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DERECHO CIVIL. PARTE GENERAL INTR()DLCCI()N 23

17. El Libro II del Código Civil se refiere a los bienes y a su Como la existencia de legitimarios es lo más corriente en los
dominio, posesión, uso y goce. casos de la vida real, se ve que el papel de la voluntad es bastante
Esta parte es orgánica en cuanto señala las distintas clases de reducido en el ámbito sucesorio.
bienes y en cuanto determina cuáles son los derechos reales y fija su
contenido. Pero aquí juega también la voluntad, ya que establece 19. El Libro IV del Código Civil trata de las obligaciones en
cuáles son los modos de adquirir y éstos, salvo ciertos casos especiales general y de los contratos.
de accesión, implican siempre un acto voluntario. Esto se aplica in- Entramos aquí de lleno en el campo de la voluntad al analizar
cluso a la prescripción adquisitiva, porque la posesión que le sirve de los hechos humanos voluntarios, ya se trate de actos y declaracio-
base involucra un acto de voluntad, y a la sucesión por causa de nes de voluntad o contratos (actos jurídicos), o bien, de simples
muerte, ya que el asignatario puede aceptar o repudiar la asignación. hechos jurídicos, ya sean lícitos o bien ilícitos con la amplia gama
Por otra parte la tradición, el más amplio de todos los modos de la responsabilidad civil.
de adquirir, implica la realización de un acto jurídico bilateral y, Se examina aquí por quiénes y en qué forma puede manifestar-
consecuencialmente, una expresión de voluntad recíproca o con- se la voluntad, los vicios de que ésta puede adolecer, la necesidad
sentimiento. de un objeto y de una causa lícitos en los actos jurídicos y la fuerza
vinculante que nace de la declaración de voluntad. Dos Títulos son
18. El Libro III del Código Civil se refiere a la sucesión por especialmente importantes a este respecto: el II que trata "De los
causa de muerte. actos y declaraciones de voluntad", el XII que se titula: "Del efecto
En el mundo del derecho, a diferencia del mundo físico, las de las obligaciones". En el Título XIII se dan normas para la inter-
relaciones jurídicas subsisten aunque cambien sus titulares o aun- pretación de los contratos y en el XX se regula la nulidad. Respecto
que los titulares fallezcan. de las obligaciones se reglamentan los modos de extinguirlas y su
Si la sucesión es intestada las normas son totalmente orgánicas prueba; se tratan además diversos contratos en particular.
y, desde el punto de vista del causante, su voluntad, preferencias o Los hechos voluntarios lícitos se contienen en el Título XXXIV
inclinaciones en vida no tienen importancia alguna si no las mani- sobre los cuasicontratos, y los hechos ilícitos, delitos y cuasidelitos
festó en un testamento válido, la ley asigna y distribuye sus bienes civiles, en el Título XXXV, que reglamenta el amplio e importan-
en una forma rígida e inmutable. Respecto de los asignatarios la tísimo campo de la responsabilidad civil extracontractual.
única manifestación de voluntad de relevancia es el poder aceptar Al analizar los principios que infunden nuestro derecho civil y
o repudiar las asignaciones (arts. 956 y 1225 C. C.). privado en general, veremos el alcance de la autonomía de la
En la sucesión testada los asignatarios tienen el mismo dere- voluntad, cuyo gran campo de acción son las materias a que se
cho a que nos acabamos de referir. Con relación al causante, en refiere el Libro IV del Código Civil.
éste sí que ha existido una manifestación de voluntad; en teoría
esta voluntad expresada en un testamento válido debe superpo-
nerse a la ley y determinar el destino y distribución de sus bienes. Principios Jundamen tales
Lo anterior no es totalmente exacto, ya que la libertad de
testar se encuentra limitada por la existencia de las llamadas asig- 20. Existen ciertos principios fundamentales en nuestro dere-
naciones forzosas, que son aquellas que el testador está obligado a cho privado que informan desde instituciones hasta soluciones
hacer, y que se suplen cuando no las ha hecho, aun con peljuicio específicas de casos puntuales, pero cuya filosofía es concordante
de sus disposiciones testamentarias expresas. Estas asignaciones especialmente en los diversos aspectos del Código Civil. Algunos
forzosas son los alimentos legales, la porción conyugal, las legíti- de estos principios no están formulados en una norma precisa,
mas y la cuarta de mejoras (art. 1167 C. C.). Respetando las tres pero si bien el principio no está directamente expresado, partien-
primeras, el causante, que tuviere legitimarlos, sólo puede dispo- do del raciocinio implícito en diversas normas se elabora en for-
ner libremente de la mitad de sus bienes, y si existieren posibles ma inductiva el principio general. Es el proceso que muchos auto-
asignatarios de la cuarta de mejoras sólo puede disponer libre- res han llamado de determinación.
