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ESTUDIOS Y ENSAYOS
TEOLOGÍA
Francesco Giosué Voltaggio
LAS FIESTAS
JUDÍAS
Y EL MESÍAS
ESTUDIOS Y ENSAYOS
BAC
TEOLOGÍA
Preimpresión: BAC
Impresión: Anebri, S.A., Madrid
Pág.
PRESENTACIÓN, por el Card. Antonio M.a Rouco XIII
INTRODUCCIÓN 3
1. A las fuentes de la fe 3
2. Una gran herencia común 5
3. Hermanos mayores, es más, «padres en la fe» 6
4. .Ecce horno! 9
5. Veritas hebraica 12
Pág.
3. Expiación 41
4. Día de conversión y ayuno 42
5. Cuarenta días 43
6. Perdón a los hermanos 45
7. Misericordia y shofar 46
8. Yom Kippur y el segundo Templo 47
9. Sumo sacerdote, vestiduras blancas y migvá 48
10. Suertes y proclamación del Nombre 50
11. El Santo de los Santos 51
12. El macho cabrío expiatorio 52
13. Yom Kilppur hoy 54
14. Lectura cristiana de la fiesta 57
Pág.
Shabuot
(E de las Semanas /
Pentecostés)
jannukki
(E de las Luces)
1. A las fuentes de la fe
4. ¡Ecce homo!
5. Ventas hebraica
2. La Cabeza y el Amado
7. Libro de la Vida
Véase ÍD., Jesús de Nazaret (La Esfera de los Libros, Madrid 2007) 357-360.
CE ÍD., Jesús de Nazaret, o.c.11 (2011) 53-55.
2. YOM KIPPUR - DÍA DE LA EXPIACIÓN 41
3. Expiación
5. Cuarenta días
7. Misericordia y shofar
1. Tienda y morada
cide, según la tradición judía, con el día del Yom Kippur. Por
tanto, según esta tradición, el Yom Kippur recuerda este segun-
do descenso de Moisés del Sinaí, cuando llevó las segundas
tablas de la Ley como signo del perdón de Dios por el terrible
pecado del becerro de oro.
Si se lee con atención la narración del Éxodo, se puede no-
tar que, al día siguiente del descenso de Moisés, él da instruc-
ciones para la construcción del mishkan, la tienda de la mora-
da divina (Éx 35,4-36,38). Por dicha razón, la fiesta de Sukkot
se celebra cinco días después del Yom Kippur y está vinculada
al segundo descenso de Moisés del monte Sinaí: es una segun-
da oportunidad que Dios da al pueblo. La construcción de la
tienda significa que, después de la Alianza en el Sinaí, el pue-
blo puede continuar su peregrinación por el desierto.
4. Vivir en la tienda
7. Fiesta de la luz
8. Palmas y Hosanna
a Cf. Misná, Middot 3,2; Tamid 5,5; Temurá 7,6; Yorná 5,6; Zevajim 8,7ss.
Cf., p. ej., Ex 27,7; 1 Re 6,5.6; Ez 41,5.7.8.9.
6 Para un reciente estudio del trasfondo judío, cf. D. SÁNCHEZ ALCOLEA, Aguas
que destruyen, aguas que salvan. Textos que aluden al bautismo en el Nuevo Testamento
a la luz de la literatura hebrea antigua (BibMid 37; EVD, Estella 2015).
3. SUKKOT - FIESTA DE LAS TIENDAS 77
Juan. Hay aquí algunos capítulos en los que se narra que Jesús
vivió la fiesta de Sukkot. Ya hemos indicado que, en el tiempo
de Jesús, la fiesta de las Tiendas probablemente fuese la más im-
portante, tanto que se la denominaba sencillamente «la fiesta».
Casi cuatro capítulos del evangelio de Juan (7,1-10.21) están
ambientados en dicha solemnidad. Así, justo en Sukkot, Jesús
se revela como el Mesías. El evangelio de Juan es el evangelio
de la autorrevelación de Cristo; en Sukkot, en particular, tiene
lugar su gran revelación mesiánica. Para confirmar esto, baste
señalar que Jn 7 se abre con una larga discusión sobre si Jesús
tiene que ir o no a Jerusalén para la fiesta, si es o no es el Me-
sías Un 7,1-36). Anteriormente hemos visto que Sukkot es una
fiesta en la que los motivos mesiánicos son bastante frecuentes.
En particular, en Jn 7,37 hay una revelación hecha por el
mismo Jesucristo, que, aunque al inicio no quiera ir a la fiesta,
ya que considera que todavía no se cumplido su tiempo Un
7,8), al final, puesto en pie y con gran solemnidad, «grita», en
el «último día de la fiesta» (Jn 7,37). En el evangelio de Juan, el
«gritar» (en griego krazein) está relacionado con la revelación.
He aquí el contenido de esta solemne revelación: «Si alguno
tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí, como dice la
Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva» Un 7,37-38).
