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Alimentos Funcionales

Índice

Resumen ........................................................................................................................................ 3
Abstract ......................................................................................................................................... 3
Introducción .................................................................................................................................. 4
1. Alimentos funcionales ........................................................................................................... 5
2. Nutraceúticos ........................................................................................................................ 5
Clasificación de los nutracéuticos: ............................................................................................ 6
Mecanismo de acción:............................................................................................................... 7
3. Hipertensión arterial ............................................................................................................. 8
Antecedentes: ........................................................................................................................... 8
Estilo de vida asociado a la HTA: ............................................................................................... 9
4. Alimentos funcionales y nutraceúticos como tratamiento para HTA .................................... 9
Macronutrientes...................................................................................................................... 10
Ingesta de fibra ........................................................................................................................ 11
Ingesta de sodio ...................................................................................................................... 11
Ingesta de potasio ................................................................................................................... 12
Ingesta de calcio ...................................................................................................................... 12
Ingesta de magnesio................................................................................................................ 12
Ingesta de Zinc......................................................................................................................... 13
Ingesta de Omega 3 ................................................................................................................. 13
Ingesta de Taurina ................................................................................................................... 14
Ingesta de Vitamina C .............................................................................................................. 14
5. Tabla – 5 nutracéuticos para el tratamiento de la HTA ....................................................... 15
6. Recomendaciones ............................................................................................................... 16
Conclusiones ............................................................................................................................... 17
Bibliografía .................................................................................................................................. 18

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Evaluación T1

Patricia B. Ampudia-Herreros, Katheryn L. Ccarhuas-Alarcon, Maricarmen Garcia-Ruiz


Alimentos Funcionales, Nutrición y Dietética, Universidad Privada del Norte. Perú

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Resumen
Actualmente, el aumento de enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial, el cáncer
y las alergias, así como su relación directa con malos hábitos alimenticios, afecta por igual a
adultos y niños. Sin embargo, diversos estudios demuestran que los alimentos funcionales, por
su importante aporte de nutrientes, en conjunto con una alimentación adecuada, ejercicio
regular y hábitos de vida saludables, pueden ejercer un efecto protector en la salud. En este
informe presentamos de manera simple algunos conceptos, así como sus aportes a la salud
específicamente como tratamiento y/o factor protector contra la hipertensión arterial, en
adelante HTA. Esta investigación se ha realizado mediante la revisión bibliográfica de diversos
artículos científicos que muestran como estos alimentos son utilizados como terapia alternativa
para el control y/o prevención de la HTA.

Palabras clave: hipertensión, alimentos funcionales, hábitos saludables, terapia.

Abstract
Currently, the increase in diseases such as diabetes, arterial hypertension, cancer, and allergies,
as well as their direct relationship with poor eating habits, affects adults and children alike.
However, several studies show that functional foods, due to their important contribution of
nutrients, together with an adequate diet, regular exercise, and healthy lifestyle habits, can have
a protective effect on health. In this report we present in a simple way some concepts, as well as
their contributions to health specifically as a treatment and/or protective factor against arterial
hypertension, hereinafter referred to as AHT. This research has been carried out through a
literature review of several scientific articles that show how these foods are used as an
alternative therapy for the control and/or prevention of AHT.

Key words: hypertension, functional foods, healthy habits, therapy.

