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Aprender constelando
Una persona da más de lo que la otra puede devolverle: en ese caso quien
recibe se siente en saldo rojo permanente y puede avergonzarse y
distanciarse por esta razón. Una amiga gana el doble de dinero con
su profesión que la otra; acostumbran a gastar los fines de semana
en cine, teatro, restaurantes, ropa, accesorios para ellas y su casa.
Llega un momento en que quien no puede sostener estos gastos se
distancia, por lo tanto las dos amigas pierden la posibilidad de
mantener una muy buena amistad.
Una persona no quiere recibir nada de la otra y rechaza todo lo que esta le
ofrece: Son personas que han perdido toda esperanza de recibir a los
progenitores como son y no reciben nada de ellos; por lo
consiguiente, no quieren a nadie y, así, nadie los quiere. Cuando
una persona no sabe recibir y se coloca por encima del “vulgar
dinero”, por ejemplo, nos preguntamos, ¿a qué progenitor no
quieres tomar? ¿A qué progenitor no quieres deberle nada porque te
sientes por encima de él? Recuerdo el caso de un señor de unos 45
años, quien tenía un sembrado de hermosos cartuchos amarillos; los
llevaba a la ciudad más cercana de su finca, se los pagaban muy
bien, pero el dinero lo guardaba en cualquier bolsillo arrugado y
muchas veces lo confundía con facturas, recibos y tiquetes de
compra; luego se confirmó que sentía mucho rencor hacia sus
progenitores y no quería tomar nada de ellos, pues no le habían
dado realmente lo que necesitaba: amor.
Una persona pide más de lo que la otra puede dar y no valora lo que le es
dado: es como un adolescente ante su progenitor —padre o madre—,
a quien no le quiere dar las gracias por la vida que le fue dada,
como tampoco agradece a la persona que le da. En las familias esto
es común cuando alguna persona siente que su supervivencia es
obligación de otros.
Alguno no quiere dar nada; solo recibir: esta situación plantea una
dependencia, como la del niño con la madre, que recibe todo a
cambio de nada. Cuando no hay posibilidad de devolver, podemos
“dar las gracias”. El agradecimiento equilibra las relaciones en las
que por un tiempo alguien no puede devolver en la misma
proporción en la que otros le dan.
RECONOCER LA CULPA
Procedimiento para
la realización de una constelación
Conversación preliminar
Finalización
Mecanismos de
lealtad familia
Últimos avances:
La Hellinger Sciencia
La Hellinger Sciencia
Necesidad de compensación
El Gran Alma
Existen fuerzas profundas que nos permiten saber o sentir qué pasó sin
haber oído las historias de nuestros antepasados. Estas fuerzas son las del
espíritu; Hellinger las llama “el Gran Alma”. El Gran Alma es una comunión
de pertenencia que nos abarca y a la que tenemos derecho todos; que no
discrimina a nadie ni por color, ni por dinero, ni por poder.
En su libro Jamás moriremos, Deepak Chopra{7} nos dice cómo se revela el
alma:
Te sientes centrado
Tu mente es clara
Tienes la sensación de que el tiempo se ha detenido
Te sientes repentinamente liberado de los límites
Sientes que te has fusionado con otra persona, ya sea por amor o
en comunión silenciosa.
Te sientes inmune al envejecimiento y al cambio.
Te sientes dichoso o en éxtasis
Tienes una intuición instantánea que resulta ser cierta
De alguna manera sabes lo que va a ocurrir
Sientes la verdad
Te sientes muy amado o completamente seguro.
El Gran Alma o alma familiar une lo que antes estaba separado y equilibra
lo inestable, para que así todos estemos al mismo nivel.
CAPÍTULO 7
Somos un holograma
La idea del cuerpo físico es una ilusión de los sentidos. El impulso nervioso
—ondas electromagnéticas— producido por un estímulo, es conducido al
cerebro por el sistema nervioso parasimpático, que es el encargado de
establecer la relación del individuo con el mundo y es elaborado en los centros
nerviosos del cerebro y transformado en sensación táctil —térmica o dolorosa—,
gustativa, olfativa, visual y auditiva. Los estímulos necesitan una determinada
intensidad para ser captados por los receptores; esta intensidad mínima se
llama “umbral de excitación”. Además, para que actúen con eficacia, deben ser
específicos; por ejemplo, el ojo estimulado por la luz y el oído por el sonido. El
sistema nervioso es el encargado de coordinar las funciones generales del
cuerpo y de dar respuesta a los estímulos captados por los órganos de los
sentidos:
Se entiende por sentidos las funciones mediante las cuales el hombre recibe las
impresiones de los objetos exteriores por intermedio de los órganos de relación. Para
recibir estímulos externos, el sistema nervioso cuenta con receptores sensoriales. se
entiende por sensación, la imagen o representación consciente del estímulo. Los
receptores están localizados en los órganos de los sentidos: en la piel para la sensibilidad
táctil y termo algesia (temperatura y dolor), en la boca para el gusto, en las fosas nasales
para el olfato; en los ojos para la visión y en los oídos para la audición{8}.
están básicamente relacionados con los sentidos del olfato y del gusto. Los
receptores olfativos se ubican en la parte superior o techo de las fosas nasales; y los del
gusto, que se denominan papilas gustativas, son células especializadas situadas
principalmente en la lengua, desde donde parten los nervios sensoriales que conducen
las sensaciones gustativas al cerebro. Las papilas gustativas permiten al ser humano
percibir normalmente cuatro sabores: dulce, salado, ácido y amargo{10}.
Los ojos son los órganos receptores de la visión, se asemejan a una máquina
fotográfica. Aunque el ojo es denominado a menudo el órgano de la visión, el verdadero
órgano de la visión, en realidad, es el cerebro; la función del ojo es traducir las
vibraciones electromagnéticas de la luz en un determinado tipo de impulsos nerviosos
que se transmiten al cerebro.
La sede del gusto se encuentra en la lengua, órgano propio de la boca, por donde
necesariamente pasan los alimentos antes de su masticación y deglución. La lengua está
formada por diferentes músculos que le permiten moverse en todas direcciones. Su
superficie está recubierta por una mucosa que contiene prominencias llamadas papilas
gustativas, de color blanquecino, y que dan un aspecto aterciopelado a la lengua. En
estas papilas se encuentran los nervios gustativos.
equilibrio. Se divide en tres zonas: externa, media e interna. El oído externo es la parte
del aparato auditivo que se encuentra en posición lateral al tímpano o membrana
timpánica; comprende la oreja o pabellón auricular o auditivo y el conducto auditivo
externo, que mide tres centímetros de longitud. El oído medio se encuentra situado en
la cavidad timpánica, llamada caja del tímpano; incluye el mecanismo responsable de la
conducción de las ondas sonoras hacia el oído interno.