mente de la cuarta parte de sus bienes (lo anterior de acuerdo al 1S difícil prelciuler S(iIilii Cii forma exhaustiva o total los
sentido, pero no al tenor literal del art. 1184 del C. C.). I)iul)i05 I)iSi(U5 (1(1 (I(i((Ii() pi'iva(Io; I)iSICilOS sciialar tl lp('(-
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to cuatro que para nosotros tienen especial importancia. Estos nunciada con infracción de ley, siempre que esta infracción haya
cuatro principios son: la autonomía de la voluntad, la protección influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia, es acep-
de la buena fe, la reparación del enriquecimiento sin causa y la tado de modo uniforme por nuestra Corte Suprema, cuando esta
responsabilidad. infracción no lo ha sido de una ley normativa corriente sino que
ha consistido en una infracción de la ley del contrato. Conviene
señalar que la autonomía de la voluntad en materia contractual se
- La autonomía de la voluntad
refuerza por las normas de interpretación de los contratos, ya que
el art. 1560 del C. C. dispone que: "Conocida claramente la inten-
21. La autonomía de la voluntad va siendo configurada al ción de los contratantes, debe estarse a ella más que a lo literal de
disponer el artículo 12 del C. C. que pueden renunciarse los dere- las palabras".
chos conferidos por las leyes, con tal que sólo miren al interés Esta relevancia de la voluntad no se refiere tan sólo a los
individual del renunciante, y que no esté prohibida su renuncia; contratos, sino también a los actos bilaterales que no tienen tal
más adelante el art. 1445 establece que para que una persona se carácter y a todos los actos jurídicos. Por ejemplo, en la tradición,
obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es necesario el papel de la voluntad está señalado en la definición del artícu-
que consienta en dicho acto o declaración; el art. 1437 define la lo 670 del C. C. y como un requisito expreso en el art. 672. La
convención como el concurso real de voluntades de dos o más tradición de los bienes raíces se efectúa mediante la inscripción, y
personas. Por otra parte, el art. 1450 señala que en la promesa de ésta, para que pueda ser dejada sin efecto, requiere la voluntad de
hecho ajeno el tercero no contraerá obligación alguna sino en las partes (art. 728 C. C.). En los actos unilaterales también la
virtud de su ratificación; a la inversa y así como nadie puede voluntad vincula definitivamente para el futuro; así la aceptación
obligarse contra su voluntad, el pago por un tercero de una obli- de una asignación hereditaria o testamentaria no puede rescindir-
gación contra la voluntad del deudor no genera responsabilidad se (art. 1234 C. C.). En otros casos como el de la oferta, en que el
para éste, ya que no se produce subrogación legal ni hay derecho ofertante puede retractarse tempestivamente, la retractación le
para exigirle el reembolso de lo pagado (art. 1574 C. C.); en la impone sin embargo la obligación de indemnizar gastos y perjui-
novación, que consiste en la extinción de una obligación que se cios (arts. 99 y 100 C. Comercio).
reemplaza por otra, la diferencia entre ambas obligaciones puede
consistir en que las partes sean distintas (art. 1631 C. C.); ahora 22. Mucho se ha expresado que la autonomía privada está
bien, el art. 1635 del Código dispone que la substitución de un desapareciendo cada día más en el derecho, que existe una ten-
nuevo deudor a otro no produce novación si el acreedor no ex- dencia del derecho privado a transformarse en público, porque
presa su voluntad de dar por libre al primitivo deudor. hay normas que imponen regulaciones de carácter irrenunciable
En materia contractual el art. 1444 del Código Civil establece la y no supletorio a la esfera privada. Estas regulaciones vinculantes
facultad de las partes de modificar las cosas de la naturaleza de un contenidas en la ley pública que afectan la esfera privada, no
contrato o de agregarle cosas accidentales por medio de cláusulas constituyen un derecho público, de acuerdo con la distinción que
especiales emanadas de su voluntad. Por otra parte, una vez perfec- hicimos en un comienzo, sino que establecen límites al particular
cionado el pacto, el art. 1545 dispone que el contrato legalmente que, al realizar sus negocios jurídicos, debe tomarlos en cuenta SO
celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser invalida- pena de ineficacia de los mismos. La autonomía de la libertad
do sino por su consentimiento mutuo o por causas legales. siempre ha tenido límites, precisamente porque el derecho es un
Esta disposición establece toda la fuerza de la declaración de freno a la libertad individual en garantía de la libertad de todos.
