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Monarquía Absoluta: El absolutismo se desarrolló en Europa occidental como una etapa dentro de la

evolución de los Estados nacionales. El termino absolutismo hace referencia a una forma de gobierno en la
que el poder no está limitado por las leyes ni por otro poder, sea espiritual o terrenal. En la mayoría de los
Estados europeos, se concretó como una monarquía absoluta un gobierno de tipo hereditario en que el
monarca concentraba los poderes del Estado y los ejercía a voluntad. Si bien el Rey reconocía la existencia de
la Corte, consideraba que el suyo era superior, por lo que no les debía obediencia. Las monarquías absolutas
justificaron el poder del Rey apelando al “derecho divino”, según el cual el poder del Rey, venía directo de
Dios, o bien consideraban que el Rey encarnaba a la nación, por lo que su seguridad y supervivencia
dependían del poder que concentrara el monarca. España y Francia son las naciones más representativas de
absolutismo, en Francia con Luis XIV (1643 a 1715), llamado el “Rey sol”, reunió todo el poder en sus manos, lo
que se resumen en una célebre frase: “El Estado soy yo”, su palacio llamado “Versalles”, estaba adornado con
todos los lujos de época y con gran refinamiento, fue todo un símbolo de la autoridad real.
Derecho divino: “Dios estableció a los reyes como sus ministros y reina a través de ellos sobre los pueblos. Los
reyes actúan como los ministros de Dios y sus lugartenientes en la tierra. Por medio de ellos Dios ejercita su
imperio. Por ello el trono real no es el trono de un hombre sino el de Dios mismo. Se desprende de todo ello
que la persona del rey es sagrada y que atentar contra ella es un sacrilegio.” Tomado de: Jacques Bossuet. La política
según las Sagradas Escrituras. 1709.

Monarquía Absoluta: El absolutismo se desarrolló en Europa occidental como una etapa dentro de la
evolución de los Estados nacionales. El termino absolutismo hace referencia a una forma de gobierno en la
que el poder no está limitado por las leyes ni por otro poder, sea espiritual o terrenal. En la mayoría de los
Estados europeos, se concretó como una monarquía absoluta un gobierno de tipo hereditario en que el
monarca concentraba los poderes del Estado y los ejercía a voluntad. Si bien el Rey reconocía la existencia de
la Corte, consideraba que el suyo era superior, por lo que no les debía obediencia. Las monarquías absolutas
justificaron el poder del Rey apelando al “derecho divino”, según el cual el poder del Rey, venía directo de
Dios, o bien consideraban que el Rey encarnaba a la nación, por lo que su seguridad y supervivencia
dependían del poder que concentrara el monarca. España y Francia son las naciones más representativas de
absolutismo, en Francia con Luis XIV (1643 a 1715), llamado el “Rey sol”, reunió todo el poder en sus manos, lo
que se resumen en una célebre frase: “El Estado soy yo”, su palacio llamado “Versalles”, estaba adornado con
todos los lujos de época y con gran refinamiento, fue todo un símbolo de la autoridad real.
Derecho divino: “Dios estableció a los reyes como sus ministros y reina a través de ellos sobre los pueblos. Los
reyes actúan como los ministros de Dios y sus lugartenientes en la tierra. Por medio de ellos Dios ejercita su
imperio. Por ello el trono real no es el trono de un hombre sino el de Dios mismo. Se desprende de todo ello
que la persona del rey es sagrada y que atentar contra ella es un sacrilegio.” Tomado de: Jacques Bossuet. La política
según las Sagradas Escrituras. 1709.

Monarquía Absoluta: El absolutismo se desarrolló en Europa occidental como una etapa dentro de la
evolución de los Estados nacionales. El termino absolutismo hace referencia a una forma de gobierno en la
que el poder no está limitado por las leyes ni por otro poder, sea espiritual o terrenal. En la mayoría de los
Estados europeos, se concretó como una monarquía absoluta un gobierno de tipo hereditario en que el
monarca concentraba los poderes del Estado y los ejercía a voluntad. Si bien el Rey reconocía la existencia de
la Corte, consideraba que el suyo era superior, por lo que no les debía obediencia. Las monarquías absolutas
justificaron el poder del Rey apelando al “derecho divino”, según el cual el poder del Rey, venía directo de
Dios, o bien consideraban que el Rey encarnaba a la nación, por lo que su seguridad y supervivencia
dependían del poder que concentrara el monarca. España y Francia son las naciones más representativas de
absolutismo, en Francia con Luis XIV (1643 a 1715), llamado el “Rey sol”, reunió todo el poder en sus manos, lo
que se resumen en una célebre frase: “El Estado soy yo”, su palacio llamado “Versalles”, estaba adornado con
todos los lujos de época y con gran refinamiento, fue todo un símbolo de la autoridad real.
Derecho divino: “Dios estableció a los reyes como sus ministros y reina a través de ellos sobre los pueblos. Los
reyes actúan como los ministros de Dios y sus lugartenientes en la tierra. Por medio de ellos Dios ejercita su
imperio. Por ello el trono real no es el trono de un hombre sino el de Dios mismo. Se desprende de todo ello
que la persona del rey es sagrada y que atentar contra ella es un sacrilegio.” Tomado de: Jacques Bossuet. La política
según las Sagradas Escrituras. 1709.

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