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Desde hace diez años vivía en un orfanato como aquel castillo blanco, así es, me sentía como esa

princesa muerta sepultada en el Taj Majal; todas las niñas nos sentíamos como en aquellos lugares
fríos, sólo que no había auroras boreales, por nuestros disfraces blanco y negro llamados
“uniformes” me hacían recordar a esa ave que vimos en clase de nombre pingüino, un nombre
bastante peculiar que es difícil de olvidar… todo era muy sobrio, pero mis sueños eran el mejor
consuelo, un día podía estar en la cima de la montaña contemplando el paisaje, otro día era
consiente de mi respiración resguardada por una gran pagoda China…

Desde que somo chicas nuestra educación se ha centrado en el servicio doméstico, lavar, cocinar,
limpiar los cuartos, atender a los niños… no por nada el lema de la escuela es: ¨Educación integral
para una buena sociedad¨. La directora todos estos años ha luchado por cambiar los planes de
estudio, pero los recursos de la escuela dependen de que seamos ¨niñas bien¨ en secreto nos
hablaba de liderazgo y de materias que les dan a los hombres en distintas instituciones…

Cierto día se organizó una visita con un colegio de varones, estaba tan emocionada por compartir
mis ideas acerca de la universidad, que no podía esperar más para recibir recomendaciones y
apoyo, pero que ingenua. Llevante mi mano , sentí la mirada de todos los que estaban en el
auditorio, pregunté si al entrar a la universidad podía tomar la materia de literatura… no pasó ni
un segundo y el auditorio se lleno de risas, la directora tenía una cara de angustia, me hizo señales
de que tomara asiento, y lo única respuesta que escuche del director fue ¨ignorando lo sucedido,
pasemos a sus dudas¨ - señalando a los niños que estaban en primera fila . Mis ojos se estaban
llenado de agua, no podía creer lo que había pasado… Al terminar la conferencia el director me
mandó llamar y recibí las siguientes palabras ¨No vuelvas a preguntar estupideces ustedes las
mujeres nacieron para servir, y cuando pases a la universidad será el mismo método de
aprendizaje, pero emociónate que habrá clases para el manejo de electrodomésticos, espero no
vuelvas a faltarnos al respeto, porque no somo iguales, nosotros somos como los búhos llenos de
inteligencias y ustedes ni identidad tienen… si este asunto no llego a mayores es porque la
directora abogo por ti, así que espero pienses lo que acabas de hacer, retírate ya ...

Salí corriendo hacía el patio trasero, las lagrimas rozaban mis mejillas una y otra vez, quería gritar,
quería romper y destrozar todo, me tiré al suelo y en pocos segundos sentí lo brazos de una
persona que me abrazo tan fuerte que el coraje disminuía al voltear estaba mi directora con los
ojos llenos de lágrimas y repitiendo a mi oído -tu eres capaz de lograrlo todo, eres fuerte eres
fuerte y valiente…

Desde aquel día empezaba una lucha, los últimos días todos hablan de lo mismo, la directora
hacía notar su emoción por el sonido de sus tacones que subían y bajaban escaleras, en la radio
de los conserjes hablaban de conflictos en la ciudad, estábamos cansadas de no ser escuchadas,
de esperar una aprobación por parte de un varón, por las noches llegaban decenas de mujeres al
orfanato y nos reuníamos a escondidas en el que antes era el salón de eventos, no sólo
compartíamos los mismo ideales, sino que estábamos decididas a terminar con el patriarcado que
por tantos años habíamos cargado, íbamos a terminar con todo aquel que se interpusiera en el
camino…

Así llego el día, nuestros rostros portaban un antifaz que protegía nuestra identidad, las calles
estaban en profundo silencio, comenzamos a marchar y al ver a policías atacar los gritos llenaron
la ciudad, éramos un mar de mujeres, nuestra unión estaba terminando con el estado poco a
poco, los gritos iban desapareciendo, los policías eran menos, no podían con nosotras, esta lucha
era nuestra era nuestra unión nuestra valentía…

Al buscar a mi directora la encontré rodeada de mujeres, estaba en el suelo con una lesión en la
cabeza, no respondía a nuestro llamado de victoria, en la mano portaba un libro el cual tenía el
plan que habíamos llevado a cabo, me acerqué a ella puse su cabeza en mis piernas, le agradecí
por todo lo que había hecho por mi y sobre todo por hacerme ver el valor que tenía como mujer,
nos acaba de regalar la libertad…

Tenemos voz, tenemos voto, tenemos igualdad ante un estado que apagaba nuestra libertad

Después de 20 años estoy más despierta que nunca, no quiero que ninguna mujer pase por lo que
yo, una burla mínima es señal para poner un alto

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