El oído medio está en comunicación directa con la nariz y la garganta, a través de la
trompa de Eustaquio, que permite la entrada y la salida de aire del oído medio para
equilibrar las diferencias de presión entre este y el exterior. Hay una cadena formada por
tres huesos pequeños y móviles (huesecillos) que atraviesa el oído medio. Estos tres
huesos reciben los nombres de martillo, yunque y estribo. Los tres conectan
acústicamente el tímpano con el oído interno, que contiene un líquido denominado
endolinfa.
Cada vez que usted percibe un positivo sin negativo, pasa a una emoción positiva;
cada vez que percibe un negativo sin positivo, pasa a una emoción negativa; y ambos son
estados de baja frecuencia (energía cinética) que desperdician su potencial y dirigen su
vida. En medio de las experiencias positivas y negativas, entre lo que le gusta y no le
gusta, se encuentra el núcleo de la experiencia humana, que no es otra cosa sino el
amor. El verdadero amor es una síntesis o mezcla perfecta de dos percepciones dualistas,
la suma de todas las polaridades. Cuando la tristeza y la felicidad se juntan, forman el
amor. Lo que le gusta y no le gusta, lo positivo y lo negativo, dolor y placer, positrón y
electrón, todos ellos son dualidades, y cuando se unen por completo son amor [...] Para
crear la luz necesaria, la unión perfecta de las partículas negativas y positivas, usted
necesita de ambos lados de cada acontecimiento para alcanzar la verdadera naturaleza,
que también es luz. La luz es el centro del amor incondicional; las ondas o partículas
emocionales son amor incondicional; atraen a su lado opuesto, que usted necesita para
“Abuelo: yo me castigo y llevo la culpa que tienes por las vidas que
no reconociste que se perdieron bajo tu mando”.
Julio César asiste al taller de vínculos terapéuticos, y de forma espontánea,
después del medio día, se sienta al lado de la terapeuta. Dice que quiere
constelar, que desea ver cómo están los vínculos en su familia. No ha
terminado su frase cuando irrumpe a llorar. Le pregunto qué imagen vino a su
mente en ese momento y contesta que ha guardado una culpa muy grande
porque su bisabuelo hizo algo muy malo. Debido a que está conectado con la
emoción y tiene una imagen vívida, decido que escoja dentro de los asistentes a
quienes quiere que representen a su padre, a su madre, a su abuelo, a su
bisabuelo materno y a él. Ubica a su madre y a su padre enfrente de quien lo
representa a él y a su abuelo y bisabuelo los pone en fila detrás de su madre;
luego se sienta a observar lo que sucede durante la constelación.
La imagen muestra que si Julio César deseara caminar hacia adelante,
avanzar y crecer en la vida, no puede. Aquí hago mi primera intervención; les
pido a los representantes del padre y la madre que se coloquen detrás de él,
dándole apoyo, para que quien representa a Julio César pueda avanzar. El
abuelo y el bisabuelo materno son ubicados detrás de la madre, en el lugar de
los antepasados.
Pido a la representante de la madre que gire hacia su padre, el abuelo del
consultante, y en ese momento quien representa a Julio César se mueve
angustiado en medio del abuelo y la madre. Pregunto qué le hizo moverse y
dice que fue un impulso por miedo y deseo de proteger a la madre. Con este
movimiento se observa que Julio César ha cargado con el miedo y necesidad de
proteger a su madre de algún peligro. El abuelo materno está sorprendido,
angustiado. Mientras esto sucede, el bisabuelo mira por encima del hombro, en
una posición arrogante. Pregunto el nombre del bisabuelo y es el mismo del
consultante. se evidencia la identificación de Julio César con su bisabuelo por
llevar el mismo nombre, y el intento de proteger al abuelo materno y a la
madre de algo impensable.
Julio César llora y mira desde la silla, a distancia, la escena. Yo realizo paso
por paso algunos rituales y movimientos que permiten al representante de Julio
César devolver esa carga —lo malo que el bisabuelo hizo según palabras de Julio
César. El trabajo central en esta constelación es ayudar al consultante a ser
desleal al mandato familiar insano de reparar o expiar las culpas del bisabuelo.
Así, poco a poco, puede ubicarse al lado de su padre y no seguir atrapado en la
línea materna, sintiendo que debe cuidar la vida de la madre. Una vez
despejado el camino, puede seguir avanzando con su vida.
Días después, Julio César me escribe un correo en el que cuenta que su
bisabuelo fue general de la República durante la Guerra de Los Mil Días, uno
de sus hijos —un hermano del abuelo— fue asesinado, al igual que él, por sus
enemigos.
Las constelaciones han demostrado que conservar y respetar la vida es un
principio básico de supervivencia de la especie; y en el inconsciente siempre
quedará el sentimiento de culpa por atentar contra la vida. Si alguno de
nuestros antepasados debe una vida, el inconsciente familiar lo sabe, lo
percibe, los niños que vienen generaciones después sienten que deben esa vida
y creen que ofrendar la propia salvará de las culpas a sus padres, abuelos o
bisabuelos. Este hijo siente que su madre está en peligro y la cuida
ofreciéndose a morir simbólicamente: estancándose.
Es como una predicción de la repetición. Como si la mente del niño Julio
César dijera: si murió el tío de mi madre, quizás mi madre también pueda
morir. Así que el hijo hace algo para que no muera, la cuida y se ofrece a
quedarse a su lado aunque esto signifique que él no avance. La energía
psíquica de Julio César se consume por ocupar la función de proteger a la
madre y de esta forma se estanca económica y profesionalmente, sin saberlo.
Por otro lado, tiene el nombre del bisabuelo, y el bisabuelo muere sin expiar
las culpas ni reparar las muertes que causó. Julio César se siente tan cargado
con esta culpa que no se atreve a crecer en la vida e incluir en ella el goce y el
éxito en su vida profesional.
Caso 2: Cuando la lealtad es una trampa
Ser desleal a conciencia es más sano que seguir siendo leal y estancarse. La
deslealtad en ocasiones es sinónimo de liberación propia y de la familia. El
caso descrito a continuación será relatado por la persona que representó a la
consultante: Tania. Esta persona pertenece al Grupo Hellinger Colombia, y
quiso compartir su experiencia en este caso:
Tania, quien estuvo acompañada por su terapeuta, pasa a sentarse al lado de la dra.