voluntad. Este acuerdo celebrado tiene el imperio de una verda- Estos límites no significan el desaparecimiento de la libertad. Si
dera ley para los contratantes, ley que, si bien no es de ejecutorie- pensamos en los contratos forzosos, en que el particular sólo pue-
dad general, tiene completa validez en el ámbito de sus relaciones de convenir en una forma preestablecida, incluso en los contratos
recíprocas. Tan completo es el alcance que se ha dado a esta briosos, heterodoxos en que la parte está obligada a contratar, y
identificación legal del acuerdo contractual de las partes, que el 1 ( Eh )5 los Iéiuii 1105 y la contraparte del convenio se encuentran
recurso de casación en el fondo que, en conformidad con el ar- 1 )I((lelcIIlIilla(h)s, Velemos que todos ('1105 se realizan dentro de
tículo 767 del C. de P. C., sólo tiene lugar contra sentencia pro- tilia ;l(tiVi(la(l negociadora voluntaria, cli la (Ilal ese (onlrat() 110
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es más que un accidente o accesorio del desarrollo de una activi- es un hecho, debe ser moralmente posible y es imposible, entre
dad deseada y querida. otros, el prohibido por las leyes; el art. 1466 agrega que hay, en
En ciertos contratos la intervención del legislador se realiza general, objeto ilícito en todo contrato prohibido por las leyes; el
con el fin de garantizar un mínimo de justicia en la relación que art. 1475 señala que las condiciones deben ser moralmente posi-
surja entre los contratantes. Este es el caso del contrato de traba- bles y no lo son cuando consisten en un hecho prohibido por las
jo. El legislador ha estimado que las partes no estaban en igualdad leyes. Por su parte, el inc. 2 del art. 1467 señala que es causa
de condiciones para realizar el trato contractual. Ante esta situa- ilícita la prohibida por la ley.
ción fija condiciones mínimas para aquella que considera más Desde el otro punto de vista, o sea la prohibición de renuncia,
débil; se trata de un marco mínimo irrenunciable; sobre él las fuera de que no respetarla constituiría una infracción legal den-
partes pueden negociar con libertad. tro del contexto que hemos analizado, el art. 12 dispone expresa-
Existen otros contratos, especialmente frente a Empresas que mente que no pueden renunciarse los derechos conferidos por
ejercen monopolios legales o actividades controladas totalmente las leyes si está prohibida su renuncia.
por la autoridad. El que desea obtener el transporte en un servi- Una segunda limitación es la protección del orden público y
cio público o contratar un suministro de energía eléctrica, no las buenas costumbres. Con relación al orden público el Código
podrá discutir las condiciones al igual que la Empresa que no se refiere a él en diversas disposiciones. Así, el art. 548 establece
podrá negarle el servicio. Si se trata de un suministro o de un que los estatutos de una corporación no deben contener nada
seguro, deberá suscribir un modelo impreso, lo que se denomina contrario al orden público; el 880, que las servidumbres no deben
un contrato-tipo. dañar el orden público; los artículos 1461, 1467 y 1475 lo señalan
Otros contratos de características especiales son los contratos como requisito de un objeto lícito, de una causa lícita, de una
de adhesión. Ellos se forman a base de un esquema preestableci- condición moralmente posible. El concepto de orden público nun-
do por uno de los contratantes y cuyo texto no puede general- ca ha sido objeto de una definición precisa: se ha hablado "del
mente ser discutido por la otra parte. Responden estos contratos a arreglo de las personas y cosas dentro de la sociedad", pero sin
una exigencia de rápida conclusión y a una necesidad de unificar duda tiene un concepto mucho más exacto y significa lo que está
relaciones semejantes por el gran número de ellos que realiza conforme a ese espíritu general de la legislación a que se refiere
uno de los contratantes. el art. 24 del Código Civil. Desde este punto de vista, engloba
La existencia de estas distintas figuras contractuales no impli- también los principios generales que resultan de la moderna legis-
ca, como se ha pretendido, el desaparecimiento de la autonomía lación económica. No existe pues una antítesis, como lo quieren
de la voluntad. Más que una intervención para reglamentar el los economistas, entre el orden público económico y el clásico
contenido contractual, las normas dictadas por el legislador al urden público de nuestro Código Civil; nada obsta a esta conclu-
respecto aparecen como una acción preventiva para la tutela efi- SIOII y la capacidad de recepción de nuestro Código a las nuevas

caz de los contratantes. 1)t)l)lc1uáticas se confirma una vez más.


