrevista psi-
coterapéutica, solo que por el contenido predominantemente sexual se re-
quiere una actitud especial por parte del terapeuta. Es necesario que el en-
trevistador mantenga una atmósfera tranquila y permisiva que permita que
el paciente hable en forma adecuada de su problema (Granados, Sánchez
Fuentes, Moyano y Sierra, 2020). Esto es imposible si el terapeuta no está
consciente de su propio funcionamiento sexual y libre de conflictos con res-
pecto a esta faceta de su vida personal. Para hacer una buena entrevista se-
xual hay que tener actitudes que lleven a aceptar la sexualidad como algo
bueno, saludable, placentero y constructivo.

La primera entrevista generalmente se dedica a explorar el motivo de con-


sulta. Para esto es bastante útil la sugerencia de Meyer (1979) quien propone
las siguientes áreas básicas a explorar: 1) ¿Cuál es el problema? 2) ¿Como lo
percibe el paciente? 3) ¿Cuál es la duración del problema? 4) ¿Cuáles son las
circunstancias que están presentes en el momento de la alteración? 5) ¿Qué
hechos, si existe alguno, ha descubierto el paciente que haya mejorado tem-
poralmente el trastorno? 6) ¿Qué cree el paciente que ha causado su pro-
blema? 7) ¿Qué importancia supone que tiene el problema? 8) ¿Qué tipo de
tratamiento sugiere el paciente?

La Historia sexual
La historia sexual es uno de los elementos más usados para obtener infor-
mación para la evaluación de los trastornos sexuales. Existen múltiples for-
matos para la historia sexual. Masters y Johnson (1970) presentan uno ex-
tenso y muy completo. Kaplan (1974) plantea otro. Dragunsky y González
(1979) proponen uno basado en las pautas culturales latinoamericanas y
Cantón-Dutari (1981) presenta un formato bastante conductual. En la sec-
ción de anexos se presenta una historia clínica sexológica femenina utilizada
por el autor.

La historia sexual debe tomarse en un ambiente propicio, con amabilidad,


sin emitir juicios o interpretaciones, tratando de precisar la información que
se recopila y teniendo en cuenta los antecedentes socioculturales y el desa-
rrollo evolutivo de la sexualidad.

Es importante emplear el vocabulario adecuado y evitar gestos o expresio-


nes que comuniquen rechazo o ansiedad por lo que el paciente está comuni-
cando. Muy probablemente esta sea la primera vez que la persona este ha-
blando en forma clara y extensa de algunas facetas de su vida sexual.

La permisividad que el terapeuta exprese durante la entrevista influirá en las


actitudes del entrevistado (es por esto, que algunos consideran que el

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 67


proceso de elaborar la historia sexual es también una técnica de intervención
terapéutica).

Evolución de la problemática. Es importante explorar como se han desarro-


llado los problemas sexuales desde su inicio hasta la actualidad. Es impor-
tante explorar si sus factores determinantes se han mantenido iguales o se
han modificado.

Los tópicos más importantes de la historia sexual, según Marega (2021) son:
Identidad sexual y el rol de género. Juegos sexuales infantiles. Desarrollo se-
xual. Masturbación. Caricias sexuales. Coito (vaginal, anal o intercrural). Ex-
periencias LGBTIQ+. Fantasías sexuales y otros aspectos…

Con respecto a las fantasías sexuales, lo importante es que, sin importar el


tipo y la forma, si debe ser cumplida o solo imaginada, si es aceptable o “in-
moral”, las fantasías a través de sus diversas expresiones subjetivas cumplen
una función muy importante en la salud sexual de las personas. Las personas
construyen escenarios mentales muy diversos que actúan como disparado-
res de su erotismo, que muchas veces no se animan a expresar por temor a
ser mal interpretados o juzgados, lo cual debe ser tenido en cuenta al elabo-
rar la historia sexual.

Para cada uno de los puntos de la historia se deben explorar los aspectos
comportamentales, actitudinales y cognoscitivos. Por ejemplo, para la mas-
turbación se exploraría, por lo menos: Edad de la primera experiencia. Placer
durante la primera experiencia. Pensamientos y sentimientos con respecto
a la masturbación. Frecuencia masturbatoria. Técnicas preferidas para mas-
turbarse.

Cuando la persona asiste a terapia con su pareja se deben explorar las forta-
lezas y recursos sexuales de la pareja. Investigar los aspectos positivos,
como vínculo amoroso, deseos de superar los problemas, formas de comu-
nicarse, trato respetuoso, etc. Es importante potenciar los aspectos eróticos
positivos de la pareja. Esas características serán muy útiles en el proceso te-
rapéutico.

Factores cognitivos importantes en la problemática sexual


Elementos que preceden o mantienen el conflicto. La atención se refiere a
percibir eventos relevantes para la relación. Las razones por las que una per-
sona cree que su pareja actúa de cierta manera explican las atribuciones. Las
predicciones para el futuro, basadas en las atribuciones son las expectativas.
Las creencias de uno sobre la forma en que funciona la relación sexual y

José Manuel González | 68


conyugal son suposiciones. Los estándares se refieren a las creencias acerca
de cómo deben ser las cosas en la relación.

Habilidades de comunicación
Se explora como se comunica la pareja a nivel de información, necesidades
y deseos, expresión de sentimientos y emociones, manejo de los conflictos
y solución de los problemas sexuales y conyugales.

En general, los tres estilos básicos de comunicación en la literatura científica


son:

Estilo agresivo: caracterizado por intentar conseguir los intereses propios


negando los derechos de los demás y sus sentimientos mediante conductas
que molestan a la persona (por ejemplo, críticas, insultos, reproches) y que
tienden a provocar respuestas defensivas. En la pareja, por ejemplo, uno de
los miembros puede anteponer sus propios derechos de manera ofensiva o
inapropiada pasando por encima de los derechos de su pareja.

Estilo pasivo: se caracteriza por negar los propios derechos, no mostrando


sus intereses o deseos personales y a costa de no respetar los objetivos pro-
pios, doblegándose a los de la pareja. En este sentido se produce una evita-
ción de los conflictos.

Estilo asertivo: Consiste en expresar los propios sentimientos, pensamien-


tos, opiniones de manera directa y honesta, mostrando respeto por los in-
tereses y sentimientos de los demás. Se respetan tanto los derechos de los
demás como los propios, con lo que se facilita la comunicación. El estilo aser-
tivo es el más adecuado y el que más favorece a la relación de pareja.

Organización del tiempo libre


Se exploran las actividades recreativas desarrolladas individualmente y
como pareja. Esta es un área comúnmente deteriorada cuando la persona y
su pareja inicia un proceso terapéutico. Es la primera faceta que el autor ge-
neralmente sugiere trabajar en la terapia.

Evaluación psicopatológica
Es importante estudiar la situación psicopatológica del paciente. Cuando
este análisis muestre resultados que podrían clasificarse como trastornos
mentales, es conveniente que el paciente reciba primero ayuda profesional
al respecto.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 69


Principales cuestionarios
Los cuestionarios más frecuentemente utilizados:

MGSEX - Medida Global de Satisfacción Sexual (Byers & Macneil, 2006).


Este instrumento evalúa la satisfacción sexual global, conceptualizada como
la valoración subjetiva de la experiencia sexual en una relación de pareja,
desarrollada en el ámbito del IEMSS (Byers, 2005; Byers & Macneil, 2006).
Está conformado por 5 ítems tipo Likert con las parejas: “Muy mala-Muy
buena”, “Poco placentera-Muy placentera”, “Muy negativa-Muy positiva”,
“Muy insatisfactoria-Muy satisfactoria” y “Poco valiosa-Muy valiosa”.

En los estudios originales, este instrumento ha demostrado un alfa de


Cronbach de 0.90, una correlación con el ISS (r=0.65, p<0.001) y una ade-
cuada fiabilidad test-retest en diferentes periodos de tiempo. En la versión
en español, desarrollada por Sánchez-Fuentes et al. (2015) se encontró un
índice alfa de Cronbach de 0,94.

IIEF - Índice Internacional de Función Eréctil (Rosen, Riley, Wagner, Oster-


loh, Kirkpatrick & Mishra, 1997). Conformado por 15 ítems para evaluar la
función sexual masculina explorando cinco áreas: erección, orgasmo, deseo
sexual, satisfacción en las relaciones y satisfacción global en las últimas cua-
tro semanas.

Los autores reportaron un alfa de Cronbach entre 0.73 y 0.91. y una alta co-
rrelación Test-Retest. La versión en español reportó un alfa de Cronbach to-
tal de 0.971 y dos factores que explican el 81.59 de la varianza (Hernández,
Thieme y Araos, 2017). En la sección anexos se encuentra la reciente versión
de 5 ítems desarrollada por el grupo hospitalario Quirón.

FSFI - Female Sexual Function Index (Rosen et al., 2000). Este instrumento
es uno de los más utilizados en la actualidad, fue creado para explorar la fun-
ción sexual femenina. Está conformado por 19 ítems que exploran 6 factores
(Ítems 1 y 2: deseo sexual, Ítems 3 a 6: excitación sexual, Ítems 7 a 10: lubri-
cación, Ítems 11 a 13: orgasmo, 14 a 16: satisfacción e Ítems 17 a 19: dolor).
Algunos ítems se responden con 5 opciones (1 a 5) y otros con 6 (0 a 5).

La versión en español (Vallejo-Medina, Pérez-Durán y Saavedra-Roa, 2018)


tiene un alfa de Cronbach igual o superior a 0.84 en cada una de las escalas,
correlación adecuada con otros cuestionarios y buena validez de contenido.

Se puede descargar en la web de SexLab: https://sexlab.konradlo-


renz.edu.co/escalas-de-medici%C3%B3n/

José Manuel González | 70


MGH-SFQ - Massachusetts General Hospital-Sexual Functioning Ques-
tionnaire (Labbate & Lare, 2001).
Está conformado por 5 ítems que evalúan el interés sexual, la excitación, la
capacidad de alcanzar orgasmos, la capacidad de alcanzar y mantener una
erección (solo para hombres) y la satisfacción general. Escala de respuesta
Likert (0 = totalmente reducido, 1 = fuertemente reducido, 2 = moderada-
mente reducido, 3 = levemente reducido y 4 = normal).

La versión en español (Marchar-Bertrand et al., 2016) presenta coeficientes


alfa de Cronbach entre 0,81 y 0,92.

Se puede descargar en la web de SexLab: https://sexlab.konradlo-


renz.edu.co/escalas-de-medici%C3%B3n/

SDI - Sexual Desire Inventory (Spector, Carey & Steinberg, 1996). Este ins-
trumento evalúa 3 dimensiones: deseo sexual hacia la pareja, deseo sexual
hacia una persona atractiva y deseo sexual hacia la autoestimulación (mas-
turbación). La versión validada en Colombia tiene 13 ítems (Vallejo-Medina,
Rojas-Paoli, & Álvarez-Muelas, 2020).

Esta versión presenta coeficientes alfa de Cronbach por escalas y total entre
0.80 y 0.93.

Se puede descargar en la web de SexLab: https://sexlab.konradlo-


renz.edu.co/escalas-de-medici%C3%B3n/

SS - Sexuality Scale (Snell and Papini, 1989). Evalúa lo que las personas
piensan, y cómo se sienten, acerca de su propia sexualidad a través de tres
componentes relacionados entre sí: SSE - Autoestima Sexual (tendencia dis-
posicional a evaluar positivamente la capacidad de uno para interactuar se-
xualmente), SD - Depresión Sexual (tendencia crónica a sentirse triste y des-
animado por los aspectos sexuales de su vida) y SP - Preocupación Sexual (la
tendencia continua a estar absorto y obsesionado con pensamientos y con-
ductas sexuales que prácticamente le impiden pensar en otros asuntos).

La versión en español (Soler, Gómez-Lugo, Espada, Morales, Sierra, Mar-


chal-Bertrand & Vallejo-Medina, 2016) poseen alfa de Cronbach por encima
de 0.83.

Se puede descargar en la web de SexLab: https://sexlab.konradlo-


renz.edu.co/escalas-de-medici%C3%B3n/

SIS/SES-SF Sexual Inhibition/Sexual Excitation Scales-Short Form (Car-


penter, Janssen, Graham, Vorst y Wicherts, 2011). Este instrumento está

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 71


conformado por 14 ítems con respuestas tipo Likert de 4 opciones, distribui-
dos en tres factores: Escala de Excitación Sexual (SES) que evalúa la excita-
ción sexual derivada de interacciones sociales, Escala de Inhibición Sexual-1
(SIS1), que incluye ítems relacionados con la distracción/concentración en la
ejecución sexual y problemas pasados relacionados con la excitación, y Es-
cala de Inhibición Sexual-2 (SIS2), referida al riesgo de ser descubierto o con-
traer algún tipo de infección de transmisión sexual o ITS.

La versión en español de Moyano y Sierra (2014) presenta adecuados coefi-


cientes de alfa de Cronbach. Se puede descargar en la web de SexLab:
https://sexlab.konradlorenz.edu.co/escalas-de-medici%C3%B3n/

SOS-6 - Sexual Opinion Survey-6 (Fisher, White, Byrne y Kelley, 1988). En


su versión original estaba conformado por 21 ítems que evalúan la respuesta
afectiva (erotofobia-erotofilia) ante diferentes tipos de estímulos sexuales.
Su alfa de Cronbach es 0.82. La versión corta en español desarrollada por
Vallejo-Medina et al. (2016) tiene 6 ítems que se responden en escalas tipo
Likert, de 7 opciones y posee un alfa de Cronbach: 0.85.

Se puede descargar en la web de SexLab: https://sexlab.konradlo-


renz.edu.co/escalas-de-medici%C3%B3n/

SAS - Sexual Assertiveness Scale (Morokoff et al., 1997). Instrumento para


evaluar asertividad sexual. La versión original de este instrumento tenía 18
ítems. La versión corta en español, desarrollada por Vallejo et a., (2017), po-
see 9 ítems con alfas de Cronbach entre 0.61 y 0.90.