Olga Susana. Me llama la atención que lo primero en lo que la doctora hizo énfasis fue
en el cuerpo de ella. Afirma que es como el cuerpo de una niña de 14 años en una
mujer adulta. Tania pregunta: ¿Por qué no puedo progresar y hacer mis cosas?
La terapeuta le pide elegir a una representante para ella, el mundo (simboliza al
padre) y la vida (simboliza a la madre). Tania me elije como su representante; una vez
ella me ubica en la constelación, yo me siento dando vueltas, girando en un círculo sin
fin. Voy perdiendo la fuerza hasta que me caigo al piso. Luego aparecen los ancestros,
una abuela, y yo siento que mi madre desaparece, es débil, no está allí. Desde el piso me
quedo viendo a esa abuela, la madre de mi padre. Esa mirada es atrapante, me obliga a
quedarme en el piso, no puedo dejar de verla, es difícil levantarme. Solo veo la mirada
de la abuela. La terapeuta le pregunta a la abuela qué está sintiendo y ella le dice que
tiene un sentimiento de rechazo hacia Tania.
Tania está allí, en la mitad de sus padres; la terapeuta habla de recrear el útero
materno y los va llevando descriptivamente por todo el proceso de gestación; luego se
recrea el nacimiento de Tania, el gateo, la caminada como bebé, su crecimiento a través
de los años hasta llegar a su edad actual. La imagen de cierre de la constelación se da
cuando se le pide a Tania que mire al horizonte y camine despacio.
Tania
El amor te llama
El amor te aclama
El amor te mima
El amor te llama
Tania es vida
Tania es alma
Tania es todo
Tania es nada
Tania contenida
Tania amada
Tania arrullada
Tania anidada
Tania eres
Tania fuiste
Tania serás
Tania perdurarás
Tania ayer
Tania hoy
Tania mañana
Tania solo Tania
Tania la niña
Tania la madre
Tania la vieja
Tania la sabia
Sé Tania
Sé amor
Sé vida
Sé canción
Solo sé Tania
Nada más
Solo ser
Para siempre estar
Este poema se lo entregué a Tania en la sesión siguiente. Un año después Tania escribe:
Yo soy yo, tú eres tú, lo que tuvimos fue hermoso, para la prueba está nuestra hija.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas. Tú no estás en este mundo
para cumplir las mías. Tú eres Tú. Yo soy Yo. Si en algún momento o en algún punto
nos encontramos será maravilloso. Si no, no puede remediarse. Falto de amor a mí
mismo cuando en el intento de complacerte me traiciono. Falto de amor a ti cuando
intento que seas como yo quiero, en vez de aceptarte como realmente eres.
Este es el caso de unos padres que tienen miedo de que su hij o Mario
Enrique, de veinticinco años, esté repitiendo la problemática de depresión de
la familia paterna; además observan en él un bloqueo en lo laboral y en lo
económico.
Los padres eligen representantes para ellos y para su hijo; a este último lo
ubican lejos de la familia, pero mirándolos. Sin embargo, el representante de
Mario Enrique se da la vuelta para no verlos, manifiesta tener frío, se siente
triste, vacío, busca apoyo en su padre, pero no encuentra conexión. La madre
siente rabia al ver la debilidad de su hijo y le pide ser más grande, fuerte e
independiente.
La terapeuta, teniendo en cuenta el sentimiento de Mario Enrique, ubica a
los abuelos paternos. El abuelo siente que no tiene un lugar y no es valorado, y
la abuela paterna cubre a su hij o, Mario —padre de Mario Enrique—, y no le
permite que vea ni tenga relación con su nieto. La madre de Mario Enrique
protege también a su hijo, impidiéndole el vínculo con el padre, y manifiesta
protegerlo de la enfermedad de la familia paterna.
Una de las hipótesis que se puede inferir es que en esta familia las mujeres
direccionan las relaciones, y se observa que no sueltan a los hijos, los
sobreprotegen y no los dejan vincular con sus papás.
La terapeuta trabaja el vínculo del padre de Mario con su madre, del que lo
libera, permitiéndole que haga su vida independiente. Momentos después,
Mario papá trata de acercarse a su hijo, pero este está refugiado en la mamá,
como si estuviera en el útero: “Como si no hubiera nacido”; decide entonces
realizar un renacimiento. El padre se ubica al lado de la madre para apoyar el
renacimiento de su hijo.
La terapeuta se da cuenta de que el primer nombre, Mario, es el mismo del
padre, y el segundo nombre, Enrique, es el de dos tíos maternos que murieron:
el primero murió cuando era un bebé y le heredaron el nombre al tío segundo,
que murió por enfermedad cuando tenía catorce años.
Cuando se hace evidente la historia del nombre de Mario Enrique el padre
se sorprende, pues sale a la luz la carga energética que está manejando su hij o
Mario Enrique: la depresión de la familia paterna, por un lado; y el no dejarlo
crecer y ser independiente, sobreprotegiéndolo, evidencia que su esposa teme
perder a su hijo porque no ha terminado de elaborar los duelos de sus
hermanos muertos.
La terapeuta hace que la madre se despida de esos tíos que han muerto, que
los reconozca pero a la vez los diferencie de su hij o. También hace que Mario
Enrique pase por el valle de los muertos, para que vea que inconscientemente,
por lealtad a su madre, se encuentra identificado con la muerte, pues esas
pérdidas son de suma importancia afectiva para la madre. Sin embargo, para
Mario Enrique no es fácil dar el paso para salir adelante y pasar a los muertos;
aunque sus padres tratan de ayudarlo y cambiarlo de lugar, él no reacciona.
Se libera a Mario Enrique de las cargas que lleva y se le da la opción de que
tome su vida. Después de la constelación los padres reportan una mejoría
significativa, pues manifiestan que después de probar varios medicamentos
antidepresivos, que según ellos no le generaban ningún efecto, el último
medicamento que le formularon comenzó a tener efectos positivos. Lleva más
de un año en psicoterapia, permanece muy estable, consiguió un contrato
grande que le significó trabajo con mucha responsabilidad y organización. El
manejo que le ha dado ha sido eficiente y además le significó buenos recursos
económicos; va a iniciar una maestría.
Para concluir, se entiende cómo el miedo de la madre no permitió el
acercamiento entre el padre y el hijo; y al no tomar el hijo al padre, el primero
quedó con un vacío profundo que lo condujo a continuar la historia de
depresión.
