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© Martín García-Ripoll Montijano

BLOQUE 2º LOS CONTRATOS EN PARTICULAR

LECCIÓN 9ª LA DONACIÓN

1.- Concepto y naturaleza.


2.- Elementos de la donación.
3.- Efectos de la donación
4.- Donaciones especiales.
5.- Revocación de donaciones.

1.- Concepto y naturaleza.

De acuerdo con el art. 618 CC, «La donación es un acto de liberalidad por el cual una persona
dispone gratuitamente de una cosa en favor de otra, que la acepta»; es decir, una transmisión
voluntaria de una cosa o un derecho del donante al donatario sin recibir aquél nada a cambio.

Respecto de su naturaleza, muy debatida, podemos afirmar que:

- La donación para el Tribunal Supremo y la doctrina mayoritaria es un contrato, aunque el


Código Civil no la incluye en el libro dedicado a los contratos sino en el de los diferentes
modos de adquirir la propiedad, y la califica de «acto» y no de contrato (art. 618 CC).

La razón se encuentra en el proceso de elaboración del Código Civil francés: no se podía entender que
fuera considerado como contrato un acuerdo que no tenía carácter sinalagmático; por ello, el Código
Civil francés habla de «acto», y lo mismo hace el nuestro código.

Para alguna doctrina la donación no es «un contrato sino un acto lucrativo de atribución patrimonial de
cosas y de derechos … Como acto ‘de atribución’ requiere el consentimiento del destinatario a quien va
dirigida; es decir, el donatario debe pronunciarse a favor de tal atribución, debe ‘aceptar’ para que el
desplazamiento provocado por la conducta del donante encuentre asiento en el patrimonio de aquél» 1.

Y la STS 371/1998, de 17 abril (RJ 2983), afirma obiter dictum que «la donación surge a la vida jurídica
por consecuencia de un acto de liberalidad unilateral de quien la otorga (artículo 618), aunque en su
dinámica se someta a la normativa que disciplina las relaciones contractuales (artículo 621)».

La naturaleza contractual de la donación en nuestro Derecho resulta de los arts. 618, 623, 629
y 630 que exigen claramente la aceptación del donatario, y del art. 621 que dispone que las
donaciones se rigen por las normas generales de las obligaciones y contratos.

- En segundo lugar, es un contrato gratuito 2: su causa es el ánimo liberal en el donante.

1
RUBIO TORRANO, «¿Es la donación un contrato?», Revista Aranzadi Civil-Mercantil, n. 13/2003.
2
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La importancia de la donación en nuestro Derecho viene dada por ser el modelo de acto o
contrato gratuito. Por ello, las normas de la donación pueden ser aplicadas, con carácter
subsidiario, en los restantes casos de actos gratuitos.

2.- Elementos de la donación.

a) Elementos personales: sujetos.

En la donación participan dos personas: el donante y el donatario.

El donante es el que realiza la disposición patrimonial a favor del donatario. De acuerdo con el
art. 624, «Podrán hacer donación todos los que puedan contratar y disponer de sus bienes».
Se exige, por tanto, la capacidad general de contratar. Así que no pueden donar los menores
no emancipados, salvo ciertos bienes conformes a los usos sociales (art. 1263). Por su parte,
los menores emancipados no podrán donar por sí solos, los bienes enumerados en el art. 247.

El donante puede actuar mediante representante. Hay autores que afirman que, al ser la
donación un acto personal, no es posible conceder a un representante un poder general para
donar; admiten la donación si están completamente determinados la cosa a donar y la persona
del donatario. Pero en la práctica se otorgan poderes generales para donar, incluso con
facultad de autocontratación, y son aceptados por los tribunales.

El donatario es quien recibe la liberalidad de forma “gratuita”, a cambio de nada. Conforme al


art. 625, «Podrán aceptar donaciones todos los que no estén especialmente incapacitados por
la ley para ello». Pero añade el art. 626 que «Las personas que no pueden contratar no
podrán aceptar donaciones condicionales u onerosas sin la intervención de sus legítimos
representantes»3. Por donaciones onerosas se entiende las que conllevan una carga (o modo).