Se puede descargar en la web de SexLab: https://sexlab.konradlo-


renz.edu.co/escalas-de-medici%C3%B3n/

SII - Sexual Interaction Inventory (LoPiccolo & Steger, 1978). Instrumento


para evaluar la interacción sexual de la pareja heterosexual. Tanto los índices
de fiabilidad test-retes (Pearson) como de consistencia interna (Cronbach)
fueron altamente positivos en las 11 escalas. Lo mismo ocurrió en las prue-
bas de validez convergente, de discriminación y la comparación con la res-
puesta al tratamiento de terapia sexual (LoPiccolo & Steger, 1978, p.120).
Existe una versión disponible en español elaborada por José Manuel Gonzá-
lez.

El SII explora 17 actividades heterosexuales: a) el hombre mira a la mujer


cuando ella está desnuda, b) la mujer mira el hombre cuando él está des-
nudo, c) el hombre y la mujer se besan durante un minuto continuo, d) el
hombre hace masajes en la piel a la mujer, sin tocar sus senos y genitales, e)

José Manuel González | 72


la mujer hace masajes en la piel al hombre, sin tocar sus genitales, f) el hom-
bre acaricia con sus manos los senos de la mujer, g) el hombre acaricia con
su boca (labios o lengua) los senos de la mujer, h) el hombre acaricia con sus
manos los genitales de la mujer, i) el hombre acaricia con sus manos los ge-
nitales de la mujer hasta que esta llega al orgasmo, j) la mujer acaricia con
sus manos los genitales del hombre, k) la mujer acaricia con sus manos los
genitales del hombre hasta que este eyacula, l) el hombre acaricia con su
boca (labios o lengua) los genitales de la mujer, m) el hombre acaricia con su
boca el genital de la mujer hasta que esta llega al orgasmo, n) la mujer aca-
ricia con su boca los genitales del hombre, q) la mujer acaricia con su boca
los genitales del hombre hasta que este eyacula, p) el hombre y la mujer tie-
nen coito (el pene del hombre penetra en la vagina de la mujer) y q) el hom-
bre y la mujer tienen coito consiguiendo ambos el orgasmo. Para cada una
de estas actividades, ambos miembros, de forma separada, responden 6
preguntas:

¿Con que frecuencia ocurre?


Nunca, Raramente (10% de las veces),
Ocasionalmente (25% de las veces),
Frecuentemente (50% de las veces),
Usualmente (75% de las veces) o Siempre.
¿Con que frecuencia desearía que ocurriera?
Nunca, Raramente (10% de las veces),
Ocasionalmente (25% de las veces),
Frecuentemente (50% de las veces),
Usualmente (75% de las veces) o Siempre.

¿Qué tan agradable le es a usted esta actividad?:


Extremadamente desagradable,
Moderadamente desagradable,
Ligeramente desagradable,
Ligeramente agradable,
Moderadamente agradable o Extremadamente agradable.

¿Cuán agradable cree que le es esta actividad a su pareja?:


Extremadamente desagradable,
Moderadamente desagradable,
Ligeramente desagradable,
Ligeramente agradable,
Moderadamente agradable o Extremadamente agradable.

¿Cuán agradable desearía usted encontrar esta actividad?:


Extremadamente desagradable,

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 73


Moderadamente desagradable,
Ligeramente desagradable,
Ligeramente agradable,
Moderadamente agradable o Extremadamente agradable.

¿Cuán agradable desearía usted que encontrara su pareja esta actividad?:


Extremadamente desagradable,
Moderadamente desagradable,
Ligeramente desagradable,
Ligeramente agradable,
Moderadamente agradable o Extremadamente agradable.

Utilidad del IIS. Evaluación o Diagnóstico (mostrar los aspectos de la rela-


ción sexual de la pareja que están más deteriorados, ayudar a clasificar el
tipo de trastorno, etc.).

Pronostico (explorar la motivación de cada miembro de la pareja, calcular el


índice total de insatisfacción y desarmonía de la pareja).

Evaluación de los resultados terapéuticos (cada cierto tiempo y al final del


proceso).

Seguimiento (a los 6, 12 meses o después, según los deseos del terapeuta).

Investigación científica (objetividad al compartir datos entre investigadores.

IS - Inventarios de Sexualidad (Rodrigues, 2018)


Esta batería de cuestionarios está conformada por varios instrumentos para
evaluar diferentes aspectos de la sexualidad:

DE - IV Inventario de Sexualidad Masculina: para utilizar con disfun-


ción eréctil. 35 ítems.
EP - II Inventario de Sexualidad Masculina: para utilizar con falta de
control eyaculatorio. 43 ítems.
SDI - Inventario de Deseo Sexual: para explorar el deseo sexual. 43
ítems.
A - 1 Inventario de Sexualidad Femenina: para explorar dificultades en
la función sexual femenina. 43 ítems.
B1 - Inventario Sexualidad Femenina: para esposas de hombres con
dificultades sexuales. 43 ítems.
F - Escala de Autoeficacia Sexual femenina: para explorar diferentes
dificultades sexuales femeninas. 43 ítems.

Se pueden obtener en https://www.amazon.com/-/pt/dp/B07DVZXRS7

José Manuel González | 74


Registros psicofisiológicos
La psicofisiología es entendida como el estudio de la relación entre factores
psicológicos y fisiológicos. En Colombia existe un SexLab en la Universidad
Konrad Lorenz en Bogotá, en donde se trabaja con este tipo de registros.
Granados, Sánchez-Fuentes, Moyano y Sierra (2020) señalan que los regis-
tros psicofisiológicos son instrumentos importantes en la evaluación de la
respuesta sexual. Estos autores clasifican las señales bioléctricas en tres gru-
pos: 1) las directas, como los electrocardiogramas, 2) las transducidas, como
la resistencia dérmica, y 3) las físicas, como el volumen pletismográfico.

Evaluación de la respuesta genital del hombre. La pletismografía peniana


se basa en la medición de los cambios en el pene cuando ocurre una erec-
ción. Granados, Sánchez-Fuentes, Moyano y Sierra (2020) diferencian tres
grupos de dispositivos: 1) los que miden cambios en el volumen del pene, 2)
los que evalúan variaciones en su circunferencia y 3) aquellos que miden la
circunferencia y rigidez durante el proceso de la erección.

Evaluación de la respuesta genital de la mujer. Granados, Sánchez-Fuen-


tes, Moyano y Sierra (2020) señalan que los métodos más utilizados para
medir la respuesta genital en la mujer se pueden dividir en tres grupos: 1)
valoración de la vasocongestión genital, 2) registro de la temperatura vagi-
nal, y 3) medida de la tensión del músculo pubococcígeo.

Observación
La observación es una de las técnicas de evaluación menos empleada en el
área de la sexualidad humana, fundamentalmente por la naturaleza privada
de las conductas sexuales y los aspectos éticos para su empleo (Granados,
Sánchez Fuentes, Moyano y Sierra, 2020).

Plan de intervención
Con base en la información recopilada durante la evaluación se elabora un
plan de intervención, generalmente utilizando una tabla con 4 columnas:
Factores, Objetivos, Estrategias y Actividades terapéuticas donde se plan-
tean los diferentes factores que requieren intervención con los respectivos
objetivos, estrategias y actividades terapéuticas a desarrollar (ver Cuadro
No. 7).

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 75


José Manuel González | 76
REFERENCIAS

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Salud sexual y trastornos psicosexuales | 79


Alfred Havellock
KINSEY ELLIS

Helen Helí Richard


KAPLAN ALZATE KRAFFT-EBING

Octavio
MASTER & JOHNSON GIRALDO

José Manuel González | 80


Capítulo 5
INTERVENCIÓN EN LOS
TRASTORNOS PSICOSEXUALES

Los pioneros de la terapia sexual, en su mayoría profesionales del siglo XX,


son:

Richard Krafft-Ebing (1840 - 1902), psiquiatra alemán, quien público en


1886 el libro “Psychopathia sexuales” considerado el primer libro de sexolo-
gía dedicado a las llamadas, en ese momento, perversiones sexuales. Plan-
teó explícitamente que los comportamientos sexuales considerados anor-
males eran un campo de las ciencias de la salud y no de la religión.

Iwan Bloch (1872 - 1922), médico dermatólogo (muy conocido por sus inves-
tigaciones sobre la sífilis y la gonorrea), quien en 1907 creo el término “Sexo-
logía” y en 1913 fundó el primer instituto de sexología y publico la primera
revista científica de sexología (Zeitschrift für Sexualwissenschaft). En 1921 or-
ganizó el primer congreso internacional de sexología en Berlín.

Henry Havelock Ellis (1859 - 1939), médico y sexólogo inglés, quien planteo
claramente por primera vez que los trastornos sexuales eran producidos por
falsos conceptos y temores por falta de una adecuada educación sexual. Hoy
se acepta que los factores cognitivos y emocionales se relacionan con la edu-
cación sexual y son determinantes importantes en la salud sexual.

Sigmund Freud (1856 - 1939), médico neurólogo austriaco, fundador del psi-
coanálisis, quien postuló la tesis de la sexualidad infantil, lo que generó in-
tensas polémicas en la sociedad puritana de Viena. En la perspectiva psicoa-
nalítica, cualquier disfunción sexual es una manifestación de conflictos in-
conscientes y su curación depende de hacerlos conscientes (Spector, 1987,
citado en Useche, 2016).

La terapia sexual contemporánea se inicia con los trabajos de James Se-


mans (1910 - 2005), medico urólogo norteamericano, quien reportó el pri-
mer tratamiento eficaz para la eyaculación prematura o precoz (Semans,
1956). En términos generales el procedimiento consiste en que la esposa
manipula el pene de su marido hasta un punto cercano a la eyaculación y
luego se detiene. Después de un tiempo vuelve a repetirse el proceso, du-
rante unas 2 o 3 veces por sesión. Semans escribe “cuando el marido siente
una sensación que para él es premonitoria de la eyaculación, informa a la

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 81


esposa y retira la mano de ella hasta que desaparece. La estimulación se inicia
otra vez y es interrumpida por el marido cuando regresa la sensación premoni-
toria” (Pág. 354). Los resultados reportados por Semans fueron positivos,
pero en su momento no se les prestó atención, quizás porque en esa época
no se consideraba importante el control de la eyaculación.

En 1958, Joseph Wolpe (1015 - 1997), un psiquiatra sudafricano desarrolla


una técnica terapéutica llamada Desensibilización Sistemática (Wolpe,
1978) que ha sido muy utilizada en los tratamientos sexológicos. En términos
generales, se entrena al paciente en relajación y se le lleva a que en ese es-
tado se aproxime, poco a poco, al estimulo que le produce ansiedad. La
aproximación puede ser real o imaginaria. La técnica de relajación general-
mente utilizada por Wolpe en la desensibilización sistemática es la de Jacob-
son (1938).

William Masters y Virginia Johnson realizaron la primera investigación de


laboratorio sobre la respuesta sexual humana. Publicaron sus resultados en
1966 en el libro Respuesta sexual humana que contiene una amplia descrip-
ción del ciclo de respuesta sexual humana planteado por ellos. (Masters &
Johnson, 1966). Basados en su investigación, Master y Johnson (1970) plan-
tearon un proceso terapéutico sexológico cuyas principales características
son: evaluación exhaustiva (una historia sexual con 169 preguntas), concep-
ción didáctica de la psicoterapia. Para ellos se trata de una reeducación y no
de una “curación”. El temor y la ansiedad son considerados los principales
agentes etiológicos. Las experiencias del sujeto y de la pareja son el recurso
terapéutico básico. Las tareas sexuales progresivas son el principal instru-
mento en la intervención. Importancia de la comunicación y de los conflictos
extra-sexuales en la relación de la pareja. El tratamiento se hace en pareja.
El tratamiento está dirigido al vinculo de la pareja. La pareja se compromete
a terminar el tratamiento. Se aísla a la pareja durante dos semanas. Se utiliza
un equipo mixto de terapeutas (Master y Johnson, 1970). Actualmente se uti-
lizan las técnicas planteadas por Master y Johnson (1970) en la mayoría de
las intervenciones terapéuticas para los trastornos sexuales.

LoPiccolo y Lobitz (1972) desarrollaron un programa de nueve etapas, con


base en la masturbación, para el tratamiento de la disfunción orgásmica pri-
maria. En su momento fue algo novedoso. En este programa, en términos
generales, la mujer explora su cuerpo (incluyendo sus genitales) visual y tác-
tilmente. Luego localiza las áreas sensibles que le producen sentimientos
placenteros y se estimula en dichas zonas. Más adelante ayuda a que su pa-
reja aprenda a estimularla tal como ella ha venido haciéndolo a solas.
Cuando el esposo ya conoce lo que ella aprendió en las etapas anteriores, se
pasa al coito con la concurrente estimulación del área genital.

José Manuel González | 82


En 1974, Jack Annon publicó "El Tratamiento conductual de los problemas se-
xuales", un compendio de gran utilidad y que continúa siendo junto con el
“Manual de terapia sexual” de Lo Piccolo y Lo Piccolo (1978), un punto de
referencia necesaria en la formación de terapeutas sexuales (Useche, 2016).

Cuadro No. 8
LA INTERVENCIÓN SEXOLÓGICA
SEGÚN ANNON

P
Brief Therapy

Ll

SS
Intensive Therapy

IT

Tomado de Annon, J. (1976). The PLISSIT model: A proposed scheme for the
behavioral treatment of sexual problems. Journal of Sex Education and The-
rapy, 2. 1-15.

Annon (1974) plantea que la intervención sexológica tiene 4 niveles (Per-


miso, Información limitada, Sugerencias específicas y Tratamiento inten-
sivo). A los tres primeros niveles (P, LI y SS) les denomina terapia breve (brief
therapy) y el ultimo nivel lo llama terapia intensiva (intensive therapy).

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 83


En el primer nivel, Permiso (P), generalmente el consultante solo desea
saber si su conducta o la de su pareja es normal. En este nivel usual-
mente el paciente no modifica su comportamiento sexual. La interven-
ción en este nivel la puede hacer cualquier profesional adecuadamente
informado y con una actitud sexofílica ante la sexualidad, es decir, un
profesional que vea la sexualidad como algo saludable, normal, cons-
tructivo y gratificante. Lo contrario, ver la sexualidad como algo malo,
pecaminoso y desagradable se llama actitud sexofóbica.