Caso 7: La mentira
La ira
La ira es un sentimiento provocado por una emoción
diferente: el miedo, la ansiedad, el resentimiento o la sensación
de ser abandonado. Cuando tenemos esos sentimientos y los
reconocemos se nos abre la puerta de acceso a la ira, que nos
prepara para huir o atacar. La ira es un momento de locura
temporal, se habla de “salirse de casillas”, “estar fuera de sí” o
“enojarse”{13}. Se cree que se debe expresar cuando se quiera y
como sea, y eso es falso, tenemos que trabajar por tener
contención propia o autocontrol. Tampoco es cierto que la ira se
pueda reprimir para no tener que experimentarla nunca. Se
reprime, pero después de un tiempo aparece en forma de crisis,
de ansiedad o pánico, o en depresiones críticas.
La ira, como todas las emociones, se expresa en el cuerpo; se
manifiesta con síntomas físicos como taquicardia, dificultad para
respirar, indigestión, ahogo en el pecho, hambre, dolor en el
pecho, diarrea, hormigueo en la nuca o en la parte posterior del
cráneo, dolor de cabeza y agotamiento físico. Estos síntomas
desaparecen cuando se reconoce el sentimiento que nos causa la
ira.
La ira suele empezar por una emoción diferente; esta puede
ser ansiedad, aburrimiento, cansancio, miedo o inquietud. Estas
sensaciones nos vuelven vulnerables y en diversos
acontecimientos del día pueden aumentar hasta que se estalla en
ataques de ira incontrolables. La experiencia terapéutica muestra
que los ataques de ira están siempre relacionados con el vínculo
materno; algo en la relación con la madre molestó y no se
expresó.
Aprender a experimentar la ira y a enfocarla adecuadamente es
la salida; hay que reconocer las molestias y encontrar una forma
de expresarlas. Identificar cuáles son los sentimientos para
poderlos tratar con mayor cuidado y cariño en los momentos de
rabia, pues cuando se los reconoce podemos controlar la forma
de expresarlos.
Un secreto es un acto que desmiente una realidad. Ante los ojos de una
niña, el destino desafortunado de su hermano se convierte en una culpa
profunda por seguir viva.
En este tema agrupo los casos que evidencian los sufrimientos que trae para
un ser humano el no tener madre y/o padre; son realmente casos de personas
no amadas.
Ser padres no nos hace padres si no tenemos padres internos; eso debemos
aprenderlo.
“Siempre he sido una mujer arriesgada pero ahora siento que perdí la
fuerza para salir adelante”.
Yolanda es una mujer de treinta años con 20 kilos de sobrepeso y una cara
hermosa. Al preguntarle desde cuándo perdió “la fuerza para seguir adelante”,
comenta que ha tenido dos uniones de pareja y tiene dos hijos de cada unión;
cuenta que un día dejó al primer marido y a sus dos hijos porque se enamoró
de otra persona, con la que tuvo sus otros dos hijos y de quien quedó viuda.
Expresa que hoy todo la agobia.
Es evidente en su relato que Yolanda actuaba impulsivamente porque no
podía conectarse con sus sentimientos, y ahora que mira hacia atrás, ve que se
ha equivocado y que no tiene posibilidad de reparar. Ya los bebés que dejó son
niños y le reclaman su abandono.
En la primera parte de la constelación pido que represente su primer
vínculo de pareja y trabajo para que reconozca y agradezca al padre de sus dos
hijos mayores, para que esto le facilite a Yolanda hacer un cierre de la relación
vivida con él.
Al representar el segundo vínculo vemos que aún está en duelo; sin
embargo, la tristeza no es proporcional a las separaciones que ha relatado, sino
muestra de un vacío más profundo en su alma. Entonces pido que
representemos a la madre y al padre. Aquí aparece el vacío afectivo y la
necesidad de Yolanda de ser llenada de afecto. Su madre la sobreprotegía y ella
se sintió incapaz de soportar ninguna frustración; siempre ha huido de las
realidades que le implican luchar y combatir; trabajo aquí en el acunamiento y
el abrazo es eterno como su vacío. Doce meses después, cuando nos volvemos a
encontrar, Yolanda ha perdido 10 kilos y está con los hijos del primer
matrimonio, con quienes se ha dedicado a reparar su vínculo como madre.
Cuando un ser humano es incapaz de renunciar al amor de los padres esto
puede conducir a una búsqueda afanosa del amor ideal; y al no encontrarlo la
persona cae en depresión.
TEMA 8
Lealtad a la madre
Aborto
1. permitirles a los padres reconocer que tomaron todo para ellos y que al bebé no le dieron
nada al no darle la vida; este reconocimiento les permite superar el dolor que llevan en el
alma;
2. tomar al hijo no nacido en su corazón y que lo reconozcan como el hijo mayor que no
nació;
antepasados que ya murieron, imaginándose que lo cuidan mientras ellos llegan al lugar en
Hijos adultizados
“Mami, yo te sostengo”
“Yo reemplazo a mamá para que tú, hermana, tengas una madre”
Esperanza es una mujer adulta, joven, que pregunta por que será que su
hermana permanece enferma y qué puede hacer para ayudarla. Esta pregunta
evidencia que Esperanza no tiene el lugar de hija en su estructura familiar sino
el de alguien mayor; además, consulta como una grande por su hermana, quien
es par e igual que ella.
En la constelación inicial se representan a la madre, el padre, la hermana y a
ella misma. La madre está frente a las dos hijas y el padre colocado en diagonal,
distante de la escena. La representante de la madre pierde estabilidad y se
mueve lo más lejos posible de las hijas; no puede recibir a la hija; esta situación
debilita a la hermana menor y la lleva a apoyarse en Esperanza.
Traigo representantes para la abuela materna y la bisabuela materna con el
fin de mirar qué posibilidades hay de que algún adulto de la familia apoye a la
madre debido a que se encuentra muy débil y no desempeña la función
materna de recibir a estas hijas. Se encuentra que no hay adultos para apoyar a
estas hijas por lo que Esperanza asume a la hermana menor.
El movimiento que se inicia aquí es asombroso. La constelación revela que
son cuatro las generaciones de madres a las que se les ha dificultado recibir a
sus hijas.
Aquí yo realizo rituales en lo que cada hija de cada generación se coloca del
tamaño de unos cinco años, arrodillada y apoyada en los talones en frente de
su respectiva madre, a la cual le pide ser reconocida como su pequeña hija, y la
honra dándole gracias por la vida que le dio.
Este problema transgeneracional muestra la incapacidad de darse como
madres, lo que lleva a que las hijas a su vez no puedan tomar a las madres.
También se muestra la ausencia de los padres, quienes por no tener lugar en el
sistema familiar no cubren el vacío afectivo que deja la madre.
En muchas familias, cuando la madre no puede cubrir las funciones de
acunar, recibir, contener e interpretar los sentimientos de los hijos, el padre
puede llenar el vacío afectivo, supliendo estas funciones.