El evangelista especifica que Jesús, al pronunciar dichas pala-
bras, se refiere «al Espíritu que iban a recibir los que creyeran
en él» Un 7,39); en una palabra, es como si dijera: «Yo soy
la verdadera piscina, ¡la fuente de agua viva!». Se trata de una
autorrevelación de Jesucristo: él manifiesta su «profundidad»
divina. Según la Misná, Yomá 8,9, «la piscina (migvá) de Israel
es el Señor». El marco de la fiesta de Sukkot es, pues, de enorme
importancia para comprender a fondo dicha revelación.
Jesús no solo declara que es la verdadera fuente de agua
viva, sino que también promete a los que crean en él que se
convertirán en una fuente para los otros: «Esto lo decía refi-
riéndose al Espíritu que iban a recibir los que creyeran en él».
Los cristianos están llamados a irrigar a los demás mediante la
3. SUKKOT - FIESTA DE LAS TIENDAS 81
Sukkot. Dicha piscina es, entre otras cosas, una imagen del
bautismo. El ciego es enviado a la piscina de Siloé y volvió ya
viendo. Jesús es la verdadera luz, la verdadera fuente: por esto
envía el ciego a la piscina de Siloé. Se podrían añadir muchos
otros datos, pero es imposible hacerlo aquí. El lector atento
podrá encontrar otras referencias a Sukkot, que pueden ilumi-
nar los acontecimientos y las palabras que Jn 7-9 nos ofrece.
Según varios estudiosos, entre los que mencionamos a
Jean Daniélou, aunque Sukkot no se haya prolongado como
fiesta en la liturgia cristiana, sin embargo, la riqueza de su
simbolismo entró en los ritos bautismales de la Iglesia pri-
mitiva. Él cita a propósito varios textos de los Padres de la
Iglesia, algunos de los cuales interpretan la fiesta de Sukkot
en clave cristiana'. En efecto, está fuera de duda que los tex-
tos joánicos aquí citados —la autorrevelación de Jesús como
fuente de agua y de luz y la curación del ciego de nacimiento,
que tienen como contexto la fiesta de Sukkot—, tienen una
estrecha relación con el Bautismo.
A nuestro parecer, todo esto resulta más evidente si se lee el
texto de Ap 7,1-17, donde los elegidos, los bautizados, se pre-
sentan como el pueblo que cumple el nuevo éxodo: el Cordero
los guía a las fuentes de las aguas de la vida'. Ciertamente hay
una relación entre este texto y la fiesta de las Tiendas. En Ap 7,9,
Juan ve «una muchedumbre inmensa, que nadie podía contar,
de toda nación, razas, pueblos y lenguas». La proveniencia de
esta multitud es, pues, universal. En la liturgia de Sukkot la uni-
versalidad es un tema recurrente: tal como hemos visto, según
el profeta Zacarías, el día escatológico será una fiesta de Sukkot
en la cual participaran todas las familias de la tierra; todavía hoy,
los judíos agitan las palmas hacia los cuatro puntos cardinales,
día: las siete luces de la menord son los ojos de Dios, su «vista»
plena e infinita (el número siete simboliza la plenitud) y, como
veremos, en el Apocalipsis se convertirán en el símbolo de la
plenitud del Espíritu de Dios.
En una narración midrásica, contenida en el Talmud de
Babilonia, Abodd Zará 8a, se narra que la fiesta de Jannukkd
se remonta a Adán. Este, después del pecado, vio que los
días se acortaban y que oscurecía. Entonces se espantó gran-
demente pensando que ya no iba a haber más luz, y elevó una
oración a Dios, diciendo: «¡Ay de mí! ¡Quizás el mundo se
oscurece por mi pecado y está volviendo al caos original; qui-
zás sea esta la sentencia de muerte divina!». El Talmud señala,
finalmente, que Adán instituyó estas fiestas por amor a Dios,
mientras que los paganos conmemoraban aquel tiempo como
días de idolatría; es sabido que en el solsticio de invierno los
paganos celebraban la fiesta del Sol Invictus como el triunfo de
la luz sobre las tinieblas. En el texto talmúdico, por tanto, se
celebra la luz de Dios que vence a las tinieblas del pecado. Por
este motivo la fiesta tiene lugar cerca del solsticio de invierno,
cuando los días empiezan a alargarse.
2. Purim hoy
porque en tales días obtuvieron los judíos paz con sus ene-
migos y en este mes la aflicción se trocó en alegría, y el llan-
to en festividad; y para que se convirtieran en días de alegres
festines y mutuos regalos y de donaciones a los pobres.
2. Memorial
3. De la esclavitud a la libertad
1
corazón y a su ofrecimiento totalmente libre a la pasión. Esta
tradición ha pasado a los primeros cristianos. Clemente Ro-
mano escribe en su carta a los Corintios: «Isaac, conociendo
el futuro, con confianza se hizo llevar al sacrificio voluntaria-
mente» (Ad Cor. 31,3). Según la tradición judía antigua, por
tanto, Isaac, como era adulto, se ofreció espontáneamente y
no forzado por su padre; también nosotros decimos de Cristo
en cada celebración eucarística: «Cuando iba a ser entregado a
su pasión, voluntariamente aceptada. . .».