El segundo nivel, Información limitada (LI), se proporciona al consul-


tante información específica sobre diferentes temas sexuales. La rees-
tructuración cognitiva relacionada con los mitos y prejuicios sexuales es
parte de este nivel de intervención. Los mitos más comunes que requie-
ren intervención son: El sexo es solo para reproducirnos. El placer sexual
es malo y pecaminoso. La sexualidad es natural, no se necesita educa-
ción sexual. Las mujeres no tienen deseos sexuales. La masturbación
produce daños físicos y emocionales. La intervención en este nivel la
puede hacer cualquier profesional adecuadamente informado y con
una actitud sexofílica ante la sexualidad.

El tercer nivel, Sugerencias específicas (SS), se presenta cuando es im-


portante modificar el comportamiento sexual. Es el nivel en el cual se
utilizan programas estándar, como los de Master y Johnson (1970). Es
fundamental en las disfunciones sexuales. La intervención en este nivel
la debe hacer un profesional con entrenamiento sexoterapéutico espe-
cializado.

El cuarto nivel, Tratamiento intensivo (IT), se presenta cuando el pa-


ciente requiere una intervención especifica, intenta e individualizada,
como en los trastornos parafílicos. La intervención en este nivel la debe
hacer un profesional con entrenamiento sexoterapéutico especiali-
zado.

Helen Singer Kaplan (1929 - 1995), Ph. D. en psicología, profesora de la fa-


cultad de medicina de la Universidad de Cornel en Nueva York y directora del
Programa de Terapia y Educación Sexual de la Clínica Payne Whitney, plan-
teó el unir los enfoques psicodinámicos y conductuales en terapia sexual. su
enfoque integrador ha tenido bastante aceptación porque se tiene mucha
utilidad clínica. Kaplan (1978) define la terapia sexual como “el uso integrado
de experiencias sexuales sistemáticamente estructuradas” … “unido a la explo-
ración psicoterapéutica de las resistencias”. Helen Kaplan publicó muchos li-
bros importantes en el desarrollo de la terapia sexual (Kaplan, 1975, 1978,
1982, 1985, 1988).

José Manuel González | 84


En 1975 Albert Ellis (1913 - 2007), psicoterapeuta cognitivo estadounidense,
aplicó los principios de su Terapia racional emotiva a la terapia sexual seña-
lando que las personas se sienten perturbadas sexualmente y actúan disfun-
cionalmente cuando utilizan los "debe", "debería" o "tiene" que ser de deter-
minada manera la conducta sexual propia o de la pareja (Ellis, 1975).

Useche (2016) presenta un resumen de los aportes del médico colombiano


Helí Alzate sobre sobre la erogenicidad vaginal y su evaluación del Punto G
y la eyaculación femenina, resaltando que son una contribución al diagnós-
tico y tratamiento de los problemas o disfunciones excitatorias y orgásmicas
de la mujer. En su momento estos aportes no fueron valorado, pero los es-
tudios de Puppo & Puppo (2015, citado en Useche, 2016) han presentado evi-
dencia que valida los hallazgos de Alzate.

Useche (2016) también señala que las publicaciones de Peggy Kleinplastz y


Lenore Tiefer han propuesto innovaciones y modelos alternativos de terapia
sexual de gran importancia. Esta última ha criticado la medicalización de la
sexualidad y en particular de la sexualidad femenina por las grandes corpo-
raciones farmacéuticas, al igual que Useche (2005a, 2005b).

En 2020 Kathryn Hall y Yitzchak Binik, publicaron la 6 edición del libro


“Principles and practice of sex therapy” dedicado a Sandra Leiblum (1943 -
2010), editora de las primeras cuatro ediciones de “Principles and practice of
sex therapy”. Estas seis ediciones son una lectura obligatoria en la formación
de los terapeutas sexuales.

En la actualidad, al iniciar la intervención sexológica, generalmente se tienen


algunas de las siguientes metas terapéuticas: Tratamiento médico/quirúr-
gico, Suspender/cambiar fármacos, Psicoterapia individual o de pareja, Dis-
minuir ansiedad y el estrés, Educación de la sexualidad, Mejorar la comuni-
cación, Incrementar la empatía, Disminuir emociones como la Ira - Temores
- Rencor y Disminuir/aumentar una de la fases, lo que se refleja en el plan de
intervención (ver cuadro 7 en el capítulo anterior).
El cuadro 9 muestra un esquema básico de la intervención sexológica, como
se plantea en los diferentes cursos y talleres desarrollados por el autor.

Valoración e intervención médica


La evaluación médica es útil para explorar los posibles factores orgánicos en
los trastornos sexuales que presente la persona que solicita terapia sexual.
Granados, Sánchez-Fuentes, Moyano y Sierra (2020) señalan el examen mé-
dico debe incluir tres elementos: 1) la historia clínica, 2) el examen físico y 3)
los análisis de laboratorio.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 85


La historia clínica provee información sobre enfermedades como la diabe-
tes, hipertensión, trastornos renales, trastornos cardiovasculares, trastor-
nos psiquiátricos, abuso de drogas, etc. que pueden afectar la sexualidad. El
examen físico proporciona información sobre aspectos como los genitales y
el sistema nervioso. Los análisis de laboratorio proporcionan principalmente
información sobre aspectos hormonales, como testosterona. También es re-
levante la información sobre hemograma, lípidos y glucemia (Granados,
Sánchez-Fuentes, Moyano y Sierra, 2020).

La valoración médica lleva a la intervención médica que antecede o acom-


paña a la intervención psicológica.

Intervención psicológica
La intervención psicológica de los trastornos sexuales se hace teniendo en
cuenta el plan de intervención. Cada persona que solicita un proceso de te-
rapia sexual es diferente, por lo que cada intervención debe planearse te-
niendo en cuenta los factores bio-psico-sociales de dicha persona. General-
mente en la intervención psicológica el autor trabaja tres áreas: cognitiva,
emocional y comportamental.

Intervención psicológica - área cognitiva


Los principales elementos de la intervención psicológica - área cognitiva
son:

Proporcionar información actualizada acerca de la vida sexual y conyugal. Es


importante que la persona que asiste a la terapia sexual reciba un adecuado
proceso de educación sexual, que incluya todos los aspectos básicos sobre
este tema. Es útil que comprenda la relación que hay entre sus pensamien-
tos, sus emociones y su comportamiento cuando interactúa con una situa-
ción sexual. Conocer que cuando hay un estímulo erótico, su mente hace ins-
tantáneamente una evaluación de la situación en donde surgen pensamien-
tos prosexuales o antisexuales. Estos pensamientos están relacionados con
su historia anterior, sus opiniones, creencias y actitudes que pueden ser ero-
tofílicas o erotofóbicas.

Mitos y prejuicios. Se debe trabajar sobre los mitos y prejuicios que se hayan
detectado en la evaluación, proporcionando información científica, actuali-
zada al respecto. En la página 14 se presentan algunos de los mitos más co-
munes en las personas que consultan.

Análisis de causas y consecuencias. Es importante que la persona en el pro-


ceso sexoterapéutico pueda ver las causas y las consecuencias de su com-
portamiento sexual, detectando como ciertas situaciones o ideas pueden in-

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Cuadro No. 9
INTERVENCIÓN SEXOLÓGICA

INTERVENCIÓN
SEXOLÓGICA

MEDICINA

INTERVENCIÓN
PSICOLÓGICA

ÁREA ÁREA ÁREA


COGNITIVA EMOCIONAL COMPORTAMENTAL

—INFORMACIÓN —INCREMENTO DE LA —HABILIDADES PARA


ACTUALIZADA MOTIVACIÓN LA COMUNICACIÓN

— MITOS —PERMISO —SOLUCIÓN DE


Y PREJUICIOS CONFLICTOS
—AUTOESTIMA:
— ANÁLISIS DE RECONOCIMIENTO DE —FORTALECER PISO
CAUSAS Y CUALIDADES Y PÉLVICO
CONSECUENCIAS HABILIDADES
—CAMBIO DE
—REESTRUCTURACIÓN —ANSIEDAD - ESTRÉS RUTINAS
COGNITIVA
—COMUNICACIÓN —TAREAS ERÓTICAS
—ESTRATEGIAS ERÓTICA ESPECIFICAS
ERÓTICAS TRANQUILA

—BIBLIOTERAPIA

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 87


crementar o desestimular su comportamiento y sus emociones sexuales.
Los paradigmas del condicionamiento clásico (Pavlov), el condicionamiento
operante (Skinner) y el modelaje (Bandura) son bastante útiles aquí.

Reestructuración cognitiva. La reestructuración cognitiva es muy útil para


trabajar los conceptos errados y los frecuentes "debe", "debería" o "tiene" que
la persona le asigna a su propia sexualidad, al comportamiento de su pareja
o a la actividad sexual.

Estrategias eróticas. La persona debe recibir guías para su comprensión de


las diferentes estrategias eróticas que puede utilizar en su vida sexual y con-
yugal.
Biblioterapia. La biblioterapia y los estímulos visuales sexuales explícitos se-
rán de mucha utilidad en esta área. La recomendación de leer ciertos libros
es útil para el adecuado desarrollo de la intervención. El autor utiliza frecuen-
temente los libros “Disfrutando la sexualidad” y “Disfrutando el matrimonio”
de su autoría. Los estímulos visuales explícitos (como los dibujos que apare-
cen en este capítulo) son útiles para proporcionar conocimientos, comunicar
valores y normas de conducta, motivar y persuadir. Por esto son de gran
efectividad en la pedagogía y la publicidad. La consecuencia más común de
los estímulos visuales explícitos es el aumento de las fantasías sexuales y de
las actividades coitales y/o masturbatorias.

Intervención psicológica - área emocional


Los principales elementos de la intervención psicológica - área emocional
son:

Incremento de la motivación. El deseo de trabajar en su recuperación


erótica no siempre es lo suficientemente alto como para que la persona
sea consistentemente activa en el proceso sexoterapéutico. Muchas ve-
ces la persona se enfrenta al dilema que le plantean factores como la
ortodoxia religiosa y esto debe trabajarse cuando se detecte en situa-
ciones en que la persona “se le olvida” o “no encuentra tiempo para hacer
las tareas eróticas”.

Es muy importante trabajar la autogestión del deseo sexual. Serrano


(2020) plantea que no hay solo que esperar que los inductores externos
operen para estimular el arranque del ciclo, o que lo produzcan induc-
tores internos (como las hormonas o los neurotransmisores), sino que
es necesario que el individuo promueva su propio deseo, y su sexuali-
dad. Esto se logra mediante la promoción de actitudes erotofílicas, y el
fomento del deseo solitario, donde el autoerotismo será el protago-
nista. Pero para llegar al auto ejercicio de la sexualidad es importante

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que la persona, promueva desde su interior las fantasías, los recuerdos
y los pensamientos eróticos con frecuencia, es decir autogestionarse el
deseo, para promover una dinámica sexual constante (Serrano, 2020).

Permiso. Lo anterior se relaciona con el proporcionar permiso a la per-


sona para vivir su sexualidad. Ayudarle a vivir su derecho al placer sexual
sin miedo, vergüenza o culpa. Inicialmente es muy importante lograr
que la persona sienta que su deseo de mejorar su vida sexual es válido.
La mayoría de las mujeres que se acercan a la terapia sexual solas tienen
una actitud ambivalente y siente vergüenza de interesarse en su vida
erótica. Con la actitud y la información adecuada, el terapeuta debe
mostrarle que forma parte de sus derechos el vivir una sexualidad salu-
dable, placentera y responsable. Es conveniente felicitarla por su deter-
minación a superar sus dificultades en el área de la sexualidad y mos-
trarle las consecuencias positivas que este paso le traerá en las otras
áreas de su vida.

Autoestima. Trabajar la autoestima es importante. La persona que


asiste a terapia sexual debe lograr quererse a sí misma y sentirse orgu-
llosa de sí misma, ya que son dos aspectos básicos. Es útil trabajar en el
reconocimiento de cualidades y habilidades, tanto a nivel general como
específicamente en el área sexual y conyugal, si la persona tiene pareja.

Ansiedad Estrés. El trabajo de la ansiedad y el manejo del estrés es fun-


damental. Existe una conocida relación entre la ansiedad y las disfun-
ciones sexuales (Lacera y Rincón, 2022). Desde Master y Jonhson (1966)
que propusieron que la ansiedad era el más importante factor que blo-
quea la excitación hasta Spielberger (1972, citado en Lacera y Rincón,
2022) que describe una cascada de emociones negativas cuando los in-
dividuos sienten la situación sexual como una amenaza; sin embargo,
en muchos casos, no es posible precisar si la ansiedad fue el detonante
del problema sexual o, lo contrario, la disfunción sexual antecedió a la
ansiedad. Para el manejo de la ansiedad es importante entrenar a la per-
sona en técnicas de relajación. El mindfulness, el yoga y las técnicas de
meditación y visualización también son útiles en esta área.

Comunicación erótica tranquila. Facilitar el aprendizaje para expresar


adecuadamente sus deseos y necesidades sexuales con tranquilidad,
sin miedo, vergüenza, culpa temor al rechazo de la otra persona. Es útil
en esta área, el llevar a las parejas a conversar sobre sus preferencias y
rechazos a diferentes actividades sexuales. Por ejemplo, solicitarles que
entre los siguientes 13 dibujos seleccionen los tres que más les agradan
y los tres que más les desagradan.

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Intervención psicológica - área comportamental
Los principales elementos de la intervención psicológica - área comporta-
mental son:
Entrenamiento en habilidades para la comunicación y solución de conflictos.
La comunicación es fundamental para la salud sexual y la armonía conyugal.
La comunicación de sentimientos y la transmisión de información son claves
para la satisfacción sexual. La mayoría de las parejas disfuncionales reportan
problemas de comunicación. Entre las habilidades que deben desarrollarse
en las personas que asisten a sexoterapia están: 1) dar gratificaciones, 2)
agradecer gratificaciones, 3) pedir gratificaciones, 4) expresar sentimientos
negativos, 5) intercambiar expresiones físicas de afecto, 6) empatizar, 6) ha-
cer frente a la hostilidad inesperada y 7) responder adecuadamente frente al
mal humor (Liberman, Wheeler, Visser et al., 1987).

Muchas de las dificultades en la relación conyugal, que repercuten en la ac-


tividad sexual, se deben a la dificultad para manejar adecuadamente los pro-
blemas y conflictos de la vida diaria. Aquí es importante también trabajar en
el entrenamiento en asertividad.