Las enfermedades de la hermana de Esperanza son expresiones del vacío
afectivo que tiene. Es común que alguno de los hermanos se comporte como
madre o padre ante la ausencia de las funciones maternas y/o paternas. Ese
herman@ queda vacío y generalmente sufre una depresión; el hij@ que ha
recibido las funciones maternales de sus herman@s puede estar más lleno.
Los herman@s son iguales y todos necesitan recibir de sus padres. El mayor
da al segundo y este al tercero, y así sucesivamente. El mayor recibe más de sus
padres y da más, el menor recibe más de sus padres y hermanos y es el
responsable de coordinar a los hermanos para cuidar a los padres en la vejez.
TEMA 11
Cándido y Rosaura son una pareja que quedó embarazada a los tres meses
de conocerse, cuando ambos eran jóvenes de dieciocho años. Se casaron a
escondidas porque se amaban; un sacerdote aceptó casarlos en una ciudad
pequeña de su departamento. Viajaron a la capital para estudiar. Se
convirtieron en profesionales, estudiando de noche y trabajando de día.
Tienen actualmente tres hijos; pero la relación de pareja ha venido
deteriorándose, pues Rosaura dice que él permite que su suegra le hable mal a
sus hijos; se deteriora tanto que se separan. Lorena, la hija mayor, de seis años,
lleva tres meses masturbándose con mucha frecuencia; en especial en la casa de
su padre. Vienen a constelar los padres por recomendación de la terapeuta de
la niña.
Comienzo la constelación representando a Cándido, a Rosaura, y a sus tres
hijos. En la constelación Lorena mira a hurtadillas a la madre y expresa que no
puede mirarla porque se siente con temor. Coloco a la suegra y la niña queda
paralizada de miedo.
El padre y la madre están mirando a los otros dos hijos, cuando Lorena
expresa el terror que siente al aparecer la abuela paterna. Lorena dice: “Yo amo
a mi mamá y ella es buena; mi mamá me quiere”; llora amargamente.
Cuando pregunto a los padres qué pasa con la abuela, comentan que ella ha
permanecido muy brava desde que se casaron, y les dice a sus amigas que
Rosaura es una prostituta que atrapó a su hijo. Esto llegó a oídos de Rosaura,
quien, cuando se separa de Cándido, evita que él lleve a los hijos a la casa de su
suegra. Cándido ama a sus hijos pero no ha podido ponerle límites a su madre
y ahora que están separados le dice a Rosaura que ella es la responsable de que
la madre de él no la quiera. La ley le permite a Cándido sacar a los hijos
algunos fines de semana.
Los niños descubren el placer de su cuerpo y juegan con sus genitales
espontáneamente. Gracias a la guía cuidadosa del adulto, el niño aprende a
manejar estas situaciones. Las preguntas amorosas como: “¿Qué te pasa hijo;
deseas ir al baño?”; “¿Te molesta algo hij@?”, “¿Te pica?”... o “¿Quieres que te
revise en el baño?” hacen que el niño comprenda que no es normal este
comportamiento en público, y se exploran en el baño, generalmente cuando se
duchan.
En este caso, Lorena, a través de la masturbación, busca sentir placer en un
espacio físico y psicológico que siente como hostil. También para la niña,
tocarse y producirse placer es una forma de sentir cerca el amor de su madre,
amor que siente atacado con los comentarios de la abuela.
Cito a la abuela, a quien llamaré Rita, un mes después, y me confiesa que
“Lorena es igualita físicamente a su madre y va a ser igual de prostituta que
ella, pues desde ya se le ven las intenciones”. Le cuento acerca de la
constelación y acepta lo que ella le dice a la niña y logro que entre a un trabajo
personal para que entienda por qué siente tanta rabia hacia su nuera. Las
sesiones siguientes muestran que en la adolescencia Rita tenía un novio y no
tuvo sexualidad con él para que él la valorara y se casara con ella, a pesar de
desearlo. Pero su hermana, Amelia, en cambio, salió con él y quedó
embarazada. Se casaron y ella no se lo perdona. Rita comprende que está
proyectando en su nuera el problema que tuvo con su hermana.
Este caso tuvo que ser trabajado directamente con la abuela Rita, para que
ella solucionara su asunto pendiente con su hermana cuando era joven y
reconociera que Rosaura, su nuera, no era como su hermana. Cándido dejo de
ser tan cándido y entendió que su esposa tenía razón en molestarse; asistió a
terapia personal y maduró hasta que soltó a la madre y pudo hacer pareja con
Rosaura. El síntoma de masturbación de Lorena, por otra parte, pudo ser
entendido en el contexto familiar; los adultos somos responsables de disminuir
o exacerbar un comportamiento en los niños.
Fabiola es una joven de quince años que vive con su padre desde los siete
años, momento en que su madre, por una crisis emocional, es hospitalizada en
la ciudad donde reside. Crea una relación muy fuerte con su padre, que en la
adolescencia toma visos de ser una relación de permisividad mutua. La
empleada de la casa desempeña funciones maternas, y el control total lo ejerce
el padre a través del manejo económico. Fabiola aprende que su padre da todo
lo que ella pide económicamente, y a cambio ella no le pregunta cuando no
aparece durante 3 o 4 días. Llega un momento en la adolescencia en que
Fabiola desea tener más cerca a su madre y pide que vaya a vivir en la casa con
ella. Cuando llega se evidencia que la relación de los padres no tiene ninguna
claridad; la madre llega a convivir con el padre, como si no hubiera pasado el
tiempo, y el padre huye constantemente y se pierde por días, por lo que la
madre de Fabiola le reclama, como si tuvieran una relación de pareja normal.
Antonio, el padre, se comporta como si no se hubiera separado en ningún
momento de ella, y dando disculpas y mensajes confusos se escapa como un
adolescente. Ante esta situación, Fabiola queda atrapada entre la lealtad hacia
su padre o hacia su madre. Pierde totalmente el control de sí misma y
comienza a presentar los primeros síntomas de anorexia. Tres meses después
debe ser hospitalizada por una descompensación metabólica. Allí los padres se
enteran de que toma laxantes hace un año, desde que su mamá llegó a convivir
con ellos.
Fabiola está comenzando a desarrollar una anorexia. Desea constelar la
relación con sus padres. Representa a su padre, Antonio, y su madre,
Clementina. Ubica al padre frente a la madre y a ella entre los dos, a cierta
distancia, mirando lo que pasa entre ellos. Se escenifica la dinámica de la
relación entre los padres, un juego que podríamos denominar: “a que te cojo
ratón; a que no gato ladrón”. Se cruzan miradas, risas, gestos chistosos, malas
caras, mensajes muy confusos para la hija, que se va desesperando; son como
dos niños que no sobrepasan los 5 años y se encuentran en un divertido juego.