Además, el art. 627 regula las donaciones hechas a los concebidos y no nacidos (“Las
donaciones hechas a los concebidos y no nacidos podrán ser aceptadas por las personas que
legítimamente los representarían, si se hubiera verificado ya su nacimiento”). Para la plena
efectividad de la donación es necesario que el concebido llegue a nacer.

En el caso de que sean varios los donatarios, se aplica el art. 637: “Cuando la donación se
hubiera hecho a varias personas conjuntamente se entenderá por partes iguales; y no se dará
entre ellos el derecho de acrecer, si el donante no hubiese dispuesto otra cosa. Se exceptúan
de esta disposición las donaciones hechas conjuntamente a ambos cónyuges, entre los cuales
tendrá lugar aquel derecho si el donante no hubiese dispuesto lo contrario”.

El art. 618 habla de «liberalidad» y «gratuidad», que no son lo mismo. La gratuidad es un elemento objetivo, que
significa ausencia de contraprestación. Liberalidad significa que, además, el acto gratuito se hace con la intención
de beneficiar a otro. Así, p. ej., el abandono o derelictio es un acto gratuito, pero no liberal.
3

De acuerdo con ello, no parece necesario tener capacidad general de obrar para aceptar una donación, siempre
que se tenga discernimiento suficiente sobre el acto que se realiza y se trate de una donación usual (así, un niño
puede aceptar la donación de un juguete, pero no la de unas acciones de una sociedad anónima).
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b) Elementos reales: objeto.

En el sistema del Código Civil objeto de la donación solo pueden ser derechos reales o
derechos de crédito determinados previamente existentes en el patrimonio del donante. De
manera que la prestación de un servicio a título gratuito (depósito, mandato, servicios, etc.)
no constituye en sentido estricto una donación. La razón es que la regulación especialmente
severa de la donación se debe a que el donante puede fácilmente vaciar de contenido su
patrimonio con el posible perjuicio para él mismo, sus legitimarios y sus acreedores, mientras
que con las otras actividades a título gratuito es mucho más difícil.

Por otra parte, los arts. 634 y 635 exigen que la donación se refiera a bienes presentes del
donante, no pudiendo comprender bienes futuros. «Por bienes futuros se entienden aquellos
de que el donante no puede disponer al tiempo de la donación». El fundamento de esta regla
es la prohibición de los pactos sobre la sucesión futura, a su vez por temor a que se burlaran
los derechos de otros legitimarios distintos del donatario.

Además, el Código Civil limita la cantidad de bienes que se pueden donar, en dos sentidos:

- que el donante se reserve, en plena propiedad o en usufructo, lo necesario para vivir


en un estado correspondiente a sus circunstancias (art. 634). Si se reserva lo necesario, y
después viene a peor fortuna, la donación es inatacable, pero puede solicitar alimentos del
donatario (art. 648.3.º; y si no los recibe, la donación es revocable).

- que no perjudique la legítima de los herederos forzosos (art. 636). En este caso, la
donación es en principio válida, pero puede reducirse tras la muerte del donante conforme a
los arts. 654 a 656 CC, que se estudian en Derecho de sucesiones.

c) Elementos formales.

La donación es un acto o contrato formal, sometida a unas especiales exigencias de forma


para facilitar la reflexión en el donante. La forma que se exige es siempre ad solemnitatem.4

Hay que distinguir según se trate de un bien mueble o inmueble.

Si se trata de un bien mueble, el art. 632 prevé dos posibilidades:

- que se haga verbalmente, en cuyo caso se exige la entrega simultánea de la cosa donada:
donación manual.

- si la donación no se hace con entrega simultánea de la cosa, es requisito imprescindible que


se haga por escrito, tanto la oferta como la aceptación. No es necesario que ambas consten
en el mismo documento.

Si se trata de un bien inmueble, ha de constar en escritura pública, expresándose en ella


individualmente los bienes donados y el valor de las cargas que deba satisfacer el donatario. Si

4
Entre otras muchas, SSTS 40/2007, de 25 enero, RJ 593; 956/2007, de 10 septiembre, RJ 4980).
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la aceptación se hace en escritura separada, «deberá notificarse la aceptación en forma


auténtica al donante, y se anotará esta diligencia en ambas escrituras» (art. 633) 5.

