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Este documento describe la llegada de una mujer de mediana edad a la oficina de la PDI. La mujer luce desordenada y agotada, lo que sugiere que ha pasado varios días en mal estado. Cuando el narrador se ofrece a ayudarla, la mujer comienza a hablar de su hijo Pedro Arenas, quien desapareció hace dos semanas en Cajón del Maipo. El narrador recuerda que este es un caso abierto que su brigada está investigando.
Este documento describe la llegada de una mujer de mediana edad a la oficina de la PDI. La mujer luce desordenada y agotada, lo que sugiere que ha pasado varios días en mal estado. Cuando el narrador se ofrece a ayudarla, la mujer comienza a hablar de su hijo Pedro Arenas, quien desapareció hace dos semanas en Cajón del Maipo. El narrador recuerda que este es un caso abierto que su brigada está investigando.
Este documento describe la llegada de una mujer de mediana edad a la oficina de la PDI. La mujer luce desordenada y agotada, lo que sugiere que ha pasado varios días en mal estado. Cuando el narrador se ofrece a ayudarla, la mujer comienza a hablar de su hijo Pedro Arenas, quien desapareció hace dos semanas en Cajón del Maipo. El narrador recuerda que este es un caso abierto que su brigada está investigando.
dejado esa humedad fresca en el ambiente, esa sensació n a aire tá cito que se te ofrece a ser respirado. El reloj puesto donde siempre, los pasillos con los cuerpos inquietos de mis compañ eros quienes discutían otro caso de posesió n de armas. Digo “Otro caso” con tanta cotidianidad, es increíble que todo esto sea parte de nuestra cotidianidad; Pisos blancos, armas, niñ os desaparecidos (estudiar a qué brigada corresponde)…. No deberían ser parte en el día a día de nadie, pero es mi trabajo y no tiene caso alguno resistirse, alguien tiene que hacerlo ¿Verdad?... Sin embargo este día me invitaría (aba?) a pensar de manera diferente, había algo particular y no era precisamente el residuo de la lluvia y la tierra mojada, era algo que casi podía olerse, hemos aprendido a desarrollar esos instintos (cuá les?) en este lugar. Cerca de las doce treinta, que es la mejor hora para ir por otro café, aparece empujando la puerta de cristal ella, una (***Yo la haría aparecer antes)Mujer de mediada edad y ojeras marcadas, con el pelo desordenado y una blusa azul que pareciera llevaba puesta hace varios días. Luego de este viaje introspectivo para a develar su misteriosa presencia, se acerca a mi, y como yo soy propensa a los desconocidos la atendí con la mirada. Pero ella no dijo palabra alguna, se me quedó mirando como si la realidad fuese mas fuerte que ella, como si las circunstancias le hubieran robado las palabras de la boca, a lo que yo respondí amablemente con un generoso “¿Necesita algo?”… Rá pidamente recuperó el aliento y comenzó a hablarme… A veces las personas solo necesitan que las miren a los ojos y les pregunten si necesitan algo para poder hablar. Todos dan por hecho que hablar es fá cil, cuando no es así, el mundo te acondiciona a no hablar, y alguien, como dije, tiene que hacerse cargo de eso. La mujer comienza a balbucear, me cuesta tanto entender pues divaga sin decir nada concreto, veo en su rostro un esfuerzo inminente por poder hilar una frase con otra, de pronto, escucho salir de su boca un nombre, “Pedro Arenas”… Su hijo que hace no mas de dos semanas había desaparecido en el sector de Cajó n del Maipo, “Arenas”… Claro, recordé, es un caso abierto y del cual nos estamos haciendo cargo. Fue extrañ o percatarme de que a pesar de haber estado días pensando en “Arenas” no había conocido a su madre sino hasta hoy. Quedé atenta a sus palabras, que parecían estar flotando en un océano verde de gran densidad, y en ese preciso instante su mal aspecto dejó de ser un distractor.
-Ver el contexto PDI. Brigadas desaparecidos.
-lA CANtidad de personas que desaparecen al añ o, la desaparició n tema país. Datos estadísticos.