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Jesús dijo que Él venía a revelar al Padre (Mateo 11:27; Lucas 10:22),
y la parábola del hijo pródigo realmente lo hace. De hecho sí tenemos
un Padre Celestial que desea inmensamente que cada uno de
nosotros se arrepienta de sus pecados, para que podamos ser parte
de su familia eterna.
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Reflexión
Bajo el peso de esta culpa, hay que ver la actitud del padre: El padre
no deja que el hijo haga todo el camino, sino que sale a su encuentro.
Tampoco le deja terminar su acusación, ni le reprocha nada.
Para que Dios pueda actuar, Él exige de nosotros una condición, tal
como lo hizo el hijo en la parábola: Que conozcamos y reconozcamos
en humildad nuestra culpa; que nos arrepintamos de nuestros pecados
y faltas; que confiemos en la misericordia de Dios; que volvamos a la
casa del Padre. Es la misma actitud que el sacramento de la confesión
pide de nosotros.
Así entendemos que la parábola del hijo pródigo y del padre
misericordioso es la parábola e historia de la vida humana, la parábola
e historia de nuestra propia vida: de nuestra miseria y de la
misericordia de Dios para con nosotros.
● Un hombre tenía dos hijos —continuó Jesús—. El menor de
ellos le dijo a su padre: “Papá, dame lo que me toca de la
herencia.” Así que el padre repartió sus bienes entre los dos. (Lc.
15:11-12)
— Aunque haya sido muy perjudicial para el Padre darle a su hijo
menor la herencia para que él se extravíe, aún así lo hizo. Dios
respeta el libre albedrío que dio a los humanos y sus decisiones
de hacer el mal o el bien. Dios no nos obligará a amarlo ni a que
le seamos fieles.El pródigo estaba a punto de arruinar su vida y el
Padre amoroso le permitió hacerlo.
● Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se
fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y
derrochó su herencia. (Lc. 15:13 - NVI)
— Pródigo significa derrochador. Es por este versículo que el hijo
menor empezó a ser conocido como “el pródigo”. OBSERVE: el
pródigo gastó todo el dinero de su herencia viviendo
desenfrenadamente en el pecado. Encontró ese estilo de vida en
un país lejano a la presencia santa de su Padre.
● Cuando ya lo había gastado todo, sobrevino una gran escasez
en la región, y él comenzó a pasar necesidad. Así que fue y
consiguió empleo con un ciudadano de aquel país, quien lo
mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tanta hambre tenía que
hubiera querido llenarse el estómago con la comida que daban a
los cerdos, pero aun así nadie le daba nada. (Lc. 15:14-16 -
NVI)
— Su dinero se había acabado y su estilo de vida estaba próximo a
cambiar. Él llegó a caer tan bajo que deseaba llenar su estómago con
comida para cerdos, pero no obtenía nada (este mundo puede llegar a
ser realmente cruel). Antes de abandonar la presencia de su Padre él
estaba deseando vivir desenfrenadamente, pero ahora deseaba llenar
su estómago con comida para animales.
● Por fin recapacitó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi
padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de
hambre!... (Lc. 15:17 - NVI)
— Cuando se le abrieron los ojos (por así decirlo) de la ilusión en la
que estaba metido, se dio cuenta de que los empleados de su Padre
tenian comida (las personas en pecado están engañadas
espiritualmente, o de lo contrario desearían estar en la presencia
de Dios.) La miseria, el remordimiento y el dolor de vivir fuera de la
voluntad de Dios pueden verse en la vida del Pródigo.
● ...Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado
contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo;
trátame como si fuera uno de tus jornaleros.” (Lc. 15:18-19 -
NVI)
— Ahora que se dio cuenta de la situación en la que estaba, después
de haber caído bien bajo, él estaba dispuesto a apartarse del pecado,
admitir que había pecado, y servir obedientemente al Padre. Eso es un
ejemplo de arrepentimiento, aunque tal palabra no esté explícita en
este versículo.
● Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. Todavía
estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de
él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó.
(Lc. 15:20)
— Esta es una verdad realmente sorprendente sobre Dios y su
intenso deseo y predisposición al recibir nuevamente en su casa
a alguien que fue un rebelde. Es por causa de su compasión por lo
que hace esto. Observe también que antes de que el pródigo pueda ni
siquiera decir que pecó y que quería ser como uno de los jornaleros, el
Padre lo recibió nuevamente. El pródigo estaba en pecado
intencional durante muchos años quizás, pero el Padre estaba
contento de volver a tenerlo, aunque estaba cambiado en comparación
de cuando había salido. Además, esta es la única vez en la que al
Padre se le muestra corriendo.
