Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Abelardo Castillo
En realidad cuando se me ocurre un cuento pienso en el final de un suceso, ese suceso implica todo el cuento de
alguna manera. En “La madre de Ernesto”, por ejemplo, el hecho de que la madre pregunte por su hijo es todo el
cuento. Sin ese final no hay cuento. En el momento en que está concebido el final está concebido el cuento. Lo
único que hay que hacer es justificar ese final. En cuanto al problema de los personajes, hay cuentistas que crean
personajes y hay cuentistas que crean situaciones. Quiroga crea, además de situaciones cuentísticas, personajes
extraordinarios. Borges, en cambio, no necesita crear personajes, como no necesitaba crear personajes Kafka, ni
Poe. Un cuento no necesariamente exige personajes, lo que sí necesita es una situación que funcione como
“trampolín psíquico”, como decía Cortázar. No pasa de igual forma en la novela. La novela necesariamente tiene
que tener personajes. Jamás podría imaginarse nada parecido al Quijote sin el Quijote, sin Sancho.
Conejo, por cierto, es prácticamente uno de mis pocos relatos autobiográficos: mis padres se separaron y yo
sentí eso como un abandono. Sin duda eso fue traumático, sobre todo para la época en que ocurrió: hoy es
muy común ser hijo de un matrimonio separado, pero en los años ’40... Recuerdo una frase que me marcó
mucho cuando tendría ocho o nueve años: iba caminando por Terrero y oí que un chico decía “éste es al que
se le fue la vieja”. También diría que no lo viví con dramatismo: para mí fue como una recuperación de la
libertad. Decirlo así puede dar la impresión de frialdad o desdén, pero no me llevaba bien con mi madre, que
tenía un carácter muy fuerte, y sí, en cambio, con mi padre, que era mucho más apacible. Mi tía, por otra
parte, fue como una madre sustituta.
C. ¿Qué transformación se produce al final del cuento con respecto al trato con el
conejo? ¿Por qué te parece que sucede esto?
El cuento leído podría enmarcarse dentro del llamado género de iniciación o relato de aprendizaje, que
refiere a la evolución de un personaje desde la infancia a la madurez, ya sea desde el punto de vista
del desarrollo físico, moral, psicológico y/o social.