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Esa no es la pregunta
N ATA L I A L Ó P E Z M O R ATA L L A 10 SEPTIEMBRE, 2019
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Ni la orientación sexual es una mera
cuestión de elección, ni el perfil genético
predice la conducta homosexual
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Una conclusión del estudio es que la base genética que subyace a la conducta
homosexual es amplia, poligénica. Ciertamente, es bien conocido que no existe
un único determinante genético –a veces denominado “gen gay” en los medios
de comunicación– que cause esa tendencia, ese rasgo. No existe un
determinismo genético que haga que, como a veces se dice, algunos “nazcan
homosexuales”.
Por el contrario, como queda claro tras esta publicación, muchos loci con
efectos individualmente pequeños y diseminados por todo el genoma
contribuyen a una predisposición. Una predisposición significa que la genética no
causa necesariamente ese rasgo y que la tendencia se manifestará o no por la
influencia de otros factores no genéticos –el entorno, la personalidad, las
vivencias–, y la conducta dependerá de una decisión personal. Por
ejemplificarlo, con el peligro de los ejemplos si se toman al pie de la letra, hay
personas con predisposición a alto peso y existe base genética para esa
tendencia, pero dependerá también de las costumbres alimentarias, el ejercicio,
etc. que lleguen o no a sufrir una cierta obesidad.
Ahora bien, el estudio sirve como guía para estimar la magnitud potencial de
los efectos genéticos y como signo de las influencias pequeñas, probablemente
poligénicas, en este complejo comportamiento, según afirma Melinda C. Mills,
en un comentario publicado en el mismo número de la revista Science.
De los dos exclusivos de hombres, uno contiene varios genes para receptores
olfatorios. Este dato ofrece la base genética de un hecho anteriormente
descubierto: la sensibilidad de los hombres homosexuales a la estimulación
sexual por las hormonas masculinas andrógenos; sensibilidad de la que carecen
los hombres heterosexuales, para quienes solamente los estrógenos sirven de
estímulo sexual. Aunque el mecanismo subyacente en este locus no está claro, se
ha establecido previamente un vínculo entre el olfato y la función reproductiva.
Las personas con síndrome de Kallmann exhiben un desarrollo puberal
retardado o ausente y una alteración del sentido del olfato debido al origen
cercano del desarrollo de la hormona liberadora de gonadotropina fetal y las
neuronas olfativas.
Naturaleza y crianza
En este estudio no han encontrado influencia del cromosoma X, lógicamente
de origen materno, en la homosexualidad masculina, que algún estudio no
confirmado había propuesto. Sin embargo, se conoce que en este cromosoma se
encuentra el gen que codifica para el receptor de andrógenos que tiene un papel
esencial en la arquitectura cerebral. Este gen tiene una forma potente y otra
débil, por lo que la presencia de la forma débil resulta en una menor
masculinización del cerebro.
Tenemos por delante la tarea de integrar los resultados de las variables genéticas,
en grandes muestras, con los análisis de genes y formas de genes, lo que
permitirá conocer las implicaciones genéticas de la orientación sexual y el grado
en que la naturaleza y la crianza, como se suele decir, influyen en la preferencia
sexual.
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