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Como salir de la depresión.

Autor: Jay Adams.


Publicado por CLIR 2007.

La depresión
¿Sin esperanza?

Tal vez usted ni siquiera tiene deseos de leer este panfleto. Seguramente no le va a gustar si
está enfrentando una depresión en este momento. Usted tal vez está pensado.<< ¿Qué
sentido tiene intentar otra cosa?>> << De todos modos, nada ha servido hasta el
momento>>.

Antes de hacer este folleto a un lado, quisiera decirle una cosa que espero permanezca con
usted. Espero que lo que le voy a decir le impulse a tomar estas páginas de nuevo y
terminar de leer lo que tengo que decirle. Lo que quiero decirle es esto: Hay esperanza para
usted; su depresión puede ser vencida – no sólo por ahora, sino para siempre.

En este panfleto quiero compartir con usted cómo puede salir de la depresión y no volver a
caer en ella. Si usted sigue leyendo hasta el final de este párrafo, leerá que cientos de
personas tan deprimidas como usted, han encontrado la salida. Y si usted continúa leyendo
hasta el final de este panfleto, descubrirá que lo que aquí se encuentra no es nada completo,
no requiere de mucho tiempo, y nunca falla. La razón por la cual puedo hacer estas
declaraciones atrevidas es porque la forma de salir de la depresión no es en invento mío ni
de ningún otro hombre, sino dad por Dios mismo.

Es por esto que existe la esperanza. Hay esperanza porque al fin usted ha llegado a la
conclusión de que ninguna otra cosa funciona. Y estoy totalmente de acuerdo. Hasta ahora
usted no ha tomado el camino trazado por Dios. ¿No cree que es hora de considerar lo que
Dios tiene que decir?

<<¿Cuál es el truco?>> Se pregunta usted.


Si con la palabra “truco” usted se refiere a condiciones para salir de la depresión, déjeme
decirle que hay tres:

1) Usted debe conocer a Dios personalmente antes de que pueda esperar que él le
ayude.
2) No debe tener como meta principal aliviar su depresión, sino que la meta principal
debe ser agradar a Dios y hacer lo que él diga.
3) Debe estar dispuesto a hacer exactamente lo que él diga, no importa su estado
emocional.

Estas son las condiciones me parece que puedes cambiar esta palabra por cualquiera de
estas (formas, maneras, vías, opciones). Ahora si con la palabra “truco” usted quiere decir
otras condiciones ocultas que no serán reveladas hasta después – le aseguro que no hay
ninguna. La depresión puede ser vencida siguiendo las directrices de Dios y con el poder
que Dios da por medio de su Espíritu Santo para que aquellos que conocer a Dios puedan
seguir su Palabra.
<<Está bien>>, dice usted, con alguna reserva y precaución. << Hábleme acerca de eso.
Voy a oírle, pero no voy a levantar demasiado mis expectativas. Le voy a oír, pero no
quiero que mis esperanzas sean otra vez despedazadas dentro de poco. Me duele
demasiado. Ya no me ha pasado una y otra vez. Y déjeme comenzar con uno de esos trucos
– usted les dice “condiciones”: ¿Qué quiere decir usted cuando insiste en que yo debo
conocer a Dios. No comprendo eso>>.

Conocimiento de Dios.
Me alegra que usted haya tocado este asunto desde el puro comienzo, porque es algo
fundamental. Todo depende de este punto. Usted nunca debe usar a Dios como un mago para
obtener algo que usted quiera. Tampoco debe usar la Biblia como si diera alguna técnica mágica
para obtener sus propósitos. Es verdad que Dios da principios y métodos en las Escrituras que
cambian vidas. Pero estos principios no funcionan de manera mecánica sin su bendición. Esto
significa que usted necesita esta bendición antes de comenzar. Para recibir esta bendición,
necesita una relación íntima y personal con Dios.

<<Creo que aún no entiendo>>.

