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MARCO NORMATIVO Y GESTIÓN DE LA

PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES. ESQUEMAS

Carmen Salcedo Beltrán


Profesora Titular de Universidad
Departamento de Derecho del Trabajo y Seguridad Social

MARCO NORMATIVO DE LA PREVENCIÓN DE RIESGOS


LABORALES.
Esquema
I. Normativa.
A) Constitución Española: arts. 40.2, 15, 43.1, 43.2 y 45.1.
B) Normas internacionales: Convenios, Recomendaciones, Carta Social Europea
(Consejo de Europa).
C) Normas Comunitarias. Directiva Marco 89/391/CEE, de 12 de junio de 1989.
D) Normativa nacional.
– Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales
– Normas reglamentarias.
– Normas autonómicas.
E) Negociación colectiva.
– Carácter mínimo (art. 2.2 LPRL)
– Carácter complementario (Disposición Adicional Séptima del RSP).
– Regulación de determinados aspectos ante la dispositivización de la LPRL (art.
35).

1. Constitución Española
Artículos 15, 40.2, 41, 43.1, 43.2.
Los tres últimos artículos son principios rectores que tienen, como características
fundamentales, que son auténticas normas jurídicas, participando de la misma fuerza
jurídica que la Constitución
2. El Estatuto de los Trabajadores
Artículos 4.2.d) y 19.1, ET 2015.
3. La Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales
Constituye la normativa sobre prevención de riesgos laborales, la LPRL, sus
disposiciones de desarrollo o complementarias y cuantas otras normas, legales o
convencionales, que contengan prescripciones relativas a la adopción de medidas
preventivas en el ámbito laboral o susceptibles de producirlas en dicho ámbito (art. 1,
LPRL).

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4. Leyes, Reglamentos y otras normas generales (muchas normas, enumeración no
exhaustiva)
RD 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Servicios de
Prevención.
RD 485/1997, de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas en materia de señalización de
seguridad y salud.
RD 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de
seguridad y salud en los lugares de trabajo.
RD 773/1997, de 30 de mayo, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas
a la utilización por los trabajadores de equipos de protección individual.
RD 1215/1997, de 18 de julio, por el que se establecen las disposiciones mínimas de
seguridad y salud para la utilización por los trabajadores de los equipos de trabajo.
Ley 32/2006, de 18 de octubre, reguladora de la subcontratación en el Sector de la
Construcción.
Ley 20/2007, de 11 de julio, del Estatuto del trabajo autónomo.
RD 404/2010, de 31 de marzo, por el que se regula el establecimiento de un sistema de
reducción de las cotizaciones por contingencias profesionales a las empresas que hayan
contribuido especialmente a la disminución y prevención de la siniestralidad laboral.
5. Leyes, Reglamentos y otras normas para sectores o actividades específicas
RD 863/1985, de 2 de abril, por el que se aprueba el Reglamento General de Normas
Básicas de Seguridad Minera.
RD 108/1991, de 1 de febrero, sobre prevención y reducción de la contaminación del
medio ambiente producida por el amianto.
RD 363/1995, de 10 de marzo, por el que se regula la Notificación de Sustancias Nuevas
y Clasificación, Envasado y Etiquetado de Sustancias Peligrosas.
RD 488/1997, de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas
al trabajo en equipos que incluyen pantallas de visualización.
RD 664/1997, de 12 de mayo, sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos
relacionados con la exposición agentes biológicos durante el trabajo.
RD 665/1997, de 12 de mayo, sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos
relacionados con la exposición a agentes cancerígenos durante el trabajo.
RD 1216/1997, de 18 de julio, por el que se establecen las disposiciones mínimas de
seguridad y salud en el trabajo a bordo de los buques de pesca.
RD 1389/1997, de 5 de septiembre, por el que se aprueban las disposiciones mínimas
destinadas a proteger la seguridad y salud de los trabajadores en las actividades mineras.
RD 1627/1997, de 24 de octubre, por el que se establecen disposiciones mínimas de
seguridad y salud en las obras de construcción.

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RD 1932/1998, de 11 de septiembre, de adaptación de los capítulos III y V de la Ley
31/1995, de 8 de noviembre, al ámbito de los centros y establecimientos militares.
RD 216/1999, de 5 de febrero, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud en el
trabajo en el ámbito de las empresas de trabajo temporal.
RD 171/2004, de 30 de enero, por el que se desarrolla el artículo 24 de la Ley 31/1995,
de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, en materia de coordinación de
actividades empresariales.
RD 179/2005, de 18 de febrero, sobre prevención de riesgos laborales en la Guardia Civil.
RD 2/2006, de 16 de enero, sobre prevención de riesgos laborales en la actividad de los
funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía.
RD 286/2006, de 10 de marzo, sobre la protección de la salud y la seguridad de los
trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al ruido.
RD 1109/2007, de 24 de agosto, por el que se desarrolla la Ley 32/2006, de 18 de octubre,
reguladora de la subcontratación en el Sector de la Construcción.
RD 67/2010, de 29 de enero, de adaptación de la legislación de Prevención de Riesgos
Laborales a la Administración General del Estado.
Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de derechos y deberes de los miembros de las
Fuerzas Armadas.
RD 1084/2014, de 19 de diciembre, por el que se modifica el Real Decreto 67/2010, de
29 de enero, de adaptación de la legislación de Prevención de Riesgos Laborales a la
Administración General del Estado.

FUENTES DEL DERECHO

FUENTES DE LA PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

1. Normativa internacional
– Convenio n.º 155, sobre seguridad y salud de los trabajadores y medio ambiente
del trabajo (Instrumento de Ratificación de 26 de julio de 1985, B.O.E. de 11 de
noviembre de 1985).
2. Normativa comunitaria
Directiva Marco, Directivas Específicas sobre Seguridad y Salud en el Trabajo y
Recomendaciones.
-Directiva 89/391/CEE del consejo, de 12 de junio de 1989, relativa a aplicación de
medidas para promover la mejora de la seguridad y salud de los trabajadores en el trabajo
(Directiva Marco).

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3. Consejo de Europa
Carta Social Europea revisada. Ratificada por España BOE 11 junio 2021

Ámbito de aplicación. Noción de empresario a efectos de la LPRL


Se entienden por tales:
a) Las personas, físicas o jurídicas, o comunidades de bienes que reciban la
prestación de servicios de los trabajadores por cuenta ajena, así como de las personas
contratadas para ser cedidas a empresas usuarias por empresas de trabajo temporal
legalmente constituidas (art. 1.2 ET).
Se incluye a los trabajadores a distancia.
b) Las Administraciones Públicas, tanto respecto de los trabajadores vinculados
por una relación laboral común, como del personal con relación de carácter administrativo
o estatutario (art. 3.1 LPRL)
Se entiende también incluido dentro del deber de prevención el trabajo que se lleve a cabo
en centros y establecimientos militares o penitenciarios.
No obstante, la Administración Pública no se verá obligada a llevar a cabo su obligación
de prevención cuando las actividades son las de policía, seguridad y resguardo aduanero,
servicios operativos de protección civil y peritaje forense (respecto de estas dos últimas
labores, sólo se excluye en los casos de grave riesgo, catástrofe y calamidad pública (art.
3.2 LPRL) y las fuerzas armadas y actividades militares de la Guardia Civil.
Se precisa que lo que se excluye no son categorías de trabajadores sino determinadas
actividades desarrolladas por éstos, por lo que el ámbito de aplicación de la Ley se
determinará en función de la materia y no de la persona. Por ello, la inaplicación de la
LPRL no es absoluta en relación con todas las actividades de dichos colectivos.
Las normas sobre prevención de riesgos laborales respecto de los funcionarios del Cuerpo
Nacional de Policía se encuentran reguladas en el Real Decreto 2/2006, de 16 de enero.
c) Estarán también obligadas las cooperativas de trabajo asociado frente a sus
socios trabajadores. Lógicamente respecto de los trabajadores que prestan sus servicios
en régimen de cuenta ajena no hay que realizar ninguna precisión pues actúan como
empresarias comunes (art. 3.1 LPRL).
d) Las Sociedades Anónimas Laborales o las Sociedades de Responsabilidad
Limitada Laboral respecto de sus socios y, evidentemente, respecto de sus trabajadores
que no tengan la caracterización de socios.
e) Los trabajadores autónomos aunque no por toda la obligación de prevención
sino por algunas de las concretas labores que ella contiene (art. 3.1 LPRL).
Si bien el recargo no puede imponerse cuando un trabajador autónomo presta servicios
bajo su propia organización, en la medida en que debería imponérsele a él mismo como
responsable y a la vez beneficiario, no ocurre lo mismo cuando el accidente tiene lugar
por falta de coordinación de actividades empresariales, en que el trabajador, formalmente
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autónomo, presta servicios para una tercera empresa, especialmente cuando los presta en
las mismas condiciones que otros trabajadores de ésta.
Ya no existe la exclusión expresa consistente en que el titular del hogar en la relación
laboral especial del servicio del hogar familiar. El Real Decreto-ley 16/2022, de 6 de
septiembre, para la mejora de las condiciones de trabajo y de Seguridad Social de las
personas trabajadoras al servicio del hogar ha suprimido el apartado 4 del art. 3 de la
LPRL y ha añadido a la LPRL una Disposición adicional decimoctava, con la que incluye
a ese colectivo en el ámbito de la LPRL.
El texto de esa DA decimoctava es el siguiente:
“ Protección de la seguridad y la salud en el trabajo de las personas trabajadoras en el
ámbito de la relación laboral de carácter especial del servicio del hogar familiar. En el
ámbito de la relación laboral de carácter especial del servicio del hogar familiar, las
personas trabajadoras tienen derecho a una protección eficaz en materia de seguridad y
salud en el trabajo, especialmente en el ámbito de la prevención de la violencia contra las
mujeres, teniendo en cuenta las características específicas del trabajo doméstico, en los
términos y con las garantías que se prevean reglamentariamente a fin de asegurar su salud
y seguridad.»
Hasta esta reciente norma las especiales circunstancias en que se desenvuelve el trabajo
en esta relación especial, implicaban que no se podía exigir al cabeza de familiar, titular
del domicilio, donde se prestan los servicios una vigilancia constante de la ejecución de
los mismos a fin de prevenir todas y cada de las posibles negligencias en que pueda
incurrir el trabajador, como se exige en los sectores de la actividad incluidos en el ámbito
de aplicación de la LPRL (STSJ Comunidad Valenciana 13-3-2013, rec. 2423/2012).
Sí que estaba obligado a cuidar que el trabajo de sus empleados se realizara en las debidas
condiciones de seguridad, para lo cual adoptaría medidas eficaces, teniendo debidamente
en cuenta las características específicas del trabajo doméstico (art. 7.2 RD 1620/2011, 14
noviembre.
f) Finalmente, la normativa de prevención de riesgos laborales relativa a las
operaciones de carga, estiba, desestiba y descarga.
Una comunidad de propietarios que contrate personal (limpiadoras, vigilantes, etc.) está
incluida en el mismo y, en consecuencia, debe observar todas las obligaciones de la
normativa de prevención de riesgos laborales, siendo responsable en caso de
incumplimiento (STSJ Galicia 15-7-08, rec. 1057/06).
Cualquiera de las entidades que sea responsable de la realización, tiene que cumplir esta
obligación con independencia del carácter indefinido o temporal del trabajador respecto
del que tiene que realizar la investigación, puesto que la normativa no realiza ninguna
distinción en ese sentido, ya que tienen reconocido el derecho a disfrutar del mismo nivel
de protección en materia de seguridad y salud, no siendo justificada una diferencia de
tratamiento en la realización de esta obligación (art. 28.1 LPRL).

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OBLIGACIONES DE LOS EMPRESARIOS EN MATERIA DE
SEGURIDAD Y SALUD
Esquema
I. Situación anterior a la LPRL
La obligación empresarial de protección en materia de seguridad e higiene, como
obligación contractual: arts. 4 y 19 del ET y 7 OSHT.

II. Caracterización general de la obligación empresarial de protección eficaz frente a los


riesgos laborales en la LPRL
1. Obligación contractual compleja:
– obligación genérica: garantizar que el trabajo sea seguro (art. 14 LPRL).
– concreción en obligaciones empresariales específicas.
2. Obligación de medio, no de resultado:
– el empresario debe cumplir con todas las obligaciones de la LPRL
– la responsabilidad empresarial sobre un resultado dañoso para el trabajador,
dependerá del cumplimiento de sus obligaciones preventivas.
3. Deber de contenido variable:
El deber genérico de protección exige que el empresario tenga en consideración los
cambios en las circunstancias laborales y en los mecanismos de producción y
protección.
4. Responsabilidad empresarial de imposible traslado y cuyo coste económico no
puede repercutirse a los trabajadores.

III. Las concretas obligaciones empresariales.

A) Obligación de evitar el riesgo.


El empresario está obligado a la máxima seguridad tecnológicamente posible (con
independencia de su costo económico).

B) Obligación de implantación y aplicación de un plan de prevención, de evaluación


de los riesgos y de la planificación preventiva.
a) Plan de prevención:
– Instrumentos del Plan: la evaluación de riesgos y la planificación de la acción
preventiva.
– Contenido del Plan: estructura productiva, responsabilidades, funciones,
prácticas, procedimientos, procesos y recursos.
b) Evaluación de los riesgos:
– Estudio de los potenciales riesgos para los trabajadores -generales de la
empresa y específicos de los puestos de trabajo o por las características
personales del trabajador- que el proceso productivo puede comportar.
– Momento:
a) inicial (previa al inicio de la actividad), que se revisará por disposición
normativa, por acuerdo o por daños en la salud.
b) posterior, por revisión, que también se actualizará por cambio de equipos
o condiciones de trabajo, por daños en la salud o por incorporación de
trabajadores especialmente sensibles.

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– Procedimiento:
• en función de criterios objetivos de valoración.
• métodos previstos normativamente o recomendados por órganos técnicos.
• realizable por quién tenga la “capacidad” reglamentariamente requerida.
• derecho de consulta de la representación legal de los trabajadores.
c) Planificación de la prevención
Documento que recogerá las medidas específicas de protección y prevención a
adoptar para eliminar, reducir o controlar los riesgos detectados.

C) Obligación de proporcionar equipos de trabajo y medios de protección individual


adecuados
1. Equipos de trabajo:
• Las máquinas, aparatos, instrumentos o instalaciones utilizadas en el trabajo
deben “adecuados” y “adaptados” para que garanticen la seguridad y salud de
los trabajadores al utilizarlos.
• Equipos “de riesgo”: utilización restringida a los encargados.
2. Equipos de protección individual:
• Concepto: Cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el
trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar
su seguridad o su salud en el trabajo, así como cualquier complemento o
accesorio destinado a tal fin.
• Obligaciones empresariales:
– ordenar y velar por su uso efectivo.
– proporcionar los adecuados/homologados.

D) Obligación de informar a los trabajadores.


– Contenido de la información:
• de los riesgos generales y específicos.
• de las medidas y actividades preventivas.
• de las medidas de emergencia.
– Sujetos pasivos: los trabajadores individualmente considerados, directamente o
por medio de sus representantes y, en su caso, los padres o tutores.
– Tiempo: antes de la incorporación al trabajo o inmediatamente después.
– Forma: escrita.

E) Obligación de dar formación a los trabajadores:


– Contenido de la formación: suficiente y adecuada, teórica y práctica sobre los
riesgos y sobre las medidas preventivas.
– Tiempo: durante la jornada de trabajo o con cargo a esta.

F) Obligación de elaborar un plan de emergencia:


– Se redactará en función del tamaño, actividad y presencia de personas ajenas.
– Contenido: determinar situaciones de emergencia y medidas a adoptar con
identificación de personas encargadas y relación con otros servicios externos.
G) Obligación de adoptar medidas necesarias en caso de riesgo grave e inminente.

– Concepto de riesgo grave e inminente: “Aquel que resulte probable


racionalmente que se materialice en un futuro inmediato y pueda suponer un

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daño grave para la salud de los trabajadores”.
– Medidas a adoptar por el empresario:
a) Informar a los trabajadores del riesgo y las medidas de para su protección.
b) Instruir a los trabajadores sobre la interrupción del trabajo y abandono del
centro.
c) Facilitar a los trabajadores la adopción de las medidas para evitar el riesgo.
– Medidas a adoptar por los representantes legales (representación unitaria o
delegados de prevención): acuerdo de paralización que puede ser confirmado o
anulado por la Autoridad Laboral.
– Actuación de la ITSS: orden de paralización que puede impugnarse ante la
Autoridad Laboral o levantarse por el empresario tras la subsanación de
deficiencias.
– Actuación de los trabajadores individualmente considerados: interrumpir la
actividad y abandonar el centro de trabajo.

H) Obligación de documentación
El empresario deberá “elaborar y conservar” a disposición de las autoridades laboral
y sanitaria, hasta el cese de la actividad, los siguientes documentos:
1. Plan de prevención, evaluación de riesgos y planificación de la acción
preventiva.
2. Controles del estado de salud.
3. Relación de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.

I) Obligación de vigilar periódicamente el estado de salud de los trabajadores:


– Momento:
a) Inicialmente: antes o inmediatamente a la incorporación.
b) Periódica: en función de normativa específica o por cambios en la actividad
c) Tras una ausencia prolongada por motivos de salud.
– Características:
1. Vigilancia de carácter voluntaria. Será obligatoria:
– si lo exige una norma legal o convencional
– cuando sea imprescindible para evaluar los efectos de las condiciones de
trabajo sobre la salud.
– para verificar si el estado de salud puede constituir un peligro para él o los
demás trabajadores.
2. Proporcional al riesgo
3. Deber de informar al trabajador.
4. Confidencialidad y traslado de resultados exclusivamente en relación con la
aptitud del trabajador.
5. Desarrollada por personal sanitario especializado.

J) Obligación de proteger a los trabajadores especialmente sensibles


– Trabajador especialmente sensible: persona que por sus características
personales o estado biológico conocido o por una discapacidad debidamente
reconocida, les haga especialmente sensibles a los riesgos laborales.
– Medidas a adoptar por el empresario:
• considerar esta situación en la evaluación de riesgos.
• no ocuparlos en puestos incompatibles.
– Obligaciones empresariales en la protección a la maternidad:

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a) Evaluar los riesgos específicos.
b) Adoptar las medidas necesarias para evitar la exposición al riesgo, con el
siguiente orden:
1. Adaptación de las condiciones de trabajo.
2. Movilidad funcional en un puesto compatible con su estado.
3. Adscripción a un puesto de distinto grupo o categoría.
4. Suspensión del contrato por riesgo durante el embarazo.
c) Permisos retribuidos para exámenes prenatales y preparación al parto.
– Obligaciones empresariales en la protección de menores
a) Evaluación específica del puesto de trabajo
b) Información de los riesgos a padres y tutores.

3.1. Configuración sobre el deber de protección empresarial en materia de


prevención de riesgos laborales
1) El empresario ha de proteger a los trabajadores frente a los riesgos profesionales en
todos los aspectos relacionados con el trabajo (art. 14.1 y 2 LPRL).
2) La prevención de riesgos laborales no debe ser una mera serie de actuaciones formales
de un conjunto de obligaciones sino que ha de tratarse de una prevención y protección
eficientes.
3) El empresario se erige en principal obligado como consecuencia de que es el titular del
centro de trabajo y el que organiza y dirige la actividad productiva.
4) Está obligado a integrar la actividad preventiva dentro de la organización empresarial
(art. 14.2 LPRL).
5) Debe prever las distracciones o imprudencias no temerarias que pudiera cometer el
trabajador (art. 15.4 LPRL). Se trata de un aspecto a valorar en cada caso que se plantee.
6) Ha de desarrollar la actividad preventiva realizando un constante seguimiento, con la
finalidad de (art. 14.2 LPRL):
‐ Ante la posibilidad y realidad de no haber podido evitar la aparición de ciertos
riesgos, perfeccionar las actividades ya realizadas en cuanto a su identificación,
evaluación y control, así como las medidas de protección adoptadas al efecto.
‐ Adaptar las medidas de protección materializadas a posibles modificaciones de
las circunstancias que incidan en el desempeño de la prestación laboral.
7) La necesidad de que el empresario adopte las medidas adecuadas con el fin de que los
equipos de trabajo sean adecuados para el trabajo que debe realizarse y convenientemente
adaptados a tal efecto (art. 17.1 LPRL).
8) Es un deber incondicionado y, prácticamente ilimitado, debiendo el empresario adoptar
todas las medidas de protección necesarias.
No obstante, tiene unos límites, el criterio general es el de la posibilidad, que consiste en
que el empresario debe poner todos los medios posibles para evitar el daño, el criterio de

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la razonabilidad, entendido como que se han de utilizar todos los medios razonables y el
el criterio de la máxima seguridad técnicamente posible, entendiendo que siempre habrá
un cierto grado de riesgo imprevisible y de consecuencias inevitables, que exonerará de
responsabilidad al empresario en supuestos excepcionales por el acaecimiento de hechos
ajenos a él.
9) El empresario no incurre en responsabilidad alguna cuando el resultado lesivo se
hubiese producido por fuerza mayor o caso fortuito, por negligencia exclusiva no
previsible del propio trabajador (imprudencia temeraria) o por culpa exclusiva de terceros
no evitable por el empresario.
10) Finalmente, su materialización debe realizarse integrándolo «(...) en el sistema
general de gestión de la empresa, tanto en el conjunto de sus actividades como en todos
los niveles jerárquicos de ésta, a través de la implantación y aplicación de un plan de
prevención de riesgos laborales (...)”, que “(...) deberá incluir la estructura organizativa,
las responsabilidades, las funciones, las prácticas, los procedimientos, los procesos y los
recursos necesarios para realizar la acción de prevención de riesgos en la empresa, en los
términos que reglamentariamente se establezcan» (art. 16.1 LPRL).
3.2. Características del deber de protección empresarial en materia de prevención
de riesgos laborales
La deuda de seguridad se conceptúa como un derecho del trabajador a que su actividad
productiva no tenga riesgo, y que el desarrollo de los ámbitos de producción/reproducción
sean igual de seguros.
Las principales características son las siguientes:
1.ª Obligación genérica. El empresario debe proteger a los trabajadores frente a los riesgos
laborales en todos los aspectos relacionados con el trabajo (arts. 14.1 y 2, LPRL).
La obligación empresarial no se agota en la protección frente a los riesgos objetivos del
puesto de trabajo, sino que obliga también a prevenir los riesgos específicos derivados de
las características o estado de salud de la persona que lo ocupa. Esta obligación se
extiende a todos los riesgos relacionados con las condiciones de trabajo, incluidos los
riesgos psicológicos y sociales, y entre ellos, los inherentes a las relaciones
interpersonales que se producen en el trabajo.
Lógicamente, también se incluyen los riesgos ergonómicos.
El concepto de riesgo laboral no es equiparable al de accidente de trabajo, puesto que se
refiere a la posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado del
trabajo, dentro del cual se comprende la enfermedad, la patología y la lesión, por lo que,
en principio, es un concepto más amplio que el de accidente de trabajo, aunque conviene
tener presente que no todo accidente de trabajo es riesgo laboral, como ocurre, por
ejemplo, con el accidente de trabajo in itinere.
Hay que distinguir una situación de mal clima laboral de una situación de mobbing, que
exige, para su calificación, un hostigamiento sistemático y grave, una violencia física o
psicológica. Que no sea acoso no conlleva que no se tengan que adoptar obligaciones de
prevención frente a esas situaciones, y, en consecuencia, se deriven responsabilidades.

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Ahora bien, el hecho de que se califique la incapacidad temporal como contingencia
profesional, no determina la responsabilidad automática del empresario en materia de
prevención de riesgos laborales, puesto que lo que determina la existencia de ésta es el
incumplimiento de sus obligaciones en ese sentido (STSJ Cataluña 20-11-2017, rec.
5165/2017).
2.ª Tiene vocación de eficacia y permanencia (art. 14.1 y 2, LPRL).
3.ª Obligación de medios. En el cumplimiento de las obligaciones que tiene el empresario
se ha de valorar si ha llevado a cabo una actividad diligente en cuanto a la evitación del
accidente.
4.ª Obligación a cargo del empresario. El deber de prevención corre a cargo del
empresario, lo que conlleva (art. 14.5 LPRL):
1. El coste de todas las actuaciones en materia preventiva.
2. Si en alguna de las tareas a realizar se necesita tiempo de los trabajadores, como
ocurre en el caso de la formación que se ha de proporcionar a los trabajadores, se utilizará
el de la jornada laboral y, en caso de no ser posible, se descontará.
5.ª Obligación fungible. Pese a que recae sobre el empresario ello no supone que se deba
desempeñar de forma personal sino que se puede ayudar de trabajadores o entidades
especializadas.
Así lo prevé respecto de los Servicios de Prevención al señalar que en cumplimiento del
deber de prevención de riesgos profesionales, el empresario designará uno o varios
trabajadores para ocuparse de dicha actividad, constituirá un Servicio de Prevención o
concertará dicho Servicio con una entidad especializada ajena a la empresa (art. 30.1
LPRL).
No obstante, esa ayuda o complemento en ningún caso le liberan de su deber de
prevención, que recae de forma principal en él, lo que supone que en el caso de
acaecimiento de una contingencia laboral o de incumplimiento por parte de los sujetos o
entidades de los que se complementa, la responsabilidad será del empresario, con
independencia de que posteriormente actúe contra ellos (art. 14.4 LPRL).
6.ª Obligación parcialmente asegurable. En caso de incumplimiento por parte del
empresario, se le derivan, siguiendo el artículo 42 LPRL, las correspondientes
responsabilidades, que pueden ser:
a) Administrativa, estando tipificadas las infracciones y sanciones en los artículos
11 a 13 y 39 a 42 LISOS.
b) Penal, que se pueden derivar de la comisión de un delito específico contra los
derechos de los trabajadores ‐arts. 316 a 318 CP‐ o de un delito genérico de
homicidio o lesiones como consecuencia de una infracción laboral ‐arts. 138 y 142
o 147 CP‐.
c) Civil (contractual ‐art. 1101 del CC‐, extracontractual ‐art. 1902 del CC‐ o
derivada del CP (art. 116 CP).