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Introducción

Encontrar nuevas opciones que nos ayuden a complementar nuestra dieta con el fin de prevenir
diversas patologías y/o mejorar nuestra salud se vuelve un tema cada vez más relevante y
discutido no solo por la comunidad médica y científica, sino también de manera trascendental
por gran parte de la población. Por eso, a lo largo del tiempo, hemos visto cómo la alimentación
en sus aspectos conceptuales ha sufrido importantes modificaciones. Gracias a la necesidad de
atender a nuevas exigencias sociales y de salud se ha motivado la aparición de «alimentos
funcionales y nutracéuticos», que, además de sus funciones nutritivas generales, presentan
determinadas propiedades para el mantenimiento de la salud. A pesar de la posible confusión
terminológica, es necesario diferenciar los conceptos de alimentos funcionales, nutracéuticos y
su distinción con los medicamentos. Los alimentos funcionales y nutracéuticos, consumidos
como parte de una dieta equilibrada y acompañados de un estilo de vida saludable, ofrecen la
posibilidad de mejorar la salud y/o prevenir ciertas enfermedades como: obesidad, hipertensión
arterial, enfermedades cardiovasculares, diabetes, y ciertos tipos de cáncer.
Por otro lado, la hipertensión arterial (HTA) es uno de los motivos de consulta más frecuentes en
la atención primaria (AP) y es en este espacio donde se realiza el diagnóstico de la HTA, la
intervención terapéutica, el seguimiento y el control.
El tratamiento de la HTA es una intervención básicamente preventiva que permite una cierta
individualización, ya que debe considerar diversos aspectos del paciente diagnosticado como: la
edad, el riesgo cardiovascular, alguna patología asociada, el nivel cultural, el nivel económico,
etc.
Mucho se ha investigado sobre la alimentación, los estilos de vida, la salud y las enfermedades
cardiovasculares; pero específicamente, para el caso de la HTA hemos recopilado diversos
estudios con la finalidad de plantear un patrón de componentes nutracéuticos efectivos para el
tratamiento de la HTA en humanos que pueda ayudar como terapia alternativa y/o
complementaria para su tratamiento.

¡Comencemos!

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1. Alimentos funcionales
Estos alimentos han demostrado científicamente que afectan beneficiosamente a una o varias
funciones de nuestro organismo, de manera que proporcionan un mejor estado de salud y
bienestar eficaz en la persona, además, ejercen un papel preventivo, ya que reducen los factores
de riesgo que provocan la aparición de enfermedades. En términos generales, se considera como
tal a todo alimento que, además de su valor nutritivo, contiene componentes biológicamente
activos que aportan algún efecto añadido y beneficioso para la salud y reducen el riesgo de
contraer ciertas enfermedades. Desde el punto de vista práctico, esto quiere decir que los
alimentos funcionales pueden ser naturales, o bien aquellos a los que se ha añadido,
incrementado su contenido o eliminado algún componente, o bien a los que se ha modificado la
naturaleza o biodisponibilidad de alguno de sus componentes, o cualquiera de las
combinaciones anteriores.
De acuerdo con ello, entre los alimentos funcionales más importantes se encuentran los
alimentos enriquecidos de calidad cómo: omega-3, ácido oleico, calcio, vitaminas, ácido fólico y
fermentos activos, entre otros. Debemos de considerar que los alimentos funcionales deben
consumirse dentro de una dieta sana y equilibrada, en las mismas cantidades en las que
habitualmente se consumen el resto de los alimentos, es un tema muy relevante para empezar
a educar a nuestro entorno.

2. Nutraceúticos
La introducción formal del término nutracéutico fue planteada por el Doctor Stephen DeFelice
en 1989, y consta simplemente de la fusión de dos elementos básicos: un componente
nutricional y otro farmacéutico. DeFelice resumió el término como “un alimento (o parte de este)

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que proporciona beneficios a la salud, que incluye la prevención y/o tratamiento de una
enfermedad; tales productos pueden variar desde nutrientes aislados, suplementos dietarios,
hasta productos diseñados genéticamente”. De acuerdo con esta definición base podríamos
decir que los alimentos nutracéuticos son sustancias químicas o biológicas activas que podemos
encontrarlos como componentes naturales de los alimentos o adicionarse a los mismos, estos se
pueden presentan en una matriz no alimenticia cómo: píldoras, cápsulas, polvo, etc., y al
administrarla en dosis superior a la existente en esos alimentos, presume un efecto favorable
sobre la salud, mayor al que posee el alimento normal. Por ende, los productos nutracéuticos
tienen la capacidad de fortalecer las condiciones saludables, sirviendo como auxiliar en el
cuidado y mantenimiento de la salud, también actúa como un complemento para la salud para
cubrir el requerimiento diario, los nutracéuticos nos ayudan con la prevención de enfermedades
mecanismomecanismedicamentos, ya que no tienen un origen biológico natural, difieren de los
extractos e infusiones de hierbas, similares en la concentración de sus componentes, y no tienen
una acción terapéutica. Los alimentos nutracéuticos previenen las enfermedades crónicas
degenerativas que son los infartos, embolias, hipertensión, diabetes, cánceres hormono-
dependientes (glándulas mamarias, próstata, tiroides, etc.).

