El debate acerca de la influencia de la naturaleza y la crianza (o herencia y
ambiente) sobre el desarrollo humano es uno de los más antiguos y polémicos, tanto dentro como fuera de la psicología. Pero que nos referimos con naturaleza y crianza. Dentro de la genética (la ciencia de la herencia), "naturaleza" se refiere a lo que se considera de manera común como aquello que es heredado, es decir, las diferencias en material genético (cromosomas y genes) transmitidos de una generación a otra (de padres a hijos), mientras que el término "crianza o ambiente”, por lo general se refiere a todas aquellas influencias (o fuentes potenciales de influencia) posnatales que se encuentran fuera o son externas al cuerpo del individuo. Entre ellas están otras personas, oportunidades de estimulación intelectual y circunstancias de la vida del individuo ("ámbito" o "entorno"). Se considera de manera implícita que estas influencias tienen un impacto sobre un individuo pasivo, quien es moldeado por ellas. Existen diferentes visiones sobre el comportamiento de un individuo. Anteriormente se pensaba que los sujetos al momento de nacer ya traen en su estructura genética cierta predisposición a comportarse de un modo u otro como pensaban que ocurría con algunas enfermedades que se transmitían en el código genético de una generación a otra; si bien es cierto que actualmente se llevan a cabo estudios referentes al comportamiento y en el campo de la biología y la genética, poco a poco se ha ido comprobando que cierta predisposición no necesariamente tiene que ver con una predeterminación a presentar ciertos comportamientos. Los comportamientos no son del orden estrictamente genético, pero si existe una contribución para qué un organismo o sujeto responda al entorno donde los genes si pueden influir cuando el sujeto se enfrenta a un desafío ambiental concreto; por lo que no es genético sino de tipo social “Naturaleza" y "crianza" no sólo representan una dicotomía falsa, sino que es incorrecto considerar que el ambiente existe en forma independiente en respecto al individuo (es decir, objetivamente). No sólo es que los ambientes de las personas las influyan, sino que las personas hacen sus propios ambientes (Sca-rr, 1992;). Los rasgos humanos están determinados tanto por la naturaleza como por la crianza. Donde es posible que los investigadores sigan estando en desacuerdo es en cuanto a las contribuciones relativas de cada uno de ellos y sobre los mecanismos genéticos y ambientales específicos que están implicados.