Si razones de orden social o económico imponen esta tutela, Con relación a las buenas costumbres nuestro Código se refie-
ello no significa la supresión de la libertad, como no lo ha sido re a ellas en los artículos 548, 1461, 1467, 1475 y 1717. Correspon-
nunca, por ejemplo, la tutela de los incapaces que no pueden den a aquellos usos ycostumbres que la sociedad considera en un
contratar o actuar libremente en el mundo jurídico. InflIncllt() dado como normas básicas de convivencia social. No se
tiata (le liSOS cuya inobservancia esté penada por la ley, porque
23. La autonomía de la voluntad tiene diversas limitaciones. (lit)ilces nos encontraríamos en presencia de una infracción le-
En primer término encontramos la limitación legal. Esta limi- gal. (ilstilliye un concepto difícil de precisar y que cambia de
iiiia sociedad a otra y en una misma sociedad con el transcurso
tación se presenta de dos aspectos: uno es que el acto voluntario
no puede trasgredir la ley; el otro, que dicho acto no puede hacer hl 11(1 n
(Iii;i tcr(eia limitación de la autonomía de la voluntad la cons-
dejación de aquellos derechos que la ley declara irrenunciables.
Hemos visto que el art. 1445 del C. C. dispone que 10(10 acto o liii ve la l )teccioll de los derechos legítimos de terceros.
declaración de voluntad debe tener un objeto lícito y una causa li pi )I(ccioll ole los o1(r(clu)s ole terceros frente a la renuncia
lícita. Ahora bien, el art. 1461 en su inciso 3" dice (lU si el objelo nc de SuS propios (l(i((l10S l)ii((la liaoei IIia peiSomt &'Sti eshible-
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cida en forma genérica en el art. 12 al disponer que pueden renun- cuencialmente, en el castigo de la mala fe. Más de cuarenta dispo-
ciarse los derechos que sólo miren el interés individual del renun- siciones del Código se refieren a la buena fe y otras tantas a la
ciante. Dentro del mismo criterio el art. 1126 señala que si se lega mala fe.
una cosa con la calidad de no enajenarla, la cláusula se tendrá por Tampoco este principio está expresado en una fórmula gene-
no escrita, salvo que la enajenación comprometiere algún derecho ral, pero se encuentra en el trasfondo de todas las instituciones.4
de tercero. Por su parte el art. 1661 dispone que la compensación Tal vez la disposición más directa sea el inciso final del artículo 44,
no puede tener lugar en perjuicio de los derechos de un tercero. que define el dolo como la intención positiva de inferir injuria a la
Generalmente la legitimidad o ilegitimidad de los derechos de persona o propiedad de otro. Pero si analizamos el concepto, ve-
un tercero depende de si está o no de buena fe, lo que correspon- mos que la mala fe no siempre consiste en una intención positiva,
de a si ignora o sabe la situación antijurídica que puede desenvol- puede significar una actitud culpable y desprejuiciada; por otra
verse en su contra. Así, si está de buena fe, no le peijudica la parte, la mala fe no siempre va a ser necesariamente dirigida contra
nulidad del contrato de sociedad en las acciones que le correspon- otra persona; puede motivarse por un simple deseo de beneficio
dan contra todos y cada uno de los asociados por las operaciones personal o por tratar de soslayar requisitos o prohibiciones legales.
de la sociedad (art. 2058 C. C.). Asimismo tendrá acciones contra el Por lo demás, la buena fe no es un concepto único; bajo su
mandatario si el mandato expira por una causa ignorada del man- denominación se agrupan dos situaciones distintas, perfectamen-
datario o éste, sabedor de la causa, hubiere pactado con él (art. 2173 te diferenciables. Ellas tal vez se reflejan en el lenguaje corriente,
C. C.). Tal vez el caso más claro es que en la resolución no proceda pues entendemos que son dos conceptos diversos el estar de bue-
la acción reivindicatoria contra terceros poseedores de buena fe na fe que el actuar de buena fe.