Clasificación de los nutracéuticos:


Estos productos pueden catalogarse según su naturaleza química, su mecanismo de acción y su
origen. La clasificación de los nutracéuticos por mecanismo de acción los separa en subgrupos
según las funciones metabólicas y fisiológicas sobre las que actúan. Entre ellos se pueden
reconocer los agentes antioxidantes, reguladores del metabolismo lipídico, antiinflamatorios e
inmunorreguladores, osteogénicos y que tienen actividad anticancerígena. Según la naturaleza
química son clasificados como de fuentes proteicas, carbohidratos, lípidos, además de

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micronutrientes como metales y los compuestos por bacterias. La anterior clasificación permite
diferenciar estos productos de acuerdo con el grupo molecular elemental. Por otra parte, si se
habla del origen, se pueden señalar dos tipos de nutracéuticos, entre los que se encuentran los
de origen animal y los que provienen de los vegetales, así como los de origen mineral. Por otro
lado, las bacterias son una importante fuente de origen y entre los microorganismos más usados
se tienen a Saccharomyces Boulardii y al Streptococcus Salivarius, entre otros.

La mayoría de los autores, a nivel internacional, hacen mención a tres categorías principales para
los nutracéuticos:
➢ Nutrientes: sustancias con funciones nutricionales establecidas, como vitaminas, minerales,
aminoácidos y ácidos grasos.
➢ Herbales: productos herbales o botánicos, procesados en forma de concentrados o
extractos. ·Suplementos de la dieta: productos derivados de otras fuentes como el piruvato,
sulfato de condroitina, hormona precursora de esteroides, etc.

Mecanismo de acción:
Los nutracéuticos se clasifican en función de su mecanismo de acción. Tenemos a los
nutracéuticos hipotensores, la mayoría de ellos ejercen su acción por su actividad antioxidante,
aunque también podrían tener acciones más específicas como modular el metabolismo del óxido
nítrico (como por ejemplo el jugo de remolacha) o inhibir el sistema renina-angiotensina (como
por ejemplo la vitamina D). Otros nutracéuticos, como los flavonoides del cacao, tienen múltiples
mecanismos de acción, incluyendo también la mejora de la resistencia a la insulina, más allá de
sus actividades antioxidantes, de inducción de la síntesis de óxido nítrico y de inhibición de la
angiotensina II. Actualmente no existen datos claros sobre nutracéuticos con acción antagonista
del calcio o diurética en humanos. Por otro lado, algunos nutracéuticos hipotensores ejercen al

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mismo tiempo algunos efectos positivos sobre otros factores de riesgo de enfermedades
cardiovasculares muy prevalentes, como la dislipidemia, la resistencia a la insulina, la
hiperhomocisteinemia y/o la inflamación sistémica, actuando, así como fármacos preventivos
multiobjetivo. En consecuencia, se requieren estudios farmacodinámicos para caracterizar a los
individuos potencialmente candidatos a una suplementación dietética con mecanismos de
acción específicos.

3. Hipertensión arterial
La presión arterial se define como una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las
arterias a medida que el corazón bombea sangre a nuestro cuerpo y por eso hipertensión es el
término que se utiliza para describir la presión arterial alta. Si se deja sin tratamiento, la presión
arterial puede llevar a muchas afecciones médicas, estas incluyen enfermedades del corazón,
accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, problemas en los ojos y otros problemas de
salud.
Las lecturas de la presión arterial generalmente se dan como dos números. El número superior
se denomina presión arterial sistólica y el número inferior se llama presión arterial diastólica.