● El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya
no merezco que se me llame tu hijo.” Pero el padre ordenó a sus
siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle
también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el
ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. Porque
este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se
había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” Así que
empezaron a hacer fiesta. (Lc. 15:21-24 - NVI)
— Después de que el pródigo le habló humildemente al Padre, el
Padre no le contestó, sino que le habló a sus siervos. Él deseaba que
ellos le traiganrápidamente la mejor ropa, un anillo y sandalias para el
hijo que se apartó de su insensatez espiritual. El Padre también
quería celebrar con él un banquete y matar al ternero más gordo. ¿Por
qué? Porque el Pródigo ya no estaba muerto y perdido, sino
que volvió a estar vivo en espíritu. Hay un sentimiento de gran
felicidad cuando un alma se salva. Nuevamente, el pecado, a través
de la vida desenfrenada que él tenia, habia llevado al Pródigo a una
condición de muerte y perdición espiritual, lo cual demuestra
claramente que el pecado puede ser precisamente comparado con
un veneno mortal. Finalmente, aun considerando que el Pródigo
estaba muerto espiritualmente, el todavía tenía la oportunidad de
actuar sabiamente y arrepentirse, lo que antecedió el hecho de que
él vuelva a la vida otra vez.
● Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Al volver,
cuando se acercó a la casa, oyó la música del baile. Entonces
llamó a uno de los siervos y le preguntó qué pasaba. “Ha llegado
tu hermano —le respondió—, y tu papá ha matado el ternero
más gordo porque ha recobrado a su hijo sano y salvo.”
Indignado, el hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre
salió a suplicarle que lo hiciera. (Lc. 15:25-28)
— El enojo del hermano mayor hasta el punto de no celebrar en contra
de la voluntad del Padre, demuestra cómo la gente puede
injustamente enojarse por la misericordia mostrada a quienes se
arrepienten. La razón por la que estaban celebrando, era que el hijo
menor ya no estaba muerto y perdido espiritualmente, sino que estaba
espiritualmente vivo de nuevo. El hermano mayor debería haberse
conmovido como el Padre y regocijarse porque el alma de su hermano
habia sido salva nuevamente.
● Pero él le contestó: “¡Fíjate cuántos años te he servido sin
desobedecer jamás tus órdenes, y ni un cabrito me has dado
para celebrar una fiesta con mis amigos! ¡Pero ahora llega ese
hijo tuyo, que ha despilfarrado tu fortuna con prostitutas, y tú
mandas matar en su honor el ternero más gordo!” >“Hijo mío —le
dijo su padre—, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo
es tuyo. Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque
este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida;
se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” (Lc. 15:29-32 -
NVI)
— El hermano mayor clamó a viva voz sus razones por estar enojado,
es decir, que nunca habia tenido ni siquiera una pequeña fiesta siendo
que él había sido obediente al Padre, al contrario del hijo menor. Los
celos y la ira van de la mano y son evidentes aquí. Nuevamente, el
Padre dice por qué era adecuado celebrar el caso del Pródigo—él ya
no estaba espiritualmente muerto y perdido, sino que estaba
espiritualmente vivo nuevamente. El hecho de que el Pródigo haya
vuelto a la vida espiritualmente, demuestra que anteriormente
estuvo espiritualmente vivo, antes de apartarse de la presencia
del Padre para estar con prostitutas. Por lo tanto, fue por medio
del pecado que el murió y se perdió espiritualmente, lo cual fue
revertido a través de un arrepentimiento sincero.
— La tentación lo sedujo a que se aparte del Padre. El diablo nunca
podría arrebatarlo de la mano del Padre, sino que meramente lo tentó
a una vida salvaje (probablemente debido al tal
llamado aburrimiento de ser obediente al Padre. La vida cristiana no
es aburrida, pero las personas engañadas algunas veces piensan que
sí lo es.) El Pródigo no venció exitosamente esas tentaciones
pecaminosas, pero podría haberlo hecho (Santiago 4:7).
Consecuentemente, se convirtió en una víctima más en esta intensa
guerra espiritual que es violenta para las almas eternas.
— Esta enseñanza del Señor también prueba que hay dos tipos de
personas perdidas espiritualmente: (1) Aquellas que nunca fueron
salvas en primer lugar y (2) quienes una vez fueron salvas pero luego
murieron espiritualmente y se perdieron (otra vez) a través del poder
destructivo del pecado, como el que el Pródigo experimentó. Ciertos
pecados traen la muerte espiritual a la vida de un verdadero creyente.
Vea nuestro artículo que trata directamente sobre este tema, ubicado
en el siguiente
vínculo. http://www.alcanceevangelistico.org/pecado.htm
— Esta enseñanza también prueba que los que se apartan pueden
volver a ser salvos nuevamente, lo cual es consistente con Santiago
5:19,20 y Romanos 11:19-23.
