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Lo Moderno empezó a ser tal, allá por el siglo XVI, a raíz de tres
grandes revoluciones: La Geográfica, de seguro Cristóbal Colón
estaba por allí; la Religiosa que inició Martín Lutero y luego fue
aprovechada por otros que no tenían su buena fe, ni sus deseos de
cambio; y la Cultural en la que estuvieron implicadas las Tortugas
Ninjas: Miguel Ángel, Leonardo, Donatello y Rafael. ¡Quien hizo estos
dibujos animados sabía de historia!
Yo tengo fe
porque yo creo en Dios,
yo tengo fe, será todo mejor:
se callarán el odio y el dolor,
la gente nuevamente
hablará de su ilusión.
Hoy ocurre como en tiempo de los sofistas (unos tíos del siglo V
antes de Cristo) para quienes lo importante no era la verdad, pues era
inalcanzable, sino convencer a la gente de que lo que ellos decían era
la verdad. Algo así como lo que hacen muchos políticos, mentalistas,
brujos: la demagogia.
A mediados del siglo XX, un Papa llamado Pío XII afirmaba que
no había problema entre creacionismo y evolucionismo; idea que ha
confirmado recientemente Juan Pablo II: Dios ha creado el universo y
al hombre mediante un proceso evolutivo. Y si bien todo lo biológico
puede provenir de una evolución, el alma humana viene directamente
de Dios, pues ella es espiritual y la materia no puede haber dado un
salto de esa índole por sí sola. Ni los genes son inteligentes.
Esto lo entendió muy bien un monje muy sabio del siglo XIII; tal
vez uno de los hombres más sabios de la historia de la humanidad:
Santo Tomás de Aquino. Él sabía que la razón no es enemiga de la fe;
es más el conocimiento natural prepara, sirve de introducción a los
temas más elevados. Tomás decía que la gracia presupone la
naturaleza. Y a diferencia de San Agustín, quien prefería la
iluminación como vía cognoscitiva, Tomás defendía el conocimiento
vía experiencia y vía razón. Dejemos que Juan Pablo II, hombre de
Dios, hombre de ciencia nos diga algo de esta relación de fe y razón
en Santo Tomás:
Albert Einstein
Para los New Agers (o sea los adeptos a este movimiento) Dios
no es persona, como lo concibe el Cristianismo: para ellos Dios
es una Energía; la energía del cosmos, que no se crea, ni se
destruye, sólo se transforma.
Defienden el Panteísmo: todo es Dios; incluso, tú eres Dios.
¿Qué sería para ti jugar vivo? Aquí hay algunas situaciones; tal
vez podrías añadir algunas más:
· Entrar a un almacén con ropa muy ancha y medirte algo
nuevo y llevártelo por dentro de tu propia ropa.
· Llegó la hora de hacer un trabajo en grupo y a ti no te gusta;
no vas a ninguna reunión, no haces nada, pero te ponen en la
lista de entrega.
Hoy entiendo por qué nunca me dio un beso. Hoy entiendo por
qué tan temprano yo buscaba amor fuera de casa. A los 10 años
quería tener novia. Y así me pasé muchos años: ansiando cariño y
amor. Gracias a Dios en mi adolescencia el sexo todavía no era un
“dios”. La pornografía no estaba tan publicitada. Hoy los jóvenes
utilizan todo eso para llenar el vacío que hay en sus corazones. Pero
papá no lo sabía. No fue su culpa. Y un día Dios me hizo verlo.
Dicen que los poetas y los místicos son quienes mejor expresan
esas cosas que son inefables, inexpresables. Hace unos años
compuse una canción que trataba de explicar el misterio del dolor.
Léela con el corazón:
Compañero inesperado
llegas sin invitación
me provoca rechazarte
¡oh misterio del dolor!
En la Cruz, Tú lo asumiste
su sentido se cambió,
no es castigo que nos mandas
puede hacerse redención.
Hoy te digo lo mismo a ti. Vive cada día como si fuese el último.
Siempre preparados, pero confía en la misericordia de Dios. Los
jesuitas dicen: Haz todo como si dependiera de ti, pero confía que todo
depende de Dios.
Termino con este pasaje de la Biblia que nos habla del juicio
después de la muerte:
La tradición y La Biblia nos dicen que “por envidia del diablo entró
la muerte en el mundo, y la experimentan los que le pertenecen.”
(Sabiduría 2, 24) Está claro en el libro de El Génesis, que en el
pecado de nuestros primeros padres había alguien que los invitó a
hacer el mal y que sigue siendo "padre de la mentira" y su existencia
no se puede negar:
“Hacer” es una cuestión ética. ¿Qué tengo que hacer para ser
feliz?. ¿Qué es lo mejor? Desde tiempos inmemoriales la humanidad
ha buscado diversos caminos éticos casi todos asumen que el hombre
busca la felicidad, lo que puede variar son los caminos.
San Agustín
Confesiones, X, 23, 33: CCL 27, 173