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Comprendiendo qué es la culpa y el sentimiento de culpa

Antes de nada, quiero diferenciar los términos culpa y culpabilidad que son
habituales y están bien definidos en el ámbito de la jurisprudencia, con el concepto
utilizado en el campo de las emociones y la Psicología. En este artículo voy a hablar
de la culpa en relación a nuestra especialidad, la Salud Emocional.
El sentimiento de culpa está, en general, acompañado de emociones displacenteras
como tristeza, angustia, frustración, impotencia o remordimiento, entre otras, y de
pensamientos reiterativos e improductivos; y funciona de un modo diferente según
su origen temporal. Así, podemos sentir culpa por:
 Algo que hicimos o no hicimos (pasado)
 Algo que no estamos o estamos haciendo (presente)
 Algo que vamos o no vamos a hacer (futuro)
La culpa es un mecanismo en el que, a partir de un acto u omisión, realizamos un
“juicio moral” de nuestra conducta (incluso de nuestros pensamientos) y
“dictaminamos” que hemos cometido un error y deberíamos tener un castigo.
En esta definición que propongo, hay varias cuestiones que son esenciales para
comprender cómo funciona el mecanismo de la culpa.

La culpa y la conciencia moral

Cuando sentimos culpa ante una acción u omisión:


 Somos nuestros propios “jueces”.
 Realizamos el “dictamen” de culpabilidad.
 Y finalmente nos aplicamos el “castigo”: emociones displacenteras.
En el proceso de la culpa influye lo que podríamos denominar conciencia moral, un
conjunto de normas y valores que hemos construido desde la infancia, para
diferenciar el “bien del mal”, y que nos permite establecer los límites, a nuestra
conducta y a nuestros pensamientos.
Cuanto más rígidas sean esas normas, más fácil será considerar que hemos
sobrepasado los límites y aparecerá con más frecuencia el sentimiento de culpa.
He de decir que en este “proceso”, tenemos a un juez implacable con tendencia a
declararnos culpables y que suele imponer castigos demasiado rigurosos. Este
juez, somos nosotras y nosotros mismos.
El concepto de moralidad y ética daría, no para uno, sino para muchos artículos, en
este quiero referirme a lo que está más relacionado con la influencia de la
conciencia moral en nuestras emociones.
La moral, como repertorio de normas, usos y costumbres que establecen las
propias sociedades, afecta de un modo muy importante a la conciencia moral de
cada individuo, y lo hace a través de la educación, en la familia, en la escuela,
desde la religión, desde los mensajes que nos llegan a través de los medios de
comunicación, de la televisión, el cine… Es un complejo sistema que establece
modelos y roles y que afecta a las personas de un modo diferente, según sus
propios aspectos psicológicos, su contexto y su propia biografía.
La perspectiva de género, por ejemplo, es un factor fundamental en este tema. Las
mujeres tienen tendencia a sentir culpa por cuestiones que están determinadas por
el género, de modo que los tratamientos psicológicos al tener en cuenta estos
factores logran mayor eficacia.

Este conjunto de normas es uno de los mecanismos que tienen las sociedades para
guiar nuestro comportamiento y evitar que se rebasen unos límites predefinidos.
Cada cultura establece esos límites de un modo distinto y con diferente nivel de
exigencia. Aun hoy, nos sorprenden las normas de algunas culturas y sociedades.

Este mecanismo tiene ventajas y desventajas:


 La ventaja de las normas es que nos dice lo que tenemos que hacer en cada
situación y nos indica el comportamiento más adecuado. Eso nos permite no tener
que invertir energía en tomar decisiones, vamos a hacer lo que se espera de
nosotras o nosotros, y en general, si cumplimos estas normas, vamos a ser
aceptados y no tendremos motivos para sentirnos culpables.
 La desventaja de las normas, es que pueden colisionar con nuestros deseos.
En ese caso, cuando las incumplamos, será nuestra propia percepción de esas
normas y el significado que le demos, lo que determinará nuestro sentimiento de
culpa.
Podríamos decir que la culpa actúa como una medida de control a través de
mecanismos emocionales consiguiendo que la persona actúe según unas normas
desde la propia autocensura.
Os recomiendo dos artículos que reflexionan sobre cuestiones que están muy
relacionadas con la influencia de las normas morales en los sentimientos de culpa:

El mecanismo de la culpa

En el sentimiento de culpa intervienen (Echeburúa et. al):