A propósito de la forma, se plantea en la práctica el problema de la donación de inmueble


disimulada bajo una escritura pública de compraventa. La jurisprudencia ha sido vacilante al
respecto, pero últimamente tiende a considerar que la donación es nula porque se considera
que la intención o causa donandi ha de constar explícitamente en la escritura 6, frente a otras
sentencias que habían considerado que la donación era válida si la compraventa se hacía en
escritura pública7. Por otra parte, si la donación es remuneratoria, el TS solía aceptar la validez
a pesar de la simulación, si constaba en escritura pública; sin embargo, últimamente también
se considera nula8.

d) Consentimiento: perfección.

Al ser la donación un contrato, requiere el consentimiento del donante y la aceptación del


donatario (630 CC). Ahora bien, en cuanto al momento de la perfección definitiva por la
confluencia de la oferta y la aceptación, existen dos preceptos que parcialmente se oponen: el
623 y 629. El 623 CC dispone que “La donación se perfecciona desde que el donante conoce la
aceptación del donatario”; por su parte, el art. 629 señala que la donación “obliga al donante y
produce efectos desde la aceptación” (con independencia de su conocimiento por el donante).
Esta antinomia ha llevado a muchas discusiones, pero parece que el art. 623 se refiere a la
irrevocabilidad de la donación y no tanto a la perfección (que sería el 629 CC).

La doctrina sostiene que «los artículos 623 y 629 resultan perfectamente compatibles, a la vez
que complementarios. La donación goza de esa provisionalidad mientras el donante no
conozca la aceptación del donatario. A partir de entonces, es irrevocable» ( RUBIO TORRANO). En
definitiva, la donación se perfecciona con la aceptación del donatario, pero es todavía
revocable por el donante hasta que éste conoce la aceptación.

La STS 371/1998, de 17 abril (RJ 2983), apela a los «antecedentes históricos», «ya que el Anteproyecto
del Código Civil y Proyecto de 1851, como la primera edición (artículo 623), refieren que la donación
resultaba irrevocable desde que se producía la aceptación del donatario y se participaba al donante. Fue
en la segunda edición del Código cuando se produjo la mutación de la redacción del referido precepto,
al sustituir el adjetivo ‘irrevocable’ por el verbo transitivo ‘perfecciona’, con lo cual la doctrina científica
mayoritaria alcanza la conclusión de que el artículo 623 ha de entenderse en el sentido de que desde el

ALBALADEJO considera que se notifica en forma auténtica cuando la notificación se hace mediante la intervención
de un funcionario revestido de fe pública, sea este judicial o extrajudicial.
6

A partir de la STS –Pleno- 1394/2007, de 11 enero (RJ 1502); a la que siguen las SS. 236/2008, de 18 marzo (RJ
3054); 28 noviembre 2011 (RJ 2012, 580); 683/2014, de 18 noviembre (RJ 5951).
7

Así, SSTS 939/2004, de 7 octubre (RJ 6231), y 240/2002, de 18 marzo (RJ 2663).
8

Entre ellas, las SS. 11 enero 2007 y 26 febrero 2007, y la 824/2011, de 15 noviembre (RJ 2012, 755).
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momento en que el donante conoce la aceptación de la donación, la misma se hace irrevocable». En la


misma línea las RRDGRN 1 julio 2003 (RJ 6082) y 5027/2018, de 3 abril ( obiter dictum, RJ 1498).

3.- Efectos de la donación.

La donación, en cuanto acto de disposición a título gratuito, produce una transmisión del
donante al donatario. Ahora bien, se discute si el donatario adquiere la propiedad desde el
momento en que la donación se perfecciona, o si, por el contrario, no la adquiere hasta que se
le entrega (es decir, exige tradición: teoría del título y el modo).

La mayoría de los autores entienden que, dado que el artículo 609 parece distinguir entre la
donación y los restantes contratos traslativos del dominio, exigiendo la tradición solo para
estos, junto al hecho de que el Código regula la donación entre los modos de adquirir la
propiedad (y no entre los contratos), habría que entender que la donación, por sí sola, tiene
efecto traslativo. Estos autores, no obstante, admiten que las partes pacten otra cosa, y se
configure la donación como puramente obligacional.

Otros autores, por el contrario, consideran que lo anterior sería una excepción injustificada al sistema
de adquisición de los derechos reales mediante título y modo. Por ello, sostienen que la donación, al
igual que los restantes contratos traslativos del dominio, tan solo supone un justo título para la
adquisición de la propiedad; pero que esta se adquiere con la entrega de la cosa donada.

