Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
nos marcan a largo plazo, sin embargo las estrategias más comunes, como “ignorarlo” o
“dejarlo pasar”, finalmente nos terminan haciendo más daño del que ya sufrimos. De ahí nace
nuestra búsqueda de una manera de lidiar con estos sentimientos sin que nos salga el tiro por
la culata.
Para empezar es importante dejar en claro que no enfrentar el problema finalmente agrava la
situación y da pie a más situaciones que se podrían evitar.
Ideas y técnicas:
Camila:
Antes -> Daño físico, “evitaba recordar las cosas hasta que no podía más, me cerraba”.
Ahora -> “Me desahogo aceptando los problemas, hablar de mis sentimientos con personas de
confianza”.
(*Retroalimentación*)
Florencia:
Antes -> Evadía los problemas asistiendo a muchos talleres y no los enfrentaba de la forma
correcta.
Ahora -> Reflexiona acerca de episodios pasados y actuales.
(*Retroalimentación*)
Ian:
Antes -> Frente a una situación frustrante reaccionaba de forma violenta y reactiva, para luego
alejarse del problema y eventualmente olvidarlo.
Ahora -> Piensa en calmarse y le cuenta sus problemas a un amigo.
Francisco:
Antes -> Solía reaccionar en el momento, a veces rabioso o entristecido y solía actuar en base a
eso.
Ahora -> Piensa las cosas, las analiza, trata de distraerse un poco para luego volver con calma y
dar con alguna solución.
(*Retroalimentación*)
James W. Pennebaker
Para indagar más en el tema y encontrar una manera de hacer de estas situaciones algo
llevadero buscamos más respuestas en James W. Pennebaker, quién es psicólogo social
estadounidense, que propone una serie de consejos para manejar nuestros sentimientos.
1. Escritura expresiva: Consiste en anotar lo que sea que nos esté afectando y explorar con
honestidad los sentimientos y pensamientos que surgen, pues al escribir estamos
confrontándonos a las ideas dándoles una estructura y realidad lo cual nos lleva a mirar
nuevas perspectivas sobre algo que nos esté pasando. Una vez explorado aquel lado
doloroso o frustrante, tenemos que tratar de encontrar cosas positivas desde las
diferentes perspectivas que podemos percibir. “Escribir sobre tus dolores y emociones
ayuda a curarlos y transformarlos en sabiduría”.
2. Enfrentar nuestros miedos: Darle cara a nuestros temores cotidianos nos puede ayudar,
empezando por pasos pequeños y exponiéndonos hacia aquello que nos genera un
malestar emocional eventualmente nos generara confianza.
3. Practicar autocompasión: No hay que confundir con sentir lástima de uno mismo, si no
que el verdadero significado de la autocompasión se encuentra en ser amable con uno
mismo. El ejercicio consiste en que cuando sintamos ansiedad, abrumo o dolor tratar de
dedicar 15 minutos para escribir palabras de comprensión, aceptación y compasión
hacia uno mismo. “No te culpes, no tienes toda la responsabilidad”.
6. Buscar ayuda: Sea profesional o de alguna persona cercana para crear un círculo con el
fin de enfrentar lo que ocurre.
La respuesta es sí, se recomienda realizar meditación por lo menos 20 minutos para relajar y
liberar el estrés acumulado, esto nos abre una puerta hacia muestro interior en la que el
cuestionamiento nace de manera intuitiva. Cuando estemos mirando hacia nuestro interior
debemos tratar de analizar que es aquello que nos molesta o incomoda y ver cómo nos
comportamos frente a esa situación, cuestionando todo sobre el tema.
Nosotros como grupo, comparamos como eran nuestras estrategias para desahogarnos a como
son ahora, generalmente se basan en buscar la manera de quitar el dolor que nos atormenta y
en base a eso afirmamos algunas conclusiones: