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Leyenda El niño encantado de Lima

Esta leyenda peruana cuenta la historia de un pequeño niño en Cajatambo, un poblado de la


provincia de Lima. Cuenta la leyenda que un niño de 12 años estaba paseando a su rebaño de
ovejas cerca a la laguna Lacshacosah. El niño había llevado unos fiambres y un poco de maíz para
poder comer cuando sienta hambre. Estaba paseando con su rebaño, cuando de pronto se dio
cuenta que los alimentos que había llevado ya no estaban. El niño estaba muy hambriento y
comenzó a llorar desconsoladamente mientras se acercaba al lago para poder beber un poco de
agua.

Mientras miraba triste como se movía el agua del lago, pudo ver que a lo lejos aparecía una forma
humana. Era una mujer que venía flotando sobre el agua del lago y se acercaba hacia el. Cuando
por fin llego hasta donde se encontraba el niño, esta mujer le preguntó porqué estaba llorando, a
lo que el niño le contestó que lloraba porque tenía mucha hambre y había perdido los alimentos
que había llevado consigo. La joven que había salido del lago le dijo que se fuera con ella, y que le
daría bastante comida. Lo tomó de la mano, fueron flotando hacia el medio del lago y ambos
desaparecieron.

Como el niño no regresaba a la casa, sus padres fueron desesperados a buscarlo. Fueron al lago
porque sabían que esa era una zona en donde solía pasear al rebaño. Encontraron algunas de sus
ovejas muy cerca al lago, y pensaron que su pequeño hijo caída al lago y se había ahogado. Los
padres no perdieron la esperanza de encontrar a su hijo con vida, así que buscaron en otras zonas
cercanas que el niño solía frecuentar. Pasaron así tres días de intensa búsqueda y los padres
llegaron hasta las cercanías de una cueva de Huayanqui. Estaban sentados sobre unas piedras en
las afueras de esta cueva cuando de pronto vieron que su hijo salía del interior de esta, junto a la
joven que estaba flotando a su lado.

El padre notó que su hijo parecía estar encantado, y rápidamente le colocó una chalina hecha de
lana de vicuña para romper el encanto y se alejaron rápidamente de la cueva. Al cabo de unos
minutos el niño reaccionó a las preguntas que le hacían sus padres. La principal pregunta que le
hacían los padres era ¿Dónde había estado todo este tiempo? El niño les respondió que la joven
con la que lo habían visto lo escuchó llorando en el lago porque no tenía comida, y que
amablemente se acercó para ofrécele algo de comida si se iba con ella. El niño les contó a sus
padres que la joven lo había llevado al fondo del lago, donde tenía un palacio en donde ella vivía y
ahí fue donde le dio la comida que le había prometido. les contó , que después le había conducido
por un camino subterráneo hasta la cueva.
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