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OBLIGACIONES – 5 DE OCTUBRE DE 2023

Tutela del bien común vs protección de la propiedad privada en materia de baldíos.


El problema de la sentencia es de una parte si se preserva el cumplimiento del interés
general, acceso a la tierra, justicia social, paz, bienestar de la población campesina.
Problema central en Colombia es el acceso a la tierra, desde hace casi una centuria se
han tenido estos problemas que se han ido haciendo cada vez más graves y que hoy en
día no cesa.
En Colombia la guerra es por la tierra, por un lado están estos derechos y por otro lado
los derechos de los particulares, aquellos que fueron declarados como propietarios de
propiedad privada sobre bienes que han sido explotados para usucapión, titulares de
sentencias que los declararon por usucapión de bienes que carecían de antecedentes
registrales, que no habían tenido inscripción de dominio, lo que llevaba a pensar que se
trataba de un bien baldío, de propiedad de la nación, bienes que poseen la característica
de prescriptibles. El problema es que en Colombia no existe un inventario de baldíos, por
eso se dice que no sabemos cuales son los baldíos. Resulta que es el del debate de SU
88 con fecha de agosto del año pasado.
En la sentencia se declaro que no son oponibles al estado las sentencias judiciales que
declaraban la prescripción por usucapión respecto de bienes que no han tenido la
característica de privados, las sentencias proferidas luego pronuncian con relación a l ley
160 de 1994 que en el articulo 48 contempla presupuestos sobre cuales son los bienes
baldíos.
No se origino un titulo originario o de un titulo debidamente inscrito con anterioridad a la
ley en que consten tradiciones de dominio por un lapso no inferior al termino que la ley
señala como prescripción extraordinaria (2 años), la opción de los terrenos con ocupación
económico no cambia la naturaleza de los bienes, imprescriptible, no se podía entregar
con usucapión, se debió entregar con adjudicación y cumpliendo los presupuestos de la
reforma agraria, campesinos y UAF presente en el lugar de la adjudicación.
¿Cuáles son los problemas de interpretación de la ley 160 de 1964? - ¿Qué debe
entenderse por baldío? Si el articulo 1 de la ley 200 de 1936 estaba vigente – se presume
que son bienes privados susceptibles de usucapión aquellos bienes ocupados con
explotación económica de la naturaleza que se indica en este artículo. La presunción es
acerca de los que son privados, no baldíos, y le corresponde al estado probar que se trata
de un baldío.
En 1936 la situación del país era otra, lo que quería la ley era promover que fuesen
colonos e hiciesen productivos los terrenos.
En el artículo 48 de la Ley 160 de 1994 se presume que son bienes baldíos y por ende
del estado todos los bienes respecto de los cuales no se prueben que existen títulos
originarios por el estado y tradiciones por un lapso no inferior a 10 años. Dos normas
incompatibles.
La ley 160 de 1994 no derogo el articulo 1 del 200 de 1936 y que la ley 160 de 1994
además remite a la regulación de la ley anterior en materias como la posesión, la
explotación económica y el dominio.
El articulo 52 de la ley 160 de 1994 que regula la extinción de dominio en tierras no
cultivadas se dispuso
Si remite, pero solo a la manera de ejercer la posesión y la explotación de estos bienes,
en verdad, los problemas de interpretación son apenas aparentes, de una parte, no es
necesaria la derogatoria cuando una norma posterior es contraria a la anterior.
La remisión que hace la norma es solo respecto al concepto de posesión que justifique la
acción de dominio. El problema es que debió repetir los criterios más no remitir a la ley
anterior.
El articulo remite únicamente a los criterios de cómo se debe poseer de manera eficaz la
tierra no a que se presume por baldíos.
Respecto de las personas que deben restituir los bienes, establezcamos la regla de venire
contra factum non valet y si opera que alcance, la exigencia de ser coherente con las
propias actuaciones de asumir las consecuencias, de proteger la confianza sobre un
determinado estado de cosas en virtud de la conducta que se ha adoptado constituye el
núcleo central de la clausula general de los actos propios, clausula que emana del
principio de buena fe, exigencia de deberes de corrección, lealtad, protección del interés
ajeno.
La aplicación de la clausula general de los actos propios va mucho más allá del ámbito
meramente contractual, vimos el ejemplo, de los vendedores ambulantes y se extiende a
todas las actuaciones del estado, que este sujeto a las actuaciones de buena fe, el estado
debe cumplir y no solo en las actuaciones de la administración como en los vendedores
ambulantes sino también debe cumplir las exigencias de coherencia respecto a sus
actuaciones en el campo legislativo.
La prohibición de venire contra factum implica la observación de coherencia de tutela de
la confianza en relación con los actos que tienen lugar en la administración de justicia, en
ese sentido la corte ha sido clara al señalar que los cambios jurisprudenciales de una
corte superior no pueden en ningún caso pesar contra los administrados porque el respeto
con el acto propio se aplica a las autoridades judiciales.
Administración de justicia garantía de la confianza legitima en la administración del
estado.
Si en todos los casos esa sentencia judicial proferida por los jueces es suficientes para
configurar la confianza legitima que constituye el presupuesto de aplicación del venire, ¿la
sola sentencia del juez me ampara?, la naturaleza de la confianza que convalida la tutela
de los actos propios debe ser legitima, supone que no solo sea suficiente y pertinente,
sino que este exenta dedolo y de culpa grave de la parte que permite beneficiarse de esa
confianza.
No puede ampararse en la buena fe y por ende en una de sus clausulas quien ha obrado
con dolo, pero tampoco con culpa grave ni quien pretenda cometer un fraude a la ley o
aprovechándose del error del juez.
No se configura la confianza legitima respecto de quienes configuran comportamientos
dolosos.
Adicionalmente, no se puede amparar en la confianza legitima quien haya incurrido en
culpa grave porque esta se equipará al dolo y merece la misma sanción. Culpa grave no
entender lo que todo el mundo entiende, estarían allí tratando de legitimar un propósito
injusto aquellas personas que en extensiones enormes y sabiendo que no poseen la
calidad de sujetos de reforma agraria han solicitado la usucapión de esas tierras en zonas
de conflicto, despojo, violencia, porque esos territorios presentan la alerta para exigir un
comportamiento diligente, sino que no tenga culpa grave, porque la culpa grave contiene
en sí mismo un comportamiento injusto a pesar que no exista la intencionalidad del dolo.
El pretender el fallo a favor si constituye una conducta dolosa, una astucia que susita
indignación.
Las consecuencias del ejercicio incoherente no es una sola sino puede ser de la más
variada naturaleza según los derechos que entran en conflicto la posibilidad que exista de
recuperar la confianza. Esa clausula general puede ocasionar, la renuncia del derecho, la
creación de un derecho en cabeza de quien no lo tenía aparentemente, inhibición del
ejercicio, indemnización de un daño.
Estamos ante una disyuntiva considerar que en virtud de la cláusula tuvo la creación del
derecho en cabeza de quien no lo tenía, a pesar de que hubo una omisión en la prueba
de la calidad de privados, habría operado respecto de los beneficiarios una confianza en
la legitimidad que las sentencias le conferían debido al error judicial que corrige la corte y
que no podría pesar en los beneficiarios de las sentencias.
Necesidad de plantear un razonamiento donde la clausula que no puedo derivar efectos
de la creación de un derecho cuando se ponga en peligro grave y el bien común.
No resulta posible consolidar los derechos de los beneficiarios.

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