Fabiola desde la silla llora, y en su rostro hay una expresión de sorpresa y
confusión.
La representante de Fabiola les pregunta a sus padres qué pasa, con una
expresión de angustia, desespero y extrañeza. A Fabiola la desborda esta
situación, no logra intervenir, ni producir ningún cambio en este juego, a pesar
de lo que haga o diga.
La representante de la madre insiste en que se acerque y se apoye en ella, y
el representante del padre la mira sin tener en cuenta lo que ella pregunta ni lo
que está sintiendo. Se observa que los padres no pueden reconocer que ella es
una persona diferente, con una identidad propia; queda claro que no puede
haber un vínculo entre Fabiola y sus padres. Para vincularse se necesita que
haya un yo y un otro. Lo que sucede en la relación de sus padres la desborda
psicológicamente y no puede tener ningún tipo de control; la única forma que
tiene Fabiola para recuperar el control es privarse de la comida. Al hacerlo los
padres se unen y se ocupan en un solo tema, porque es una situación tan grave
que los lleva a conectarse con ella. Su anorexia es una forma de buscar control
de forma insana. En ese momento queda en evidencia el atrapamiento que
siente Fabiola en una situación en la que desea ser leal, tanto al padre como a
la madre. Al ver que los padres no asumen una actitud distinta, de adultos, se
le pide a la representante de Fabiola que se retire de la situación y dirija su
mirada al futuro.
La anorexia de Fabiola se manifiesta en el momento en que la madre vuelve
a vivir en casa y comienza la rutina normal de la convivencia, situación que le
permite ver lo que no le agrada de la madre, y que la relación entre sus padres
está totalmente acabada. Lo que realmente quiere Fabiola en el fondo de su
alma es no necesitar el afecto de la madre, pues al necesitarlo y desear convivir
con ella aparece una realidad que no desea ver.
La anorexia le facilita a Fabiola demostrar su propia independencia e
individualidad, así tenga que pagar el precio de ser criticada y molestada.
Ante la sensación de estar desbordada por la situación de su familia, la
única forma de tener algún control es no necesitar la comida, una solución
insana para recuperarlo. En esta constelación el logro más importante fue ver
cómo nació la anorexia de fabiola. Ella la aceptó y comprendió su enfermedad
y comenzó a ver y a trabajar con una psiquiatra a tiempo para combatirla.
TEMA 12
Un hijo que ocupa el lugar psicológico del padre aunque la madre, viuda,
está casada por segunda vez
“Tomamos nuestra vida como nos fue dada; si más adelante nos necesitas,
estaremos para ti”
William es un joven que asiste a terapia con una colega; llega a constelar
para profundizar en un punto de estancamiento que aparece en su área
profesional; ella lo acompaña durante su día de trabajo. La pregunta de
William es: ¿Por qué no puedo seguir adelante? Soy profesional, tengo un trabajo, y no
me atrevo a buscar otro que me permita desarrollarme y tener más éxito.
En algunas constelaciones parto de la representación del sistema familiar
completo; en especial cuando se trata de adultos jóvenes, para asegurarme si
salieron ya de su familia de origen. Al comenzar la constelación, William está
saliendo del círculo familiar, pero el representante siente que algo lo frena. En
medio de sus padres está uno de sus hermanos. Sabiendo que, a menos que se
trate de un bebé, un hijo no debe estar colocado en la mitad de los padres,
reviso hacia dónde se dirige la mirada de William, y veo que está centrada en
ese hermano.
Le pido que se acerque y le diga algo. El representante no logra hablar, llora
con actitud de impotencia y con mucho dolor. Cuando le pregunto a William
qué le pasa a ese hermano, él contesta y dice: es mi hermanito menor y tiene
Síndrome de Down. Realizo el proceso de aceptación familiar desde la imagen.
Es natural y humano que ante el nacimiento de un hijo discapacitado los
padres se culpen —que busquen en la historia de las familias de cada uno o en
su historia personal explicaciones para esta realidad—; la culpa interfiere en el
amor hacia el hijo. Les pido a los representantes de los padres que se miren
mutuamente y le digan al hijo con Síndrome de Down: “Nosotros somos tus
padres. Juntos nos ocupamos de ti, hijo”. Así los padres crecen a través de este
hijo.
Luego los demás hijos le dicen a este mismo hermano: “Tomamos nuestra
vida como nos fue dada; si más adelante nos necesitas, estaremos para ti”. Con
esta actitud, la familia crece sintiéndose merecedores de amor y de éxito. Si se
sienten mal, le va mal al hijo discapacitado, ya que siente culpa de que sus
padres y sus hermanos no estén bien. William no puede seguir adelante debido
a que no ha podido salir de su familia de origen, pues siente que no se puede ir
y recibir más regalos de la vida, como el éxito y la prosperidad.
“Lo siento, no fui justo; lamento haberlos puesto a pelear entre ustedes;
los bendigo desde donde estoy”
Las preferencias de los padres con respecto a los hijos crean brechas
insalvables entre ellos. Las diferencias entre los hijos las imponen los padres;
eso es un error. Esos conflictos entre los hermanos pueden permanecer aun
después de fallecidos los padres, e incluso llevar al rompimiento de las
relaciones entre ellos.
Durante el congreso de psicoterapia en la ciudad de Lima en el año 2000
constelo a Constantino, un joven quiteño de unos veinticinco años, quien vive
con su esposa y sus dos hijas gemelas. Para comenzar el trabajo le pido que
piense en el tema que desea constelar y que me describa la primera imagen que
cruza por su mente. La imagen de Constantino es un hermano y la emoción
que viene asociada a esta imagen es la de un gran vacío; las lágrimas escurren
por su rostro.
Yo pregunto cuántos hermanos tiene y él dice que con él son doce; de estos
doce, diez están vivos; el consultante es muy cercano a un hermano, el que vio
en la imagen; con los demás hermanos su relación es distante y conflictiva.
Pido a Constantino que elija a una persona que lo represente a él, un
representante para su hermano Joaquín; y otro para que represente a sus ocho
hermanos restantes; sin embargo, al consultante no le queda clara la
instrucción y en un principio quiere excluir a uno de sus nueve hermanos por
no tener buenas relaciones con él; yo insisto en evidenciar la confusión y repito
la instrucción para que no cuente historias acerca de su relación con ninguno
de ellos. Finalmente, él elije a los tres representantes indicados.
