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Terapia Gestalt

Introducción

Fritz Perls fue un psicoanalista y psiquiatra alemán, nacido en 1893 y fallecido en 1970,
conocido principalmente por ser uno de los fundadores de la terapia gestáltica. Perls desarrolló la
terapia gestáltica junto con su esposa, Laura Perls, y Paul Goodman en la década de 1940. La
gestalt es una corriente terapéutica que se centra en la conciencia del "aquí y ahora",
promoviendo la integración de las diferentes partes de la personalidad y el contacto directo con
las emociones y experiencias presentes.

Fritz Perls es considerado uno de los pioneros en el campo de la psicoterapia humanista y


existencial, destacando por su enfoque innovador y no convencional en el tratamiento de los
trastornos emocionales y psicológicos. Perls enfatizaba la importancia de la autenticidad, la
responsabilidad personal y la expresión emocional en el proceso terapéutico, promoviendo la
idea de que cada individuo es responsable de su propia vida y bienestar.

Además de su contribución a la terapia gestáltica, Fritz Perls también fue un destacado


escritor y conferencista, cuyas ideas y enseñanzas han tenido un impacto duradero en el campo
de la psicología y la terapia. A lo largo de su carrera, Perls publicó varios libros y artículos en los
que exploraba temas como la autoexpresión, la creatividad y el potencial humano.

Terapia Gestalt

La terapia Gestalt, desarrollada por Fritz Perls, Laura Perls y Paul Goodman en la década
de 1940, es una forma de terapia experiencial y humanista diseñada originalmente como
alternativa al psicoanálisis convencional. Los terapeutas gestálticos y sus clientes utilizan
técnicas creativas y experienciales para aumentar la conciencia, la libertad y la autodirección. La
palabra gestalt viene del alemán y significa forma, y hace referencia al carácter o esencia de algo.

En el núcleo de la terapia gestalt se encuentra la visión holística de que las personas están
intrínsecamente vinculadas a su entorno e influidas por él, y de que todas las personas se
esfuerzan por crecer y equilibrarse. En este sentido, la terapia gestalt es similar a la terapia
centrada en la persona, así como en su énfasis en el uso por parte del terapeuta de la empatía, la
comprensión y la aceptación incondicional del cliente para mejorar los resultados terapéuticos.

Según la terapia gestalt, el contexto afecta a la experiencia, y no se puede comprender


plenamente a una persona sin entender su contexto. Teniendo esto en cuenta, la psicoterapia
gestalt reconoce que nadie puede ser puramente objetivo -incluidos los terapeutas cuyas
experiencias y perspectivas también están influidas por sus propios contextos- y los profesionales
aceptan la validez y la verdad de las experiencias de sus clientes.
La terapia Gestalt también reconoce que forzar a una persona a cambiar resulta
paradójicamente en una mayor angustia y fragmentación. Más bien, el cambio resulta de la
aceptación de lo que es. Así, las sesiones de terapia se centran en ayudar a las personas a
aprender a ser más conscientes de sí mismas y a aceptar y confiar en sus sentimientos y
experiencias para aliviar la angustia.

Centrarse en el “Aquí y Ahora”

La terapia Gestalt hace hincapié en la toma de conciencia del momento presente y del contexto
actual. A través de la terapia, las personas aprenden a descubrir sentimientos que pueden haber
estado reprimidos o enmascarados por otros sentimientos y a aceptar y confiar en sus emociones.
También es probable que afloren necesidades y emociones que antes se reprimían o no se
reconocían. A través de este proceso, la persona adquiere un nuevo sentido de sí misma a medida
que aumenta su conciencia general.

Centrarse en el aquí y ahora no niega ni reduce los acontecimientos pasados ni las posibilidades
futuras; de hecho, el pasado está íntimamente ligado a la experiencia presente. La idea es evitar
obsesionarse con el pasado o anticipar ansiosamente el futuro. Las experiencias del pasado
pueden abordarse en las sesiones de terapia, pero el terapeuta y el cliente se centrarán en explorar
qué factores hicieron que un recuerdo concreto surgiera en este momento, o cómo el momento
presente se ve afectado por las experiencias del pasado.

Principios de la Terapia Gestalt

1. Conciencia: La terapia gestáltica pone un fuerte énfasis en la conciencia, que se refiere a la


capacidad de estar plenamente presente en el momento actual, observando y experimentando lo
que está sucediendo tanto dentro de uno mismo como en el entorno. La conciencia es clave para
la autoexploración, el autoconocimiento y el cambio personal.