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d) De Seguridad Social (recargo de prestaciones económicas en caso de accidente
de trabajo o enfermedad profesional (art. 164 LGSS), entre otras.
En la medida en que tanto la responsabilidad administrativa como penal tienen una
naturaleza sancionadora, no pueden ser objeto de aseguramiento. En el mismo sentido
hay que pronunciarse respecto del recargo de prestaciones (art. 164.2 LGSS).
Sin embargo, sí que lo pueden ser la responsabilidad civil contractual o extracontractual
que se pueda derivar del incumplimiento del deber de prevención, puesto que su
naturaleza es indemnizatoria teniendo como objetivo el resarcimiento individual del
trabajador que ha sufrido un perjuicio o daño materializado (art. 15.5 LPRL).
3.3. Obligación de implantar un plan de prevención en la empresa
La integración de la prevención en el sistema de gestión de la empresa se ha de realizar
implantando y aplicando un plan de prevención de riesgos laborales en la empresa, en
todas las actividades que desempeñe y niveles jerárquicos (art. 16.1 LPRL).
Se define como la herramienta a través de la cual se integra la actividad preventiva de la
empresa en su sistema general de gestión y se establece su política de prevención de
riesgos laborales (art. 2.1 RSP) y sus principales características son las siguientes (arts.
23.1. a) LPRL y 2.1 y 2 RSP):
1.º Debe ser aprobado por la dirección de la empresa.
2.º Ha de ser asumido por toda la estructura organizativa de la empresa, en concreto por
todos sus niveles jerárquicos.
3.º Todos los trabajadores deben conocer el plan de prevención instaurado en su empresa.
4.º Tiene que materializarse en un documento que se conservará a disposición de la
autoridad laboral, de las autoridades sanitarias y de los representantes de la empresa.
Deberá incluir, con la amplitud adecuada a la dimensión y características de la empresa,
lo siguiente (arts. 16.1 LPRL y 2.2 RSP):
a) Identificación de la empresa, de su actividad productiva, número y
características de los centros de trabajo y el número de trabajadores y sus características
con relevancia en la prevención de riesgos laborales.
b) Estructura organizativa de la empresa, identificando las funciones y
responsabilidades que asume cada uno de sus niveles jerárquicos y los respectivos cauces
de comunicación entre ellos en relación con la prevención de riesgos laborales.
c) Organización de la producción en cuanto a la identificación de los distintos
procesos técnicos y las prácticas y los procedimientos organizativos existentes en la
empresa en relación con la prevención de riesgos laborales.
d) Organización de la prevención en la empresa, indicando la modalidad
preventiva elegida y los órganos de representación existentes.
e) Política, objetivos y metas que en materia preventiva pretende alcanzar la
empresa así como los recursos humanos, técnicos, materiales y económicos de los que va
a disponer al efecto.
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Están considerados como los instrumentos esenciales para poner en práctica el plan de
prevención de riesgos los siguientes (art. 16.2 LPRL):
1.º La evaluación de riesgos laborales.
2.º La planificación de la actividad preventiva.
La Ley 25/2009, de 22 de diciembre añadió un nuevo apartado 2 bis en el artículo 16 de
la LPRL mediante el que establece la posibilidad de que las empresas, en atención al
número de trabajadores y a la naturaleza y peligrosidad de las actividades realizadas,
podrán realizar el plan de prevención de riesgos laborales, la evaluación de riesgos y la
planificación de la actividad preventiva de forma simplificada, siempre que ello no
suponga una reducción del nivel de protección de la seguridad y salud de los trabajadores
y en los términos que reglamentariamente se determinen.
Este aspecto se ha concretado en la nueva redacción del artículo 2 RSP que añade un
nuevo apartado, en el que se dispone que «las empresas de hasta 50 trabajadores que no
desarrollen actividades del anexo I podrán reflejar en un único documento el plan de
prevención de riesgos laborales, la evaluación de riesgos y la planificación de la actividad
preventiva» (art. 2.4 RSP).
En relación con ese documento, se determina lo siguiente (art. 2.4 RSP):
a) Será de extensión reducida y fácil comprensión.
b) Deberá estar plenamente adaptado a la actividad y tamaño de la empresa.
c) Establecerá las medidas operativas pertinentes para realizar la integración de la
prevención en la actividad de la empresa, los puestos de trabajo con riesgo y las medidas
concretas para evitarlos o reducirlos, jerarquizadas en función del nivel de riesgos, así
como el plazo para su ejecución.
3.4. Evaluación de los riesgos de la empresa
La primera obligación a realizar por parte del empresario consiste en llevar a cabo una
evaluación de los riesgos existentes en su empresa.
Se encuentra regulada en el artículo 16.2 de la LPRL, completada con el Capítulo II,
Sección 1.ª del Reglamento de Servicios de Prevención, que contiene los aspectos
relativos a su contenido, procedimiento a seguir y momento de realizarla.
Características de la evaluación de riesgos
1.ª Está considerada, junto con la planificación de la actividad preventiva, como el
instrumento esencial para la gestión y aplicación del plan de prevención de riesgos, puesto
que para materializar las obligaciones empresariales, se tendrán que tener en cuenta las
valoraciones extraídas de la evaluación de riesgos (arts. 16.2 LPRL y 2.3 RSP).
2.ª Se extiende sobre dos aspectos (art. 4.1 RSP):
a) Por un lado, respecto de cada uno de los puestos de trabajo de la empresa en
que concurran riesgos, teniendo en cuenta las condiciones de trabajo existentes o previstas
(análisis objetivo).

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b) Y, por otro, a los trabajadores que vayan a desempeñar su tarea en ese puesto
de trabajo (análisis subjetivo), pues puede ocurrir que posean unas características
singulares como, por ejemplo, que un operario sea especialmente sensible o presente un
estado biológico determinado.
Por tanto, se han de adoptar medidas respecto de todos los riesgos relacionados con el
puesto de trabajo, incluyendo los riesgos psicológicos y sociales. Dentro de este último
apartado se encuentran los derivados de las relaciones interpersonales que se pueden
producir en el trabajo, en concreto, los problemas y conflictos surgidos entre los
compañeros de trabajo, debiendo adoptar medidas en la esfera individual, grupal y
organizativa que tiendan a eliminar o minimizar la tensión laboral, fomentando la
integración en el equipo de trabajo
3.ª Se examinan todos los posibles riesgos que pueden aparecer en la empresa, y respecto
de los que se determina que no pueden evitarse, se valoran, para obtener la información
necesaria que muestre su magnitud y las medidas preventivas que tienen que adoptarse,
que irán encaminadas (art. 3.1 RSP):
a) A eliminar o reducir el riesgo (mediante medidas de prevención en el origen,
organizativas, de protección colectiva, de protección individual, o de formación e
información de los trabajadores).
b) A controlar periódicamente las condiciones, la organización y los métodos de
trabajo y el estado de salud de los trabajadores (art. 3.1 RSP).
4.ª Deberá formalizarse por escrito, y estar a disposición de la autoridad laboral (art.
23.1.b) LPRL).
5.ª En cuanto a su contenido, cuando el resultado de la evaluación realizada sobre cada
puesto de trabajo ponga de manifiesto la necesidad de tomar alguna medida preventiva,
deberá reflejar, en principio, lo siguiente (art. 7 RSP):
a) Identificación del puesto de trabajo.
b) Riesgo o riesgos existentes y la relación de trabajadores afectados.
c) Resultado de la evaluación y medidas preventivas procedentes
d) Cuando la evaluación exija la realización de las mediciones, análisis o ensayos
(art. 5.3 RSP), deberán reflejarse los criterios y procedimientos de evaluación y los
métodos utilizados.
e) Cuando la empresa presente riesgos que puedan verse agravados o modificados
por la concurrencia de operaciones diversas que se desarrollan sucesiva o
simultáneamente, la evaluación de riesgos deberá identificarlos (art. 22 bis.2 RSP).
f) Finalmente, en el caso de que se realicen actividades o procesos peligrosos o
con riesgos especiales, la evaluación de riesgos identificará los trabajos o tareas
integrantes del puesto de trabajo ligados a esas actividades o procesos (art. 22 bis.2 RSP).
Sujetos encargados de realizar la evaluación de riesgos laborales

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La obligación de evaluar los riesgos existentes en la empresa recae sobre el empresario,
aunque es posible que, dependiendo de las dimensiones de la empresa o de los riesgos
que presente, se tenga que recurrir a otras entidades ajenas especializadas en realizar este
tipo de cometidos.
Se requiere que se realice por personal competente (art. 4.3, RSP), acreditando tener los
conocimientos teóricos y prácticos necesarios para que dicha labor sea efectiva.
La capacidad a tener debe ser la siguiente (Capítulo VI, RSP):
1.º Si lo que se va a realizar son evaluaciones elementales de riesgos y establecer, en su
caso, medidas preventivas del mismo carácter, será preciso poseer una de estas tres
opciones (art. 35.2 del RSP):
a) Formación mínima con el contenido especificado en el programa a que se
refiere el Anexo IV del RSP.
b) Formación profesional o académica que capacite para llevar a cabo
responsabilidades profesionales equivalentes o similares a las que precisan las actividades
señaladas en el apartado anterior.
c) Acreditar una experiencia no inferior a dos años en una empresa, institución o
Administración pública que lleve consigo el desempeño de niveles profesionales de
responsabilidad equivalente o similar a los que precisan las actividades señaladas en el
apartado anterior.
2.º Si lo que se van a efectuar son evaluaciones de riesgos que exijan:
‐ El establecimiento de una estrategia de medición para asegurar que los resultados
obtenidos caracterizan efectivamente la situación que se valora.
‐ O una interpretación o aplicación no mecánica de los criterios de evaluación.
Será necesario contar con una titulación universitaria y poseer una formación mínima con
el contenido especificado en el programa a que se refiere el Anexo VI del RSP y cuyo
desarrollo tendrá una duración no inferior a 600 horas y una distribución adecuada a cada
proyecto formativo respetando, la establecida en el anexo citado (art. 37.2 del RSP).
3.º Por último, cuando lo que se tenga que realizar sean evaluaciones de riesgos que se
podrían calificar como generales, salvo las específicamente reservadas para el nivel
anterior (superior), se requerirá poseer una formación mínima con el contenido
especificado en el programa a que se refiere el Anexo V del RSP y cuyo desarrollo tendrá
una duración no inferior a 300 horas y una distribución horaria a cada proyecto formativo,
respetando la establecida en el anexo citado (art. 36.2, RSP).
Momento en el que se ha de realizar la evaluación de riesgos
En cuanto al momento en el que se ha de llevar a cabo la evaluación de riesgos laborales
se ha de señalar lo siguiente:
1.º En un principio se realizará una evaluación inicial (arts. 16.2, LPRL y 4, RSP). Tiene
por objeto analizar y estudiar las condiciones de trabajo existentes y los aspectos
personales de los trabajadores que van ocupar los distintos puestos de trabajo.

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El inicio al que se hace referencia será:
a) Con anterioridad al comienzo de la actividad de una empresa.
b) Con anterioridad a la incorporación de un trabajador a un puesto de trabajo.
c) Respecto de las empresas que ya estén en funcionamiento, tras la aprobación
de la LPRL.
2.º Esta primera evaluación deberá repetirse en los siguientes supuestos (arts. 16.3 LPRL
y 4.2 y 6.1, RSP):
a) Cuando se proceda a la elección de equipos de trabajo, sustancias o preparados
químicos, la introducción de nuevas tecnologías o la modificación en el
acondicionamiento de los lugares de trabajo.
b) Cuando se cambien las condiciones de trabajo.
c) Cuando se incorpore un trabajador cuyas características personales o estado
biológico conocido lo hagan especialmente sensible a las condiciones del puesto.
d) Cuando se haya producido o detectado un daño para la salud de los trabajadores.
e) Cuando existan indicios de que las medidas preventivas acordadas son
insuficientes o inadecuadas.
Este aspecto se constatará con base en los resultados obtenidos de:
‐ La investigación sobre las causas de los daños para la salud que se hayan
producido.
‐ Las actividades de reducción y control de los riesgos que se hubieran
adoptado.
‐ El análisis de la situación epidemiológica según los datos aportados por
el sistema de información sanitaria u otras fuentes disponibles.
f) En los supuestos en que el empresario establezca la presencia de los recursos
preventivos en su empresa a requerimiento de la ITSS tras haber detectado situaciones de
riesgo, deberá proceder de manera inmediata a la revisión de la evaluación de riesgos si
no las contempla (art. 22 bis.2, RSP).
g) Con carácter periódico, dejando la concreción de este aspecto a que lo acuerde
la empresa con los representantes de los trabajadores, debiendo tener en cuenta el
deterioro por el transcurso del tiempo de los elementos que integran el proceso productivo
(art. 6.2, RSP).
h) Cuando lo establezca una disposición específica.
Procedimientos a seguir para evaluar los riesgos laborales
En cuanto al procedimiento para llevar a cabo la evaluación de riesgos existente en una
empresa, el RSP regula, dando algunas pinceladas, lo que se podría llamar el
procedimiento de evaluación general. Pero, como posteriormente se verá, no es el único.

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Tan sólo se señalan los siguientes aspectos (art. 5.2, RSP):
1.º Que el procedimiento elegido deberá proporcionar confianza sobre su resultado.
2.º En caso de que se plantee una duda en orden a qué medida preventiva se ha de adoptar,
la opción deberá inclinarse por aquélla que, desde el punto de vista de la prevención, sea
la más favorable.
3.º El empresario, con carácter previo, deberá consultar con los representantes de los
trabajadores, o con los propios trabajadores en ausencia de representantes, acerca del
procedimiento de evaluación a utilizar en la empresa o centro de trabajo (art. 33, LPRL).
Es una consulta preceptiva, pero no vinculante.
Procedimiento de evaluación de riesgos general (art. 5 del RSP). Ha de tener como
parámetros los elementos peligrosos que puedan existir en la empresa, siguiendo criterios
objetivos de valoración y teniendo en cuenta la información que sobre los mismos
proporcionen los trabajadores.
El INSST respecto de esta modalidad de evaluación de riesgos ha concretado y facilitado
su puesta en práctica a las empresas determinando que se ha de realizar siguiendo
principalmente estas cinco fases:
1.ª Clasificación de las actividades de trabajo.
2.ª Análisis de riesgos.
En esta etapa se ha de proceder a:
a) La identificación de los peligros que se pueden dar en cada puesto de trabajo.
b) La estimación del riesgo, debiendo determinar la severidad del daño ‐
graduándolo desde ligeramente dañino a extremadamente dañino.
c) La probabilidad de que ocurra el daño, pudiendo ser alta (el daño ocurrirá
siempre o casi siempre), media (el daño ocurrirá en algunas ocasiones) y baja (el
daño ocurrirá raras veces).
3.ª Valoración de riesgos.
a) Trivial, que no requiere acción específica.
b) Tolerable, que, pese a que no necesita mejorar la acción preventiva, se debe
considerar soluciones mejoras que no supongan una carga económica importante,
requiriéndose que se realicen comprobaciones periódicas para asegurar la eficacia
de las medidas de control establecidas.
c) Moderado, que supone la realización de inversiones específicas para la
reducción del riesgo.
d) Importante, que no debe comenzarse el trabajo hasta que se haya reducido el
riesgo.
e) Intolerable, que, al igual que el anterior, no ha de comenzarse ni continuar el
trabajo, y en el caso que no sea posible reducir el riesgo, se ha de prohibir el trabajo.

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4.ª Preparar un plan de control de riesgos. El resultado de la evaluación de riesgos que se
haya realizado servirá para hacer un inventario de acciones con el fin de diseñar, mantener
o mejorar los controles de riesgos.
En la puesta en práctica de este plan se han de observar los siguientes principios (art. 15,
LPRL):
a) Evitar los riesgos. Inspira toda la normativa de seguridad y salud, puesto que
todo riesgo laboral, entendido como la posibilidad que tiene un trabajador de sufrir
un determinado daño (art. 4.2, LPRL), ha de eliminarse de raíz.
b) Evaluar los riesgos que no se puedan evitar.
c) Combatir los riesgos en su origen. Supone la eliminación del riesgo, en caso de
poderse, y si no, su evaluación desde el inicio de su aparición con el fin de
valorarlo y fijarle unas medidas de prevención.
d) Adaptar el trabajo a la persona. Afecta, en particular, a la concepción de los
puestos de trabajo, así como a la elección de los equipos y los métodos de trabajo
y producción.
e) Tener en cuenta la evolución técnica. Las medidas que se adopten han de
renovarse continuamente y sobre todo tener en cuenta la introducción de nuevas
tecnologías.
f) Sustituir lo peligroso por lo que entraña poco o ningún peligro.
g) Planificar la prevención buscando un conjunto coherente que integre la técnica,
la organización de trabajo, las condiciones de trabajo, las relaciones sociales y la
influencia de los factores ambientales en el trabajo.
h) Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual.
i) Finalmente, dar las debidas instrucciones a los trabajadores.
5.ª Por último, revisar el plan de actuación que se haya acordado antes de su implantación,
pues cabe la posibilidad de que los nuevos sistemas de control de riesgos generen nuevos
peligros.
La evaluación de riesgos en el teletrabajo y en el trabajo a distancia:
A los trabajadores a distancia y teletrabajadores les resulta de aplicación la LPRL y su
normativa de desarrollo (art. 15 Ley 10/2021, de 9 de julio, de trabajo a distancia).
La evaluación de riesgos y la planificación de la actividad preventiva del trabajo a
distancia deberán tener en cuenta especialmente (art. 16 Ley 10/2021):
‐ Los riesgos característicos de esta modalidad de trabajo, poniendo especial atención en
los factores psicosociales, ergonómicos y organizativos y de accesibilidad del entorno
laboral efectivo.
‐ La distribución de la jornada, los tiempos de disponibilidad y la garantía de los
descansos y desconexiones durante la jornada.

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La evaluación de riesgos debe alcanzar únicamente a la zona habilitada para la prestación
de servicios (lugar escogido para el desarrollo del teletrabajo que conste en el acuerdo de
trabajo a distancia), sin extenderse a otras zonas de la vivienda.
La evaluación de riesgos debe realizarse conforme a los siguientes principios:
‐ Como regla general, la empresa deberá obtener toda la información acerca de los
riesgos a los que está expuesta la persona que trabaja a distancia mediante una
metodología que ofrezca confianza respecto de sus resultados, y prever las medidas de
protección que resulten más adecuadas en cada caso.
‐ Cuando la obtención de dicha información requiera visita de la modalidad
preventiva empresarial al lugar del trabajo a distancia:
a) Deberá justificarse dicha necesidad a través de un informe escrito que
deberá ser entregado a la persona trabajadora y a los delegados de prevención.
b) Se necesitará permiso de la persona trabajadora para acceder al lugar de
trabajo, cuando este sea un domicilio.
c) Si no se concediera el permiso de acceder al lugar de trabajo, el
desarrollo de la actividad preventiva por la empresa podrá efectuarse en base a la
determinación de los riesgos que se derive de la información recabada de la
persona trabajadora según las instrucciones del servicio de prevención.
El TSJ de Madrid en la sentencia 11-11-2022, rec. 526/2022 ha rechazado una estricta
interpretación de lo que debe entenderse como lugar de trabajo, constituido, básicamente,
por una mesa, una silla y un ordenador en un domicilio particular. Por ello, señala que el
sitio de trabajo no es un compartimiento estanco y aislado de todo lo que le rodea como
se quiere hacer ver y considera accidente de trabajo el sufrido por un trabajador en
régimen de teletrabajo, como consecuencia de una caída en la cocina.
La decisión de la empresa, intentando cuidar la salud de sus empleados, que acuerda con
un sindicato que, tras la pausa de la comida, los trabajadores realicen el resto de la jornada
laboral en la modalidad de teletrabajo no constituye modificación sustancial de
condiciones de trabajo pues es una medida específica y coyuntural que responde a las
necesidades de la pandemia (SAN 12-5-2021, rec. 393/2020).

3.5. Planificación de la actividad preventiva


Es el otro instrumento considerado esencial para la materialización del plan de prevención
en la empresa. Se ha de realizar cuando la evaluación de riesgos evidencia la existencia
de situaciones de riesgo, debiendo pretender eliminarlas, controlarlas o reducirlas de
acuerdo con un orden de prioridades, que se fijará de acuerdo a dos criterios (art. 8, RSP):
‐ La magnitud de los riesgos.
‐ El número de trabajadores expuestos.
Debe contener, en principio, los siguientes extremos (art. 9.2, RSP):

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1.º Medios humanos y materiales.
2.º Asignación de los recursos económicos precisos para conseguir los objetivos
pretendidos.
3.º Medidas de emergencia (art. 20, LPRL).
4.º Vigilancia de la salud (art. 22, LPRL).
5.º Información y formación de los trabajadores en materia preventiva (arts. 18 y 19,
LPRL).
6.º Coordinación de todos los aspectos preventivos.
Al igual que se señala respecto de la evaluación de riesgos, cuando ésta ha reflejado la
necesidad de adoptar alguna medida preventiva, la planificación de la actividad
preventiva deberá reflejar, para cada puesto de trabajo, los siguientes datos (art. 7, RSP):
a) Identificación del puesto de trabajo.
b) Riesgo o riesgos existentes y la relación de trabajadores afectados.
c) Resultado de la evaluación y medidas preventivas procedentes.
d) Cuando la evaluación exija la realización de las mediciones, análisis o ensayos
(art. 5.3, RSP), deberán reflejarse los criterios y procedimientos de evaluación y
los métodos utilizados.
Finalmente, se ha de determinar el período para el que se adopta la actividad preventiva,
estableciendo sus fases de ejecución y las prioridades a la hora de su puesta en práctica.
De fijarse por un tiempo superior a un año, se tiene que establecer un programa anual de
actividades (art. 9.3, RSP).

3.6. Obligación de proporcionar equipos de trabajo y equipos de protección


individual. Lugares de trabajo
3.6.1. Equipos de trabajo.
El empresario está obligado a dotar de equipos de trabajo a los trabajadores conforme a
las exigencias legales (art. 17.1, LPRL), que son entendidos como las máquinas, aparatos,
instrumentos o instalaciones utilizadas en el trabajo (art. 4.6, LPRL).
Ha de velar porque su utilización sea la adecuada, y la escueta regulación de la LPRL se
ha suplido con la aprobación de dos normas.
‐ El RD 1215/1997, de 18 de julio, por el que se establecen las disposiciones mínimas de
seguridad y salud para la utilización por los trabajadores de los equipos de trabajo.
‐ Y el RD 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de
seguridad y salud en los lugares de trabajo.
El artículo 17.1, LPRL y el RD 1215/1997 señalan las obligaciones que tiene el
empresario encomendadas en relación con la utilización de los equipos de trabajo.

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El empresario debe:
a) Encargarse de que los equipos de trabajo que se pongan a disposición sean los
adecuados al trabajo que deba realizarse.
Para ello deberá tener en cuenta (art. 3.1, RD 1215/1997):
‐ Las disposiciones legales o reglamentarias que sean de aplicación.
‐ Las condiciones generales que se determinan en el Anexo I del RD 1215/1997.
b) Que estén convenientemente adaptados, de acuerdo con los principios ergonómicos,
de forma que respondan a la seguridad y la salud de los trabajadores al utilizarlos (art.
3.1, RD 1215/1997).
c) Ha de garantizar totalmente la seguridad y salud de los trabajadores al utilizarlos.
d) En el caso de que no sea posible asegurar lo anterior, tendrá que tomar las medidas
adecuadas para reducir los riesgos al mínimo.
e) En el mismo sentido, en la citada elección deberá tener presente:
- Las condiciones y características del trabajo a desarrollar.
- Los riesgos existentes para la seguridad y salud en el lugar de trabajo y, en
concreto, en los puestos de trabajo y los riesgos que puedan aparecer como
consecuencia de la utilización del equipo de trabajo.
- Las posibles adaptaciones que se tengan que realizar para la utilización por
trabajadores discapacitados.
f) Si para la utilización de un equipo de trabajo se estima que se requiere un particular
conocimiento, el empresario tiene que adoptar todas las medidas necesarias para que la
misma sea realizada sólo por trabajadores que lo posean (art. 3.4, RD).
g) En el caso de que se trate de equipos de trabajo cuya seguridad dependa de sus
condiciones de instalación, tiene que someterlos a una comprobación inicial, una vez
instalada y antes de su puesta en marcha por primera vez. Si se cambia la ubicación de
los mismos de forma que suponga un nuevo montaje, deberá realizar la misma
comprobación (art. 4.1, RD 1215/1997).
h) Asegurarse de que los equipos de trabajo se conserven en condiciones adecuadas,
mediante la realización de un mantenimiento, reparación o transformación.
i) Si se utilizan equipos de trabajo que son susceptibles de sufrir influencias que les
ocasionen deterioros (fenómenos naturales, falta prolongada de uso...), deberá realizar, a
través del personal competente, las correspondientes comprobaciones adicionales, a
través de pruebas de carácter periódico (art. 4.2, RD 1215/1997).
Si se trata de un equipo de trabajo que se utiliza fuera de la empresa, debe acompañarse
del documento que acredite la última comprobación realizada.

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j) Ha de garantizar que los trabajadores y sus representantes reciban una formación e
información sobre los riesgos que conlleva la utilización y las medidas de prevención y
protección (art. 5, RD 1215/1997).
En todos los lugares de trabajo debe existir el material correspondiente a la prestación de
primeros auxilios a los trabajadores accidentados, concretándose, entre otros, en la
existencia de un botiquín portátil. Éste debe ser facilitado por las entidades gestoras y las
mutuas de colaboración de la Seguridad Social, debiendo ser asumida la reposición del
material del mismo con cargo al presupuesto de la Seguridad Social, por la entidad gestora
o mutua que cubra las contingencias profesionales de los trabajadores al servicio de la
empresa (Orden TAS/2947/2007, de 8 de octubre, por el que se establece el suministro a
las empresas de botiquines con material de primeros auxilios en caso de accidente de
trabajo, como parte de la acción protectora del sistema de la Seguridad Social).
Finalmente, el empresario se ha de encargar de que la utilización de los equipos de trabajo
se realice de acuerdo con lo dispuesto en el Anexo II del RD 1215/1997.
3.6.2. Equipos de protección individual.
La referencia a los equipos de protección individual se encuentra en el párrafo segundo
del artículo 17, LPRL, siendo, al igual que la anterior, bastante escueta e indeterminada.
El RD 773/1997, de 30 de mayo, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud
relativas a la utilización por los trabajadores de equipos de protección individual,
completa la regulación existente.
Se definen los equipos de protección individual como cualquier equipo destinado a ser
llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de los riesgos que se pueden
derivar de la realización de su trabajo (art. 2, RD 773/1997). En el Anexo I se recoge una
lista no exhaustiva de los mismos.
No se considera equipo de protección individual los señalados en el art. 2, RD 773/1997.
Obligaciones del empresario son las siguientes:
1. Realizar, con carácter previo, lo siguiente (art. 3.a), RD 773/1997):
a) Determinar los puestos de trabajo o actividades en los que deba recurrirse a la
protección individual.
b) Especificar para cada uno de esos puestos el riesgo o riesgos frente a los que
debe ofrecerse la protección.
c) Concretar las partes del cuerpo a proteger.
d) Elegir el tipo de equipo o equipos de protección individual que han de utilizarse.
2. Proporcionar equipos de protección individual adecuados para el desempeño por los
trabajadores de su actividad laboral.
Hay que tener claro que ropa de trabajo y equipo de protección no tienen por qué ser
siempre conceptos equiparables, siendo una cosa los uniformes de trabajo y otra los EPI
que se dan para la protección de la seguridad y salud del trabajador, con lo que el hecho

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de que ambos sean facilitados por el empresario no ha de llevar a concluir que el
empresario está obligado a mantener, lavar, etc. lo que no sea EPI.
3. Velar porque se utilicen de forma correcta (art. 3.d), RD 773/1997).
4. Hacerse cargo de su coste pues su abastecimiento ha de ser totalmente gratuito para los
trabajadores (art. 3.c), RD 773/1997).
5. Asegurar el mantenimiento y la reposición de los equipos de protección individual (art.
3.e), RD 773/1997).
6. Mantener disponible en la empresa o el centro de trabajo la información relativa a los
equipos.
7. La dotación de estos equipos de protección individual es de carácter subsidiario, es
decir, que sólo se suministran cuando los riesgos no puedan evitarse o no puedan limitarse
a través de medidas preventivas de carácter colectivo (art. 17.2, LPRL).
8. Su utilización es, en principio, personal e individual respecto de cada trabajador.
9. Cabe la posibilidad de que, de forma excepcional, los equipos de protección los utilicen
varias personas, debiendo en tal caso adoptar las medidas necesarias para que ello no
origine ningún problema de salud o higiene a los diferentes usuarios (art. 7.3 del RD
773/1997).
10. Finalmente, debe adoptar las medidas adecuadas para que los trabajadores y sus
representantes reciban formación y sean informados sobre las decisiones relacionadas con
los equipos de protección individual.
3.6. Obligaciones de los trabajadores.
Art. 29 LPRL:
1.ª Velar por su propia seguridad y salud en el trabajo y por la de aquellas otras personas
a las que pueda afectar su actividad profesional, a causa de sus actos y omisiones en el
trabajo, de conformidad con la formación e instrucciones que ha recibido.
2.ª Seguir las instrucciones del empresario.
3.ª Usar adecuadamente, de acuerdo con su naturaleza y los riesgos previsibles, las
máquinas, aparatos, herramientas, sustancias peligrosas, equipos de transporte y, en
general, cualesquiera otros medios con los que desarrollen su actividad.
4.ª Utilizar correctamente los medios y equipos de protección facilitados por el
empresario, de acuerdo con las instrucciones recibidas de éste.
5.ª No poner en funcionamiento y utilizar correctamente los dispositivos de seguridad
existentes o que se instalen en los medios relacionados con su actividad o en los lugares
en los que ésta tenga lugar.
6.ª Informar de inmediato a su superior jerárquico directo, y a los trabajadores designados
para realizar actividades de protección y de prevención o, en su caso, al servicio de
prevención, acerca de cualquier situación que, a su juicio, entrañe, por motivos
razonables, un riesgo para la seguridad y la salud de los trabajadores.

