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Erradicar la pobreza en todas sus formas sigue siendo uno de los principales desafíos que enfrenta
la humanidad. Si bien la cantidad de personas que viven en la extrema pobreza disminuyó en más
de la mitad entre 1990 y 2015, aún demasiadas luchan por satisfacer las necesidades más básicas.
Para el año 2015, a nivel mundial, alrededor de 736 millones de personas aún viven con menos de
USD 1,90 al día y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados.
El crecimiento económico acelerado de países como China y la India ha sacado a millones de
personas de la pobreza, pero el progreso ha sido disparejo. La posibilidad de que las mujeres vivan
en situación de pobreza es desproporcionadamente alta en relación con los hombres, debido al
acceso desigual al trabajo remunerado, la educación y la propiedad.
Los avances también han sido limitados en otras regiones, como Asia meridional y África
subsahariana, donde vive el 80 % de la población mundial que se encuentra en condiciones de
extrema pobreza. Además, las nuevas amenazas que plantean el cambio climático, los conflictos y
la inseguridad alimentaria necesitan mayores esfuerzos para sacar a las personas de la pobreza.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen un compromiso audaz para poner fin a la
pobreza en todas sus formas y dimensiones para 2030. Esto requiere enfocarse en los más
vulnerables, aumentar el acceso a los recursos y servicios básicos y apoyar a las comunidades
afectadas por conflictos y desastres relacionados con el clima.
Razones hay muchas, pero, en definitiva, porque como seres humanos, nuestro bienestar está
ligado al de los demás. La creciente desigualdad es perjudicial para el crecimiento económico y
socava la cohesión social, aumentando las tensiones políticas y sociales y, en algunas
circunstancias, provoca inestabilidad y conflictos.
Unos sistemas sólidos de protección social son esenciales para mitigar los efectos y evitar que
muchas personas caigan en la pobreza. La pandemia de la COVID-19 tuvo consecuencias
económicas tanto inmediatas como a largo plazo para personas de todo el mundo y, a pesar de la
expansión de la protección social durante la crisis de la COVID-19, el 55 % de la población mundial
(alrededor de 4000 millones de personas) está completamente desprotegida.
En respuesta a la crisis del coste de vida, 105 países y territorios anunciaron casi 350 medidas de
protección social entre febrero de 2022 y febrero de 2023. Sin embargo, el 80 % de ellos fueron a
corto plazo y, para alcanzar los objetivos, los países necesitarán implementar sistemas de
protección social universales y sostenibles que sean apropiados a nivel nacional para todos.
OBJETIVO
1.1 Para 2030, erradicar la pobreza extrema para todas las personas en el
mundo, actualmente medida por un ingreso por persona inferior a 1,25
dólares al día.
1.4 Para 2030, garantizar que todos los hombres y mujeres, en particular
los pobres y los más vulnerables, tengan los mismos derechos a los
recursos económicos, así como acceso a los servicios básicos, la propiedad
y el control de las tierras y otros bienes, la herencia, los recursos naturales,
las nuevas tecnologías y los servicios económicos, incluida la
microfinanciación.
1.5 Para 2030, fomentar la resiliencia de los pobres y las personas que se
encuentran en situaciones vulnerables y reducir su exposición y
vulnerabilidad a los fenómenos extremos relacionados con el clima y a otros
desastres económicos, sociales y ambientales.