Fortalecer piso pélvico. En la institución del autor se utiliza el entrenamiento


de los ejercicios de “Pompoarismo” para fortalecer el piso pélvico. Pompoar
es una palabra originaria del Sur de la India, en el idioma local se escribe
“pâm-pohur”. Esta palabra designa el control mental de la mujer sobre su
musculatura circunvaginal. Los ejercicios para fortalecer estos músculos,
para aumentar el placer mutuo durante las relaciones sexuales, se practican
desde hace cerca de 3.000 años. Nacieron en India, fueron perfeccionados
en Japón y Tailandia.

El diccionario Michaelis explica que pompear es la contracción voluntaria de


los músculos circunvaginales, con el fin de inducir sensaciones eróticas en el
pene durante el acto sexual. Tal práctica prolonga e intensifica el placer se-
xual de ambos, mujer y hombre. En cuanto a esto parece no haber duda. Por
los relatos de quien vive esta experiencia, una pompoarista tiene varios or-
gasmos intensos y lleva a su pareja, por medio de masajes que su vagina le
hace en el pene, a obtener sensaciones de placer indescriptibles. El pompoa-
rismo genera 1) mayor conciencia corporal, más autoconocimiento, 2) ma-
yor satisfacción erótica en la mujer, 3) más salud y prevención de problemas
ginecológicos, 4) más poder y mayor autoestima, 5) más placer para el com-
pañero y 6) más complicidad en la vida conyugal.
El entrenamiento en pompoarismo tiene varios ejercicios básicos:

Siéntate en una silla con las manos apoyadas en las piernas. Mantén los pies
en paralelo y separados por unos 20 centímetros uno del otro. Contrae los

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músculos de la vagina, como se apretases algo dentro de ella. Cuenta hasta
tres y relaja. Cada día, vas aumentando paulatinamente el tiempo de con-
tracción hasta llegar a contar hasta diez.

En la misma posición sentada, contrae y relaja los músculos de la vagina rá-


pidamente. Lo mismo que el anterior ejercicio, pero rápidamente.

Acuéstate en la cama y mantén las piernas separadas y arqueadas. Meta un


dedo en la vagina e intenta apretarlo, lo máximo que puedas. Si no sientes
presión, introduce dos dedos. Cuando la musculatura de la vagina esté más
fuerte, vuelve a probar con un solo dedo.

Acuéstate en la cama y mantén las piernas separadas y arqueadas. Meta un


dedo o dos en la vagina e intente chuparlos con los músculos vaginales.
Cuenta hasta tres y relaja. Parece imposible pero no te desanimes, es un
ejercicio muy eficaz.

Acuéstate en la cama, deja los brazos a lo largo del cuerpo y las piernas fle-
xionadas. En esta posición inicial, contrae los glúteos y poco a poco eleva la
cadera para acabar apoyándote en los hombros y pies. Vuelve despacio a la
posición inicial y relaja los glúteos.

En la posición inicial anterior, contrae el ano en tres tiempos. Primero una


contracción ligera, seguida de una más fuerte y después una contracción de
gran intensidad. Inmediatamente después contrae la vagina como se estu-
vieras succionando algo. Cuente hasta tres y relaja los músculos, primero los
de la vagina y después los del ano.
De pie, y con las piernas un poco flexionadas, pon las manos en cintura y deja
los pies en paralelo separados por 20 o 30 centímetros. Contrae la parte in-
terior de la vagina y mueve tu pelvis hacia adelante y arriba. Cuenta hasta
tres y relaja.

En la misma posición de pie, has un movimiento continuo y circular: 1)


mueve la pelvis hacia arriba y adelante, 2) mueve la cadera hacia la izquierda,
3) empuja las caderas hacia atrás y 4) mueve la cadera hacia la derecha. Es-
tarás haciendo un círculo con tus movimientos de cadera.

De pie, con los brazos relajados al largo del cuerpo, mantén los pies paralelos
y distantes 20 centímetros uno de otros. Contrae las nalgas e intenta unirlas
lo máximo que puedas. Cuenta hasta tres y relaja.

En la posición anterior, contrae y relaja los músculos de la vagina de manera


intensa y acelerada siguiendo el compás de una respiración acelerada.

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Lo ideal es ejercitarse diariamente, por la mañana y por la noche. Haga por
lo menos tres series de 15 repeticiones para cada uno de estos ejercicios. Es
muy frecuente sentir dificultades para mover los músculos de la vagina en
las primeras tentativas, pero no se desanime. Vas a notar los resultados po-
sitivos en tus relaciones sexuales en las próximas semanas.

Cambio de rutinas. Modificar las rutinas cotidianas, tanto en las personas que
consultan solas como las que lo hacen en pareja.

Agregar, modificar, rescatar y/o fortalecer actividades de la pareja que se


aparten de la vida rutinaria, como una cena en un ambiente romántico, visi-
tar un sex-shop para mirar y escoger un juguete sexual que les agrade a los
dos o recibir una sesión de masajes relajantes en pareja con el ambiente
agradable de un SPA.
Tareas eróticas específicas. Las tareas sexuales son situaciones que ponen a
la persona en contacto directo con sus temores y ansiedades eróticas. Su-
perar los problemas específicos que se presentan durante el desarrollo de los
ejercicios sexuales son parte importante del proceso sexoterapéutico.

González y Lacera (2007) y González (2022) presentan una revisión general


de los principales ejercicios sexuales que se asignan a las personas que están
recibiendo terapia sexual:

Placereado sensorial. Estos dos términos, acuñados por Masters y Johnson


(1970), describen una agradable experiencia sensorial, en la que la pareja
desiste del coito y del orgasmo durante varios días, o semanas, y en este pe-
ríodo ambos se acarician suavemente el cuerpo y los genitales. Como su
nombre lo indica, es una técnica prescrita por el terapeuta sexual con el fin
de conseguir, entre otras cosas, un reencuentro íntimo de la pareja, un grado
de relajación sensual en ambos y una nueva experiencia de disfrute no exi-
gente, en que no existe la preocupación por conseguir un resultado inme-
diato.

El terapeuta debe explicar ampliamente a la pareja lo conveniente del pla-


cereado para que ninguno de sus dos miembros vaya a impacientarse ni a
subestimar los ejercicios descritos. Efectivamente, la pareja que disfruta de
esta experiencia agradable aprende a dar y a recibir placer sin la expectativa
de obtener una adecuada respuesta de sí mismo y del otro; esto crea condi-
ciones adecuadas para que desaparezcan los viejos temores y desaparezca
la ansiedad sexual.

Placereado sensorial sensual. Deben buscar un momento de tranquilidad en


que los dos puedan estar solos, seguros de que nada ni nadie los

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 105


interrumpirá. Ojalá los niños estén durmiendo, desconecten el teléfono, el
televisor y la radio; y vayan juntos a darse una ligera ducha. Luego, los dos,
desnudos y recién duchados, váyanse a la cama y acuéstense uno al lado del
otro. Ustedes decidan quién comienza. La persona elegida empezará a tocar
suavemente, todas las zonas sensibles de la otra persona, desde los cabellos,
bajando lentamente por cara, cuello, hombros y pecho. Después sigue to-
cando muy suavemente, el abdomen, los flancos, los muslos (no puede tocar
los genitales), piernas y pies. Al terminar, le pide que se voltee y empieza a
acariciarle la nuca, espalda, nalgas, piernas y pies. Durante las caricias, cada
persona debe concentrarse en sus propias sensaciones eróticas. Después in-
tercambian las posiciones y comienzan nuevamente el ejercicio, tratando de
disfrutar al máximo el contacto suave de los dedos sobre la piel. Si se excitan,
gocen esa sensación, pero no lleguen al contacto genital. ¡Sólo disfruten! Al
final, comenten durante unos minutos, las sensaciones que vivieron los dos.
Placereado sensorial total. Ambos desnudos, acostados en la cama, comen-
zarán a acariciarse con pequeños masajes en todas las zonas sensibles del
otro (ustedes deciden quién inicia el ejercicio). Empiecen por la cabeza, cara,
cuello, pechos, abdomen, flancos, muslos, piernas y pies; mientras tanto, el
que está acostado trata de relajarse lo más que pueda y concentrarse en sus
propias sensaciones eróticas. Luego, se cambian de posición y reanudan el
ejercicio. Posteriormente, la persona que recibía las caricias pasa a darlas, en
la misma forma como las recibió. La persona que está recibiendo las caricias
se puede concentrarse en una imagen erótica que le excite y tratar de rela-
jarse al máximo mientras disfruta las caricias que recibe. Si sienten excita-
ción, no deben preocuparse por ello. En caso de observar lubricación en ella
y/o erección en él, no les prestarán atención. Simplemente, disfruten las sen-
saciones y relájense. Al final, comenten durante unos minutos, las sensacio-
nes que vivieron los dos.

Autoestimulación sensual con imaginación. En un ambiente relajado, seguro


de que no va a ser interrumpido por nada ni nadie, desnúdese y acuéstese en
su cama con luz tenue y, si lo prefiere, música suave y relajante. Piense en
una imagen romántica o invente una fantasía que incluya a otra persona que
le agrade. Invéntese un sitio y una persona imaginaria, puede ser del cine o
la televisión, con quien desee compartir esta experiencia. Cierre los ojos y,
mientras se toca, imagine que esa otra persona es la que le acaricia. Empiece
a acariciarse la cara, el cuello, el pecho, abdomen y vello púbico. Acaricie
suavemente sus genitales, sin frotarlos, y pase luego a cara interna de mus-
los, piernas y pies. Concéntrese nuevamente en el tacto de sus genitales y
quizás aprecie una erección o lubricación. Vuelva a tocarse los muslos, el ab-
domen, el pecho y la cara, siempre imaginando la fantasía erótica que in-
cluye a otra persona. Si se siente excitado/da no se toque más los genitales
para evitar mayor excitación o el orgasmo.

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Autoestimulación sexual con fantasía erótica. Desnudo/a y acostado/a en la
cama, imagine alguna fantasía sexual excitante (puede conseguir un libro,
revista o video de contenido erótico para ayudarse). Empiece a acariciarse
lentamente la cara, cabellos, cuello, hombros, pecho/senos, abdomen y pel-
vis, sin dejar de imaginarse la fantasía que le excite. Luego, acaricie suave-
mente sus genitales (testículos/pene o labios/clítoris) y concéntrese en lo
agradable que experimenta. Cuando sienta que está excitado/a, aumente la
presión en sus genitales (puede ayudarse con un lubricante o aceite), acarí-
cielos más intensamente, aumente su respiración y empiece a jadear. Mueva
su pelvis de atrás hacia delante a medida que crece la tensión sexual. Si
siente que está cerca el orgasmo, incremente la respiración, jadee más y ace-
lere el ritmo con que toca sus genitales, tensionando los músculos que hay
alrededor de los genitales y concentrándose aún más en la fantasía erótica
que escogió.

Autoestimulación compartida. Desnudos en la cama, van a tocar y acariciar


sus cuerpos tratando de establecer la mejor comunicación íntima que hayan
logrado en su vida de pareja. Comunicarse con palabras, con gestos, con mi-
radas, con suspiros; conseguir aumentar la confianza que hay entre los dos
o iniciarla si no la hay. Es posible que sientan vergüenza por lo que van a ha-
cer, pero con una buena dosis de voluntad podrán compartir una rica expe-
riencia íntima. Cada uno empieza a tocar su propio cuerpo en la misma se-
cuencia que los ejercicios anteriores, finalizando en los genitales. Mientras
se tocan, mire al otro y observe cómo se acaricia. Si siente que está próximo
al orgasmo, aumente la intensidad de las caricias, sin preocuparse por su pa-
reja. Relájese y disfrute al máximo. No es preciso con este ejercicio lograr
erección, lubricación u orgasmo; solamente, concéntrese en las agradables
sensaciones que le brinda su cuerpo, sin preocuparse por la otra persona.
Más bien, disfrute de la compañía de esa otra persona ahondando más la
comunicación íntima entre ustedes dos. Al final, comenten durante unos mi-
nutos, las sensaciones y fantasías sexuales que vivieron los dos.

Autoestimulación asistida. Desnudos en la cama, van a seguir comunicán-


dose sus propias sensaciones corporales, uno al otro. En este ejercicio, la
mujer comenzará tocándose suavemente sus zonas sensuales y, finalmente,
sus genitales. El colocará su mano sobre la de ella y se dejará guiar mientras
la mujer se acaricia su cuerpo. Concéntrense cada uno en sus propias sensa-
ciones y no se preocupen por el otro. Mientras tanto, fantaseen con una ima-
gen excitante y disfruten. Cuando hayan pasado unos diez minutos, él será
quien se acaricie sus zonas sensuales y, por último, sus genitales. Ella colo-
cará su mano sobre la de él y la mantendrá de esa manera mientras su com-
pañero disfruta sus propias sensaciones eróticas. Al final, comenten durante
unos minutos, las sensaciones y fantasías sexuales que vivieron los dos.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 107


Autoestimulación cerca de los genitales de la pareja. Ambos en la cama, des-
nudos, se tocarán uno al otro, de una manera suave y lenta, las zonas sen-
suales. Mientras tanto, el que recibe las caricias, intentará relajarse y disfru-
tar del contacto corporal. Después, cada uno empezará a tocarse su propio
cuerpo, progresivamente, como en el ejercicio anterior, llegando a los geni-
tales. Sin dejar de tocarse, el hombre acercará sus genitales a los de la mujer,
acercándolos lo más que pueda, sin tocarse. No busquen ninguna respuesta
sexual (erección, lubricación u orgasmo); concéntrense en sus propias sen-
saciones sexuales y disfruten, sin preocuparse por la pareja. Aún mejor,
aprovechen la excitación que produce el estar cerca de la otra persona. Al
final, comenten durante unos minutos, las sensaciones y fantasías sexuales
que vivieron los dos.