23
7.ª Contribuir al cumplimiento de las obligaciones establecidas por la autoridad
competente con el fin de proteger la seguridad y la salud de los trabajadores en el trabajo.
8.ª Cooperar con el empresario para que éste pueda garantizar unas condiciones de trabajo
que sean seguras y no entrañen riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores.
Los trabajadores deben contribuir también a integrar la prevención de riesgos laborales
en la empresa y colaborar en la adopción y cumplimiento de las medidas preventivas a
través de la participación que se les reconoce en el capítulo V de la LPRL (art. 1.2, RSP).
3.7. Obligación de información en materia de prevención de riesgos laborales.
La siguiente obligación empresarial objeto de examen es la consistente en informar a los
trabajadores o a sus representantes de los aspectos relativos a su lugar de trabajo en
relación con las medidas de seguridad y salud (art. 18.1, LPRL).
En cuanto a las materias que deben ser objeto de información, varían según quienes sean
los destinatarios: los representantes de los trabajadores, los trabajadores, Comité de
Seguridad y Salud, Servicios de Prevención y representación unitaria.
-Información a los representantes. Seguridad y salud laboral
Si en la empresa existen representantes de los trabajadores, la información se canalizará,
en un principio, a través de éstos, debiendo entenderse esta expresión como que
comprende a los Delegados de Prevención; y, en el caso de no existir, se deberá informar
al resto de representantes unitarios y sindicales.
Las materias serán, en principio, las siguientes (art. 18.1 LPRL):
a) Los riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores en el trabajo, tanto aquellos
que afecten a la empresa en su conjunto como a cada tipo de puesto de trabajo o función.
b) Las medidas y actividades de protección y prevención aplicables a los riesgos del
apartado anterior, lo que incluye:
‐ Las condiciones y forma correcta de utilización de los equipos de trabajo según
las instrucciones del fabricante.
‐ Las situaciones o formas de utilización anormal o peligrosa que puedan preverse.
‐ Las conclusiones que se puedan obtener de la experiencia adquirida en la
utilización de los mismos.
‐ Cualquier otra información de utilidad preventiva (art. 5.2 RD 1215/1997).
c) Las medidas de emergencia adoptadas.
d) Los daños producidos en la salud de los trabajadores una vez que el empresario hubiese
tenido conocimiento de ellos (art. 36.2.c) LPRL).
-Información individual a los trabajadores.
Pese a que se proporcionen todo este tipo de informaciones a los representantes de los
trabajadores, el empresario tendrá que suministrar de forma individual y personal, la
siguiente información a cada uno de sus trabajadores (art. 18.1 in fine, LPRL):

24
a) Los riesgos específicos que afecten a su puesto de trabajo o función.
b) Las medidas de protección y prevención concretas aplicables a dichos puestos.
Si el trabajador se trata de un menor también se deberá informar a sus padres o tutores,
debiendo tener en cuenta la posible inmadurez o falta de experiencia del trabajador (art.
27.1 LPRL).
El incumplimiento de esa obligación de información se encuentra tipificado como
infracción grave (art. 12.8 LISOS), salvo que por las consecuencias derivadas pueda
incluso tipificarse como falta muy grave.
El incumplimiento por parte del trabajador de las instrucciones puede ser motivo de
despido disciplinario.
-Información al Comité de Seguridad y Salud, a los servicios de prevención y a la
representación unitaria
‐ Si se encuentra establecido un Comité de Seguridad y Salud en la empresa, lo que ha de
ocurrir, en principio, en todas las empresas o centros de trabajo que cuenten con cincuenta
o más trabajadores (art. 38.2, LPRL), deberá darle a conocer:
a) Cuantos documentos e informes existan relativos a las condiciones de trabajo.
b) Los procedentes de la actividad del Servicio de Prevención.
c) La memoria y programación anual que elabora el citado organismo (art. 39.2,
LPRL).
‐ En cuanto a los Servicios de Prevención (tanto si son propios como ajenos) se les
facilitará:
a) Información relativa a la práctica de los controles del estado de salud de los
trabajadores.
b) Las conclusiones obtenidas de los mismos
c) Una relación de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que hayan
causado una incapacidad laboral superior a un día de trabajo (art. 30.3, LPRL).
‐ El empresario sigue obligado a dar a conocer a los comités de empresa, a los Delegados
de personal y a los representantes sindicales trimestralmente lo siguiente (art. 64.2.d), ET
2015):
a) Las estadísticas sobre el índice de absentismo y sus causas.
b) Los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales y sus consecuencias.
c) Los índices de siniestralidad.
d) Los estudios periódicos o especiales del medio ambiente laboral.
e) Los mecanismos de prevención que se utilicen.
Procedimiento de información.

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El artículo 18.1 de la LPRL es parco en cuanto a la determinación de la obligación puesto
que no fija el modo de realizarla, qué tiempo se le ha de dedicar o cuándo llevarla a cabo,
lo que deja a criterio del empresario o del juez fijar esos aspectos.
En cuanto al momento en el que debe trasladarse esa información no se realiza ninguna
referencia, a excepción de la obligación de información que debe darse a los trabajadores
temporales que según señala el artículo 28.2 de la LPRL se ha de dar «con carácter previo
al inicio de su actividad».
3.8. Obligación de consulta.
La obligación de consulta por parte del empresario aparece recogida en el artículo 18.2,
LPRL. Los aspectos sobre los que se ha de consultar aparecen determinados de forma
muy amplia en la normativa, pues prácticamente se dispone que se deberá consultar sobre
todas las cuestiones que afecten a la seguridad y a la salud en el trabajo, de conformidad
con lo dispuesto en el Capítulo V de la presente Ley (art. 18.2, LPRL).
La facultad de participar o consultar no puede confundirse con la obligación de negociar
y alcanzar acuerdo que no se establece en el convenio, y ante la falta de acuerdo, puede
decidir la empresa, al ser deudor de seguridad, la ropa de trabajo.
No obstante, la normativa ha concretado, en algunos aspectos, cuándo ha de realizarse la
consulta.
Fundamentalmente son las siguientes (arts. 33.1, LPRL, 16.2 y 21.1, RSP):
1.º Si los destinatarios son los trabajadores o sus representantes (Delegados de Prevención
o, en su defecto, los representantes unitarios o sindicales), se les ha de consultar de lo
siguiente:
a) La planificación y la organización del trabajo en la empresa y la introducción
de nuevas tecnologías, en todo lo relacionado con las consecuencias que éstas
pudieran tener para la seguridad y la salud de los trabajadores, derivadas de la
elección de los equipos, la determinación y la adecuación de las condiciones de
trabajo y el impacto de los factores ambientales en el trabajo.
b) La organización y desarrollo de las actividades de protección de la salud y
prevención de los riesgos profesionales en la empresa.
c) La designación de los trabajadores encargados de dichas actividades.
d) El recurso a un servicio de prevención externo.
e) La designación de los trabajadores encargados de las medidas de emergencia
(art. 20, LPRL).
f) Los procedimientos de información y documentación (arts. 18.1 y 23.1, LPRL).
g) El proyecto y la organización de la formación en materia preventiva.
h) Del procedimiento de evaluación de riesgos a utilizar en la empresa o en el
centro de trabajo.
i) La constitución de Servicios de Prevención Mancomunados (art. 21, LPRL).

26
j) Cualquier otra acción que pueda tener efectos substanciales sobre la seguridad
y la salud de los trabajadores.
2.º Cabe la posibilidad de que se tenga que consultar también al Comité de Seguridad y
Salud, pero en la medida en que reviste especial importancia este órgano en esta labor, se
analizará de forma separada en el punto siguiente
Se trata de una consulta preceptiva pero no vinculante. No se establecen reglas en cuanto
a cuándo ha de realizarse, habiéndose previsto simplemente que se ha de formalizar «con
la debida antelación» (art. 33.1, LPRL) o en el caso de los Delegados de Prevención «con
carácter previo a su ejecución» (art. 36.1.c), LPRL).
Tampoco se dice nada respecto a la forma de llevarla a cabo, siendo lo conveniente que
se realice tanto la petición como la contestación por escrito, tal como sí que se exige para
los Delegados de Prevención cuando contestan a la consulta, que deberán hacerlo a través
de un informe que se elaborará en un plazo de quince días, o en el tiempo imprescindible
cuando se trate de adoptar medidas dirigidas a prevenir riesgos inminentes (art. 36.3,
LPRL).
Esta diferencia de tratamiento o especificación respecto de estos últimos se fundamenta
en que si el empresario no acoge las propuestas de los Delegados de Prevención deberá
fundamentar su decisión, y en el caso de que acaezca un accidente por la inobservancia
de esta propuesta se gradúa la sanción como consecuencia de ello (art. 39.1.g), LISOS).
El Comité de Seguridad y Salud
1) Es un órgano de encuentro (Exposición de Motivos LPRL).
2) Se ha de constituir en todas las empresas o centros de trabajo que cuenten con 50 o
más trabajadores.
En el caso de una empresa que tiene muchos centros de trabajo pero ninguno supera el
umbral citado en el párrafo anterior, se podrá constituir un Comité que participe de todos
esos centros (STS 3-12-97, Rec. 1087/97).
Es posible la constitución de más de un Comité de Seguridad y Salud cuando van a tener
diferentes ámbitos sectoriales (STS 8-7-2011, Rec. 4471/2007).
3) Su composición es paritaria, formando parte de él, por un lado, los Delegados de
Prevención y, por otro, el empresario y/o sus representantes en número igual (art. 38.2.
LPRL).
4) Tienen reconocido el derecho a participar, con voz pero sin voto, en el mismo:
a) Los delegados sindicales y los responsables técnicos de la prevención en la
empresa
b) Los trabajadores de la empresa que tengan una especial cualificación o
información respecto de las cuestiones que se traten en dicho órgano.
c) Los técnicos ajenos a la empresa que se encarguen de la prevención.

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No es necesario, en cuanto a los Delegados de Prevención que forman parte de él, que se
siga el criterio de la proporcionalidad en su composición respecto de la representación
obtenida por cada sindicato en el Comité de Empresa puesto que:
a) Se trata de un órgano de carácter técnico.
b) Ni el artículo 34 ni el 35, LPRL, referentes a los derechos de participación
relacionados con la prevención de riesgos y con la misión y funciones de los
delegados de prevención, tratan del tema de la proporcionalidad en la designación
de representantes de los trabajadores.
c) El artículo 38 LPRL dedicado expresamente al Comité de Seguridad y Salud,
tampoco hace referencia a esta cuestión.
d) El mismo artículo anterior mantiene el carácter abierto del Comité de Seguridad
y Salud, dando entrada en sus reuniones, con voz pero sin voto, a los Delegados
Sindicales, a los responsables técnicos de la prevención de la empresa, a los
trabajadores que cuenten con especial cualificación en las cuestiones tratadas e,
incluso, a técnicos de prevención ajenos a la empresa si lo solicita alguna de las
representaciones en el comité.
5) Sus normas de funcionamiento se establecerán por el propio órgano, fijándose tan sólo
la necesidad en cuanto a sus reuniones que (art. 38.3 LPRL):
a) Se realicen como mínimo trimestralmente.
b) O cuando lo solicite algunas de las representaciones que lo componen.
6) Tiene fijadas las siguientes competencias (art. 39.1 LPRL):
a) Participar en la elaboración, puesta en práctica y evaluación de los planes y
programas de prevención de riesgos en la empresa.
Para ello, se debatirá previamente, con el fin de valorar la incidencia en la prevención de
riesgos:
‐ Elección de la modalidad organizativa de la empresa.
‐ La gestión realizada por las entidades especializadas con las que la empresa
hubiera concertado la realización de las actividades preventivas.
‐ Los proyectos en materia de:
‐ Planificación e organización del trabajo.
‐ Introducción de nuevas tecnologías.
‐ Organización y desarrollo de las actividades de protección y prevención (art. 16
LPRL).
‐ Organización de la formación en materia preventiva.
- En el caso de que la empresa quiera adoptar la decisión de concertar la actividad
preventiva con uno o varios servicios de prevención ajenos, los criterios a tener
en cuenta para la selección de la entidad así como las características técnicas del

28
concierto se debatirán y, en su caso, se acordarán en el seno del Comité de
Seguridad y Salud (art. 16.2 RSP).
- De constituir un servicio de prevención mancomunado, las condiciones en que
debe desarrollarse deberán debatirse y, en su caso, ser acordadas en el seno de cada uno
de los Comités de Seguridad y Salud de las empresas afectadas (art. 21.2 RSP).
La obligación de someter al Comité de Seguridad y Salud a consulta determinadas
materias relativas a la prevención de riesgos laborales, como el sistema de evaluación de
riesgos no vincula a la necesidad de llegar a un acuerdo (SAN 1-2-1999, Rec. 187/1998).
b) Promover iniciativas sobre métodos y procedimientos para la efectiva
prevención de los riesgos, proponiendo a la empresa la mejora de las condiciones o la
corrección de las deficiencias existentes.
7) Se le atribuyen las facultades para:
‐ Conocer directamente de la situación relativa a la prevención de riesgos en el
centro de trabajo, pudiendo realizar las visitas que estime convenientes.
‐ Conocer los documentos e informes relativos a las condiciones de trabajo,
incluyendo los procedentes de la actividad del servicio de prevención.
‐ Conocer y analizar los daños producidos en la salud o en la integridad física de
los trabajadores, con la finalidad de valorar sus causas y proponer las medidas
preventivas oportunas.
‐ Conocer e informar la memoria de programación anual de los servicios de
prevención.
8) En el caso de que en un mismo centro de trabajo realicen actividades de forma
simultánea varias empresas, los Comités de Seguridad y Salud deberán actuar de forma
coordinada, para lo cual realizarán reuniones conjuntas.
9) Finalmente, en el supuesto en que se haya decidido mediante la negociación colectiva
la constitución de un Comité Intercentros o Estatal de Seguridad y Salud en aquellas
empresas que cuenten con varios centros de trabajo, habrá que estar a las funciones que
el propio convenio les atribuya.
Debe quedar claro que la constitución de un Comité Intercentros no autoriza a suprimir
ninguno de los Comités de Seguridad y Salud exigibles por la vía del artículo 38.2 LPRL,
ni a dar carácter facultativo a cualquier otro extremo del régimen jurídico del sistema de
participación y consulta de los trabajadores en materia preventiva
3.9. Los Delegados de Prevención
El empresario ha de permitir la participación de los trabajadores en la empresa en las
cuestiones relacionadas con la prevención de riesgos en el trabajo (art. 34.1 LPRL).
Se canaliza a través de la representación de los trabajadores que, en materia de prevención
de riesgos laborales, está encabezada principalmente por los Delegados de Prevención,
definidos como los representantes de los trabajadores con funciones específicas en
materia de prevención de riesgos laborales (art. 35.1 LPRL).

29
1.ª) Es un órgano de carácter representativo, en la medida en que tiene por objetivo la
defensa de los intereses de los trabajadores.
2.ª) La representación que ostenta se centra solamente en los intereses de los trabajadores
en materia de prevención de riesgos laborales, es decir, que se trata de una representación
de carácter específico o determinado, estando para la representación del resto de intereses
la representación unitaria y la sindical.
3.ª) Es un órgano unipersonal, en el sentido de que cada Delegado de Prevención ostenta
la representación de los intereses de los trabajadores en materia de seguridad y salud en
el trabajo, frente al Comité de Seguridad y Salud cuya actuación es de forma colegiada.
4.ª) A la hora de adoptar decisiones, se regirán no por el criterio de la unanimidad, sino
por el de las mayorías.
5.ª) Se han de designar obligatoriamente en todas las empresas o centros de trabajo, de
acuerdo con la escala del art. 35.2, LPRL.
El parámetro a tener en cuenta es el del centro de trabajo si la empresa tiene varios,
mientras que si sólo tiene uno se atenderá a los trabajadores de la empresa.
6.ª) En cuanto a la duración de su cargo, no dispone la ley nada al respecto. En los casos
en que la condición de Delegado de Prevención vaya unida a la de representante de los
trabajadores, coincidirá normalmente la duración de ambos cargos o con la duración del
mandato de los que los eligieron.
-Designación de los Delegados de Prevención
La LPRL no ha optado por una única forma de designación sino por varias, atendiendo a
las diferentes situaciones que se pueden presentar y dando, en todo caso, un amplio
margen de actuación a la negociación colectiva.
a) Por y entre los representantes de los trabajadores
La primera modalidad señala que los delegados de prevención serán designados por y
entre los representantes del personal (art. 35.2 LPRL). En este caso, serán representantes
que reúnen en su persona dos funciones diferentes, la de un órgano de representación
ordinario y la de un órgano de representación especializado en materia de seguridad y
salud.
Sus principales características son las siguientes:
1.ª A esta forma de designación podrán acogerse todas las empresas que tengan
representantes de los trabajadores, aspecto que no es predicable de todas ellas, sobre todo
de las más pequeñas, con lo que aquéllas que no tengan representación deberán elegir sus
Delegados de Prevención por otros métodos.
En las empresas de menos de seis trabajadores, que no tienen representación unitaria, y
en aquéllas entre seis y diez trabajadores que no lo hayan acordado, no se dispone cómo
deben elegir a sus delegados de prevención, puesto que la previsión de la disposición
adicional 4.ª LPRL, que establece la posibilidad de que sean los propios trabajadores los
que por mayoría designen a un Delegado de Prevención, es para el caso de que el centro
de trabajo haya sido abierto recientemente y ninguno de sus empleados tenga la
30
antigüedad suficiente para proceder a convocar elecciones. La negociación colectiva ha
completado este aspecto en ocasiones.
2.ª La expresión representantes de personal se concibe, en este caso, como
equivalente a los representantes unitarios de la empresa
b) Por lo que se acuerde en los Convenios Colectivos o en los acuerdos del artículo 83.3
ET 2015
La LPRL ha dejado un amplio margen de actuación a la negociación colectiva,
determinando que las posibilidades de actuación en materia de designación de los
Delegados de Prevención pueden ser las siguientes:
1.ª) Los convenios colectivos pueden establecer otros sistemas de designación de
los Delegados de Prevención distintos del recogido con carácter general, debiendo
observar el límite de derecho necesario consistente en que, en todo caso, se ha de
garantizar que la designación corresponda a los representantes del personal o a los propios
trabajadores (art. 35.4 LPRL).
Esto supone que podrán ser Delegados de Prevención trabajadores que no tengan la
condición de representante unitario, siendo una vía para aumentar el número de
representantes más allá de los que tienen la condición de representantes unitarios y
sindicales.
2.ª) En la negociación colectiva o a través de los acuerdos del artículo 83.3 ET
2015 se podrá acordar que las competencias reconocidas en la LPRL a los Delegados de
Prevención sean ejercidas por órganos específicos creados en el propio convenio o
acuerdo. La opción por estos órganos deberá llevar consigo la determinación de su ámbito
de actuación y sus competencias (art. 35.4.2, LPRL).
3.ª) Por último, la Disposición Transitoria Primera establece la posibilidad de que
si, con anterioridad a la aprobación de la LPRL, los Convenios Colectivos vigentes en la
fecha de su entrada en vigor preveían unos órganos específicos de representación en
materia de seguridad e higiene en el trabajo, éstos sigan desempeñando sus funciones,
salvo que la representación legal de los trabajadores se decida por que se designen los
Delegados de Prevención de acuerdo con el artículo 35 LPRL.
En ningún caso la competencia atribuida por el artículo 35.4 LPRL puede ser utilizada
por un convenio colectivo o pacto extraestatutario (SAN 25-9-98, rec. 106/98).
c) Por los propios trabajadores
Si el supuesto anterior era una excepción a la regla general de designación de los
Delegados de Prevención, la modalidad que se prevé en este punto no es realmente una
excepción sino una forma de elección de los Delegados de Prevención ante la
imposibilidad de poderlos elegir por el sistema del artículo 35.2 LPRL por no existir
representantes unitarios que puedan llevar a cabo esa labor trabajadores con la antigüedad
suficiente para ser electores o elegibles en las elecciones para representantes del personal,
los trabajadores podrán elegir por mayoría a un trabajador que ejerza las competencias
del Delegado de Prevención, quién tendrá las facultades, garantías y obligaciones de
sigilo profesional de tales Delegados (Disposición Adicional Cuarta LPRL).

31
d) Por lo que dispongan los Estatutos de las Cooperativas o, en su defecto, acuerden sus
miembros en Asamblea General
-Competencias de los Delegados de Prevención
El artículo 36 de la LPRL enumera las competencias de los Delegados de Prevención con
el fin de delimitar su campo de actuación y evitar posibles conflictos con el empresario a
la hora de llevar a cabo su labor.
Fundamentalmente se pueden clasificar de la siguiente forma:
1.ª Colaboración con el empresario en la realización de la planificación y materialización
de la acción preventiva (art. 36.1, LPRL).
2.ª Promoción, control y vigilancia del cumplimiento de las normas. Los Delegados de
Prevención tienen atribuida una importante labor de incentivación al cumplimiento de la
LPRL. Concretamente esta viene establecida en dos sentidos:
3.ª Consulta por el empresario, con carácter previo a la ejecución de una decisión, acerca
de las cuestiones previstas en el artículo 33 de la LPRL (art. 36.1.c), LPRL).
Concretamente, el empresario le deberá de consultar en los siguientes supuestos:
a) La planificación y la organización del trabajo en la empresa y la introducción
de nuevas tecnologías, en todo lo relacionado con las consecuencias que éstas
pudieran tener para la seguridad y la salud de los trabajadores, derivadas de la
elección de los equipos, la determinación y la adecuación de las condiciones de
trabajo y el impacto de los factores ambientales en el trabajo.
b) La organización y desarrollo de las actividades de protección de la salud y
prevención de los riesgos profesionales en la empresa, incluida la designación de
los trabajadores encargados de dichas actividades o el recurso a un servicio de
prevención externo.
c) En la designación de los trabajadores encargados de las medidas de emergencia
(art. 20, LPRL), Se trata de una medida importante cuya no observancia está
tipificada como infracción grave en el artículo 47.10 de la LPRL.
d) En los procedimientos de información y documentación a que se refieren los
artículos 18.1 y 23.1 de la LPRL, y que son fundamentalmente los siguientes:
‐ Los riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores en el trabajo.
‐ Las medidas y actividades de protección y prevención aplicables a los
riesgos anteriores.
‐ Las medidas de emergencia que adopte.
‐ Evaluación de los riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo, y
planificación de la acción preventiva, conforme a lo previsto en el artículo
16 de la presente Ley.
‐ Medidas de protección y de prevención a adoptar y, en su caso, material
de protección que deba utilizarse.

