SIN TABÚES, NI MITOS – DANNY Y DANIELA PRÍNCIPE

Lección 14

Restauración Sexual
En el plano de la sexualidad sería maravilloso que ninguno se equivocara nunca, pero,
no es así. Quizá cada uno de los que estemos aquí lidiemos con distintos tipos de cargas
a causa de las decisiones que hemos tomado en el pasado y el enemigo se aprovecha
para restregarnos en la cara nuestros errores y gritarnos que no somos dignos, que
jamás será igual, que Dios no podrá usarnos y que no te molestes en intentarlo porque
fallarás.

Jesús no está buscando gente perfecta, sino, gente dispuesta.

La clásica respuesta es: “Sé que tengo que arrepentirme”. Pero, a veces, la idea que
tenemos del arrepentimiento es la de ir a Dios y, aunque tiene cierta verdad, a veces no
hace sentir como tener acercarnos a un Dios distante, disforzado y esquivo. Hoy quiero
darte una perspectiva un poco nueva del arrepentimiento que estoy seguro afirmará
unas verdades nuevas en tu corazón.

Lucas 15:1-2
1 Los cobradores de impuestos y otros pecadores de mala fama a menudo venían a
escuchar las enseñanzas de Jesús. 2 Por eso los fariseos y los maestros de la ley
religiosa se quejaban de que Jesús se juntaba con semejantes pecadores, ¡y hasta
comía con ellos!

Quiero que notes que en el público de Jesús había dos sectores marcados:
- Los fariseos y maestros de la Ley que resistían y condenaban a los pecadores
- y, por otro lado, los pecadores de mala fama que venían a escuchar a Jesús
porque no se sentían aprobados por Dios.

Y es con este público y de manera intencional, que Jesús va a dar tres enseñanzas que
buscaban romper con la idea religiosa que los fariseos habían impuesto acerca de Dios
y cómo veía al pecador.

Lucas 15:3-7
3 ENTONCES Jesús les contó la siguiente historia: 4 «Si un hombre tiene cien ovejas y
una de ellas se pierde, ¿qué hará? ¿No dejará las otras noventa y nueve en el desierto
y saldrá a buscar la perdida hasta que la encuentre? 5 Y, cuando la encuentra, la
cargará con alegría en sus hombros y la llevará a su casa. 6 Cuando llega, llamará a
sus amigos y vecinos y les dirá: “Alégrense conmigo porque encontré mi oveja
perdida”. 7 De la misma manera, ¡hay más alegría en el cielo por UN PECADOR
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PERDIDO QUE SE ARREPIENTE y regresa a Dios que por noventa y nueve justos que no
se extraviaron!

Esta enseñanza tiene el propósito de ejemplificar y estimular el arrepentimiento del

pecador y Jesús lo hace a través de ciertos principios que podemos notar:
· El pecador está perdido.
· Dios sale a buscar a la oveja.
· Hará lo que sea para encontrarla.
· Se alegra cuando la encuentra.
· Así es cuando un pecador se arrepiente.

El arrepentimiento no es solo venir a Dios, es dejarse encontrar por un Dios que te está
buscando. El arrepentimiento es dejarme encontrar Dios.
DIOS NO TE HA DEJADO DE BUSCAR.

Lucas 15:8-10
8 »O supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una. ¿No
enciende una lámpara y barre toda la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? 9
Y, cuando la encuentra, llama a sus amigos y vecinos y les dice: “¡Alégrense conmigo
porque encontré mi moneda perdida!” 10 De la misma manera, hay alegría en
presencia de los ángeles de Dios cuando UN SOLO PECADOR SE ARREPIENTE».

· El pecador está perdido.

· Dios sale a buscar a la oveja.
· Hará lo que sea para encontrarla.
· Se alegra cuando la encuentra.
· Así es cuando un pecador se arrepiente.

Otra vez, Jesús habla del arrepentimiento como Dios saliendo en búsqueda del pecador
y alcanzándolo. Porque el arrepentimiento no es solo venir a Dios, es dejarse encontrar
por un Dios que te está buscando. El arrepentimiento es dejarme encontrar Dios.
DIOS NO TE HA DEJADO DE BUSCAR.

Y luego viene el clímax: La historia del hijo pródigo. Que, aunque la conocemos así, si tú
la lees bien, más que hablarnos del pecado del hijo, hace un énfasis en el amor del Padre.
· Y conocemos la historia… hasta que se gasta el dinero y queda en la miseria.
Lucas 15:20-24
20 »Entonces regresó a la casa de su padre. Y, cuando todavía estaba lejos, su padre
lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, CORRIÓ HACIA SU HIJO, lo abrazó y lo
besó. 21 Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno
de que me llamen tu hijo”.
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No es un Padre resentido o disforzado.

22 »Pero su padre dijo a los sirvientes: “Rápido, traigan la mejor túnica que haya en la
casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies. 23 Maten el
ternero que hemos engordado. Tenemos que celebrar con un banquete, 24 porque este
hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y AHORA HA SIDO
ENCONTRADO”. Entonces comenzó la fiesta.

· El hijo está perdido. Se acercó, pero, volvió mal.

· Dios sale a buscar a su hijo.
· Corre, lo abraza, lo besa, no importa cómo huela.
· Se alegra cuando la encuentra.
· Así es cuando un pecador se arrepiente.

Porque el arrepentimiento no es solo venir a Dios, es dejarse encontrar por un Dios que
te está buscando. El arrepentimiento es dejarme encontrar Dios.

DIOS NO TE HA DEJADO DE BUSCAR.

Esta historia no hace énfasis en el pecado del hijo, sino, en la gracia del Padre.

· Dios está aquí, no para condenarte, sino, para salvarte.

· Para decirte que no tienes que ser un jornalero, que puedes volver a ser hijo y soñar
como hijo.
· Que no importa cuán hundido y sucio estés por el pecado sexual, Él quiere y puede
volver a levantarte.

El arrepentimiento no es algo que inicias, es una respuesta a la gracia de Dios porque

del otro lado de la línea hay un Dios que ha estado moviendo cielo y tierra para que yo
pueda llegar a este momento.

Lamentaciones 3:21-23
21 No obstante, aún me atrevo a tener esperanza cuando recuerdo lo siguiente: 22 ¡el
fiel amor del SEÑOR nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan. 23 Grande es
su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana.

Si tu quieres dejarte encontrar por el Dios que te salió a buscar desde el primer momento
que te alejaste, entonces haz esta oración:
“Padre, perdóname por haberme alejado de ti, por haberme ido tras otras formas de
pensar y de vivir que no te agradan y tampoco son buenas para mi. Perdonáme por
haber pecado contra ti, me arrepiento y me dejo encontrar por ti. Gracias por amarme,
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por perdonarme y por estar conmigo siempre fielmente. Viviré contigo y para ti, en el
nombre de Jesús, Amén.”