1. Acto causal (real o imaginario)
2. La percepción y autovaloración negativa de un acto por parte de la persona
(la mala conciencia).
3. La emoción negativa derivada de la culpa propiamente dicha (los
remordimientos).
Es importante destacar en este mecanismo, que la interpretación que hacemos de
la acción u omisión, y el grado de importancia, es decir la valoración, que hacemos
de ello, son decisivos en el sentimiento de culpa.
Los juicios que hacemos sobre nuestros actos y que provoca un sentimiento de
culpa, son ideas, y no tienen por qué ser reales.
El sentimiento de culpa surge de un proceso subjetivo, es decir, está determinado
por nuestra interpretación y valoración de los hechos. Os pondré algunos ejemplos:
Tengo una pareja, comparto todo mi tiempo de ocio con ella, siempre estamos
juntos y hacemos los planes de igual modo. Un día me planteo hacer planes
individuales, salir con amigos sin mi pareja. Podrían aparecer sentimientos de
culpa, y lo harán, si la interpretación que hago del hecho de salir sin mi pareja es:
“Ya ha empezado el declive, antes no me apetecía nunca salir sola (o solo)” “No
soy una buena compañera (o compañero), no debería dejarle abandonado (o
abandonada)”, etc.
En este ejemplo, nuestra forma de interpretar la acción de salir sin nuestra pareja
activará nuestro sentimiento de culpa: Interpretamos que salir sin nuestra pareja es
un indicio de declive, o concluimos que si dejamos a nuestra pareja un día, la
estamos “abandonando”.
Soy una madre atenta y cuidadosa, le presto mucha atención a mi hijo. Pero un día
tengo un accidente o estoy enferma, y lógicamente no puedo atenderlo. Si la
interpretación que hago de esta circunstancia es: “Estoy dejando de cumplir mi
obligación” “Tengo que curarme de inmediato, podría suceder algo irreparable si
no estoy yo pendiente”, etc. Me sentiré angustiada, frustrada y… culpable.
También en este ejemplo la interpretación y valoración que hacemos de este
contratiempo y sus circunstancias determina el sentimiento de culpabilidad.
El sentimiento de culpa desadaptativo aparece cuando, con nosotros mismos,
actuamos como jueces severos, valorando nuestros actos de un modo inflexible e
impartiendo un castigo excesivo, en forma de intenso malestar emocional.
Culpa, vergüenza y preocupación: matices en el concepto de culpa

Según Echeburúa la culpa y la vergüenza son conceptos asociados pero diferentes.


La culpa se siente ante una conducta concreta (“he hecho algo malo, he cometido
un error”), mientras que la vergüenza implica una autodescalificación global (“soy
mala persona, mala pareja, mal trabajador, mal padre o mala madre”).
La vergüenza es más devastadora y que la culpa, centra su atención en la propia
persona, mientras que la culpa se dirige hacia los demás.
Del mismo modo, otro concepto muy próximo a la culpa, es la preocupación.
Podríamos decir que la culpa es un mecanismo que suele situarse en el pasado y la
preocupación se proyecta en el futuro. Nos sentimos culpables de algo que
hicimos, y nos preocupa algo que vamos a hacer o podríamos hacer.
A corto plazo, la persona se arrepiente de cosas que hizo. Pero a largo plazo,
cuando se les pide que miren hacia atrás, lo cierto es que se arrepienten más de las
cosas que no hicieron” (Thomas Gilovich, profesor de Psicología de la Universidad
de Cornell, Estados Unidos).
Aspectos psicológicos que potencian o generan el sentimiento de culpa

Hasta ahora hemos descrito cómo la conciencia moral y el mecanismo de


interpretación y valoración de nuestros actos u omisiones, determinan la aparición
de sentimientos de culpa. Pero también son decisivos en este proceso, aspectos
psicológicos, como nuestras tendencias de pensamiento, personalidad, dificultades
emocionales, etc.
Así una persona con tendencia perfeccionista, se sentirá culpable cuando no
alcance un 10 en una prueba, aunque su puntuación haya sido un 9, que es
verdaderamente satisfactoria y que a muchas personas, al contrario de hacerles
sentir culpables, les llenaría de satisfacción.
Estos son algunos de los aspectos psicológicos que intervienen e influyen en el
sentimiento de culpa (os dejo enlaces a los artículos y guías que explican con
claridad estos temas):
 Perfeccionismo
 Autoestima
 Autoconfianza
 Regulación emocional
 Rumiación o pensamientos desadaptativos
Hay una serie de factores psicológicos que potencian un sentimiento de culpa

