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Dinastía Yüan (China)

Época: China
Inicio: Año 1279
Fin: Año 1368

Este período, que representó una época de dominación extranjera y el fin de lo que
muchos historiadores denominan la Civilización China Clásica, es quizá la más
conocida por el mundo occidental debido a las narraciones de viajeras occidentales que,
como Marco Polo, quedaron asombrados por el modo de vida y la libertad de cultos
existentes en China. Kublai Khan será el emperador más importante de este período de
sincretismo religioso y cultural, pero que en realidad ocultaba el monopolio del poder
por parte de la minoría mongola.
Los mongoles gobernaron China durante casi cien años. Aunque los historiadores
chinos consideran que el comienzo del imperio mongol o Yüan fue en 1279, había
habido una dinastía mongol establecida en el norte de China desde la subida al trono de
Kublai Khan, y desde 1263 fue Beijing, y no Karakorum, el centro mundial del poder
mongol. Este periodo supuso un eclipse parcial de la civilización china, una temporal
extinción de las actividades culturales asociadas a la administración imperial
tradicional.
La conquista de China es obra de Kublai (1215-1294), hijo de Tului y nieto de Gengis-
Khan, quien inició el ataque a la China de la dinastía S´ung en 1259, si bien hasta final
de la década de los sesenta no se realizaron campañas de envergadura aprovechando una
serie de profundas crisis sociales chinas. Kublai se proclamó emperador en 1271 antes
incluso de apoderarse de la capital song, Hangzhou, y del reino de los song del Sur
(1276-79).
Una vez conquistado el imperio chino fracasó en sus intentos de apoderarse del Japón
(1274 y 1281), así como de dominar directamente el sudeste asiático, área en la que
tuvieron una diversa fortuna, ya que el mar siempre fue un gran obstáculo para los
pueblos de la estepa, al igual que la selva indochina era un marco poco accesible para la
caballería mongola.
Kublai se anexionó fácilmente el Reino de Pagán, en Birmania, y Yünnan, y logró que
reconociesen su lejana soberanía el Reino de Champa y los Reinos siameses del Norte,
Sukhotai y Lopburi, después de sus campañas de 1282 y 1288, si bien las fuerzas
mongolas sufrieron cuantiosas perdidas por no estar acostumbradas a hacer frente a las
tácticas guerrilleras. Fracasó estrepitosamente en su intenso de conquista de Java (1291-
93).
El dominio mongol en China se basó en la desconfianza hacia los pueblos sedentarios
dominados, si bien se tuvieron que aceptar muchos de los métodos administrativos del
secular funcionariado chino. La política mongola condujo a una auténtica segregación
entre los mongoles, los chinos y las etnias no chinas. Los mongoles conservaron por vía
hereditaria los cargos de dirección y los gobiernos provinciales, a la vez que se les
reservaba una cuarta parte en los puestos del funcionariado, a pesar de su escasa
preparación en comparación con los chinos. La prohibición de los matrimonios mixtos
debía teóricamente asegurar este monopolio de funciones a la minoría mongol.
La dinastía Yüan desarrolló una mayor fiscalidad que en épocas anteriores, sobre todo
en las regiones marítimas y del Sur, pero supo cuidar y mantener la estabilidad interna
de la sociedad china, lo que le valió el apoyo de los grandes propietarios. Si a esto
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añadimos la realización de grandes obras públicas, como el famoso canal imperial que
unía el río Amarillo con Beijing, o la mejora de las comunicaciones internas, y la
emisión de papel moneda de valor estable, se puede comprender la admiración que
despertó en los viajeros occidentales que llegaron a China el reinado de Kublai. Viajeros
como Marco Polo o Guillermo Robruck quedaron sorprendidos por la tolerancia
religiosa de la dinastía mongol, la relativa seguridad del comercio terrestre y la
amabilidad con que se trataba a los extranjeros, a pesar de que Kublai se había
convertido al budismo, pero por superstición y para no ofender a las otras fuerzas
divinas mantuvo la política de tolerancia religiosa, si bien de hecho no hizo más que
continuar la política en esta materia que se había practicado en China durante el milenio
anterior.
El imperio yüan ya dio muestras de decadencia antes de la muerte de su fundador. La
violencia de los primeros avances mongoles había empobrecido provincias enteras y
mermado su población.
Temür (1295-1307), nieto de Kublai, dirigió el gobierno con gran energía, pero sus
sucesores fueron perdiendo el poder, entre otras cosas por su mediocridad, por los
problemas sucesorios y sobre todo por mostrar más afición al harén y al vino que a
arreglar los graves problemas de la sociedad. La oposición popular estuvo dirigida por
una sociedad secreta conocida con el nombre de "El Loto Blanco", cuyas doctrinas eran
una amalgama de las cosmologías budista y taoísta. El foco central de la oposición
estaba en la cuenca del río Huai, escenario de repetidas hambrunas en la década 1350-
60. Las autoridades aplastaron estos movimientos, pero surgieron otros en el valle del
Yangtze.
Toghan Temür (1333-1368) fue el último soberano mongol en China. No podo hacer
frente al creciente empeoramiento de la economía, ni a las rebeliones populares que
tienen como objetivos a los extranjeros establecidos en el país. El dirigente Chu Yüan
Chang, antiguo monje, venció a las tropas mongolas, primero conquistó el sur de China
y Pekín en 1368, teniendo que huir a Mongolia el último emperador de la dinastía Yüan.
Una nueva época se iniciaba en China, la de la dinastía nacional de los Ming (1368-
1644), cuyo ejército saqueó en 1372 Karakorum y persiguió a los restos de la horda
mongola hasta el centro de Siberia.
Casi cien años después de la conquista de China por los mongoles su dinastía
desaparecía, demostrando que detrás de la leyenda, forjada esencialmente por los relatos
de los viajeros occidentales, solo había el vacío.

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