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Mediante nuestra obediencia demostramos gratitud a Dios y recibimos Sus mayores bendiciones
uno de los grandes relatos de obediencia a Dios que aparecen en las Escrituras se
encuentra al principio del Libro de Mormón, en donde se relata cómo el profeta
Lehi y su familia respondieron cuando Dios les pidió que hicieran algo muy difícil.
1 Nefi 2:2–4
● ¿Por qué podría haber sido difícil para la familia de Lehi obedecer el
mandato de Dios de abandonar Jerusalén?
Invite a los alumnos a estudiar 1 Nefi 2:9–13, 16 y determinar las diferencias entre
la actitud y el comportamiento de Lamán y Lemuel y el de Nefi en respuesta a ese
mandamiento. (Nota: Esta actividad alentará a los alumnos a practicar la
importante técnica para el estudio de las Escrituras que consiste en comparar y
contrastar).
Invite a un alumno a leer 1 Nefi 2:19–20 en voz alta. Pida a la clase que siga la
lectura en silencio y que encuentre la promesa que el Señor le hizo a Nefi.
Muestre la siguiente declaración del élder Robert D. Hales, del Cuórum de los
Doce Apóstoles:
“… de todas las lecciones que aprendemos de la vida del
Salvador, ninguna es más clara y poderosa que la lección de la
obediencia” (“Si me amáis, guardad mis mandamientos”,
Liahona, mayo de 2014, pág. 35).
El Señor espera que conservemos nuestra vida en orden, que vivamos el Evangelio
en todo aspecto11.
cuestionado12.
Toda la historia del Libro de Mormón es un relato que habla de las personas que,
cuando eran rectas y cuando adoraban a Jesucristo, prosperaban en la tierra y eran
generosa y abundantemente bendecidas por el Señor; y cuando pecaban, se
descarriaban y olvidaban a su Dios, caían en la miseria, las guerras y las
dificultades. La seguridad, paz y prosperidad de ustedes se hallan en la obediencia
“Permaneced, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no
volváis otra vez a ser presos en el yugo de esclavitud” (Gálatas 5:1).
“Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17)15.
Nuestra seguridad yace en el arrepentimiento. Nuestra fortaleza proviene de la
obediencia a los mandamientos de Dios… Permanezcamos firmes en contra del
mal, tanto en casa como en el extranjero. Vivamos dignos de las bendiciones del
cielo, reformando nuestra vida en lo que sea necesario, y con la mirada puesta en
No tenemos nada que temer; Dios está al timón. Él prevalecerá para bien de esta
obra; Él derramará bendiciones sobre quienes anden en obediencia a Sus
mandamientos. Tal ha sido Su promesa y nadie puede dudar de Su capacidad para
cumplirla17.
Hace siglos, Samuel declaró con valentía a una generación entregada a la tradición
del sacrificio de animales: “…el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar
En esta dispensación, el Señor le reveló al profeta José Smith que Él requiere “el
corazón y una mente bien dispuesta; y los de buena voluntad y los obedientes
Todos los profetas, antiguos y modernos, han sabido que la obediencia es esencial
para nuestra salvación. Nefi declaró: “Iré y haré lo que el Señor ha mandado”5. A
A pesar de que no se nos pide que demostremos nuestra obediencia de manera tan
dramática y desgarradora, también de nosotros se requiere la obediencia.
El Salvador dijo: “Porque todos los que quieran recibir una bendición de mi mano
han de obedecer la ley que fue decretada para tal bendición, así como sus
Aunque fue tentado por el maestro del engaño, sí, el diablo; y a pesar de que estaba
físicamente débil por ayunar 40 días y 40 noches y tenía hambre, aun así, cuando el
maligno ofreció a Jesús las propuestas más atractivas y tentadoras, Él nos dio un
ejemplo divino de obediencia cuando se negó a apartarse de lo que Él sabía que era
lo correcto13.
Al afrontar la agonía de Getsemaní, donde soportó tal dolor que Su sudor era como
grandes gotas de sangre que caían a tierra14, Él fue un ejemplo del Hijo obediente
cuando dijo: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad,
sino la tuya”15.
Tal como el Salvador mandó a Sus primeros apóstoles, así nos manda a ustedes y a
cosas”17.
Mi humilde ruego es que seamos bendecidos con las ricas recompensas que se le
prometen al obediente. En el nombre de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.
Amén.
La obediencia
trae bendiciones
Por el presidente Thomas S. Monson
Las consecuencias
Al decidir si obedeceremos, siempre resulta útil recordar las consecuencias de
nuestras decisiones. ¿Entendían Lucifer y sus seguidores la consecuencia que
traería el rechazar el plan de nuestro Padre Celestial? Si es así, ¿por qué tomaron
tan terrible decisión? Podríamos hacernos una pregunta similar: ¿Por qué
cualquiera de nosotros elige ser desobediente cuando entendemos las
consecuencias eternas del pecado?
La obediencia nos hace gradualmente más fuertes, capaces de soportar fielmente
pruebas y aflicciones en el futuro. La obediencia en el Getsemaní preparó al
Salvador para obedecer y perseverar hasta el fin en el Gólgota.
galatas 6:9
Santiago 1:12
deuteronomio 5:33
1 de reyes 2-3
Josué 1:8
1 Pedro 1:14-15