Cf., p. ej., Lev 1,3.10; 3,1.6; 4,3.23; 5,15.18.25; 22,19.21; 23,12; Núm 6,14.
5 Cf. Gén 6,9; 17,1; Dt 18,13; 2 Sam 22,24.26.
6. PESAJ - FIESTA DE PASCUA 123
6 FILÓN, De vita Mosis II, 224; cf. también Misná, Pesajim 5,6.
124 LAS FIESTAS JUDÍAS Y EL MESÍAS
6. Preparación de la cena
Otras fuentes judías, más tardías que los evangelios, pero que
contienen tradiciones bastante antiguas, señalan que el corde-
ro pascual tenía que comerse en el interior de Jerusalén 7. La
fiesta de Pesaj era una de las tres fiestas de peregrinación, en las
que los judíos tenían que peregrinar a Jerusalén. Nos podemos
imaginar la inmensa multitud presente en el interior de la ciu-
dad en la noche de Pascua.
En la preparación de la cena, una parte importante la
constituye la miqvd, el bario de purificación que los judíos,
como antes de cualquier fiesta, deben cumplir. Se trata de un
«bautismo», una inmersión en agua viva, llevada a cabo para
poder comer Pesaj en estado de pureza. Este bario se efectuaba
ciertamente en tiempos de Jesús y en el Nuevo Testamento:
en Jn 13,10, cuando Jesús declara que «el que se ha bañado
no necesita lavarse más que los pies, está del todo limpio», se
refiere a la inmersión ritual de la miqvd y no a un simple bario,
como se podría pensar. Jesús añade: «Y vosotros estáis limpios,
aunque no todos», refiriéndose al que lo iba a traicionar. Jesús,
por tanto, une la pureza legal con la intención del corazón,
unión que ya existe en el judaísmo.
7. Eliminar la levadura
7 CE, p. ej., Misná, Pesajim 7,9; Midrash Bereshit Rabba 5,2; 7,8; Midrash Sifté
Bemidbar 69.
6. PESAJ - FIESTA DE PASCUA 127
Cf. Y. CARO, Shurhan Aruj. Recopilación de las leyes prácticas..., o.c., 175 y
182.
128 LAS FIESTAS JUDÍAS Y EL MESÍAS
9. Dayyénu
12 Cf. mis notas a este texto en E G. VOLTAGGIO, Siedi solitario e silenzioso fino
ai giorni del Re Messia! II it'irgum di Qoélet. JI Targum delle Lamentazioni (Chirico,
Nápoles 2014) 183-184.
13 SAN JERÓNIMO, Obras completas, II (BAC, Madrid 2002) 355.
138 LAS FIESTAS JUDÍAS Y EL MESÍAS
4. Fiesta de la Torá
truenos», sino que «veía las voces». ¿Cómo se pueden «ver las
voces»?, se preguntan los rabinos. Ellos explican, a través de un
midrás, que la voz de Dios era visible como lenguas de fuego.
En Hch 2,3 se narra que a los apóstoles y a María reunidos en
el Cenáculo se les aparecieron «lenguas de fuego, que se repar-
tieron y se posaron sobre cada uno de ellos».
En el Targum Neofiti de Éx 20,2-3 se parafrasea el texto
bíblico añadiendo que los mandatos que salían de la boca
del Señor eran como chispas, relámpagos y luces de fuego
(cf. también las versiones del Targum Pseudo Jonatán y del
Targum Fragmentario). En la tradición midrásica son preci-
samente estas chispas de fuego las que graban la Torá sobre
la piedra.
También en el Midrás6 se precisa que Dios se manifies-
ta en lenguas de fuego. Según la tradición rabínica, todo el
mundo ha escuchado la voz de Dios que hablaba en el Sinaí,
pero el pueblo de Israel, presente y elegido, no solamente ha
podido escuchar, sino que también ha visto la Palabra de Dios
bajo la forma de estas lenguas de fuego. Esta es la razón, ex-
plican los rabinos, por la que en el texto bíblico se dice que
el pueblo «veía las voces», porque veía las lenguas de fuego.
Cada uno de los mandamientos, bajo la forma de lengua de
fuego, viajaba por el campamento de Israel y después se po-
saba sobre cada persona individualmente. Por eso se usa la
expresión «ver las voces», y no simplemente «la voz» en sin-
gular. Después, la lengua de fuego, la sustancia ardiente, se
imprimía en las tablas de piedra. Esto se ha cumplido plena-
mente en la nueva Alianza, el día de Pentecostés: el fuego del
Espíritu Santo, bajo la forma de lenguas de fuego, se posa so-
bre los apóstoles y sobre María reunidos en el Cenáculo (Hch
2,3). Solo que este fuego no es ahora externo, sino interno:
el Espíritu de Dios «se graba» en el corazón del hombre y lo
inunda como un templo.
5. Matrimonio espiritual
Zikkaron: «Memorial».
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
1. Fuentes
2. Bibliografía