Estimulación mutua con los genitales. Ambos desnudos, acostados, se toca-


rán suavemente sus zonas sensuales, durante cinco minutos, mientras se
concentran en sus propias fantasías eróticas. Recuerden que nada debe in-
terrumpirles para que puedan relajarse al máximo. Luego, él se colocará en-
cima y ella agarrará su pene (no importa si está fláccido o erecto) y tocará
sus propios genitales y muslos, haciendo que la punta del pene roce lenta-
mente sus labios, su clítoris y su introito vaginal. El hombre sólo disfrutará el
contacto agradable del pene con sus genitales. Después de estos cinco mi-
nutos, el hombre cogerá su pene y hará lo mismo con los genitales de su
compañera, mientras ella sigue pasivamente los suaves movimientos de él.
No busquen ninguna respuesta específica, sólo disfruten del agradable con-
tacto genital.

Autoestimulación con parada – arranque. En un ambiente relajado, silen-


cioso, en que no exista posibilidad de que lo interrumpan, desnúdese y
acuéstese. Empiece a acariciarse el cuerpo mientras imagina una fantasía
sexual que le agrade. Lentamente, acaricie su cara, su cuello y hombros, su
pecho- Pase ligeramente la mano sobre su abdomen, pelvis y vello púbico.
Ahora, pase sus manos sobre los muslos, centrándose en su cara interna; es
posible que sienta una erección. Deténgase un momento aquí y vuelva a to-
carse los muslos, el abdomen, el pecho y la cara. Concéntrese en el placer
del contacto suave de la piel con sus manos.

Acaricie ahora suavemente sus genitales, utilizando un gel íntimo en sus ma-
nos. A medida que la excitación aumenta, estimule más su pene con sus de-
dos lubricados con el gel íntimo. Deje que su respiración aumente rítmica-
mente y que se acentúe la tensión sexual. Cuando se sienta cerca del or-
gasmo, deténgase y deje de tocar sus genitales hasta notar que desaparece
la urgencia de eyacular. Inicie nuevamente el estímulo en su pene hasta sen-
tirse nuevamente excitado, pero antes de llegar al “punto de no retorno” (que

José Manuel González | 108


esté cerca del orgasmo, pero sin que sea el punto de inevitabilidad de la eya-
culación), deje de tocarse, dejando que baje el nivel de excitación. Repita
tres veces esta secuencia y deténgase hasta estar cerca del orgasmo para
después dejar de estimularse hasta sentir un alivio de su tensión sexual. La
cuarta vez, continúe la estimulación hasta llegar a eyacular.

Parada - arranque con estimulación intravaginal. Los dos, desnudos y acos-


tados, empiecen a acariciarse el cuerpo suavemente, todas las zonas sen-
suales. Cuando la mujer sienta que está excitada (con lubricación vaginal) y
el hombre tenga una erección firme, el hombre se coloca boca arriba y la
mujer se sienta sobre su pelvis, con las piernas separadas. La mujer coloca el
pene erecto dentro de su vagina y “se sienta” sobre él sin moverse unos mi-
nutos. Después, él colocará sus manos sobre las caderas de ella y la guiará
en los movimientos de ella hacia arriba y hacia abajo, hasta sentirse cerca
del orgasmo. El hombre debe indicarle a ella que pare cuando esto ocurra.
Ella se detiene con el pene dentro de su vagina mientras decrece la excita-
ción en su compañero. Luego, le indica a ella que reinicie los movimientos
pélvicos. Se repite esta secuencia hasta que el hombre se siente cerca del
orgasmo, durante tres veces. Después de tres interrupciones o paradas, el
hombre eyaculará la cuarta vez dentro de la vagina.

Parada - arranque y coito libre. Ambos desnudos y acostados, comienzan a


acariciarse y besarse sus zonas sensuales. Cuando sientan que están sufi-
cientemente excitados, él se colocará encima de ella. Mientras separa las
piernas, ella cogerá el pene entre las manos y se lo introducirá lentamente
en su vagina. Ambos empezarán a moverse sincronizadamente hacia arriba
y hacia abajo. Primero lo harán lentamente mientras se concentran en lo pla-
centero del contacto genital y se irán tocando y besando. Cuando el hombre
sienta que va a llegar al orgasmo (que esté cerca del orgasmo, pero sin que
sea el nivel inevitable), le pedirá a ella que deje de moverse, y él también se
quedará quieto. Cuando la excitación haya disminuido hasta un nivel contro-
lable, y antes de perder completamente la erección, le indicará a la mujer
que reinicie los movimientos. Pararán cuando él sienta que está cerca al or-
gasmo y volverán a moverse sincronizadamente; esto lo harán tres veces y
en la cuarta vez él podrá eyacular.

Parada - arranque con puente. Desnudos y acostados, empiecen a besarse y


acariciarse sus zonas sensuales, como en los ejercicios anteriores. Hablen y
exprésense cosas agradables mientras gozan del contacto del otro. Cuando
se sientan excitados, el hombre se colocará encima de ella. Con las piernas
separadas, ella sostendrá el pene con sus manos y se lo introducirá lenta-
mente en la vagina. Ambos empezarán a moverse hacia arriba y hacia abajo.
Primero lentamente, mientras se besan y se acarician. En este momento, la

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 109


mujer se acariciará su clítoris, mientras sigue el contacto rítmico del pene en
su vagina. Ella debe tensionar los músculos que hay alrededor de su vagina,
incrementará los movimientos pélvicos y aumentará el ritmo de su respira-
ción hasta jadear. Esto ayuda al hombre a situarse en el punto de excitación
de ella. Cuando el hombre se sienta cerca del orgasmo, dejará de moverse y
le avisará a ella que pare. Esperan que él restablezca su control eyaculatorio
y reiniciaran el movimiento pélvico. Se repite esta secuencia tres veces, y a
la cuarta vez el hombre eyacula. Si el hombre llega primero que ella, la puede
acompañar con besos y caricias mientras ella se auto estimula hasta alcanzar
su propio orgasmo.

González (2022, 2023) presenta ampliamente las características del sexo


tántrico que son muy útiles en la terapia sexual. La sexualidad oriental está
interesando a muchas parejas en occidente, y su conocimiento ayuda a des-
mitificar el contacto íntimo que para los orientales no tiene nada de malo,
sino que lo asocian con el relacionarse con lo divino y el fortalecimiento de
la energía vital.

Principales protocolos desde la Medicina sexual

Disfunción eréctil
Serrano (2020) presenta el escalamiento del tratamiento para la disfunción
eréctil desde la perspectiva de la medicina sexual (ver cuadro 10).

Protocolo terapéutico del Vaginismo según Serrano (2020)


La desensibilización sistemática continúa siendo el principal abordaje tera-
péutico para el manejo de las pacientes con vaginismo, señala Serrano
(2020). Es un método en las terapias cognitivo-conductuales, cuya caracte-
rística principal es la aproximación sucesiva del sujeto a situaciones similares
a las que le producen una exacerbación desfasada de conductas (emociona-
les, cognitivas o de motricidad). Consiste en la aplicación de una jerarquía de
estímulos estresantes a través de imágenes visuales, evocación de la situa-
ción ansiosa con ayuda del terapeuta, exposición en imaginación, en reali-
dad virtual, o en vivo del estímulo estresante. Es decir, paciente y terapeuta
diagraman un conjunto de situaciones típicas a las cuales el paciente teme,
especificando la mayor cantidad de detalles posibles. Luego, mientras el
mismo se encuentra en un profundo estado de relajación, se le guía para que
vaya imaginando estas escenas temidas de acuerdo con el grado de ansie-
dad que le provocan.

El objetivo consiste en que la relajación inhiba progresivamente a la ansie-


dad que disparan las situaciones imaginadas, de tal manera que se rompa el
vínculo entre la imagen causante del estrés y la respuesta de ansiedad. De
José Manuel González | 110
Cuadro No. 10
ESCALAMIENTO DEL TRATAMIENTO
PARA LA DISFUNCIÓN ERÉCTIL
DESDE LA PERSPECTIVA DE LA MEDICINA SEXUAL

ESCALONES MODIFICACIÓN
DE DE LOS
TRATAMIENTO ESTILOS DE VIDA

MODIFICACIÓN DE
PRIMER HÁBITOS TÓXICOS

CORREGIR FACTORES DE
RIESGO MODIFICABLES

INHIBIDORES
DE LA PDE-5

SEGUNDO
EDUCACIÓN SEXUAL
DEL PACIENTE
Y SU PAREJA

FARMACOS
VASOACTIVOS
INTRACAVERNOSOS

TERCER ALPROSTADIL
INTRAURETRAL

BOMBAS
DE VACÍO

CIRUGÍA
VASCULAR

CUARTO

PRÓTESIS
DE PENE

Tomado de Serrano (2020) con modificaciones.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 111


este modo, el paciente aprende una nueva asociación: lo que antes le provo-
caba miedo, ahora queda conectado a un estado de calma y tranquilidad in-
ducido mediante la relajación muscular profunda.

Los tres componentes principales son:

Construcción de una jerarquía de las situaciones provocadoras de ansiedad,


en disposición que la primera escena provoque el mínimo la ansiedad y la
última escena una ansiedad importante.

Entrenamiento del paciente en relajación muscular profunda, normalmente


a través de la técnica de la relajación progresiva de Jacobson, aunque tam-
bién se han empleado para este propósito técnicas de inducción hipnótica,
fármacos y biofeedback.

La paciente tiene que visualizar cada una de las situaciones mientras está en
estados de relajación.

A continuación, se procede a trabajar las siguientes tareas:

Autoexploración de los genitales sin intención excitatoria, hasta que la mu-


jer se siente cómoda, y suprime los pensamientos negativos.

Autoestimulación como parte del autoerotismo: es decir se pasa a una auto-


exploración de los genitales con intención erótica o excitatoria. Sin que la
mujer experimente rechazo.

Cuando la mujer ya es capaz de excitarse objetiva y subjetivamente, se in-


tenta la introducción de un dedo de ella misma o de un dilatador de pequeño
calibre dentro de su vagina siempre utilizando abundante lubricación a base
de agua y/o anestésicos locales en principio. Se puede incluir a la pareja du-
rante las distintas fases después que la mujer ha completado el objetivo por
ella misma.

Cuando se consiga la penetración sin dolor, mediante los dedos o un dildo,


se pasa progresivamente a la penetración coital por parte de la pareja.

Protocolo terapéutico de la EP según Serrano (2020)


Ejercicios de Kegel. Independientemente del tipo y causa de la EP, la realiza-
ción de los ejercicios de fortalecimiento del piso pélvico, o ejercicios de Ke-
gel, son recomendados para todos los pacientes con disfunción sexual mas-
culina en general y más aún en aquellos con eyaculación prematura.

Psicoterapia. Antes del advenimiento de las terapias farmacológicas estas


terapias sexológicas cognitivo-conductuales eran la base del tratamiento,
José Manuel González | 112
hoy en día siguen teniendo una exitosa combinación con las terapias farma-
cológicas y otros procedimientos terapéuticos asociados, como:

Terapia de parada y arranque. Se lleva al hombre a un estado máximo de


excitación manual u oralmente antes de la eyaculación y allí se para reali-
zando una compresión del glande o squeeze para evitar la eyaculación. En
los casos de EP grave, resulta imposible, resultando útil en los casos mode-
rados a leves.

Técnica de Vagina Quieta. Se utiliza el mismo principio de la técnica de


Seamans, pero involucrando a la pareja, que debe ubicarse a horcadas sobre
el pene del varón sin realizar movimiento alguno, a fin de acostumbrar al
hombre a la sensación de calor y textura vaginal sin llegar al orgasmo, una
vez aprendido a controlar la penetración será el hombre quien inicie los mo-
vimientos, deteniéndose cuando sienta que viene la sensación de inminen-
cia eyaculatoria.

Ejercicios de Focalización Sensorial. Están diseñados para incrementar la


conciencia del individuo sobre su nivel de excitación disminuyendo la ansie-
dad de desempeño para mejorar el control.
Focalización sensorial no genital. La primera fase tendría como objetivo re-
establecer la intimidad sexual de la pareja, conocer mejor lo que el otro
quiere en la cama y cómo lo quiere. Incrementando la comunicación sexual
de la pareja, aumentando así la intimidad y confianza entre ambos. Permite
rebajar el nivel de ansiedad ya que el coito está prohibido, de modo que no
habría que preocuparse por si la eyaculación prematura ocurre o no. Se trata
de generar un entorno cómodo, íntimo, en un tiempo sin interrupciones,
donde la estimulación se centre en cualquier parte del cuerpo, descartando
las zonas genitales y la penetración. Es imperativo comunicar los gustos de
cada uno, para el éxito de la técnica.

Focalización sensorial genital. En esta fase se siguen las mismas instruccio-


nes que la anterior, pero con la diferencia de que ya se pueden estimular las
áreas genitales pero la penetración sigue estando totalmente prohibida. Se
utiliza la autoestimulación o la heteromasturbación para la resolución final
de la excitación de ambos.

Tratamiento específico
Cuando sean detectadas causas orgánicas y/o psicológicas de la EP, estas
deben ser resueltas a fin de finalizar con la etiopatogenia, el sexólogo no
debe conformarse con diagnosticar el cuadro y tratarlo sin intentar conse-
guir la causa específica y corregirla en caso de que sea la causante del pro-
blema, por ejemplo, un hipertiroidismo o una prostatitis aguda.

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 113


Terapias farmacológicas
Agentes anestésicos tópicos. No son de uso muy común, tienen como fina-
lidad elevar el umbral de excitabilidad del hombre, las formas de presenta-
ción más comunes incluyen la asociación de lidocaína con prilocaina en
crema al 2,5% y el aerosol del 2,5 mg de prilocaína junto a 7,5 mg de lido-
caína. En ambos casos la aplicación debe realizarse 15 minutos antes del
coito, y lavarse antes de la penetración vaginal, a fin de no producir insensi-
bilidad vaginal, en casos de EP moderada a severa asociados al condón pue-
den ser de mucha utilidad en fases iniciales.