intenso y frecuente CLIC PARA TUITEAR

También es importante destacar que el sentimiento de culpa está muy relacionado


con otros procesos emocionales. Este sentimiento aparece en determinadas etapas
del duelo, como explica mi compañera Marta de la Fuente en su artículo «Las
pérdidas emocionales. Cómo manejar la tristeza en el duelo».
Del mismo modo el sentimiento de culpa está muy presente en uno de los
conflictos más importantes en la pareja, en el que las normas “morales” adquieren
una gran relevancia, estoy hablando de la culpa y la infidelidad y os aconsejo leer
mi artículo: «La infidelidad: Entre lo que deseo y lo que me conviene».
En el sentimiento de culpa intervienen (Echeburúa et. al):
1. Acto causal (real o imaginario)
2. La percepción y autovaloración negativa de un acto por parte de la persona
(la mala conciencia).
3. La emoción negativa derivada de la culpa propiamente dicha (los
remordimientos).
Es importante destacar en este mecanismo, que la interpretación que hacemos de
la acción u omisión, y el grado de importancia, es decir la valoración, que hacemos
de ello, son decisivos en el sentimiento de culpa.
Los juicios que hacemos sobre nuestros actos y que provoca un sentimiento de culpa,
son ideas, y no tienen por qué ser reales.
El sentimiento de culpa surge de un proceso subjetivo, es decir, está determinado
por nuestra interpretación y valoración de los hechos. Os pondré algunos ejemplos:
Tengo una pareja, comparto todo mi tiempo de ocio con ella, siempre estamos
juntos y hacemos los planes de igual modo. Un día me planteo hacer planes
individuales, salir con amigos sin mi pareja. Podrían aparecer sentimientos de
culpa, y lo harán, si la interpretación que hago del hecho de salir sin mi pareja es:
“Ya ha empezado el declive, antes no me apetecía nunca salir sola (o solo)” “No
soy una buena compañera (o compañero), no debería dejarle abandonado (o
abandonada)”, etc.
En este ejemplo, nuestra forma de interpretar la acción de salir sin nuestra pareja
activará nuestro sentimiento de culpa: Interpretamos que salir sin nuestra pareja es
un indicio de declive, o concluimos que si dejamos a nuestra pareja un día, la
estamos “abandonando”.
Soy una madre atenta y cuidadosa, le presto mucha atención a mi hijo. Pero un día
tengo un accidente o estoy enferma, y lógicamente no puedo atenderlo. Si la
interpretación que hago de esta circunstancia es: “Estoy dejando de cumplir mi
obligación” “Tengo que curarme de inmediato, podría suceder algo irreparable si
no estoy yo pendiente”, etc. Me sentiré angustiada, frustrada y… culpable.
También en este ejemplo la interpretación y valoración que hacemos de este
contratiempo y sus circunstancias determina el sentimiento de culpabilidad.
El sentimiento de culpa desadaptativo aparece cuando, con nosotros mismos, actuamos
como jueces severos, valorando nuestros actos de un modo inflexible e impartiendo un
castigo excesivo, en forma de intenso malestar emocional.
Culpa, vergüenza y preocupación: matices en el concepto de culpa

Según Echeburúa la culpa y la vergüenza son conceptos asociados pero diferentes.


La culpa se siente ante una conducta concreta (“he hecho algo malo, he cometido
un error”), mientras que la vergüenza implica una autodescalificación global (“soy
mala persona, mala pareja, mal trabajador, mal padre o mala madre”).
La vergüenza es más devastadora y que la culpa, centra su atención en la propia
persona, mientras que la culpa se dirige hacia los demás.
Del mismo modo, otro concepto muy próximo a la culpa, es la preocupación.
Podríamos decir que la culpa es un mecanismo que suele situarse en el pasado y la
preocupación se proyecta en el futuro. Nos sentimos culpables de algo que
hicimos, y nos preocupa algo que vamos a hacer o podríamos hacer.

A corto plazo, la persona se arrepiente de cosas que hizo. Pero a largo plazo, cuando se
les pide que miren hacia atrás, lo cierto es que se arrepienten más de las cosas que no
hicieron” (Thomas Gilovich, profesor de Psicología de la Universidad de Cornell, Estados
Unidos).
Aspectos psicológicos que potencian o generan el sentimiento de culpa

Hasta ahora hemos descrito cómo la conciencia moral y el mecanismo de


interpretación y valoración de nuestros actos u omisiones, determinan la aparición
de sentimientos de culpa. Pero también son decisivos en este proceso, aspectos
psicológicos, como nuestras tendencias de pensamiento, personalidad, dificultades
emocionales, etc.
Así una persona con tendencia perfeccionista, se sentirá culpable cuando no
alcance un 10 en una prueba, aunque su puntuación haya sido un 9, que es
verdaderamente satisfactoria y que a muchas personas, al contrario de hacerles
sentir culpables, les llenaría de satisfacción.
Estos son algunos de los aspectos psicológicos que intervienen e influyen en el
sentimiento de culpa (os dejo enlaces a los artículos y guías que explican con
claridad estos temas):
 Perfeccionismo
 Autoestima
 Autoconfianza
 Regulación emocional
 Rumiación o pensamientos desadaptativos

