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Aprender haciendo cine

El audiovisual en la escuela

La realización audiovisual, en tanto experiencia de conocimiento, posee un rol


trascendente dentro del saber artístico y mediante la operatoria de la retórica
contribuye al desarrollo argumentativo.

Importancia del lenguaje audiovisual: Los sujetos sociales contemporáneos están


inmersos en un mundo de múltiples pantallas, con imágenes y sonidos desde el
mismo momento de su nacimiento. La capacidad de interpretar esas imágenes y
sonidos va variando de acuerdo al desarrollo cognitivo de cada edad y demás
condiciones individuales, aunque en todos los casos ésta se adquiere a partir del
contacto frecuente y cotidiano, junto a la lengua vernácula y, en el marco actual de
la globalización, con otras lenguas y dispositivos.

Experiencia de conocimiento: Esa utilización de lo audiovisual como forma de


comprensión del mundo se realiza de modo diverso. Mientras que el círculo
científico usa la dimensión y lenguaje audiovisual como una traducción de
funciones matemáticas generadas en lenguaje digital, otras fuentes lo dimensionan
como vínculo interconectado con la “experiencia” cotidiana, para accionar con la
realidad, manteniendo el concepto de “imagen espejo”, tanto en el mundo
mediado por los dispositivos audiovisuales, como sin ellos.

Diversidad y retórica: Los dos aspectos anclados en el paradigma moderno y


generalmente positivista de la educación formal tienen que ver con:
-La concepción unívoca del conocimiento.
-La diversidad, entendida como desvalor y no como complejidad, del conocimiento
generado a través de la construcción lógica argumentativa, bajo
una concepción parcial y sesgada del concepto de retórica.
La expectativa de entender una realidad dada, lógica, regida por leyes, que
un método adecuado y transparente va a descubrir, lleva a la concepción de un
concepto de conocimiento unívoco y una construcción del mismo materializada
a través de un discurso también unívoco.
La diversidad entendida como desvalor, y el acotado y a veces despreciado
concepto y utilización de la retórica como operatoria racional, anclada por un
lado en un prejuicio de la modernidad, redujo la retórica a la idea de artificio, no
sinceridad, decadencia, hinchazón verbal. La misma fue entendida en la
antigüedad como una operatoria de la razón, como “ciencia que estudia los medios
de persuasión” en palabras de Aristóteles, o como razonamiento y estructura-
ción argumentativa del discurso en palabras de Perelman.

Lo audiovisual y la necesidad de educación: Es en esta última dimensión en la que


aparece la necesidad de la educación, con el fin de formalizar esos saberes
adquiridos en el consumo cotidiano de productos audiovisuales, con el fin de
desmontarlos y analizarlos como “construcciones de sentido”, con sus operatorias
retóricas que construyen conocimiento a partir de la razón argumentativa.

Orígenes del campo audiovisual: El campo de lo audiovisual (la posibilidad de


generar registros de imágenes en movimiento y sonidos que puedan ser
reproducidos en una pantalla) tiene una relativamente breve pero muy fructífera
historia cuyo origen común podríamos situar convencionalmente en la invención
del cinematógrafo por parte de los hermanos Lumière, en el año 1895.
La capacidad de proyectar imágenes en movimiento sobre una gran pantalla
para un público numeroso fue un factor decisivo para el éxito del invento de
los Lumière. Los diversos logros tecnológicos posteriores (como la reproducción
de sonidos sincronizados junto a la imagen en el cine sonoro; la posibilidad de
capturar imágenes electrónicas y transmitirlas en vivo, propia de la TV; hasta
contar con una cámara de video digital en el bolsillo todo el tiempo, como en
la actualidad) han producido una influencia determinante en el desarrollo de
todos los aspectos de la vida social.