(art. 1490 C. C.); del artículo 1491 resulta que esta buena fe consis- En el primer caso, la buena fe aparece como una actitud men-
te en haber ignorado la existencia de la condición. tal, actitud que consiste en ignorar que se perjudica un interés
Hay muchas otras disposiciones que se refieren a esta materia. ajeno o no tener conciencia de obrar contra derecho, de tener un
El art. 927 autoriza, en la acción posesoria de restitución, para comportamiento contrario a él. El otro aspecto de la buena fe
cobrar perjuicios al tercero de mala fe. El art. 976 dispone que la consiste en la fidelidad a un acuerdo concluido o, dentro del
acción de indignidad no pasa contra terceros de buena fe. El círculo obligatorio, observar la conducta necesaria para que se
art. 2303 señala que el que pagó lo que no debía, no puede perse- cumpla en la forma comprometida la expectativa ajena. El prime-
guir la especie poseída por un tercero de buena fe. ro es el estado de conciencia en un momento determinado; el
En resumen, la autonomía de la voluntad tiene una amplia y otro, la realización de una conducta.5
clara limitación en cuanto no puede atentar contra los derechos Ambos aspectos de la buena fe están considerados en nuestro
legítimos de terceros. Incluso al definir el dominio el artículo 582 derecho. El primero está claramente establecido en el art. 706 que
dice que es el derecho real sobre una cosa corporal, para gozar y define la buena fe en materia posesoria como "la conciencia de
disponer de ella arbitrariamente; no siendo contra ley o contra haberse adquirido el dominio de la cosa por medios legítimos,
derecho ajeno. Esta limitación no se aplica sólo al dominio, ya exentos de fraude y de todo otro vicio". Lo encontramos en el
que el art. 583 dice que sobre las cosas incorporales hay también matrimonio putativo que, de acuerdo al art. 122, produce los mis-
una especie de propiedad, concepto que amplía el No 24 del art. 19 inos efectos civiles que el válido respecto del cónyuge que de buena
de la Constitución, al señalar que se tiene el derecho de propie- fe y con justa causa de error lo contrajo. Los arts. 906 y sigtes. en las
dad en sus diversas especies sobre toda clase de bienes corporales prestaciones mutuas atienden a la buena o mala fe del poseedor
o incorporales; por lo tanto, las limitaciones al ejercicio del domi- vencido, y el art. 913 señala que ella se refiere "relativamente a los
nio se aplican también a todos los demás derechos. frutos, al tiempo de la percepción, y relativamente a las expensas y

- La buena fe
1 JOSE LUIS DE LOS MOZOS. El principio de la buena /e. Urge!, 1965, No 4,

págs. 51 y SS.
24. Un segundo principio fundamental en nuestro derecho iM II i( ) BiF'i1 haría grarral (le fax oWigaczanes. 151. Rey, de 1). Priv. 1969,
privado lo encontramos en la protección de la buena ('e y, conse- 1, 7!.

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mejoras, al tiempo en que fueron hechas". El art. 1267 no hace De las disposiciones a que nos hemos referido resulta que
responsable de las enajenaciones o deterioros de las cosas heredita- nuestro derecho protege la buena fe, y la sanción de la mala fe es
rias al que de buena fe hubiese ocupado la herencia. El inc. 22 del evidente que no cuenta con esa protección.
art. 1576 valida el pago hecho de buena fe a la persona que estaba Pero existen muchas disposiciones en que la ley sanciona di-
entonces en posesión del crédito, aunque después aparezca que no rectamente la mala fe: así el art. 94 No 6 respecto del que ha
le pertenecía; también en el pago, si éste no tiene validez y ha sabido y ocultado la verdadera muerte del desaparecido; el art. 897
consistido en la transferencia de propiedad de una cosa fungible, se en la reivindicación, que sanciona al que de mala fe se da por
valida si el acreedor la ha consumido de buena fe. El art. 1916 da poseedor de la cosa que se reivindica, sin serlo; en la accesión de
efectos legales al arrendamiento de cosa ajena respecto del arren- cosas muebles (arts. 658, 662, 663 C. C.); el art. 1814 en la com-
datario de buena fe. Si se prestó por quien no tenía derecho de praventa que hace responsable de perjuicios al que vendió a sa-
enajenar, y las especies no pueden reivindicarse por haber desapa- biendas lo que en el todo o en una parte considerable no existía.