En realidad, la cuestión no es tan problemática porque la llamada donación manual requiere la entrega
simultánea de lo donado, y porque, de acuerdo con el art. 1462 CC, el otorgamiento de escritura pública
(necesaria en las donaciones de bienes inmuebles) supone la tradición, a menos que otra cosa se haya
expresado en el contrato. De manera que el problema solo se plantearía respecto de las donaciones de
cosa mueble en documento privado sin entrega simultánea de la cosa, o en las donaciones en escritura
pública en las que se advierte que el otorgamiento del documento no equivale a la entrega.

En suma, la donación es un “contrato” traslativo sin necesidad de tradición (además es dudoso


que pueda existir una donación puramente obligacional de cosa específica). Por ello, el Código
prevé la donación como modo de adquirir, y no exige respecto de ella la tradición; y porque no
admite la donación obligacional también prohíbe la donación de bienes futuros (art. 635 CC).

Por otra parte, el art. 638 regula una muy limitada obligación de garantía del donante. En
general, quien transmite una cosa a otro está obligado a garantizarle que no será molestado
en su posesión o propiedad por un tercero con título para ello (= saneamiento por evicción,
que se estudia detenidamente en la compraventa). En la donación, sin embargo, al ser un
contrato gratuito, el donante no queda obligado al saneamiento de las cosas donadas, salvo si
la donación fuera onerosa, en cuyo caso responderá el donante de la evicción hasta la
concurrencia del gravamen. A cambio, el donatario se subroga en todos los derechos y
acciones que en caso de evicción corresponderían al donante (p. ej., si el donante se creía
titular de la cosa debido a la mala fe de su transmitente).

Aun así, la doctrina considera que si el donante entregó la cosa al donatario sabiendo que era
ajena (o debiendo saberlo), habrá de indemnizarle por los daños sufridos por ser de mala fe.
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Siendo la donación un acto gratuito, que puede perjudicar a los acreedores del donante,
establece el Código un régimen especial en cuanto a la responsabilidad del donatario por las
deudas del donante. Dispone el art. 642 que «Si la donación se hubiere hecho imponiendo al
donatario la obligación de pagar las deudas del donante, como la cláusula no contenga otra
declaración, solo se entenderá aquél obligado a pagar las que apareciesen contraídas antes».

Añade el art. 643 que «No mediando estipulación respecto al pago de deudas, sólo responderá
de ellas el donatario cuando la donación se haya hecho en fraude de los acreedores. / Se
presumirá siempre hecha la donación en fraude de los acreedores, cuando al hacerla no se
haya reservado el donante bienes bastantes para pagar las deudas anteriores a ella» 9.

El donatario responderá frente a los acreedores exclusivamente con los bienes donados, o con
lo que quede de ellos, o con los que los hayan sustituido si se puede demostrar la sustitución.
Si el donatario es de mala fe responde por el valor de los bienes recibidos, se encuentren o no
ya en su patrimonio (LACRUZ).

4.- Donaciones especiales.

a) Donación mortis causa.

La donación es un contrato y, por tanto, negocio jurídico inter vivos. Sin embargo, es posible
que la eficacia de la donación se posponga a la muerte del donante, en cuyo caso se habla de
donación mortis causa. En esto se parece a un legado (una atribución mortis causa a título
particular y a título gratuito), pero si es donación, la aceptación del donatario la hace
irrevocable (desde el conocimiento de dicha aceptación por el donante) en tanto que el
legado, al ser necesariamente es testamento, es esencialmente revocable (737 CC).

Las donaciones mortis causa, según el art. 620, se rigen por las normas de la sucesión testamentaria
(por la de los legados, conforme señala la RDGSJFP 5783/2020, de 29 octubre, RJ 5477; v. también
RDGRN 5783/2019, de 27 marzo, RJ 1455). Se estudian, por tanto, en Derecho de sucesiones 10.

b) Donación modal.

