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by Esther Perel
Psychoterapy Networker Julio/agosto 2010
La infidelidad en retrospectiva
Por muchos años, he estado contactando parejas que he tratado para averiguar
más acerca del impacto a largo plazo de la infidelidad que los trajo a terapia. A las
parejas que se mantuvieron juntas, les ofrecí una entrevista de seguimiento
gratuita para discutir como consideraban la infidelidad de manera retrospectiva, y
cómo integraron la experiencia en la narrativa de su relación. Todos los
matrimonios son similares en cuanto a que el confrontar una infidelidad fuerza a la
pareja a reevaluar su relación, pero son distintos en cómo la pareja vive el legado
de la infidelidad. Yo ya sabía que estos matrimonios a los que les estaba
haciendo el seguimiento habían sobrevivido; ahora quería evaluar la calidad de
esa supervivencia. ¿Cuáles fueron los amortiguadores útiles que sostuvieron a la
pareja? ¿Pensaron que la terapia ayudó?
Atascados en el pasado
De hecho, es probable que esta pareja hubiera tenido las mismas interacciones
miserables y no hubiera habido infidelidad. Parejas como estas viven en un estado
permanente de aflicción, compartiendo una celda en la prisión marital. Para la
pareja traicionada, el traicionador se convierte en la suma total de las
transgresiones, con algunas cualidades exoneradas. Para el traicionador, la
pareja traicionada se convierte en la suma total de la furia vengativa. Me recuerda
esta frase: “el resentimiento es como tragar veneno y esperar que el otro muera”.
También tengo que abordar la obsesión con la infidelidad que parece permanecer
al centro de estas relaciones, algunas veces por años. La persona traicionada
incesantemente repite las historias en su cabeza y busca las mentiras, aún si es
humillante hacer esto. Se convierte en un detective amateur. Una persona
traicionada me dijo, “reviso su computador, reviso su teléfono. Cuando me fui por
un fin de semana, llamé a la casa insistentemente y nadie contestaba. Cuando
supe que había dejado a los niños con su hermana, al instante pensé que lo
estaba viendo de nuevo”. A esto, su esposa contestó con amarga resignación, “él
nunca me pregunta, solo asume”. Información precisa –su esposa estaba en una
actividad perfectamente inocente- dispersa la desconfianza, pero la calma solo
dura hasta el próximo ataque de inseguridad. Este ciclo hace imposible que el
miembro traicionado se sienta amado de nuevo.
Para estas parejas, es difícil mirar atrás porque nunca fueron hacia adelante. La
infidelidad se convirtió en la narrativa de su unión. El matrimonio técnicamente
puede sobrevivir, pero su ser pareja esta muriendo en la vid. Cuando la infidelidad
se transforma en la marca de la vida de la pareja, algo se ha roto y no puede
volver a repararse. La relación esta permanentemente dañada.
Los sobrevivientes
El viernes, Joanna estaba lista. El sábado, no pudo firmar el arriendo. Ella había
fantaseado sobre este momento por casi dos años; dejaría a su marido, Michael, y
se mudaría con su amante, Eric, y se sumergiría en el estado de dicha y
sensualidad tanto le faltaba en su vida. Eric la había llenado de afecto y una
sensación de importancia –atención que solo recibía de sus hijos, dado que
Michael se había excusado de estos gestos diciendo que él no era ese tipo de
hombre. El cansancio se había movido sigilosamente en su matrimonio, dejándola
a ella sintiéndose mas apegada al habito de estar casada que al hombre que
alguna vez amó.
Joanna no quería dejar a Michel en parte por miedo y en parte porque lo amaba.
No tenía claro qué era más fuerte, si el miedo o el amor. “Parte de mi estaba muy
desilusionada de mi misma por no ser capaz de dejar a Michael, y me preguntaba
si estaba dejando ir al amor de mi vida”, recordaba Joanna. “Pero parte de mi
sentía alivio de quedarme y no destruir a mi familia”. Michael oscilaba entre pánico
y furia, entre rogándole que se quedara y haciendo que se fuera. “No podía creer
que ella estuviera lista para arriesgar todo por este hombre, Eric, y me sentía
atrapado porque sospechaba que las razones de ella para quedarse no tenían
mucho que ver conmigo. Era mas sobre lo que teníamos que sobre mi”.
Los exploradores
“La infidelidad fue un shock que nos forzó a movilizarnos” era la inequívoca
respuesta de Julián en una entrevista cinco años después de haberlo atendido
junto a su esposa, Claire, en terapia de pareja. “Estoy de acuerdo que nuestra
relación esta mejor ahora que antes”, dijo Claire mientras se giraba hacia Julián y
añadía, “pero igual pienso que actuaste como un idiota. No tenias que engañarme
para demostrar que nuestro matrimonio estaba en problemas”. Si bien, ellos aún
difieren en la manera en que Julián mandó su “mensaje”, ambos están de acuerdo
en que la infidelidad transformó su matrimonio.
