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Género, alimentación y nutrición

http://www.fao.org/sd/spdirect/WPdos005.htm

La malnutrición sigue siendo un problema crucial tanto en países


desarrollados como en países en desarrollo. La malnutrición puede estar
relacionada ya sea con el consumo insuficiente de alimentos (desnutrición)
o con dietas desbalanceadas. En todo el mundo, las mujeres son los
principales garantes de la nutrición, la inocuidad y la buena calidad de los
alimentos a nivel doméstico y comunitario; ya que son ellas quienes
producen, compran, manejan, preparan y distribuyen los alimentos en la
familia y en las instituciones comunitarias.

En muchos países en desarrollo, las mujeres empresarias se están


dedicando cada vez más a la industria de alimentos locales, produciendo
una extensa gama de alimentos que se venden a precios competitivos en el
mercado. Además, el sector de la venta callejera de alimentos - una
actividad en creciente expansión en la mayor parte de los países en
desarrollo - está siendo progresivamente manejado por mujeres, quienes
dependen de esta fuente de ingresos tanto para ellas como para sus
familias. Las venta callejera de alimentos cumple también un papel central
en abastecer de alimentos apropiados y a bajo costo a sectores pobres de la
población, y por consiguiente contribuyen en modo sustancial a la seguridad
alimentaria.

No obstante que las mujeres, como proveedoras de alimentos, tienen un


papel fundamental en asegurar un mejor nivel nutricional, las
intervenciones de desarrollo orientadas a mejorar el acceso a los alimentos,
a menudo ignoran a la mujer. Los organismos nacionales, regionales e
internacionales que inciden en el sector alimentario, a menudo dan poca
importancia al diseño de programas que tomen en cuenta las necesidades
de la mujer, sus antecedentes educativos y culturales, y sus aspiraciones
para mejorar sus propias condiciones económicas y sociales.

Las mujeres en sus años reproductivos, especialmente durante el embarazo


o lactancia, tienen requisitos nutricionales particulares, los cuales influyen
tanto en su propio estado nutricional como en el de sus hijos. En muchas
sociedades, sin embargo, estas necesidades específicas no son tomadas en
cuenta y ambos, mujeres e hijos, sufren las consecuencias. En algunas
sociedades, se da prioridad a la alimentación de los demás miembros de la
familia, una práctica discriminatoria que a menudo abarca a las niñas,
comprometiendo su salud y estado nutricional desde una temprana edad.

Considerando que las mujeres desempeñan una función central en asegurar


y preparar alimentos para sus familias, y tienen la responsabilidad primaria
del cuidado de los hijos y de la información nutricional en el hogar; es
necesario comprender los diferentes derechos, responsabilidades y
capacidades en la toma de decisiones que tienen mujeres y hombres, en
relación al esfuerzo para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición.
Esto requiere que los datos sobre las diferencias entre mujeres y hombres,
en términos de acceso a los alimentos y a otros recursos sean mejorados,
con el fin de facilitar el asesoramiento y el seguimiento de los avances en el
logro de la seguridad alimentaria y las metas nutricionales. Al mismo
tiempo, las mujeres necesitan un mayor acceso a la información técnica, y
una mayor asistencia para mejorar la calidad e inocuidad de los alimentos y
para delinear estrategias dirigidas a mejorar el estado nutricional familiar,
por ejemplo, a través de los huertos y la crianza de ganado.

Estrategias y acciones de la FAO

La FAO pondrá especial atención en aliviar las dificultades que encuentra la


mujer para desempeñar su función tradicional de proveedora de alimentos,
y en promover hábitos alimentarios y estilos de vida saludables. Esto
significa elegir como destinatarios de la educación para la nutrición, ya sea
a mujeres que a hombres. Al mismo tiempo, la FAO trabajará para reforzar
la capacidad nacional de diseñar, implementar, dar seguimiento y evaluar,
desde una perspectiva de género, las intervenciones que se lleven adelante
a nivel comunitario para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición
familiar.
 Desarrollar programas de capacitación con perspectivas de género y
materiales educativos dirigidos a los planificadores, con el fin de
mejorar la alimentación y la seguridad nutricional dentro de hogares,
especialmente la de aquellos encabezados por mujeres.
 Proporcionar asistencia a los Estados Miembros para las políticas
sobre el desarrollo de estrategias nacionales de alimentación, y para
prevenir y controlar las deficiencias de micronutrientes en grupos
vulnerables, mujeres incluidas.

 Recopilar, analizar y difundir datos desagregados por sexo, sobre


alimentos y nutrición, para ser utilizados en el diseño de políticas,
programas e intervenciones que aumenten el nivel nutricional de
todos los miembros del hogar.

 Formar a las mujeres empresarias de las industrias locales de


alimentos, con el fin de reforzar sus capacidades y asegurar la
inocuidad de sus productos.

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