Está bien, déjeme explicarlo, Usted y yo, al igual que todos los demás seres humanos que han
nacido en este mundo - con la excepción de Jesucristo – hemos nacido como pecadores. Nuestros
padres eran pescadores, y sólo pudieron engendrar pecadores. Sus hijos al igual que usted, nacen
como pecadores. La Biblia enseña que: por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria
de Dios. (Romanos 3:23). Cuando Dios dice “todos”, Él quiere decir “todos”. Y esta verdad la
vemos por todas partes. Usted nunca ha conocido a una persona perfecta. Y es aquí donde está el
problema. Dios es un Dios santo. Dios mora en perfecta justicia. Pero nosotros por ser pecadores
somos indignos de vivir con Dios y nos hemos alejado de Dios llegando a ser sus enemigos porque
rehusamos obedecer sus mandamientos. Dios ha dicho <<No mentirás>>, pero todos hemos
mentido. Dios dijo <<No robaras>>, pero no hay nadie que no haya robado, comenzando cuando
éramos niños y tomamos alguna galleta sin que nuestra madre lo supiera.
“Desobedecer” significa también que nos hemos colocado bajo una sentencia, porque Dios no sólo
es santo, sino que es el juez justo de todas sus criaturas. Y Dios ha juzgado que debemos sufrir la
pena por nuestros pecados. Sin embargo, siendo un Dios de misericordia, ha provisto perdón para
nuestros pecados en Jesucristo. Los que nuca han sido perdonados por Dios “están destituidos de
la gloria de Dios”, aquella gloria que Dios compartirá con los que le conocen. A esto me refiero.
<<Pero, ¿cómo se llega a conocer a Dios?>>
Por medio de la fe en su hijo, Jesucristo. Lo que quiero decir es esto. Ya que nosotros no podemos
librarnos de nuestros pecados, Dios en su misericordia proveyó perdón al enviar a su propio Hijo
para morir en el lugar de los pecadores culpables, tomando sobre sí el castigo que ellos merecen.
Cuando uno llega a reconocer que merece un castigo terrible a causa de sus pecados y la santidad
de Dios, y cuando se arrepiente verdaderamente de su vida rebelde, y cuando abraza a Jesús quien
murió en la cruz – entonces Dios los salva del castigo eterno. Dios ya no lo tienen por culpable, y lo
acepta como amigo. Ahora Dios ya no es su juez, sino su Padre celestial. Y los que conocen a Dios
de esta manera, Dios les confirma las promesas hechas en la Biblia. Pero estas promesas no
pertenecen a cualquiera, sino sólo a los han sido reconciliados con Dios de la forma que Dios
determino en Cristo, y reveladas en las Escrituras.
Para leer más sobre esto, puede buscar los siguientes pasajes en la Biblia: Efesios 2:8,9; Juan 3:16;
Romanos 4:4,5. Si todavía no comprende, puede consultar con la persona quien le dio este folleto,
un pastor Cristiano, o el distribuidor.
Pero asumamos que usted ha depositado su fe en Cristo Jesús, y que conoce a Dios como su
Salvador y Señor, y aun así Ud., está bajo la carga de la depresión. Recordemos lo que dije
anteriormente – el conocimiento de Dios es una condición para ser librado de ella. Pero no dije
que el conocimiento de Dios automáticamente resuelve el problema. Así que, procedamos.

Tratando la depresión
Aunque la depresión es algo muy debilitantes, y bastante común entre los cristianos y los no-
cristianos, no es un problema tan difícil como de primeras aparenta ser. Lo que ud. debe
reconocer es que la depresión es el resultado de una falla en su dominio propio y la disciplina
personal. Un fruto del Espíritu Santo es la disciplina personal de buscar obedecer la Palabra de
Dios, buscando agradar a Dios en vez de cumplir sus propios deseos (Gálatas 5:23). Este es el
meollo del asunto.

<<Pues no entiendo. Si espera que yo capte todo eso, tiene que explicarse mejor>>.

Por supuesto. Yo estaba definiendo los términos generales antes de llegar a lo específico, porque
quiero que entienda lo más básico antes de proceder. Pero hablemos concretamente. Los que son
especialmente vulnerables a la depresión son las personas que deben fijar su propio horario, como
por ejemplo las amas de casa, los predicadores, y los que trabajan en lo propio. Las personas que
tienen trabajo con horarios fijos, y tienen sus tareas más o menos programadas, rara vez caen en
depresión. La razón de esto es que su trabajo no depende del auto dominio ni de la disciplina
personal a tal grado como sí se necesita en las otras vocaciones. Los que tienen horarios fijos y
tareas programadas rara vez se atrasan en su trabajo.

Pero las personas que debe fijar su propio horario, y debe ejercer el autodominio, enfrenta otro
desafío. Vivimos en una cultura que no enfatiza el autodominio. De modo que es fácil atrasarse en
el trabajo, y comenzar el descenso a la desesperación y depresión al obsesionarse con los atrasos,
y al olvidarse de sus obligaciones. Al desorganizarse su horario, se atrasa más en sus obligaciones,
las cuales se acumulan, y rápidamente va rumbo al camino que lleva a la depresión. Si le
agregamos algún otro factor tal como los siguientes, ud. tiene la receta perfecta para una olla
espesa de depresión:

Factores adicionales que pueden producir la depresión cuando acompañan la falta del auto-
dominio.

*Una enfermedad.
*Algún pecado no confesado.

