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be/YyZIRGRQ_1w

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Haití, 12 años después del peor terremoto de su historia
12/01/2022 CLARIN Hace 12 años, Haití sufrió la peor catástrofe de su historia: un terremoto con
magnitud 7,0 a 15 kilómetros de Puerto Príncipe dejó cerca de 350.000 muertos y por lo menos
300.000 heridos.
Por este episodio devastador, un millón y medio de personas perdieron sus casas. Hospitales,
escuelas y edificios públicos se derrumbaron y las pérdidas económicas en ese momento alcanzaron
a calcularse en 4.400 millones de dólares.
Médicos Sin Fronteras (MSF) fue testigo de ese terremoto y brindó atención en salud para más de
350.000 personas durante el primer año. La organización médica, presente en ese país desde 1991,
recuerda ahora la catástrofe y hace un resumen de una crisis humanitaria que se agravó desde
mediados de 2018.
El terremoto destruyó cientos de miles de hogares, así como edificios administrativos y escuelas,
sin mencionar el 60% del sistema de salud. Una década después, la reconstrucción del hospital
principal del país sigue estando incompleta, y las organizaciones no gubernamentales luchan para
compensar las muchas deficiencias del Estado.

El sismo de magnitud 7,0 en la escala Richter tuvo epicentro en Léogâne, a unos 15 kilómetros al
suroeste de Puerto Príncipe, y fue el más grave en Haití desde 1842. Fue especialmente destructivo
por ser muy superficial, se generó a entre 8 y 13 kilómetros bajo tierra. El terremoto fue seguido, en
los siguientes 20 minutos, por dos réplicas de magnitud 6,0 y 5,7 que agravaron los daños. El
número de muertes fue diez veces superior a la suma de las víctimas causadas por todos los
desastres ocurridos en Haití desde 1963, según el PNUD.
La cercanía del epicentro a la región metropolitana de Puerto Príncipe, densamente poblada, y la
fragilidad de las construcciones condujeron a una catástrofe sin precedentes. También se vinieron
abajo el Palacio Nacional, el Parlamento o la catedral de la capital, todos ellos aún sin reconstruir. El
desastre debilitó enormemente al Estado y causó un daño estimado en el 120 % del PIB de 2009, es
decir, 7.900 millones de dólares.

El asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, el 7 de julio de 2021, solo acrecentó la
inestabilidad de la situación económica y social.
En 14 de agosto de 2021, el país sufrió un nuevo terremoto que dejó un saldo de 2.200 muertos y
cerca de 12.000 personas heridas.

Durante el segundo semestre, se agravaron los enfrentamientos armados entre diversos grupos y
los ataques a barrios, mientras la gente sufre las consecuencias de la violencia indiscriminada,
incendios de viviendas y saqueos.
Mientras tanto, la escasez de alimentos y combustible provocada por las tensiones en el puerto ha
amenazado los servicios vitales, incluido el acceso a la atención médica.
Según el Banco Mundial, el 60% de la población vive en condiciones de pobreza y los índices de
desempleo alcanzan un 70%, lo que ubica al país dentro de los más pobres del mundo.

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La situación de inseguridad en el país, además de generar problemas de abastecimiento y
movilidad, ha causado una serie de desplazamientos internos, señaló Médicos Sin Fronteras en un
documento publicado en el aniversario del terremoto de 2010.

Hasta junio pasado, 15.000 haitianos


habían sido desplazados por la
violencia.El sur de Haití fue una zona
gravemente afectada tras el terremoto
y las instalaciones de hospitales y
clínicas sufrieron daños graves, lo
que dificultó la atención de pacientes
en áreas rurales, recuerda la
organización humanitaria.

En la zona de Les Cayes, por ejemplo,


los equipos de MSF brindaron
atención en cirugía, post operatorios y salud mental. También se pusieron en marcha clínicas
móviles para las comunidades de zonas rurales que no tienen acceso a servicios de salud, llegando
a atender a más de 100 pacientes cada día. En el proyecto de Les Cayes trabaja Diana Galindo,
médica colombiana que ha brindado atención médica con MSF en países como Bangladesh, Irak,
República Democrática del Congo, Libia, Yemén, Malí y Perú.“Pasaron 12 años desde el terremoto
y sigue siendo evidente que el Estado no está presente en diferentes áreas de la sociedad. Para
acceder a los servicios de salud, por ejemplo, es necesario pagar y la oferta de educación pública es
mínima. Al tener muchos servicios privatizados y con altas tasas de desempleo, la situación de la
población se vuelve muy tensa y difícil”, señala.