32
‐ Resultado de los controles periódicos de las condiciones de trabajo y de
la actividad de los trabajadores, de acuerdo con lo dispuesto en el tercer
párrafo del apartado 1 del artículo 16 de la presente Ley.
‐ Práctica de los controles del estado de salud de los trabajadores previstos
en el artículo 22 de esta Ley y conclusiones obtenidas de los mismos en
los términos recogidos en el último párrafo del apartado 4 del citado
artículo.
‐ Relación de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que
hayan causado al trabajador una incapacidad laboral superior a un día de
trabajo.
El empresario está obligado a consultarles de forma previa a la adopción de una decisión
y con suficiente antelación, debiendo los delegados de prevención emitir
obligatoriamente un informe en un plazo de quince días o en el tiempo imprescindible
cuando se trate de adoptar medidas dirigidas a prevenir riesgos intermitentes. Por tanto,
es un informe preceptivo y no vinculante.
Por último, el empresario puede libremente no acoger la propuesta pero, en el caso de que
se produzca un accidente como consecuencia de su inobservancia, la sanción que se le
imponga se graduará en función de este hecho (art. 39.3.g), LISOS).
4.ª Asunción de las competencias del Comité de Seguridad y Salud Laboral. En aquellas
empresas en las que no esté constituido un Comité de Seguridad y Salud (empresas o
centros de trabajo que cuenten con menos de cincuenta trabajadores), la competencias a
él asignadas (art. 39.1, LPRL), serán asumidas y ejercidas por los Delegados de
Prevención.
-Facultades de los Delegados de Prevención
Son una serie de instrumentos que facilitan la realización de las competencias a los
Delegados de Prevención, teniendo en común que también pueden ser mejoradas por la
negociación colectiva. Son las siguientes (art. 36.2 LPRL):
1.ª) Acompañar a los técnicos en las evaluaciones de carácter preventivo del medio
ambiente de trabajo, con el fin de que les comuniquen aquellos aspectos que consideren
oportunos e incluso aporten propuestas de mejora de determinadas condiciones, como
conocedores de la empresa o centro de trabajo.
2.ª) Acompañar a los Inspectores de Trabajo y Seguridad Social en las visitas y
verificaciones que realicen en los centros de trabajo para comprobar el cumplimiento de
la normativa de prevención de riesgos laborales pudiendo formular las observaciones que
estimen convenientes.
3.ª) De darse el supuesto anterior, formular a los Inspectores de Trabajo y Seguridad
Social las observaciones que estimen oportunas cuando éstos visiten el centro de trabajo
(art. 15.3 RD 171/2004).
4.ª) Tener acceso, a la información y documentación relativa a las condiciones de trabajo
que sean necesarias para el ejercicio de sus funciones y, en particular, lo contenido en los

33
artículos 18 y 23 de esta Ley. Este acceso se ejercitará con las limitaciones previstas en
el artículo 22.4 LPRL cuando se trate de información médica de carácter personal.
5.ª) Ser informados por el empresario sobre los daños sufridos en la salud de los
trabajadores, pudiendo presentarse, aún fuera de la jornada laboral, en el lugar de los
hechos para conocer las circunstancias de los mismos.
6.ª) Recibir del empresario las informaciones procedentes de las personas u órganos
encargados de las actividades de protección y prevención en la empresa, así como de los
organismos competentes para la seguridad y salud de los trabajadores, sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 40 de esta Ley en materia de colaboración con la Inspección de
Trabajo y Seguridad Social.
7.ª) Realizar visitas a los lugares de trabajo, acceder a cualquier zona de los mismos y
comunicarse durante la jornada laboral con los trabajadores, con el fin de vigilar y
controlar el estado de las condiciones de trabajo, siempre que no se altere el normal
desarrollo del proceso productivo.
8.ª) Recabar del empresario la adopción de medidas preventivas y para mejorar los niveles
de protección.
a) Se trata de propuestas no vinculantes al empresario.
b) La decisión negativa del empresario a la adopción de las medidas deberá ser
motivada (art. 36.4 LPRL).
c) En el caso de que no las adopte lo deberá de comunicar por escrito a los
Delegados de Prevención.
d) El acaecimiento de una contingencia laboral por esa no observancia conllevará
una graduación de la sanción a imponer (art. 39.1 LISOS).
9.ª) Proponer al órgano de representación legal de los trabajadores la adopción del
acuerdo de paralización de actividades en caso de riesgo grave e inminente (
10.ª) Adoptar la decisión de paralización de actividades cuando no resulte posible reunir,
con la urgencia requerida al órgano de representación del personal (art. 21.3 LPRL). Se
trata de una facultad excepcional y cuya interpretación ha de ser restrictiva.
11.ª) Conocer, por parte del empresario, la orden de paralización inmediata de trabajos o
tareas que impliquen un riesgo grave e inminente emitida por la ITSS (art. 11.3 RD
928/1998).
12.ª) En el caso de que asuman las competencias del Comité de Seguridad y Salud,
tendrán también sus facultades.
13.ª) Posibilidad de celebrar reuniones conjuntas con los Delegados de Prevención y
empresarios de otras empresas, cuando desempeñen funciones simultáneamente en un
mismo centro de trabajo (art. 39.4, LPRL).
14.ª) Dirigirse a la/s persona/s encargadas de la coordinación de actividades preventivas
para que proponga la adopción de medidas para la prevención de los riesgos existentes en
el centro que puedan afectar a las personas concurrentes [art. 15.3.d) RD 171/2004]. Esta

34
facultad está atribuida a los delegados de prevención de las empresas titulares de centros
de trabajo.
15.ª) Ser informados cuando se concierte un contrato de prestación de servicios en los
términos de los artículos 42.4 y 5 y 64.2.c) del ET 2015.
-Garantías de los Delegados de Prevención
Su finalidad, aparte de facilitar la labor de los Delegados de Prevención, es la de frenar el
poder empresarial que, ante el desempeño de sus funciones representativas, quiera tomar
represalias como consecuencia de determinadas actividades que le hayan resultado
molestas.
Al igual que las competencias y las facultades, tienen carácter mínimo, pudiendo ser
mejoradas por los convenios colectivos (art. 2.2 LPRL).
Son fundamentalmente las siguientes (art. 37 LPRL):
1.ª Las establecidas en el artículo 68 ET 2015, que se enumeran a continuación:
a) Prohibición de ser despedido o sancionados durante el ejercicio de sus
funciones ni dentro del año siguiente a la expiración de su mandato, salvo en el
caso de que ésta se produzca por revocación o dimisión, siempre que el despido o
sanción se base en la acción del trabajador en el ejercicio de su representación.
b) Apertura de expediente contradictorio en el supuesto de sanciones por faltas
graves o muy graves.
c) Prioridad de permanencia en la empresa o centro de trabajo respecto de los
demás trabajadores, en los supuestos de suspensión o extinción por causas
tecnológicas o económicas.
d) Prohibición de discriminación en su promoción económica y social.
e) Libertad de expresión, divulgación y publicación de sus opiniones en las
materias concernientes a la esfera de su representación.
f) Disponer de un crédito de horas mensuales retribuidas para el ejercicio de sus
funciones de representación. El tiempo utilizado por los Delegados de Prevención
para el desempeño de las funciones previstas en esta Ley será considerado como
de ejercicio de funciones de representación a efectos de la utilización del crédito
de horas mensuales retribuidas previsto en la letra e) del citado artículo 68 ET
2015 (art. 37.1 LPRL).
Se considera, en todo caso, como tiempo de trabajo efectivo, sin imputación al crédito de
horas:
a) Las reuniones del Comité de Seguridad y Salud.
b) El tiempo destinado a las visitas previstas para acompañar al Inspector de Trabajo
[36.1.a) LPRL] y para acudir al lugar del accidente en su jornada laboral [36.2.b) LPRL].
c) Reuniones convocadas por el empresario.

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d) El tiempo destinado para la formación.
2.ª Derecho a que el empresario proporcione los medios y la formación necesarios para
el ejercicio de sus funciones (art. 37.2 LPRL).
-Obligaciones de los Delegados de Prevención
Fundamentalmente son dos:
1.ª) La primera es la obligación de emitir informes cuando el empresario les consulte (art.
36.3, LPRL) respecto de las materias del artículo 33 de la LPRL. Tienen que elaborarlos
con carácter previo en un plazo de quince días o en el tiempo imprescindible cuando se
trate de adoptar medidas dirigidas a prevenir riesgos inminentes.
2.ª) La segunda consiste, remitiéndose al artículo 65.2 del ET 2015, en la obligación de
guardar sigilo profesional.
3.10. La obligación de formación en materia de prevención de riesgos laborales
El empresario debe garantizar que cada trabajador reciba una formación suficiente y
adecuada (art. 19 LPRL), aspecto que también se recoge en términos parecidos en el
artículo 19.4 ET 2015.
Las principales características de la obligación de formación son las siguientes:
1.ª La formación se ha de impartir de forma teórica y práctica.
2.ª La formación se ha de dar de forma personalizada a cada uno de los trabajadores, y
ello aunque la prestación laboral se realice por varios trabajadores agrupados. La
antigüedad y experiencia profesional de un trabajador en un puesto de trabajo no actúa
como motivo que exima al empresario de su obligación de formación preventiva
3.ª Ha de estar centrada específicamente en el puesto de trabajo o función que va a llevar
a cabo cada trabajador, debiendo tener en cuenta también las especialidades que se pueden
presentar como consecuencia de que los trabajadores presenten connotaciones personales
a tener en cuenta. En consecuencia, una formación genérica no cumple las exigencias
legales.
4.ª Ha de ser suficiente y adecuada.
5.ª La materia sobre la que se ha de impartir la formación es la prevención en riesgos
laborales, dando a conocer a los trabajadores los riesgos existentes en su puesto de trabajo
y la manera de evitarlos. Esta cuestión ha sido abordada residualmente por el RSP,
disponiendo que sea la negociación colectiva o los acuerdos del artículo 83.3, ET 2015,
los que fijen los criterios de formación de los trabajadores y de los delegados de
prevención (disp. adic. 7ª).
6.ª La formación correrá siempre a cargo del empresario.
7.ª Se ha de impartir siempre que sea posible dentro de la jornada de trabajo o, en su
defecto, en otras horas pero con el descuento en aquélla del tiempo invertido en la misma.

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En el caso de que la formación se imparta fuera de las instalaciones de la empresa, se
computará como jornada de trabajo el tiempo invertido en el desplazamiento al lugar de
formación.
8.ª Por último, en cuanto al tiempo necesario que se ha destinar no se dispone nada, siendo
un aspecto que pueden concretar los convenios colectivos.
En principio, la formación a distancia está admitida como modalidad de impartición, pero
conviene tener presente que, dada la exigencia de una formación específica en relación
con el puesto de trabajo.
El empresario no puede eximirse del cumplimiento de la obligación de formación
argumentando que un trabajador tiene muchos años de experiencia.
-Momento de impartir la formación en materia de prevención de riesgos laborales
En cuanto al momento concreto en el que ha de proporcionarse esa formación se ha de
señalar lo siguiente:
1) En un principio, la formación se realizará en el momento de la contratación, es decir,
cuando se entabla la relación laboral (formación inicial).
2) Esta formación deberá reiterarse periódicamente con el fin de asegurar su actividad y
siempre que se den algunas de estas situaciones (art. 19.2, LPRL):
a) Cuando se produzcan cambios en las funciones que desempeñe el trabajador.
b) Cuando se introduzcan nuevas tecnologías en el puesto de trabajo.
c) Cuando se produzcan cambios en los equipos de trabajo.
d) Y, por último, cuando los riesgos evolucionen y como consecuencia de ello
aparezcan nuevos sobre los que hay que formar a los trabajadores para prevenir
un accidente de trabajo o enfermedad profesional.
-Sujetos encargados de impartir la formación en materia de prevención de riesgos
laborales
En cuanto a los sujetos encargados de la impartición de esa formación, podrán ser uno de
los tres siguientes:
1. El propio empresario en las empresas de reducida dimensión si ha asumido él la
organización de la prevención.
2. Los servicios de prevención propios, incluyendo a los mancomunados.
3. Los servicios de prevención ajenos (art. 31.3.a) de la LPRL).
Esa formación se encuentra fijada para los trabajadores como una obligación (art. 19.4
del ET 2015), debiendo contribuir a su eficacia. El incumplimiento de esta obligación por
parte del trabajador debe comprender tanto los supuestos en que estos se niegan a realizar
los cursos, como los que, asistiendo a los mismos, no los aprovechan. Estos
incumplimientos tendrán la consideración de laborales (art. 29.3 de la LPRL en relación
con el art. 58 del ET 2015), pudiendo el empresario, en el ejercicio de su poder de

37
dirección, sancionar a los trabajadores infractores de acuerdo a la graduación que resulte
aplicable legal o convencionalmente, llegando incluso al despido disciplinario.
3.11. Obligación de adoptar medidas de emergencia
El empresario debe adoptar medidas para el caso de que se planteen en la empresa
situaciones de emergencia.
Las actuaciones concretas que tiene que realizar son las siguientes:
1.ª Analizar las posibles situaciones de emergencia que se pueden presentar en su
empresa.
2.ª Adoptar las medidas necesarias en materia de primeros auxilios, lucha contra
incendios y evacuación de personal.
3.ª Designar para ello al personal encargado de poner en práctica estas medidas.
4.ª Revisar periódicamente las medidas acordadas y su funcionamiento correcto.
5.ª Y, por último, organizar las relaciones que sean necesarias con servicios externos a la
empresa, en particular en materia de primeros auxilios, asistencia médica de urgencia,
salvamento y lucha contra incendios, de forma que quede garantizada la rapidez y eficacia
de las mismas.
3.12. Obligación de adoptar medidas de riesgo grave e inminente.
El artículo 21 LPRL recoge todas las actuaciones y medidas que se deben o pueden
adoptar en caso de riesgo grave e inminente.
Definida en el artículo 4.4 de la LPRL, tiene como elementos caracterizadores los
siguientes:
1. Que el peligro sea grave.
2. Que el peligro sea inminente.
3. Que el acaecimiento del peligro sea probable racionalmente.
4. Que el peligro provenga de la empresa o sus componentes.
En cuanto a las medidas a adoptar por parte del empresario hay que distinguir dos
situaciones:
1.ª Cuando el riesgo grave e inminente todavía no se ha materializado, el empresario ha
de llevar a cabo dos obligaciones en previsión de que pueda ocurrir:
a) Deberá organizar un sistema eficaz de comunicación de los trabajadores con
sus superiores jerárquicos para que puedan adoptarse las medidas precisas en caso
de presentarse esa situación.
b) Deberá encargarse para que, en caso de que la comunicación anterior no sea
posible, el trabajador esté en condiciones de adoptar las medidas necesarias para
evitar las consecuencias de dicho peligro ya sea propio, de otros trabajadores o de
terceros.

38
2.ª Si el riesgo grave e inminente ya se ha materializado, hay que distinguir a su vez dos
posibilidades:
a) Que el riesgo sea evitable. En tal caso el empresario deberá informar lo antes
posible a todos los trabajadores afectados acerca de la existencia de dicho riesgo
y de las medidas adoptadas o que deban adoptarse en materia de protección.
b) Si el riesgo, además de grave e inminente, es inevitable, el empresario deberá
adoptar las medidas y dar las instrucciones necesarias para que los trabajadores
puedan interrumpir su actividad y, si fuera necesario, abandonar de inmediato el
lugar de trabajo, al que no volverán mientras persista el peligro.
Ante la posibilidad de que el empresario no adopte estas medidas o no permita su
adopción, la LPRL ha previsto las siguientes alternativas con la finalidad de garantizar la
seguridad y salud de los trabajadores:
1.ª Los representantes legales de los trabajadores podrán acordar la paralización de la
actividad de los trabajadores afectados por dicho riesgo. Estos representantes serán sólo
lo unitarios, es decir, los delegados de personal y los miembros del Comité de Empresa,
y la decisión se adoptará por mayoría simple de sus miembros.
2.ª En el caso de que resulte imposible reunir con la urgencia requerida al órgano de
representación anterior, la decisión la podrán adoptar los Delegados de Prevención. Se
trata de una posibilidad reconocida con carácter subsidiario.
La extralimitación en el ejercicio de esta competencia, adoptada de mala fe o cometiendo
negligencia grave, conllevará la correspondiente responsabilidad (art. 21.4, LPRL).
Tanto la decisión de paralización de esta representación cualificada, como la de la
anterior, deberá ser comunicada a la empresa de inmediato.
Asimismo, deberá ser comunicada a la autoridad laboral que, en el plazo de veinticuatro
horas, la anulará o ratificará.
3.ª El trabajador o trabajadores con carácter individual también tienen atribuido el derecho
a interrumpir su actividad cuando consideren que dicha actividad entraña un riesgo para
su vida o salud.
4.ª También pueden paralizar la actividad de los trabajadores la Inspección de Trabajo
cuando a su juicio advierta la situación de riesgo grave e inminente para la seguridad o
salud de los trabajadores [art. 9.1.f), LPRL].
5.ª Tienen también atribuida la adopción de esta decisión el Gobierno o los órganos de
gobierno de las Comunidades Autónomas con competencias en la materia, previa
comunicación del Jefe de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social (arts.
53, LPRL y 26, RD 928/1998).
6.ª Por último, en ocasiones, esa competencia viene asignada por la normativa específica,
como es el caso del RD 1627/1997, de 24 de octubre por el que se establecen
disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción, en cuyo artículo
14 faculta al coordinador en materia de seguridad y salud (que es definido como en el art.
2 como el técnico competente designado por el promotor para coordinar durante la fase

39
del proyecto de obra) o a cualquier persona integrada en la dirección facultativa a
paralizar las tareas o la totalidad de la obra.
En todo caso, en cualquiera de los posibles sujetos facultados para paralizar la actividad
empresarial, deberá presidir en esa decisión la buena fe con el fin de que no se derive
perjuicio alguno a los trabajadores o sus representantes.
Ahora bien, no es necesario que el riesgo grave e inminente se materialice en el momento
de la paralización, sino que es suficiente con que sea razonablemente probable que lo
haga en el futuro (STSJ Cataluña 31-3-2011, Rec. 163/2010).
3.13. Obligación de elaboración y conservación de documentación en materia de
riesgos laborales
El artículo 23 de la LPRL recoge la obligación del empresario en orden a la elaboración
y conservación de una serie de documentación, que tiene por finalidad normalmente
verificar el cumplimiento por el empresario de sus obligaciones.
No se señala nada en cuanto a la forma de elaborarla o el tiempo que hay que conservarla,
que parece ser que es de forma indefinida, disponiéndose tan sólo que en el momento de
cesación de su actividad, las empresas deberán remitir a la Autoridad Laboral la
documentación señalada (art. 23.2, LPRL).
Esa documentación ha de ser fundamentalmente la siguiente (art. 23.1, LPRL):
1) El plan de prevención de la empresa (art. 16.1, LPRL).
2) La evaluación de los riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo que se haya
realizado. Cuando la misma refleje, respecto de un determinado puesto, la necesidad de
adoptar medidas preventivas, se tendrán que hacer constar los datos establecidos en el art.
7, RSP.
3) La planificación de la acción preventiva adoptada, que deberá incluir en todo caso:
a) Las medidas de protección y de prevención a adoptar y, en su caso, material de
protección que deba utilizarse.
b) El material de protección que se tenga que utilizar (art. 16.2, LPRL)
4) Práctica de los controles del estado de salud de los trabajadores, es decir, quién los ha
realizado, cuándo...; y respecto del contenido sólo tendrá la documentación que se le ha
facilitado que es, como he señalado anteriormente, las conclusiones.
5) Relación de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que hayan causado al
trabajador una incapacidad laboral superior a un día de trabajo.
6) Los resultados de la auditoría externa a la que habrá de someterse la empresa de no
concertar los servicios de prevención con entidades especializadas ajenas a la empresa
(art. 31, RSP).
Toda esta documentación tendrá que estar a disposición de:
1.º La autoridad laboral (art. 23.2, LPRL).

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2.º Las autoridades sanitarias.
3.º Los trabajadores designados para constituir un servicio de prevención, de los servicios
de prevención propios o de los ajenos (art. 30.3, LPRL).
4.º Los Delegados de Prevención, en la medida en que entre sus facultades está la de
acceso, con las limitaciones previstas en el apartado 4 del artículo 22 de la LPRL, a la
información y documentación relativa a las condiciones de trabajo que sean necesarias
para el ejercicio de sus funciones, y en particular, a la prevista en los artículos 18 y 23 de
la LPRL (art. 36.2.b), LPRL).
5.º El Comité de Seguridad y Salud, que tiene reconocido entre sus facultades la de
conocer cuántos documentos e informes relativos a las condiciones de trabajo sean
necesarios para el cumplimiento de sus funciones, así como los procedentes de la
actividad del Servicio de Prevención, en su caso (art. 39.2.b), LPRL).
El empresario debe notificar por escrito a la Autoridad Laboral los daños para la salud de
los trabajadores a su servicio que se hubieran producido con motivo del desarrollo de su
trabajo, conforme al procedimiento que se determine reglamentariamente (art. 23.3,
LPRL).
Se está haciendo referencia en la notificación por escrito al parte de accidentes, que está
regulado en la OM de 16 de diciembre de 1987, en la que se establecen los modelos para
notificación y dicta instrucciones para su cumplimentación y tramitación.
En cuanto a los modelos a utilizar, son los fijados en la Orden TAS/2926/2002, de 19 de
noviembre, por la que se establecen nuevos modelos para la notificación de los accidentes
de trabajo y se posibilita su transmisión por procedimiento electrónico, debiendo
cumplimentarse esa norma con lo establecido en la Resolución de 26 de noviembre de
2002, de la Subsecretaría, por la que se regula la utilización del Sistema de Declaración
Electrónica de Accidentes de Trabajo (Delt@) que posibilita la transmisión por
procedimiento electrónico de los nuevos modelos para la notificación de accidentes de
trabajo, aprobados por la Orden TAS/2926/2002, de 19 de noviembre.
Tres son los modelos existentes:
a) El parte de accidente de trabajo, que se ha de cumplimentar cuando acaezca un
accidente de trabajo o recaída que conlleven la ausencia del accidentado del lugar de
trabajo de, al menos, un día ‐salvedad hecha del día en que ocurrió el accidente‐, previa
baja médica.
b) La relación de accidentes de trabajo ocurridos sin baja médica, que se cumplimentará
mensualmente.
c) Relación de altas o fallecimientos de accidentados, que también se cumplimenta
mensualmente.
Por lo que se refiere a la comunicación de las enfermedades profesionales se ha de estar
al Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de
enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios
para su notificación y registro y a la Orden TAS/1/2007, de 2 de enero, por la que se

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establece el modelo de parte de enfermedad profesional, se dictan normas para su
elaboración y transmisión y se crea el correspondiente fichero de datos personales.
3.14. La investigación de los accidentes de trabajo
Señala el art. 16.3 LPRL que “cuando se haya producido un daño para la salud de los
trabajadores o cuando, con ocasión de la vigilancia de la salud prevista en el artículo 22,
aparezcan indicios de que las medidas de prevención resultan insuficientes, el empresario
llevará a cabo una investigación al respecto, a fin de detectar las causas de estos hechos”.
Se trata de una obligación empresarial que tiene como objetivo principal la deducción de
las causas que han generado un accidente, procediendo a conocer todos los hechos, que
con carácter previo, los han generado.
3.15. La protección de trabajadores especialmente sensibles a determinados riesgos
El empresario debe proteger a los trabajadores especialmente sensibles, y su
establecimiento responde a que el riesgo no se deriva del puesto de trabajo que
desempeñan, sino de las características personales que presentan, debiendo adoptar toda
una serie de medidas que tienen como finalidad protegerlos, al igual que al resto de
trabajadores, pero teniendo en cuenta las connotaciones personales que presentan (art.
25.1, LPRL).
Fundamentalmente las obligaciones concretas del empresario son:
1.º Garantizar de manera específica su protección.
2.º Tener en cuenta esas situaciones personales específicas a la hora de proceder a la
evaluación de riesgos, debiendo adoptar al efecto las medidas preventivas y de protección
necesarias.
3.º No emplear a dicho colectivo en aquellos puestos de trabajo que puedan poner en
peligro a ellos mismos, a los demás trabajadores o a otras personas relacionadas con la
empresa por sus circunstancias personales.
4.º La misma obligación anterior se aplicará cuando los trabajadores se encuentren en
situaciones o estados transitorios, en las que no respondan a las exigencias psicofísicas
Respecto de esta obligación de protección de la procreación, se prevé de forma
esquemática que deberá tener en cuenta el empresario los factores de riesgo que puedan
incidir en la función de procreación, en particular por la exposición a agentes físicos,
químicos y biológicos que puedan ejercer efectos mutagénicos o de toxicidad para la
procreación, tanto en los aspectos de la fertilidad, como del desarrollo de la descendencia,
con objeto de adoptar las medidas preventivas necesarias (art. 25.2, LPRL), a la hora de
realizar la evaluación de riesgos de la empresa, debiendo adoptar al efecto las medidas de
protección necesarias.
3.15.1. Protección de la maternidad.
Bajo el título protección de la maternidad, la LPRL prevé unas medidas, con el objeto de
proteger unas situaciones que tienen en común el hecho de que son temporales o
transitorias.

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Son principalmente las siguientes:
1. El embarazo. Lógicamente, las medidas que se adopten respecto de él se extenderán
como máximo hasta el alumbramiento.
2. La lactancia natural.
3. El parto reciente. Tampoco se ha determinado un plazo, pero se entiende que será el
que estime conveniente el facultativo.
Las medidas a adoptar son las siguientes:
1.º La evaluación de riesgos que realice el empresario deberá comprender la
determinación de la naturaleza, el grado y la duración de la exposición a agentes,
procedimientos o condiciones de trabajo que puedan influir negativamente en la salud de
las trabajadoras o del feto, en cualquier actividad susceptible de presentar un riesgo
específico (art. 26.1 LPRL), y si de sus resultados se deriva un riesgo probable o posible
repercusión a esas situaciones descritas anteriormente, se ha de realizar una de estas dos
labores:
a) Una adaptación de las condiciones de trabajo.
b) Una adaptación del tiempo de trabajo de la trabajadora afectada, debiendo
incluirse en este caso la posibilidad de que, cuando resulte necesario, no se realice
trabajo nocturno o a turnos.
En relación con esa evaluación, el empresario deberá determinar, previa consulta con los
representantes de los trabajadores, la relación de puestos de trabajo exentos de riesgos a
estos efectos (art. 26.2 LPRL).
2.º De no poder evitar el riesgo realizando las adaptaciones a que se ha hecho referencia
anteriormente o a pesar de la adaptación, las condiciones de un puesto de trabajo puedan
influir negativamente en las situaciones protegidas por el artículo 26 LPRL, la trabajadora
deberá desempeñar un puesto de trabajo o función diferente y compatible con su estado.
3.º En el supuesto de que, aun aplicando las reglas señaladas en el punto anterior, no
existiese puesto de trabajo o función compatible, la trabajadora podrá ser destinada a un
puesto no correspondiente a su grupo o categoría.
Respecto de ésta, conservará el derecho al conjunto de retribuciones de su puesto de
origen, lo que no es exactamente cierto puesto que, si pasa a desempeñar un puesto de
superior categoría, cobrará el sueldo correspondiente a ella, es decir más (art. 26.2 in fine,
LPRL). La medida legal sólo se encuentra prevista para cuando se desempeñe un puesto
de inferior categoría.
En el caso de que el empresario cambie de puesto de trabajo o función por razón de riesgo
de embarazo o riesgo durante la lactancia natural, tendrá derecho con respecto a las cuotas
devengadas durante el período de permanencia en el nuevo puesto de trabajo o función a,
una reducción, soportada por el presupuesto de ingresos de la Seguridad Social, del 50%
de la aportación empresarial en la cotización a la Seguridad Social por contingencias
comunes (Disposición adicional centésima vigésima segunda LPGE/2018).

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La misma reducción se aplica, atendiendo a los términos y condiciones que se fijen
reglamentariamente, en aquellos supuestos, en que, por razón de enfermedad profesional,
se produzca un cambio de puesto de trabajo en la misma empresa o el desempeño, en otra
distinta, de un puesto de trabajo compatible con el estado del trabajador.
4.º Finalmente, en el caso en que el cambio de puesto de trabajo no resultara técnica u
objetivamente posible, o no pueda razonablemente exigirse por motivos justificados, la
trabajadora afectada es declarada en situación de riesgo por embarazo o de riesgo durante
la lactancia natural, procediéndose a la suspensión de su contrato de trabajo, conforme a
lo dispuesto en el artículo 45.1.e) ET 2015 situación que perdurará:
‐ Hasta que se inicie la correspondiente suspensión del contrato por maternidad
biológica.
‐ Mientras que persista la imposibilidad de reincorporarse a su puesto anterior.
‐ Mientras que persista la imposibilidad de reincorporase a otro puesto compatible
con su estado.
‐ Hasta que el lactante cumpla nueve meses.
En el caso concreto de la lactancia natural, la suspensión del contrato y el derecho a la
prestación de riesgo durante la lactancia natural, se ha señalado lo siguiente :
a) Los riesgos tienen que estar debidamente descritos, valorados y acreditados de
manera específica en relación con esa situación.
b) Esos riesgos no necesariamente tienen que ser los mismos que los riesgos en el
caso de embarazo.
c) En su valoración se debe tener en cuenta la actividad desempeñada por la
trabajadora o el concreto medio de trabajo en que tal actividad se desenvuelve y
que afecte de manera particular a la situación de lactancia natural.
d) De acuerdo con el artículo 26 LPRL, es una medida subsidiaria de segundo
grado para cuando concurre un riesgo específico en el desempeño concreto de un
puesto de trabajo.
e) En cuanto tal, sólo cabe adoptarla después de probar la existencia de un riesgo
específico y de valorar como insuficientes o como ineficaces otras medidas
previas a la suspensión del contrato, que son, en primer lugar, la adaptación de las
condiciones o del tiempo de trabajo y, si tal adaptación no resulta posible o no
resulta efectiva, el cambio de puesto de trabajo.
f) La valoración de la concurrencia o no de estos requisitos legales depende de
múltiples circunstancias de tiempo, lugar y modo de la prestación laboral desempeñada.
g) La acreditación de un riesgo específico con relevancia para la salud de la madre
y/o del lactante, que no se pueda prevenir o remediar más que mediante la
suspensión del contrato de trabajo, corresponde en parte a la trabajadora y en parte
al empresario/a a los que va a afectar tal importante vicisitud de la relación laboral.