recido su identidad, el mutuario de buena fe sólo será obligado al Tal vez la disposición que más ampliamente establece la sanción
pago de los intereses estipulados (art. 2202 C. C.). Según el art. 2295, de la mala fe es el artículo 1468 que dispone: "No podrá repetirse
"si el que por error ha hecho un pago, prueba que no lo debía, lo que se haya dado o pagado por un objeto o causa ilícita a
tiene derecho para repetir lo pagado", y el art. 2297 agrega que "se sabiendas".
podrá repetir aún lo que se ha pagado por error de derecho". Todos estos ejemplos nos llevan a concluir que la protección
Este aspecto de la buena fe, que consiste en la ignorancia de de la buena fe y la sanción de la mala fe constituyen un principio
una situación de hecho o de una antijuridicidad, fuera de los ejem- general de nuestro derecho privado.
plos señalados, queda perfectamente en claro cuando el art. 2468 En una sentencia (le hace pocos años la Corte Suprema expre-
señala en qué consiste el dolo pauliano; dice al efecto: "estando de sa:" el acto jurídico administrativo debe estar inspirado en el prin-
mala fe el otorgante y el adquirente, esto es, conociendo ambos el cipio general que es la base de todo régimen de derecho, la bue-
mal estado de los negocios del primero". La mala fe consiste en el na fe".6
conocimiento; la buena fe habría estribado en la ignorancia. La legislación privada parte del concepto de que los particula-
El otro carácter de la buena fe, como desarrollo de una conduc- res están y actúan de buena fe en sus relaciones jurídicas. Por eso
ta, aparece claro en la reglamentación del pago respecto del cual el el artículo 707 del Código Civil establece al respecto un principio
art. 1591 impide que se haga parcialmente mientras, a su vez, el general: "La buena fe se presume, excepto en los casos en que la
art. 1590 dispone que si el pago es de un cuerpo cierto, el acreedor ley establece la presunción contraria.
debe recibirlo con sus deterioros, salvo que ellos provengan de he- En todos los otros la mala fe deberá probarse".
cho o culpa del deudor. Igualmente la pérdida de la cosa debida Por lo tanto existe una presunción general de buena fe en
extingue la obligación, salvo que haya perecido por culpa o durante lodo el ámbito del derecho privado.
la mora del deudor (arts. 1670, 1672 C. C.). Todo esto se resume en Las presunciones de mala fe son escasas; así, en materia pose-
lo dispuesto en los arts. 1548 y 1549 que señalan que la obligación de soria, el inciso final del art. 706 establece que el error en materia
dar contiene la de entregar la cosa y si ésta es una especie o cuerpo de derecho constituye una presunción de mala fe que no admite
cierto, la de conservarlo hasta su entrega; la obligación de conservar prueba en contrario. Sin embargo esta presunción desaparece
la cosa exige que se emplee en su custodia el debido cuidado. El cuando se trata de la prescripción adquisitiva extraordinaria, ya
conjunto de estas disposiciones señala que el deudor debe proceder que el artículo 2510 N9 2 dispone que se presume de derecho en
de buena fe al cumplimiento de la obligación. Pero esta obligación ella la buena fe.
de conducta no corresponde sólo al deudor, sino también al acree-
dor. Su responsabilidad es clara si siendo vendedor debe responder
de los vicios redhibitorios (arts. 1858 y 1861 C. C.), o si siendo com-
prador se ha constituido en mora de recibir (art. 1827 C. C.).
La norma general de la buena fe como conducta la encontra-
mos en el artículo 1546 del Código Civil. Dicha disposición esta-
blece:" Los contratos deben ejecutarse de buena fe". I. 1). T, 1. 76 S. ) 2117, ( w IS. 16.
32 DERECHO CIVIL. PARTE GENERAL INTRODUCCION 33

Es tan amplia y consistente la reparación del enriquecimiento


-El enriquecimiento sin causa sin causa que, más que un principio general de nuestro derecho
privado, se ha creído ver en ella una fuente adicional de obliga-
ciones más allá de las que señalan los artículos 1437 y 2284 del
25. Un tercer principio lo constituye la reparación del enri-
Código Civil.13
quecimiento sin causa.
