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La 

cueva encantada y la bella dama

Érase una vez en el centro poblado Pauca Santa Rosa, en lo alto de una montaña
había una cabaña, donde vivían un padre, una madre, un abuelo e hijos pequeños. Al
costado de la montaña se encontraba una cueva llamada el rollo. Las vidas de cada
uno de los integrantes de la familia eran tranquilas y estables; hasta que un día,
cuando el padre y el abuelo deciden ir a recoger leña al rollo, los niños también fueron
con ellos.

Los niños se acercaron a la cueva hasta a profundarse, ya que eran muy curiosos e
inquietos y buscaban nuevas aventuras, en cuanto ellos escucharon una voz
encantadora vieron a lo lejos una bella dama, que traía consigo una pava de oro y con
bastantes crías y un perol brillante de oro.
Ambos niños se quedaron paralizados, y a los pocos instantes de reaccionar conversaro
n entre ellos lo bonito quesería tener una de las crías de la pava en casa, entonces inten
taron coger una de un zarpazo, pero en ese preciso momento empezó a lloviznar y a
temblar la tierra tan fuerte que las enormes piedras que había en la en la montaña
cerraron la entrada de la cueva quedándose atrapados los niños.

Al sentir el padre y el abuelo el temblor y al ver la inmensa lluvia que


caía , se acordaron de los niños, inmediatamente los buscaron  con desesperación
pero no los encontraron, cuando dejo de temblar la tierra
entonces fue cuando escucharon las voces de los niños pidiendo ayuda desde la cueva 
cerrada; intentaron de distintas formas quitarlas las enormes piedras y así sacar a los ni
ños, sin embargo más esfuerzo que hacía no lograban rescatarlos.

Cómo vieron que ellos solos no podían fueron por ayuda. No teman niños les dijo su


padre de cualquier forma les vamos a sacar de ahí sanos y salvos, vamos a buscar
ayuda.

Entonces bajaron a la parte baja donde habían más casas y más gente, el padre y el


abuelo desperados cuentan a los pobladores lo ocurrido, sin pensar que ellos
empezaron a reír a
carcajadas y se burlaron de ellos diciendo: esto es una broma, ustedes aseguran haber 
presenciado un temblor y una llovizna, si
acá ninguno de nosotros hemos sentido ninguna lluvia y ningún movimiento, nos van a
decir que solo eso  sucedió en esa cueva.

Al ver la reacción de los pobladores, el padre y el abuelo estaban sin esperanzas y


decidieron regresar a la cueva e intentar una vez más poder mover las rocas y sacar a
los niños; pero en ese instante apareció una adivina, quien dijo: que lo que comentan
ellos dos era cierto, algunos de los pobladores no le creían, otro dudaban y solo dos de
ellos le creyeron, ya que sabían que la adivina no se equivocaba, tenia conocimiento y
no mentía, porque varias veces decía algo y era verdad.

Los pobladores que decidieron ayudar al padre y al abuelo; dirigieron hacia la cueva con
mas entusiasmo a sacar los niños a salvo de la cueva; al llegar empezaron a quitar las
piedras de la entrada con todas sus fuerzas, hasta que lograron quitar una a una las
piedras y rescatar a los niños, pero enorme fue la sorpresa que solo la niña estaba ahí,
pero el niño no estaba.
Su papá y su abuelo preocupados le preguntaron a la niña donde estaba su hermano,
y ella respondió que él tenía hambre, y fue a comer fruta porque vio que a su costado
había una planta con unas deliciosas manzanas, pero al comer la manzana y al poco
rato se quedó dormido y no pudo despertarlo de ningún modo, dojo que el se
encontraba un poco más al fondo, entonces el padre se metió a la cueva para
buscarlo.
Cuando ya lo saco, todos intentaron despertarlo de varias formas, pero no lo lograron, 
en tanto vieron que se aproximaba la Adivina, quién al llegar a la parte dónde se encon
traban, dijo que había venido porque sabía que la necesitaban. 

El padre respondió que si era verdad, adivina dijo que su hijo había comido la fruta qué 
hacía dormir las personas eternamente, pero si le hacen oler el aroma de rosas antes 
de dos horas de haber comido la fruta podra salvarse del sueño infinito,
el padre pregunto qué tipo de rosas eran, y respondió qué esas no eran rosas comune
s sino un tipo de rosas especiales y que encontraba dentro de la Cueva.

Rápidamente el padre fue a lo profundo de la Cueva por las rosas, pero vaya sorpresa 
qué se llevo encontrar a la bella dama y varias cosas encantadoras, por un momento
pensó que solo se lo está imaginando, pero no era así, cuando vio las rosas al costado 
de la bonita dama, se dispuso arrancarlas pero la dama le dijo que no lo haga.

Al oír eso se detuvo, pero le dijo: por favor las necesito para volver a ver a mi hijo jugar 
y correr, Si no los llevo ahora el permanecerá dormido para siempre, por favor, por fav
or, decía el padre con las lágrimas en los ojos.

La dama le explico que ningún humano podía coger las riquezas que tenía la cueva, y
a que si lo hace fenómenos Terribles sucederían.

Con mucha desesperación, el padre le pregunto sí es que había una manera de que s
u hijo oliera las rosas y despertara sin que suceda nada malo, respondió que ella si po
día tomar los con tranquilidad seguridad, pero sin embargo parecía no querer hacerlo.
Una Gran sonrisa apareció en el rostro del padre, ya que sabía que existía una forma 
De qué se salve su hijo, al ver la cara de la dama, su alegría desapareció, se dispuso 
al proponerle que por favor le ayudara, pues era la única que tenía la posibilidad de sal
var la vida del niño.

Ella le dijo que también deseaba ayudar, pero tenia temor de que tuvieran malas
intenciones y llevasen el oro, el padre le prometió que ninguna de las personas tocaría
nada, y encarecidamente le pidió su ayuda.

La dama término aceptando y le dijo que entren a la cueva con el niño, al hacerlo sí im
presionaron mucho, pero la Adivina en eso exclamó ¡rápido rápido ahora traigo mi rosa
s está por terminar las 2 horas!, entonces la dama con mucha delicadeza tomo tres ros
as y justo en el último momento el niño olio el aroma de Las Rosas.

A los pocos segundos el niño abrió los ojos y al ver a su familia sonrió, la felicidad
pudo mas en los rostros de todos, se dieron un fuerte abrazo y se agradecieron unos
a otros, el padre, el abuelo y los niños le dieron varias veces las gracias a la hermosa
dama y le prometieron no decirle a otras personas que no sean familia sobre lo
ocurrido para no poner en riesgo las grandes riquezas encontradas en la cueva.

Luego despidieron y se fueron alejando poco a poco, la Adivina y los amigos regresaro
n a sus casas de la parte baja, Mientras que el padre el abuelo y los niños subieron la 
parte alta de la montaña. 

Al llegar a casa, encontraron a la mamá preocupada, por su tardanza y le contaron lo s
ucedido; le pareció algo increíble, pero era fácil de que todos hayan terminado bien. lo
s niños dijeron qué era una gran aventura que vivieron y que sería algo inolvidable qué 
recordaran por siempre. 

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