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h) Finalmente, corresponde a la empresa llevar a cabo gestiones efectivas
encaminadas a la adecuación del puesto de trabajo o al traslado a puesto
compatible, para lo que es preciso "conocer con detalle la naturaleza, extensión,
características y tiempo de exposición" a los factores de riesgo señalados.
En resumen, la situación protegida queda vinculada a una suspensión del contrato de
trabajo que, a su vez, requiere:
- La constatación de un riesgo que se produce cuando las condiciones de trabajo
pueden influir negativamente sobre la salud de la mujer y de su hijo.
- Que la adaptación de las condiciones de trabajo por parte del empresario no sea
posible o no permita eliminar el riesgo.
- Que tampoco sea posible el traslado de la trabajadora a "un puesto o función
diferente y compatible con su estado", aplicando los principios propios de la
movilidad funcional
Se tendrá derecho a una prestación económica por riesgo durante el embarazo o riesgo
durante la lactancia natural consistente en un subsidio equivalente al 100% de la base
reguladora y, con el objetivo de que la contratación de este colectivo no vaya en
detrimento, se determina un derecho del empresario «a una bonificación del 100% en las
cuotas empresariales, incluidas las de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales,
y en las aportaciones empresariales de las cuotas de recaudación conjunta» respecto de
los contratos de interinidad que se celebren con personas desempleadas para sustituir a
trabajadoras que tengan suspendido su contrato de trabajo por riesgo durante el embarazo
o por riesgo durante la lactancia natural y hasta tanto se inicie la correspondiente
suspensión del contrato por maternidad biológica o el lactante cumpla nueve meses,
respectivamente, o, en ambos casos cuando desaparezca la imposibilidad de la trabajadora
de reincorporarse a su puesto de trabajo anterior o a otro compatible con su estado (art. 1
RDL 11/1998, 4 sept.)
En relación con la protección de la maternidad el apartado 4 del artículo 26 LPRL recoge
el derecho de las embarazadas a ausentarse del trabajo, con derecho a remuneración (art.
37.3 ET 2015), para la realización de exámenes prenatales y técnicas de preparación al
parto siempre que:
1. Se preavise al empresario de la ausencia que se va a producir en el trabajo,
siendo válida la comunicación verbal.
2. Se justifique la necesidad de realizar esas actividades dentro de la jornada de
trabajo, bastando con la expedición de un certificado por un facultativo.
3.15.2. Protección de los menores.
Los sujetos protegidos son los menores de 18 años y, excepcionalmente, los menores de
16 años (art. 27.1, LPRL).
Las obligaciones a adoptar por el empresario son las siguientes:
1. Proceder a una evaluación de los puestos de trabajo a desempeñar por los menores a
fin de determinar la naturaleza, el grado y la duración de su exposición en cualquier

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actividad susceptible de presentar un riesgo específico a agentes, procesos o condiciones
de trabajo que puedan poner en peligro la seguridad o la salud de estos trabajadores. Se
realizará en los siguientes momentos:
a) Antes de la incorporación al trabajo.
b) Previamente a cualquier modificación importante de sus condiciones de trabajo.
c) Y, como es lógico, periódicamente al igual que ya se determinó en la evaluación
de riesgos general.
2. Informar a dichos jóvenes y a sus padres o tutores que hayan intervenido en la
contratación de:
a) Los posibles riesgos.
b) Las medidas adoptadas para la protección de su seguridad y salud.
3. No ocuparlos en ninguno de los trabajos enumerados en el Decreto de 26 de julio de
1957, que determina los trabajos prohibidos de la mujer y los menores, que sigue
parcialmente vigente en la parte relativa a los menores hasta que el Gobierno desarrolle
y actualice reglamentariamente esta cuestión (Disp. der. única b) de la LPRL).

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LECCIÓN 4. ORGANIZACIÓN DE LA ACTIVIDAD PREVENTIVA
Esquema
I. Posibles sistemas de prevención en las empresas
– Las modalidades organizativas de los sistemas de prevención están determinados
legal y reglamentariamente.
– La negociación colectiva no puede introducir otras fórmulas.
– No hay libre elección empresarial.

II. Sistema de prevención llevado por uno o varios trabajadores designados por la empresa
– Designación: orden empresarial que puede implicar movilidad funcional o
modificación sustancial de las condiciones de trabajo.
– Número de trabajadores designados: en función del tamaño de la empresa y los
riesgos específicos
– Capacidad y formación “suficiente”, adecuada a las funciones a desarrollar
– Condiciones para el desarrollo de su actividad:
– disponer del tiempo necesario (no requiere exclusividad).
– disponer de los medios precisos.
– acceso a información y documentación.
– deber de sigilo.
– excluye la vigilancia de la salud.
– Garantías:
– expediente contradictorio
– prioridad de permanencia en despidos colectivos o suspensión de los contratos
de trabajo.
– no discriminación por el ejercicio de sus funciones.
– opción a la readmisión en caso de despido improcedente.

III. Sistema de prevención asumido por el propio empresario


Características de la empresa y del empresario:
– empresas de hasta 10 trabajadores o 25 si tienen un centro de trabajo
– actividad no incluida en el Anexo I RSP
– empresario/persona física: actividad habitual en el centro y capacidad y formación
según las funciones a desarrollar.
– se excluye la vigilancia de la salud.

IV. Sistema de prevención llevado por uno o varios servicios de prevención propios o
ajenos
– Conjunto de medios humanos y materiales para el asesoramiento y asistencia
técnica de prevención de riesgos.
– Funciones de asesoramiento y apoyo técnico para el diseño y la ejecución de las
obligaciones preventivas, por lo que requiere un carácter multidisciplinar.
a) Servicios de prevención propios:
– Obligatorio en:
1. empresas de más de 500 trabajadores
2. empresas entre 250 y 500 trabajadores del Anexo I RSP
3. decisión de la autoridad laboral por peligro de la actividad o alta
siniestralidad.
– Composición:
– dos disciplinas preventivas con técnicos de nivel superior.

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– personal necesario para funciones de nivel intermedio o básico.
– trabajadores vinculados a la empresa por relación laboral:
– actividad exclusivamente preventiva.
– dedicación temporal, la necesaria.
– Medios materiales:
– los necesarios.
– vigilancia de la salud: normativa sanitaria.
– Compatible con otras modalidades.
b) Servicios de prevención mancomunados:
– Modalidad de los servicios de prevención propios que puede implantarse en:
1. empresas que desarrollan su actividad simultáneamente en un mismo
centro de trabajo o edificio.
2. empresas de un mismo sector o grupo de un mismo polígono o área
geográfica determinada.
– Requiere:
– acuerdo de constitución específico.
-Tres disciplinas
– consulta previa a la representación legal.
– limitar su actividad a las empresas participantes.
c) Servicios de prevención ajenos:
– Obligatorios en los casos de
– insuficiencia de otras modalidades
– imposición de la autoridad laboral
– Organización:
1. Disponer de los medios materiales necesarios
2. Disponer de un experto, como mínimo, para funciones de nivel superior
de cada una de las cuatro disciplinas preventivas y asimismo de personas
para el desarrollo de las funciones de nivel básico e intermedio;
excepcionalmente sólo dos disciplinas preventivas.
– Concierto de prestación de servicio, contenido:
1. Identificación del servicio de prevención.
2. Identificación de la empresa y sus centros.
3. Aspectos de la actividad preventiva que se contratan.
4. Duración.
5. Condiciones económicas.

V. Los controles y acreditaciones de los sistemas de prevención. Las Auditorias.

– obligatorias: para las empresas no hayan concertado el servicio de prevención


con una entidad especializada. (art. 30.6 LPRL y 29.2 del RSP). Excepciones
– voluntarias: pueden realizarse en aquellos casos en que “la auditoria externa no
sea exigible o, cuando siéndolo, se realicen con una mayor frecuencia o con un
alcance más amplio” a los establecidos legalmente (art. 33 bis RSP).

VI. Obligación de presencia en la empresa de los recursos preventivos (arts. 32 bis


LPRL y 22 bis R.S.P)
1. Presencia necesaria en los siguientes casos:
a) Riesgos agravados por concurrencia de operaciones que se desarrollan sucesiva
o simultáneamente
b) Actividades o procesos peligrosos o con riesgos especiales

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2. La presencia se llevará por las personas previstas en el 32 bis 2 y 4 LPRL:
– trabajador designado
– miembro del servicio de prevención propio o ajeno
– trabajadores de la empresa con cualificación.
3. Funciones:
– indicar al empresario el cumplimiento de las actividades preventivas.
– advertir al empresario la ausencia o insuficiencia de medidas preventivas.

Consiste en que el empresario planifique la actividad productiva de su empresa, con el


objetivo de que se eliminen, controlen y reduzcan los riesgos existentes, que se han
deducido de la evaluación de riesgos que se ha realizado, debiendo determinar en la
misma los medios humanos y materiales necesarios, así como la asignación de los
recursos económicos precisos para la consecución de los objetivos propuestos (Capítulo
IV LPRL y arts. 8 y 9 RSP).
Las distintas posibilidades de organización de la actividad preventiva se pueden
combinar, en la medida en que es posible acudir a varias de ellas simultáneamente, así
como elegir, en un principio, una y luego cambiar.
En todo caso, el empresario, previamente a la adopción de esta decisión, está obligado a
consultar con los representantes de los trabajadores (art. 33.2, LPRL).
Son fundamentalmente las siguientes:
1.ª Asumir personalmente la prevención de la empresa.
2.ª Designar a uno o varios trabajadores.
3.ª Constituir un servicio de prevención propio.
4.ª Concertar con un servicio de prevención ajeno.
4.1. Realización por el empresario.
Se encuentra recogida en los artículos 30.5 LPRL y 10.1.a) RSP y se trata en todo caso
de una alternativa ofrecida al empresario y no de una obligación que, no obstante, de
querer acogerse a ella, se han de reunir una serie de requisitos (art. 30.5 LPRL y 11.1
RSP):
a) Que se trate de una empresa de hasta diez trabajadores.
Se permite también puedan optar a esta modalidad las empresas que ocupen hasta 25
trabajadores, siempre y cuando dispongan de un único centro de trabajo. El cómputo se
hace a nivel de empresa y no de centro de trabajo
b) Que las actividades desarrolladas en la empresa no estén incluidas en el anexo I RSP,.
c) Que desarrolle de forma habitual su actividad profesional en el centro de trabajo, es
decir, que el empresario esté en contacto directo y continuado con el lugar de trabajo, con

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el fin de poder valorar de forma efectiva los riesgos existentes en ella y las medidas a
adoptar al efecto.
d) Que tenga la capacidad correspondiente a las funciones preventivas que va a desarrollar
de acuerdo con lo establecido en el capítulo VI RSP.
De optar el empresario por esta modalidad:
1. No podrá llevar a cabo nunca la vigilancia de la salud.
2. No tendrá que asumir todas las actividades preventivas, sino sólo las que se encuentre
capacitado o las que estime convenientes.
En ambos casos, tendrá que recurrir a alguna de las restantes modalidades de organización
de la prevención (art. 11.2 RSP).
4.2. Designación de uno o varios trabajadores.
Se encuentra prevista esta posibilidad en los artículos 30.1 de la LPRL y 10.1.b) del RSP
y se trata de una modalidad que, a diferencia de la anterior, es obligatoria salvo que el
empresario haya asumido personalmente la actividad preventiva, haya recurrido a un
servicio de prevención propio o a uno ajeno (art. 12.2, RSP). Los trabajadores designados
deberán:
a) Tener la capacidad necesaria, que se valorará en función de las actividades preventivas
que se tengan que realizar, de acuerdo a lo dispuesto en el capítulo VI RSP: funciones de
nivel básico, intermedio y superior.
b) Disponer del tiempo y de los medios precisos, de lo que se deduce que su dedicación
no tiene porqué ser exclusiva.
c) Ser suficientes en número.
Ninguno de estos tres términos han sido especificados por el RSP sino que más bien los
ha reiterado (art. 13.2, RSP), señalándose tan sólo que mediante la negociación colectiva
o los acuerdos del artículo 83.3 del ET 2015, podrán establecer los criterios de
determinación, en función de los siguientes parámetros (Disp. adic. 7ª RSP):
a) El tamaño de la empresa.
b) Los riesgos a que están expuestos los trabajadores y su distribución en la empresa.
Además, se determina lo siguiente (art. 30.3 y 4, LPRL):
1.º La dedicación de estos trabajadores será exclusiva o compartida con la actividad
laboral, puesto que si bien, en un principio, se señala que se les ha de dar el tiempo
suficiente, lo que supone que no hay dedicación completa, ésta puede venir fijada por la
negociación colectiva.
2.º No pueden sufrir ningún perjuicio derivado de sus actividades de protección y
prevención de los riesgos profesionales.
3.º Se les reconoce las garantías que para los representantes de los trabajadores establecen
los artículos 68 a), b) y c) y 56.4 del ET 2015.

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4.º Tienen derecho al acceso a la información y documentación a que se refieren los
artículos 18 y 23 de la LPRL.
5.º Deben guardar sigilo profesional respecto de la información a la que tuvieran acceso
como consecuencia de la actividad preventiva que realizan.
4.3. Constitución de un Servicio de Prevención propio
Se concibe como el conjunto de medios humanos y materiales necesarios para realizar las
actividades de prevención a fin de garantizar la adecuada protección de la seguridad y la
salud de los trabajadores asesorando y asistiendo para ello al empresario, a los
trabajadores y a sus representantes y a los órganos de representación especializados (art.
31.2 LPRL).
Se debe constituir de forma obligatoria en los siguientes supuestos (art. 14 RSP):
a) Cuando se trate de empresas que cuenten con más de 500 trabajadores /01).
b) Cuando se trate de empresas de entre 250 y 500 trabajadores, pero que desarrollen
alguna de las actividades incluidas en el anexo I del RSP..
c) Cuando tratándose de empresas no incluidas en los apartados anteriores, así lo decida
la autoridad laboral, previo informe de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y, en
su caso, de los órganos técnicos en materia preventiva de las Comunidades Autónomas,
en función de la peligrosidad de la actividad desarrollada o de la frecuencia o gravedad
de la siniestralidad en la empresa.
d) Cuando la designación de uno o varios trabajadores fuera insuficiente en función del
tamaño, riesgos y peligrosidad de la empresa, y no se recurra a un servicio de prevención
ajeno (art. 3.1 LPRL).
Sus principales características son las siguientes (art. 15 LPRL):
1.ª Sus integrantes se dedican de forma exclusiva, mientras que en la anterior modalidad
existía la posibilidad de que no fuera así con carácter general.
2.ª Constituye una unidad organizativa específica dentro de la empresa.
3.ª Debe contar con las instalaciones y los medios humanos y materiales necesarios para
desarrollar su actividad. Respecto de este aspecto sólo se ha concretado lo siguiente (art.
15.2 RSP):
a) Tendrán que contar como mínimo con dos de las cuatro especiales preventivas del art.
34 RSP.
b) La actuación del personal que lo integra se caracteriza porque:
‐ Será coordinada, en concreto sobre los siguientes aspectos (art. 10.3 RSP):
‐ El diseño preventivo de los puestos de trabajo.
‐ La identificación y evaluación de los riesgos.
‐ Los planes de prevención.

51
‐ Los planes de formación de los trabajadores.
‐ Esa coordinación se realizará de acuerdo con los protocolos u otros medios que
determinen los objetivos, los procedimientos y las competencias.
‐ De asumir la especialidad de medicina en el trabajo se exige:
‐ Que ha de contar con la estructura y medios adecuados a su naturaleza.
‐ Que debe estar presente la confidencialidad de los datos médicos personales.
‐ Que desempeñarán las actividades del artículo 37.3 LPRL, LGS y cualquier otra
que se disponga.
c) Tendrán que contar además con el personal necesario con capacitación requerida, para
desarrollar funciones de los niveles básicos e intermedio.
d) En la determinación de estos aspectos, se han de tener en cuenta las siguientes
circunstancias (art. 31.4 LPRL):
‐ Tamaño de la empresa.
‐ Tipos de riesgo a los que pueden estar expuestos los trabajadores.
‐ Distribución de los riesgos en la empresa.
4.ª La negociación colectiva también puede establecer criterios para la determinación de
los medios personales y materiales en el supuesto de los servicios de prevención propios
(Disp. adic. 7.ª RSP).
5.ª El empresario puede decidir crear un Servicio de Prevención Propio en los supuestos
en que no esté obligado.
6.ª Si el ámbito de actuación del Servicio de Prevención se extiende a más de un centro
de trabajo, deberá tenerse en cuenta su ubicación a fin de asegurar la adecuación de los
medios a los riesgos existentes (art. 15.3 RSP).
7.ª Las actividades que no asuma el Servicio de Prevención Propio se deberán concertar
con uno o más Servicios de Prevención Ajenos (art. 15.4 RSP).
8.ª Debe elaborar una memoria y programación anual, que estará a disposición de las
autoridades laborales y sanitarias, y del comité de seguridad y salud.
9.ª Tienen las mismas garantías (art. 68 ET 2015) que los trabajadores designados (art.
30.4 LPRL)..
La función principal de los servicios de prevención es proporcionar a la empresa
asesoramiento y apoyo, aspecto que se concreta en lo señalado en el art. 31.3 LPRL.
El artículo 31.3 LPRL precisa que si la empresa no llevara a cabo las actividades
preventivas con recursos propios, necesariamente la asunción de las funciones señaladas
anteriormente sólo podrá hacerse por un servicio de prevención ajeno, sin perjuicio de
cualquier otra atribución legal o reglamentaria de competencia a otras entidades u
organismos.

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Los Servicios de Prevención Mancomunados (servicios de prevención propios)
Existe la posibilidad de constituir Servicios de Prevención Propios Mancomunados en los
siguientes supuestos (art. 21.1 RSP):
a) En las empresas que desarrollen simultáneamente actividades en un mismo centro de
trabajo, edificio o centro comercial.
b) En las empresas pertenecientes a un mismo sector productivo o grupo empresarial.
c) En las empresas que desarrollen sus actividades en un polígono industrial o área
geográfica limitada.
Las posibilidades de las letras b) y c) han de ser acordadas por negociación colectiva o
mediante los acuerdos a que se refiere el artículo 83.3 ET 2015 o, en su defecto, por
decisión de las empresas.
Las empresas que tengan obligación legal de disponer de un servicio de prevención propio
no podrán formar parte de servicios de prevención mancomunados constituidos para las
empresas de un determinado sector, aunque sí de los constituidos para empresas del
mismo grupo (art. 21.1 RSP).
El concepto de servicio de prevención mancomunado implica que varias empresas se
pongan de acuerdo y opten por la modalidad de un servicio de prevención conjunto y
propio a todas ellas, sin que resulte equiparable la mera adhesión de una empresa al
servicio de prevención de otra (STSJ Extremadura 28-02-2005, Rec. 394/2003).
Sus principales características son (art. 21 RSP):
1.ª Su constitución siempre es voluntaria.
2.ª Los instrumentos jurídicos permitidos para ello serán:
a) La negociación colectiva.
b) Los acuerdos del artículo 83.3 ET 2015.
c) Por decisión de las empresas afectadas.
3.ª Con carácter previo a su constitución, se deberá consultar a los representantes legales
de los trabajadores.
4.ª El acuerdo de constitución del servicio de prevención mancomunado deberá
comunicarse con carácter previo a la autoridad laboral del territorio donde radiquen sus
instalaciones principales en el supuesto de que dicha constitución no haya sido decidida
en el marco de la negociación colectiva.
5.ª En el citado acuerdo deberán constar las condiciones mínimas en que desarrollará su
actividad el servicio de prevención.
6.ª Las condiciones en que este servicio de prevención debe desarrollarse deberán
debatirse y, en su caso, ser acordadas en el seno de cada uno de los Comités de Seguridad
y Salud de las empresas afectadas.

53
7.ª Ha de quedar garantizada la operatividad y eficacia del servicio como la de cualquier
servicio de prevención propio, puesto que, tengan o no personalidad jurídica diferenciada,
tienen la consideración de servicios de prevención propios.
8.ª Su actividad se limitará a las empresas participantes.
9.ª Deberá tener a disposición de la autoridad laboral y de la autoridad sanitaria
información relativa a las empresas que lo constituyen y el grado y forma de participación
de las mismas.
10.ª Ha de contar como mínimo con tres especialidades o disciplinas preventivas.
11.ª Los trabajadores integrantes del servicio de prevención mancomunado no podrán
sufrir ningún perjuicio derivado de sus actividades de protección y prevención de los
riesgos profesionales en la empresa (art. 30.4 LPRL). Al igual que los trabajadores
designados y que los miembros del servicio de prevención propio, gozarán de las
garantías establecidas en los arts. 68 a), b) y c) y 56.4 ET 2015.
12. Tienen que elaborar una memoria anual.
4.4. Servicios de Prevención Ajenos.
Se concibe como el servicio prestado por una entidad especializada que concierte con la
empresa la realización de actividades de prevención, el asesoramiento y apoyo que precise
en función de los tipos de riesgos o ambas actuaciones conjuntamente (art. 10.2 RSP).
Se deberá concertar con carácter obligatorio en los siguientes supuestos (art. 16 del RSP):
a) Cuando la designación de uno o varios trabajadores sea insuficiente para la realización
de la actividad de prevención y no concurran las circunstancias que determinan la
obligación de constituir un servicio de prevención propio.
b) Cuando la autoridad laboral decida que se organice un servicio de prevención propio
y no se constituya por parte del empresario.
c) Cuando el empresario o el servicio de prevención propio hayan asumido sólo en parte
la actividad preventiva, o en el caso de haberla asumido el empresario, la realización de
la vigilancia de la salud.
Requisitos para poder constituirse como Servicio de Prevención Ajeno (art. 17 RSP)
1.ª Disponer de la organización, instalaciones, personal y equipo necesarios para el
desempeño de su actividad.
2.ª Constituir una póliza de seguro que cubra su responsabilidad en la cuantía que se
determine reglamentariamente y sin que aquella constituya el límite de la responsabilidad
del servicio (art. 31.5 LPRL).
3.ª No mantener con las empresas concertadas vinculaciones comerciales, financieras o
de cualquier otro tipo, distintas a las propias de su actuación como servicio de prevención,
que puedan afectar a su independencia e influir en el resultado de sus actividades.
4.º Asumir directamente el desarrollo de las funciones señaladas en el art. 31.3 LPRL.

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5.ª Obtener la aprobación de la Administración sanitaria, en cuanto a los aspectos de
carácter sanitario (art. 31.5 LPRL y 17.2 RSP).
6.ª Contar con las especialidades o disciplinas preventivas de medicina del trabajo,
seguridad en el trabajo, higiene industrial, y ergonomía y psicosociología aplicada [art.
31.5 LPRL y 18.2.a) RSP]. Ésta será única y con validez en todo el territorio nacional.
7.ª Se deberán mantener en todo momento los requisitos necesarios para actuar como
servicios de prevención establecidos en el RSP y en sus disposiciones de desarrollo.
8ª. Si como resultado de las comprobaciones efectuadas, bien directamente o a través de
las comunicaciones señaladas en el apartado anterior, la autoridad laboral que concedió
la acreditación comprobara el incumplimiento de los requisitos que se han señalado en
los apartados anteriores, podrá revocar la acreditación otorgada conforme al
procedimiento que se establece en el artículo 27 RSP.
Asimismo, también podrá ser revocada la acreditación como consecuencia de sanción por
infracción grave o muy grave de las entidades especializadas que actúen como servicios
de prevención ajenos, atendiendo a lo señalado en el artículo 40.2 LISOS. En este
supuesto, el procedimiento de revocación se iniciará sólo en virtud de la resolución
administrativa firme que aprecie la existencia de infracción grave o muy grave.
9.ª Se inscribirán en el registro de entidades especializadas, creados por los órganos
competentes de las Comunidades Autónomas o de la Administración General del Estado.
Formalidades del concierto.
La decisión de acudir a un servicio de prevención ajeno deberá ser consultada con los
representantes de los trabajadores con carácter previo a su adopción (arts. 33.1 LPRL y
16.2 RSP).
El concierto de la prestación se tendrá que realizar por escrito, en el que se tendrá que
hacer constar, como mínimo lo dispuesto en el art. 20 RSP.
Los servicios de prevención ajenos deben elaborar una memoria, en la que incluirán de
forma separada las empresas o centros de trabajo a los que se ha prestado servicios durante
dicho período, indicando en cada caso la naturaleza de éstos, y la programación anual.
Las funciones de las entidades que actúen como servicios de prevención quedan
establecidas en el art. 19 RSP.
Estas entidades tienen reconocida las posibilidades de (art. 19.2 RSP):
a) Subcontratar los servicios de otros profesionales o entidades cuando sea necesario para
la realización de actividades que requieran conocimientos especiales o instalaciones de
gran complejidad.
b) Disponer mediante arrendamiento o negocio similar de instalaciones y medios
materiales que estimen necesarios para prestar el servicio en condiciones y con un tiempo
de respuesta adecuado, sin perjuicio de la obligación de contar con carácter permanente
con los recursos instrumentales mínimos a que se refiere el artículo 18 RSP.

55
En el desarrollo y ejecución de sus funciones las entidades especializadas tienen
responsabilidad directa (art. 19.1 RSP).
4.5. Auditoría de prevención de riesgos laborales
Se trata de un instrumento de gestión que persigue reflejar la imagen fiel del sistema de
prevención de riesgos laborales de la empresa. Para ello, valora la eficacia del mismo y
detecta las deficiencias que puedan dar lugar a incumplimientos de la normativa, con la
finalidad de permitir la adopción de decisiones dirigidas a su perfeccionamiento y mejora
(art. 30.1 RSP).
Con el fin de materializar sus objetivos, la auditoría ha de realizar un análisis sistemático,
documentado y objetivo del sistema de prevención de la empresa, que ha de incluir los
siguientes elementos (art. 30.2 RSP):
1.º Comprobar cómo se ha realizado la evaluación inicial y periódica de los riesgos,
analizar sus resultados y verificarlos, en caso de duda.
2.º Verificar que el tipo y planificación de las actividades de prevención se ajusta,
teniendo en cuenta los resultados de la evaluación, a:
a) La normativa general.
b) La normativa sobre los riesgos específicos que sea de aplicación.
3.º Analizar la adecuación entre los procedimientos y medios requeridos para realizar las
actividades preventivas a las que se ha hecho referencia en el párrafo anterior y los
recursos de que dispone el empresario, propios o concertados, debiendo tener en cuenta
también, el modo en que están organizados o coordinados.
4.º En función de todo lo anterior, ha de valorar:
a) La integración de la prevención en el sistema general de gestión de la empresa,
tanto en el conjunto de sus actividades como en todos los niveles jerárquicos de
ésta, mediante la implantación y aplicación del Plan de prevención de riesgos
laborales.
b) La eficacia del sistema de prevención para prevenir, identificar, evaluar,
corregir y controlar los riesgos laborales en todas las fases de actividad de la
empresa.
En su ejecución se ha de tener en cuenta lo siguiente (art. 30 RSP):
1.º Debe ser realizada de acuerdo con las normas técnicas establecidas o que puedan
establecerse.
2.º Ha de tener en cuenta la información recibida de los trabajadores.
3.º Con independencia del procedimiento utilizado, la metodología o procedimiento
mínimo de referencia ha de incluir, como mínimo, los contenidos establecidos en el art.
30.3 RSP.