Antecedentes:
Años atrás la hipertensión no se consideraba un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular,
sino que se trataba de un fenómeno compensatorio de un aumento de la resistencia vascular
que favorecía la perfusión de los órganos y, por lo tanto, no debía ser afectado por el tratamiento,
pero luego en estudios de sacó la evidencia de que un aumento progresivo de la presión arterial
iba acompañado de una pérdida progresiva de la esperanza de vida. Desde entonces, la
confirmación proviene de una gran cantidad de estudios epidemiológicos.

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Estilo de vida asociado a la HTA:


Las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) forman parte de la causa principal de muerte
a nivel mundial siendo responsables de al menos 41 millones de muertes. Y si bien pueden
afectar a todos los grupos etarios, se estima que 15 millones de muertes se dan entre los 30 y
69 años. De acuerdo con las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las
enfermedades cardiovasculares son causa de 17,9 millones de muertes por año; 9 millones por
cáncer; 3,9 millones por enfermedades respiratorias y 1,6 millones (1) por diabetes.
El estilo de vida es un pilar importante en la prevención y tratamiento de las ECNT.
Principalmente en la HTA y DM (Diabetes mellitus tipo 2) incluyen: el tratamiento no
farmacológico, la modificación del estilo de vida, sobre todo en términos de ejercicios y dieta.
Además, se sabe que el estilo de vida saludable disminuye el número y dosis de fármacos
empleados para el manejo de estas enfermedades y previenen complicaciones a futuro.
Un estudio realizado por Hernández et al, en México, en 306 pacientes hipertensos, se concluyó
que existe una asociación significativa entre el estilo de vida y el control de la HTA, demostrando
que los pacientes con peores estilos de vida no presentan control de la enfermedad. Por otro
lado, Yokokawa, et al., en un estudio realizado en Japón en pacientes hipertensos, reveló que
mantener un estilo de vida saludable es un factor protector para lograr la presión arterial
objetivo: <140/90 mmHg.

4. Alimentos funcionales y nutraceúticos como tratamiento para HTA


La hipertensión arterial (HTA), con cifras de presión arterial sistólica (PAS) y/o presión arterial
diastólica (PAD) mayores o iguales a 140/90 mmHg, respectivamente, o seguimiento de
tratamiento antihipertensivo, es un problema frecuente y con gran impacto sanitario por

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favorecer el riesgo de padecer enfermedad coronaria, ictus, accidentes cardiovasculares y


problemas renales, junto con muerte prematura.
Se trata de un problema de prevalencia creciente que puede ser considerado como epidemia en
la actualidad, incrementando paralelamente con el aumento en el padecimiento de sobrepeso y
obesidad. Existe evidencia respecto a la influencia de diversos factores nutricionales en el control
de la hipertensión tanto en niños como en adultos el exceso de peso favorece el padecimiento
de hipertensión. El oxidosmo responsable es que la obesidad genera resistencia insulínica e
hiperinsulinemia, la insulina reduce la excreción renal de sodio, aumenta el tono simpático y
altera los iones intracelulares, lo que incrementa la reactividad vascular, por ello, una de las
medidas más efectivas para mejorar el control de la hipertensión en individuos obesos es la
reducción en el peso corporal.
Macronutrientes
Reducir la ingesta de grasa saturada es una
medida conveniente en el control de la PA, pero
la proporción de energía que debe proceder de
los diferentes macronutrientes ha sido
cuestionada. En este sentido, Appel y cols. (10)
comprobaron que en el contexto de una dieta
saludable la sustitución parcial de hidratos de carbono por proteínas o grasa monoinsaturada
(AGM) puede disminuir la PA y reducir el riesgo cardiovascular.
Aumentar la proporción de AGM y omega-3 puede ejercer un efecto vasodilatador por acción
de las prostaglandinas. De hecho, las dietas ricas en omega-3 pueden mejorar la función
endotelial y contribuir al descenso de PA. The American Heart Association recomienda el
consumo de dos raciones de pescado por semana en personas que no tienen historia de
enfermedad coronaria y al menos una ración de pescado por día en los que tienen enfermedad
coronaria.
Un aporte adecuado de proteínas parece de utilidad en el control de la PA, por aumentar el flujo
plasmático renal, la tasa de filtración glomerular y la excreción de sodio y porque el aminoácido
arginina tiene una acción vasodilatadora y contribuye al descenso de la PA.
Por otra parte, en algunos alimentos de origen animal (carnes, pescados, lácteos, huevo) se
encuentran péptidos bioactivos que podrían ser utilizados como ingredientes en el desarrollo
de nuevos alimentos funcionales con utilidad en el tratamiento de la hipertensión. De hecho, un
mayor consumo de lácteos ha sido relacionado con un menor incremento anual en las cifras de
PAS (presión arterial sistólica) y PAD (presión arterial diastólica) y un menor riesgo de
padecimiento de HTA.