La idea de causa rebasa aquí las definiciones teóricas que la
hacen residir en la causa final, para acercarse más a la definición - La responsabilidad
de nuestro Código. El artículo 1467 dispone que no puede haber
obligaciones sin una causa real y lícita; en su inciso segundo seña-
la que se entiende por causa el motivo que induce al acto o con- 26. Por último un principio general de nuestro derecho priva-
trato. Cualquiera que sea el alcance jurídico que se quiera dar al do es la responsabilidad.
término "causa" es evidente que todo acto jurídico debe tener Más que de derecho privado es un principio común a todo el
ordenamiento jurídico en el cual la responsabilidad se halla siem-
una razón, que lo determine, lo que en derecho anglosajón se
pre presente bajo las más diversas formas. Hablamos en derecho
denomina "consideration". El enriquecimiento sin causa es aquel
público de la responsabilidad del Estado, de la responsabilidad de
que no tiene un motivo jurídico válido para haberse producido.7
los funcionarios políticos o administrativos, de la responsabilidad
Pero para que este enriquecimiento constituya la figurajurídi-
ministerial de los jueces, etc. Con relación a los particulares nos
ca no basta que haya sido inmotivado; es necesario además que el
referimos a su responsabilidad penal o civil.
enriquecimiento de un patrimonio corresponda al empobrecimien-
Se ha señalado que la ley es un precepto emanado del Estado
to de otro en un fenómeno no necesariamente equivalente, pero
y que lleva aparejada una sanción; ahora bien, la más general de
sí correlativo. Si en estas circunstancias el empobrecido no tiene
estas sanciones, ya sea porque se infrinja o no se cumpla un pre-
otra acción o forma de obtener la reparación podrá intentar la de
cepto legal, ya sea porque se desarrolle una conducta antijurídica,
repetición que se denomina "actio de in rem verso".8 Es necesario
es la responsabilidad.
señalar que esta acción subsidiaria tendrá un doble límite, no
Esta responsabilidad puede significar una pena cuando se ha
podrá ser superior al empobrecimiento sufrido por el actor ni cometido un delito, o bien, indemnizar un perjuicio o resarcir un
tampoco al enriquecimiento del demandado. daño, como sucede en la responsabilidad civil.
El enriquecimiento sin causa lo considera nuestro Código en En los primeros tiempos no existió una distinción clara entre
la accesión (arts. 658, 663, 668, 669 del C. C.);9 en las prestaciones las responsabilidades penal y civil, entre la represión a que daba
mutuas (arts. 905 al 917 del C. C.); en la nulidad de los actos de lugar la primera y la reparación que provenía de la segunda. En
un incapaz y con igual criterio en la nulidad de pago (arts. 1688 y muchos casos la indemnización a la víctima fue al mismo tiempo
1578 del C. C.);1° en la lesión enorme en la compraventa (arts.1889, la pena impuesta al culpable.
1890, 1893 del C. C.); en la acción de reembolso del comunero Muy lentamente fue estableciéndose la distinción entre ambas
contra la comunidad (art. 2307 del C. C.);" en la restitución del especies de responsabilidad, que los juristas destacaron en el siglo
pago de lo no debido (arts. 2295, 2297 del C. C.);12 en el derecho XVI a través de una nueva interpretación de la ley Aquilia e inspi-
de indemnización para los responsables civiles por hechos de ter- rándose en las ideas de los canonistas. El Código Napoleón consa-
ceros (art. 2325 del C. C.), etc. gró en forma definitiva su separación.
Por eso hoy diferenciamos claramente la responsabilidad pe-
iial que acarrea la comisión de un delito, de la responsabilidad
R. D. 1. 79, s. 5, p. 202. Cons. 10. civil que consiste en la reparación de un perjuicio o un daño
8
R. D.j., L 80, s. 2, p. 96. Esta sentencia considera además que, para que la ilícitamente causados.
acción proceda, el enricluccinlicnto debe ser ilegítimo.
R. 1).]., t. 66, s. 2, p. 67.
R. D.J., t. 38,s. 1, i. 481. ° En este sentido la considera el art. 2041 del Código Civil italiano; los
R. D. t. 51, S. 1, J). 273. 812 a 822 del Código Civil alemán (BGB); los arts. 62 a 67 del Código suizo
12
R. D.J., t. 35, s. 1, p. 296; t. 62, s. 1, p. 87; . 77. s. 2, p. 123. t)(- las Obligaciones.

34 DERECIi CIVIL. PARTE GENERAL INTRODUCCION 35
27. En materia civil distinguimos dos campos fundamentales propietario como del usufructuario (arts. 774 y 802 del C. C.). En
de la responsabilidad. Una corresponde a la de aquellas personas la posesión encontramos en las prestaciones mutuas la responsabi-
que no han cumplido oportunamente la obligación derivada de lidad general del poseedor vencido (arts. 904 a 915 del C. C.).