Julián vio por primera vez a Claire parada frente a él en el casino estudiantil 15
años atrás, y se aseguró de obtener su número de teléfono antes de que ella
llegara a la caja. Con una sonrisa seductora y un aire misterioso, ella sutilmente
dudó antes de decirle su nombre y darle su número; ella lo cautivó. En esos
primeros momentos, comenzaron a asumir roles que continuarían en su
matrimonio. Julián sería el iniciador –de la vida social, del sexo, de las decisiones
sobre las vacaciones- y el protector de Claire del mundo externo. Claire sería la
refinada, aunque un poco trémula, que lo seguiría en todo y con la certeza de que
bajo el cuidado de él, ella nunca tendría de qué preocuparse. Sin embargo, lo que
sorprendió a Julián a lo largo de los años fue la cantidad de preocupaciones que
él tendría que aliviar: casi cualquier cosa podía ser alimento para la ansiedad de
Claire. Ella nunca podía llegar lo suficientemente temprano al aeropuerto, su
nerviosismo en torno a ser la anfitriona de una cena comenzaba con muchos días
de antelación; y para que ella se sintiera cómoda al tener sexo, las condiciones
tenían que ser perfectas –lo que raramente ocurría. A lo largo de los años, él se
cansó del poder de veto que ella imponía en sus vidas: “¿quieres salir? le
preguntaba él. “NO” respondía ella. “Juntémonos con amigos”. “NO”. “Quiero
hacerte el amor”. “NO”.
Con tantos NO sonando en sus oídos, Julián le dio la bienvenida al ensordecedor
si de Emma, a quien conoció en un viaje de negocios y con quien estuvo por un
año y medio. No era solo que él quisiera más sexo: él quería recapturar el
sentimiento lúdico y de libertad que el sexo le daba. La infidelidad con Emma le
trajo la sensación de vitalidad que le faltaba. Con ella, botó el letargo que sofocaba
su vida. Nuevamente experimentó la excitación, la atención al juego preliminar, la
sensación de pérdida del sentido del tiempo que colma los corazones de los
amantes.
Claire supo de la infidelidad de Julián al descubrir accidentalmente mensajes de e-
mail. Profundamente conmocionada, ella buscó terapia individual y acudió a sus
amigos. Mientras le daban su apoyo, ellos le pidieron que viera, que mientras
Julián había traicionado su confianza, ella misma –como lo dijo después- “había
traicionado mi votos”. Sabiendo que Claire no quería perder al hombre que amaba,
sus amigos la alentaron a pelear por él. Así es que ella se acercó a él y
conversaron como no lo habían hecho en años, compartiendo sentimientos y
pensamientos que hacía tiempo se habían guardado. Mientras las conversaciones
evolucionaban y comenzaban a sentir que la distancia entre ellos disminuía,
sintieron que despertaban hacia una nueva experiencia de conexión, en la que
ambos sentían mucho dolor y excitación, como nunca habían sentido antes.
En mi trabajo en conjunto con Julián y Claire, hice algo que algunos terapeutas
podrían considerar arriesgado: sugerí que ella invitara a Julián a hablar de su
experiencia con Emma. Paradojalmente, descubrí que este tipo de honestidad
sobre la infidelidad, en vez de ser destructiva y dolorosa, puede ser una
demostración de lealtad hacia la pareja. Decirle al otro “OK, te mostraré quien soy.
Esto fue lo que pasó y así es como me sentí” puede ser una manera de decir “Te
amo y en realidad nunca quise dejarte; quiero decirte esto porque eres muy
importante para mi”. Efectivamente, Claire descubrió que el que Julián hablara
acerca de su intimidad con otra mujer era en sí una expresión de su intimidad con
ella –aumentando la unión entre ellos.
Algunas veces la crisis de infidelidad ayuda a las parejas a hacer una distinción
crucial, entre una relación basada en la exclusividad y una relacionada con lo
único de su conexión. La exclusividad depende del establecimiento de límites
rígidos: el énfasis es en “no permitir”, “restringir”, “no compartir con los otros”.
Antes de la infidelidad, Claire y Julián habían ido basando su relación en este tipo
de marco externo que los separaba como pareja. En contraste, a través de nuestro
trabajo en conjunto, aprendieron a valorar lo que cada uno consideraba
característico acerca de lo que significaba cada uno para el otro, con énfasis en el
“porqué habían elegido estar juntos” en vez de lo que estaba “prohibido con un
otro”. En definitiva, este exacerbado sentido de “nosotros” es el analgésico más
poderoso para relaciones que están en riesgo, aliviando el dolor y prometiendo un
panorama de renovación. Parejas como Julián y Claire logran dar vuelta el
torbellino de una infidelidad hacia un viaje emocional. Cada uno toma la
responsabilidad apropiada por el deterioro de la relación, enfocándose no solo en
enmendar la ruptura producida por la infidelidad, sino que también en reconstruir
las bases emocionales de su matrimonio. Parejas como esta, tienden a identificar
a la infidelidad como un único evento –pero no el evento definitivo- en su historia
en conjunto. En vez de ver la infidelidad puramente como un acto de fracaso y
traición, lo transforman en un catalizador para el cambio, una inspiración para el
renacimiento de la conexión.
Reinventando el Self
Sobretodo, lo que acerca a las parejas que usan la terapia para convertir la
infidelidad en una experiencia transformadora es que llegan a darse cuenta que
ésta no da respuestas claras, sino que provee de un foro indulgente en el que
pueden discutir sus ideas sobre traición, tanto sexual como emocional. Descubren
que estas discusiones pueden llegar a ser las bases de su nueva relación. Aún
cuando no desechan la idea de compromiso, aprenden a redefinirla de manera de
que se prevenga la recurrencia de infidelidades secretas y traiciones. Para ellos, la
monogamia significa lealtad emocional mutua, fidelidad, y el compromiso con la
relación primaria, aún cuando, para algunos, no necesariamente signifique
exclusividad sexual.
Traducción: AMR