56
1.ª Todas las empresas que no hubieran concertado el servicio de prevención con una
entidad especializada, deben someter, en principio, a auditoría su sistema de prevención
(arts. 30.6 LPRL y 29.2 RSP).
2.ª Asimismo, las empresas que desarrollen su actividad preventiva con recursos propios
y ajenos, deben someter a auditoría las actividades preventivas desarrolladas por el
empresario con recursos propios, debiendo tener ésta por objeto, además de lo señalado
anteriormente, la incidencia en dicho sistema de su forma mixta de organización, así como
el modo en que están coordinados los recursos propios y ajenos en el marco del plan de
prevención de riesgos laborales, debiendo adaptarse en estos casos el contenido, la
metodología y el informe de la auditoria a estar circunstancias (arts. 29.2 y 31 bis RSP).
3.ª Se exceptúa de esta obligación a las empresas de hasta 50 trabajadores cuyas
actividades no estén incluidas en el Anexo I RSP que desarrollen las actividades con
recursos propios (art. 29.3 RSP).
Para que la excepción sea operativa se requiere lo siguiente:
a) La eficacia del sistema preventivo ha de resultar evidente sin necesidad de
recurrir a una auditoria por el limitado número de trabajadores y la escasa
complejidad de las actividades preventivas.
b) Las empresas tendrán que cumplimentar una notificación sobre la concurrencia
de las condiciones que no hacen necesario recurrir a la auditoría, siguiendo el
modelo establecido en el Anexo II RSP.
c) Se deberá remitir a la autoridad laboral de acuerdo con la anterior notificación,
que será registrada y ordenada según las actividades, facilitando una información
globalizada sobre las empresas afectadas a los órganos de participación
institucional en materia de seguridad y salud.
La autoridad laboral puede obligar, no obstante, previo informe de la Inspección de
Trabajo y Seguridad Social, la realización de la auditoría a las empresas excepcionadas,
teniendo en cuenta (art. 29.4 RSP):
a) La documentación que le han remitido.
b) La documentación de la empresa referente a los riesgos y medidas preventivas
adoptadas (art. 7 RSP).
c) La situación individualizada de la empresa.
d) Los datos de siniestralidad de la empresa o del sector al que pertenece.
e) Las informaciones u otras circunstancias que pongan de manifiesto la
peligrosidad de las actividades desarrolladas o la inadecuación del sistema
preventivo.
4.ª Junto a estos supuestos obligatorios de sometimiento del sistema preventivo a una
auditoría, existe la posibilidad de que las empresas quieran someterse a ella de forma
voluntaria. Puede darse en los tres casos siguientes (art. 33 bis RSP):
a) Cuando la auditoría externa no sea legalmente exigible.

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b) Cuando siéndolo:
- Se realicen con mayor frecuencia que la establecida en la normativa.
- Se realicen con un alcance más amplio.
5.ª Momento, se ha de realizar una auditoría:
a) Tras la aprobación de la LPRL.
b) Deberá ser repetida en los siguientes supuestos (art. 30.4 RSP):
‐ Cada cuatro años, excepto cuando se realicen actividades incluidas en el Anexo
I RSP, en que el plazo será de dos años.
Estos plazos de revisión se ampliarán en dos años en los supuestos en que la modalidad
de organización preventiva de la empresa haya sido acordada con la representación
especializada de los trabajadores en la empresa..
‐ Cuando lo requiera la autoridad laboral, previo informe de la ITSS y de los
órganos técnicos en materia preventiva de las Comunidades Autónomas, pudiendo
fundamentar la decisión en:
‐ Los datos de siniestralidad.
‐ Cualquier otra circunstancia que ponga de manifiesto la necesidad de revisar los
datos de la última auditoría.
6.ª Los requisitos para ser auditor son los siguientes (art. 32 RSP):
a) Persona física o jurídica.
b) Tener un conocimiento suficiente de las materias y aspectos técnicos objeto de la
auditoría.
c) Poseer los medios adecuados para el desempeño de sus funciones.
d) En el supuesto de que tengan que realizar verificaciones complejas, se permite que
puedan recurrir a otros profesionales que cuenten con los conocimientos, medios e
instalaciones necesarios.
e) No mantener con la empresa a la que audita ni con otras vinculaciones comerciales,
financieras o de cualquier otro tipo, distintas de las propias de su actuación, que puedan
afectar a su independencia o influir en el resultado.
f) No realizar para la misma o distinta empresa actividades de coordinación preventiva ni
en calidad de entidad especializada para actuar como servicio de prevención, ni mantener
con estas últimas vinculaciones comerciales, financieras o de cualquier otro tipo, con
excepción de las siguientes (art. 32.2 RSP):
- El concierto de la persona o entidad auditora con uno o más servicios de
prevención ajenos para la realización de actividades preventivas en su propia
empresa.

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- El contrato para realizar la auditoría del sistema de prevención de un empresario
dedicado a la actividad de servicio de prevención ajeno.
g) Estar autorizadas por la autoridad laboral competente del lugar donde radiquen sus
instalaciones principales.
7.ª Los resultados de cualquier auditoría que se realice tendrán que reflejarse en un
informe que estará a disposición de la autoridad laboral y de los representantes de los
trabajadores y que tendrá los contenidos establecidos en el (art. 31.2 RSP)
El informe deberá reflejar los siguientes aspectos:
a) Identificación de la persona o entidad auditora y del equipo auditor.
b) Identificación de la empresa auditada.
c) Objeto y alcance de la auditoría.
d) Fecha de emisión del informe de auditoría.
e) Documentación que ha servido de base a la auditoría, incluida la información recibida
de los representantes de los trabajadores, que se incorporará al informe.
f) Descripción sintetizada de la metodología empleada para realizar la auditoría y, en su
caso, identificación de las normas técnicas utilizadas.
g) Descripción de los distintos elementos auditados y resultado de la auditoría en relación
con cada uno de ellos.
h) Conclusiones sobre la eficacia del sistema de prevención y sobre el cumplimiento por
el empresario de las obligaciones establecidas en la normativa de prevención de riesgos
laborales.
i) Firma del responsable de la persona o entidad auditora.
Su contenido debe ser fiel reflejo de la realidad verificada en la empresa, estando
prohibida cualquier alteración o falseamiento del mismo (art. 31.3 RSP).
8.ª Las deficiencias que se pongan de manifiesto en el informe y que supongan
incumplimientos de la normativa de prevención de riesgos laborales deberán ser
subsanadas por la empresa, adoptando las medidas necesarias (art. 31.4 RSP).
4.6. Los recursos preventivos en la empresa
Junto a la obligación de organizar los servicios de prevención en la empresa, la Ley
54/2003 añadió el artículo 32 bis a la LPRL cuyo objetivo consiste que, en determinadas
situaciones, los recursos preventivos estén presentes en la empresa.
Se define como una medida complementaria que tiene como finalidad vigilar el
cumplimiento de las actividades preventivas en relación con los riesgos derivados de la
situación que determine su necesidad para conseguir un adecuado control de dichos
riesgos, incluyendo, en concreto, las siguientes actividades (art. 22 bis.4, RSP):
1.ª La comprobación de la eficacia de las actividades preventivas previstas en la
planificación.

59
2.ª La adecuación de tales actividades a los riesgos que pretenden prevenirse o a
la aparición de riesgos no previstos y derivados de la situación que determina la necesidad
de la presencia de los recursos preventivos.
Con independencia de la modalidad de organización de la prevención que haya escogido
el empresario, deberá encargarse de que estén presentes en la empresa en los siguientes
supuestos:
1.º Cuando los riesgos puedan verse agravados o modificados en el desarrollo del
proceso o la actividad, debido a la concurrencia de operaciones diversas que se
desarrollan sucesiva o simultáneamente y que hagan preciso el control de la correcta
aplicación de los métodos de trabajo. Estos riesgos han de ser identificados en la
evaluación de riesgos inicial o sucesivas (art. 22 bis.2, RSP).
2.º Cuando se realicen actividades o procesos considerados peligrosos o con
riesgos especiales, según lo dispuesto en la normativa de desarrollo, y en concreto en las
actividades relacionadas en el art. 22 bis RSP. Al igual que en el supuesto anterior, la
evaluación de riesgos ha de identificar los trabajos o tareas integrantes del puesto de
trabajo y que están ligados a esas actividades o procesos peligrosos (art. 22 bis.2, RSP).
3.º Cuando lo requiera la ITSS, tras observar las condiciones de trabajo. En este
supuesto, el empresario, sin perjuicio del cumplimiento del requerimiento, ha de proceder
de forma inmediata a la revisión de la evaluación de riesgos laborales cuando ésta no
contemple las situaciones de riesgo detectadas, así como a la modificación de la actividad
preventiva cuando no incluyera la necesidad de la presencia de los recursos preventivos
(art. 22 bis, párrafo segundo, RSP).
Corresponde al empresario:
1.º Atribuir la condición de recurso preventivo presente en la empresa, pudiendo recaer
tal condición en uno de los sujetos siguientes (art. 32 bis.2, LPRL):
a) Uno o varios trabajadores designados de la empresa.
b) Uno o varios miembros del servicio de prevención propio de la empresa.
c) Uno o varios miembros del o los servicios de prevención ajenos.
d) Uno o varios trabajadores de la empresa que sin pertenecer a ninguna de las
modalidades anteriores (art. 32 bis.4, LPRL):
‐ Reúnan los conocimientos, la cualificación y la experiencia necesarios en
las actividades señaladas anteriormente.
‐ Posean una formación preventiva que se corresponda, como mínimo, a
las funciones de nivel básico (art. 35, RSP).
2.º En la referida elección no hay absoluta libertad, pues ha de tener en cuenta que:
a) Deben tener la capacidad suficiente.
b) Deben disponer de los medios necesarios.
c) Deben ser suficientes en número.

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3.º Deberá facilitar a los trabajadores los datos necesarios para permitir la identificación
de las personas designadas (art. 22 bis.3, RSP).
4.º En cuanto a la ubicación concreta de las personas que resulten designadas, se exige
que se trate de un emplazamiento seguro que no suponga un factor adicional de riesgo ni
para tales personas ni para los trabajadores de la empresa (art. 22 bis.3, RSP).
Se determinan como obligaciones del personal al que se atribuya la condición de recurso
preventivo:
1. Permanecer en el centro de trabajo durante el tiempo en que se mantenga la situación
que determine su presencia (art. 32 bis.3, LPRL).
2. Colaborar con la/s persona/s encargadas de la coordinación de actividades preventivas
(art. 13.3 in fine, RD 171/2004).
3. Colaborar con los recursos preventivos del empresario, en el caso de designar a uno o
varios trabajadores que no sean trabajadores designados ni formen parte del servicio de
prevención propio (art. 32 bis.4, LPRL).
4. Colaborar en el caso de que sean varios los recursos preventivos presentes en la
empresa, lo que ocurrirá, por ejemplo: cuando existan empresas concurrentes en el centro
de trabajo (art. 22 bis.9, RSP).
5. En el caso de que se deriven resultados de la labor de vigilancia atribuida (art. 22 bis
.5 y 6, RSP):
a) Si la observación pone de manifiesto un deficiente cumplimiento de las
actividades preventivas, las personas a las que se les ha asignado la presencia:
- Harán las indicaciones necesarias para el correcto e inmediato
cumplimiento de las actividades preventivas.
- Pondrán en conocimiento del empresario tales circunstancias para que
éste adopte las medidas necesarias con el objeto de corregir las deficiencias
observadas si éstas no hubieran sido aún subsanadas.
b) Si la observación constata ausencia, insuficiencia o falta de adecuación de las
medidas preventivas, deben poner en conocimiento del empresario estas
circunstancias. Éste procederá de manera inmediata a la adopción de las medidas
necesarias para corregirlas y a la modificación de la planificación de la actividad
preventiva y, en su caso, de la evaluación de riesgos laborales.
El incumplimiento de esta obligación está tipificado como infracción grave (art. 12.15.b),
LISOS).

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LECCIÓN 5. LA COORDINACIÓN EMPRESARIAL EN MATERIA
DE SEGURIDAD Y SALUD
Esquema
1. Supuestos de hecho legalmente previstos
a) Concurrencia de trabajadores de varias empresas en una misma área o lugar de
trabajo.
b) Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo del que un
empresario es titular, cuando su actividad es distinta a la del empresario principal.
c) Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo, cuando la
actividad es la misma que la del empresario principal.

2. Objetivos de la coordinación
– Correcta aplicación de los principios de la acción preventiva y de los métodos de
trabajo
– Adecuación entre riesgos y medidas preventivas.

3. Obligaciones legales

4. Coordinación entre empresas con trabajadores en el mismo lugar de trabajo.


1º. Deber de información recíproca sobre los riesgos:
– suficiente
– previo al inicio de actividades
– por cambios en las actividades concurrentes o por situación de emergencia.
2º. Deber de establecer medidas de coordinación.
3º. Considerar la información a efectos del Plan de Prevención.
4º. Informar a los trabajadores de los riesgos derivados de la actividad concurrente.

5. Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo del que un


empresario es titular.
A) Medidas a adoptar por el empresario titular del centro:
– Cooperación con los concurrentes.
– Información sobre los riesgos propios del centro, medidas de prevención y
emergencia.
– Coordinar la información en materia preventiva.
– Dar instrucciones a los empresarios concurrentes sobre los riesgos propios del
centro y las medidas de prevención.
B) Medidas a adoptar por los empresarios concurrentes:
– Cooperación entre los concurrentes
– Considerar la información del titular sobre el Plan de prevención.
– Cumplir las instrucciones del empresario titular.
– Comunicar a sus trabajadores la información e instrucciones recibidas.

6. Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo cuando existe


un empresario principal.
Además de las medidas anteriores como empresario titular, deber de vigilancia sobre
los contratistas y subcontratistas:
– exigir por escrito, el Plan de prevención y el cumplimiento de los deberes de
información y formación.

62
– comprobar la coordinación entre los empresarios concurrentes.
Alcance: las obligaciones preventivas de contratistas y subcontratistas que guarden
una relación directa con el centro del empresario principal

7. Medios de coordinación.
– Fórmulas o métodos de coordinación: entre otros, los del art. 11 del RD 171/2004.
– Determinación del medio de coordinación: por el empresario titular o el empresario
principal.
– Designación de una o más personas encargadas de la coordinación:
a) medio preferente para:
– actividades peligrosas
– especiales dificultades de coordinación
– actividades preventivamente incompatibles
b) designación por el empresario titular entre:
– integrantes del sistema de prevención
– trabajadores con conocimientos, cualificación y experiencia o con posición
jerárquica y conocimientos técnicos.
c) funciones:
– favorecer el cumplimiento de los objetivos de coordinación.
– canalizar el intercambio de información.
– las encomendadas por el titular.
d) facultades:
– conocer toda la información y documentación preventiva
– acceder a cualquier zona de trabajo.
– impartir instrucciones
– formular propuestas
8. Derechos de los representantes de los trabajadores
– Recibir información de los contratos de prestación de obras o servicios.
– Facultades:
* acompañar a la ITSS
* visitar el centro de trabajo
* recabar la adopción de medidas de coordinación.
– dirigirse a los coordinadores

Una de esas obligaciones empresariales es la de coordinar las actividades preventivas


cuando en un mismo centro de trabajo concurren diversos empresarios, siendo las
contratas y subcontratas de obras o servicios el supuesto más habitual. Estas situaciones
requieren la valoración conjunta de los riesgos derivados de todas las entidades y sujetos
intervinientes, es decir, los que se originan en el desempeño de su actividad, los que están
presentes en el lugar donde la realizarán, los nuevos que puedan surgir así como los que
se puedan agravar de esa presencia, y, en consecuencia,
Las distintas obligaciones en materia de seguridad y salud que tienen los empresarios
cuando concurren con otros en un centro de trabajo vienen fijadas, en primer lugar y con
carácter general, en el art. 24 de la LPRL.

63
La limitada redacción del precepto exigía un desarrollo reglamentario que tardó en
producirse, aprobándose finalmente el RD 171/2004, de 30 de enero, por el que se
desarrolla el artículo 24 de la LPRL, en materia de coordinación de actividades
empresariales.
Las distintas situaciones contempladas en la normativa son, específicamente las tres
siguientes:
a) Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un mismo centro de
trabajo.
b) Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo del
que un empresario es titular.
c) Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo
cuando existe un empresario principal.
No son incompatibles entre ellas, de manera que un mismo sujeto puede presentar al
mismo tiempo la condición de empresario titular, concurrente y empresario principal,
incluyendo en cada una las obligaciones correspondientes, con las que garantizar (art. 3
del RDCAE)
1º. La aplicación coherente y responsable de los principios de la acción preventiva
recogidos, con carácter general, en el art. 15 de la LPRL.
2º. La aplicación correcta de los métodos de trabajo por las distintas empresas que
concurren en el centro de trabajo.
3º. El control de las interacciones de las diferentes actividades desarrolladas, en
particular:
a) Cuando puedan generar riesgos calificados como graves.
b) Cuando puedan generar riesgos calificados como muy graves.
c) Cuando se desarrollen en el centro de trabajo actividades incompatibles
entre sí.
4º. La adecuación entre los riesgos existentes y las medidas preventivas aplicables.
El análisis de la coordinación de las actividades preventivas cuando concurren
trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo conlleva una serie de obligaciones
que deben asumir los diferentes sujetos intervinientes. Resulta esencial, con carácter
previo, delimitar algunos conceptos para comprender las situaciones que pueden
plantearse. Son, fundamentalmente, los siguientes:
a) Centro de trabajo. Las referencias que contiene la normativa son, en su
mayoría, en torno a esta expresión. Con anterioridad al desarrollo
reglamentario del art. 24 de la LPRL, la única definición se encontraba en el
art. 1.5 del ET como “la unidad productiva con organización específica, que
sea dada de alta, como tal, ante la autoridad laboral”, con lo que literalmente
se trataba de una expresión muy acotada.

64
Por ello, cuando el RDCAE procedió a desarrollar reglamentariamente la regulación
legal, incluyó una definición más amplia, que ya estaba siendo aplicada por los tribunales,
como “(…) cualquier área, edificada o no, en la que los trabajadores deban permanecer o
a la que deban acceder por razón de su trabajo” (art. 2 a) del RDCAE), permitiendo que
la protección a los trabajadores así como las obligaciones comprendan un campo más
extenso y adecuado a la realidad en que se desenvuelve esta forma de organización
productiva.
b) Empresa concurrente. Son “(…) cada una de las empresas contratistas,
subcontratistas o trabajadores autónomos que intervienen simultáneamente en el mismo
centro de trabajo durante la ejecución de actividades”
c) Empresario titular del centro de trabajo. Es “la persona que tiene la capacidad
de poner a disposición y gestionar el centro de trabajo” (art. 2 b) RDCAE)
d) Empresario principal. Es “el empresario que contrata o subcontrata con otros la
realización de obras o servicios correspondientes a la propia actividad de aquél y que se
desarrollan en su propio centro de trabajo” (art. 2 c) RDCAE).
e) Contratista/Subcontratista. El primero es aquella “(…) persona física o jurídica
que asume contractualmente ante el empresario titular y/o principal, con medios humanos
y materiales propios o ajenos, el compromiso de ejecutar la totalidad o parte de los
trabajos (…)”, mientras que el segundo el que asume el mismo papel que el primero pero
frente al contratista.
f) Trabajador autónomo. Con carácter general, se define como la persona que
realiza “(…) de forma habitual, personal, directa, por cuenta propia y fuera del ámbito de
dirección y organización de otra persona, una actividad económica o profesional a título
lucrativo, den o no ocupación a trabajadores por cuenta ajena” (art. 1.1 de la Ley 20/2007,
de 11 de julio, del Estatuto del Trabajo Autónomo).
g) Coordinador de actividades preventivas. Es un sujeto fundamental en la
concurrencia de actividades empresariales, siendo objeto de análisis en un apartado
específico, señalando brevemente que está considerado legalmente como uno de los
medios de coordinación preferente ante la presencia de unas determinadas situaciones a
las que se hará referencia posteriormente (art. 13 del RDCAE).
5.1. Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un mismo centro de
trabajo.
La primera conducta a observar por los empresarios que comparten en el desempeño de
su actividad un mismo centro de trabajo, viene prevista en el párrafo primero del art. 24
de la LPRL, señalando que "(…) deberán cooperar en la aplicación de la normativa sobre
prevención de riesgos laborales", desarrollado en el Capítulo II del RDCAE (arts. 4 y 5).
Las principales características de esta obligación son las siguientes:
1ª. Se aplica a todas las empresas y trabajadores autónomos que concurran en un
mismo centro de trabajo..

65
2ª. No es un elemento a valorar la existencia de una relación jurídica o jerárquica,
puesto que lo único que se erige como requisito esencial es que desempeñen su trabajo
teniendo un lugar común..
3ª. La obligación de coordinarse no queda excusada ni desplazada “(…) por la
concurrencia de agentes externos que, en el caso por ejemplo de una contratación o
subcontratación, y en virtud de su específica asunción de cometidos y obligaciones de
seguridad, intervengan haciéndose cargo de determinados aspectos de la seguridad
laboral.
Es el art. 4.2 del RDCAE el que ha fijado los perfiles en los que se tiene que plasmar,
habiendo determinado, en cuanto al contenido, que el deber de cooperación consistirá en:
1. Informarse recíprocamente sobre “(…) los riesgos específicos de las actividades que
desarrollen en el centro de trabajo que puedan afectar a los trabajadores de otras empresas,
en particular sobre los que puedan verse agravados o modificados por la concurrencia de
actividades”.
Sobre esta información se precisa que:
a) Deberá ser suficiente, dejando al arbitrio de los sujetos intervinientes lo
que se entiende por este concepto. Sería recomendable que a nivel de la negociación
colectiva fuera concretado, pues en caso de conflicto serán finalmente los tribunales los
que lo delimitarán.
b) En cuanto al momento de la información, se señala que se proporcionará
antes del inicio de las actividades, cuando se produzca un cambio en las actividades que
pueda afectar a las medidas preventivas que se han adoptado y, finalmente, cuando se
haya producido una situación de emergencia.
c) Se facilitará por escrito cuando los riegos que se puedan generar por
alguna de las empresas sean graves o muy graves. En el resto de casos puede ser oral,
aunque se aconseja que se haga también por escrito a efectos de su posible constatación
y prueba ante intervenciones administrativas o judiciales (NTP 918).
2. Cuando se produzca un accidente de trabajo, como consecuencia de los riesgos de las
actividades concurrentes “(…) el empresario deberá informar de aquél a los demás
empresarios presentes en el centro de trabajo”. Este deber se deriva del hecho de que
sobre el empresario que ha contratado al trabajador recaen las obligaciones:
-Por un lado, de investigar los daños como consecuencia de lo establecido en el
art. 16.3 de la LPRL que determina que “cuando se haya producido un daño para la salud
de los trabajadores o cuando, con ocasión de la vigilancia de la salud prevista en el artículo
22, aparezcan indicios de que las medidas de prevención resultan insuficientes, el
empresario llevará a cabo una investigación al respecto, a fin de detectar las causas de
estos hechos”.
-Y, por otro lado, de la obligación consistente en que el empresario debe notificar
por escrito a la autoridad laboral los daños para la salud de los trabajadores a su servicio
que se hubieran producido con motivo del desarrollo de su trabajo, conforme al
procedimiento que se determine reglamentariamente (art. 23.3 de la LPRL).

66
3. Comunicar de inmediato toda situación de emergencia que pueda afectar a la seguridad
o salud de los trabajadores de las distintas empresas presentes en el centro de trabajo (art.
4.3 RDCAE).
4. Tener en cuenta la información recibida a efectos de elaborar su evaluación de riesgos
y planificar la actividad preventiva, teniendo que considerar los riesgos que “siendo
propios de cada empresa, surjan o se agraven precisamente por las circunstancias de
concurrencia en que las actividades se desarrollan” (art. 4.4 RDCAE).
5. Establecer los medios de coordinación para la prevención de riesgos.
6. A su vez, cada empresario deberá, respecto de sus trabajadores, informar de los riesgos
derivados de la concurrencia de varias empresas en el mismo centro de trabajo (art. 4.5
RDCAE), de los medios de coordinación establecidos (art. 12.3 RDCAE) y facilitar los
datos necesarios para su identificación cuando el medio de coordinación escogido sea la
presencia de recursos preventivos en el centro de trabajo o la designación de una o más
personas encargadas de la coordinación (art. 12.3 RDCAE).
5.2. Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo del
que un empresario es titular.
La segunda situación que regula la normativa viene recogida en el apartado segundo del
art. 24 de la LPRL, concretada en el Capítulo III del RDCAE (arts. 6 a 9).
Tiene como destinatario al empresario titular de un centro de trabajo, al que se atribuyen
obligaciones adicionales. Los deberes que le son imputados al empresario titular no
supone que los del resto de empresarios se vean relegados, es decir, la obligación de
coordinación del párrafo primero del art. 24 sigue rigiendo las relaciones entre todos los
empresarios, pese a que uno de ellos haya adquirido cierto protagonismo. Lo que sí estarán
es más relativizados pero nunca anulados.
El párrafo segundo del art. 24 señala que el empresario titular deberá adoptar las medidas
necesarias para que aquéllos otros empresarios que desarrollen actividades en su centro
de trabajo "reciban la información y las instrucciones adecuadas, en relación con los
riesgos existentes en el centro de trabajo y con las medidas de protección y prevención
correspondientes, así como sobre las medidas de emergencia a aplicar, para su traslado a
sus respectivos trabajadores".
En consecuencia, se está obligando al empresario titular en dos sentidos:
1º) Por un lado, debe facilitar información al resto de empresarios que están
desempeñando su trabajo en el centro del que él es titular, puesto que conoce las
circunstancias y condiciones a adoptar, dado que ha debido realizar el plan de prevención
y la evaluación de riesgos y, en función de los resultados, ha adoptado toda una serie de
medidas.
El contenido versará sobre los siguientes aspectos (art. 7 RDCAE):
a) Los riesgos propios del centro trabajo que puedan afectar a las
actividades que desarrollan el resto de sujetos.
b) Las medidas referidas a la prevención de los riesgos aludidos.

67
c) Las medidas de emergencia que se deben aplicar en su centro de
trabajo.
Esta información deberá ser suficiente, término que deja un margen de actuación que
deberá ser concretado, en caso de conflicto, por los tribunales, a falta de que los convenios
colectivos incluyan alguna referencia en este sentido.
En cuanto al momento en que debe proporcionarse, señala la normativa que antes del
inicio de las actividades y cuando se produzca un cambio en los riesgos del centro de
trabajo que sea relevante a efectos preventivos, y por lo que se refiere a la forma, se debe
facilitar por escrito cuando se refiera a riesgos calificados como graves o muy graves (art.
7.2 y 3 del RDCAE).
En esta transmisión de información es necesaria la intervención de sus destinatarios, ya
que, de no existir, las actividades en materia de prevención que pudiera realizar el titular
resultarían ineficaces. Es fundamental la coordinación de los otros empresarios para que,
a su vez, comuniquen los posibles riesgos que se pueden derivar de su actuación y de los
instrumentos, sustancias y materiales que utilicen e introduzcan en el lugar de trabajo. El
art. 9 del RDCAE concreta que esas obligaciones son las siguientes:
a) Cooperar en la aplicación de la normativa de prevención.
b) Tener en cuenta la información recibida del empresario titular a la hora de
realizar su evaluación de riesgos y de planificar su actividad preventiva
c) Cumplir las instrucciones dadas por el empresario
d) Finalmente, comunicar a sus respectivos trabajadores la información y las
instrucciones recibidas del empresario titular que son, en suma, los sujetos que
fundamentan esa coordinación y a los que se pretende proteger.
2º) Y, por otro lado, tiene que dar instrucciones adecuadas en relación con la
prevención de los riesgos existentes en el centro de trabajo que puedan afectar a los
trabajadores de las empresas concurrentes y las medidas preventivas a aplicar cuando se
produzca una situación de emergencia (art. 8 del RDCAE).
Concreta la normativa que estas instrucciones, de forma similar a la obligación de
informar, deberán ser suficientes y adecuadas a los riesgos existentes en el centro de
trabajo, proporcionarse antes del inicio de las actividades y cuando se produzca un cambio
en los riesgos existentes en el centro de trabajo que sea relevante a efectos preventivos y,
en cuanto a la forma, sólo se determina que se facilitarán por escrito cuando se refieran a
riesgos calificados como graves o muy graves.
Por último, señalar que la condición de empresario titular le atribuye también la iniciativa
para el establecimiento de los medios de coordinación así como la de designar a la persona
encargada de la coordinación de las actividades preventivas (arts. 12.1 y 13.3 del
RDCAE).
5.3. Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo
cuando existe un empresario principal.