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Ingesta de fibra
Una ingesta adecuada de fibra parece de utilidad en el control
de la PA. En un metaanálisis controlado con placebo se
constató que la suplementación con fibra (con una dosis media
de 11,5 g/día) se asoció con una reducción en la PAS de -1,13
mmHg (95% IC: -2,49 a 0,23) y con una reducción en la PAD de
-1,26 mmHg (-2,04 a -0,48). Las reducciones en la PA fueron
mayores en individuos de más de 40 años y en hipertensos, en comparación con jóvenes y
normotensos.
Ingesta de sodio
Múltiples estudios ponen de relieve la existencia de una
relación directa entre ingesta de sodio (y relación
sodio/potasio) y aumento de la PA.
Los mecanismos implicados en la homeostasis de sodio
(Na+) tienen la finalidad de mantener una osmolalidad
(Osm) constante a nivel plasmático, teniendo especial interés el metabolismo del agua. El valor
normal de la Osm es de 280 a 295 mOsmol/kg. Los incrementos bruscos en la Osm a nivel
extracelular generan una salida de agua compensatoria desde el espacio intracelular
traduciendo una pérdida del volumen celular y a la inversa ocurre si la Osm desciende.
El mecanismo responsable es, probablemente, la mayor retención de sodio y fluido en los vasos
sanguíneos; como mecanismo alternativo se ha mencionado una mayor reactividad vascular.
Está clara la influencia genética y del resto de los componentes de la dieta, pero es indudable
que una reducción en la ingesta de sodio se asocia con una disminución de la PA y es una
recomendación habitual para pacientes hipertensos.
Para determinar el efecto de la reducción en la ingesta de sodio a largo plazo, una revisión
Cochrane de 34 estudios señaló que una reducción en la excreción urinaria de sodio en 24 h
hasta 100 mmol (6 g/día de sal) se asoció con una reducción en la PAS de 5,8 mmHg (2,5 - 9,2, p
= 0,001) después de ajustar por edad, sexo, grupo étnico y PA inicial.
Son conocidas las pautas de restricción de sodio para población con hipertensión, pero la
reducción a < 2.400 mg/día o incluso a < 2.000 mg/día parece beneficiosa para la población en
general y se asocia con menor incidencia de enfermedades cardiovasculares (Ortega, R., et al.
2006).