Inhibidores Selectivos de la recaptación de Serotonina. El mecanismo far-


macológico de este grupo de fármacos actúa mediante la hiperactividad de
los receptores 5HT2c inhibiendo la recaptación de serotonina en la sinapsis
del arco reflejo. Todos necesitan un período de impregnación mínimo de dos
semanas para alcanzar su efecto máximo, al cabo de los cuales si aún no hay
respuesta terapéutica se puede extender de 3 a 4 semanas adicionales. El
mecanismo farmacológico que explica esta necesidad de impregnación es
debido a que al inhibir la recaptación de serotonina y aumentar su concen-
tración se activan los autorreceptores de serotonina 5HT1a, los cuales con-
trarrestan el bloqueo de los transportadores inducidos por los ISRS, redu-
ciendo la concentración de serotonina, en consecuencia después de una im-
pregnación continua a los 2 a 3 semanas, los receptores se autorregulan a la
baja y predomina el efecto de los inhibidores y por lo tanto el efecto farma-
cológico deseado, para luego poder pasar a un esquema de continuo a con-
sumo por demanda. Según su potencia en orden decreciente se citan Pa-
roxetina 20 mg/día, Fluoxetina 20 mg/día, Sertralina 50 mg/día, Citalopram
10 mg/día. Venlafaxina 75 a 150 mg/día. Se recomienda mantener trata-
miento durante 12 semanas como mínimo para evaluar los resultados a aso-
ciados a las otras medidas. Debe indicársele al paciente sobre los efectos co-
laterales que suelen ser somnolencia, náuseas, insomnio, y disminución de
la libido, estos tienden a ser leves y desaparecen al cabo de 2 semanas de
tratamiento continuo.

Se ha demostrado la seguridad del tratamiento a largo plazo con estos me-


dicamentos sobre todo en pacientes con EP primaria que requerirán largas
terapias farmacológicas. Su retiro debe ser gradual y nunca de forma
abrupta.

Dapoxetina. Si bien en un ISRS a diferencia de los anteriores es de acción


corta, y fue desarrollado para el esquema a demanda de los pacientes con
EP. Tiene doble mecanismo, a nivel supraespinal sobre el núcleo papagigan-
tocelular y a nivel periférico inhibiendo la recaptación de serotonina neuro-
nal, la rápida absorción de dapoxetina produce un aumento tan brusco de

José Manuel González | 114


los niveles de serotonina que supera la capacidad compensadora de los au-
torreceptores 5HT1a, por lo cual no se hace necesario el tratamiento de im-
pregnación previa. Su administración es de 1 a 3 horas antes de la relación
sexual en esquema a demanda, se inicia con 30 mg y si la respuesta es insu-
ficiente se aumenta a 60 mg.

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José Manuel González | 116


Anexo no.1
HISTORIA SEXUAL MASCULINA
Forma 2012
Preguntas básicas:

1. Fecha:
2. Nombre:
3. Edad:
4. Fecha de nacimiento:
5. Lugar de nacimiento:
6. Dirección:
7. Teléfono:
8. Ocupación:
9. Religión:
10. Nivel educativo:
11. Estado civil:
12. Nombre y edad del cónyuge:
13. Características de la pareja (expresiones de cariño, comunicación, solu-
ción de conflictos, cooperación en las labores domésticas y respeto):
14. Hijos (número, edad y sexo):
15. ¿Problemas en la educación de los hijos?:
16. Uniones conyugales previas:
17. Sueños húmedos:
a) primero
b) último
c) frecuencia actual
18. Masturbación:
a) primera
b) última
c) frecuencia actual
19. Relaciones heterosexuales:
a) primera
b) última
c) ¿con quién?
(esposa, compañera, novia, amiga, trabajadora sexual)
d) frecuencia
20. Coito:
a) erección
b) control de eyaculación
c) fantasías
d) dolor y/o ardor
e) posiciones frecuentes

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 117


f) preludio
g) relaciones extraconyugales
21. Actividad sexual con animales:
a) tipo
b) edad
c) frecuencia actual
22.Juegos sexuales en la infancia (previo a desarrollo):
a) niñas
b) niños
c) ambos
23. Actividad sexual con personas del mismo sexo:
a) primera
b) última
c) frecuencia actual
24. Enfermedades de transmisión sexual:
25. Micción:
26. Defecación:
27. Próstata:
28. Diabetes:
29. Ingesta de alcohol y otras drogas:
30. Ingesta de fármacos:
31. Historia endocrinológica:
32. Historia cardiológica:
33. Trauma en columna vertebral:
34. Genitales:
a) prepucio
b) testículos
c) erección post-sueño
d) dirección de la erección
35. Trauma en genitales:
36. Otros aspectos importantes:

José Manuel González | 118


Anexo no.2
HISTORIA SEXUAL FEMENINA
Forma 2014
Fecha:

I. IDENTIFICACIÓN:

A. Nombre:

B. Edad:

C. Raza:
1. [ ] Blanca
2. [ ] Mestiza
3. [ ] Negra
4. [ ] Amarilla
D. Fecha de nacimiento:

E. Lugar de nacimiento:

F. Dirección:

G. Teléfono:

H. Nivel educativo:
1. [ ] primaria
2. [ ] secundaria
3. [ ] técnico
4. [ ] universitaria
5. [ ] otro:

I. Ocupación:
1. [ ] Profesional independiente
2. [ ] Hogar
3. [ ] Comerciante
4. [ ] Empleada
5. [ ] Otro:

J. Estado Civil:
1. [ ] Soltera
2. [ ] Unión libre
3. [ ] Casada
4. [ ] Separada
5. [ ] Viuda

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 119


K. Religión:
1. [ ] No practicante
2. [ ] poco practicante
3. [ ] muy practicante

II. RELACION DE PAREJA:

1. Mi actual relación de pareja, en términos generales, es:


1. [ ] muy buena
2. [ ] buena
3. [ ] mala
4. [ ] muy mala
¿Por qué?:

2. El amor que nos une, en términos generales, es:


1. [ ] muy fuerte
2. [ ] fuerte
3. [ ] débil
4. [ ] muy débil
¿Por qué?:

3. La comunicación entre nosotros, en términos generales, es:


1. [ ] muy buena
2. [ ] buena
3. [ ] mala
4. [ ] muy mala
¿Por qué?:

4. El respeto entre nosotros, en términos generales, es:


1. [ ] muy bueno
2. [ ] bueno
3. [ ] malo
4. [ ] muy malo
¿Por qué?:

5. La confianza entre nosotros, en términos generales, es:


1. [ ] muy buena
2. [ ] buena
3. [ ] mala
4. [ ] muy mala
¿Por qué?:

José Manuel González | 120


III. AUTOESTIMA:

6. Creo que, en general, soy capaz de hacer el amor tan bien como la mayoría
de las personas
1. [ ] SI
2. [ ] NO
¿Por qué?:

7. Tiendo a pensar que soy una persona sexualmente fracasada:


1. [ ] frecuentemente
2. [ ] algunas veces
3. [ ] casi nunca

IV. ASERTIVIDAD SEXUAL:

8. Inicio las relaciones sexuales con mi pareja cuando yo lo deseo


1. [ ] frecuentemente
2. [ ] algunas veces
3. [ ] casi nunca

9. Me niego a tener relaciones sexuales si no tengo ganas, aunque mi pareja


insista.
1. [ ] frecuentemente
2. [ ] algunas veces
3. [ ] casi nunca

V. COMPORTAMIENTO SEXUAL:

10. Edad en la cual tuvo su primera menstruación: [ ] Años

11. ¿Ha tenido usted orgasmos?


1. [ ] SI
2. [ ] NO
3. [ ] No sé

12. En caso afirmativo, ¿a qué edad tuvo el primero? [ ] Años

13. Este primer orgasmo se produjo:


1. [ ] Por masturbación
2. [ ] Durante el sueño
3. [ ] Por relaciones sexuales
4. [ ] Por otra causa (indíquela):

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 121


14. ¿Ha tenido alguna vez orgasmos solamente imaginando situaciones eró-
ticas mientras está despierta?
1. [ ] SI
2. [ ] NO

15. ¿Usted se ha masturbado?


1. [ ] SI
2. [ ] NO
16. En caso afirmativo, ¿a que edad lo hizo por primera vez? [ ] Años

17. ¿Cuál es su frecuencia masturbatoria actual?


1. [ ] Una o varias veces al día
2. [ ] Dos o cuatro veces a la semana
3. [ ] Una vez a la semana
4. [ ] Una vez al mes
5. [ ] Cuatro a ocho veces al año
6. [ ] Una vez al año o menos

18. ¿Con qué frecuencia experimenta orgasmos durante la masturbación?


1. [ ] Siempre
2. [ ] La mayor parte de las veces
3. [ ] La mitad de las veces
3. [ ] La menor parte de las veces
4. [ ] Nunca

19. ¿Ha tenido orgasmos durante el sueño?


1. [ ] SI
2. [ ] NO

20. En caso afirmativo, ¿a que edad tuvo usted el primero? [ ] Años

21. ¿Cuánto hace que tuviera usted el último orgasmo durante el sueño?
1. [ ] Menos de un día
2. [ ] Menos de una semana
3. [ ] Menos de un mes
4. [ ] Menos de un año
6. [ ] Uno o dos años
7. [ ] Tres años o más
22. ¿Ha visto imágenes o películas pornográficas (es decir, que describen o
muestran actividades y/o órganos sexuales)?
1. [ ] SI
2. [ ] NO

José Manuel González | 122


23. En caso afirmativo, ¿qué efecto le han producido?
1. [ ] Excitación sexual
2. [ ] Agrado
3. [ ] Indiferencia
4. [ ] Desagrado
24. ¿Ha tenido usted coito vaginal (relaciones sexuales con penetración del
pene en la vagina)?
1. [ ] SI
2. [ ] NO
25. En caso afirmativo, ¿a que edad tuvo usted el primero? [ ] Años

26. ¿Con quién lo realizó?


1. [ ] Novio
2. [ ] Amigo
3. [ ] Esposo
4. [ ] Otra persona (especifique):
27. ¿Con qué frecuencia siente deseos/interés/ganas de tener relaciones se-
xuales?
1. [ ] Más de una vez al día
2. [ ] Una vez al día
3. [ ] 3 o 4 veces a la semana
4. [ ] 2 veces a la semana
5. [ ] Una vez a la semana
6. [ ] Una vez cada quince días
7. [ ] Menos de una vez al mes
8. [ ] Nunca o casi nunca
28. ¿Con qué frecuencia tiene relaciones sexuales usted?
1. [ ] Más de una vez al día
2. [ ] Una vez al día
3. [ ] 3 o 4 veces a la semana
4. [ ] 2 veces a la semana
5. [ ] Una vez a la semana
6. [ ] Una vez cada quince días
7. [ ] Una vez al mes
8. [ ] Nunca o casi nunca

29. ¿Con qué frecuencia le gustaría tener relaciones sexuales?


1. [ ] Más de una vez al día
2. [ ] Una vez al día
3. [ ] 3 o 4 veces a la semana
4. [ ] 2 veces a la semana
5. [ ] Una vez a la semana

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 123


6. [ ] Una vez cada quince días
7. [ ] Una vez al mes
8. [ ] Nunca o casi nunca
30. ¿Quién toma la iniciativa para las relaciones sexuales?
1. [ ] Siempre yo
2. [ ] Generalmente yo
3. [ ] Mi compañero y yo con similar frecuencia
4. [ ] Generalmente mi compañero
5. [ ] Siempre mi compañero

31. ¿Quién le gustaría a usted que tomara la iniciativa?


1. [ ] Siempre yo
2. [ ] Generalmente yo
3. [ ] Mi compañero y yo con similar frecuencia
4. [ ] Generalmente mi compañero
5. [ ] Siempre mi compañero

32. ¿Con qué frecuencia se ven los cuerpos usted y su(s) compañero(s), es-
tando completamente desnudos?
1. [ ] Más de una vez al día
2. [ ] Una vez al día
3. [ ] 3 o 4 veces a la semana
4. [ ] 2 veces a la semana
5. [ ] Una vez a la semana
6. [ ] Una vez cada quince días
7. [ ] Una vez al mes
8. [ ] Nunca o casi nunca

33. ¿Con qué frecuencia se besan en la boca usted y su(s) compañero(s)?


1. [ ] Más de una vez al día
2. [ ] Una vez al día
3. [ ] 3 o 4 veces a la semana
4. [ ] 2 veces a la semana
5. [ ] Una vez a la semana
6. [ ] Una vez cada quince días
7. [ ] Una vez al mes
8. [ ] Nunca o casi nunca

34. ¿Con qué frecuencia le gustaría besarse en la boca con su(s) compa-
ñero(s)?
1. [ ] Más de una vez al día
2. [ ] Una vez al día
3. [ ] 3 o 4 veces a la semana

José Manuel González | 124


4. [ ] 2 veces a la semana
5. [ ] Una vez a la semana
6. [ ] Una vez cada quince días
7. [ ] Una vez al mes
8. [ ] Nunca o casi nunca

35. En general, el besarse en la boca con su(s) compañero(s) es para usted:


1. [ ] Extremadamente desagradable
2. [ ] Moderadamente desagradable
3. [ ] Ligeramente desagradable
4. [ ] Ligeramente agradable
5. [ ] Moderadamente agradable
6. [ ] Extremadamente agradable

36. ¿Con qué frecuencia su(s) compañero(s) le besa(n) y acaricia(n) los senos?
1. [ ] Más de una vez al día
2. [ ] Una vez al día
3. [ ] 3 o 4 veces a la semana
4. [ ] 2 veces a la semana
5. [ ] Una vez a la semana
6. [ ] Una vez cada quince días
7. [ ] Una vez al mes
8. [ ] Nunca o casi nunca

37. ¿Con qué frecuencia le gustaría que su(s) compañero(s) le besara y acari-
ciara los senos?
1. [ ] Más de una vez al día
2. [ ] Una vez al día
3. [ ] 3 o 4 veces a la semana
4. [ ] 2 veces a la semana
5. [ ] Una vez a la semana
6. [ ] Una vez cada quince días
7. [ ] Una vez al mes
8. [ ] Nunca o casi nunca

38. En general, que su(s) compañero(s) le bese y le acaricie los senos es para
usted:
1. [ ] Extremadamente desagradable
2. [ ] Moderadamente desagradable
3. [ ] Ligeramente desagradable
4. [ ] Ligeramente agradable
5. [ ] Moderadamente agradable
6. [ ] Extremadamente agradable

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 125


39. ¿Con que frecuencia su(s) compañero(s) le besa y le acaricia con los labios
en sus genitales (sexo oral)?
1. [ ] Más de una vez al día
2. [ ] Una vez al día
3. [ ] 3 o 4 veces a la semana
4. [ ] 2 veces a la semana
5. [ ] Una vez a la semana
6. [ ] Una vez cada quince días
7. [ ] Una vez al mes
8. [ ] Nunca o casi nunca