68
El párrafo tercero del art. 24 de la LPRL, desarrollado reglamentariamente en el Capítulo
IV del RDCAE (art. 10) recoge una obligación cuyo destinatario es el empresario
principal que ha celebrado una contrata o subcontrata de obras o servicios, que se suma a
las ya establecidas. Consiste en la necesidad de llevar a cabo una vigilancia sobre los
contratistas y subcontratistas en el cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos
laborales.
Siguiendo con la delimitación del supuesto de hecho del párrafo tercero del art. 24 de la
LPRL, la obligación de vigilancia regirá mientras dure la contrata, es decir, durante el
tiempo en que los contratistas o subcontratistas estén desempeñando su labor en la
empresa principal, no pudiendo extrapolarse a otros períodos de tiempo puesto que sería
imposible materializar este control por estar fuera del alcance de las posibilidades de la
empresa principal.
En el supuesto de existencia de una cadena de contratación y subcontratación afecta a
todos los sucesivos empresarios que puedan adquirir la condición de principales,
utilizando como argumento fundamental el hecho de que comparten un mismo lugar de
trabajo, con lo que el empresario principal vigilará a sus contratistas y estos lo harán
respecto de los posibles subcontratistas, aspecto que se justifica también en que la
existencia de una coordinación empresarial pone en contacto a todos los empresarios,
pues esa planificación conjunta inicial y periódica de los riesgos y de su prevención hace
que a la hora de exigir responsabilidades se pueda encadenar a todos los implicados.
La obligación que se ha de dirigir hacia los contratistas o subcontratistas pero no a los
trabajadores de las mismas.
Una vez delimitado parcialmente el supuesto de hecho de este párrafo conviene concretar
en qué consiste este deber in vigilando. Tal como se ha señalado, el empresario principal
ha de vigilar que el contratista cumpla las obligaciones que le atribuye la normativa de
prevención de riesgos laborales con el fin de prevenir los posibles incumplimientos y
consecuentes accidentes de trabajo que pueden acaecer, de los que resultará responsable
(art. 42.3 LISOS).
En concreto, el art. 10 del RDCAE señala que exigirá a las empresas contratistas y
subcontratistas, antes del inicio de las actividades, lo siguiente:
a) La acreditación por escrito, antes del inicio de las actividades, de la realización
para las obras y servicios contratados de la evaluación de riesgos y la
planificación de la actividad preventiva.
b) La acreditación, también por escrito, del cumplimiento de sus obligaciones en
materia de información y formación respecto de los trabajadores que vayan a
prestar sus servicios en el centro de trabajo.
c) Y, finalmente, debe comprobar que las empresas contratistas y subcontratistas
han establecido los medios de coordinación entre ellas.
Como consecuencia de esa obligación de vigilancia, se le atribuye al empresario principal,
una responsabilidad solidaria con el contratista, y en su caso subcontratistas, de los
incumplimientos que se produzcan (art. 42.3 LISOS):

69
a) Durante el período de la contrata.
b) Respecto de los trabajadores que ha empleado la contratista en el
centro de trabajo de la principal
c) La actividad de la contratista pueda calificarse como propia respecto
de la que realiza la empresa principal.
Ahora bien, como se ha señalado, los empresarios que tengan el carácter de principal y,
en su caso, los contratistas respecto de sus subcontratistas, están obligados a observar esta
conducta de vigilancia, pero una lectura detenida del párrafo tercero del art. 24 de la
LPRL, lleva a la conclusión de que no todos deben observar esta obligación sino que esta
previsión únicamente se aplica a las contratas o subcontratas en las que se cumpla el
requisito de la propia actividad, aspecto muy relevante puesto que si no está obligada a
observar esa obligación tampoco se le podrá derivar responsabilidad solidaria.
Se trata de una expresión cuya interpretación ha de calificarse de confusa puesto que ya
se encontraba establecida en el art. 42 del ET.
5.4. La obligación de recabar información respecto de los fabricantes, importadores
y suministradores.
La última obligación que debe observar en este caso el empresario principal viene
regulada en el párrafo cuarto del art. 24 de la LPRL, que apunta que "las obligaciones
consignadas en el último párrafo del apartado 1 del artículo 41 de esta Ley serán también
de aplicación, respecto de las operaciones contratadas, en los supuestos en que los
trabajadores de la empresa contratista o subcontratista no presten servicios en los centros
de trabajo de la empresa principal, siempre que tales trabajadores deban operar con
maquinaria, equipos, productos, materias primas o útiles proporcionados por la empresa
principal".
Esta misma obligación debe observar en el caso que sean trabajadores autónomos los que
operen con los citados instrumentos o elementos (art. 8.5 de la Ley 20/2007).
De la lectura de este precepto dos conclusiones se pueden deducir:
1º. Que se está haciendo referencia a contratas o subcontratas que se van a
desempeñar fuera del centro de trabajo de la empresa principal, con lo cual se disponen
unas obligaciones respecto de un supuesto de hecho diferente del que hasta el momento
se estaba estudiando que partía de la premisa de que varias empresas compartían en el
desempeño de sus funciones en un mismo lugar de trabajo.
2º. Que se está disponiendo una obligación que, lógicamente, en vista de que no
se comparte centro de trabajo, nada tiene que ver con la propia actividad que se pueda dar
entre la empresa principal y la contratista o subcontratista.
Por tanto, como esos contratistas o subcontratistas van a operar con máquinas, equipos o
materias primas suministrados por la empresa principal, ésta deberá informar sobre su
utilización correcta y adecuada de forma que no suponga un riesgo para la seguridad y
salud, información que en todo caso habrá recabado de los fabricantes, importadores o
suministradores de esos utensilios o productos, con lo que hay una equiparación entre el
empresario principal y los sujetos de los que recoge la información.

70
Esa información del empresario principal al contratista o subcontratista deberá ser
transmitida a los trabajadores de éstas últimas que son los que en última instancia
utilizarán los medios suministrados por la comitente.
5.5 Medios de coordinación.
En el estudio de los métodos de coordinación a utilizar, el art. 11 del RDCAE recoge una
relación no exhaustiva o abierta destinada a facilitar las obligaciones a observar por los
distintos sujetos intervinientes y que se determina, sin perjuicio “de cualesquiera otros
que puedan establecer las empresas concurrentes en el centro de trabajo, de los que
puedan establecerse mediante la negociación colectiva y de los establecidos en la
normativa de prevención de riesgos laborales para determinados sectores y actividades”.
Específicamente se señalan los siguientes:
a) El intercambio de información y de comunicaciones entre las empresas
concurrentes.
b) La celebración de reuniones periódicas entre las empresas concurrentes.
c) Las reuniones conjuntas de los comités de seguridad y salud de las empresas
concurrentes o, en su defecto, de los empresarios que carezcan de dichos
comités con los delegados de prevención. El art. 16 del RDCAE complementa
esta referencia incidiendo en su relevancia cuando en la concurrencia de
actividades se considere necesaria la consulta para analizar la eficacia de los
medios de coordinación establecidos por las empresas concurrentes o para
proceder a su actualización.
d) La impartición de instrucciones.
e) El establecimiento conjunto de medidas específicas de prevención de los
riesgos existentes en el centro de trabajo que puedan afectar a los trabajadores
de las empresas concurrentes o de procedimientos o protocolos de actuación.
f) La presencia en el centro de trabajo de recursos preventivos de las empresas
concurrentes.
g) La designación de una o más personas encargadas de la coordinación de las
actividades preventivas.
En la elección del medio o medios concretos de coordinación se ha de optar se ha de
observar lo siguiente:
1. La iniciativa para su establecimiento corresponderá, con carácter general, al
empresario titular del centro de trabajo cuyos trabajadores desarrollen
actividades en éste o, en su defecto, al empresario principal.
2. Se fijarán una vez se ha recibido la información que se han de comunicar entre
sí todos los empresarios concurrentes.
3. En cuanto al momento será antes del inicio de las actividades.
4. Deberán actualizarse cuando no resulten adecuados para el cumplimiento de
los objetivos a que se refiere el art. 3 del RDCAE.
71
5. Cada empresario deberá informar a sus respectivos trabajadores de los medios
de coordinación establecidos en los términos previstos en el artículo 18.1 de
la LPRL.
6. Los medios a escoger serán los que se consideren necesarios y pertinentes para
cumplir los objetivos que se señalaron anteriormente
7. Las empresas, en principio, tienen libertad para escoger el medio de
coordinación que estimen conveniente, pero han de tener en cuenta lo
dispuesto en el art. 5.2 del RD 171/2004:
a. El grado de peligrosidad de las actividades que se desarrollen en el
centro de trabajo.
b. El número de trabajadores de las empresas presentes en el centro de
trabajo
c. La duración de la concurrencia de las actividades desarrolladas por
tales empresas.
No obstante, esa libertad se ve limitada en la normativa al señalar que se considera medio
de coordinación preferente, y por tanto, por él deberán de optar, salvo que acrediten
razones técnicas u organizativas justificadas y siempre que garanticen por otros medios
el cumplimiento de los objetivos de la coordinación (art. 13.2 RDCAE), la designación
de una o más personas encargadas de la coordinación de las actividades cuando concurran
dos o más de las condiciones del art. 13.1 del RDCAE:
a) Cuando en el centro de trabajo se realicen, por una de las empresas
concurrentes, actividades o procesos reglamentariamente considerados como
peligrosos o con riesgos especiales, que puedan afectar a la seguridad y salud
de los trabajadores de las demás empresas presentes.
b) Cuando exista una especial dificultad para controlar las interacciones de las
diferentes actividades desarrolladas en el centro de trabajo que puedan generar
riesgos calificados como graves o muy graves.
c) Cuando exista una especial dificultad para evitar que se desarrollen en el
centro de trabajo, sucesiva o simultáneamente, actividades incompatibles entre
sí desde la perspectiva de la seguridad y salud de los trabajadores.
d) Cuando exista una especial complejidad para la coordinación de las
actividades preventivas como consecuencia del número de empresas y
trabajadores concurrentes, del tipo de actividades desarrolladas y de las
características del centro de trabajo.
Aparece en consecuencia un sujeto fundamental en la coordinación, el coordinador de
actividades preventivas. No debe confundirse con el coordinador de seguridad y salud
que interviene en el sector de la construcción (RD 1627/1997, de 24 de octubre, por el
que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y de salud en las obras de
construcción), con el que puede tener algunos cometidos similares, con carácter general,
pero que son diferentes.

72
Determina la normativa que pueden adquirir esa condición, las personas que tengan una
formación como mínimo de nivel intermedio y sean (art. 13.3 del RDCAE):
a) Uno o varios de los trabajadores designados para el desarrollo de las actividades
preventivas por los empresarios concurrentes.
b) Uno o varios miembros del servicio de prevención propio de las empresas
concurrentes.
c) Uno o varios miembros del servicio de prevención ajeno concertado por las empresas
concurrentes.
d) Uno o varios trabajadores de las empresas concurrentes, que sin formar parte del
servicio de prevención propio ni ser trabajadores designados, reúnan los conocimientos,
la cualificación y la experiencia necesarios.
e) Cualquier otro trabajador que por su posición en la estructura jerárquica de la empresa
y por las funciones técnicas que desempeñen en relación con el proceso o los procesos de
producción desarrollados en el centro, esté capacitado para la coordinación de las
actividades.
f) Una o varias personas de empresas dedicadas a la coordinación de actividades
preventivas, que tengan competencia, conocimientos y cualificación necesaria.
En la medida en que el coordinador de actividades preventivas se convierte en un sujeto
fundamental, la normativa delimita sus funciones, que, en concreto, son las que a
continuación se enumeran (art. 14.1 RDCAE):
a) Favorecer el cumplimiento de los objetivos previstos en el art. 3 del RDCAE.
b) Servir de cauce para el intercambio de las informaciones en deben
intercambiarse las empresas concurrentes en el centro de trabajo.
c) Cualesquiera otras encomendadas por el empresario titular del centro de trabajo.
En su materialización, tienen que estar presentes en el centro de trabajo el tiempo que sea
necesario, otorgándoseles expresamente las siguientes facultades (art. 14.2 RDCAE):
a) Conocer las informaciones que deban intercambiarse las empresas concurrentes
en el centro de trabajo, así como cualquier otra documentación de carácter preventivo que
sea necesaria para el desempeño de sus funciones.
b) Acceder a cualquier zona de centro de trabajo.
c) Impartir a las empresas concurrentes las instrucciones que sean necesarias para
el cumplimiento de sus funciones.
d) Proponer a las empresas concurrentes la adopción de medidas para le
prevención de los riesgos existentes en el centro de trabajo que puedan afectar a los
trabajadores presentes.
5.6. Obligación de recabar información respecto de los fabricantes, importadores y
suministradores.

73
La última obligación que debe observar en este caso el empresario principal viene
regulada en el párrafo cuarto del artículo 24 de la LPRL, que al efecto señala que «las
obligaciones consignadas en el último párrafo del apartado 1 del artículo 41 de esta Ley
serán también de aplicación, respecto de las operaciones contratadas, en los supuestos en
que los trabajadores de la empresa contratista o subcontratista no presten servicios en los
centros de trabajo de la empresa principal, siempre que tales trabajadores deban operar
con maquinaria, equipos, productos, materias primas o útiles proporcionados por la
empresa principal».
La misma obligación debe observar en el caso que sean trabajadores autónomos los que
operen con los citados instrumentos o elementos (art. 8.5, L. 20/2007).
El supuesto de hecho es:
1.º Existencia de contratas o subcontratas o actividades desempeñadas por trabajadores
autónomos que se van a desempeñar fuera del centro de trabajo de la empresa principal.
2.º Que esos contratistas o subcontratistas o trabajadores autónomos van a operar o
ejecutar su actividad profesional con máquinas, equipos o materias primas suministradas
por la empresa principal.
Esta última deberá proporcionar información necesaria con la finalidad de que:
a) La utilización y manipulación se realice sin riesgos para la seguridad y salud,
información que en todo caso habrá recabado de los fabricantes, importadores o
suministradores de esos utensilios o productos.
b) Los empresarios puedan cumplir las obligaciones de información respecto de sus
trabajadores.
Para cumplir esta obligación, el empresario principal está obligado a recabar la misma de
los fabricantes, importadores y suministradores. La obligación de información del
fabricante, siempre que las características del equipo lo permitan, debe recogerse de modo
que llegue directamente al trabajador. Esta obligación se dará por cumplimentada con la
incorporación en el propio producto de forma clara y comprensible de los riesgos que el
mismo origina y de las medidas preventivas a implantar.

74
LECCIÓN 6. LA PROTECCIÓN DE LOS TRABAJADORES
TEMPORALES EN MATERIA PREVENTIVA.
Esquema
1. El principio de equiparación de los trabajadores temporales
– Los temporales y los contratados a través de ETT, mismo nivel de protección que
los fijos.

2. La prevención de riesgos en la contratación temporal directa


– Obligaciones empresariales: las mismas que para los fijos.
– Peculiaridad: informar al sistema de prevención de su incorporación a la empresa.

3. La prevención de riesgos en la contratación temporal indirecta a través de ETT


A) Exclusiones de la contratación temporal (art. 8 del RD 216/1999):
– Trabajos peligrosos para la seguridad y salud en las siguientes actividades:
a) Obras de construcción del Anexo II del RD. 1627/1997.
b) Minería a cielo abierto y de interior del art. 2 del RD 1389/1997.
c) Industrias extractivas por sondeos, del art. 109 del Reglamento de Seguridad
Minera.
d) Plataformas marinas.
e) Fabricación, manipulación y utilización de explosivos, RD 230/1998
f) Exposición a radiaciones ionizantes, RD 53/1992
g) Exposición a agentes cancerígenos, RD 363/1995
h) Exposición a agentes biológicos, RD 664/1997
i) Riesgos eléctricos de alta tensión
– Puestos de trabajo no evaluados
B) Reparto de las obligaciones empresariales preventivas:
a) ETT trabajador: información y formación y vigilancia de su salud.
b) Empresa usuaria:
– a la ETT: información.
– al trabajador: protección de su salud y seguridad.
– Obligación de información a la ETT de la empresa usuaria, que se incorpora
al contrato de puesta a disposición:
– de los riesgos generales del centro y de los específicos de del puesto.
– de las medidas preventivas y de los medios de protección.
– de la formación requerida.
– de las medidas de vigilancia de la salud
– Obligación de la ETT de trasladar la anterior información al trabajador,
previamente a la incorporación.
– Obligación de la ETT de formar al trabajador:
– constatar que dispone de formación teórica y práctica necesaria para el
puesto.
– impartir la formación directamente o en la empresa usuaria, previamente a
la incorporación y con cargo al contrato.
– Obligación de la ETT de vigilar la salud del trabajador:
– reconocimiento médico inicial previo a la incorporación.
– los periódicos que procedan.
– Obligaciones de la ETT y empresas usuarias del intercambio de información
en materia preventiva

75
– deberá acreditarse documentalmente el cumplimiento de estas obligaciones
– Obligación de la empresa usuaria de proteger la salud y seguridad de los
trabajadores temporales:
– mismo nivel de protección que los trabajadores fijos.
– sistema de prevención: los trabajadores puestos a disposición computan en
promedio mensual parea su determinación y pueden dirigirse a este en
iguales que los fijos.
– Obligación de coordinación Empresa usuaria_E.T.T:
– comunicar daños para la salud del trabajador.
– información relevante para la protección de la salud.
– nuevas evaluaciones de riesgo.

El artículo 28 de la LPRL recoge toda una serie de medidas a tener en cuenta en relación
con los trabajadores temporales, puesto que son un grupo que presentan riesgos
adicionales en la empresa en la medida en que desconocen el lugar de trabajo.
Existen dos importantes principios generales:
1.º El de equiparación a los trabajadores en plantilla en cuanto a la protección que deben
recibir en materia de seguridad y salud por parte del empresario.
2.º El de igualdad de trato en lo que respecta a las condiciones de trabajo y en lo relativo
a cualquiera de los aspectos de la protección de la seguridad y la salud de los trabajadores.
Fundamentalmente son las siguientes:
a) Deberá informar, o garantizar que estén informados, con carácter previo al inicio de la
actividad, acerca de:
‐ Los riesgos a los que vayan a estar expuestos, teniendo en cuenta en particular
la necesidad de cualificaciones o aptitudes profesionales determinadas, la
exigencia de controles médicos especiales o la existencia de riesgos específicos
del puesto a cubrir.
‐ Las medidas de protección y prevención frente a los mismos.
b) Deberá proporcionar una formación específica, teniendo en cuenta la cualificación del
trabajador y la experiencia profesional y los riesgos a los que vayan a estar expuestos.
c) Deberá vigilar el estado de salud de estos trabajadores, procediendo si fuera oportuno,
a examinarlos al finalizar la relación temporal.
d) Y, por último, deberá informar a los trabajadores designados para ocuparse de las
actividades de protección y prevención o, en su caso, al Servicio de Prevención de la
incorporación de estos trabajadores temporales, en la medida necesaria para que puedan

76
desarrollar de forma adecuada sus funciones respecto de todos los trabajadores de la
empresa.
Proteccíón de trabajadores puestos a disposición a través de una ETT.
Es conveniente realizar un estudio aparte de las obligaciones en materia de seguridad y
salud cuando existe un contrato de puesta a disposición, porque se trata de una situación
en la que el trabajador no presta sus servicios al empresario que directamente le ha
contratado.
Se trata de una relación triangular ‐Empresa de Trabajo Temporal, empresa usuaria y
trabajador‐ que presenta toda una serie de connotaciones específicas que afectan a la hora
de determinar las distintas obligaciones de los diferentes sujetos en juego.
Las obligaciones serán las que se van a señalar a continuación, distinguiendo entre las
que sean a cargo de la empresa de trabajo temporal de las que lo sean respecto de la
empresa usuaria. La regulación del artículo 28.5, LPRL se complementa con lo dispuesto
en el RD 216/1999, de 5 de febrero.
1. Obligaciones de la empresa usuaria
Son fundamentalmente las siguientes:
1.ª Información a la empresa de trabajo temporal acerca de las características propias de
los puestos de trabajo a desempeñar y de las cualificaciones requeridas (art. 28.5 apartado
segundo de la LPRL).
Se ha completado por el RD 216/1999, de 5 de febrero, sobre disposiciones mínimas de
seguridad y salud en el trabajo en el ámbito de las Empresas de Trabajo Temporal,
señalando que la información deberá incluir además:
1.ª 1. Los resultados de la evaluación de riesgos del puesto de trabajo a cubrir, lo
que es consecuencia de que sólo será posible la celebración de un contrato de puesta a
disposición respecto del puesto de trabajo en que se haya realizado previamente la
preceptiva evaluación de riesgos laborales, con especificación de los datos relativos a (art.
2.2, RDETT):
a) Riesgos laborales de carácter general existentes en el centro de trabajo
y que pudieran afectar al trabajador, así como los específicos del puesto de
trabajo a cubrir.
b) Medidas de prevención a adoptar en relación con los riesgos, con
inclusión de la referencia a los equipos de protección individual que haya
de utilizar y que serán puestos a su disposición.
c) Formación en materia de prevención de riesgos laborales que debe
poseer el trabajador.
d) Medidas de vigilancia de la salud que deben adoptarse en relación con
el puesto de trabajo a desempeñar, especificando:
‐ El carácter obligatorio o voluntario para el trabajador.

77
‐ La periodicidad en su realización.
e) Determinación de la naturaleza, el grado y la duración de la exposición de los
trabajadores a agentes, procedimientos o condiciones de trabajo que puedan influir
negativamente en su salud, o que puedan ser relevantes de cara a valorar posteriores
incorporaciones del trabajador a la misma o diferente empresa (art. 5.3, REDTT).
1.ª 2. Información por escrito sobre todo daño para la salud del trabajador puesto
a disposición que se hubiera producido con motivo del desarrollo de su trabajo, a fin de
que la empresa de trabajo temporal pueda cumplir, en los plazos y términos establecidos
con la obligación de notificación a la autoridad laboral (art. 7.2, RDETT).
2.ª Encargarse de que las condiciones de ejecución del trabajo en todo lo relacionado con
la protección de la seguridad y la salud de los trabajadores sean las adecuadas, es decir,
equivalentes a las del resto del personal de la empresa usuaria que no tiene el carácter de
puesto a disposición.
3.ª Informar a los trabajadores, con carácter previo a su incorporación al trabajo, de:
a) Los riesgos a los que vayan a estar expuestos.
b) La necesidad de cualificaciones o aptitudes profesionales determinadas.
c) Las medidas de protección y prevención a los mismos.
4.ª Recabar la información necesaria de la empresa de trabajo temporal, también con
carácter previo al inicio de la prestación, para asegurarse de que el trabajador puesto a su
disposición reúne las siguientes condiciones (art. 4.1 del RDETT):
a) Que ha sido considerado apto a través de un adecuado reconocimiento de su
estado de salud para la realización de los servicios que deba prestar en las
condiciones en que hayan de ser efectuados, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 22, LPRL y 37.3, RSP.
b) Que posee las cualificaciones y capacidades requeridas para el desempeño de
las tareas que se le encomienden en las condiciones en que vayan a efectuarse y
cuenta con la formación necesaria, todo ello en relación con la prevención de los
riesgos a los que pueda estar expuesto, en los términos previstos en el artículo 19
de la LPRL y sus disposiciones de desarrollo.
c) Que ha recibido las informaciones relativas a:
‐ Las características propias del puesto de trabajo.
‐ Las características de las tareas a desarrollar.
‐ Las cualificaciones requeridas.
‐ Los resultados de la evaluación de riesgos.
En ningún caso la empresa usuaria permitirá el inicio de servicios en la misma de un
trabajador puesto a disposición hasta que no tenga constancia del cumplimiento de las
obligaciones reseñadas anteriormente (art. 4.2, RDETT).

78
5.ª Por último, informar a los representantes de los trabajadores y a los servicios de
prevención de la propia empresa usuaria sobre la adscripción de estos trabajadores a
determinados puestos, con el fin de que estos puedan adoptar las medidas necesarias de
control y ayuda a los mismos.
El plazo para transmitir dicha información será de diez días desde la celebración del
contrato de puesta a disposición por la empresa usuaria (art. 9, LETT).
2. Obligaciones de la empresa de trabajo temporal
Los artículos 28.5 de la LPRL y 12.2 de la LETT, complementados por lo dispuesto por
el RDETT, se han encargado de fijar cuáles son las obligaciones de la empresa de trabajo
temporal respecto de los trabajadores que ha contratado pero que van a prestar servicios
en otra empresa:
1.ª) Proporcionar formación al trabajador. De la misma se requiere que cumpla lo
dispuesto en el art. 12.2 de la LETT.
El artículo 3.3 del RDETT determina que es la empresa de trabajo temporal la que «deberá
asegurarse de que el trabajador, previamente a su puesta a disposición de la empresa
usuaria, posee la formación teórica y práctica en materia preventiva necesaria para el
puesto de trabajo a desempeñar», para lo que «comprobará fehacientemente que la
formación es la requerida y que se encuentra actualizada y adaptada a la evolución de los
equipos y métodos de trabajo y al progreso de los conocimientos técnicos».
La empresa de trabajo temporal sólo «deberá contratar o asignar el servicio a un
trabajador que reúna, o pueda reunir, en su caso, previa la formación a la que [se ha hecho
referencia], los requisitos previstos en el mismo en materia de prevención de riesgos
laborales» (art. 3.1 del RDETT).
2.ª Vigilancia de la salud. Es la empresa de trabajo temporal la que se debe encargar de
vigilar la salud del trabajador puesto a disposición y la que deberá realizar los
reconocimientos médicos (art. 28.5, LPRL).
3.ª Informar al trabajador acerca de:
a) Las características propias de los puestos de trabajo a desempeñar.
b) Las cualificaciones requeridas.
4.ª No celebrar contratos de puesta a disposición para la realización de trabajos u
ocupaciones especialmente peligrosos para la seguridad y salud, en el trabajo, en los
términos previstos en la disposición adicional segunda de esta Ley y, de conformidad con
ésta, en los convenios y acuerdos colectivos (art. 8.b), LETT).
En concreto, atendiendo a la Disposición Adicional segunda de la LETT, no se pueden
celebrar contratos de puesta a disposición para la realización de trabajos en actividades
de especial peligrosidad:
a) Trabajos que impliquen la exposición a radiaciones ionizantes en zonas
controladas según el Real Decreto 783/2001, de 6 de julio, por el que se aprueba el
Reglamento sobre protección sanitaria contra radiaciones ionizantes.

