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La historia del hombre señala lo que ha sido la evolución de los derechos humanos. Poco a poco, la
libertad y la igualdad se abrieron camino buscando aliarse con los demás derechos del hombre. Así,
los derechos humanos en principio fueron para unos pocos: en Inglaterra, para los nobles; en
Estados Unidos, para los blancos; en Francia, para los ciudadanos. Después fueron ampliándose de
forma paulatina hasta que, de manera menos formal, se declararon universales. Los antecedentes de
la humanidad demuestran el proceso de restauración de las desigualdades, pero también nos indican
que, hasta la fecha, no se han erradicado todas.
A temprana hora la Antigüedad, discurrió sobre los derechos humanos. Como se mencionó
anteriormente, Aristóteles hablaba de que en el Derecho de la polis una parte es natural y otra
positiva, de tal manera que su fuente es diferente: "Hay una parte que debe su origen a la
convención humana; es un producto cultural, obra del hombre. Y hay otra parte que tiene su origen
en la naturaleza; no es obra del hombre, sino de un orden dado al hombre y a la sociedad."
Buscando un acercamiento histórico al origen de los derechos humanos, podemos hacer referencia
al humanismo greco-romano, así como a sus orígenes orientales con el Código de Hammurabi, el
cual regula la Ley del Talión, que establece el principio de proporcionalidad de la violencia
(venganza).
En "Antígona", obra de Sófocles, existe un antecedente del concepto de 'derechos humanos'. Al ser
interpelada por el rey Creonte sobre si conocía o no la prohibición de enterrar el cadáver de
Polinices, Antígona le replica que lo había enterrado actuando conforme a las leyes no escritas e
inmutables de los dioses, una clara alusión a la existencia de los derechos inherentes al ser humano.
Los Diez Mandamientos del Antiguo Testamento constituyen otro antecedente en la historia de los
derechos humanos, pues establecen los principios básicos de la moralidad y la ética.
Conocimiento de prohibiciones se reconocían valores fundamentales de los hombres, como el
derecho a la vida, ya que el sexto mandamiento prescribe: "no matarás". El cristianismo dio origen a
una nueva etapa en el desarrollo histórico de los derechos humanos, al proclamar la igualdad
universal entre los seres humanos como principio rector de la convivencia humana y al rechazar la
violencia. El derecho de gentes es reconocido para todos los hombres.
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de Francia fue el punto de referencia
para el desarrollo de todos los movimientos socio-revolucionarios que vivió Europa en el siglo XIX.
Pero el legado de la Declaración tiene su mayor impacto en los movimientos independentistas de las
colonias del Continente Americano. Sus implicaciones fueron decisivas en la ruptura de los bloques
coloniales que giraban en torno a las metrópolis de Inglaterra, España y Portugal. Bajo su influencia
se llevaron a cabo las independencias desde México hasta Argentina.
Desde el punto de vista formal, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de
1789 es el fundamento para la afirmación del individuo como titular de derechos que se han
consagrado en las constituciones contemporáneas.
Sin embargo, el hecho de que existan varios "nombres" para referirse a los derechos humanos
denota su concepción multicultural. Por ello, cabe preguntarse por qué existen tantos conceptos de
derechos humanos.
Desde la vigencia formal de los derechos humanos, su historia europea ha sido el discurrir de las
desigualdades en la vida social y el ascenso de la autonomía de la razón junto con la idea de la
libertad y la igualdad como atributos esenciales del ser humano. Los derechos humanos en Europa
han sido el resultado de confrontaciones entre el pueblo y gobiernos despóticos, incluso, de
conflictos entre pueblos que mutuamente buscaban dominarse. En América, la historia de los
derechos humanos fue diferente, ya que partió de un proceso de dominación europeo que negaba las
culturas americanas y que trató de aniquilarlas, ya sea con la muerte o con la incorporación de los
pueblos conquistados a sus formas políticas, sociales y jurídicas.
