Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Regiones
En náhuatl juego de pelota se dice tlachtli. La pelota estaba hecha de hule
extraído del árbol de hule que le permitía botar. El juego de pelota, que se
realizaba principalmente con la cadera, se practicaba por lo menos desde el año
1400 a. C.
En el Popol Vuh se narra que los gemelos Hunahpu y Xbalanqué derrotan a los
dioses del inframundo después de competir en la cancha del juego de pelota y
luego ascienden al cielo como Sol y Luna, respectivamente.
Para los mexicas, Xolotl era la deidad patrona del juego de pelota y su día
calendárico correspondía a ollin, es decir, movimiento y hule, ambos
relacionados con la pelota. Por otra parte, Xolotl se identifica con Venus como
Estrella de la Tarde. Además, el nombre calendárico del Sol es precisamente 4
Ollin, ya que éste representa la más clara manifestación del movimiento.
Relación celeste
Durante años se ha hablado de una posible vinculación entre el juego de pelota y los
cuerpos celestes, como el Sol y la Luna. Algunas propuestas relacionaban esta
práctica con conceptos religiosos, representando el juego entre dioses asociados a la
noche y al día.
En algunos códices, como por el ejemplo en el Borgia, se puede observar esto;
aparecen dos Tezcatlipoca jugando, uno representando al Sol y otro a la noche. En
ciertas canchas puede apreciarse incluso la representación del planeta Venus.
El doctor Galindo Trejo explicó que desde que se empezaron a estudiar las canchas
del juego de pelota, se planteó la posibilidad de que tuvieran alguna conexión con el
cielo y con el calendario. Sin embargo, destacó que en la orientación de las canchas
hay variantes que no siempre tienen relación con la salida o puesta del Sol.
Por ejemplo, en las canchas que tienen una orientación norte-sur, se considera que
la pelota en movimiento representa simbólicamente el tránsito del Sol en el firmamento
durante todo el año. Aunque en aquellas cuya orientación es este-oeste el mismo
movimiento se relacionaría con la salida y puesta del Sol o de la Luna.
Cabe destacar que en Teopantecuanitlan, en el estado de Guerrero, se ha
documentado la presencia, en una plaza hundida, de cuatro monolitos con rasgos de
jaguar al estilo olmeca. El que se encuentra ubicado en el noreste de dicha plaza el
día del equinoccio, por la mañana, proyecta una sombra que poco a poco se desplaza
hasta llegar al punto medio de la cancha del juego de pelota, en el centro de la plaza.
El investigador explica que, en Mesoamérica, algunas estructuras arquitectónicas,
como las pirámides, están orientadas hacia la salida y puesta del Sol, aunque de
acuerdo con la investigación arqueo astronómica se ha detectado que la orientación
de algunos de estos edificios no tiene relación con eventos astronómicos importantes
como solsticios o equinoccios, sino que poseen una relación mayor con el sistema
calendárico mesoamericano, el cual estuvo vigente por cerca de tres milenios.
Práctica común
La ciudad de Cantona, al noreste de Puebla, es uno de los sitios en donde se han
descubierto más canchas de juego de pelota: entre 24 y 27. Asimismo, en este lugar se
tiene el registro de la cancha más pequeña que se haya encontrado, la cual mide 13
metros de largo por 2.1 metros de ancho.
“Cantona es un sitio muy extraño en el sentido de que es un sitio de lava, sin
cementante entre las piedras, hay grandes pirámides. Tienen un conjunto muy popular
con una pirámide, una plaza, una cancha y un altar. De esos hay varios grupos en
toda la región”, destacó el doctor Jesús Galindo Trejo.
Otros dos sitios en donde se han encontrado varias canchas de juego de pelota son
en El Tajín, donde existen 17 canchas, y en Chichén Itzá, en donde hay 13. Esto
resalta la importancia que representaba esta práctica para los mesoamericanos
Vestimenta
La vestimenta de los jugadores consistía en un taparrabos y protectores de
cuero para antebrazos y cadera. En algunas culturas añadían a la vestimenta un
grueso cinturón de mimbre o madera recubierto de cuero.