9
LACRUZ (1986: § 101, n. 506, 143 y 144) considera este supuesto distinto del art. 1297, pero FERNÁNDEZ CAMPOS
cree que no [El fraude de acreedores: la acción pauliana, Real Colegio de España, Bolonia (1998: 215 y ss.)]. La
facultad del acreedor de dirigirse directamente contra el patrimonio del donatario, que LACRUZ parece considerar
solo propia del art. 643, piensa FERNÁNDEZ CAMPOS que es propia de toda rescisión por fraude, pues esta no obliga
a devolver los bienes al patrimonio del deudor, y luego proceder contra ellos, sino que es posible dirigirse
directamente contra los bienes que tenga el adquirente a título gratuito en ambos artículos.
10

La Ley 165 de la Compilación navarra establece que: «Son donaciones mortis causa las que se hacen en
consideración a la muerte del donante. / Se presume que la donación se hace en consideración a la muerte del
donante cuando la adquisición de los bienes donados queda diferida al fallecimiento de aquél».
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La donación modal u onerosa es aquella en que se impone al donatario un gravamen inferior


al valor de lo donado (art. 619 i.f.).

El modo es un elemento accesorio propio de las atribuciones gratuitas (herencia, legado,


donación) que consiste en poder imponer al favorecido actividades de cualquier naturaleza,
patrimoniales o no (ej., que apruebes el grado de Derecho, que cuides de mi perro, etc.).

Habitualmente consiste en la determinación de una finalidad que parcialmente se ha de dar a


los bienes recibidos (ej., para ayudar a asociaciones de inmigrantes; hacer al donante un
monumento; para la «construcción de un futuro complejo parroquial », STS 111/2013, de 6
marzo, RJ 2585) o cuidar de alguna persona (ej., recibir en la propia casa y alimentar al
donante, a un pariente del donante enfermo, etc.).

La cuestión más difícil respecto del modo es distinguirlo de la condición potestativa. Para la
jurisprudencia el modo «obliga pero no suspende», y la condición «suspende pero no obliga».
En consecuencia, el donatario adquiere inmediatamente los bienes donados, sin tener que
esperar al cumplimiento de la carga o modo impuesto.

El art. 622 señala que «Las donaciones con causa onerosa se regirán por las reglas de las
contratos»; hay que entender que se regirán por las normas de los contratos onerosos hasta
el valor del gravamen, y en el resto, por las de la propia donación.

La donación modal sigue sujeta a la forma ad solemnitatem de las donaciones.

En caso de incumplimiento del donatario, se producen dos posibles efectos:

- puede exigirse el cumplimiento forzoso en forma específica, o

- puede revocarse la donación. La jurisprudencia vacila entre aplicar por analogía el plazo de
caducidad de un año del art. 652, ingratitud (STS 11 marzo 1980) o el de cuatro años del art.
1299, rescisión (SSTS 23 noviembre 2004 y 20 julio 2007, RJ 4696).

Finalmente, de acuerdo con el art. 638, el donante responde del saneamiento por evicción y
vicios ocultos hasta la concurrencia del gravamen.

c) Donación remuneratoria.

De acuerdo con el art. 619, son donaciones remuneratorias aquellas mediante las que el
donante premia a una persona por sus méritos o por los servicios que le ha prestado.

Para LACRUZ por méritos puede entenderse no el afecto personal que el donante le tenga al donatario
(esto se da en la mayoría de las donaciones), sino el merecimiento personal, valorado de forma más o
menos objetiva. Así, la donación al inventor de la penicilina por los beneficios hechos a la humanidad 11.

Ese bien o favor al donante no ha de constituir un crédito exigible, pues en tal caso no
estaríamos ante una donación, sino ante el pago de una deuda. Hay donación remuneratoria

11
LACRUZ BERDEJO, 1986: § 102, n. 510, 157 y 158.
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cuando se entrega al donatario algo que este no podía reclamar. Así, p. ej., si agradecido al
abogado que me ha hecho ganar un importante pleito, además de pagarle los honorarios, le
regalo un libro valioso, o un juego de escritorio, etc.

Si luego resultara falso el hecho sobre el que se apoya la donación, habría que considerar a
esta nula por causa falsa (como hace el art. 767 respecto de la institución de heredero).

d) Donación con reserva de la facultad de disponer por el donante.

“Podrá reservarse el donante la facultad de disponer de algunos de los bienes donados, o de


alguna cantidad con cargo a ellos; pero, si muriere sin haber hecho uso de este derecho,
pertenecerán al donatario los bienes o la cantidad que se hubiese reservado” (art. 639 CC).