79
b) Trabajos que impliquen la exposición a agentes cancerígenos, mutagénicos o
tóxicos para la reproducción, de primera y segunda categoría, según el Real Decreto
363/1995, de 10 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento sobre notificación de
sustancias nuevas y clasificación, envasado y etiquetado de sustancias peligrosas, y el
Real Decreto 255/2003, de 28 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento sobre
clasificación, envasado y etiquetado de preparados peligrosos, así como sus respectivas
normas de desarrollo y de adaptación al progreso técnico.
c) Trabajos que impliquen la exposición a agentes biológicos de los grupos 3 y 4,
según el Real Decreto 664/1997, de 12 de mayo, sobre la protección de los trabajadores
contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo,
así como sus normas de modificación, desarrollo y adaptación al progreso técnico.
4.ª Acreditar documentalmente a la empresa usuaria que el trabajador puesto a su
disposición (art. 3.5 del RDETT):
a) Ha recibido las informaciones relativas a los riesgos y medidas preventivas.
b) Posee la formación específica necesaria.
c) Que su estado de salud es compatible con el puesto de trabajo a desempeñar.

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LECCIÓN 7. RESPONSABILIDADES EN MATERIA DE
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
Esquema
1. Consideraciones generales
El sistema de responsabilidades afecta a todos los sujetos implicados en la prevención
de riesgos laborales, cuando incumplen sus obligaciones respectivas.

2. Las responsabilidades empresariales.


A) La responsabilidad penal:
a) Delito contra la seguridad y salud laboral (316 C.P.):
– Elementos del tipo penal:
b) Delitos o faltas de homicidio y lesiones:
c) Delito de riesgo catastrófico.
Delitos contra la seguridad colectiva, tipificados en los arts. 341 a 350 C.P.
d) Concurrencia de delitos: art. 77 C.P.
B) La Responsabilidad Administrativa:
a) El régimen de infracciones:
b) Régimen de sanciones:
– Criterios de graduación (art. 39 LISOS).
– Reglas de graduación (art. 39 5. 6. y 7 LISOS)
– Reincidencia (ART. 41 LISOS)
– Sanciones no pecuniarias
c) Régimen de responsabilidades en supuestos de coordinación
– En contratos de puesta a disposición
– Concurrencia de varias empresas no vinculadas en un mismo centro: responde
cada una de las empresas.
– Concurrencia de varias empresas en un centro con un titular (contratas y
subcontratas)
C) La responsabilidad civil
1. Responsabilidad civil derivada de la penal (arts. 101 y ss. C.P.):
2. Responsabilidad civil contractual (arts 42. 1 LPRL y 1101 C.C.):
3. Régimen de responsabilidad civil en supuestos de coordinación de empresas
D) La responsabilidad contractual laboral
E) Otras responsabilidades en materia de Seguridad Social
a) El recargo en las prestaciones
b) Responsabilidad en EP por falta de reconocimiento médico
c) Responsabilidad en prestaciones sanitarias derivadas de la civil o penal del
empresario
d) Responsabilidad por incumplimiento de órdenes de paralización de la ITSS o
acuerdos de suspensión de la Autoridad Laboral
– Supuesto de hecho: incumplimiento de las decisiones de la ITSS o de la
Autoridad Laboral, conforme a los arts 44 y 53 de la LPRL
– Contenido: se equipara el incumplimiento a la falta de aseguramiento de todas
las prestaciones, sanitarias y económicas, por lo que corresponden al
empresario.
– Naturaleza: sanciona resultados, no conductas.
– Dinámica procesal: procedimiento ordinario ante la jurisdicción laboral.
e) Régimen de compatibilidades entre las responsabilidades:

81
.
7.1. Responsabilidad administrativa en materia de prevención de riesgos laborales
Se recoge en el RD Legislativo 5/2000, de 4 de agosto, por el que se aprueba el Texto
Refundido de la Ley de Infracciones y Sanciones en el Orden Social. Se caracteriza por
lo siguiente:
1.º Para imponer una responsabilidad administrativa hace falta la concurrencia de dos
requisitos:
a) Que la conducta esté recogida como infracción (arts. 11 a 13 de la LISOS).
b) Que esa conducta suponga un incumplimiento de las obligaciones establecidas
en las normas legales, reglamentarias y cláusulas normativas de los convenios
colectivos en materia de seguridad y salud (art. 5, LPRL).
2.º Se imputa esta responsabilidad con independencia de que se produzcan daños.
3.º Es una responsabilidad por culpa, puesto que toda infracción requiere una acción y
omisión de los sujetos responsables.
4.º Es irrelevante la conducta del trabajador a efectos de determinar si concurre
responsabilidad empresarial. El empresario ha de prever las distracciones o imprudencias
no temerarias del trabajador, pero incluso la existencia de imprudencia temeraria no
exonera al empresario de su responsabilidad (art. 15.4, LPRL).
5.º Tampoco es objeto de valoración la existencia de obligaciones de trabajadores o de
terceros en materia preventiva (trabajadores designados, servicios de empresa o concierto
con entidades especializadas) (art. 14.4, LPRL).
6.º El empresario o sujeto responsable no podrá fundamentar una posible exoneración de
responsabilidad en la dificultad técnica de las medidas de prevención que debieron
adoptarse (art. 14.2, LPRL).
7.º Las sanciones a imponer no son personales, concretándose la mayoría de ocasiones en
multas, aunque están previstas también otras adicionales, especialmente para casos de
cierta gravedad como:
a) La pérdida de acreditación de los servicios de prevención externos, entidades
auditoras o entidades formadoras en prevención cuando cometan infracciones por
faltas graves y muy graves (art. 40.2, LISOS).
b) La suspensión de actividades de la ETT durante un año en caso de reincidencia
en infracciones muy graves (art. 41.3, LISOS).
c) La suspensión o cierre del centro de trabajo cuando concurran circunstancias
de especial gravedad (arts. 53, LPRL y 26 del RD 928/1998).
d) La aplicación de limitaciones a la facultad de contratar con la Administración
por la comisión de delitos o por infracciones administrativas muy graves (arts. 54,
LPRL y 71.1.a Ley 9/2017, 8 nov., de Contratos del Sector Público).

82
8.º Las infracciones tienen fijado un plazo de prescripción de un año para las leves, tres
años las graves y cinco años las muy graves, contados desde la fecha de la infracción (art.
4, LISOS).
9.º Las sanciones prescribirán a los cinco años, contados desde el día siguiente a aquel en
que adquiere firmeza la resolución por la que se impone la sanción (art. 7, RD 928/1998).
-Principios aplicativos a la responsabilidad empresarial
Como responsabilidad de carácter sancionador, le son aplicables los principios básicos de
derecho punitivo. Entre ello, los siguientes:
1.º Principio de legalidad, que supone que la conducta que constituye un ilícito y la
sanción a imponer deben estar recogida en una norma con rango de ley (arts. 1.1, LISOS).
En este sentido, los artículos 11, 12 y 13 de la LISOS recogen las infracciones en materia
de prevención de riesgos laborales, y el artículo 40.2 de la LISOS las correspondientes
sanciones a imponer.
Son infracciones leves las recogidas en el art. 11, LISOS.
Son infracciones graves las recogidas en el art. 12, LISOS.
Son infracciones muy graveslas del art. 13 LISOS.
Las infracciones en materia de prevención de riesgos laborales se sancionarán con las
cuantías establecidas en el art. 40.2, LISOS.
Una vez firmes las sanciones que se impongan por infracciones muy graves, se harán
públicas siguiendo las formalidades establecidas en el RD 597/2007, de 4 de mayo (art.
40.2, LISOS).
2.º Principio de tipicidad, que consiste en la necesidad de que la norma legal concrete con
suficiente claridad las sanciones a imponer, las conductas sancionables y los grados y
criterios para la aplicación de unas y otras (art. 27 LRSP).
3.º Principio de irretroactividad, que prohíbe la retroactividad de las normas
sancionadoras (arts. 9.3, CE y 26 LRJS).
4.º Principio de proporcionalidad, que supone que se ha de adecuar la gravedad del hecho
constitutivo de la infracción y la sanción aplicada, materializándose en la LISOS en la
graduación de la infracciones en leves, graves y muy graves, y en el establecimiento de
grados mínimo, medio y máximo respecto de las sanciones a imponer.
5.º Principio de non bis in ídem, impide sancionar dos veces la misma conducta cuando
existe identidad de sujeto, de hecho y de fundamento, incluso cuando el ordenamiento
con arreglo al que se sancione no sea el mismo, prohibiéndose así que se acumulen la
sanción administrativa y la penal (art. 3.1, LISOS y 7.4, RD 928/1998).
6.º Principio de presunción de inocencia que implica que la carga de la prueba de los
hechos constitutivos de la infracción recaiga sobre la Administración, con la prohibición
absoluta de utilizar pruebas obtenidas con vulneración de derechos fundamentales y el
derecho a la utilización de los medios de prueba adecuados para la defensa (arts. 55.2.b y
77.4 LPACAP).

83
-Supuestos especiales de responsabilidad en materia de prevención de riesgos laborales
1) Las contratas y subcontratas de obras o servicios
El empresario que contrate o subcontrate tareas de su propia actividad y que se realicen
en su centro de trabajo, debe vigilar el cumplimiento de las normas de prevención por los
contratistas y subcontratistas (arts. 24.3, LPRL y 42.3, LISOS).
Como consecuencia de esa obligación de vigilancia, se le atribuye una responsabilidad
solidaria con el contratista, y en su caso subcontratistas, de los incumplimientos que se
produzcan (STS 23-7-2001, Rec. 452/1996; STS 22-11-2002, Rec. -u.d.3904/2001; STS
11-5-2005, Rec. -u.d.2291/2004):
a) Durante el período de la contrata.
b) Respecto de los trabajadores que ha empleado la contratista en el centro de
trabajo de la principal
c) La actividad de la contratista pueda calificarse como propia respecto de la que
realiza la empresa principal.
Se trata de una responsabilidad por culpa por incumplir el deber in vigilando
2) Empresas de Trabajo Temporal
Establecidas unas obligaciones para cada una de las empresas en la relación trilateral
propia del trabajo en empresas de trabajo temporal, cada una de ellas debe responder del
incumplimiento de sus respectivas obligaciones.
La empresa usuaria es considerada responsable de las condiciones de ejecución del
trabajo en todo lo relacionado con la protección de la seguridad y salud de los trabajadores
(art. 42.3, LISOS). Por tanto, puede ser sujeto de imputación de responsabilidad pese a
no ser el empresario del trabajador, imputación que en ocasiones será junto a la ETT, de
apreciar incumplimientos de ésta, o sólo de ella, en el caso en que, al igual que las
contratas o subcontratas, no pudiera conocer la ETT el riesgo por no tener acceso al centro
de trabajo.
-Compatibilidad e incompatibilidad con otras responsabilidades
Se trata de una responsabilidad plenamente compatible con todas las responsabilidades
que tienen como finalidad compensar los daños sufridos (responsabilidad de seguridad
social ‐incluso recargo de prestaciones económicas, responsabilidad civil propia o
derivada de un delito‐) (art. 164.3 LGSS 2015 y 42.3, LPRL).
Por el contrario, es incompatible con la responsabilidad penal (art. 3.1, LISOS, 7.4, RD
928/1998).
7.2. Responsabilidad penal en materia de prevención de riesgos laborales
Con esta responsabilidad se penalizan las conductas que sean de especial gravedad con
independencia de los daños que puedan producir. Al igual que con la responsabilidad
administrativa, atiende exclusivamente a la conducta infractora en sí misma.

84
En ella hay que distinguir el tipo penal específico del Título XV del CP que regula los
delitos contra los derechos de los trabajadores, y los tipos genéricos, que pueden resultar
aplicables antes supuestos de incumplimiento de las normas sobre prevención de riesgos
laborales.
7.2.1. El tipo específico: los delitos contra los derechos de los trabajadores en materia de
prevención de riesgos laborales
El tipo penal específico se contempla, en concreto, en el artículo 316, CP, completado
con las previsiones de los artículos 317, que dispone la posibilidad de cumplimiento
culposo, y 318 del mismo texto, que regula los supuestos en que el delito se imputa a una
persona jurídica
El tipo delictivo configura un delito de riesgo, bastando con que se haya puesto en grave
peligro la vida, integridad física o salud del trabajador, no requiriéndose que el trabajador
expuesto a la situación de riesgo sufra daños ciertos.
En el supuesto en que existan daños, en forma de lesiones o muerte, la jurisprudencia ha
señalado que el delito de resultado, sea muerte o lesiones, absorbe al de peligro por
aplicación de un concurso de leyes del art. 8.3 del CP.
Los elementos que componen el tipo delictivo son los siguientes:
1.º Existencia de infracción de las normas de prevención de riesgos laborales consistente
en no facilitar los medios adecuados para que los trabajadores desempeñen su trabajo con
las condiciones de seguridad e higiene adecuadas.
Ello conlleva analizar dos aspectos:
a) Se entiende por normas de prevención de riesgos laborales las que se califican
como tal en el ordenamiento laboral, aspecto que se encuentra definido en el artículo 1 de
la LPRL, debiéndose interpretar que son todas las que contengas normas sobre prevención
de riesgos laborales, no siendo determinante que la misma se autocalifique de norma de
prevención de riesgos laborales.
b) Existe la concreta infracción cuando consista en no facilitar los medios necesarios para
garantizar las adecuadas condiciones de seguridad e higiene, lo que conlleva que las
infracciones de tipo formal o documental o las que afecten a incumplimiento de los
derechos de participación no serán penalmente relevantes.
2.º Estar legalmente obligado a facilitar los medios. Ello supone que no basta con haber
podido adoptar una determinada conducta y no haberlo hecho para que surja la
responsabilidad penal, sino que hace falta que esa conducta omitida fuese obligatoria en
base a las normas a que se hizo referencia anteriormente.
Podrá estar legalmente obligado el empresario del trabajador y todas aquellas personas
que desempeñen o ejerzan funciones de dirección, representación o de mando en una
empresa, ya sean aquellas superiores, intermedias o de mera ejecución y tanto las ejerzan
reglamentariamente como de hecho, es decir, todas las que están obligadas a cumplir y a
hacer cumplir las normas y reglas destinadas al mantenimiento de la seguridad

85
3.º Peligro grave para la vida, salud o integridad física del trabajador. Ha de existir una
relación causa‐efecto entre la infracción y la existencia del peligro, que ha de ser cierto,
concreto y grave [STS (Penal) 4-6-02, rec. 3307/00].
4.º Imputación de dolo o imprudencia grave. En ambos casos hay delito, lo que cambia
es la pena.
7.2.2. Tipos genéricos: delito de homicidio, delito de lesiones y faltas contra las personas
en materia de prevención de riesgos laborales
Además del tipo específico, pueden resultar aplicables los tipos genéricos que aparecen
en el CP para penalizar los daños físicos que sufran las personas, que por tanto serían
aplicables a los que sufran los trabajadores en su vida, salud o integridad física en el
trabajo.
Los tipos genéricos aplicables podrían ser los siguientes:
1.º Delito de homicidio (art. 138 del CP), sancionado si existe dolo con la pena de prisión
de entre diez y quince años y si se cometió por imprudencia grave con la pena de uno a
cuatro años (art. 142.1 del CP). Si se aprecia imprudencia profesional se impone, además,
la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión, oficio o cargo por un
período de tres a seis años (art. 142.3 del CP).
2.º Delito de lesiones (art. 147 y ss. del CP).
3.º Faltas contra las personas (arts. 617 y ss. del CP).
Compatibilidades e incompatibilidades de la responsabilidad penal con otras
responsabilidades en materia de prevención de riesgos laborales
La responsabilidad penal es incompatible con la responsabilidad administrativa cuando
hay identidad de sujeto, hecho y fundamento (art. 3.1, LISOS y 7.4, RD 928/1998).
Es compatible con la responsabilidad civil o la de Seguridad Social.
7.3. Responsabilidad civil.
Se trata de una responsabilidad que consiste en una reparación de los daños causados,
daños que comprenden los físicos, psíquicos (morales) y materiales (arts. 1101 y 1902,
CC).
En cuanto al orden jurisdiccional competente, se ha de estar a lo dispuesto en los arts. 2
y 3 de la nueva Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la jurisdicción social. Señala
el art. 2 que los órganos del orden jurisdiccional social conocerán de las cuestiones
litigiosas que se promuevan (art. 2 a) LRJS):
a) Entre empresarios y trabajadores como consecuencia del contrato de trabajo y
del contrato de puesta a disposición, con la salvedad de lo dispuesto en la Ley 22/2003,
de 9 de julio, Concursal; y en el ejercicio de los demás derechos y obligaciones en el
ámbito de la relación de trabajo.
b) En relación con las acciones que puedan ejercitar los trabajadores o sus
causahabientes contra el empresario o contra aquéllos a quienes se les atribuya legal,
convencional o contractualmente responsabilidad, por los daños originados en el ámbito
86
de la prestación de servicios o que tengan su causa en accidentes de trabajo o
enfermedades profesionales, incluida la acción directa contra la aseguradora y sin
perjuicio de la acción de repetición que pudiera corresponder ante el orden competente.
La reparación del daño se concreta en una indemnización que se caracteriza por lo
siguiente:
1.º No está tasada, sino que la fija discrecionalmente el órgano de instancia.
En este sentido se determina que ha de ser adecuada, suficiente y proporcionada para
alcanzar a reparar todos los daños y perjuicios, que normalmente no es revisable en vía
de recurso salvo que se aprecie error, indebida aplicación o arbitraria modulación del
baremo no existe posibilidad de revisar la indemnización, existiendo libertad total en
orden a cuantificar los perjuicios
2.º En ocasiones se acude para fijar la indemnización al baremo establecido para los daños
y perjuicios derivados de accidentes de tráfico si bien se toma con carácter meramente
indicativo (STSJ Asturias 14-1-05, Rec. 1476/2003; 21-1-05, Rec. 1869/2003).
3º. En cuanto a que la reparación del daño no sea fuente de un enriquecimiento injusto
para el perjudicado y la realización, por ello, de posibles compensaciones, se ha señalado
lo siguiente:
a) La reparación del daño ha de ser íntegra.
b) El daño, como se ha señalado, tiene lesiones físicas, psíquicas, las secuelas de
ambas, los gastos a soportar por el perjudicado y su familia, el lucro cesante.
c) Si todos esos daños se han de indemnizar, si se quiere realizar alguna
compensación se deberá realizar sobre conceptos homogéneos.
4.º La apreciación de culpa en la víctima no excluirá la responsabilidad, pero la moderará,
siempre que el demandado demuestre, pues a él le corresponde esa carga, que concurrió
la culpa del accidentado
5.º Dependiendo del sujeto al que se reclama se fundamenta la petición en diferentes
preceptos:
a) Cuando el sujeto al que se reclama es el empresario del trabajador la
responsabilidad se exigirá en atención al artículo 1101, CC al ser contenido
esencial del contrato de trabajo (STSJ Canarias, Las Palmas 11 dic. 2006, Rec.
1707/2003)
b) En el caso en que se reclame a otras personas (compañeros de trabajo,
encargados, técnicos preventivos, directivos, empresarios principales y/o
contratistas, fabricantes, suministradores...) que con su conducta mal intencionada
o negligente haya podido ocasionar o contribuir a ocasionar los daños sufridos por
el trabajador, se fundamentará en el artículo 1902, CC.
6.º Cuando la LPRL establece obligaciones para empresarios distintos del propio
trabajador dañado (contratas y subcontratas, ETT), si esos empresarios incumplen esas
obligaciones y el incumplimiento incide en la producción de daños sufridos por el
trabajador, además de la responsabilidad del propio empresario, que se imputará al haber
87
permitido a ese trabajador prestar servicios en condiciones contrarias a las establecidas
en las normas sobre prevención de riesgos laborales o al no haber sido diligente para
controlar que esto no ocurriese, concurrirá también responsabilidad de otros empresarios
que incumplieron sus obligaciones concretas (art. 1902, CC), es decir, existirá
responsabilidad por culpa in eligendo, por incumplimiento del deber de diligencia en la
selección del contratista, o culpa in vigilando, por no supervisar a la empresa contratista
(STS (Civil) 3-4-06, Rec. 3100/99).
7.º El empresario puede asegurar, sí así lo desea, esta responsabilidad (art. 15.5, LPRL).
A las entidades que actúen como servicios de prevención ajenos, por el contrario, se les
exige que suscriban una póliza de seguros por un importe de al menos 200 millones de
pesetas, que se destina a cubrir sus eventuales responsabilidades civiles (arts. 17, 23.d) y
26, RSP).
Estas pólizas de seguro que puede suscribir un empresario o un servicio de prevención
están destinadas, salvo que expresamente indiquen lo contrario a cubrir su
responsabilidad, tanto sus actos como los de sus empleados, pero no cubren
específicamente la responsabilidad que pueda recaer directamente sobre estos
trabajadores, por lo que la existencia de un aseguramiento a favor del empresario no les
libera de responsabilidad ni impide que se puedan ejercer contra ellos las acciones de
repetición por lo pagado por el empresario o la aseguradora en el caso de que se pueda
demostrar que la responsabilidad total o parcial de los daños estuvo en la conducta de
estos trabajadores (art. 1904, CC).
Compatibilidad e incompatibilidad con otras responsabilidades en materia de prevención
de riesgos laborales
Esta responsabilidad es compatible con todas las responsabilidades que se pueden derivar
(art. 42.3, LPRL). En concreto, con la responsabilidad administrativa y penal porque éstas
son sanciones retributivas que penan una conducta pero no reparan los daños, siendo
diferentes de la responsabilidad civil que es una sanción reparadora.
Es incompatible con la responsabilidad civil derivada del delito y reconocida en vía penal
La absolución por la vía penal no impide la existencia de responsabilidad civil
7.4. Responsabilidad de Seguridad Social. El recargo de prestaciones económicas en
caso de accidente de trabajo y enfermedad profesional
Otra de las consecuencias que se pueden derivar del acaecimiento de un accidente de
trabajo o de una enfermedad profesional por no haber observado las medidas generales o
peculiares de seguridad y salud en el trabajo, las elementales de salubridad o las de
adecuación personal a cada trabajo, consiste en el aumento de un 30% a un 50% de las
prestaciones económicas que se tengan que pagar, el cual correrá a cargo del empresario
(art. 164.1 LGSS 2015).
Su finalidad es la de evitar accidentes de trabajo originados por infracciones
empresariales de la normativa de riesgos laborales, impulsando coercitivamente de forma
indirecta el cumplimiento del deber empresarial de seguridad, mediante un incremento
específico de sus responsabilidades con el propósito de que no le resulte menos gravoso

88
indemnizar al accidentado que adoptar las medidas oportunas para evitar riesgos de
accidente
Se caracteriza por lo siguiente:
1.º El recargo ostenta un carácter sancionador y, por ende, el precepto legal regulador de
este aumento porcentual ha de ser interpretado restrictivamente.
2.º Para que se aplique este recargo es necesario que concurran cuatro requisitos
a) Que exista un accidente de trabajo o enfermedad profesional de acuerdo con lo
regulado en los artículos 156 y 157 LGSS 2015 que dé lugar al pago de una
prestación.
b) La falta de adopción o la insuficiencia de las medias de seguridad e higiene o
salud establecidas, de modo general o específico, en normativa vigente, lo que
podrá acaecer tanto por una conducta activa como omisiva, pero en todo caso
dolosa o negligente.
c) La existencia de un perjuicio derivado de tal siniestro laboral.
d) Que exista una adecuada relación causal entre el siniestro productor de los
resultados lesivos para la vida o integridad física del trabajador y la conducta del
empleador consistente en la omisión de las medidas de seguridad impuestas por
las normas de prevención.
3.º Su cuantía no es totalmente tasada, sino que debe ser cuantificada entre un 30% y un
50% de las prestaciones económicas correspondientes.
En su concreción se tendrán en cuenta aspectos como la gravedad de la falta o del daño
causado, la peligrosidad, el carácter permanente de los riesgos, el número de trabajadores
afectados o la actuación del trabajador.
4.º Recae directamente sobre el empresario infractor, es decir, sobre la empresa
incumplidora de sus deberes en materia de seguridad e higiene en el trabajo.
Normalmente empresario infractor será el empresario del trabajador pero conviene tener
presente lo siguiente:
a) En las relaciones de trabajo a través de empresas de trabajo temporal, se ha establecido
que la empresa usuaria es la responsable del recargo de prestaciones económicas, en la
medida en que es la responsable de las condiciones de ejecución del trabajo en todo lo
relacionado con la protección de la seguridad y la salud de los trabajadores (art. 42.2
LISOS).
b) En el caso de contratas y subcontratas de obras o servicios, se entiende que hay
responsabilidad solidaria en base a la responsabilidad que establece el artículo 42.2
LISOS, 42.1 y 2 ET 2015 y el artículo 24.3 LPRL.
Esta extensión de responsabilidad no resulta contraria a los principios constitucionales y
se fundamenta en el hecho de que si todos están obligados a vigilar las condiciones de
trabajo para que sean seguras y saludables, en caso contrario, todos ellos, salvo supuestos
excepcionales, incumplen sus obligaciones y son empresarios infractores.

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5.º No existe obligación de pago adelantado ni responsabilidad subsidiaria del INSS en
supuestos de insolvencia empresarial lo que se fundamenta como una consecuencia de su
carácter sancionatorio
6.º Se reconoce por la Dirección Provincial del INSS en expediente administrativo en
materia de seguridad social que puede ser iniciado a solicitud del interesado o por la
Inspección de Trabajo y Seguridad Social (art. 27 RD 928/1998), no pudiendo reclamarse
directamente al empresario infractor (art. 16.1 O 18-1-96).
7.º Se abona por el INSS, correspondiendo al empresario capitalizarlo (art. 16.3 O 18-1-
96).
8.º No puede ser objeto de aseguramiento, siendo nulo de pleno derecho cualquier pacto
o contrato que se realice para cubrirlo, compensarlo o transmitirlo (art. 164.2 LGSS
2015).
9.º Se declara independiente y compatible con las responsabilidades de otro orden,
10.º Las cuestiones relativas al recargo de prestaciones impuestas a los empresarios como
consecuencia de accidentes de trabajo por incumplimientos en materia de seguridad e
higiene, aun siendo de naturaleza compleja, se atribuyen al conocimiento del orden social,
7.5. Otras responsabilidades empresariales en materia de prevención de riesgos
laborales
Se encuentran dispuestas las siguientes:
1.ª En el caso de que la empresa no realice los reconocimientos médicos previos o
periódicos obligatorios, se convierte en responsable directa del pago de las prestaciones
por enfermedad profesional (art. 244.2 LGSS).
2.ª Si la empresa incumple órdenes de paralización del trabajo de la Inspección de Trabajo
o de las autoridades competentes, se entenderá que, en caso de producirse algún accidente
laboral, no estaba cubierto por el correspondiente seguro, recayendo la responsabilidad
sobre el empresario (art. 242 LGSS).
3.ª Cuando la prestación a que se tiene derecho tuvo su origen en hechos que impliquen
responsabilidad criminal o civil de alguna persona, incluido el empresario, además de las
acciones indemnizatorias que ejerciten los trabajadores, el servicio sanitario o la Mutua
podrá reclamar del responsable el abono de los gastos que hayan ocasionado las
prestaciones sanitarias, a cuyo efecto podrán personarse directamente en el proceso penal
como terceros perjudicados (art. 168.3 LGSS).
4.ª Conforme al artículo 146 LGSS, el aseguramiento obligatorio con el que el empresario
cubre su responsabilidad objetiva depende del pago de unas primas a la entidad con la
que tenga concertado ese riesgo, que se recaudan conjuntamente con las restantes
cotizaciones a la Seguridad Social. Respecto de estas primas se prevé la posibilidad de
que se incrementen para aquellas empresas que ofrezcan riesgos de enfermedades
profesionales en atención a la peligrosidad de la industria y a la eficacia de los medios de
prevención empleados (art. 146.2 LGSS y art. 11.2 RD 2064/1995, 22 dic.).

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