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El documento discute los desafíos de la malnutrición y el rol central de las mujeres en la alimentación y nutrición de las familias. Las mujeres son responsables de la producción, compra, preparación y distribución de alimentos, pero a menudo sus necesidades nutricionales específicas y su capacidad para mejorar la seguridad alimentaria son ignoradas. La FAO busca abordar esto enfocándose en educar a las mujeres sobre nutrición, reforzar su capacidad productiva y recopilar datos desagregados por sexo para mejorar las políticas y program
El documento discute los desafíos de la malnutrición y el rol central de las mujeres en la alimentación y nutrición de las familias. Las mujeres son responsables de la producción, compra, preparación y distribución de alimentos, pero a menudo sus necesidades nutricionales específicas y su capacidad para mejorar la seguridad alimentaria son ignoradas. La FAO busca abordar esto enfocándose en educar a las mujeres sobre nutrición, reforzar su capacidad productiva y recopilar datos desagregados por sexo para mejorar las políticas y program
El documento discute los desafíos de la malnutrición y el rol central de las mujeres en la alimentación y nutrición de las familias. Las mujeres son responsables de la producción, compra, preparación y distribución de alimentos, pero a menudo sus necesidades nutricionales específicas y su capacidad para mejorar la seguridad alimentaria son ignoradas. La FAO busca abordar esto enfocándose en educar a las mujeres sobre nutrición, reforzar su capacidad productiva y recopilar datos desagregados por sexo para mejorar las políticas y program
La malnutrición sigue siendo un problema crucial tanto en países
desarrollados como en países en desarrollo. La malnutrición puede estar relacionada ya sea con el consumo insuficiente de alimentos (desnutrición) o con dietas desbalanceadas. En todo el mundo, las mujeres son los principales garantes de la nutrición, la inocuidad y la buena calidad de los alimentos a nivel doméstico y comunitario; ya que son ellas quienes producen, compran, manejan, preparan y distribuyen los alimentos en la familia y en las instituciones comunitarias.
En muchos países en desarrollo, las mujeres empresarias se están
dedicando cada vez más a la industria de alimentos locales, produciendo una extensa gama de alimentos que se venden a precios competitivos en el mercado. Además, el sector de la venta callejera de alimentos - una actividad en creciente expansión en la mayor parte de los países en desarrollo - está siendo progresivamente manejado por mujeres, quienes dependen de esta fuente de ingresos tanto para ellas como para sus familias. Las venta callejera de alimentos cumple también un papel central en abastecer de alimentos apropiados y a bajo costo a sectores pobres de la población, y por consiguiente contribuyen en modo sustancial a la seguridad alimentaria.
No obstante que las mujeres, como proveedoras de alimentos, tienen un
papel fundamental en asegurar un mejor nivel nutricional, las intervenciones de desarrollo orientadas a mejorar el acceso a los alimentos, a menudo ignoran a la mujer. Los organismos nacionales, regionales e internacionales que inciden en el sector alimentario, a menudo dan poca importancia al diseño de programas que tomen en cuenta las necesidades de la mujer, sus antecedentes educativos y culturales, y sus aspiraciones para mejorar sus propias condiciones económicas y sociales.
Las mujeres en sus años reproductivos, especialmente durante el embarazo
o lactancia, tienen requisitos nutricionales particulares, los cuales influyen tanto en su propio estado nutricional como en el de sus hijos. En muchas sociedades, sin embargo, estas necesidades específicas no son tomadas en cuenta y ambos, mujeres e hijos, sufren las consecuencias. En algunas sociedades, se da prioridad a la alimentación de los demás miembros de la familia, una práctica discriminatoria que a menudo abarca a las niñas, comprometiendo su salud y estado nutricional desde una temprana edad.
Considerando que las mujeres desempeñan una función central en asegurar
y preparar alimentos para sus familias, y tienen la responsabilidad primaria del cuidado de los hijos y de la información nutricional en el hogar; es necesario comprender los diferentes derechos, responsabilidades y capacidades en la toma de decisiones que tienen mujeres y hombres, en relación al esfuerzo para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición. Esto requiere que los datos sobre las diferencias entre mujeres y hombres, en términos de acceso a los alimentos y a otros recursos sean mejorados, con el fin de facilitar el asesoramiento y el seguimiento de los avances en el logro de la seguridad alimentaria y las metas nutricionales. Al mismo tiempo, las mujeres necesitan un mayor acceso a la información técnica, y una mayor asistencia para mejorar la calidad e inocuidad de los alimentos y para delinear estrategias dirigidas a mejorar el estado nutricional familiar, por ejemplo, a través de los huertos y la crianza de ganado.
Estrategias y acciones de la FAO
La FAO pondrá especial atención en aliviar las dificultades que encuentra la
mujer para desempeñar su función tradicional de proveedora de alimentos, y en promover hábitos alimentarios y estilos de vida saludables. Esto significa elegir como destinatarios de la educación para la nutrición, ya sea a mujeres que a hombres. Al mismo tiempo, la FAO trabajará para reforzar la capacidad nacional de diseñar, implementar, dar seguimiento y evaluar, desde una perspectiva de género, las intervenciones que se lleven adelante a nivel comunitario para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición familiar. Desarrollar programas de capacitación con perspectivas de género y materiales educativos dirigidos a los planificadores, con el fin de mejorar la alimentación y la seguridad nutricional dentro de hogares, especialmente la de aquellos encabezados por mujeres. Proporcionar asistencia a los Estados Miembros para las políticas sobre el desarrollo de estrategias nacionales de alimentación, y para prevenir y controlar las deficiencias de micronutrientes en grupos vulnerables, mujeres incluidas.
Recopilar, analizar y difundir datos desagregados por sexo, sobre
alimentos y nutrición, para ser utilizados en el diseño de políticas, programas e intervenciones que aumenten el nivel nutricional de todos los miembros del hogar.
Formar a las mujeres empresarias de las industrias locales de
alimentos, con el fin de reforzar sus capacidades y asegurar la inocuidad de sus productos.
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