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LEYES QUE PROTEGEN A LA SALUD

 A los niños y niñas


Todos los niños tienen derecho a la salud, de acuerdo con el derecho
internacional de los derechos humanos. En concreto, el derecho del
niño a la salud está consagrado en el artículo 24 de la Convención
sobre los Derechos del Niño, que establece que los niños tienen
derecho a disfrutar del más alto nivel posible de salud y de acceso a
los servicios sanitarios.
La Constitución Política del Perú de 1993 establece en su artículo 4
que: “la comunidad, y el Estado protegen especialmente al niño, al
adolescente, a la madre y al anciano en situación de abandono.
También protegen a la familia y promueven al matrimonio.
Reconocen a estos últimos como institutos naturales y fundamentales
de la sociedad.
Derechos del Niño y el Adolescente El niño y el adolescente tienen
derecho a vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
El niño y el adolescente tienen derecho a que se respete su integridad
moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar. No podrán
ser sometidos a tortura, ni a trato cruel o degradante.
 Al adulto mayor
Ley 30490 Ley del Adulto Mayor
El Estado establece, promueve y ejecuta las medidas administrativas,
legislativas, jurisdiccionales y de cualquier otra índole, necesarias
para promover y proteger el pleno ejercicio de los derechos de la
persona adulta mayor, con especial atención de aquella que se
encuentra en situación de riesgo.
 Al trabajador
31246, de 24 de junio de 2021, que modifica la Ley núm. 29783, Ley
de Seguridad y Salud en el Trabajo, para garantizar el derecho de los
trabadores a la seguridad y salud en el trabajo ante riesgo
epidemiológico y sanitario.
Tú has venido a la orilla,
No has buscado ni a sabios ni a ricos.
Tan sólo quieres que yo te siga.
Señor, me has mirado a los ojos,
Sonriendo has dicho mi nombre.
En la arena he dejado mi barca:
Junto a Ti buscaré otro mar.
Tú necesitas mis manos,
Mis cansancios que a otros descanse,
Amor que quiera seguir amando.
Tú sabes bien lo que quiero,
En mi barca no hay oros ni espadas,
Tan sólo redes y mi trabajo.
Tú, pescador de otros lagos,
Ansia eterna de almas que esperan.
Amigo bueno que así me llamas

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