El nexo entre pobreza y riesgo es más que evidente en Haití. Las cifras son elocuentes. Haití es el
país más pobre del continente: 80% de su población, antes del sismo, sobrevivía con menos de dos
dólares al día. El entorno está degradado a niveles impresionantes, con solo 2% de cobertura forestal
y con procesos galopantes de erosión y pérdida de tierras cultivables. La principal fuente de energía
es el carbón vegetal, y hasta el momento prácticamente ningún intento de frenar la deforestación
ha sido exitoso. La escasa rentabilidad en la agricultura y la baja competitividad de sus productos
de exportación, dadas la inequidad de los aranceles y la injusta protección en los países
desarrollados, generan un elevado flujo migratorio, de unas 75.000 personas al año, hacia las
ciudades, donde se registra una urbanización caótica y desenfrenada, con procesos de construcción
anárquicos y sin ningún control. Los cerros de la ciudad estaban cubiertos de pequeñas viviendas
construidas en un cemento pesadísimo y de mala calidad, aglomeradas unas encima de las otras.
Muchos edificios de más de cinco pisos, producto de incipientes procesos de inversión extranjera,
comenzaban a alterar el paisaje urbano, la mayoría de los cuales también se vio afectada por la mala
calidad de su construcción. Por otra parte, Haití cuenta con un Estado débil, permanentemente
afectado por crisis políticas y conflictos, muchos de ellos determinados por intereses extranjeros,
que generan condiciones de escasa gobernabilidad y corrupción

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“Los secuestros en las calles son cada vez más frecuentes, así como las extorsiones a políticos y
comerciantes. Las bandas delincuenciales, de hecho, son las que muchas veces bloquean el acceso a
alimentos o a gasolina, como sucedió durante el 2021”, comenta Diana.

"La crisis por gasolina ha afectado a los centros de salud de MSF, los cuales en algunos momentos
han estado cerca de dejar de funcionar al no contar con gasolina para los generadores. La
electricidad pública, de hecho, solo funciona tres horas en las noches", agrega.

Acceder a los alimentos tampoco es fácil. La canasta de alimentos aumentó un 40% durante el
último año y, de acuerdo con el Instituto Haitiano de Estadísticas e Informática, el PBI del país cayó
3,3% en 2020 y 1,8% en 2021.La crisis económica y social, con bloqueos y paros que desde 2019
paralizaron gran parte de la vida en el país, parece muy lejos de resolverse.

Claramente, el desastre que se inició el 12 de enero a las 16:53 no se generó en el subsuelo haitiano:
la causas estaban en la superficie y siguen ahí, ancladas en el desarrollo histórico, la exclusión y la
configuración espacial del área metropolitana de Puerto Príncipe y Pétionville

Fuente: Médicos Sin Fronteras y Clarín

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¿Qué son los cultivos transgénicos? Los
cultivos transgénicos u organismo modificado
genéticamente (OMG) son organismos vivos cuya
semilla ha sido modificada mediante ingeniería
genética (insertado uno o más genes procedentes
de especies distintas) para tener más resistencia a
enfermedades comunes y para que las plantas
transgénicas sean capaces de tener producciones
mucho más grandes y constantes que si se utilizan
semillas tradicionales. Un claro ejemplo de estos
cultivos transgénicos es el maíz o la soja. Por tanto,
el objetivo es añadir genes a las semillas que se le
ofrece al agricultor para que dichas semillas tengan
más resistencias a enfermedades, plagas, que produzcan mejores rendimientos y que tengan una mejor
adaptación al exceso de agua o incluso a la sequía como podría ser el caso del trigo. De esta forma se obtienen
nuevas variedades que de otra forma sería muy complicado conseguir.
El primer cultivo transgénico en Argentina fue la soja tolerante a glifosato. Se aprobó, y sembró por primera vez, en
1996 y desde ese momento el área sembrada con cultivos transgénicos, también llamados genéticamente modificados
(GM), ha crecido en forma sostenida. Otro tipo de cultivos transgénicos aprobados, y muy rápidamente adoptados en
Argentina, son los cultivos resistentes a insectos (cultivos Bt). Incluso hay varios cultivos transgénicos que combinan la
tolerancia a herbicidas y la resistencia a insectos. Con alrededor de 24 millones de hectáreas sembradas, que representan
el 12-13% de la superficie global de transgénicos, Argentina está posicionada como el tercer productor mundial de
cultivos GM, después de Estados Unidos y Brasil. 11
CATARATAS EN LAS MESETAS Cascada, catarata, caída y salto son todas
expresiones que utilizamos indistintamente para referirnos a esos hermosos espectáculos de la naturaleza en
los que la corriente de un río cae verticalmente como producto de un desnivel en su cauce.
Aunque no existen reglas numéricas para hacer una diferenciación, por lo general se habla de cascada para
hacer referencia a una caída de agua desde cierta altura, mientras que la palabra catarata está reservada para
las caídas muy grandes y caudalosas, como las Cataratas del Niágara o las Cataratas de Iguazú.