— El pródigo era salvo antes de empezar a tener un estilo de
vida pecaminoso. Algunos dirían que si uno se aparta de Dios de ese
modo, es porque para empezar, nunca fue salvo, pero Jesús refutó
ese punto del Calvinismo con esta enseñanza. Podriamos también
decir certeramente que el pródigo se sumergió en una vida salvaje y
no solamente cayó en ellos como algunos erroneamente enseñan, que
una persona salva puede hacer eso. La atracción y placer del
pecado (por un corto tiempo, Heb. 11:25) se muestran junto con la
devastación que el pecado les deja a aquellos así engañados. El
pródigo hizo de su vida un completo desastre, pero fue lo
suficientemente sabio como para volver a Dios en tal condición
arruinada. Muchas veces uno tiene que llegar hasta los extremos
antes de que ocurra un retorno a Dios. El pródigo ciertamente
estaba contento de haber vuelto a Dios y estaba contento de
regresar a casa una vez que había sido recibido por el Padre.
— Los predicadores de la seguridad eterna algunas veces declaran
que el Pródigo siguió siendo hijo durante toda la etapa de vida salvaje
con prostitutas. Al hacer eso, fallan en tener en cuenta el asunto de
la enseñanza de Jesús que empieza desde Lucas 15, que
demuestra que hay diferentes clases de
personas perdidas. También, al enseñar de esta manera tales
predicadores están indirectamente diciendo que hay cristianos que
pecan con prostitutas—una dolorosa proclamación que puede ser
llamada una herejía maldita y una licencia para la
inmoralidad.Numerosas veces en las Escrituras se puede ver
que es imposible ser sexualmente inmoral y cristiano
simultáneamente (1Co. 6:9-10; Ef. 5:5-7; Gá. 5:19-21; Ap. 22:15;
etc.). Finalmente, el Padre no llama hijo al pródigo cuando estaba en
maldad impenitente. Es muy claramente antibíblico decir que
alguien está muerto y perdido espiritualmente y es un hijo de
Dios al mismo tiempo.
— El pródigo tenía la mejor vida posible en la presencia del Padre
pero fue engañado y se apartó. Probablemente ocurrió lentamente a
medida que él peligrosamente entretenía pensamientos tentadores del
diablo sobre lo que (él pensó) sería una excitante nueva vida en la que
podría ser feliz y tener muchos amigos y diversión. Allí podía festejar
largamente, comer, beber y divertirse como lo hacen las
multitudes. Querido lector, recuerde esto: Nadie puede pecar sin
sufrir las consecuencias. El pródigo no iba a ser la excepción.
— Lo que pasó con el pródigo es exactamente lo mismo sobre lo que
Pablo advirtió a los cristianos de Roma que les podría pasar si ellos
empezaban a vivir de acuerdo a su naturaleza pecaminosa, es
decir, morirían espiritualmente. Vea Romanos 8:13. No
existe seguridad eterna o perseverancia de los santos en la
Biblia. De hecho, tal doctrina es lo contrario a la verdad de
Dios. Vea también Gá. 5:19-21; 6:8-9; 1Co. 15:2; etc. Un cristiano
debería sentir repulsión ante la mera noción o mención de
la seguridad eterna. Tal enseñanza nunca debería ser enseñada o
incluso tolerada. Hacerlo es desobedecer Ap. 2:20.
— Reiterando, Dios recibió en casa al pródigo luego de que él se
apartó de su iniquidad para servirle humildemente. Eso revirtió su
condición perdida.La restauración fue inmediata. Dios se deleita en
mostrar misericordia (Mi. 7:18), pero con respecto a la salvación,
debe ir acompañada al arrepentimiento de los pecados, apartarse
de ellos, y tener la voluntar de servir los mandatos del Padre—
todo lo que vemos en el ejemplo del pródigo. Vea también 1 Ts.
1:9b.
— El pródigo no tuvo que confesar sus pecados a un cura ni rezar tres
padres nuestros y tres Aves Marías (o cosa parecida) para que sus
pecados fuesen perdonados. Él obtuvo la misericordia y el perdón
directo de Dios sin primero dirigirse a ninguna otra persona, incluyendo
una figura femenina como María, El Padre está lleno de misericordia y
compasión para el que se arrepiente, como en el caso del
pródigo. Representar al Padre como iracundo en tales
circunstancias es una distorsión horrible y peligrosa de la verdad
vital relacionada a la salvación misma.
— El pródigo es una de entre cerca de media docena de parábolas en
las que Jesús enseñó sobre la salvación, y al hacerlo, refuta al
Calvinismo.
Para mucha más información sobre la salvación, por favor consulte
nuestros otros artículos sobre la seguridad del creyente, ubicados en
los