De esta manera, en todo el mundo y durante mucho tiempo, los poderes de poder han impuesto sus
decisiones sobre los pequeños grupos (pueblos, comunidades, tribus), pretendiendo que vivieran,
actuaran, sufrieran, pensaran y sintieran como ellos. Los derechos humanos no fueron la excepción
a esta imposición; así, sobre culturas y cosmovisiones que se acallaron y avasallaron, se gestó un
concepto de derechos humanos que no alcanza a hacer realidad las aspiraciones de todos los
hombres.
LÍNEA DEL TIEMPO DE LOS DERECHOS HUMANOS
Para ejemplificar, presentamos una línea del tiempo sin pretender que sea exhaustiva; de este modo
podemos reflexionar sobre el avance paulatino que ha tenido la concreción de los derechos
humanos:
1215: Carta Magna de Inglaterra.
1628: Petición de Derechos (Petition Rights), Inglaterra.
1679: Habeas Corpus Amendment Act, Inglaterra.
1689: Declaración de Derechos (The Bill of Rights), Inglaterra.
1776: Declaración de Derechos del Buen Pueblo de Virginia, Estados Unidos.
1789: Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, Francia.
1838: Derecho al voto de la mujer, Islas Pitcairn.
1865: Decimotercera enmienda a la Constitución de Estados Unidos (abolición de la esclavitud).
1893: Derecho al voto de la mujer en Nueva Zelanda.
1920: Derecho al voto de la mujer blanca estadounidense, Estados Unidos.
1924: Derecho al voto de la mujer cabeza de familia, España.
1927: Derecho al voto de la mujer en América del Sur, Uruguay.
1948: Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
1948: Declaración Universal de los Derechos Humanos.
1948: Convenio 87 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la Libertad Sindical y
la Protección del Derecho de Sindicación.
1953: Derecho al voto de la mujer en México.
1966: Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
1966: Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
1981: Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos.
1986: Carta Asiática de los Derechos Humanos.
1989: Convenio de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales.
1990: Declaración de El Cairo de los Derechos Humanos en el Islam.
1999: Convenio 182 de la OIT sobre la Prohibición de las Peores Formas de Trabajo Infantil.
2000: Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
2000: Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y
niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional.
2000: Declaración del Milenio.
2011: Reforma Constitucional en materia de Derechos Humanos, México.
Para mejor organización de nuestro reino, con el consejo de nuestros reverendos padres, el
Arzobispo de Canterbury, primado de toda Inglaterra y Cardenal de la Santa Iglesia de Roma;
Enrique, Arzobispo de Guillermo, Obispo de Londres; Pedro, Obispo de Winchester, y otros
súbditos leales.
Ahora bien, si la Carta Magna de Inglaterra pudiera ser el documento fundante de lo que se ha dado
en llamar garantías individuales o derechos humanos que fueron reconocidos a un grupo reducido
de hombres porque se hicieron fuertes y lograron poner un límite al poder absoluto del monarca,
pero aceptarlo implica que estamos ante unos derechos humanos que fueron pactados para una clase
determinada de hombres. Tales derechos o garantías, por ser humanos o por ser de voces de poder,
por la naturaleza de su origen, no constituyen un referente para cualquier hombre; solo para
aquellos que poseen capital y poder. Todos los demás no encajan dentro del supuesto.
Como Dc Sousa señala, "no nos equivoquemos con la universalidad de los derechos; no debe ser
resultado de la globalización, ni mucho menos seguir engañosamente atada a un concepto de
dignidad humana parcializado y elitista, que se funda en el paradigma neoliberal".
B. OBLIGATORIEDAD
¿Son obligatorios los derechos humanos? ¿De dónde se deriva su obligatoriedad? ¿Por qué
requieren ser tutelados?
La obligatoriedad se deduce de la tutela legal, que debe dar muestra de contar con mecanismos
eficaces y transparentes para promover los derechos humanos.