Proceso de realización: El proceso de realización audiovisual, desde la invención


del cinematógrafo en 1895 hasta la actualidad, ha tenido notables cambios, sobre
todo desde el punto de vista tecnológico.
La finalidad principal de esta “normalización” de tareas está relacionada con el
ahorro de tiempo y dinero, sobre todo en el ámbito del cine comercial (aunque
cabe aclarar que cualquier realización audiovisual, por modesta que sea, tiene
un costo mayor o menor de estos dos valiosos bienes).

Etapas: La primera de ellas es la preproducción. En este momento se realizan los


preparativos y tareas necesarias antes de iniciar el rodaje o grabación. Es donde se
completa el armado del proyecto.
Aquí se incluye la gestión de los recursos materiales y humanos para llevarlo
adelante, así como también la logística y organización de todos los aspectos
técnicos. El guión, la propuesta estética, locaciones, selección de actores o en-
trevistados son decisiones y productos de esta instancia.
La segunda etapa es la producción, que se inicia en el momento en que co-
menzamos a rodar nuestro audiovisual y se extiende hasta la finalización de la
grabación.
Por último está la posproducción, instancia en que realizamos el montaje y la
edición. Aquí nos ocupamos de ordenar lo grabado, determinar la forma en que
se quiere visualizar el producto final, así como las correcciones de color, gráfica
a incorporar en pantalla y todo lo que sea requerido hasta llegar a la publicación
y difusión del material.

Guión: Si bien existen diversos formatos, todos tienen en común que presentan un
texto correspondiente a lo que se ve en imagen y las acciones que desarrollan
los personajes, por un lado; y otro texto diferenciado para todo aquello que se
escucha (los textos de los diálogos, voz over, música, ruidos, etc.).
Se organiza en unidades de tiempo y espacio que se denominan escenas. Las
escenas son numeradas correlativamente, según su orden de aparición en la
película terminada (aunque al momento de grabarlas/filmarlas se lo haga en el
orden que mejor convenga). El criterio para definir cuándo termina una escena y
cuándo comienza otra está dado principalmente por el espacio (si el relato
transcurre en más de un lugar habrá tantas escenas como nuevos lugares), aunque
también podría estar definido por una diferencia temporal notable.
Existen dos tipos básicos de guion: Guion literario (qué se ve y qué se escucha):
aquí se cuenta la historia en el orden en el que la veremos luego en pantalla.
Se escribe en tiempo presente y en tercera persona. Cada unidad de espacio
(en algunos casos de tiempo) constituye una escena. Cada escena tiene un nú-
mero de acuerdo al orden en que se verá luego.
En el guión literario se describe la imagen por un lado y el sonido (diálogos,
ruidos, música) por otro. Esto puede hacerse de diversas maneras, aunque las
más habituales son: en dos columnas (a la derecha la imagen y a la izquierda el
sonido), o bien alternando un párrafo de imagen y a continuación el sonido que
le corresponde.
Guion técnico (cómo se ve): contiene la misma información que el literario,
pero se le agregan las indicaciones técnicas: cantidad y orden de los planos
(cada uno llevará un número); “tamaño de plano” (si veremos a los personajes
de cuerpo entero, desde la cintura, sólo el rostro, etc); movimientos de cámara
(si la cámara estará quieta sobre un trípode será un “plano fijo”, si se mueve sobre
su eje será un “paneo”, o si se desplaza para mostrar algo progresivamente
será un “travelling”).

Story board: Si bien no es una herramienta imprescindible, muchas veces un story


board nos permite imaginar mejor cómo se verá lo que estamos por grabar. Consis-
te en una serie de dibujos en los que se representa, muy esquemáticamente, aquello
que veremos luego en nuestra película (generalmente, cada uno de los
dibujos se corresponde a un plano).
En algunos casos hasta puede ser un buen sustituto del guion técnico, ya que en los
dibujos representaremos el “tamaño de plano” y la dirección de movimiento de
nuestros personajes, o de la cámara, algo que deberemos tener en cuenta cuando
estemos grabando.

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