El consultante ubica al representante de los ocho hermanos mayores de
espaldas a él y a su hermano. En esta primera imagen se observa la división que
hay entre hermanos y que se han organizado en “bandos”. El representante de
los hermanos mayores se voltea porque tiene necesidad de mirar, y dice que
debe “controlar a los hermanos menores”; el representante de Constantino
siente rabia.
A continuación le pido a Constantino que escoja a una persona para que
represente al padre; él lo ubica justo en el medio de los hermanos mayores y los
hermanos menores; el consultante comenta que él ya está muerto. El
representante se pone en el suelo e inmediatamente los representantes de los
hermanos mayores le cogen una mano; el representante del consultante y su
hermano Joaquín, quien tiene el mismo nombre del padre y se ríe, cogen una
de las piernas del padre. Yo evidencio que es una escena en la que parece que
estuvieran desmembrando al padre; esta separación de los hermanos en dos
bandos tiene que ver con el querer quedarse solos con el padre o ganarse las
miradas y el afecto del padre para ellos solos.
La expresión del rostro de los hijos confirma dichos bandos. Entonces le
pido al padre que se ponga de pie y diga a los hijos: “Lo siento, no supe hacerlo
mejor”; el representante de los hermanos mayores afirma que siente como si
tuviera una coraza en el corazón, y aunque el padre hable no se contacta con
ningún sentimiento; tampoco hace que se quiera acercar a los hermanos
menores.
El padre vuelve a acostarse y se les pide a los hijos que se acerquen a
observar al padre muerto; el hermano menor, que tiene su mismo nombre,
acerca al representante del consultante y le dice que reconozca que el padre ha
muerto. En ese momento pido que entren a la constelación siete
representantes más y que tomen el papel de los hermanos mayores; así, cada
hermano está representado en forma individual; los ubico cerca del padre y
arrodillados todos alrededor de él, siendo esta una primera imagen solución. El
primer momento en que todos los hermanos están “a un mismo nivel”.
Pido al padre que se levante y reconozca a cada uno de los hijos diciendo su
nombre, y añadiendo: “Lo siento; me equivoque; los puse a pelearse entre
ustedes”; luego de hacer esto, Joaquín, el hermano menor, cae al piso como si
quisiera seguir al padre y morirse; en ese momento, uno de los hermanos
mayores llora con desesperación ante la escena, se acerca a donde se
encuentran los hermanos menores, específicamente a Joaquín que está en el
piso, rogando y presionando para que los otros hermanos mayores se acerquen
también para unirse y superar esa separación; poco a poco se acercan tres de los
hermanos, pero uno de ellos se queda atrás. En ese momento se le pide al
padre nuevamente que se dirija a cada uno de los hijos y se refiera a cada uno
por su nombre: “Lo siento; no fui justo contigo; lamento haberlos puesto a
pelear entre ustedes; te bendigo”; este ritual se realiza dos veces, pues al
representante del padre le cuesta trabajo conectarse con cada uno. Aquí el
padre por primera vez se comporta de la misma manera con todos, es igual con
todos.
Al finalizar la constelación se evidencia que puede ocurrir la muerte de
alguno de los hermanos; cualquiera de los hijos puede morir o enloquecer,
pues ha sido la muerte lo único que ha llevado a que de alguna manera puedan
reclamar las injusticias que sienten que el padre cometió con ellos.
Se observa que la rivalidad, la competencia y la rabia entre los hermanos fue
generada por las preferencias afectivas del padre, quien les heredó
inequitativamente su dinero, aunque haya sido con amor y con deseo de
protegerlos. El reconocimiento de cada uno de los hijos se vuelve fundamental
en esta constelación para que los hermanos se vean desde otro lugar,
impidiendo que sea la muerte y las tragedias lo único que los pueda llevar a
dejar de pelear por continuar teniendo el poder del padre que ya murió.
La idea del heredero, o de heredar, crea una ilusión de continuidad del
muerto, y en el alma se vive como una forma de mantenerlo vivo. El heredero
es el continuador de la persona fallecida; por eso se le llama sucesión a la
repartición de los bienes; es la sustitución de un sujeto por otro en la
titularidad de los objetos.
Ante las diferencias y desigualdades que propició este padre, todos los
hermanos quieren ser los continuadores del padre e imponerse ante los otros
hermanos, en este caso los ocho mayores ante los dos menores, quizás como
una forma de rescatar la jerarquía entre ellos, jerarquía que fue tan irrespetada
por este padre al tener preferencias. Para lograr hacer duelo y aceptar que el
padre murió y es irremplazable, deben abandonar los reclamos. Si aceptan que
no pueden cobrarse entre hermanos las deudas afectivas que el padre tenía con
ellos, se pueden repartir justamente su herencia.
Dos semanas después de la constelación se supo que la hermana, Sara,
quien no quería ver lo que sucedía en su familia, sufre desprendimiento de su
retina. Unos meses después, el hermano Joaquín muere de un infarto.
LA TRANSFORMACIÓN DE LA ENVIDIA
Las caricias entre los hermanos suplen las que no les dan los padres. Es
una expresión secreta del afecto entre hermanos.
Asiste a mi consulta un joven de treinta años que ha perdido a su hermana
de venticuatro años, quien residía en otro país; ella muere en un terremoto;
inexplicablemente, el duelo no ha podido ser elaborado aun después de haber
transcurrido diez años del suceso. Constelamos en sesión individual y aparecen
profundos sentimientos de culpa por haber dormido abrazado con su hermana
durante muchas noches; en la madrugada se iban cada uno a su cama. Él tenía
diez años, ella cuatro; él se asustaba en las noches con los ruidos de un árbol
cercano a la ventana de su cuarto; la hermana se trasladaba a su cama y él la
arrunchaba.
Cuando se es niño puede confundirse con facilidad este acercamiento
afectivo con fantasías incestuosas. Ese fue un tema del que nunca se habló
después entre los hermanos, y al morirse la hermana quedó en el alma del
hermano un secreto entre los dos que evitaba que la hermana lo dejara ir, que
se despidiera de él. Aquí trabajé para que se reconociera el amor que motivaba
este cariño que los dos hijos no recibieron de la madre, y cerrando el duelo
este hermano pudo dejar de llorar a su hermana.
TEMA 14
Éxito y fracaso
“Lo siento, hijo, lo que hice no fue justo contigo ni con tu madre, pero
siempre estaré con ustedes; no me di cuenta de los riesgos que tomaba, pero
te quiero, hijo”.
“Mamá, lo hice por ti, lo permití por ti; creí que era amor de papá”.