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Ingesta de potasio
Algunos estudios sugieren que el sodio no es el principal
condicionante de la PA, sino que actúa en conexión con otros
minerales. De hecho, el incremento en la PA inducido por el
sodio puede potenciarse por una baja ingesta de calcio y
potasio, y también por un aumento en el peso corporal.
Geleijnse y cols. examinaron 27 estudios randomizados de seguimiento de ≥ 2 semanas,
incluyendo individuos hipertensos y no hipertensos, y observaron que suplementando con 44
mmol/día de potasio (1.716 mg/día) se producía una reducción en la PAS/PAD de 2,42/1,57
mmHg. Reducción que fue algo superior en individuos hipertensos (3,51/2,51 mmHg).
Las investigaciones realizadas han llevado a recomendar un incremento en la ingesta de potasio
de hasta 4.700 mg/día para la prevención y control de la HTA. Para conseguir este objetivo,
pacientes con HTA deben incrementar el consumo de cereales de grano completo, frutas,
verduras y lácteos bajos en grasa (Ortega, R., et al. 2006).
Ingesta de calcio
Diversos estudios encuentran una asociación inversa entre
ingesta de calcio y cifras de PA, especialmente evidente en
personas con baja ingesta del mineral. El efecto es mayor en
relación con el incremento en la PAS asociado a la edad y
cuando el calcio viene de lácteos, por lo que puede haber otros
factores implicados en la acción observada.
Una ingesta moderada de sodio (< 2.400 mg/día) en combinación con una ingesta de calcio de
más de 800 mg/día reduce el riesgo de sufrir HTA en aproximadamente un 52%. Por otra parte,
los individuos con hipertensión bien controlada tienen significativamente mayor ingesta de
calcio que los no controlados (Ortega, R., et al. 2006). Se recomienda el consumo de algunos
alimentos como: leche, queso y yogur; vegetales como col rizada, brócoli, repollo chino, etc.
Ingesta de magnesio
En un estudio realizado con 5.511 participantes (28-75 años), sin
HTA y seguidos durante 7,6 años, se comprobó que su excreción
urinaria de magnesio se relacionaba inversamente con el riesgo
de hipertensión en todo el rango de ingesta observado. En otros
estudios no se encuentra esta asociación, pero en algunos casos
se señala que el beneficio se observa solo cuando la ingesta de magnesio es insuficiente, por lo
que parece razonable intentar cubrir las ingestas recomendadas.

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Por otro lado, Wu, G., et al. (2006), en estudios treinta y cinco pacientes recibieron al azar
suplementos de magnesio y potasio (magnesio, 70,8 mg/día; potasio, 217,2 mg/día) durante
cuatro semanas, y 32 pacientes recibieron lacidipina (4 mg/día) como control. Antes y después
de las cuatro semanas, se midieron la presión arterial, y se encontró que la distensibilidad
arterial fue significativamente menor en pacientes con EH en comparación con sujetos sanos.
Con lacidipina, la PA sistólica y diastólica disminuyó, por otro lado, con la suplementación con
K+ y Mg2+, la PA sistólica y diastólica también se observó su disminución. Disminuyó. Por lo
tanto, en pacientes con hipertensión esencial, la suplementación con magnesio y potasio podría
mejorar la distensibilidad de las arterias pequeñas, mientras que lacidipino mejoró
significativamente la distensibilidad de las arterias grandes. Entre los alimentos por excelencia
destaca la quinua, sobresaliendo su contenido proteico y que además es rico en vitaminas; y una

excelente fuente de minerales, como calcio, magnesio, hierro y fósforo.


Ingesta de Zinc
Los niveles bajos de zinc en suero se correlacionan con la
hipertensión y otros problemas cardiovasculares. Existe una
correlación inversa entre la PA, el zinc sérico y la actividad de la
enzima lisil oxidasa dependiente de zinc en sujetos hipertensos.
El zinc se transporta al músculo cardiaco y vascular limpio y a
otros tejidos mediante la metalotioneína. Las deficiencias genéticas de metalotioneína
conducen a deficiencias de zinc intramuscular e hipertensión. El zinc reduce el estrés oxidativo,
la inflamación y la disfunción inmunológica y equilibra el sistema renina-angiotensina-
aldosterona (SRAA) y el SNS. La ingesta dietética de zinc debe ser de aproximadamente 50
mg/día y los niveles deben controlarse con los niveles séricos de zinc.
Ingesta de Omega 3
El omega son de cadena larga, por ejemplo, los ácidos grasos
poliinsaturados (PUFA) en la dieta son el ácido eicosapentaenoico
(EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Sus principales fuentes de
estos PUFA en la dieta son el pescado azul y otros tipos de mariscos.
Los estudios epidemiológicos y clínicos sugieren que el consumo dev-
3 los PUFA contribuyen a la salud cardiovascular a través de
diferentes mecanismos, incluido el control de la PA. Varias evidencias sugieren que una
adecuada v-3 la ingesta dietética o la suplementación con PUFA (generalmente 2-4 g/día)
puede conducir a una reducción leve pero clínicamente relevante de la PA en personas con
hipertensión, diabetes o dislipidemia no tratadas. Estos datos sugieren que la ingesta dietética