40. ¿Con qué frecuencia le gustaría que su(s) compañero(s) le besara y aca-
riciara con los labios en sus genitales?
1. [ ] Más de una vez al día
2. [ ] Una vez al día
3. [ ] 3 o 4 veces a la semana
4. [ ] 2 veces a la semana
5. [ ] Una vez a la semana
6. [ ] Una vez cada quince días
7. [ ] Una vez al mes
8. [ ] Nunca o casi nunca

41. En general, que su(s) compañero(s) le bese y le acaricie con los labios en
sus genitales es para usted:
1. [ ] Extremadamente desagradable
2. [ ] Moderadamente desagradable
3. [ ] Ligeramente desagradable
4. [ ] Ligeramente agradable
5. [ ] Moderadamente agradable
6. [ ] Extremadamente agradable

42. ¿Con qué frecuencia besa y acaricia con sus labios los genitales de su(s)
compañero(s)?
1. [ ] Más de una vez al día
2. [ ] Una vez al día
3. [ ] 3 o 4 veces a la semana
4. [ ] 2 veces a la semana
5. [ ] Una vez a la semana
6. [ ] Una vez cada quince días
7. [ ] Una vez al mes
8. [ ] Nunca o casi nunca

José Manuel González | 126


43. ¿Con qué frecuencia le gustaría besar y acariciar con sus labios los geni-
tales de su(s) compañero(s)?
1. [ ] Más de una vez al día
2. [ ] Una vez al día
3. [ ] 3 o 4 veces a la semana
4. [ ] 2 veces a la semana
5. [ ] Una vez a la semana
6. [ ] Una vez cada quince días
7. [ ] Una vez al mes
8. [ ] Nunca o casi nunca

44. En general, el besar y acariciar con sus labios los genitales su(s) compa-
ñero(s) es para usted:
1. [ ] Extremadamente desagradable
2. [ ] Moderadamente desagradable
3. [ ] Ligeramente desagradable
4. [ ] Ligeramente agradable
5. [ ] Moderadamente agradable
6. [ ] Extremadamente agradable

45. Durante las relaciones sexuales entre usted y su(s) compañero(s), ¿gene-
ralmente por cuánto tiempo se acarician y se besan antes de la penetración?
1. [ ] Menos de un minuto
2. [ ] Entre 1 y 3 minutos
3. [ ] Entre 4 y 6 minutos
4. [ ] Entre 7 y 10 minutos
5. [ ] Entre 11 y 15 minutos
6. [ ] Entre 16 y 30 minutos
7. [ ] Más de 30 minutos

46. ¿Generalmente cuánto dura el acto sexual desde la penetración del pene
hasta que su(s) compañero(s) eyacula(n)?
1. [ ] Menos de un minuto
2. [ ] Entre 1 y 3 minutos
3. [ ] Entre 4 y 6 minutos
4. [ ] Entre 7 y 10 minutos
5. [ ] Entre 11 y 15 minutos
6. [ ] Entre 16 y 30 minutos
7. [ ] Más de 30 minutos
47. En general, para usted, las relaciones sexuales con su(s) compañero(s)
son:
1. [ ] Extremadamente desagradable
2. [ ] Moderadamente desagradable

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 127


3. [ ] Ligeramente desagradable
4. [ ] Ligeramente agradable
5. [ ] Moderadamente agradable
6. [ ] Extremadamente agradable

48. ¿Con qué frecuencia experimenta orgasmos durante el coito vaginal?


1. [ ] Siempre
2. [ ] La mayor parte de las veces
3. [ ] La mitad de las veces
4. [ ] La menor parte de las veces
5. [ ] Nunca o casi nunca

49. En general, usted piensa, que las relaciones sexuales para su(s) compa-
ñero(s) son:
1. [ ] Extremadamente desagradable
2. [ ] Moderadamente desagradable
3. [ ] Ligeramente desagradable
4. [ ] Ligeramente agradable
5. [ ] Moderadamente agradable
6. [ ] Extremadamente agradable

50. ¿Cuánto hace que usted tuvo el último coito vaginal?


1. [ ] Menos de un día
2. [ ] Menos de una semana
3. [ ] Menos de un mes
4. [ ] Menos de seis meses
5. [ ] Menos de un año
6. [ ] Un año o más

51. ¿Con cuántas personas diferentes ha tenido coito vaginal en su vida ?


[ ] Personas

52. ¿Ha tenido usted coito anal (relaciones sexuales por el recto o ano)?
1. [ ] SI
2. [ ] NO

53. ¿Cuánto hace que usted tuvo el último coito anal?:


1. [ ] Menos de un día
2. [ ] Menos de una semana
3. [ ] Menos de un mes
4. [ ] Menos de seis meses
5. [ ] Menos de un año
6. [ ] Un año o más

José Manuel González | 128


54. En general, el coito anal es para usted:
1. [ ] Extremadamente desagradable
2. [ ] Moderadamente desagradable
3. [ ] Ligeramente desagradable
4. [ ] Ligeramente agradable
5. [ ] Moderadamente agradable
6. [ ] Extremadamente agradable
55. ¿Ha tenido usted sueños, pensamientos o deseos de carácter homose-
xual?
1. [ ] SI
2. [ ] NO

56. ¿Ha tenido usted contactos/relaciones sexuales homosexuales?


1. [ ] SI
2. [ ] NO

57. En caso afirmativo, ¿a que edad lo realizó por primera vez? [ ] Años
58. ¿Cuánto hace que usted tuvo la última relación sexual homosexual?
1. [ ] Menos de un día
2. [ ] Menos de una semana
3. [ ] Menos de un mes
4. [ ] Menos de seis meses
5. [ ] Menos de un año
6. [ ] Un año o más

59. ¿Ha participado en experiencias sexuales en grupo (con más de 2 perso-


nas al mismo tiempo)?
1. [ ] SI
2. [ ] NO

60. En caso afirmativo, ¿a qué edad lo realizó por primera vez? [ ] Años

61. ¿Cuánto hace que usted tuvo la última experiencia sexual en grupo?
1. [ ] Menos de un día
2. [ ] Menos de una semana
3. [ ] Menos de un mes
4. [ ] Menos de seis meses
5. [ ] Menos de un año
6. [ ] Un año o más

62. En general, estas experiencias de sexo en grupo han sido:


1. [ ] Extremadamente desagradable
2. [ ] Moderadamente desagradable

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 129


3. [ ] Ligeramente desagradable
4. [ ] Ligeramente agradable
5. [ ] Moderadamente agradable
6. [ ] Extremadamente agradable
63. ¿Con qué frecuencia emplea usted métodos anticonceptivos?
1. [ ] Siempre
2. [ ] La mayor parte de las veces
3. [ ] La mitad de las veces
4. [ ] Casi nunca o nunca

64. ¿Ha buscado usted contactos sentimentales/relaciones sexuales por in-


ternet?
1. [ ] SI
2. [ ] NO
65. ¿Cuánto hace que usted buscó contactos sentimentales/relaciones se-
xuales por internet?
1. [ ] Menos de un día
2. [ ] Menos de una semana
3. [ ] Menos de un mes
4. [ ] Menos de seis meses
5. [ ] Menos de un año
6. [ ] Un año o más

66. ¿Ha enviado fotografías/videos de su cuerpo desnudo a otra persona?


1. [ ] SI
2. [ ] NO

67. En caso afirmativo, ¿cuánto hace que usted envío fotografías/videos de


su cuerpo desnudo a otra persona por internet?
1. [ ] Menos de un día
2. [ ] Menos de una semana
3. [ ] Menos de un mes
4. [ ] Menos de seis meses
5. [ ] Menos de un año
6. [ ] Un año o más

68. ¿Ha sufrido usted enfermedades venéreas?


1. [ ] SI
2. [ ] NO

69. En caso afirmativo, ¿cuál/es?:

COMENTARIOS:
José Manuel González | 130
Anexo no.3
INDEX OF PREMATURE EJACULATION – IPE
Symonds, Perelman, Althof et al. (2007). Versión en español de Serrano
(2020).
Marque la respuesta con la que mejor se identifica. Señale solo una res-
puesta por cada pregunta. Aunque la percepción sobre su eyaculación cam-
bie algunas veces, lo que interesa de este cuestionario es la impresión gene-
ral que usted tiene. Se define eyaculación como la expulsión del semen tras
la penetración del pene en la vagina de su pareja

1. Dificultad para usted en retrasar su eyaculación


0. No tengo dificultad = 0 puntos
1. Tengo poca dificultad= 1 punto
2. Tengo dificultad moderada = 2 puntos
3. Tengo bastante dificultad = 3 puntos
4. Extremadamente difícil = 4 puntos

2. ¿Eyacula usted antes de desearlo?


0. Casi nunca o nunca (0%) = 0 puntos
1. Menos de la mitad de las veces (25%) = 1 punto
2. Alrededor de la mitad de las veces (50%) = 2 puntos
3. Más de la mitad de las veces (75%) = 3 puntos
4. Casi siempre o siempre (100%) = 4 puntos

3. ¿Eyacula usted con muy poca estimulación?


0. Casi nunca o nunca (0%) = 0 puntos
1. Menos de la mitad de las veces (25%) = 1 punto
2. Alrededor de la mitad de las veces (50%) = 2 puntos
3. Más de la mitad de las veces (75%) = 3 puntos
4. Casi siempre o siempre (100%) = 4 puntos

4. ¿Se siente frustrado por eyacular antes de lo deseado?


0. No, en absoluto = 0 puntos
1. Algo = 1 punto
2. Moderadamente = 2 puntos
3. Mucho = 3 puntos
4. Extremadamente = 4 puntos

5. ¿Cree usted que su eyaculación rápida deja a su pareja insatisfecha?


0. No, en absoluto = 0 puntos
1. Algo = 1 punto
2. Moderadamente = 2 puntos

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 131


3. Mucho = 3 puntos
4. Extremadamente = 4 puntos

INTERPRETACION: Obtenga la puntuación total sumando el número que


corresponda a la opción marcada. Puntuación: < 8, ausencia de eyaculación
precoz; 9-10, eyaculación precoz probable; ≥ 11, eyaculación precoz.

REFERENCIAS

Serrano, F. (2020). Diplomado de Medicina Sexual. Escuela Latinoamericana de


Medicina sexual.

Symonds, T., Perelman, M., Althof, S. et al. Development and validation of a


premature ejaculation diagnostic tool. European Urology. 52(2), 565-573.

José Manuel González | 132


Anexo No.4
ÍNDICE INTERNACIONAL DE FUNCIÓN ERÉCTIL
5 (IIEF - 5)

Elaborado por Servicio de Urología de Quirón Grupo hospitalario.


https://www.urologosmalaga.com/wp-content/uploads/2014/09/iief-indice-
internacional-de-funcion-erectil.pdf

En los últimos 6 meses:


¿Cómo calificaría su confianza para conseguir y mantener una erección?
Sin actividad sexual = 0 puntos
Muy baja = 1 punto
Baja = 2 puntos
Regular = 3 puntos
Alta = 4 puntos
Muy alta = 5 puntos

Cuando tuvo erecciones con estimulación sexual, ¿Con qué frecuencia sus
erecciones fueron lo suficientemente rígidas para la penetración?
No intentó realizar el acto sexual o coito = 0 puntos
Casi nunca o nunca =1 punto
Pocas veces (menos de la mitad de las veces) = 2 puntos
Algunas veces (la mitad de las veces) = 3 puntos
Muchas veces (más de la mitad de las veces) = 4 puntos
Casi siempre o siempre = 5 puntos

Durante el acto sexual o coito, ¿Con qué frecuencia fue capaz de mantener
la erección después de haber penetrado a su pareja?
No intentó realizar el acto sexual o coito = 0 puntos
Casi nunca o nunca = 1 punto
Pocas veces (menos de la mitad de las veces) = 2 puntos
Algunas veces (la mitad de las veces) = 3 puntos
Muchas veces (más de la mitad de las veces) = 4 puntos
Casi siempre o siempre = 5 puntos

Durante el acto sexual o coito, ¿Qué grado de dificultad tuvo para mantener
la erección hasta el final del acto sexual o coito?
No intentó realizar el acto sexual o coito = 0 puntos
Extremadamente difícil = 1 punto
Muy difícil = 2 puntos
Difícil = 3 puntos
Poco difícil = 4 puntos

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 133


Sin dificultad = 5 puntos

Cuando intentó realizar el acto sexual o coito, ¿Con qué frecuencia fue satis-
factorio para usted?
No intentó realizar el acto sexual o coito = 0 puntos
Casi nunca o nunca = 1 punto
Pocas veces (menos de la mitad de las veces) = 2 puntos
Algunas veces (la mitad de las veces) = 3 puntos
Muchas veces (más de la mitad de las veces) = 4 puntos
Casi siempre o siempre = 5 puntos

Interpretación: Disfunción erectiva severa (5-7puntos), moderada (8-11), de


media a moderada (12-16), media (17-21), No D.E. (22-25)

José Manuel González | 134


Anexo No.5
FEMALE SEXUAL FUNCTION INDEX
(FSFI-6)

Nombre:
Fecha:

Instrucciones: Marque la respuesta que mejor describa su situación en las


últimas cuatro semanas. Por favor, asegúrese que escoge una sola respuesta
para cada pregunta.

1. Durante las últimas cuatro semanas ¿cómo calificaría su nivel de deseo


sexual o interés sexual?

Muy alto = 5 puntos


Alto = 4 puntos
Moderado = 3 puntos
Bajo = 2 puntos
Muy bajo o ninguno = 1 punto

2. Durante las últimas cuatro semanas ¿cómo calificaría su nivel de excitación


sexual durante la actividad o relación sexual (sola o en pareja)?

No he tenido actividad sexual = 0 puntos


Muy alto = 5 puntos
Alto = 4 puntos
Moderado = 3 puntos
Bajo = 2 puntos
Muy bajo o ninguno = 1 punto

3. Durante las últimas cuatro semanas ¿con qué frecuencia ha conseguido


estar lubricada (“mojada”) durante la actividad o relación sexual (sola o en
pareja)?