un contrato; por lo mismo, se la denomina responsabilidad con- Igualmente genera responsabilidad el privar a alguien injustamen-
tractual. Otra incumbe a las personas que, dolosa o culpablemen- te de su posesión (art. 926 del C. C.). En las sucesiones existen
te, han cometido un hecho ilícito que causa daños a un tercero; también disposiciones que establecen explícitamente la responsa-
en este caso hablamos de responsabilidad extracontractual. Tal bilidad, como el artículo 1299 respecto al albacea, o el artícu-
vez en ambos casos hay violación de una obligación; en el primer, lo 1329 relativo al partidor.
de la obligación contractual; en el segundo, de una obligación Tanto en la responsabilidad que origina la infracción de una
genérica de no causar daño injusto a otro, lo que los romanos obligación derivada de un cuasicontrato como en la que del in-
señalaban con la frase "alterum non laedere". cumplimiento de una obligación legal, surge el problema de sa-
La responsabilidad civil extracontractual se configura a través ber si debemos ceñirnos a las normas que regulan la responsabili-
de la comisión de un delito o cuasidelito civiles que los artícu- dad contractual o extracontractual, que son diferentes.
los 1437 y 2284 del Código Civil señalan como fuentes de obliga-
ciones. La obligación que de ellos nace es precisamente la de 29. Hemos visto que la responsabilidad es una institución ge-
indemnizar el daño causado. neral del derecho. Que, en materia civil, toda persona es respon-
El campo de la responsabilidad civil es inmenso. Se aplica a las sable de las obligaciones que contraiga, cualquiera que sea su
personas naturales y a las personas jurídicas, y sus alcances se van origen, incluso aquellas que nacen al causar culpablemente un
determinando por una jurisprudencia que debe adecuar las nor- daño.'4
mas del Código Civil, ya centenario, a las variaciones y complejida- Pero esta responsabilidad carecería de alcance práctico si no
des de las relaciones jurídicas y de los conflictos personales del existieran medios para poder exigir coercitivamente el cumpli-
mundo actual. miento de las obligaciones, si el deudor no quisiera o se mostrara
renuente a cumplirlas en forma voluntaria. Debe además estable-
28. Lo expresado anteriormente no significa que la responsa- cerse en qué forma y sobre qué bienes puede ejercerse esa acción
bilidad se limite sólo a aquellos casos de infracciones contractua- forzada.
les y de hechos ilícitos dañosos; ella se extiende a todas las obliga- El artículo 2465 del Código Civil establece que: "Toda obliga-
ciones, cualquiera que sea su origen. ción personal da al acreedor el derecho de perseguir su ejecución
Así, si examinamos en primer término los actos lícitos no con- sobre todos los bienes raíces o muebles del deudor, sean presen-
tractuales que dan origen a obligaciones (cuasicontratos), vemos tes o futuros, exceptuándose solamente los no embargables".
que en todos ellos se hace presente la responsabilidad. Por ejem- Este precepto que establece lo que se llama prenda general de
plo, la responsabilidad del agente oficioso la establecen especial y los acreedores, es un precepto fundamental en que descansan el
específicamente los artículos 2287, 2288 y 2290 del Código Civil; la sistema jurídico y la responsabilidad en materia de obligaciones.
del que recibió el pago de lo no debido está contemplada práctica- De acuerdo con esto la responsabilidad recae sobre los bienes
mente en todas las disposiciones que se refieren a ese cuasicontrato del deudor, no sólo los que éste tenía al contraerse la obligación,
(arts. 2295 a 2303 del C. C.); por último el artículo 2308 del Código sino también los que adquiera en el futuro, y que existan en su
Civil señala la responsabilidad de cada comunero en la comunidad. patrimonio al momento de hacerse efectiva la obligación.
Otro tanto pasa con las obligaciones que emanan de la ley. El Estos serán los bienes que respondan y la forma de hacer
incumplimiento de las obligaciones legales genera siempre una efectiva la responsabilidad será la ejecución forzada de la obliga-
responsabilidad. En los derechos de familia encontramos ejem~ ción.
plos respecto a los derechos y deberes entre los cónyuges; en los
derechos del padre de familia en el art. 250; respecto a los tutores
y curadores, en los artículos 378, 391 y 419.
En otras materias vemos, por ejemplo, que en el usufructo se
establecen responsabilidades para las obligaciones tanto del nudo I'l
R. I).J., 1. 7!. s. 1, 1 • 19I.

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