La obligatoriedad de los derechos humanos presume, en caso de irrespeto, la responsabilidad
jurídica del que no los observa. Idealmente, todas las personas, junto con el Estado, tienen el deber
de respetar los derechos humanos del otro y de los demás y, ante la violación de éstos, serán
responsables jurídicamente, con las consecuencias que ello implica. Sin embargo, esa tutela a veces
es nula y, en el mejor de los casos, mutilada. En México, el 9 de junio de 2011 se publicó la
Reforma Constitucional en materia de derechos humanos. Es decir, no fue sino hasta el siglo XXI
cuando se reconoció la existencia de los derechos humanos. Se elevaron a rango constitucional los
derechos humanos protegidos por los tratados internacionales ratificados por México. También se
estableció la obligación de todas las autoridades de prevenir, investigar, sancionar y reparar las
violaciones a los derechos humanos.
Articulo 1 En los estados unidos mexicanos todas las personas gozaran de los derechos humanos
reconocidos en esta constitución y en los tratados internacionales de los que el estado mexicano sea
parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni
suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta constitución establece
Sin embargo, no se dice cuáles son los derechos humanos que reconoce la Constitución.
En este caso, la obligatoriedad de los derechos humanos se deduce de la garantía constitucional que
los subsume; si no está explícita la garantía en el texto constitucional, entonces no podrá
enarbolarse el derecho humano.
La obligatoriedad de los derechos ha sido una constante preocupación de los promotores. Se parte
de la idea de que el respeto de los derechos humanos debe darse por valor entendido y, por tanto,
aceptado; sin embargo, en la vida diaria no es así. En la realidad social, la violación de los derechos
humanos demuestra que el propio ser humano no asume el deber de respetarlos, y las legislaciones
nacionales no establecen mecanismos que obliguen a sus ciudadanos a hacerlo.
C. PROGRESIVIDAD
La progresividad de los derechos humanos ha sido abordada en la universalidad, ya que ésta ha
tenido siempre un carácter ideal y el avance paulatino que ha tenido el reconocimiento de los
derechos humanos para concretar esa universalidad evidencia las distintas etapas que han cursado.
Los derechos humanos codificados en tratados internacionales no son más que límites; su
progresión está en manos de los Estados, pues depende de las negociaciones y acuerdos que pacten.
Respecto al principio de progresividad, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió la
jurisprudencia 85/2017 en donde señala que:
"Dicho principio, en términos generales, ordena ampliar el alcance y la protección de los derechos
humanos en la mayor medida posible hasta lograr su plena efectividad, de acuerdo con las
circunstancias fácticas y jurídicas. Es posible desglosar este principio en varias exigencias de
carácter tanto positivo como negativo, dirigidas a los creadores de las normas jurídicas y a sus
aplicadores, con independencia del carácter formal de las autoridades respectivas, ya sean
legislativas, administrativas o judiciales. En sentido positivo, del principio de progresividad derivan
para el legislador (sea formal o material) la obligación de ampliar el alcance y la tutela de los
derechos humanos; y para el aplicador, el deber de interpretar las normas de manera que se amplíen,
en lo posible jurídicamente, esos aspectos de los derechos. En sentido negativo, impone la
prohibición de retroactividad: el legislador tiene prohibido, en principio, emitir actos legislativos
que limiten, restrinjan, eliminen o desconocen el alcance y la tutela que, en determinado momento,
ya se otorgan a los derechos humanos, y el aplicador tiene prohibido interpretar las normas de
derechos humanos de manera regresiva, esto es, atribuyéndoles un sentido que implique desconocer
la extensión de los derechos y el nivel de tutela admitido previamente.
En congruencia con este principio, el alcance y nivel de protección reconocidos a los derechos
humanos, tanto por la Constitución como por tratados internacionales, deben ser concebidos como
el mínimo que el Estado Mexicano está obligado a garantizar, y a la vez, el punto de partida para su
desarrollo gradual (deber positivo de progresar).
El autor alemán de tendencias liberales y considerado uno de los padres del constitucionalismo
moderno, clasifica los derechos humanos en cuatro grupos:
1.-Libertades civiles: protección contra la detención arbitraria, inviolabilidad del domicilio,
protección contra registros y confiscaciones ilegales, libertad y secreto de correspondencia y otros
medios de comunicación, libertad de residencia y derecho a formar familia.