*Alguna decepción fuerte en la vida.

*La falta de manejar estos atrasos de la forma que Dios manda.

*Una tendencia de seguir las emociones o los sentimientos en lugar de cumplir las obligaciones.

*La participación con otras personas que alimentar el sentido de ser víctima.

Dios nos ha hecho de manera que cuando fallamos en el manejo de nuestras responsabilidades,
nuestra consciencia dispara emociones negativas. Si no le hacemos caso inmediatamente, tarde
que temprano llevará a la depresión. David miraba la depresión como una advertencia de Dios
cuyo propósito era llevarlo al arrepentimiento y hacia un cambio de actitud o de conducta: <<Día y
noche se agravó sobre mi tu mano>>(salmo 32:4). La culpa que acompaña la depresión proviene
de la falta de manejar el problema de la forma que Dios especifica. Si intentamos suprimir nuestra
conciencia o este sentido de culpa por algún otro método, sólo empeoramos nuestra culpa y los
sentimientos dolorosos, y el ciclo se hace peor y peor. Algunos métodos modernos para acallar
nuestros sentimientos de culpa son los siguientes:

Métodos comunes para silenciar nuestra conciencia.

*Pastillas para controlar la depresión.

*Terapia que incluye golpes eléctricos.

*Yoga.

*Expulsión del “demonio “ de depresión.

Sacando la raíz de la depresión.

Un buen comienzo para tratar la depresión es reconocer que la raíz de donde ella proviene es
renunciar a las obligaciones cuando se enfrenta alguna dificultad. En 2ª. Corintios 4:8 Pablo dice
<<Estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados>>. Hubo
muchas oportunidades en que Pablo se encontraba con terribles dificultades y oposición. Hubo
circunstancias en las cuales Pablo no sabía qué hacer. Estaba atribulado y en apuros. Pero nunca
llegó a la depresión. En todo tiempo Dios le ayudó a Pablo a atravesar cada dificultad sin
desesperarse. Tuvo atrasos, pero Pablo no permitió que estos atrasos impidieran su claro llamado
a seguir adelante. No se desesperó ni renunció al trabajo que Dios le había dado. Se sentía mal,
pero no deprimido. La persona en depresión no sólo se siente mal, sino que también renuncia a
sus obligaciones.

La diferencia entre sentirse “afligido” y la “depresión”.

Es de mucha importancia entender la diferencia entre sentirse perplejo, desanimado, débil y aún
culpable – y la depresión. Toda persona, incluyendo el apóstol Pablo, se ha sentido desanimada,
en algún momento se ha sentido debilitada y muy mal. A todos nos pasa. Pero esto no es
depresión. La depresión viene cuando no manejamos correctamente el desánimo, la culpa o la
aflicción física. La depresión viene cuando permitimos que los sentimientos asociados con las
aflicciones de la vida nos impidan cumplir con nuestros deberes. Cuando seguimos nuestros
sentimientos en lugar de cumplir las obligaciones que tenemos para con Dios y nuestro prójimo,
somos culpables de pecado y esto nos hace sentirnos peor aún. Cuando añadimos estos
sentimientos de culpa a los sentimientos dolorosos que ya tenemos nos sentimos peor todavía, y
menos dispuestos a hacer nada. Si seguimos a estos sentimientos de fracaso- y se hace más fácil
cada vez - disparamos un ciclo infinito que conduce a la depresión. Ahora puede ver lo que yo
quería decir que la depresión es cíclica. <<Tiene razón – así es mi depresión. Sólo se hace peor y
peor>>.

Correcto. Mientras ud. sigue sus sentimientos cuando le dicen que << Ud. no puede>> hacer lo que
sabe que debe hacer – entonces ud. no cumple sus deberes y como consecuencia se hunde más y
más en el hoyo de la depresión, haciendo menos y menos, reducido a dar vueltas por la casa,
quedarse en cama, o ver televisión. ¿suena familiar?

<<Sí, me suena. Pero ¿qué puedo hacer? Una cosa es describir el problema. Otra cosa es
superarlo>>.

De acuerdo. Pero es importante comprender la dinámica en su vida para poder echar mano a la
solución correcta.

Yo he notado que la depresión proviene de manejar mal una situación que le hace sentirse mal.
Los primeros sentimientos dolorosos tal vez venían de algún pecado, o sencillamente que cayó
enfermo y se acumuló mucho su trabajo y se siente abrumado. Tal vez la ropa para planchar se
hizo una montaña, o los papeles se acumularon mucho en su escritorio. Sea lo que sea el problema
específico, una cosa es de suma importancia: en lugar de hacer lo que debiera de haber hecho, ud.
cedió a sus sentimientos esperando que luego tendría más ganas de hacerlo aquello. Ya ud.
escogió el camino hacia la depresión. La llave para evitarla, entonces, es esta: no siga sus
sentimientos cuando sabe que tiene una responsabilidad que cumplir.