Cataratas del Niágara


Las Cataratas del Niágara, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá, son las más famosas de América
del Norte. Están formadas a su vez por 3 cataratas que reciben los nombres de Catarata Canadiense, Catarata
Estadounidense y Velo de Novia. Con 64 metros, las Cataratas del Niágara no son muy altas, pero deben su
enorme caudal a que son el punto de desagüe de los Grandes Lagos.
Su nombre significa “trueno de agua” y fueron bautizadas por la tribu ongiara, en relación con la fuerza
con la que el agua llega hasta el suelo.
Actualmente son un lugar muy turístico y visitado por miles de turistas al año. Y además, han sido un
popular escenario en el mundo del cine y más en concreto, de películas de Hollywood.

La más alta
El Salto Ángel, en el Parque Nacional Canaima, estado Bolívar, Venezuela, es la catarata más alta del mundo,
con 979 metros. El Salto Ángel fue visto por primera vez por el explorador de la Guayana venezolana
Félix Cardona, en 1927. Diez años después, el piloto estadounidense James C. Angel, aterrizó junto a
Cardona en la cima del Auyán. Buscaban una mina de oro, pero la avioneta en la que viajaban se hundió
en una zona pantanosa y tuvieron que deshacer el camino a pie. Tras 15 días de dura lucha por la
supervivencia, llegaron extenuados al poblado de Uruyén. Desde entonces, el kerepakupai —nombre
original de la cascada— es conocido como el Salto Ángel.
Estamos hablando de una de las mayores atracciones turísticas de Venezuela. Sin embargo, un viaje a
estas cataratas no es un asunto simple, debido a que la zona se encuentra aislada por la espesa selva y
los tepuyes —mesetas abruptas— hacen peligrosa la navegación aérea. Tras recorrer un kilómetro, el
agua llega al suelo en forma de lluvia y crea una atmósfera que confiere al salto un aspecto etéreo e
irreal.
La mejor época para visitar el lugar es durante los meses de diciembre, enero o febrero, que
en Venezuela coincide con la época seca

Cataratas del Iguazú

El río que las forma, también llamado Iguazú, nace en el estado de Paraná, en Brasil, y luego de recorrer unos
1200 kilómetros por una meseta, absorbiendo el caudal de los afluentes que se topa en su camino, llega a un
punto donde una falla geológica forma una grieta en la llanura. Como si una gigante pala se hubiera hundido
en la tierra separando sus lados. Las cataratas del Iguazú, situadas en la confluencia del río que les da nombre
y el Paraná, figuran por méritos propios entre las más espectaculares del mundo. Están formadas por un
conjunto de 275 saltos de agua, el más alto y caudaloso de los cuales, llamado la Garganta del Diablo, alcanza
los 80 m de altura. Las cataratas, que hacen de frontera natural entre Argentina y Brasil, se formaron hace
unos 200.000 años debido a una falla geológica sobre el lecho del río Paraná. Hoy son una de las atracciones
turísticas más populares de Sudamérica.

En idioma guaraní, el término Iguazú se traduce como Aguas grandes. Fueron descubiertas por los
exploradores europeos en el año 1541, por el adelantado Alvar Núñez Cabeza de Vaca. En 1984, la UNESCO
las declaró como patrimonio natural de la humanidad y en 2011.

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MAPA DE BIOMAS DE AMÉRICA

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