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EXTINCIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

Actos administrativos irregulares

Los actos administrativos cuentan con una presunción de validez, lo cual permite
que los actos administrativos puedan surtir sus efectos siempre y cuando no se
demuestren que constan de algún vicio que invalide o haga ilegal dicho acto.

La irregularidad de los actos administrativos puede manifestarse por todo tipo de


violaciones a las disposiciones legales que norman su creación, desde
intrascendentes desviaciones en el procedimiento administrativo, hasta ausencia
absoluta de los elementos que deben integrarlo, lo cual no impide que
provisionalmente produzcan sus efectos.

La legislación administrativa no es uniforme al disponer el tratamiento que debe


darse a los actos administrativos irregulares, ya que la diversidad de
ordenamientos administrativos contienen diferentes disposiciones al respecto o
son omisos en su regulación, por lo que su tratamiento parte de la aplicación de
los principios constitucionales que rigen la actuación administrativa.

Vicios del acto administrativo

Los vicios del Acto Administrativo son aquellos defectos o irregularidades, con que
el acto se materializa en el mundo jurídico y que, afectan su existencia, sea en su
validez o en su eficacia, por lo que impiden su subsistencia y ejecución.

La presunción de validez de los Actos Administrativos permite que estos


produzcan sus efectos mientras no se demuestre que se encuentran afectados por
algún vicio, al carecer de algún elemento o requisito.

La ilegalidad del Acto Administrativo se puede generar por cualquier violación a las
disposiciones legales que norman su creación inclusive alguna ilegalidad en el
procedimiento administrativo del cual emana, lo cual permite que de manera
provisional produzcan sus efectos hasta en tanto son anulados o revocados.
Vicios del elemento subjetivo del acto administrativo.

Los vicios del elemento subjetivo se presentan en la competencia y en la voluntad.

En la competencia se presenta cuando el acto se vicia, en virtud de que el órgano


administrativo que lo emitió carece de facultades para manifestarse, es decir que
resulta incompetente. La incompetencia puede ser en razón de materia, grado,
territorio, cuantía o tiempo, según se presente la irregularidad en alguno de esos
aspectos de la competencia.

Los vicios que afectan la expresión de la voluntad son de dos tipos: los subjetivos
y los objetivos.

Los subjetivos son los que atañen a la voluntad psíquica del funcionario; y, los
objetivos son los que recaen sobre el procedimiento en el que se desarrolla la
voluntad de la Administración Pública. En cuanto a los vicios que afectan la
voluntad psíquica del funcionario son: error, dolo y violencia.

A. ERROR, implica la disconformidad entre la voluntad interna del funcionario con


los elementos del mundo exterior que le servirán de base para la formación del
acto. El error viene a constituir un falso o deformado conocimiento de alguno o de
todos los elementos del Acto Administrativo que, induce al órgano a la formación
de la voluntad psíquica de manera diferente a como lo hubiera hecho de no existir
esa falsa apreciación. El error puede ser de hecho o de derecho. Existe error de
hecho cuando el funcionario aprecia de manera equivocada las situaciones
fácticas de aconteceres, personas, circunstancias, etc. El error de derecho
consiste en la indebida interpretación que se hace de las disposiciones jurídicas
aplicables.

B. DOLO, como vicio de la voluntad de la Administración Pública, se presenta


cuando existe cualquier artificio, astucia, maquinación o simulación dirigidos a la
obtención del Acto Administrativo en el sentido que quiere el autor de la conducta
dolosa. El dolo puede provenir del administrado o del funcionario público.

No hay que confundir el dolo con el error, en cuanto que éste no es la causa sino
el efecto del engaño. Es decir, el error se produce por el hecho de que el
funcionario cree verdadero lo que es falso, o falso lo que es verdadero; en cambio,
el dolo, tiende a engañar a la otra parte, falseando intencionalmente la causa o
motivo del acto, bien sea que lo haga el gobernado o el funcionario público.

C. VIOLENCIA, este vicio de la voluntad administrativa se exterioriza con motivo


de la coacción física o moral que se ejerce sobre el funcionario, produciendo el
Acto Administrativo no en los términos establecidos por el ordenamiento jurídico,
sino por el temor a sufrir un mal injusto.

Vicios del elemento objetivo del acto administrativo.

Los vicios que recaen en el elemento objetivo son aquellos que afectan su objeto,
motivo o fin.

1. OBJETO, el objeto debe ser lícito, posible y determinado o determinable, el vicio


surge cuando el objeto es ilícito, por estar prohibido en la ley; por ser impreciso;
por ser imposible de hecho; por ser contradictorio, absurdo o inmoral.

2. MOTIVO, el motivo consiste en los antecedentes de hecho y de derecho que


preceden y provocan el acto, los vicios que lo afectan se presentan cuando: los
hechos que lo motivan no se realizaron, fueron distintos o de apreciación
equivocada; cuando se dictó en contravención de las disposiciones aplicadas o
dejaron de aplicarse las debidas; cuando entre los motivos aducidos y los
preceptos que sirven de fundamento al acto no existe adecuación.

3. FIN, el vicio que afecta al fin es el desvío de poder, el cual consiste en apartarse
del propósito que la norma prevé para el Acto Administrativo.

Existe desvío de poder cuando el funcionario actúa con: un fin personal; con una
finalidad de favorecer a un tercero; y con la finalidad de favorecer a la
Administración Pública.

Vicios del elemento formal del acto administrativo.

Estos vicios se manifiestan en el procedimiento, en la forma de exteriorización y


en la publicidad del Acto Administrativo. La forma del acto, al constituir el medio
por el cual se exterioriza la voluntad administrativa, resulta concomitante al acto,
que al no cumplirse se produce el vicio de forma del Acto Administrativo.