Afonía
Evaluaciones
La aceptación de nosotros mismos y tomar las situaciones tal como son son
procesos difíciles en la vida; surgen resistencias, emociones de rabia, angustia,
dolor y rechazo; sin embargo, cuando nos abrimos a aceptar y abrazar aquello
que nos sucede, esto nos hace libres, incluyentes, y desarrolla en nosotros una
capacidad de amar mucho más amplia, que abarca incluso la enfermedad, la
muerte, aspectos de nosotros o de otros que no nos gustan, aquello que en
nuestra vida puede ser una dura realidad. Cuando están presentes el amor y la
gratitud y abrimos nuestros ojos para reconocer la realidad, es posible hacer
algo con ella; ese reconocimiento nos da fuerza y decisión, se convierte en una
oportunidad de aprendizaje, crecimiento y responsabilidad, en la manera como
asumimos la vida.
Aquí quiero exponer la síntesis de algunos comentarios de las personas que
han vivido la experiencia de constelarse; en primer lugar, las expectativas y
emociones con las que llegan a participar de este proceso y, en segundo lugar,
las emociones y el significado que dicha experiencia adquiere para ellas.
Abrazo la enfermedad
Como ya lo hemos visto a lo largo del libro, cada caso es único y lo que
sucede en una constelación no es igual a lo que ocurre en otra; no obstante,
hay trece movimientos que considero fundamentales, y por ello se deben tener
presentes para avanzar hacia la solución de una situación. A continuación los
describo brevemente:
Reconocer que los padres nos dieron la vida y gracias a ello existimos puede
ayudarnos a aceptarlos tal y como son, entender la lealtad que existe hacia
ellos, el respeto al hombre y la mujer, y darnos permiso de que no nos guste lo
insano que ellos tenían o tienen como seres humanos.
3. Recuperar el orden:
El amor tiene una medida. No solo los padres pierden a veces la medida del
amor. Los niños, sobre todo, la pierden. No la conocen. Entonces se hacen
cargo de algo en lugar de sus padres, porque piensan de esta manera salvar a
sus padres. Como los padres nacieron primero y son los adultos, se deben
restablecer el orden y las jerarquías para poder vivir sanamente.
6. Vivir es mi responsabilidad:
Soy uno solo y los demás me ven como uno solo, aun teniendo lo
masculino y lo femenino dentro de mí. Mirarse a sí mismo permite aceptar y
comprender el impacto de las vivencias de otros en mi propio ser; y al hacerlo
consciente, puedo tomar las riendas de mi vida de nuevo.
A NIVEL FÍSICO:
CAMBIOS COMPORTAMENTALES:
Además de las preguntas que aparecen en cada uno de los 30 casos de este
libro, las siguientes preguntas pueden servirle de guía para elaborar las propias
cuando decida constelar:
Por último, el constelador debe tener presente que las constelaciones siempre
deben estar dirigidas a hacer movimientos que den fuerza al constelado y lleven
a los pasos necesarios para encontrar la solución, y no a “destapar” situaciones
que a la larga le quiten fuerza y puedan dejar aspectos inconclusos que no
respondan a la necesidad del consultante y que podrían incluso serle
perjudiciales.
CAPÍTULO 9
Conclusiones
Reflexiones finales
PRINCIPIOS DE PAZ
Otros autores
Olga Susana Otero, Viaje a lo profundo del alma. La exitosa terapia de las
constelaciones familiares, Intermedio Editores, 2010.
Jorge Iván Carvajal, Por los senderos del alma, Editorial Viavida, 2003.
Luis Chiozza, Por qué nos enfermamos, Libros del Zorzal, 2008.
Carol Grever, ¡Mi esposo es gay!, Editorial Océano, México, 2008. John
Grinberg, El método psicoanalítico: condiciones del analista, Paidós, 1989.
S.A., 1999.
Juan David Nasio, Los gritos del cuerpo, Paidós, 1997.
Pierre Weil, Los límites del ser humano. Estados modificados de conciencia,
Ed. Los libros de la liebre de marzo, 2002.
http:/www.hellingercolombia.com/articulos/
http:/www.poieticas.8m.com/
http:/www.family_constellations.org/family_question.htm,/the_
knowing_field.htm, /reconciliation.htm
http:/www.systemicfamilysolutions.com/
http:/www.ulsamer.com/pages/spanisch.html
http:/ www.gestalt.com
http://www.mercurialis.com/ciencia/sheldrake/introduccion.html
Anexos
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Tel: 6106934; elisahorta@yahoo.com.mx
Psicóloga egresada de la Universidad Santo Tomas de Aquino, 1990;
Profundización en el área clínica con enfoque psicodinámico, 1991. Veintiún
años de experiencia en trabajo con familia, consulta individual, grupal, con
niñ@s, jóvenes y adultos, con énfasis en adopción.
Con formación en Terapia Regresiva Reconstructiva con la AETRA
Española; Constelaciones Familiares, con la Dra. Olga Susana Otero, directora
del Grupo Hellinger Colombia; Medicina Manual Etérica-MA- NOS, con el
Dr. Jorge Iván Carvajal Posada; Terapias alternativas.
MARGARITA HOYOS
Psicóloga
Tel: 7511644, cel: 3114432135
{2}
Reinhard Lier, Armonía del alma, Grupo Hellinger Colombia, Bogotá, 2003. Traducción de María
Cecilia García Camacho.
{3}
Ibíd.
{4}
Bert Hellinger, El centro se distingue por su levedad, Barcelona, Herder, 2003.
{5}
Ver wikipedia.org/wiki/Constelaciones_familiares
{6}
Ibíd.
{7}
Deepak Chopra, Jamás moriremos, Madrid, Punto de Lectura, 2009
{8}
Todo este apartado sobre los sentidos ha sido tomado de Ministerio de Educación. Subsecretaría de
Educación. Coordinación de desarrollo y evaluación curricular. Cinco sentidos del hombre. Disponible
en www.profesorenlinea.cl/ Ciencias/SentidosCinco.htm
{9}
Ibíd.
{10}
Ibíd.
{11}
Jhon F. Demartini, La experiencia descubrimiento. Un nuevo y revolucionario enfoque para la
transformación personal, Urano, 2003, pp. 48-52.
{12}
Ibíd..
{13}
Alexander y Leslie Lowen, Ejercicios de bioenergética, México, Sirio, 2005.
{14}
Christine Longaker, Para morir en paz, Rigden Institut Gestalt, 2007.
Constelaciones familiares exitosas
Edición
Jineth Ardila Ariza
Diagramación
Rafael Rueda Ávila
Diseño de carátula
Felipe Jáuregui
ISBN: 978-958-757-XXX-X
Impresión y encuadernación
ePub por Hipertexto / www.hipertexto.com.co
OLGA SUSANA OTERO A.