2-Derechos de autodeterminación económica: libertad económica, libertad de elección de profesión,
libertad de competencia, libre disposición de la propiedad y libertad de contrato.
3.-Libertades políticas fundamentales: libertad de asociación, libertad de reunión y derecho a
organizarse en grupos, derecho al voto y derecho a igual acceso a los cargos públicos.
4.-Derechos sociales, económicos y culturales: derecho al trabajo, protección en caso de desempleo,
salario mínimo, derecho de sindicación, derecho a la enseñanza y asistencia, y seguridad social.
E. CLASIFICACIÓN DE JEAN
Este profesor francés parte del Derecho natural para establecer su clasificación:
1-Derecho a la vida.
2-Derecho a la integridad corporal.
3-Protección de la vida intrauterina.
4-Derecho al secreto de la vida privada.
5-Derecho a disponer del cuerpo (donación de sangre, donación de órganos).
6-Derecho sobre el propio cadáver (donación en beneficio de otros).
7-Derecho a la salud
8-Derecho a la vida sexual (unión libre, convivencia, matrimonio).
9-Derecho a la justicia.
b) Derecho de trabajar:
Derecho a la remuneración.
Condiciones dignas de trabajo.
Duración de la jornada y el empleo.
12-Derecho de libre asociación.
13-Derecho de reunión.
14-Derecho a contraer matrimonio.
15-Derecho de petición.
16-Derecho de contratar, incluyendo la contratación colectiva.
17-Derecho de huelga.
18-Derecho de propiedad, incluyendo el derecho sucesorio.
19-Derecho de ejercer comercio, industria y actividades lícitas.
20-Derecho a la seguridad social.
21-Derecho a la jurisdicción (acceso a la justicia, el debido proceso y la sentencia eficaz).
22-Derecho a la libertad política y de participación.
23-Derechos implícitos, comprendidos en la tercera generación.
El hombre es el sujeto de la titularidad de los atributos y derechos que deben tener realidad en la
sociedad. Un individuo posee una triple dimensión: como yo íntimo, como yo social y como yo
político. Todos los seres humanos son poseedores de esas dimensiones y, por tanto, del patrimonio
constituido por los derechos humanos, pero solo si es posible la realización de estos derechos.
Cuando el hombre busca su plenitud se relaciona con los demás sujetos, lo cual lo lleva a construir
todo un entramado de contactos con otros. Esto debe hacerlo consciente de una naturaleza
compartida, conocedor de un conjunto de derechos y deberes tanto correlativos como opuestos.
Asimismo, debiera comprender que "nosotros" y "todos" somos dignos, libres, iguales, responsables
y autónomos.
La sociabilidad es una expresión de la dimensión universal del individuo y debería desarrollar la
capacidad de los seres humanos para asumir el interés de los demás como propio y adoptar
conductas que procuren el interés general sobre el particular. Por lo tanto, la dimensión social de los
seres humanos supone la comprensión del interés general como la expresión de la colectividad.
Por su parte, la política debe ser entendida como la aprehensión del interés individual y social en su
dimensión universal; se expresa en la capacidad de las personas para la participación y de las
instituciones encargadas de mantener la cohesión de la comunidad y orientarla hacia el
cumplimiento de sus fines esenciales. Estos fines esenciales son la realización del bien común que
conduce a la concreción de los derechos humanos.
Los atributos del hombre rigen la vida en sociedad. De esta manera, la estructura fundamental del
sujeto democrático está formada por los atributos que lo perfeccionan como persona autónoma,
cualidad necesaria para estar sujetos con vocación para el ejercicio de los derechos humanos.
El artículo 10 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos contiene los atributos de toda
persona, de todo ser humano: la dignidad, la libertad y la igualdad. Sin embargo, la Declaración
busca ir más allá sin lograrlo, al invocar la razón y la conciencia humana como fundamento de la
obligación de comportarse fraternalmente. Es decir, que los derechos se ejercen desde la perspectiva
del otro, de los otros.