2. Responsabilidad personal: En la terapia gestáltica se promueve la idea de que cada individuo


es responsable de sus propias acciones, pensamientos y emociones. Se alienta a los pacientes a
asumir la responsabilidad de su bienestar y su proceso de crecimiento personal, en lugar de
atribuir sus problemas a factores externos o a otras personas.

3. Autenticidad: La terapia gestáltica fomenta la autenticidad y la sinceridad en la relación


terapéutica y en la vida en general. Se anima a los individuos a ser genuinos consigo mismos y
con los demás, expresando sus emociones y necesidades de manera honesta y directa.
4. Contacto directo: Este principio se refiere a la importancia de establecer un contacto directo
con las emociones, sensaciones corporales y experiencias presentes. En la terapia gestáltica, se
invita a los pacientes a experimentar plenamente sus sentimientos y a conectarse con su
experiencia interna sin filtros ni defensas.

5. Integración de las partes: La terapia gestáltica busca integrar las diferentes partes de la
personalidad de un individuo, incluyendo aspectos conscientes e inconscientes, positivos y
negativos. Se trabaja para que el paciente reconozca y acepte todas las partes de sí mismo,
permitiendo una mayor coherencia y autenticidad en su vida.

Trabajar con un Terapeuta Gestalt

Las sesiones de terapia Gestalt no siguen pautas específicas; de hecho, se anima a los
terapeutas a utilizar la creatividad en sus enfoques, dependiendo del contexto y de la
personalidad de cada persona. Lo que sí es consistente es el énfasis en el contacto directo entre
terapeuta y cliente, la experiencia directa y la experimentación, y el enfoque en el "qué y cómo"
-lo que el cliente está haciendo y cómo lo está haciendo- y el "aquí y ahora".

Juntos, el terapeuta y la persona en terapia evaluarán lo que está sucediendo ahora y lo


que se necesita como resultado. Los terapeutas se abstienen de interpretar los acontecimientos,
centrándose sólo en lo inmediato, incluidas las respuestas físicas del cliente. Observar sutiles
cambios de postura, por ejemplo, puede traer a la persona al presente. De este modo, la terapia
gestalt ayuda a las personas a comprender mejor cómo están conectados sus cuerpos emocional y
físico. Comprender el yo interno es la clave para entender las acciones, reacciones y
comportamientos. La terapia gestalt ayuda a las personas a dar los primeros pasos en esta toma
de conciencia para que puedan reconocer y aceptar estos patrones.

Técnicas de Terapia Gestalt

La terapia Gestalt se practica en forma de ejercicios y experimentos. Puede administrarse


en entornos individuales o de grupo. En general, los ejercicios son prácticas algo establecidas en
la terapia gestalt diseñadas para despertar la acción, la emoción o los objetivos de la persona en
terapia. A continuación, el terapeuta y la persona en terapia pueden examinar el resultado del
ejercicio para aumentar la conciencia y ayudar a la persona a comprender el "aquí y ahora" de la
experiencia.

A diferencia de los ejercicios, los experimentos surgen a lo largo del desarrollo del
proceso terapéutico y de la relación terapéutica. Son un componente esencial de la terapia gestalt
y permiten a la persona en terapia comprender diferentes aspectos de un conflicto, experiencia o
problema de salud mental.
La técnica de la silla vacía es un ejercicio de terapia gestalt por excelencia que coloca a la
persona en terapia frente a una silla vacía. Se le pide que imagine que alguien (como un jefe, un
cónyuge o un familiar), ellos o una parte de sí mismos están sentados en la silla. El terapeuta
fomenta el diálogo entre la silla vacía y la persona en terapia con el fin de involucrar a la persona
en sus pensamientos, emociones y comportamientos. A veces se invierten los papeles y la
persona en terapia asume la persona metafórica o parte de una persona en la silla. La técnica de
la silla vacía puede ser especialmente útil para ayudar a las personas a ser conscientes de toda la
situación y de las partes olvidadas o desconectadas de su propio yo.

Otro ejercicio habitual en la terapia gestalt es el ejercicio de exageración. Durante este


ejercicio, se pide a la persona en terapia que repita y exagere un determinado movimiento o
expresión, como fruncir el ceño o hacer rebotar una pierna, con el fin de que la persona sea más
consciente de las emociones asociadas al comportamiento.

La técnica de la silla vacía y el ejercicio de exageración son dos de las muchas técnicas
de terapia gestalt que se utilizan para ayudar a las personas en terapia a aumentar su conciencia
de las experiencias inmediatas. Mediante ejercicios y experimentos espontáneos, la terapia
gestalt también permite a las personas volver a conectar con partes de sí mismas que pueden
minimizar, ignorar o negar.

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