En este caso, los bienes quedan en poder del donatario en situación claudicante, puesto que el
ejercicio de la facultad por el donante resuelve la titularidad del donatario 12. Supone este
precepto una excepción al art. 1256 CC. Si se ejercita la facultad de disponer, el donatario
mantendrá los frutos de la cosa obtenidos, así como las ventajas que se derivaron del uso.

e) Donación con cláusula de reversión.

La reversión supone que el bien donado pasa de nuevo al patrimonio del donante, o bien al de
una tercera persona designada por este. También es una excepción al principio del art. 1256 13.

Regulada en el art. 641 CC: “Podrá establecerse válidamente la reversión en favor de sólo el
donador para cualquier caso y circunstancias, pero no en favor de otras personas sino en los
mismos casos y con iguales limitaciones que determina este Código para las sustituciones
testamentarias. La reversión estipulada por el donante en favor de tercero contra lo dispuesto
en el párrafo anterior es nula; pero no producirá la nulidad de la donación”.

Dice el Código que la reversión en favor de terceros solo puede establecerse con los límites de
las sustituciones fideicomisarias. Ello significa que si la reversión se establece para el momento
de la muerte del o de los donatarios, el donante solo puede establecer que la cosa donada
pase sucesivamente del donatario a otra persona, y después de esta todavía a otra, pero no
más. La razón es evitar la vinculación perpetua de los bienes y la constitución de mayorazgos
(común en la práctica antigua: dono la finca X a mi hijo mayor, y pase sucesivamente lo
donado al mayor de cada uno de sus descendientes de la misma línea).

12

LACRUZ BERDEJO (1986: § 102, n. 514, 165). (v. STS 20/2011, de 27 enero, RJ 300)
13

Al permitir el art. 641 que se pueda pactar la reversión «para cualquier caso y circunstancias» (lo que hay que
entender que incluye la mera voluntad del donante), este caso puede prácticamente no distinguirse apenas de la
donación con reserva de la facultad de disponer. No obstante, el caso típico parece que consiste en que se pacte
la reversión para el caso de muerte del donatario.
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5.- Revocación de la donación.

La revocación es un tipo de ineficacia funcional de un contrato válidamente celebrado. Al


depender de la voluntad de una sola de las partes (contra el art. 1256 Cc), tiene carácter
excepcional.

Las causas por las que se puede revocar una donación (ya aceptada por el donatario) son
tres: supervivencia o superveniencia de hijos, ingratitud del donatario, e incumplimiento de las
cargas de la donación.

A. Supervivencia o superveniencia de hijos.

Regulada en los arts. 644 a 646. De acuerdo con el art. 644 se puede revocar la donación:

- si el donante tiene, después de la donación, hijos, aunque sean póstumos (superveniencia).

- si resulta vivo el hijo que reputaba muerto cuando hizo la donación (supervivencia).

Se exige, en ambos casos, que el donante no tuviera hijos ni descendientes en el momento de


hacer la donación.

La referencia al póstumo significa que el donante ha muerto, por lo que la donación será
revocable por los herederos del mismo. Por eso dice el art. 646.II que «Esta acción... se
transmite, por muerte del donante, a sus hijos y descendientes».

La acción de revocación «prescribe por el transcurso de cinco años desde que se tuvo noticia
del nacimiento del último hijo, o de la existencia del que se creía muerto». Aunque el Código
habla de prescripción, en realidad el plazo es de caducidad. Como se ha dicho antes, la acción
es transmisible a los hijos y descendientes.

El efecto de la revocación es la restitución al donante de los bienes donados, o su valor si el


donatario los hubiese vendido. Si estuvieren hipotecados, podrá el donante liberar la hipoteca,
pagando la cantidad que garantice, con derecho a repetirla del donatario. Cuando los bienes
no pudieren ser restituidos, se apreciarán por lo que valían al tiempo de hacer la donación
(art. 645).

B. Ingratitud del donatario.

Se regula en los arts. 648 a 653. El art. 648 solo permite revocar en casos tasados:
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- Cuando el donatario cometiere algún delito contra la persona, el honor o los bienes del
donante14. El TS considera aplicable el precepto aunque no haya recaído sentencia penal de
condena (S. 422/2015, de 20 julio, RJ 4460).