No he tenido actividad sexual = 0 puntos


Siempre o casi siempre = 5 puntos
La mayoría de las veces (más de la mitad de las veces) = 4 puntos
Algunas veces (aproximadamente la mitad de las veces) = 3 puntos
Pocas veces (menos de la mitad de las veces) = 2 puntos
Casi nunca o nunca = 1 punto

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 135


4. Durante las últimas cuatro semanas, cuando ha tenido estimulación sexual
o relaciones sexuales (sola o en pareja), ¿con qué frecuencia logró el orgasmo
(“se vino”)?

No he tenido actividad sexual = 0 puntos


Siempre o casi siempre = 5 puntos
La mayoría de las veces (más de la mitad de las veces) = 4 puntos
Algunas veces (aproximadamente la mitad de las veces) = 3 puntos
Pocas veces (menos de la mitad de las veces) = 2 puntos
Casi nunca o nunca = 1 punto

5. Durante las últimas cuatro semanas ¿en qué medida se ha sentido satisfe-
cha con la relación sexual con su pareja?

Muy satisfecha = 5 puntos


Moderadamente satisfecha = 4 puntos
Ni insatisfecha, ni satisfecha = 3 puntos
Moderadamente insatisfecha = 2 puntos
Muy insatisfecha = 1 punto

6. Durante las últimas 4 semanas ¿cómo calificaría su nivel de incomodidad o


dolor durante la penetración vaginal?

No he tenido penetración vaginal = 0 puntos


Muy alto = 1 punto
Alto = 2 puntos
Moderado = 3 puntos
Bajo = 4 puntos
Muy bajo = 5 puntos

Interpretación: sume los 6 puntajes obtenidos en estas preguntas. Punto de


corte 19 puntos, lo que significa que los puntajes por debajo y similares a 19
indican la presencia de una disfunción sexual.

REFERENCIA

Isidori, A. M., Pozza, C., Esposito, K., Giugliano. D., Morano, S., Vignozzi, L., Corona,
G., Lenzi, A. & Jannini, E. A. (2009). Development and validation of a 6-item version of
the female sexual function index (FSFI) as a diagnostic tool for female sexual dys-
function. Journal of Sex Medicine, 7(3), 1139-46.

José Manuel González | 136


ÍNDICE TEMÁTICO

Abuso sexual 17
ACSEX -Asociación Colombiana de Salud 35
Sexual
Activadores externos de la respuesta 39
sexual humana
Activadores internos de la respuesta 40
sexual humana
Acuña Cañas, A. 33
Alzate, H. 10, 28, 29, 30, 35, 44,
45, 46, 47, 49, 85
Annon, J. 83
Apego 17
Ardila, R. 32, 33, 35
Asociación Latinoamericana de Terapia 33
Sexual y de Pareja -ALTSEXPA
Autoestimulación asistida 107
Autoestimulación cerca de los genitales de 108
la pareja
Autoestimulación compartida 107
Autoestimulación con parada - arranque 108
Autoestimulación sensual con imaginación 106
Autoestimulación sexual con fantasía 107
erótica
Aversión sexual 57
Bancroft, J. 42
Basson, R. 47, 48, 49, 56
Bloch, I. 81
Brigeiro, M. 34
Cabello, F. 49, 56
Cantón-Dutari, A. 9, 30,
Sexualidad en Colombia 33
Características de la pareja armoniosa 26
Cardinal de Martín, C. 28, 29, 33
Colegio Colombiano de Psicólogos - 34, 35
COLPSIC

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 137


Comunicación - Estilo agresivo 69
Comunicación - Estilo asertivo 69
Comunicación - Estilo pasivo 69
Concentración erótica 18
Declaración sobre el Placer Sexual 23
Derechos de la Pareja 25
Derechos sexuales 21, 33
Diálogo interior 13
Disfunciones sexuales 51
Dispareunia 57
Dragunsky, L. 31, 35
Ellis, A. 19, 85
Encuesta Nacional de Demografía y Salud 32, 33, 34
Entrenamiento en habilidades para la 103
comunicación y solución de conflictos
Entrevista sexológica 66
Erotofilia 16
Erotofobia 16
Escalamiento del tratamiento para la 111
disfunción eréctil
Espitia-De La Hoz, F. 53, 54, 62
Estimulación mutua con los genitales 108
Etnocentrismo 21
Evaluación de la respuesta genital de la 75
mujer
Evaluación de la respuesta genital del 75
hombre
Evaluación en sexualidad humana 65
Exhibicionismo 60
Experiencias sexuales traumáticas 17
Eyaculación prematura o precoz 56, 131
Eyaculación retardada 51
Factores cognitivos en la problemática 68
sexual
Facundo, A. 34
Fantasías sexuales 18, 68
Fase apetitiva 44
Fase estimulatoria 44
Fase excitatoria 46
Fase orgásmica 46
Fase relacional 44
Female Sexual Function Index - 6 (FSFI - 6) 135

José Manuel González | 138


Fetichismo 61
Flores Colombino, A. 54, 55, 62
Fortalecer piso pélvico 103
Freud, S. 81
Froteurismo 60
FSFI - Female Sexual Function Index 70
FSFI - Female Sexual Function Index 70
Galán, L. C. 28
Género 12
Giraldo Neira, O. 20, 21, 28, 29, 34, 35
Gonzalez, G. 28
Granados, R. 65, 75, 77, 85, 86
Grupo hospitalario Quirón 70
Guerrero, P. 30
Guion sexual personal 40, 41
Habilidades de comunicación 69
Havelock Ellis, H. 40
Havelock Ellis, H. 81
Historia clínica 65, 86
Historia sexual 67
Historia sexual femenina 119
Historia sexual masculina 117
Hite, S. 30
Hormonas sexuales 13
Identidad de género 12
Identidad sexual 12
II seminario Colombiano de Sexología 9
IIEF - Índice Internacional de Función 70
Eréctil
Index of premature ejaculation – IPE 131
Índice internacional de función eréctil 133
5 (IIEF - 5)
Intervención en los trastornos 81
psicosexuales
Intervención psicológica 86, 87
Intervención psicológica - área cognitiva 88
Intervención psicológica - área 103
comportamental
Intervención psicológica - área emocional 88
IS - Inventarios de Sexualidad 74
IV Congreso Latinoamericano de Análisis y 9
Modificación del Comportamiento

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 139


Johnson, V. 42, 66, 77, 82
Jornada Bolivariana de Sexualidad y 32
desarrollo en la Universidad Simón Bolívar
Kaplan, H. 42, 49, 77, 84
Kinsey, A. 42, 49
Krafft-Ebing, R. 81
l Instituto Colombiano para el Fomento de 29
la Educación Superior - ICFES
Laboratorio de sexualidad humana - 34, 75
SexLab
Lacera, N. 9, 20, 33,35
Londoño, M. 29
LoPiccolo, J. 9, 30, 31, 35, 72, 77,
82
Mapa del amor 19
Marchal Bertrand, L. 34, 71, 77
Masoquismo sexual 60
Masters, W. 42, 65, 77, 82
Menopausia 15
Mesa, E. 29
MGH-SFQ - Massachusetts General 71
Hospital-Sexual Functioning Questionnaire
MGSEX - Medida Global de Satisfacción 70
Sexual
Miedo al sexo 16
Ministerio de Educación Nacional 28, 32, 33
Mitos y tabúes sexuales 13
Modelos de respuesta sexual humana 40
Money, J. 10, 19, 29, 35
Motivación hacia la terapia 66
Motivación sexual 16
Nieves Moyano, M. 39, 51, 62, 77, 78, 85,
86
OMS 11, 36
OPS 11, 35, 36, 62
Organización del tiempo libre 69
Orgasmo clitorídio o vaginal 46
Orientación sexual 12
Ortiz Umaña, G. 29
Palacio, M. L. 30
Parada - arranque con estimulación 109
intravaginal

José Manuel González | 140


Parada - arranque con puente 109
Parada - arranque y coito libre 109
Parafilia 57, 58
Parra, I. 34
Pedofilia 61
Pérez, O. 33
Placereado sensorial 105
Placereado sensorial sensual 105
Plan de intervención 75, 76
Pletismografía peniana 75
Política Nacional de Salud Sexual y 33
Reproductiva
Política Nacional de Sexualidad 33
Política Pública Nacional dirigida a los 35
sectores sociales LGBTI (Decreto 762 de
2018)
Pompoarismo 103
Principales protocolos desde la Medicina 110
sexual
Profamilia 28, 32, 33, 34
Progesterona 13
Programa Educación de la Sexualidad y 33
Construcción de Ciudadanía PESCC
Protocolo terapéutico de la EP según 112
Serrano (2020)
Protocolo terapéutico del Vaginismo 110
según Serrano (2020)
Registros psicofisiológicos 75
Reich, W. 40
Respuesta sexual humana 39
Revista Latinoamericana de Sexología 28
Rincón, M. 7, 20, 35
Rodrigues, O. 33, 57, 62, 74
Rosen, R. 78
Rubio Aurioles, E. 11, 36, 51, 55, 56
Sadismo sexual 60
Salud sexual 51
Sánchez-Fuentes, M. M. 11, 13, 36, 39, 49, 51,
62, 65, 70, 75, 77, 78,
85, 86
SAS - Sexual Assertiveness Scale 72
SDI - Sexual Desire Inventory 71

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 141


Seco, K. 56, 62
Semans, J. 81
Serrano, F. 49, 54, 55, 56, 62
Sexo cromosómico 10
Sexo genital 10
Sexo gonadal 10
Sexo tántrico 110
Sexología en Colombia. Eventos 28
significativos
Sexología en pantalla 29
Sexualidad 11
Sierra, J. C. 39, 51, 62, 65, 72, 75,
77, 78, 85, 86
SII - Sexual Interaction Inventory 72
SIS/SES-SF Sexual Inhibition/Sexual 71
Excitation Scales-Short Form
Sociedad Colombiana de Sexología 9
SOS-6 - Sexual Opinion Survey-6 72
SS - Sexuality Scale 71
Tamayo, F. 28
Testosterona 13
Trastorno combinado de la excitación 57
subjetiva y genital
Trastorno de deseo sexual hipoactivo en el 55
varón
Trastorno de dolor genito- 55
pélvico/penetración
Trastorno de la excitación sexual genital 57
Trastorno del deseo 56
Trastorno del interés/excitación sexual 54
femenino
Trastorno eréctil 53
Trastorno orgásmico femenino 53
Trastorno parafílico 57, 58
Trastorno persistente de la excitación 57
sexual
Trastorno subjetivo de la excitación 56
Trastornos del orgasmo de la mujer 57
Travestismo 61
Universidad de Caldas 28, 34, 35
Universidad del Valle 28
Universidad Konrad Lorenz 34

José Manuel González | 142


Universidad Simón Bolívar 9, 10, 32
Useche, B. 33, 85
Vaginismo 57
Vallejo Medina, P. 34, 70, 71, 72, 77, 78,
79
Valoración e intervención médica 85
Valoración médica 65
VIH-Sida 30
Vinculación afectiva 12
Voyeurismo 59
WAS 11
Wolpe, J. 82

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 143


CONTENIDO

Prólogo 5

Capítulo 1
Introducción 9
Sexo, sexualidad y salud sexual 10
Conceptos básicos 11
Variables que determinan el comportamiento sexual 13
Hormonas sexuales 13
Aspectos cognitivos de la sexualidad humana 13
Estados emocionales negativos y conducta sexual 21
Factores socioculturales 21
Derechos sexuales 22
Declaración sobre el Placer Sexual 23
Derechos de la Pareja 25
Características de la pareja armoniosa 26
Sexología en Colombia. Eventos significativos 28

Capítulo 2
Respuesta sexual humana 39
Principales activadores externos de la respuesta sexual humana 39
Principales activadores internos de la respuesta sexual humana 40
Modelos de respuesta sexual 40
Modelo de Wilhelm Reich 40
Modelo de Alfred Kinsey 42
Modelo de Masters y Johnson 42
Modelo de John Bancroft 42
Modelo de Helen Singer Kaplan 42
Modelo de Alzate 44
Modelo de Rosemary Basson 47

Capítulo 3
Salud sexual y trastornos psicosexuales 51
Salud sexual 51
Disfunciones sexuales 51
Clasificación de Basson y colaboradores 56
Trastornos parafílicos 57

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 145


Capítulo 4
Evaluación en sexualidad humana 65
Valoración médica 65
Evaluación psicológica 65
La entrevista sexológica 66
La Historia sexual 67
Factores cognitivos importantes en la problemática sexual 68
Habilidades de comunicación 69
Organización del tiempo libre 69
Evaluación psicopatológica 69
Principales cuestionarios 70
MGSEX - Medida Global de Satisfacción Sexual 70
IIEF - Índice Internacional de Función Eréctil 70
FSFI - Female Sexual Function Index 70
MGH-SFQ - Massachusetts General Hospital-Sexual
Functioning Questionnaire 71
SDI - Sexual Desire Inventory 71
SS - Sexuality Scale 71
SIS/SES-SF Sexual Inhibition/Sexual Excitation
Scales-Short Form 71
SOS-6 - Sexual Opinion Survey-6 72
SAS - Sexual Assertiveness Scale 72
SII - Sexual Interaction Inventory 72
Utilidad del IIS 74
IS - Inventarios de Sexualidad 74
Registros psicofisiológicos 75
Evaluación de la respuesta genital del hombre 75
Evaluación de la respuesta genital de la mujer 75
Observación 75
Plan de intervención 75

Capítulo 5
Intervención en los trastornos psicosexuales 81
Valoración e intervención médica 85
Intervención psicológica 86
Intervención psicológica - área cognitiva 86
Intervención psicológica - área emocional 88
Intervención psicológica - área comportamental 103
Principales protocolos desde la Medicina sexual 110
Tratamiento específico 113
Terapias farmacológicas 114

José Manuel González | 146


Anexo no.1 Historia sexual masculina 117
Anexo no.2 Historia sexual femenina 119
Anexo no.3 Index of premature ejaculation – IPE 131
Anexo No.4 Índice internacional de función eréctil 5 (IIEF - 5) 133
Anexo No. 5 Female sexual function index (FSFI-6) 135

Índice temático 137

Salud sexual y trastornos psicosexuales | 147

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