Cumpla contra sus sentimientos su deber. Cuando ud. hace esto – aunque al principio sea sin
“ganas” – ud. lo va a hacer porque sabe que esto agrada a Dios. Y ud. se dará cuenta que al tiempo
sus sentimientos también cambian. Dios le va a dar un sentimiento de satisfacción, y luego
entusiasmo hacia aquello que antes ud. temía. Ud. no debe esperar hasta que tengas ganas de
realizar la tarea, o tal vez nunca lo hará. Tampoco debe enfocarse en sus sentimientos – si tiene
ganas o no. Ud. no puede cambiar sus sentimientos automáticamente. Haga lo que Dios quiere
que haga – si tiene ganas o no. El cambio de sentimientos será el resultado que Dios da al tiempo.

<<¿Me está diciendo que si yo hago lo que Dios quiere que haga, sólo para agradarlo a él – aunque
no tenga ganas – Dios promete bendecirme y fortalecerme, y aún cambiar lo que siento?>>

¡Así es¡ Para decirlo en pocas palabras, haga lo siguiente:


1) Haga una lista de todas las cosas que ud. ha descuidado porque no tenía ganas de
hacerlas.
2) Ahora comience a hacerlas para agradar a Dios y cumplir con otros que dependen de ud.
(como su cónyuge, familia, jefe, compañero de cuarto, etc).
3) Siga cumpliendo con su trabajo no importa cómo se sienta, hasta que vea la tarea
cumplida. Tendrá un cambio en sus sentimientos. La ola de depresión se disminuirá. Si ud.
es ama de casa – vaya, limpie su casa, comience a alistar las comidas de nuevo, levántese
en la mañana para despedir a su esposo y a sus hijos. Si ud. es vendedor - deje de inventar
pretextos, saque su lista de nombres, alce el teléfono y haga las llamadas necesarias.
Luego salga de la casa y realice todas las visitas hasta terminarlas. Si ud. trabaja en lo que
sea – ud. sabe lo que debe de hacer. No espere hasta luego, pensando que tendrá más
ganas después. No posponga sus deberes hasta “otro tiempo mejor”. Lo que puede hacer
ahora mismo, hágalo. No espere otra hora más.

Pensando en el futuro.
Una vez que haya salido de la crisis, piense en el futuro. Ud. puede evitar la depresión en
el futuro de la misma forma en que salió después de haber caído en ella: haciendo lo que
Dios le pide en cada etapa de su vida si tiene ganas de hacerlo o no. Ud. debe organizar su
vida en el futuro, y guardar u na disciplina de vida, no importa cómo se sienta. Pida ayuda
a su pastor o algún líder de su iglesia si necesita ayuda en organizar su horario. Tal vez esta
persona puede ayudarle a guardar su horario durante un período de tiempo hasta que ud.
se acostumbre a guardarlo por sí mismo. Esta es un forma de <<estimularnos al amor y a
las buenas obras>> (Hebreos 10:24). Dios mismo planea y organiza su trabajo. Ud., creado
a la imagen de Dios, no puede vivir su vida sin el orden y la disciplina de planear un horario
y fijar prioridades. Cuando ud. planea bien su día, ya no va a tener tiempo de pasar largas
horas en el teléfono quejándose de esto o aquello, o sentado tomando café con alguien
perdiendo el tiempo cuando debe estar trabajando. ¡El café vendrá como dulce
recompensa al finalizar sus deberes¡

Conclusión.
Ahí está. Ya ud. sabe cómo salir de la depresión y cómo no volver a caer en ella.
Permítame resumir una vez más con otras palabras:
1) Confiese su pecado de no asumir sus responsabilidades, junto con cualquier otro
pecado que no haya confesado.
2) Comience a hacer lo que Dios manda para agradarle a él, no importa si tiene ganas de
hacerlo o no.
3) Maneje bíblicamente lo que causó sus sentimientos de fracaso o culpa al principio.
Esto puede haber sido algún pecado, o bien otro desánimo producido por
circunstancias en su vida.
4) Evite a las personas que no le ayuden a manejar su problema bíblicamente. Planifique
su día de trabajo, y siga su plan, no sus sentimientos.
Que Dios le bendiga en sus esfuerzos por agradarle a él y ser una bendición para otros. Dios le
promete a todo cristiano su ayuda en Cristo Jesús: <<Despojémonos del pecado y todo peso que
nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en
Cristo, Autor y Consumador de la fe>> (Hebreos 12:2).

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