- Cuando el donatario impute al donante alguno de los delitos que dan lugar a procedimientos
de oficio o acusación pública, aunque lo pruebe; a menos que el delito se hubiese cometido
contra el mismo donatario, su cónyuge o sus hijos constituidos bajo su autoridad. Este
precepto es criticable, porque contradice la Ley de Enjuiciamiento Criminal que impone a toda
persona el deber de denunciar los delitos de que tenga conocimiento.

- Si le niega indebidamente alimentos. Este deber de alimentos puede surgir en los casos
contemplados en los arts. 142 y ss., o bien porque el donante ha venido a peor fortuna tras la
donación, aunque no medie relación de parentesco.

Esta acción de revocación no puede renunciarse anticipadamente, y tiene un plazo de


caducidad (aunque el Código dice «prescripción») de un año desde que el donante tuvo
conocimiento del hecho y posibilidad de ejercitar la acción (art. 652) 15. Añade el art. 653 que
«No se transmitirá esta acción a los herederos del donante, si este, pudiendo, no la hubiese
ejercitado. / Tampoco se podrá ejercitar contra el heredero del donatario, a no ser que a la
muerte de este se hallase interpuesta la demanda».

En cuanto a los efectos de la revocación, no afectará a las enajenaciones anteriores a la


anotación de la demanda en el Registro de la Propiedad. Las posteriores quedan sujetas al
resultado del pleito (art. 649) 16. Si los bienes son ya irreivindicables por el donante, tendrá
derecho a exigir del donatario el valor de los bienes donados, valorados al tiempo de la
donación.

C. Incumplimiento de cargas.

La regula el art. 647 CC. Se trata del caso de incumplimiento del modo o carga de la donación.
En este caso el donante puede optar entre exigir el cumplimiento del modo o carga o la
revocación de la donación (o ambos, primero solicitar el cumplimiento forzoso y si éste fuere
imposible, pedir la revocación, como permite el art. 1124 en materia de resolución).

No señala aquí el Código plazo para el ejercicio de la acción. El Tribunal Supremo para salvar
esta laguna, aplica por analogía el plazo de 4 años de la acción rescisoria, del art. 1299 (frente
14
La alusión al honor fue incluida por una reforma del CC de 1990, pues antes se decía contra la «honra». En su
origen el artículo se refería a los delitos contra la honestidad, que ahora se llaman contra la libertad sexual.
15

SAP Las Palmas (Sección 4ª) 211/2016, de 16 junio (JUR 2204): El día inicial de cómputo del plazo, en un caso de
un delito cometido por el donatario contra el donante, es aquel en que el donante conoció la firmeza de la
sentencia condenatoria penal. Dado el carácter ganancial del bien donado, la revocación del consentimiento
prestado por uno de los cónyuges conlleva la ineficacia de la donación misma.
16

Este artículo plantea varios problemas. En primer lugar, qué sucede si se trata de bienes muebles. En segundo
lugar, qué sucede si el inmueble no está inmatriculado en el Registro. Parece que la referencia a la anotación
señala la relevancia de la buena o mala fe del subadquirente.
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a alguna resolución anterior que aplicaba el plazo de 1 año de la acción de revocación por
ingratitud). Como vemos, más que un supuesto de “revocación” estamos en un supuesto de
“resolución” (y es llamativo que en este supuesto, el TS aplique el plazo de la rescisión).

En cuanto a los efectos, aquí el Código es más inflexible que en los casos anteriores, pues
señala que serán nulas las enajenaciones realizadas por el donatario. Esto se justifica por el
matiz de onerosidad que tienen estas donaciones.

D. Restitución de frutos.

El art. 651 regula la restitución o no de los frutos percibidos por el donatario antes de la
revocación. Si la revocación fuera por las causas del art. 644 (supervivencia o superveniencia
de hijos) o por ingratitud, el donatario devolverá los frutos solo desde la interposición de la
demanda. Si, en cambio, la revocación se fundara “en haber dejado de cumplir alguna de las
condiciones impuestas en la donación, el donatario devolverá, además de los bienes, los frutos
que hubiese percibido después de dejar de cumplir la condición”.

Apuntes cedidos por el profesor Martín García-Ripoll Montijano

adaptados por el profesor Juan Antonio Fernández Campos

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