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o la suplementación dev-3 los PUFA podrían tener cabida en el control de pacientes con
hipertensión leve antes de iniciar el tratamiento farmacológico.
Ingesta de Taurina
La suplementación dietética con taurina es el aminoácido semiesencial más abundante que
contiene azufre, ha mostrado claramente efectos antihipertensivos en modelos preclínicos,
aumentando la expresión de enzimas sintetizadoras de sulfuro de hidrógeno y reduciendo la
reactividad vascular inducida por agonistas a través de la inhibición del canal de potencial
receptor transitorio, la suplementación con taurina con 1,6 g/día durante 12 semanas
determinó una disminución significativa en la PA clínica y ambulatoria de 24 h, especialmente en
aquellos con PA normal alta. La reducción media de la PAS clínica para taurina/placebo fue de
7,2/2,6 mmHg y la PAD fue de 4,7/1,3 mmHg. La reducción media de la PAS ambulatoria para
taurina/placebo fue de 3,8/0,3 mmHg y la PAD fue de 3,5/0. 6 mm Hg. Además, la
suplementación con taurina mejoró significativamente la vasodilatación dependiente e
independiente del endotelio y aumentó la H plasmática 2 concentraciones de S y taurina.
Además, los cambios en la PA se correlacionaron negativamente tanto con la H plasmática 2
niveles de S y taurina en individuos prehipertensos tratados con taurina.
Ingesta de Vitamina C
La ingesta dietética de vitamina C y la concentración de ascorbato en
plasma en humanos están inversamente correlacionadas con la PA y la
administración de vitamina C por vía oral e intravenosa redujo la PA en
ensayos clínicos, treinta y un pacientes fueron aleatorizados para
recibir 500, 1000 o 2000 mg de vitamina C oral al día, con una
reducción media de la PA de 4,5/2,8 mmHg (PAG<0,05). No hubo
diferencia entre los tres grupos de vitamina C, lo que indica que 500 mg diarios o 250 mg dos
veces al día son suficientes para reducir la PA. En un metaanálisis de 29 ensayos con una mediana
de dosis de vitamina C de 500 mg/día y una mediana de duración de dos meses, hubo una
reducción significativa de la PA de 3,84/1,48 mmHg (PAGS50,04). Los ensayos clínicos publicados
muestran que la vitamina C en una dosis de 250 mg dos veces al día reduce la PA en un promedio
de 7/4 mmHg.2–14,177–199La vitamina C es un potente antioxidante soluble en agua y donante
de electrones que recicla la vitamina E y otros antioxidantes y mejora la capacidad antioxidante
total.

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5. Tabla – 5 nutracéuticos para el tratamiento de la HTA

Componente Mecanismo de
Dosis efectiva
bioactivo acción
Se evidencio que la
suplementación con
capsulas de PUFAS
mostro una reducción
EPA + DHA (2- 4g/día) leve pero clínicamente
Omega 3
encapsula. relevante de la PA en
personas con
hipertensión, diabetes
o dislipidemia no
tratadas.
Se evidencio que la
suplementación con
taurina mostro una
disminución
Taurina (1 - 2g/día)
Taurina significativa en la PA
por 12semanas.
clínica y ambulatoria
de 24 h, especialmente
en aquellos con PA
normal alta.
Se evidencio que la
Vitamina C (500 - suplementación con
Vitamina C 1000mg/día) 2 – 26 vitamina C mostro una
semanas. reducción significativa
en la PAS y PAD.
Se realizó un
metaanálisis que
involucró a 23 ensayos
con un total de1173
participantes. Se
Magnesio (410 informó resultados
Magnesio
mg/día) 11 semanas. opuestos con una
disminución
significativa en la PAS
(2-3 mmHg; PAG<0,05)
y PAD PA (3-4mmHg;
PAG<0,05).
Múltiples especies de La magnitud de la
probióticos (≥10 a la mejora es mayor entre
Probióticos
11CFU/día) ≥ 8 aquellos con PA
semanas. elevada.