También es importante destacar que el sentimiento de culpa está muy relacionado


con otros procesos emocionales. Este sentimiento aparece en determinadas etapas
del duelo, como explica mi compañera Marta de la Fuente en su artículo «Las
pérdidas emocionales. Cómo manejar la tristeza en el duelo».
Del mismo modo el sentimiento de culpa está muy presente en uno de los
conflictos más importantes en la pareja, en el que las normas “morales” adquieren
una gran relevancia, estoy hablando de la culpa y la infidelidad y os aconsejo leer
mi artículo: «La infidelidad: Entre lo que deseo y lo que me conviene».

Cómo afrontar el sentimiento de culpa: 7 consejos esenciales

Estos son mis 7 consejos esenciales para liberarse de la culpa:

1. Identifica la conducta que te produce la culpa. Piensa qué es lo que te hace


sentir culpable para poder detectarlo.
2. Acepta que los errores forman parte de la persona, son la clave del
aprendizaje y del cambio, y no un signo de torpeza o fracaso.
3. Piensa que no se puede ser perfecto en el cumplimiento de normas, sobre
todo cuando tenemos la tendencia a exigirnos más de lo que podemos dar.
4. Expresa verbalmente cómo te sientes, tu arrepentimiento ante el error
cometido.
5. Solicita el perdón por haber causado daño. No solo muestra tu
arrepentimiento sino también haz saber que solicitas el perdón por el daño
cometido.
6. Repara el daño. Pon en marcha conductas para hacer consciente a la
persona implicada que no solo te arrepientes y pides perdón sino que también no
vas a repetir el daño.
7. Responsabilízate. Sustituye la culpa por la responsabilidad.

La culpa vs la responsabilidad
Aunque, tal y como comentaba en el principio del artículo, la culpa, como el resto
de las emociones cumple una función adaptativa, en este artículo me he centrado
en la culpa que se manifiesta con intensidad, con frecuencia y que afecta a nuestra
vida; esta es la culpa desadaptativa. En la siguiente tabla se propone sustituir la
culpa desadaptativa que nos genera angustia, nos bloquea y no facilita el cambio y
la búsqueda de soluciones, por una conducta responsable, que facilita la acción,
genera aprendizaje y está enfocada a la resolución.

¿Sabes la diferencia entre la culpa y la responsabilidad? CLIC PARA

TUITEAR

CULPA RESPONSABILIDAD
Es general, te globaliza como persona Es particular, facilita la concreción. Se es
responsable de algo concreto
Es inamovible, inmodificable. Facilita la acción
Imposibilidad de cambio.Bloquea,
paraliza
Ejemplo: Te vas de viaje. Estás en la estación esperando a que salga tu tren.
Quieres ver desde que andén sale, así que te acercas un momento a la taquilla, y
cuando vuelves te han robado la maleta con la cartera, los papeles y el dinero.
Mira lo que he hecho, como se me Vaya, he tenido un despiste y mira lo que
ocurre, soy un inútil, todo lo hago mal , ha ocurrido. En las estaciones hay que
no sirvo para nada estar muy atento porque si te descuidas,
te pueden robar
Ahora que voy a hacer, esto me pasa Voy a denunciarlo a la policía, y voy a ver
por imbécil, a quién se le ocurre, no como resuelvo esto para irme lo antes
soy capaz ni de cuidar una maleta posible
Pues nada, por tonto te has quedado Bueno esto ya no se puede cambiar pero
sin viaje y encima te ha salido por un de ahora en adelante tengo que poner
ojo de la cara más atención para que intentar que no
vuelva a suceder
He tratado en este artículo uno de los temas importantes en Psicología. El
sentimiento de culpa nos limita y condiciona; genera emociones que nos mantienen
en la inactividad y el bloqueo; dificulta avanzar hacia nuestras metas y
aspiraciones; y perjudica nuestras relaciones sociales, laborales, afectivas y
familiares.
Pero hay muy buenas noticias, la culpa es una mecanismo que depende de aspectos
psicológicos sobre los que podemos actuar. Podemos aprender y mejorar recursos y
capacidades que definitivamente nos liberen de la culpa desadaptativa y en cambio nos
hagan personas responsables.

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