Los vicios en las formalidades y en la forma del Acto Administrativo son de dos
tipos: substanciales o relevantes y no substanciales o irrelevantes. Los primeros
son aquellos que influyen en el fondo del asunto, y que de no cumplirse dan lugar
a la anulación del acto. Los segundos no tienen una influencia determinante sobre
el contenido del acto, y, por lo tanto, no procede su anulación.

La anulación de los actos administrativos

Un acto administrativo nulo de pleno derecho deberá de ser revocado y cuando


ello suceda, carecerá de efectos jurídicos en nuestro Ordenamiento Jurídico. Ello,
por vulnerar de forma flagrante las normas que regulan la competencia del Órgano
que lo ha dictado, el procedimiento establecido y/o su contenido.

La anulabilidad de un acto administrativo sucede cuando infringe el ordenamiento


jurídico, no reúne los requisitos de forma indispensables para alcanzar su fin o
provoca indefensión a los interesados, o es realizado fuera del tiempo establecido,
siendo el término o plazo indispensable para el propio acto.

Mientras la nulidad de un acto administrativo supone su desaparición del mundo


jurídico, la anulabilidad permitirá retrotraer el procedimiento, eliminar el vicio y que
continúa el procedimiento a partir de entonces.

La Administración, a la hora de revocar un acto administrativo por entender que el


mismo no resulta ser ajustado a derecho, tiene que valorar en primer lugar si el
vicio es de nulidad, en cuyo caso se procederá a la revisión de oficio del acto
administrativo o disposición, o, si, por el contrario, se trata de un vicio de
anulabilidad, recurriéndose entonces al procedimiento administrativo de
declaración de lesividad.

Revocación
Las revocaciones relativas a los actos administrativos son una manifestación de la
potestad que tienen las Administraciones Públicas para anular sus propios actos
sin necesidad de que la decisión sea aprobada por ningún tribunal.

La revocación es la anulación o cancelación de un acto anterior de la


Administración Pública. La revocación cancela la eficacia jurídica de un acto o
fallo.

Si se trata de una revocación en el derecho público, solo se pueden revocar los


actos desfavorables o de gravamen. La revocación se suele instar por parte de la
propia Administración, pero puede solicitarse también por los ciudadanos.

Caducidad

Caducidad es la extinción de un acto dispuesta por la administración en virtud del


incumplimiento grave y culpable, por parte del particular, a las obligaciones que el
acto le creaba. Es pues una sanción, una pena administrativa la administración
podrá declarar unilateralmente la caducidad de un acto administrativo cuando el
interesado no cumpliere las condiciones fijadas en el mismo.

La caducidad supone que el acto que se extingue fundamentalmente concedía un


derecho, creando al mismo tiempo ciertos deberes: es el incumplimiento de los
segundos lo que lleva a la extinción del primero y con ello del acto todo.

La extinción de los actos administrativos en la ley federal de procedimientos


administrativos

Artículo 11.- El acto administrativo de carácter individual se extingue de pleno


derecho, por las siguientes causas:

I. Cumplimiento de su finalidad;

II. Expiración del plazo;

III. Cuando la formación del acto administrativo esté sujeto a una condición o
término suspensivo y éste no se realiza dentro del plazo señalado en el propio
acto;
IV. Acaecimiento de una condición resolutoria;

V. Renuncia del interesado, cuando el acto hubiere sido dictado en exclusivo


beneficio de éste y no sea en perjuicio del interés público; y

VI. Por revocación, cuando así lo exija el interés público, de acuerdo con la ley de
la materia

Cuando se cumple la finalidad del acto administrativo en sentido restringido, éste


pierde su razón de ser y, por tanto, se extingue. Por ejemplo, concluido la
construcción de un edificio y dado el aviso de terminación de obra
correspondiente, la licencia de construcción respectiva se extingue porque se
agota su razón de ser.

El acto administrativo en sentido restringido se extingue también por expiración del


plazo establecido para su vigencia. Así, el acto administrativo por el cual se otorga
permiso a un vendedor ambulante para expender su mercancía en la vía pública
del Centro Histórico de la Ciudad durante el mes de diciembre de este año, se
extinguir precisamente al concluir el año porque en ese momento expirar el plazo
de vigencia del permiso otorgado, por cuya razón, el día primero del siguiente año,
el comerciante ambulante referido ya no podrá expender su mercancía en el lugar
mencionado, a menos que le sea otorgado nuevo permiso.

Cuando la formación del acto administrativo esté sujeto a una condición o término
suspensivo y éste no se realiza dentro del plazo señalado en el propio acto la
referida falta de realización oportuna, más que causa de extinción del acto
administrativo en sentido restringido es un impedimento para su conformación y
perfeccionamiento, habida cuenta que se condicionó su existencia a la realización
de cierta condición que no llega a producirse dentro del plazo señalado para tal
efecto en el propio acto en gestación.

Asimismo, el acto administrativo en sentido restringido se extingue por el


acaecimiento de una condición resolutoria lo cual quiere decir que la vigencia del
acto administrativo se sujeta a que no se produzca tal condición resolutoria.
Por ejemplo, el otorgamiento de una beca por parte de una institución pública, es
un acto administrativo que se sujeta a la condición resolutoria de que si el becario
obtiene una calificación promedio inferior a 8.5 se cancelará automáticamente la
beca, lo que significa la extinción del acto.

Condiciona la renuncia del interesado, como forma de extinción del acto


administrativo, a que éste se hubiere dictado en su exclusivo beneficio y no sea en
perjuicio del interés público. Dicho de otra manera, el beneficiario exclusivo de un
acto administrativo puede provocar su extinción renunciando al beneficio
respectivo, siempre y cuando no sea en perjuicio del interés público.

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