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6. Recomendaciones

La optimización de los hábitos dietéticos es un objetivo fundamental en el manejo clínico de los


pacientes con HTA por dos motivos: control del exceso de peso y la supresión de alimentos que
puedan empeorar la HTA. El control de la obesidad y el sobrepeso protege de la evolución a HTA
en los sujetos normotensos y mejora los valores de presión arterial en los hipertensos, este
efecto, junto a la prevención en la aparición de diabetes mellitus o dislipemias hacen que el
control del sobrepeso sea un objetivo primario en el tratamiento de la HTA.
Disminuir el consumo de sal es una medida que debe instaurarse desde el inicio del tratamiento
de la HTA, puesto que la mayor restricción de sal se acompaña de mayores descensos de la
presión arterial. Un error frecuente es identificar la sal únicamente con la sal de mesa y obviar
su presencia en multitud de alimentos (frutos secos, mariscos, platos precocinados, bollería,
agua con gas, sopas deshidratadas o, en general, productos enlatados). Existen condimentos y
especias naturales que pueden utilizarse para sustituir el sabor de la sal. También es conveniente
tener precaución con las indicaciones de los fabricantes, ya que hay alimentos que pueden no
contener sal, pero tener sodio. Asimismo, conviene evitar el exceso de cafeína, las bebidas con
cafeína y eliminar el alcohol. Por otra parte, conviene recordar también que los alimentos ricos
en potasio (frutas y verduras) aumentan la excreción urinaria de sodio y que, al igual que el calcio
presente en los lácteos, ayuda a bajar la presión arterial.
A pesar de los resultados de las diferentes estrategias dietéticas para el control de la HTA los
efectos son muy variables y obligan a un estrecho cumplimento y modificación de los hábitos
diarios y alimenticios. Los alimentos funcionales suplementan la dieta habitual, por lo que
cuentan con la ventaja de no implicar modificaciones relevantes en el estilo alimentario y esto
facilita su cumplimentación.
El efecto beneficioso de los determinados dietéticos frente a la aparición y mantenimiento de la
HTA es evidente. La adición a una dieta saludable, rica en frutas, verduras y frutos secos, y pobre
en sal podría ser una alternativa eficaz para el control de la HTA.

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Conclusiones

En conclusión, hemos visto en los artículos revisados los beneficios que presentan los alimentos
funcionales. En ellos se verifica efectos beneficiosos sobre las funciones orgánicas, además de
efectos nutricionales intrínsecos, apropiados para mejorar la salud y el bienestar, la reducción
del riesgo de enfermar y la capacidad de tratarlas satisfactoriamente. Estos efectos durante los
últimos años han alcanzado un significativo crecimiento, favoreciendo un incremento en la
calidad de vida de la población. Este conocimiento ha permitido observar la importancia de
enseñar y motivar estilos de vida que permitan llevar una salud de calidad. Cambios como el
déficit de fibra dietética, antioxidantes naturales, ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y un
dramático desbalance en la relación ácidos grasos omega-6/omega-3, claramente favorece a un
mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer, diabetes,
dislipidemias, hipertensión arterial, entre otros.
Por otro lado, podemos observar la evidencia de como personas que usan algún tipo de
nutracéuticos muestran un comportamiento más saludable, debido a que pueden presentar
mayor interés en el autocuidado y la adquisición de conocimientos acerca de su salud. Por lo cual
se generan estrategias preventivas y estilos de vida adecuados donde incluyen estos
suplementos, los mismos que logran complementar el requerimiento que necesita nuestro
organismo. Finalmente, tanto los alimentos funcionales como los nutracéuticos pueden
desempeñar un papel importante en la mejora de la salud y el bienestar. Sin embargo, es
fundamental entender su uso adecuado, consultar a profesionales de la salud y asegurarse de
que sean parte de una dieta equilibrada y de un estilo de vida saludable en general.

“Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del Espíritu Divino.


Consérvalo sano, respétalo, estúdialo y concédele sus
derechos” – Henri-Frédéric Amiel.

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Alimentos Funcionales

Bibliografía

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